suplemento cultural - hp 684

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“La gente odia lo que no entiende. Sé su héroe, Clark. Sé su ángel. Sé su inspiración. Sé lo que ellos necesiten que seas. O no seas nada” Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5 La batalla dialéctica: Dios vs. el hombre Comunicante Comunicante Comunicante VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016 SUPLEMENTO CULTURAL 71 Abecedario de Mario Vargas Llosa En el aniversario 80 de uno de los escritores latinoamericanos más entrañados Carmina Burana: celebración de la efímera vida “No deja de ser inquietante que en una página cristiana nos inviten a disfrutar de una obra que es fruto de monjes libertinos” Juan L. Simental Pág. 8 Mary Carmen Sánchez Ambriz Pág. 7

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La batalla dialéctica: Dios vs. el hombre

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Page 1: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 684

“La gente odia lo que no entiende. Sé su héroe, Clark. Sé su ángel. Sé su inspiración. Sé lo que ellos necesiten que seas. O no seas nada”

Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5

La batalla dialéctica: Dios vs. el hombre

ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 01 DE ABRIL DE 2016 SUPLEMENTO CULTURAL 71

Abecedario de Mario Vargas Llosa

En el aniversario 80 de uno de los

escritores latinoamericanos

más entrañados

Carmina Burana: celebración de la efímera vida“No deja de ser inquietante que en una página cristiana nos inviten a disfrutar de una obra que es fruto de monjes libertinos”

Juan L. Simental Pág. 8Mary Carmen Sánchez Ambriz Pág. 7

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

Diseño / Grupo Editorial HADEC

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“Por Dios entiendo una substancia infinita eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, que me ha creado a mí mismo y a todas las demás cosas que existen, si es que existe alguna. Pues, aunque yo tenga la idea de substancia en virtud de ser yo una substancia, no podría tener la idea de una substancia infinita, siendo yo finito, si no la hubiera puesto en mí una substancia que verdaderamente fuera infinita”, René Descartes. (Nació el 31 de marzo de 1596).

Franco: Una larga y cruel agonía

(Nació el 1 de abril de 1929).

“La nostalgia del paraíso es el deseo del hombre de no ser hombre”, Milan Kundera.

En la noche del 19 al 20 de noviembre de 1975, a una hora indeterminada,

moría en la Ciudad Sanitaria de La Paz Francisco Franco, jefe del Estado español durante casi 40 años. Franco tuvo una agonía larga, dolorosa y cruel. En poco más de un mes, y con 82 años en su castigado cuerpo, sufrió va-rios infartos y tres operaciones a vida o muerte.Juan Goytisolo evocó así la muerte del Generalí-simo: “era torturado cruelmente por una especie de justicia médica compensatoria de la injusticia histórico-moral que

le permitía morir de vejez, en la cama”. El último parte, en el que se certificaba su defunción, es un testimonio definitivo: “Enfer-medad de Parkinson. Cardio-patía isquémica con infarto de miocardio anteroseptal y de cara diafragmática. Úlceras digestivas agudas recidivantes, con hemo-rragias masivas reiteradas. Peritonitis bacteriana. Fracaso renal agudo. Tromboflebitis íleofemoral izquierda. Bronco-neumonía bilateral aspirativa. Choque endotóxico. Paro cardiaco”.El día 18, muy débil, se encerró

a escribir su testamento. El documento es ya público y cualquiera puede advertir su letra infernal, ya machacado el pulso por el párkinson. “Mi pulso no temblará”, había dicho el Caudillo en actos pú-blicos en décadas anteriores. Y si no le tembló para firmar las sentencias de muerte, sí le trai-cionaba en estos sus postreros instantes de lucidez.La comunicación oficial de la muerte fue a las seis de la mañana por Radio Nacional, conectada en cadena con todas las emisoras de España, y con

la intervención de Carlos Arias en televisión. La lectura, con un Arias de luto riguroso, pálido a pesar del maquillaje, con ojeras violeta (…) (fue en) dos tomas, porque en la pri-mera el llanto interrumpió la lectura. Ya en la segunda sólo se advierten pucheros finales y se da el visto bueno para su emisión. A partir de ahí fue el diluvio. (“Una larga y cruel agonía”, José María Izquierdo; El País, 20 de noviembre de 2015. El 1 de abril de 1939 co-mienza la dictadura de Francis-co Franco).

