suplemento cultural - hp 533

8
Comunicante Comunicante Comunicante VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 48 Así lo viví: Testimonio de un sobreviviente “Hoy fue un día soleado”, Jacobo Zabludovsky la noche del 2 de octubre en el noticiario 24 Horas. El sábado 12 de octubre, 10 días después, Gustavo Díaz Ordaz inauguraba los Juegos Olímpicos. “El 2 de octubre no se olvida”… pero ¿qué es lo que no se olvida? Los sesenta, una década que no se olvida A partir de ahí, el mundo ya no fue el mismo. Luego de su paso vino el después y con él se hizo la memoria para siempre, entre la añoranza de los buenos tiempos y la fantasía del hombre en la Luna.... aunque la utopía siguió siendo tal Juan L. Simental Págs. 6 y 7 Juan L. Simental Pág. 8 El Movimiento del 68 tuvo su origen muchísimos años atrás Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5 2 de octubre: “buena fe, lo único que nos sobró”

Upload: hojas-politicas

Post on 23-Jul-2016

228 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

2 de octubre: "buena fe, lo único que nos sobró"

TRANSCRIPT

Page 1: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 48

Así lo viví: Testimonio de un sobreviviente

“Hoy fue un día soleado”, Jacobo Zabludovsky la noche del 2 de octubre

en el noticiario 24 Horas.El sábado 12 de octubre, 10 días

después, Gustavo Díaz Ordaz inauguraba los Juegos Olímpicos.

“El 2 de octubre no se olvida”… pero ¿qué es lo que no se olvida?

Los sesenta, una década que no se olvidaA partir de ahí, el mundo ya no fue el mismo. Luego de su paso vino el después y con él se hizo la memoria para siempre, entre la añoranza de los buenos tiempos y la fantasía del hombre en la Luna....aunque la utopía siguió siendo tal

Juan L. Simental Págs. 6 y 7 Juan L. Simental Pág. 8

El Movimiento del 68 tuvo su origen muchísimos años atrás

Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5

2 de octubre: “buena fe, lo único que nos sobró”

Page 2: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

Editor / Ricardo Bonilla Diseño / Grupo Editorial HADEC

Nomás por hablar de algo…

2

La Efeméride

El 2 de octubre de 1869 nació Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi. Cuando murió, sus últimas palabras fueron: “¡Hey, Rama!” (“¡Oh Dios!”), que para muchos prueban la lucha de Gandhi y su búsqueda de Dios.

En su primer libro de la serie “Arrebatos carnales”, Francisco Martín Moreno habla de José María Morelos y Pavón, y en él cuenta de la vez en la que el Siervo de la Nación, machete en mano, peleó por los amores de Francisca Ortiz, de quien tenía 11 años enamorado. El oponente de Morelos era, nada más y nada menos, que el esposo de Francisca. Morelos nació el 30 de septiembre de 1765.

Octavio Paz: cartas tlatelolcas

(Murió el 30 de septiembre de 1955).

Mínima antología con párrafos de cartas que Octavio Paz es-

cribió en vísperas de la ma-tanza de Tlatelolco en 1968, y después…Octubre 4 (a Antonio Carrillo Flores): “Las fuerzas armadas dispararon contra una multi-tud compuesta en su mayoría por estudiantes. El resultado: más de 25 muertos, centena-res de heridos y un millar de personas en la cárcel. No des-cribiré a Ud. Mi estado de áni-mo. Me imagino que es el de la mayoría de los mexicanos:

tristeza y cólera. (…) Le ruego se sirva ponerme en disponi-bilidad, tal como lo señala la Ley del Servicio Exterior”.Octubre 6 (a Tomlinson): “Para entender esta vuelta a los sacrificios humanos les recomiendo ‘El cántaro roto’, en Libertad bajo palabra. Re-pruebo los excesos verbales de este poema, pero no su substancia. Porque hay una interpretación política, la so-ciológica y la mítica. La últi-ma es la cierta. Los viejos dioses andan suel-tos otra vez, y nuestro presi-

dente se ha convertido en el Gran Sacerdote de Huitzilo-pochtli. Decidí no continuar como representante del Gran Moctezuma (el primero)”.Octubre 7 (a James Laughlin): “Luego del gran ritual azteca del 2 de octu-bre en la llamada Plaza de las Tres Culturas, decidí que lo único decente que podía hacer era cortar toda relación con Huitzilopo-chtli y su gran sacerdote”.Octubre 9 (a José Bianco): “El ritual azteca del 2 de octu-bre en la Plaza de Tlatelolco

