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Harper’s Bazaar Latin America | Print October 2015 Circulation: 41,040 La feria independiente más reconocida dentro de los circuitos del arte nos pone en estado de sitio con su conquista inminente. Vanesa Fernández, su representante en México, nos ayuda a entender el porqué todos –aficionados o no al arte contemporáneo– hablamos de Frieze. Por Kira Alvarez FENÓMENO FRIEZE E s innegable el dominio del arte contemporáneo en el mundo como se conoce ahora; los artistas de apelli- dos impronunciables se han convertido en las nuevas celebridades, y a diferencia de como Warhol lo pro- nosticaba, no han sido sólo 15 sus minutos de fama. Basta ver el exposure de Marina Abramovic, quien de creadora pasó a musa; Riccardo Tisci no da paso sin ella, para prueba el último desfile de Givenchy en Nueva York donde la reina del performance remembró el 9/11 con una instalación que hizo las ve- ces de pasarela. ¿Y qué decir de Dismaland de Bansky? El siniestro parque de diversiones en Weston-super-Mare, en el sudoeste del Reino Unido, que el artista inglés imaginó con piezas de él mismo así como de otros 50 de 17 países. ¿El común denominador? La irreverencia hacia la política y la crítica social. Entre los que confor- man la perversa versión de Disneyland se encuentra Damien Hirst, quien es el artista vivo más valioso, el mismo que estrena juguete en forma de un espacio artístico: Newport Street Gallery. El espacio a inaugurarse este mismo octubre incluye más de 3 mil obras de su colección privada, misma que ahora lo posiciona en el papel de curador. Artistas, musas, mecenas, colaboradores, galeristas, colec- cionistas, aficionados… El arte contemporáneo nos pone en estado de sitio y no hay nada más que hacer. Vanesa Fernández, representante de Frieze en México. 1

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October 2015 Circulation: 41,040

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La feria independiente más reconocida dentro de los circuitos del arte nos pone en estado de sitio con su conquista inminente. Vanesa Fernández, su representante en México, nos ayuda a entender el

porqué todos –aficionados o no al arte contemporáneo– hablamos de Frieze. Por Kira Alvarez

FENÓMENOFRIEZE

Es innegable el dominio del arte contemporáneo en el mundo como se conoce ahora; los artistas de apelli-dos impronunciables se han convertido en las nuevas celebridades, y a diferencia de como Warhol lo pro-nosticaba, no han sido sólo 15 sus minutos de fama. Basta ver el exposure de Marina Abramovic, quien de

creadora pasó a musa; Riccardo Tisci no da paso sin ella, para prueba el último desfile de Givenchy en Nueva York donde la reina del performance remembró el 9/11 con una instalación que hizo las ve-ces de pasarela. ¿Y qué decir de Dismaland de Bansky? El siniestro parque de diversiones en Weston-super-Mare, en el sudoeste del

Reino Unido, que el artista inglés imaginó con piezas de él mismo así como de otros 50 de 17 países. ¿El común denominador? La irreverencia hacia la política y la crítica social. Entre los que confor-man la perversa versión de Disneyland se encuentra Damien Hirst, quien es el artista vivo más valioso, el mismo que estrena juguete en forma de un espacio artístico: Newport Street Gallery. El espacio a inaugurarse este mismo octubre incluye más de 3 mil obras de su colección privada, misma que ahora lo posiciona en el papel de curador. Artistas, musas, mecenas, colaboradores, galeristas, colec-cionistas, aficionados… El arte contemporáneo nos pone en estado de sitio y no hay nada más que hacer.

Vanesa Fernández, representante de Frieze en México.