Nomás por hablar de algo...La Efeméride

El 2 de abril es el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo. La idea es reducir el estrés y tener un día diferente en medio de la habitual rutina. Se sugiere organizar concursos divertidos, comenzar el día contando chistes, decorar la oficina de forma divertida… pasarlo bien, pues. Esa es la idea: ver el trabajo como una posibilidad distinta a la del deber.

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

3SATÍN Y SEDA

El surgimiento de la raza aria, entre semillas de girasol y pino enano

¡Desde hoy mis hijos no volverán a leer “Chanoc” ni “Memín Pinguín”!

Sospechaba que la consulta con el pediatra iba ser mucho muy larga, co-menzando desde los antojos de chila-

quiles con queso que tenía con el bebé-¿Tu hijo ya domina el cálculo mental?

-preguntó una mamá a otra mientras espe-raban el turno para pasar con el pediatra.

Yo, como toda “paciente”, esperaba con tranquilidad mientras leía con detenimiento los reconocimientos y estudios del médico, haciendo un pequeño cálculo para aproxi-marme a su edad.

-Yo estoy enseñando a mi hijo a que controle su respiración para que pueda oxi-genar sus neuronas y su capacidad cerebral se eleve –respondió mi vecina de asiento y al mismo tiempo observé intrigada al suso-dicho “controlador de aire”, el cual tendría escasos seis años, debido a la falta de los dos dientes frontales.

-¿Y cómo te ha resultado la aromaterapia de esencia de ge-ranio con bergamota diluida en aceite de pino enano? Es excelen-te para armonizar sus chacras y poder tener más retención mental –respon-dió otra y palmeó a su pequeño, afirmando así los resultados obtenidos.

¡Santos geranios agigantados!, grité mentalmente y de inmediato busqué con la mirada a mi hijo, que lo único que ha inha-lado desde que nació es Suavitel con aroma a “frescor mañanero” y la flor de cempasú-chil cuando lo llevo el 2 de noviembre a vi-sitar la tumba del tío Gildardo.

-Los resultados en la musicoterapia son fabulosos. Mi hijo la escucha toda la tarde y el avance en la lectura ha sido sorprendente -¡ahora caigo! La culpa de que mi hijo tarta-mudeé al leer la tienen el “Ratón Vaquero” y su lecciones de “sacó sus pistolas, se inclinó el sombrero y…”. He estado educando a una generación de disléxicos por culpa de “El Grillito Cantor”, concluí con angustia.

-En el último curso de programación neurolingüística hicieron hincapié en que los niños no deben dejar pasar un solo día sin que se lea material científico, con voz

pausada y gutural, en el parietal derecho para que la información

¡Ahora caigo! La culpa de que mi hijo tartamudeé al leer la tiene el “Ratón Vaquero”la procese y la asimile el cerebro -mi angustia me delató. ¡Desde hoy mis hijos no volverán a leer “Chanoc” ni “Memín Pinguín”! Tengo en mi hogar unos potenciales “maniáticos, esquizofré-nicos de quíntuple per-sonalidad”, y todo por-que leen los chistes del periódico los domingos.

-Después te paso el menú de alimentos rege-neradores, especiales para el hipotálamo. El nutriólogo me aseguró que con esto lleva un 76 por ciento de ventaja sobre sus compañe-ros de salón, además, es sencillísimo, se basa en germinados, gluten, aceite de pescado, y no puedes olvidar las semillas de girasol deshidra-tadas -terminó de pronunciar uno de “los ver-

dugos mentales”, Dejé escapar sin querer un grito desde mi inte-rior, el cual fue sofocado por un

ataque de tos que me obligó a beber agua del garrafón del pasillo, tomando unos breves mi-nutos para recuperarme y asimilar lo que aca-baba de escuchar de las dos “superduperextra-archirrecontramamás”.

¿Y cómo quieren que mi hijo compita con el gluten y semillas para perico si la base de su ali-mentación son los “pelorricos”, “pulparindos” y “chocorroles”? ¿Qué de malo tiene el Chocokris-pi en la mañana? Me sospechaba que la consulta con el pediatra iba ser mucho muy larga, co-menzando desde los antojos de chilaquiles con queso que tenía en el embarazo… a lo mejor por eso batalla para memorizar la tabla del seis.

Con mucho sigilo re-gresé a la sala. Ahí se en-contraban las dos mamás, perfectamente sentadas, con el maquillaje intacto, rodeadas de un aire de su-perioridad, como sacadas de un documental acerca de la “raza aria”, mientras yo, arrastrando los pies, me consideraba un poco

menos que el hombre de Neandertal.