(…) me decidió a abandonar el Servicio Exterior. Te en-vío copia de la carta que he dirigido al Comité organiza-dor del Encuentro mundial de poetas y del poema que le acompaña. Espero que los poetas que iban a partici-par (Robert Graves, Neruda, Montale, Evtuchenko y otros) habrán cambiado de idea”.Octubre 9 (a Pere Gimferrer): (Mi renuncia) “no es tanto un gesto político como una reacción moral”. (Guillermo Sheridan, nexos; 2 de octu-bre de 2013).

“La vida es corta, rompe las reglas. Perdona rápido, besa lentamente”,James Dean.

Page 3: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

3SATÍN Y SEDA

Las tarjetas de crédito, mandos ejecutivos y sobrevivencia del más apto

Nadia Bracho

Mi mente divagó entre las palabras que acababa de escuchar y visiones de estados financieros, cheques al portador y binomios al cuadrado perfecto

-¿Hablo con la señora de la casa? -pregun-ta una voz ejecutiva y profesional al otro lado de la línea después, de haber levanta-

do el auricular del teléfono de la cocina.Mi respuesta fue titubeante ya que mi

muchacha, que es la verdadera “señora de la casa”, ya había salido a sus clases de spinning y en su lugar estaba yo recogiendo y lavando los platos de la comida, sopesando que quizá a ella no le importaría que tomara su lugar por algunos minutos, por lo que contesté.

-Sí, soy yo, ¿con quién tengo el gusto? –respondí en la manera más elegante que pude.

-Soy Serafín Sinfín, del Banco Tropical de las Bahamas e Islas Caimanes, desde donde le estamos ofreciendo una tarjeta “hiper plus” que está capacitada para cubrir todas las ne-cesidades financieras, hipotecarias, de avalúo, cuentas de ahorro y crediticias; haciendo al portador una gente de solvencia, tanto económica como moral-mente. ¿Ya le había ofrecido este servicio?, que por añadidura, le informo, es único en el mercado, ya que acaba de ser autorizado por el Banco Mundial en el recién en-cuentro celebrado en Estocolmo…

Mi mente divagó entre las palabras que acababa de escuchar y visiones de estados financieros, cheques al portador, binomios al cuadrado perfecto, el teorema de Pitágoras y unas recetas de ensalada de coliflor con be-tabel que transcribí la semana pasada.

-¿Está usted ahí, todavía? –preguntó alarmada la voz al otro lado de la línea.

-Sí, aún estoy aquí, solamente estaba ana-lizando lo que me estaba diciendo -contesté titubeante e insegura, con el sentimiento de estar frente a un duro y enérgico sinodal de examen de fin de año de Física Termonuclear.

-Eso es correcto, señora de la casa. Aho-ra, como requisito, solamente tiene que de-cirnos si su edad abarca entre los 18.9 y 65.2 años -el 18 y el 65 me habían quedado claros, pero no estaba tan segura del 0.9 y 0.2. Aun

así, no quería poner en evidencia mi ignorancia y contesté de inmediato:

-Por supuesto, estoy más o menos en ese rango. -Muy bien, señora de la casa, necesitamos

saber para nuestro rango de crédito el monto neto mensual de lo que gana, ya sea en dóla-res, libras esterlinas o euros…

-¿No le suena algo familiar la conversión a pesos mexicanos? –me atreví a sugerir.

-¿Pesos mexicanos? Por supuesto. ¿Me po-dría decir señora de la casa, cuánto gana? -una campanita de alarma sonó en el interior de mi cerebro, para ser más exactos bajo la silla turca, por encima del cerebelo. Ese pequeño “impul-so eléctrico” movió mi ceja derecha y después siguió por el maxilar superior, bajó al inferior. Este reflejo hizo que se abriera mi boca y sa-liera un contenido sollozo. ¡Claro que no se lo iba a decir! Eso es información confidencial ni siquiera yo sé la cantidad exacta. Mi tía abuela Flora decía que hablar de dinero frente a los ex-

traños es de “mala educación”.-Si es su deseo, podemos ayu-

darle a sacar ese monto y nos dice la cantidad bruta, para poder desglosar los impuestos, retenciones, apor-taciones y demás cuotas que, con-forme a la ley, usted, como persona

física, debe presentar a deducciones -dijo la voz al otro lado del auricular. Me separé un poco el telé-fono, solo para cerciorarme de que, efectivamen-te, estoy hablando con alguien por esta línea de comunicación. Por un momento pensé que eran las palabras de mi contador, recordándome que tenía que presentar mis declaraciones.