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Mucha de la inexorable culpa es de Frieze, publicación fundada por Amanda Sharp y Matthew Slotover junto al artista Tom Gidley en 1991, la cual, desde entonces, se dedica a la disección de la cultura, en especial del antes mencionado -y tan a veces satanizado- arte con-temporáneo. Con ocho números anuales y tres ferias, dos en Londres y otra en Nueva York, las cuales incluyen un aventajado número de programas, Frieze se proclama como el nombre a pronunciar si de arte se trata. La conquista ha sido inminente, tanto que se permea en territorio nacional bajo el rostro de Vanesa Fernández, historiadora del arte, curadora, crítica, académica, galerista, editora, entusiasta y apasionada. La graduada como crítica de arte y con una maestría en arte postguerra y arte contemporáneo por el Sotheby’s Institute/University of Manchester, es su comisionada en México y en entre-vista exclusiva nos adentra en el implacable fenómeno Frieze.

“De lo que me encargo es de representar a la feria en México. Lo más importante son los coleccionistas que van en cada edición; verifico que la lista esté correcta, con los más importantes incluidos. También hay eventos increíbles como fiestas, openings… Los museos y galerías siempre calendarizan sus exposiciones más destacadas du-rante Frieze, entonces, es informar a todas estas personas las oportu-nidades que tienen. Es una semana muy emocionante, mucha gente atiende –además de la feria– porque saben que si van a ir a Londres una vez al año, ésta es la mejor temporada. Están todas las exposi-ciones sobresalientes del año, y como coleccionistas VIP de Frieze, tienen entradas en un horario que no admite al público en general; pueden ver las muestras individualmente con una copita de champa-ña… de esta parte me ocupo yo”, nos comenta quien inició su ca-rrera como coordinadora de exposiciones en MARCO, en su natal

Monterrey, para luego escribir como crítica de arte para periódicos como El Reforma, El Norte y Milenio, a lo que agrega: “Las galerías no las veo yo, para eso hay un comité muy serio de expertos, al igual que en todas las ferias de arte. Cualquier galería puede aplicar, y el comité de selección revisa sus expedientes y decide a cuáles aceptan. Es una feria que a pesar del prestigio, es pequeña y nada comercial. Son 160 galerías, no es gigantesca. La razón por la que Frieze tie-ne tanto renombre es porque realmente son las mejores galerías del mundo, es una feria muy controlada en tamaño, muy difícil de en-trar; están las mejores y ya”.

Al reconocer la relevancia es imposible no cuestionar los diferentes programas y la magnitud de los alcances que ha tenido la feria que comenzó en 2003. “Inglaterra es una potencia mundial, Amanda y Matthew como visionarios ubicaron que existía este nicho. Este año por primera vez no son los directores de la feria, el cargo se lo asignaron a Victoria Siddall, quien anteriormente era la directora de Frieze Masters, la feria hermana que se lleva a cabo también en Lon-dres. Aunque siguen teniendo el papel de fundadores y supervisando la transición”, nos contesta. Para entender Frieze es de recalcar que las dos ferias que tienen lugar en Londres, son sumamente diferentes. Frieze Art Fair se centra en el arte contemporáneo, aquel realizado después del 2000, mientras que Frieze Masters se creó en 2012 bajo el mando de Siddall con el fin de darle su lugar de trascendencia al arte histórico –creado antes del 2000– que sin duda es influencia proclamada de los artistas contemporáneos.

“Masters es histórico, son obras que no son de la actualidad. Son desde la antigüedad, hasta el arte moderno de los 30, 40. No nada más hay pinturas y esculturas, sino también teteras, utensilios…

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La feria independiente más reconocida dentro de los circuitos del arte nos pone en estado de sitio con su conquista inminente. Vanesa Fernández, su representante en México, nos ayuda a entender el

porqué todos –aficionados o no al arte contemporáneo– hablamos de Frieze. Por Kira Alvarez