-Recuerda -seguían en su “charla eclíptica” las “fulanitas”-, retira todo juguete que no ten-ga una enseñanza directa, ya que hay un desorden a nivel sensorial que daña su desarrollo intelectual. Los juguetes didácticos son ideales: cubos de madera, rompecabezas

geométricos y todo aque-llo que los estimule en la búsqueda del co-nocimiento es lo ideal. Su psicólogo le acaba de aplicar un examen para medir la memo-ria de mi “Toñito” y sugirió que no sólo es alto, sino que llega al rango de brillante…

Desde hoy en la noche “morirán por la patria”: Batman, las tarjetas de Yugi Oh, el dinosaurio que come autos y el “peligrosí-simo” pato Donald que duerme con él; enu-meré mentalmente todos aquellos juguetes inapropiados para que mi hijo pudiera igua-larse al “Toñito”.

Presa de pánico, saqué una libreta y co-mencé una lista de todo lo que tenía que cambiar: que haga inhalaciones de gluten, sazone las comidas con pino enano, co-mience por escuchar a Molotov y se bañe todos los días con agua fría… ¿Será suficien-te para que mi hijo pueda estar a la par con esta generación del tercer milenio?

Mi concentración me impidió percatar-me que Piper, mi hijo, me estaba observan-do y, con voz baja, me murmuró al oído:-Qué te parece, mamá, si después de ver al doctor nos comemos una hamburguesa y después vemos una película del “Hombre

Araña” con palomitas en tu cama…

¡Excelente! Cerré la libreta donde esta-ba anotando y puse en práctica la “atención dispersa” y, con aire de superioridad, me retiré del consultorio guia-da por la mano de un pequeño de la

“nueva generación”.

Nadia Bracho

Sospechaba que la consulta con el pediatra

iba ser mucho muy larga, comenzando desde los

antojos de chilaquiles con queso que tenía con el

bebé

¡Desde hoy mis hijos no volverán a leer “Chanoc”

ni “Memín Pinguín”!

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

La batalla dialéctica: Dios vs. el hombrePor Juan L. Simental

“La gente odia lo que no entiende. Sé su héroe, Clark. Sé su ángel. Sé su inspiración. Sé lo que ellos necesiten que seas. O no seas nada”

“Batman vs. Supermán. El origen de la justicia”

¿Qué hace Dios en el mundo de los hombres cuando, parece, no todo lo que hace es bueno?

Podría ser la primera pregunta; la segunda, que no es una pregunta sino una objeción: (un Dios bueno)

“nunca fue real, (sino) sólo el sueño de un granjero de Kansas”. Y, sin em-bargo, “ese sueño es todo lo que al-gunas personas tienen”. El sueño de un Dios bueno al que no siempre le salen bien las cosas.

Y es que, en la actuación de Dios por salvar a un solo hombre (o en su lucha ancestral contra el mal), hay vícti-mas colaterales que padecen los daños provocados por la omnipotencia divina que a veces sobrepasa los límites; tan grande es que puede acabar con la humanidad. De ahí la sentencia del hombre contra Dios (como cuando Yahvé in-quirió al justo Job y le espetó: “ahora cíñete como hombre que yo te voy a cuestionar a ti”): “es hora de que aprendas lo que significa ser un hombre”. Luego la respuesta, dura, del mismo Dios: “si lo quisiera, ya estarías muerto”.

Ante un Dios tal, que “tiene el poder de aniquilar la raza hu-mana”, al hombre le queda sólo un camino: el deicidio (“tenemos que destruirlo”). Nietzsche irrum-pe, una vez más, en la historia de la humanidad…

Igual que en la idea del eterno re-torno del filósofo alemán, la tentación de interpretar se hace presente, también una vez más. Y es que sucede que, en tantas ocasiones, testigos de la obra de un autor encuentran motivos y ra-zones que el autor quizá nunca imaginó para su obra y, al escuchar tamañas disquisiciones verbosas y sapientes, no le queda más que alzar una ceja y asumir que quizá es que quiso decir más de lo que dijo. Aceptado el riesgo de incurrir en semejante y reiterada posibilidad, vale la oca-sión para desentrañar el trasfondo de uno de los estrenos del Séptimo Arte más esperados en estos días: “Batman vs.

Supermán. El origen de la justicia”.En muy pocas palabras, habría que decir que

se trata de una película bien he-cha. La historia convence debido a su muy buena producción. La secuencia tiene brincos entre el

presente y el pasado que van haciendo del relato una historia más

que interesante. Se nota la mano del director Zack Snyder, quien con “flashbacks” arma una trama que mantiene el interés en la pan-talla. En su parte final, la película cumple con la historia esperada del cómic y los superhéroes que se

enfrentan al monstruo ve-nido de otro planeta y lo vencen… con el

sacrificio de uno de ellos. Aunque no todo termina allí.