-No, en realidad no tengo idea. Bueno, la ver-dad es que no trabajo –dije, al tiempo que voltee de inmediato a la mesa donde estaban los niños, quienes se miraron entre sí por mi respuesta.

Encogieron los hombros en señal de “bue-no, allá ella y su conciencia”, para luego pro-seguir en dar fin al contenido del plato que tenían enfrente.

-Bueno, señora de la casa, pero eso no es pro-blema. Solamente debe listarme las tarjetas de crédito que maneja, referencias también de crédi-to, incluso tarjetas de algún comercio donde usted adquiere sus compras –vuelve a la carga la voz con bastante experiencia en escuchar a los “prán-

ganas” que no trabajan, pero que de alguna for-ma deben tener un modus vivendi para seguir siendo compradores compulsivos.

-No, no tengo tarjetas de crédito. En realidad todo lo pago en efectivo, y referencias comercia-les no tengo en absoluto, con decirle que ni en la libreta azul de la tiendita de la esquina me tienen anotada para que pague los sábados al mediodía lo que consumiría en la semana -el silencio al otro lado de la línea me indicó que, para “quien sea”, dejé de ser la “señora de la casa” y me con-vertí en un “oye tú” cualquiera.

-Perdón, señora -¡¿no les dije?!, me dejó de decir “de la casa”-, porque si usted está en el rango de edad mencionado se deduce que es una persona económicamente activa -bien decía mi tía Cleo: “si trabajas hija, te van a querer por tu dinero”-, me podría decir, ¿por qué no ha sacado una tarjeta de crédito?

-Bueno… –y de pronto, como tocada por un rayo de sabiduría dije- mis hijos no me dejan - entonces el estruendo de cucharas que se caen sobre el plato, tosidas, ojos des-orbitados y sillas que se arrastran fue inmi-nente, y en dos segundos tenía a mis hijos postrados a mis pies, totalmente fuera de sí y preguntándome a señas.

-¿Quiere usted decir que sus hijos…? O sea, ¿usted? Podría explicarme, ¿es posible?…

-Sí, es correcto: soy débil mental –le ayu-dé en sus deducciones. A estas alturas de la conversación los niños estaban casi virtual-mente desmayados alrededor mío.

-Muy bien “señora de la…”, ¡como sea! Fue un placer servirle y le recordamos que el Banco de… olvídelo y ya cuelgue -dijo a modo de despedida.

-Mamá, todos te escuchamos, ¿por qué mentis-te? –preguntaron preocupados los niños.

-¡Claro que no! Eso no es mentir y, solo para su acervo cultu-ral, en las altas esferas finan-cieras se llama a todo esto “la sobrevivencia del más apto”.

Soy Serafín Sinfín del Banco Tropical de las

Bahamas e Islas Caimanes…

Page 4: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

4

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

El Movimiento del 68 tuvo su origen muchísimos años atrás

2 de octubre: “buena fe, lo único que nos sobró”

El presidente Díaz Ordaz pidió hoy al pueblo de

México, serenidad, ponderación, ecuanimidad.

Que no ahondemos más las diferencias; que hagamos a un lado el amor propio que

tanto estorba para resolver los problemas...”

El Universal, 1 de agosto de 1968.

¿Cómo hablar del 2 de octubre sin faltar al dolor y a la verdad? Hacerlo es embarcarse en una aventura de riesgo. Proponer una visión total del Movimiento es echarse a cuestas los afanes y el corazón de los que estuvieron en la Plaza de las

Tres Culturas diez días antes de las Olimpiadas…El preparatoriano,

el de la Escuela de Me-dicina, el de Ingeniería, la joven de Leyes y la de Enfermería, hasta el agi-tador, el rojo y el azul por igual… pero también el ama de casa, el hermanito de Juan y los sobrinos de Pedro; uno que iba pasando y se quedó, y los curiosos que vivían en el “Chihuahua” y los del “Manuel Gon-zález” que llegaron a ver. Ellos y muchos más, mul-tiplicados, semejantes y no, peregrinos del Casco de Santo Tomás y de más lejos aún.