FENÓMENOFRIEZE

Es innegable el dominio del arte contemporáneo en el mundo como se conoce ahora; los artistas de apelli-dos impronunciables se han convertido en las nuevas celebridades, y a diferencia de como Warhol lo pro-nosticaba, no han sido sólo 15 sus minutos de fama. Basta ver el exposure de Marina Abramovic, quien de

creadora pasó a musa; Riccardo Tisci no da paso sin ella, para prueba el último desfile de Givenchy en Nueva York donde la reina del performance remembró el 9/11 con una instalación que hizo las ve-ces de pasarela. ¿Y qué decir de Dismaland de Bansky? El siniestro parque de diversiones en Weston-super-Mare, en el sudoeste del

Reino Unido, que el artista inglés imaginó con piezas de él mismo así como de otros 50 de 17 países. ¿El común denominador? La irreverencia hacia la política y la crítica social. Entre los que confor-man la perversa versión de Disneyland se encuentra Damien Hirst, quien es el artista vivo más valioso, el mismo que estrena juguete en forma de un espacio artístico: Newport Street Gallery. El espacio a inaugurarse este mismo octubre incluye más de 3 mil obras de su colección privada, misma que ahora lo posiciona en el papel de curador. Artistas, musas, mecenas, colaboradores, galeristas, colec-cionistas, aficionados… El arte contemporáneo nos pone en estado de sitio y no hay nada más que hacer.

Vanesa Fernández, representante de Frieze en México.

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Mucha de la inexorable culpa es de Frieze, publicación fundada por Amanda Sharp y Matthew Slotover junto al artista Tom Gidley en 1991, la cual, desde entonces, se dedica a la disección de la cultura, en especial del antes mencionado -y tan a veces satanizado- arte con-temporáneo. Con ocho números anuales y tres ferias, dos en Londres y otra en Nueva York, las cuales incluyen un aventajado número de programas, Frieze se proclama como el nombre a pronunciar si de arte se trata. La conquista ha sido inminente, tanto que se permea en territorio nacional bajo el rostro de Vanesa Fernández, historiadora del arte, curadora, crítica, académica, galerista, editora, entusiasta y apasionada. La graduada como crítica de arte y con una maestría en arte postguerra y arte contemporáneo por el Sotheby’s Institute/University of Manchester, es su comisionada en México y en entre-vista exclusiva nos adentra en el implacable fenómeno Frieze.

“De lo que me encargo es de representar a la feria en México. Lo más importante son los coleccionistas que van en cada edición; verifico que la lista esté correcta, con los más importantes incluidos. También hay eventos increíbles como fiestas, openings… Los museos y galerías siempre calendarizan sus exposiciones más destacadas du-rante Frieze, entonces, es informar a todas estas personas las oportu-nidades que tienen. Es una semana muy emocionante, mucha gente atiende –además de la feria– porque saben que si van a ir a Londres una vez al año, ésta es la mejor temporada. Están todas las exposi-ciones sobresalientes del año, y como coleccionistas VIP de Frieze, tienen entradas en un horario que no admite al público en general; pueden ver las muestras individualmente con una copita de champa-ña… de esta parte me ocupo yo”, nos comenta quien inició su ca-rrera como coordinadora de exposiciones en MARCO, en su natal

Monterrey, para luego escribir como crítica de arte para periódicos como El Reforma, El Norte y Milenio, a lo que agrega: “Las galerías no las veo yo, para eso hay un comité muy serio de expertos, al igual que en todas las ferias de arte. Cualquier galería puede aplicar, y el comité de selección revisa sus expedientes y decide a cuáles aceptan. Es una feria que a pesar del prestigio, es pequeña y nada comercial. Son 160 galerías, no es gigantesca. La razón por la que Frieze tie-ne tanto renombre es porque realmente son las mejores galerías del mundo, es una feria muy controlada en tamaño, muy difícil de en-trar; están las mejores y ya”.