Sin embargo, la presencia de un personaje (necesario) intro-duce el debate dialéctico entre el bien y el mal, Dios (el To-dopoderoso) y el hombre (al que sólo toca mirar las con-secuencias del poder divino)

y las dudas en torno a la nece-sidad de un Dios tal: Alexander

Joseph “Lex” Luthor, el abogado del Diablo que cumple a cabalidad

no solo en su papel de procurar la ten-tación de los hombres que quisieran ser como

Dios, sino, incluso, en incitar el reclamo del hombre para que Dios se ponga en el lugar de su desvalida criatura.

El ser divino, encarnado en la persona del héroe –Supermán-, tiene una mano izquierda que no solo actúa cuando la Justicia es necesaria, sino, incluso… cuando se le pasa la mano. Ya lo dice el mismo Luthor: “los demonios no vienen del infierno. Vienen del cielo”; es decir, las penas del hombre mortal llegan también de arriba, de los cielos, el reino del ser de la capa roja. Y es que el poder de aquel

FICHA TÉCNICA- Título: “Batman v Superman. El origen de la justicia”- Dirección: Zack Snyder- Producción: Charles Roven y Deborah Snyder- Guion: Chris Terrio y David S. Goyer- Basada en: “Batman y Superman”, de DC Comics- Música: Hans Zimmer y Junkie XL- Fotografía: Larry Fong- Montaje: David Brenner- Protagonistas: Henry Cavill, Ben Affleck, Amy Adams, Jesse Eisenberg, Diane Lane, Laurence Fishburne, Jeremy Irons, Holly Hunter, Gal Gadot.

“Dios no puede ser misericordioso, porque si perdona se muestra débil”

La versión de DVD y Blu-ray tendrá una clasificación R, mayores de 17 años, por algunas secuencias de violencia que no

se mostrarán en los cines

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

La batalla dialéctica: Dios vs. el hombrePor Juan L. Simental

“La gente odia lo que no entiende. Sé su héroe, Clark. Sé su ángel. Sé su inspiración. Sé lo que ellos necesiten que seas. O no seas nada”

“Batman vs. Supermán. El origen de la justicia”

FICHA TÉCNICA- Título: “Batman v Superman. El origen de la justicia”- Dirección: Zack Snyder- Producción: Charles Roven y Deborah Snyder- Guion: Chris Terrio y David S. Goyer- Basada en: “Batman y Superman”, de DC Comics- Música: Hans Zimmer y Junkie XL- Fotografía: Larry Fong- Montaje: David Brenner- Protagonistas: Henry Cavill, Ben Affleck, Amy Adams, Jesse Eisenberg, Diane Lane, Laurence Fishburne, Jeremy Irons, Holly Hunter, Gal Gadot.

que está sobre los hombres –inmune a la muerte de los mortales- incita el reproche: “cada vez que su héroe baja un gato de un árbol, usted es-cribe un edito-rial halagador.

Sobre un alienígena que puede incendiar el lugar entero”; “he-mos tenido malas experiencias con tipos raros disfrazados de payasos”, responde Bruce Wayne (el héroe-hombre que envejece) a Clark Kent (el alter ego del héroe que está más allá del tiempo).

Un día, sin embargo, los hombres se cansan y llega la rebelión: “así comienza. La fiebre. La ira. La sensación de impotencia que vuelve a hombres buenos en hombres crueles”. Por eso entonces la objeción del hombre que mira con reclamo a Dios: “en una democracia todos decidimos lo que se hace”, reprocha la sena-dora Finch en la cara del super-héroe que actúa según su propia idea unilateral del bien. Luego el reto máximo, venido del redentor del hombre, que no es Dios sino el hombre mismo: “dime algo, ¿sangras?… Lo harás”. La figura del Dios encarnado con-denado a la cruz. Como afirma la Palabra: nada nuevo hay bajo el Sol; como dijo el mismo Nietzsche: la historia se repite y lo hace con distintos nombres.

Y, en el culmen del debate metafísico, la voz de Luthor que revive el grito de tantos hombres: “¿dónde estaba Dios cuando mi padre me golpeaba? Dios no puede ser miseri-cordioso, porque si perdona se muestra débil”.