Llegaron ensayando las porras, con una gui-tarra, con sus faldas tableadas y los panta-lones de campana. Al terminar se irían por Reforma, al Cine Tlatelolco –muy cerquita de ahí-, a la reunión en casa de José, a seguir con el plan y, ¿por qué no?, a escuchar un rato a los Teen Tops, a los Stones, Yupanqui y Soledad Bravo, ¡vida era lo que sobraba!

MANO TENDIDA¿Cuándo inició el 2 de octubre? Cualquier día menos ese. “El Movimiento del 68 tuvo su origen muchísimos años atrás. No parti-mos de cero. No fuimos los que creamos un movimiento. Nada de eso. (…) Fue como irse

acumulando la presión en una caldera”, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, representante de Chapingo en el Consejo Nacional de Huelga.

Si el 68 llegó a México y lo hizo en pleno Tlate-lolco fue porque el país ya no era el mismo, como no lo era el mundo: en los sesenta se dio el pri-mer germen de la globalización en inspiraciones libertarias –las primeras después de las grandes

revoluciones del siglo XX- que prendieron y se propagaron gracias a los estudiantes, la nueva clase ilustrada. Las generaciones anteriores iban de salida y no tenían el vigor ni para promover ni para encabezar el cambio desatado en esa década.

Para Díaz Ordaz la democracia era un bien menor, si había estabi-lidad económica y cre-cimiento no era necesa-rio recurrir a ella. Papá Gobierno solventaba las necesidades primor-diales de los hijos que tan bien conocía. ¿Li-bertad? Solo la necesa-

ria para mantener la paz social. De ahí la respuesta brutal del presidente y su secretario de Goberna-ción: los estudiantes, esos malagradecidos, se me-recieron el regaño del padre que todo les daba y a manos llenas; eran los hijos desobedientes que se llenaban la cabeza con teorías extrañas. “Una mano está tendida: es la mano de un hombre que a través de la pequeña historia de su vida ha demostrado que sabe ser leal. Los mexicanos dirán si esa mano se queda tendida en el aire”, dijo Díaz Ordaz el 1 de agosto… La mano quedó tendida.

Afirma Cervantes Cabeza de Vaca: “no es estrictamente verdad que fuéramos dirigentes, porque si lo hubiéramos sido habríamos sabido adónde ir, qué hacer. Pero no lo sabíamos”. Y es que en el Movimiento hubo mucha buena fe y, con ella, el riesgo de la inexperiencia y la impro-visación, pero, aún más, el de la manipulación de intereses ajenos. El Universal del 28 de agosto del 68 consigna la manifestación estudiantil que en su recorrido al Zócalo lanzó “diatribas contra las altas autoridades”, y que luego izaría la bandera rojinegra en el centro de la plaza. Sin embargo, Alberto Quintanar López (general que dijo haber entrenado a 100 hombres de los casi dos mil del Batallón Olimpia) afirmó que Gobernación infil-tró el Movimiento: “¿Se acuerda cuando izaron la bandera rojinegra en el Zócalo? Eran elementos

“Si entre los estudiantes no provocaban violencia, la

provocaban ellos. ¿Entendido?”

Asumo íntegramente la responsabilidad

personal, ética, social, jurídica, política, histórica”,

Díaz Ordaz

Page 5: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

5

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

El Movimiento del 68 tuvo su origen muchísimos años atrás

2 de octubre: “buena fe, lo único que nos sobró”

Por Juan L. Simental

revoluciones del siglo XX- que prendieron y se propagaron gracias a los estudiantes, la nueva clase ilustrada. Las generaciones anteriores iban de salida y no tenían el vigor ni para promover ni para encabezar el cambio desatado en esa década.