Al reconocer la relevancia es imposible no cuestionar los diferentes programas y la magnitud de los alcances que ha tenido la feria que comenzó en 2003. “Inglaterra es una potencia mundial, Amanda y Matthew como visionarios ubicaron que existía este nicho. Este año por primera vez no son los directores de la feria, el cargo se lo asignaron a Victoria Siddall, quien anteriormente era la directora de Frieze Masters, la feria hermana que se lleva a cabo también en Lon-dres. Aunque siguen teniendo el papel de fundadores y supervisando la transición”, nos contesta. Para entender Frieze es de recalcar que las dos ferias que tienen lugar en Londres, son sumamente diferentes. Frieze Art Fair se centra en el arte contemporáneo, aquel realizado después del 2000, mientras que Frieze Masters se creó en 2012 bajo el mando de Siddall con el fin de darle su lugar de trascendencia al arte histórico –creado antes del 2000– que sin duda es influencia proclamada de los artistas contemporáneos.

“Masters es histórico, son obras que no son de la actualidad. Son desde la antigüedad, hasta el arte moderno de los 30, 40. No nada más hay pinturas y esculturas, sino también teteras, utensilios…

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de todo. Es una carpa igual de grande a la distancia caminada de Frieze Art Fair, sólo que ahí hay masterpieces, es decir, Rembrandt, Miguel Ángel, Da Vinci, Cranach… Y así como en la feria de arte contemporáneo, hay programas que no son necesariamente comer-ciales, también en Masters hay dos: Spotlight y Collections. En Spot-light se realizan exhibiciones en solitario de artistas del siglo XX, que casi siempre son desconocidos, pero muy importantes, pione-ros, influyentes; los primeros en hacer algo que luego se volvió un movimiento. Es increíble porque tienes un trabajo de investigación histórica”, suma a la charla Vanesa, quien además ha realizado cura-durías independientes en lugares com París. Collections por su parte es un nuevo programa que amenaza con ser el semillero de próximas exposiciones en instituciones públicas. Frieze Masters se llevará a cabo del 14 al 18 de octubre en The Regent’s Park.

Por su lado, Frieze Art Fair será del 14 al 17 en el mismo mes y sitio y cuenta con programas tan diversos como Frieze Film, Projects, Talks, Music. A este respecto, Vanessa nos comparte: “Existe la sección Frieze Live en donde hacen performance, hay algunas piezas elegidas del pasado que las vuelven a poner en escena. Son piezas históricas, por ejemplo en Nueva York recrearon el Laberinto de Fluxus creado en 1976, que todos los historiadores del arte hemos leído en algún libro de arte o estudiado en alguna clase, y ahora lo puedes ver. Es algo que alimenta la curiosidad, da investigación –desde un punto de vista museístico– y además para venta. Así como Live es de performance, también tienes la sección de Pro-jects, en donde se invita a diferentes artistas a participar con la creación

de obra que termina mostrándose en la feria. Lo trabajan al lado de un curador quien escoge un proyecto, o propone una obra que el artista ya había hecho, es decir, lo discuten juntos. Casi siempre son alrededor de diez proyectos comisionados”.

Vanesa, quien además dio clases de Historia del Arte en la Univer-sidad de Monterrey (UDEM), cuenta entre sus alumnos a grandes figuras actuales dentro del arte, entre ellos Zélika García (fundadora y directora de MACO), Sofía Hernández (ex-directora del Museo Tamayo), Mario García Torres (artista mexicano) y Eduardo López (director de la galería Fifi Projects). Continuando la entrevista, con-fiesa: “También me encargo de que los coleccionistas no se pierdan los programas especiales de Frieze, como Talks, que son conferen-cias. De la misma manera existe Focus, una sección de galerías jóve-nes curadas por Jacob Proctor y Raphael Gygax. Los dos viajan por todo el mundo buscando galerías emergentes y las invitan. Esto les da la oportunidad de tener un estante en la feria junto a las grandes galerías del mundo. Muchas veces, cuando hay una nueva galería dentro de la sección principal, viene de Focus”.