Sin embargo, detrás –y antes- de la presencia del hé-roe-Dios encarnado está la figura a la que Lex llama, ya sin disimulo alguno, literal, “la madre de Dios”. En el punto más hondo de la tentación existencial del hijo, ella senten-

cia: “la gente odia lo que no entiende. Sé su héroe, Clark. Sé su ángel. Sé su inspiración. Sé lo que ellos necesiten que seas. O no seas nada. No le debes nada a este mundo. Jamás

se lo has debido”. Ella es, también, implacable.

El final de la cinta cumple con la profecía que se va prefigurando a lo largo de la trama: “más vale que un justo muera”. Así, el héroe-Dios

comparte la suerte del hombre y asume sobre sí la suerte de todos: aprende lo que significa ser hombre. Queda, sin embargo, latente el suceso de una resurrección, para que la fe no sea vana.

No es más que una película de superhéroes y, sin em-bargo… se mueve. En la entraña subsiste la batalla del án-gel caído –el hombre- frente a su redentor: “negro y azul.

Dios vs. hombre. Día contra la noche”. Es la his-toria que no termina y seguirá existiendo

mientras el hombre siga siendo hombre. El viejo Nietzsche se niega a morir.

BATMAN VS. SUPER-MAN… ¿POR QUÉ?Temiendo las consecuencias que las acciones de un super-héroe con poderes casi divinos podrían ocasionar si no están

supervisadas, Batman, el formi-dable justiciero de Gotham, viaja

a Metrópolis para confrontar a Su-permán, el salvador más reverenciado,

mientras el mundo lucha con la interro-gante de qué tipo de héroe realmente necesi-

ta. Con Batman y Supermán enfrentados entre sí, una nueva amenaza pronto cobra fuerza, poniendo a toda la humanidad ante un peligro como nunca antes se cono-ció. (Pablo Fernández, batanga.com).

El conflicto entre Batman y Superman en “Daw of Jus-tice” deriva de la batalla final con el General Zod al final de “Man of Steel”, cuando uno de los edificios de Wayne Enterprises es destruido, y mueren docenas de empleados de la compañía. (Reyna Avendaño; El Universal, 22 de marzo de 2016).

Nietzsche irrumpe, una vez más, en la historia de la

humanidad

La versión de DVD y Blu-ray tendrá una clasificación R, mayores de 17 años, por algunas secuencias de violencia que no

se mostrarán en los cines

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

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La Dictadura elaboró, entre 1950 y 1976, hasta 14 informes contra los libros del Nobel

Por Víctor Núñez Jaime

Octavio Paz en manos de

la censura franquista

Censores franquistas: “servilismo desmedido, exceso de celo, ínfulas de literato frustrado; crasa ignorancia y competencia lectora en muchos de sus juicios y prejuicios”

La dictadura franquista, un negro paréntesis en la

historia cultural de España

“Versos oscuros y estúpidos con algunas expresiones equívocas”

Octavio Paz nació el 31 de marzo de 1914Los funcionarios de la Dirección

General de Propaganda y la Di-rección General de Cultura Po-

pular del Ministerio de Información y Turismo, que se ocupaban de revisar (léase censu-rar) todo lo que se publi-caba en Espa-ña durante la dictadura de Franco, afilaban la mirada, subrayaban, tachaban y, al final de su lectura, relle-naban siempre el mismo formulario: “¿Ataca al dogma? ¿A la moral?

¿A la Iglesia o a sus Ministros? ¿Al Régimen y a sus instituciones? ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el Régimen? ¿Los pasajes censurables califican el contenido total de la obra?”.

Uno de los grandes afectados por aquellas preguntas y los subsiguientes cortes y supresiones de pasajes fue el es-critor mexicano Octavio Paz (1914-1998).

En julio de 1950, la compañía Edi-tora y Distribuidora Hispanoamerica-na S.A. (EDHASA) solicitó el permiso para distribuir 200 ejemplares de “Li-bertad bajo palabra” de Octavio Paz. El libro fue enviado a dos censores. El primero, Pedro de Lorenzo, dijo en su informe que en seis páginas había “frases o expresiones obscenas, otras irreverentes”. El segundo, Andrés de Lucas, apuntó con letra angulosa: “Versos oscuros y estúpidos con algu-nas expresiones equívocas. Creo, sin embargo que puede autorizarse por

el escaso número de lectores que leerán estos engendros”.

Dice Eduardo Ruiz Bau-

tista, investigador de la Universidad de Alcalá, que los censores franquistas se caracterizaban por su “servilismo desmedido, exceso de celo, ínfulas de literato frustrado y la crasa ignorancia y compe-tencia lectora que exhibían en muchos de sus juicios y prejuicios”.