Para Díaz Ordaz la democracia era un bien menor, si había estabi-lidad económica y cre-cimiento no era necesa-rio recurrir a ella. Papá Gobierno solventaba las necesidades primor-diales de los hijos que tan bien conocía. ¿Li-bertad? Solo la necesa-

ria para mantener la paz social. De ahí la respuesta brutal del presidente y su secretario de Goberna-ción: los estudiantes, esos malagradecidos, se me-recieron el regaño del padre que todo les daba y a manos llenas; eran los hijos desobedientes que se llenaban la cabeza con teorías extrañas. “Una mano está tendida: es la mano de un hombre que a través de la pequeña historia de su vida ha demostrado que sabe ser leal. Los mexicanos dirán si esa mano se queda tendida en el aire”, dijo Díaz Ordaz el 1 de agosto… La mano quedó tendida.

Afirma Cervantes Cabeza de Vaca: “no es estrictamente verdad que fuéramos dirigentes, porque si lo hubiéramos sido habríamos sabido adónde ir, qué hacer. Pero no lo sabíamos”. Y es que en el Movimiento hubo mucha buena fe y, con ella, el riesgo de la inexperiencia y la impro-visación, pero, aún más, el de la manipulación de intereses ajenos. El Universal del 28 de agosto del 68 consigna la manifestación estudiantil que en su recorrido al Zócalo lanzó “diatribas contra las altas autoridades”, y que luego izaría la bandera rojinegra en el centro de la plaza. Sin embargo, Alberto Quintanar López (general que dijo haber entrenado a 100 hombres de los casi dos mil del Batallón Olimpia) afirmó que Gobernación infil-tró el Movimiento: “¿Se acuerda cuando izaron la bandera rojinegra en el Zócalo? Eran elementos

de Gobernación. Si entre los estudiantes no provo-caban violencia, la provocaban ellos. ¿Entendido?”. (La Jornada, 2/10/2002).

Lo anterior coincide con el desarrollo de los hechos aquella tarde del 2 de octubre. Lo que pasó está documentado en testimonios de los que vivie-ron el infierno: después de las bengalas –a las 18:10 horas- los disparos contra la multitud y el Ejército comenzaron desde el edificio Chihuahua (en la pri-mera ráfaga cayó el general José Hernández Toledo, comandante del primer batallón de fusileros para-caidistas). El mismo Quintanar comenta: “sabíamos a lo que íbamos”.

Los muertos, ¿algún día se sabrá cuántos fue-ron los muertos? En una balacera que se generalizó a las 18:20 y se controló relativamente a las 22:00 horas, pero que terminó del todo hasta pasadas las tres de la madrugada del día 3, la versión oficial fue: “29 muertos y más de 80 heridos en ambos bandos; 1,000 detenidos” (El Universal, 3/10/1968). Una vez más, Alberto Quintanar refiere que entre ocho y nueve camiones de redilas, sin logotipos, “se utiliza-ron para sacar de Tlatelolco los cuerpos de quienes murieron el 2 de octubre de 1968”.

EL FIN“El temor y la confusión penetraron en sus filas y comenzó a darse un fenómeno de deserción de las actividades políticas. En diciembre de 1968, en medio de una gran desmoralización y un tremen-do desconcierto, el CNH decidió disolverse”. (El movimiento estudiantil mexicano. Notas históricas de las organizaciones políticas, 1910-1971, Antonio Gómez Nashiki).

El Movimiento logró un fuerte sustento social, pero a partir de la disolución del CNH dos fraccio-nes resultaron: una democrática, que opinaba que la situación mejoraría con la participación de todos los estudiantes, sin menospreciar sus creencias ni convicciones y que se integró a la vida del país; “la otra corriente, efecto de una radicalización profun-da y fundada en un dogmatismo severo, fue la revo-lucionaria”. Para esta corriente, el sujeto político no

eran los estudiantes sino las masas; los estudian-tes –por su condición de pequeñoburgués- estaban destinados “a servir a la contrarrevolución”. Así, el Movimiento Estudiantil fue perdiendo el sustrato social y derivó al campo de la acción político-par-tidista y la búsqueda del poder, muy lejos de lo que un día buscaban los jóvenes cuando se lanzaron a las calles en el 68.

A 47 AÑOS¿Valió la pena? Tal vez. Aunque el precio fue caro, la sociedad, a través de los estudiantes, ganó la calle, el Zócalo y las plazas se abrieron –aunque lentamente-. Pero ante un precio tan alto, entonces la respuesta puede ser: no fue lo pensado.