Con 13 años en Londres y tres en Nueva York, ciudad en donde la feria tiene lugar en mayo, Frieze crece sin parecer detenerse con-virténdose no sólo en un escaparate sino también en plataforma de despegue. “No sólo hay arte establecido –comercial y muy caro–; además hay galerías nuevas. Por ejemplo, en la edición pasada de la feria en N.Y., el chisme era que si querías ver arte emergente de Nueva York, el mejor lugar era Frieze. Su sección de Focus contaba FO

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con una superselección de galerías neoyorquinas. Era un poco iró-nico porque ahí estaba Manhattan y puedes ir a buscar las galerías tú solito, pero hay cientos de miles y aquí era una selección. Entonces era muy chistoso porque decían ‘la mejor manera de ver las galerías de Nueva York no es en Chelsea, sino en Frieze’ entonces es algo muy interesante”, agrega Vanesa, que también fue publisher y direc-tora de Celeste, casa editorial de publicaciones de arte.

¿Y cuál es el papel de México en Frieze, además de los coleccionis-tas? A lo anterior Vanesa responde: “Son 30 los países que participan con sus galerías, incluido México, y en esta ocasión es representado por Kurimanzutto. Es de destacar que aun siendo sólo una, hay una gran oferta de artistas mexicanos representados por el resto de las gale-rías no nacionales como Pedro Reyes y Gabriel Orozco. Lo mejor que hay en México son artistas, digamos que dentro de todo el marco del arte, es de lo que más podemos presumir. Hay buenos museos, buenas galerías; no tenemos buenos curadores y todavía menos críticos. Más o menos así esta repartido, hay otros lugares donde existe muy buena crítica, pero no hay artistas. Por ejemplo, en Francia hay muy buenos críticos –siempre los ha habido– y hay muchos teóricos, pero no hay tantos artistas. Aquí hay muchos y muy buenos. Es nuestro capital”.

Al llegar casi al término de la plática, la pregunta inminente salta a la mesa: ¿cómo acercar el arte a todo público? “No es muy complicado, vas, compras tu boleto y entras. Ningún experto se hace de la noche a la mañana. La única forma de aprender, es taloneándole. Entonces hay que ir a Zona Maco, a Frieze en Nueva York, hay que ir a las ferias

de Londres. Y también hay que ir a los museos, a ver las exposiciones importantes. Leer el texto en la pared no es tan complicado. Te pue-des comprar un libro de historia del arte, cualquiera, hay muchísimos. La historia resumida, para que tengas un marco en general, te toma a lo mejor tres días leerlo y a partir de eso poder ir creando tu propio rompecabezas. Yo creo que la única manera de aprender es haciéndo-lo. Pienso que nadie debería de tener miedo o vergüenza de decir no sé, porque siempre habrá alguien que sepa más que tú. Entonces no importa. La verdad es que los más grandes expertos son los que están ahí todo el día. Se aprende viendo, estando, preguntando... y una feria es un lugar ideal para hacerlo. Porque ahí está el artista y el galerista, es donde puedes hacer muchas preguntas e interactuar, cosa que en un museo no”. A lo que continúa: “También puedes empezar a invertir en una colección. Yo invito a coleccionistas a Frieze que conozco de mucho tiempo; me ha tocado asesorar a chavitos que empezaron a coleccionar desde que tenían 11 o 12 años. Superchiquitos, juntaban todo su dinerito de cumpleaños y compraban una piececita de 500 dólares. Íbamos juntos a la feria y los ase-soraba. Ahora ya están grandes. Ya tienen más de 30 años y los galeristas los reciben con muchísimo afecto porque les conocen desde chiquitos. Ahora ellos van a cualquier lugar y ya conocen a todos. Esto es muy importante porque las galerías importantes no le venden a cualquiera. Tienen que ase-gurarse que los cuadros vayan a una colección seria de un buen coleccio-nista. Entonces es bueno ir conociéndolos e ir haciéndose de un nombre, que estés interesado, y formar una trayectoria como comprador”.