Cuando en 1955 revisaron el poemario “Semillas para un himno”, escrito por Paz un año antes, Jesús Garcés señaló en su in-forme que se trataban de “poesías de un poeta americano, creacionista sin un argumento general. Después de la obra creadora el poeta hace

unas traducciones de los poetas Marvell y Gerardo Nerval. Nada que objetar. Autorícese salvo superior parecer”.

Cuenta Jesús Cañete, director del Festival de la Palabra de la Universidad de Alcalá, que “la censura veía a Octavio Paz como alguien peligroso por haber asistido al Congreso Antifascista de Valencia. Llama la atención que cuando la censura no podía evi-tar la publicación de algún libro, hacía todo lo posible por demo-rarla. El 17 de abril de 1973, Círculo de Lectores solicitó autoriza-ción para reeditar ‘Los signos en rotación’ y otros ensayos, que ya había publicado Alianza en 1971. En esta ocasión el lector cen-sor volvió a tachar las referencias que había a la Virgen en el texto dedicado a la obra de Marcel Duchamp (‘La novia desnudada por sus solteros’). La editorial protestó argumentando que el libro ya

se había editado anteriormente y que detener la impresión le cau-saba daños económicos. Entonces el censor no pudo impedir su impresión, pero sí hizo todo lo posible por retrasarla. El libro no se publicó hasta año y medio más tarde: en septiembre de 1974”.

En 1971, la editorial Seix Barral decidió publicar Las peras del Olmo, un compendio de ensayos del Premio Cervantes 1981. La censura pidió que se suprimiera el texto titulado Aniversario Espa-ñol. Y así se hizo en su primera edición. La censura, sin embargo, no se conformaría con trocear los libros de Paz. En 1975 se impidió la libre circulación de la revista Plural en España y el editor Pere Gi-mferrer organizó una protesta pública. Un año después, cuando ya el dictador había muerto, la censura seguía fijándose en los libros

de Paz. “Vuelta, poemario de Seix Barral, es poesía surrealista. No me ha gustado. Pero desde el punto de vista jurídico-administrativo, nada que señalar”, dice el informe fechado en aquel año.

“Conocer estos documentos es algo curioso”, dice el filósofo Fernan-do Savater, “y son una buena anécdo-ta para sumarla a toda la información que ya tenemos sobre Octavio. Son interesantes, también, porque demues-tran la mentalidad de esos inquisidores contemporáneos que eran los censores franquistas, cuyos criterios literarios dejaban mucho que desear”.

Para Chus Visor, editor de Visor Libros, “los cortes que se le hicieron a la mayoría de los libros que pasaban por la censura franquista fueron poco importantes para su publicación. De lo contrario, los autores se hubieran ne-gado a publicar. Lo que solía hacerse era cambiar algunas palabras por eu-femismos. Y eso te jodía, como autor o editor, pero eras consciente del con-texto en el que vivías y podías sopor-tarlo”. Joan Tarrida, director editorial de Galaxia Gutenberg, que en alianza con Círculo de Lectores ha publicado las obras completas de Paz en Espa-ña, opina que “el hecho de que ahora se conozcan estos informes no aporta gran cosa a la vida y obra del Nobel. Pero sí a la historia cultural de España. Porque demuestra cómo se trataba a los escritores durante la dictadura”. (El País; 17 de febrero de 2015. Edición Comunicante).

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

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“Escribo mañana y tarde. Por lo

regular, las horas más fecundas son las de la mañana, las primeras

horas del día”

“No le temo a la muerte, le tengo miedo a la decadencia física, a

volverme idiota, a convertirme en una planta”

Solo algunas de las letras del alfabeto del Nobel de

Literatura

Buñuel. Alguna vez escuché decir a Luis Buñuel: “Yo no adapto en el cine una buena novela, solamen-

te adapto las malas”. Él hizo “Nazarín” (1959), y es mejor que la novela. En ese sentido, tiene razón Buñuel.

Cine. Nunca me he reconocido del todo en las adaptaciones que han he-cho al cine de mis novelas.

Algunas películas me pare-cen buenas, otras no. Siempre he tenido la sensación de que son historias de otros, no mías. Quizá porque cuando uno inventa per-sonajes nunca se les ve totalmen-te las caras, son figuras más bien difusas y el cine, claro, les da una concreción tal a las personas, paisa-jes y hechos que entonces uno se sor-prende. Sólo una ocasión intervine en una adapta-ción que resultó muy mala, en la primera versión cinematográfica de Pantaleón y las visitadoras, y des-de entonces no he querido participar, he dejado que los guio-nistas trabajen con libertad.