Mirando hacia atrás, Luis González de Alba afirma: “nos faltó la habilidad política de quien consigue lo que desea. Y si a eso llamamos ‘chingarse al otro’, es un error gra-ve. (…) Ceder es, en México, ‘rajarse’. Y nadie quiere ser tildado de rajón. (…) La ingenui-dad nos hizo exigir lo imposible (…), el dog-matismo nos llevó a proclamar que ninguna exigencia era negociable. Así convencimos al gobierno de que no actuábamos de buena fe. Y eso, buena fe, es quizá lo único que nos sobró”. (Letras Libres, septiembre 2003).

A 47 años, ¿qué significa el 2 de octubre para la gente nueva? Hoy, el 2 de octubre debiera tener una vocación reconciliatoria: cerrar la herida, que no el olvido, es quizá su propósito ahora, pero en la reconciliación dos partes son fundamentales: la ofendida y la que ofende, y mientras esta última no aparezca, la rabia y el dolor seguirán presentes. La amnistía exige que haya uno que pida perdón; sin contrición no hay disculpa.

Hoy, a 47 años de aquella tarde en Tlatelolco, hay que aprender de la historia y no olvidar y ha-blar del horror de la muerte de los inocentes, pero también de la reconciliación, esa que cierra las he-ridas cuando la justicia no prescribe y se sobrepone a las trampas que el tiempo nos impone.

“Ceder es, en México, ‘rajarse’. Y

nadie quiere ser tildado de

rajón”

Page 6: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

6

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

Juan Ramón García Maquívar, narrador en primera persona

Así lo viví: Testimonio de un sobreviviente

Por Juan L. Simental

Dicen que “el 2 de octubre no se olvida”… pero ¿qué es lo que no se olvida?

El punto para la reflexión quedó en el aire: “esta fecha debiera ser más importante aún; decimos que ‘el 2 de octubre no se olvida’, pero los jóvenes de

15 y 18 años no conocen, saben que ‘no se olvida’, pero ¿qué?”, dijo el presentador de quien fue testigo aquella tarde del 2 de octubre del 68.

Ahora ejerce la docencia, pero Juan Ramón Gar-cía Maquívar es egresado de la Escuela Superior de Medicina y al principio del Movimiento del 68 representaba en el Consejo Nacional de Huelga. Sin embargo, fue cambiado a Jefe de Brigadas Políticas porque en las reuniones de intelectua-les se dormía; lo suyo era la acción.

Al principio lo dijo: “voy a contar lo que yo viví”, por eso su charla, que en verdad lo fue, dis-currió de manera anecdótica, lo cual provocó un interés visible de los asistentes, especialmente en aquellos que, como bien dijo quien le pre-sentó, solo saben de la frase aquella: el 2 de octubre no se olvida.

Secuestrar camiones para los mítines, en-frentamientos cuerpo a cuerpo con los grana-deros, la movilización estudiantil, organización de marchas, cierre de calles, fueron algunas de las tareas que aceptó con la nueva responsa-bilidad. Nunca fue un buen orador, confesó, pero la acción directa le atrajo inmediatamente, pues tal era su in-quietud cuando su edad giraba alrededor de los 20 años.

RECUERDOSEntre sus memorias, de las que no recuer-da todas las fechas porque “lo que impor-tan son los hechos”, afirmó, está la Marcha del Silencio. Fue impresionante, narra, ver a tantísimos jóvenes y simpatizantes des-filar en silencio. Nada se oía, nadie habla-ba, no había gritos ni consignas; eso fue lo que más impresionaba: el silencio.

También está aquella ocasión cuando tomaron el Zóca-lo. “Entonces teníamos 20 años, ¿qué nos podía preocupar? Era como una fiesta: había guitarras, cantos, bailes de las muchachas… Entonces hubo una ‘primera llamada’ que

nos invitaba de manera atenta a dejar la plaza e ir-nos a nuestras casas. Respondimos con mentadas.

Luego vino la segunda e igual contestamos con men-tadas y silbidos. Al fin llegó la tercera. Luego de las

mentadas y los chiflidos, éramos ‘muy valientes’ (dijo con cierta ironía), se abrieron las puertas de Palacio Nacional y salieron tanquetas del Ejército disparando. Entonces se nos quitó lo va-

liente y salimos corriendo a todo lo que dábamos. Un muchacho iba junto a mí, entonces se agachó a

recoger algo y en ese momento un balazo le entró en la cabeza; le vi caer y vi su sangre”, recordó con la mirada seria.