Pregunta final: ¿ El mejor consejo para Frieze? “¡Ir!” n

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1. Galería Gavin Brown’s Enterprise 2. Galería Shave Modern. 3. Galería Silverstein en Frieze Masters. 4. Pieza de Yayoi Kusama en el Frieze Sculpture Park.

5. Galería Broadway 1602, en Frieze Masters. 6. Galería Hyundai. 7. Galería Timothy Taylor. 8. Pieza del artísta Jaume Plensa. 9. Galería Almine Rech.

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de todo. Es una carpa igual de grande a la distancia caminada de Frieze Art Fair, sólo que ahí hay masterpieces, es decir, Rembrandt, Miguel Ángel, Da Vinci, Cranach… Y así como en la feria de arte contemporáneo, hay programas que no son necesariamente comer-ciales, también en Masters hay dos: Spotlight y Collections. En Spot-light se realizan exhibiciones en solitario de artistas del siglo XX, que casi siempre son desconocidos, pero muy importantes, pione-ros, influyentes; los primeros en hacer algo que luego se volvió un movimiento. Es increíble porque tienes un trabajo de investigación histórica”, suma a la charla Vanesa, quien además ha realizado cura-durías independientes en lugares com París. Collections por su parte es un nuevo programa que amenaza con ser el semillero de próximas exposiciones en instituciones públicas. Frieze Masters se llevará a cabo del 14 al 18 de octubre en The Regent’s Park.

Por su lado, Frieze Art Fair será del 14 al 17 en el mismo mes y sitio y cuenta con programas tan diversos como Frieze Film, Projects, Talks, Music. A este respecto, Vanessa nos comparte: “Existe la sección Frieze Live en donde hacen performance, hay algunas piezas elegidas del pasado que las vuelven a poner en escena. Son piezas históricas, por ejemplo en Nueva York recrearon el Laberinto de Fluxus creado en 1976, que todos los historiadores del arte hemos leído en algún libro de arte o estudiado en alguna clase, y ahora lo puedes ver. Es algo que alimenta la curiosidad, da investigación –desde un punto de vista museístico– y además para venta. Así como Live es de performance, también tienes la sección de Pro-jects, en donde se invita a diferentes artistas a participar con la creación

de obra que termina mostrándose en la feria. Lo trabajan al lado de un curador quien escoge un proyecto, o propone una obra que el artista ya había hecho, es decir, lo discuten juntos. Casi siempre son alrededor de diez proyectos comisionados”.

Vanesa, quien además dio clases de Historia del Arte en la Univer-sidad de Monterrey (UDEM), cuenta entre sus alumnos a grandes figuras actuales dentro del arte, entre ellos Zélika García (fundadora y directora de MACO), Sofía Hernández (ex-directora del Museo Tamayo), Mario García Torres (artista mexicano) y Eduardo López (director de la galería Fifi Projects). Continuando la entrevista, con-fiesa: “También me encargo de que los coleccionistas no se pierdan los programas especiales de Frieze, como Talks, que son conferen-cias. De la misma manera existe Focus, una sección de galerías jóve-nes curadas por Jacob Proctor y Raphael Gygax. Los dos viajan por todo el mundo buscando galerías emergentes y las invitan. Esto les da la oportunidad de tener un estante en la feria junto a las grandes galerías del mundo. Muchas veces, cuando hay una nueva galería dentro de la sección principal, viene de Focus”.

Con 13 años en Londres y tres en Nueva York, ciudad en donde la feria tiene lugar en mayo, Frieze crece sin parecer detenerse con-virténdose no sólo en un escaparate sino también en plataforma de despegue. “No sólo hay arte establecido –comercial y muy caro–; además hay galerías nuevas. Por ejemplo, en la edición pasada de la feria en N.Y., el chisme era que si querías ver arte emergente de Nueva York, el mejor lugar era Frieze. Su sección de Focus contaba FO

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con una superselección de galerías neoyorquinas. Era un poco iró-nico porque ahí estaba Manhattan y puedes ir a buscar las galerías tú solito, pero hay cientos de miles y aquí era una selección. Entonces era muy chistoso porque decían ‘la mejor manera de ver las galerías de Nueva York no es en Chelsea, sino en Frieze’ entonces es algo muy interesante”, agrega Vanesa, que también fue publisher y direc-tora de Celeste, casa editorial de publicaciones de arte.