Dorada infancia. Viví muy protegido y mimado por mi familia materna. En realidad mi infancia fue así, la edad dorada. Mi padre vino a rom-per esa dimensión de vida que tenía y esos años desapa-recieron.

Faulkner. Vuel-vo a muchos au-tores. Las obras de William Faulk-ner nunca me han decepcionado, al contrario, en cada lectura siempre me enriquecen más. Leyendo a Faulkner aprendí la importancia de la forma en la novela, el estilo, la construcción, los pun-tos de vista, la organización del tiempo.

Para mí es un gran maestro. Si yo tuviera que elegir entre alguna de sus

“Arequipa, Perú. Lugar donde nací, el 28 de marzo de 1936”

En el aniversario 80 de uno de los escritores latinoamericanos más entrañados

Por Mary Carmen Sánchez Ambriz

Abecedario de Mario Vargas Llosa

obras, me quedaría con “Luz de agosto”.

Galleta. Cuando fui a Re-pública Dominicana a presen-tar “La fiesta del chivo”, algu-nos trujillistas publicaron un

desplegado que advertía que si yo iba me iban a dar una galleta. En Domini-cana, una galleta quiere decir una pali-za. Y, a la inversa, el libro fue muy bien

recibido. En general, los dominicanos recibieron magníficamente la novela. Seguramente algunos herederos de Tru-jillo odian el libro.

Jorge Luis Borges decía que en poesía sólo se admire la excelencia. Creo que es

una afirmación muy exacta. Un cuento, una novela, puede ser menor y pasar, pero un poema si no es muy bueno es muy malo, no hay término me-dio. Y mis poemas eran muy ma-los, por eso me avergüenza mucho leer las cosas que escribía antes.

Kien, Peter. El hombre-libro, personaje de Auto de fe, de Elias

Canetti. En sus memorias, Canetti cuenta de una imagen que, como un

pequeño demonio pertinaz, lo obse-sionaba: un hombre que prende fuego a

su biblioteca y arde junto con sus libros. Así surgió Peter Kien y su amor pervertido

por los libros.Muerte. No le temo a la muerte, le tengo

miedo a la decadencia física, a volverme idio-ta, a convertirme en una planta, a esa situa-ción innoble. La vida no sería lo maravillosa que es si no existiera la muerte. Vivimos in-tensamente porque sabemos que tarde o tem-prano esto se acaba.

Ese final no me angustia. Lo que me pare-ce intolerable es convertirme en un ser depen-diente, en un esclavo.

Sueño. Generalmente no suelo recordar mis sueños, me ocurre muy rara vez. General-mente tengo recuerdos borrosos, no muy lúci-dos. Pero sí tengo obsesiones, imágenes recu-rrentes que aparecen en muchos de mis libros.

Vacío. Cuando termino de escribir una no-vela, paso inmediatamente a hacer otra cosa, me siento incómodo ante ese vacío que deja la escritura final.

William Shakespeare. Todos venimos de él.Nota de la autora: Textos tomados de en-

trevistas que sostuve con Mario Vargas Llosa (1993 y 2003) y fragmentos de algunos de sus ensayos publicados en La verdad de las men-tiras. (Nexos, 28 de marzo de 2016. Edición Comunicante).

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VIERNES 01 DE ABRIL DE 2016

Después de conocerla, Orff quedó “invadido por imágenes y palabras”

“No deja de ser inquietante que en una página cristiana nos inviten a disfrutar de una obra que

es fruto de monjes libertinos”

Por Juan L. Simental

Carmina Burana: celebración de la

efímera vida

Quizá como en el caso de los santos –y también como en aquella canción inolvidable de Silvio, “El Papalote”-, el día más importante en la vida de

algunos es el último de sus vidas. Así es como se recuerda y rinde reconocimiento a esos y esas que conquistaron los altares en razón de sus méritos –virtudes heroicas- inobjetables: fueron fieles hasta el final. Por eso el día de su memoria es el último de su existencia terrena.

El pasado 29 de marzo fue el día de Carl Orff y es que ese día del año 82, él, que fue mú-sico precoz, pasó a mejor vida. Se cumplieron, pues, 34 años de su aparente ausencia; solo eso, aparente. Ya se sabe: la presencia termina, pero las obras quedan y, entre todas, una obra fundamental de ese que fue hijo de Heinrich y Paula: Carmina Burana, la creación monumental.