Al final el miedo los llevó a una cantina, donde las muchachas, los borrachos y los músi-cos, que dejaron de tocar, los oyeron en silencio; “al amanecer nos fuimos muy contentos porque

los borrachos nos escucharon”.Otro acontecimiento memorable fue la toma

del Casco de Santo Tomás, donde echaron una bomba molotov a un jeep que les dejaron “de regalo”, dice entre risas. Luego fue el combate donde un desconocido, a quien le atravesaron la rodilla de un balazo, le salvó de una bala que iba

directo a su cabeza; “no me tocaba”, comentó. En ese mismo episodio lo hicieron que diera respiración de boca a boca a un “pecoso” que “yo sabía que estaba muerto”. Aún re-cuerda el penetrante olor a ajo del

muerto, nunca lo ha podido olvidar, fue como el hedor de la muerte.

“¿ESTÁS VIVO?”El 2 de octubre se fueron a Tlatelolco ca-minando desde el Casco. En el trayecto ha-bía una gran cantidad de soldados, además de los helicópteros ya familiares; había como diez mil personas en la Plaza de las Tres Culturas.

En el duodécimo piso del edificio Chi-huahua vieron una bengala roja, luego

una verde, esa fue la “bengala de la muerte” porque luego comenzaron los balazos. Abajo, la gente parecía como las hojas de una palmera que se movía de un lado para otro; él estaba con otras dos compañeras.

Luego de tirar sus credenciales por un inodoro se pusieron de acuerdo. Eran como las 11 de la noche cuando los solda-dos dieron una patada a la puerta del departamento don-

“Hoy fue un día soleado”, Jacobo Zabludovsky la noche del 2 de octubre en

el noticiario 24 Horas

Page 7: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

7

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

de se escondían; al final creyeron su historia y los escoltaron a la salida, “y eso, tengo que decirlo, lo hicieron a riesgo de recibir ellos un balazo, pues nos prote-gían con sus cuerpos”.

Luego de llamar a las casas de las compañeras se fue para la suya. Ahí habló por teléfono con su padre, quien le pregun-taba: “¿estás vivo?… ¿De ver-dad estás vivo? ¿Quién habla? ¿De verdad eres tú?”.

“IDEALES”Uno de los asistentes cuestionó a García Maquívar acerca de “los ideales por los que lucharon”.

El expositor fue claro: “mira, tal vez justicia, puede ser libertad, pero eso es algo abstracto. No, lo que pedíamos era algo concreto, cosas concretas, ahí está el pliego petitorio: disolución del cuerpo de granaderos, derogación del delito de disolución social (artículos 145 y 145 bis), cese de los jefes de la Po-licía, libertad a los presos políticos, de los médicos, los ferrocarrileros y los maestros… eran cuestio-nes sencillas; solo eso”.

Había los que sin de-berla, sin participar del Movimiento, estuvieron en la cárcel. Por ejem-plo el “Cassius Clay”, un compañero de Navolato, Sinaloa, que cada 15 días regresaba a ver si ya ha-bía clases. En una de esas lo agarraron y se pasó cuatro años encerrado, “¡sin haber hecho nada!”.

EPÍLOGOAsí, entre las vivencias y sus recuerdos, Maquívar, como le decían, trajo el sabor difícil de aquella tarde de octubre, hace 47 años, y dejó la inquietud que solo satisface el conocimiento.

Revivió, además, el ímpetu de otros que, como él, alguna vez fueron dejando la vida por la lucha social y lo que consi-deraron y aún consideran justo.

“El 2 de octubre no se olvida”, pero tampoco la memoria debe perderse, la

que da razón a las causas y, espe-cialmente, a los recuerdos. (Tes-

El sábado 12 de octubre, 10 días después,

Gustavo Díaz Ordaz inauguraba los Juegos Olímpicos

Batallón Olimpia, el grupo de

infiltrados que incitó

la respuesta violenta del

Ejército

timonio publicado por primera vez en octu-bre de 2003 en El Siglo de Durango).