¿Y cuál es el papel de México en Frieze, además de los coleccionis-tas? A lo anterior Vanesa responde: “Son 30 los países que participan con sus galerías, incluido México, y en esta ocasión es representado por Kurimanzutto. Es de destacar que aun siendo sólo una, hay una gran oferta de artistas mexicanos representados por el resto de las gale-rías no nacionales como Pedro Reyes y Gabriel Orozco. Lo mejor que hay en México son artistas, digamos que dentro de todo el marco del arte, es de lo que más podemos presumir. Hay buenos museos, buenas galerías; no tenemos buenos curadores y todavía menos críticos. Más o menos así esta repartido, hay otros lugares donde existe muy buena crítica, pero no hay artistas. Por ejemplo, en Francia hay muy buenos críticos –siempre los ha habido– y hay muchos teóricos, pero no hay tantos artistas. Aquí hay muchos y muy buenos. Es nuestro capital”.

Al llegar casi al término de la plática, la pregunta inminente salta a la mesa: ¿cómo acercar el arte a todo público? “No es muy complicado, vas, compras tu boleto y entras. Ningún experto se hace de la noche a la mañana. La única forma de aprender, es taloneándole. Entonces hay que ir a Zona Maco, a Frieze en Nueva York, hay que ir a las ferias

de Londres. Y también hay que ir a los museos, a ver las exposiciones importantes. Leer el texto en la pared no es tan complicado. Te pue-des comprar un libro de historia del arte, cualquiera, hay muchísimos. La historia resumida, para que tengas un marco en general, te toma a lo mejor tres días leerlo y a partir de eso poder ir creando tu propio rompecabezas. Yo creo que la única manera de aprender es haciéndo-lo. Pienso que nadie debería de tener miedo o vergüenza de decir no sé, porque siempre habrá alguien que sepa más que tú. Entonces no importa. La verdad es que los más grandes expertos son los que están ahí todo el día. Se aprende viendo, estando, preguntando... y una feria es un lugar ideal para hacerlo. Porque ahí está el artista y el galerista, es donde puedes hacer muchas preguntas e interactuar, cosa que en un museo no”. A lo que continúa: “También puedes empezar a invertir en una colección. Yo invito a coleccionistas a Frieze que conozco de mucho tiempo; me ha tocado asesorar a chavitos que empezaron a coleccionar desde que tenían 11 o 12 años. Superchiquitos, juntaban todo su dinerito de cumpleaños y compraban una piececita de 500 dólares. Íbamos juntos a la feria y los ase-soraba. Ahora ya están grandes. Ya tienen más de 30 años y los galeristas los reciben con muchísimo afecto porque les conocen desde chiquitos. Ahora ellos van a cualquier lugar y ya conocen a todos. Esto es muy importante porque las galerías importantes no le venden a cualquiera. Tienen que ase-gurarse que los cuadros vayan a una colección seria de un buen coleccio-nista. Entonces es bueno ir conociéndolos e ir haciéndose de un nombre, que estés interesado, y formar una trayectoria como comprador”.

Pregunta final: ¿ El mejor consejo para Frieze? “¡Ir!” n

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1. Galería Gavin Brown’s Enterprise 2. Galería Shave Modern. 3. Galería Silverstein en Frieze Masters. 4. Pieza de Yayoi Kusama en el Frieze Sculpture Park.

5. Galería Broadway 1602, en Frieze Masters. 6. Galería Hyundai. 7. Galería Timothy Taylor. 8. Pieza del artísta Jaume Plensa. 9. Galería Almine Rech.

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