Decir, sin embargo, que fue del todo “su obra” es no decir toda la verdad. Afirma la re-seña histórica: “el original es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han con-servado en un único códice encontrado en 1803 por Johann Christoph von Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera” (Wikipedia). Es decir, la base de la obra que permanecerá para siempre en la posteridad no fue de Orff, sin embargo, es gracias a él que ese canto a la vida que es Carmina (“Cármina”, así debe pronunciarse) será por siempre una re-ferencia obligada de los corales magnos.

En la búsqueda de información para nutrir el tema, encontré una referencia en una pági-na cristiana que me llamó la atención por la riqueza de su contenido. Al final de la exce-lente reseña estaba un primer comentario que, en verdad, me causó estupor:“No deja de ser

inquietante que en una página cristiana

nos inviten a disfrutar de una obra que es fruto de monjes libertinos…”; después, una serie inter-minable de signos de interrogación y admiración con los cuales el opinador manifestaba, también, su propio y ortodoxo estupor.

Pero más allá de mutuas y equivalentes ras-gaduras de vestimentas, queda la reflexión: si en estos días de la modernidad, entrados ya en la segunda década del siglo XXI, en la edad de las redes sociales y el “mundo feliz” de Huxley rebasado por mucho, aún quedan aquellos para los cuales la coma de la Ley es inamovible, ¿qué decir entonces del tiempo en el que un grupo de monjes irreverentes acuñó la obra que, con el paso de los siglos, Orff convirtió la grandio-

sa Carmina Burana que conocemos ahora?

Y es que hablamos de la Edad Media, esa que con poca justicia –aunque no sin cier-

tos motivos de por medio- se ha calificado como la “edad del oscurantismo”, en la que la Iglesia y sus criterios normaban el cono-cimiento, la incipiente ciencia y hasta las ar-tes. Durante ese periodo (siglos del V al XV), las artes hasta entonces conocidas debían ser un reflejo de Dios y su magnificencia.

Entonces llegaron ellos, “monjes goliardos: monjes cultos, itinerantes, exclaustrados” y die-ron al traste con el ritual establecido.

Carmina Burana es la exaltación de la vida, de la existencia terrena y temporal del hombre, el gozo, la felicidad, el placer… y la diosa Fortuna, es decir, lo efímero de la vida, porque eso es tan solo la fortuna: un momento que pronto pasa.

Para terminar, que sea Carl Orff, el cele-brado, el que diga la última palabra: “Fortu-

ne tenía buenas intenciones conmigo cuan-do hizo llegar a mis manos el catálogo de una librería antigua en Würzburg y en el que descubrí un título que me atrajo por sus poderes mágicos: Carmina Burana”.

Luego de leer los manuscritos, ese que comenzó a tocar el piano a los cinco años, luego el chelo, después el órgano, afirmó: “estaba invadido por imágenes y palabras”.

Sean, pues, las imágenes y las palabras de una obra monumental las que hablen y den el testi-monio mejor de un hombre que fue afortunado, feliz, gracias a la irreverencia de monjes excéntri-cos que decidieron que la vida del hombre y su momentánea, minúscula, felicidad –la finitud de la creatura- debían también ser celebradas.

FORTUNA, EMPERATRIZ DEL MUNDOOh, Fortuna¡Oh, Fortuna, / como la luna, / de condición variable, / siempre creces / o decreces! / La detestable vida / primero embota / y des-pués estimula, / como juego, la agudeza de la mente. / La pobreza y / el poder / los disuelve como al hielo.Suerte cruel / e inútil, / tú eres una rueda volu-ble / de mala condición; / vana salud, / siempre disoluble, / cubierta de sombras / y velada / bri-llas también para mí; / ahora, por el juego / de tu maldad, / llevo la espalda desnuda.La suerte de la salud / y de la virtud / ahora me es contraria; / los afectos / y las carencias

/ vienen siempre como cosa impuesta. / En esta hora, / sin demo-ra, / impulsad los la-tidos del corazón, / el

cual, por azar, / hace caer al fuerte; / ¡llorad to-dos conmigo! (Tal es el cierre exultante escrito por aquellos monjes “cultos, itinerantes” y Carl Orff. Ambos, ellos y él, presencias perennes para la posteridad).

“Se trataba de una congruencia interna que me conmovió

profundamente”, Orff

“En la vacilante balanza de la mente fluctúan los contrarios:

el amor sensual y el pudor”