EL PLIEGO PETITORIOEl 4 de agosto de 1968, el movimiento estu-diantil elabora un pliego petitorio que invali-da el de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, y contenía los siguientes puntos:

- Libertad a los presos políticos;- Derogación de los artículos 145 y 145

bis del Código Penal Federal –los cuales ins-tituían el delito de disolución: social y sirvie-ron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes;

- Desaparición del Cuerpo de Granaderos;- Destitución de los jefes policiacos;- Indemnización a los familiares de todos los

muertos y heridos desde el inicio del conflicto;- Deslindamiento de responsabilidades de los

funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

FUENTE: Wikipedia.

Page 8: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 533

8

VIERNES 02 DE OCTUBRE DE 2015

El mundo dejó de ser el que hasta entonces había sido

Aquí han matado al pueblo;no eran obreros parapetados en la huelga,eran mujeres y niños, estudiantes,jovencitos de quince años,una muchacha que iba al cine,una criatura en el vientre de su madre…

Los sesenta, una década que no se olvida

Por Juan L. Simental

Década de los sesenta. A partir de ahí, el mundo ya no fue el mismo. Lue-go de su paso vino eldespués y con

él se hizo la memoria para siempre, entre la añoranza de los buenos tiempos, de Dylan, del peyote, la marga-rita en la oreja y la fantasía del hombre en la Luna. Y la memoria de los amigos que cayeron, los que un día se fueron con el grito de bata-lla puesto, con la esperanza en la sonrisa y con la “ve” de la victoria o el “amor y paz” entre los dedos.

A los tres días, el ejército era la víc-tima de los desalmados, y el pueblo se aprestaba jubiloso a celebrar las Olim-piadas, que darían gloria a México.

“Los hippies, una moda, una nueva for-ma de vida extraña y gritona ha entrado a la rutina del vivir diario”, dice Julio Pérez Gay en El Universal el 10 de marzo del 68. El mundo, la comuna utópica de amarse los unos a los otros –y sobre los otros- y que no haya tiempo de hacer la guerra. No a Viet-nam; sí a la Revolución de los cuerpos y la psicodelia. La Revolución del pensamiento.

Las bocas de los muertos nos escupen una perpetua sangre quieta.

Yuri Gagarin, después de “Laika” pero antes que Aldrin y Armstrong, de pa-

seo por el cielo donde no pudo ver a

Dios. En el 62 la mujer a la que Arthur Miller bautizó como “la más triste del mundo”, bebió de un coctel de soledad y barbitúricos, y se fue

y ya no cantó más “Happy bir-thday, Mr. President”. En el 63, el Sr. Presidente ya tampoco estaba aquí.

Tenemos Secretarios de Es-tado capaces de transformar la mierda en esencias aromá-ticas, diputados y senadores alquimistas, líderes inefables, chulísimos, un tropel de pu-tos espirituales enarbolando

nuestra bandera gallardamente.

Siguieron la Primavera de Praga, el Mayo Francés, las protestas por Vietnam y el hombre que soñó, “I have a dream!”, antes de encarnar su propio sueño, arrullado con balas y llorado con lágrimas negras: Martin Luther King. Tres años antes, aquel que creía en la violencia en legítima defensa, “que yo deno-mino inteligencia”, también se fue víctima de la sinrazón: Mal-colm X.

Aquí no ha pasado nada.Comienza nuestro reino.

Década de los sesenta, lle-na de nombres –para bien y para mal-: Lee Harvey Oswald, Adolf Eichmann, El Muro, Leó-nidas Trujillo, El Concilio, Juan XXIII y Paulo VI, Mandela, Va-lentina Tereshkova, Los Beat-

les, Mao, Walt Disney, El Che, Nixon, De Gaulle, Apolo XI, Warhol, Woodstock… y sus historias.

Las mujeres, de rosa,los hombres, de azul cielo,desfilan los mexicanos en la unidad gloriosaque constituye la patria de nuestros sueños

Luego de los sesenta el mundo fue un después. Con el tiempo, sin embargo, e igual que con el Paraíso preternatural, la realidad se impuso y la utopía siguió siendo tal. La utopía es solo eso.

Pero queda la memoria, el rumor imbo-rrable de esa, la que un día fue una peque-ña conmoción llamada felicidad. (Aun-que no todo haya sido felicidad).

(En cursivas, fragmentos del poema “Tlatelolco 68”, de Jaime Sabines).