cultura y simulacro,braudillard

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  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    ean audrillard

    ultura

    y

    imulacro

    La

    precesin de los simul cros

    efecto e ubourg

    lasombr

    de

    las m yor s

    silencios s

    fin de lo soci l

    P

    P L : ~

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    Ttulooriginal: LA PRECESSIONS DES SIMULACRES L'EFFET

    BEAUBOURG A L OMBRE DES MAJORITS SrLENCrEUSES

    Traduccin: Antoni Vicens )' Pedro RovirJ

    i. \ J

    9 by Jenn baudrilli.lrd

    . 1978

    by

    dilions Gelile

    1978 by dilton> Vtopie

    O

    de la cdiclOn en castellano:

    1978

    by

    Editorial Kairs. S.A.

    Primera

    edicin: Seplicmbre 1978

    Novena edicin: Diciembre 2008

    ISBN-lO:

    8 4 7 2 ~ 5 2 9 8

    ISBN-13: 978-84-7245-298-5

    Dep. Legal: B-52.09712oo8

    Impresin)' encuadernacin: ndice. S. L Flu\'ia. 81*87. 08019 Barcelona

    Este lib ro ha s ido

    l.mpre.so Con

    papel cemficado

    rsc.

    pro\'iene de fucmc\

    respetuosas con la sociedad el mcdJo otmbientc ) cuenla con 1 5

    reqUISito

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    L SOM R

    L S

    M YOR S

    SI LEN IOS S

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    5/48

    Todo el

    montn confuso de lo social gira en

    torno a ese referente esponjoso a esa realidad

    opaca y translc ida a la vez a esa nada: las

    masas.

    Esa

    bola de cristal de las estadlsticas

    es-

    t -atravesada por corrientes y f lu jos a

    Ima-

    gen

    de

    materia y de los elementos naturales.

    Es

    as al menos cmo nos las representan. Aun

    que puedan estar -magnetizadas. y lo social

    pueda envolverlas como una electricidad esttica

    la mayor parte de las veces hacen

    tierr

    - o

    -masn- precisamente o sea que absorben toda la

    electricidad de lo social y de lo pol lt lco y la neu

    tralizan sin retorno. No son ni buenas conducto

    ras de lo polt ico ni buenas conductoras de lo

    social ni buenas conductoras del sentido en ge-

    neral. Todo las atraviesa todo las imanta pero

    todo se difunde

    en

    ellas sin dejar rastro. Y la

    ape acin a las masas en el fondo. siempre

    se

    qued sin respuesta.

    No

    irradian sino que si con

    trario

    ~ s o r n

    toda la radiacin

    de

    las constola

    cionas -perifricas del Estado de la Historia. tle

    la Cultura. del sentido. Son la inercia. el poder

    de la

    inercia el poder de lo neutro.

    9

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    l sombr de l s m yor s silencios s

    s

    en

    este sentido que la masa es caracters

    tica de nuestra modernidad, a titulo de fenmeno

    al tamen te i mpl osi vo, i rr ed uc ti bl e a cual qu ier

    p r ctic a y teo ra tra dicion ales . quizs inc lu so a

    t oda pr c ti ca y a toda teora s in ms.

    n la representacin imaginaria, las masas

    flotan en alguna parte entre la pasividad y la es-

    pontaneidad salvaje, pero siempre como

    una

    enero

    ga potencial, un stock de socialidad y

    de

    energa

    soci al , hoy r ef er ent e mudo, maana pr ot ago

    nista

    de

    la historia, cuando tomen la palabra y

    de jen de

    ser

    la -mayora silenciosa. ahora

    bi en, j ust ame nt e las masas no t ie ne n h is to ri a

    que escribir. ni pasada, ni futura, no tienen ener

    gas virtuales que liberar. ni deseo que cumplir:

    au

    potencia es a ctua l, e st aqu Intac ta , y es la

    d su silencio. Poder de absorcin y

    de

    neutrali

    zacln, ya desde ahora s up erio r a todo s los que

    ejercen sobre ellas. Poder de inercia especfica,

    cuya eficacia es diferente a la de todos los

    esquemas de produc cin, de irradiacin y de ex

    pansln sobre los cuales nuestro imaginario fun

    ciona. incluso con la voluntad

    de

    destruirlos. i-

    gura inaceptable e ininteligible de la implosin

    se trata

    una

    vez ms de un .proceso.?) tope

    de

    todos nuestros sistemas

    de

    sentido, y contra

    el cual se arman todas sus resistencias, que cu-

    bre con un recrudecimiento de todas las signi

    ficaciones, con una llamarada de tod os lo s sigo

    niflcados el hundimiento central del sentido.

    l vaco s oc ia l est atrav es ado p or o bjetos

    110

    l

    sombr

    de l s

    m yor s silencios s

    intersticiales y por montones cristalinos que dan

    v ueltas y

    se

    cruzan en un cerebral claroscuro.

    As es la masa, reunin

    en

    el v aclo d e p artlcu

    las individuales, de desechos de lo social y de

    Impulsos medlticos: nebulosa opaca cuya den

    sidad creciente absorbe todas las energlas y to

    dos los haces lumin os os que la rodean, para fi

    nalmente derrumbarse bajo su propio peso. Aju

    jero negro en

    el

    que lo s ocial s e p re cipita .

    Exactamente

    inverso pues de una acepo

    cin -sociolgica. la sociologa no puede hacer

    ot ra cosa s ino d es cr ib ir la expansin de lo so

    cial y sus peripecias. No vi ve ms que de la hi

    ptesis positiva y definitiva de lo social. la reab-

    sorcin, la implosin de lo social se le escapan.

    la

    hiptesis de la muerte de lo social es tambin

    la

    de

    su propia muerte.

    l trmino de masa no es un concepto.

    leit

    motiv de

    la

    demagogia polftica,

    es

    una nocin

    blanda, viscosa, lumpenanalftlca. Una buena so

    ciologia intentar superarla en unas categoras

    -ms finas.: socioprofesionales,

    de

    clase,

    de

    es

    tatuto c ultu ra l, etc. Error: es merodeando aire

    dedor de esas nociones blandas y acrl tl cas

    co mo lo fue

    en

    otros tiempos

    el

    -maOll-) como

    se puede lle ga r ms lejos qua la soclologla crl

    tica inteligente.

    Por

    lo dems nos daremos cuen

    ta retro sp ec tiva me nte d e que lo s c onc eptos d

    -clase., de . re la ci n s oc ia l. , de

    .poder.

    d

    estatuto. de -instltucin-, y el mismo concepto

    de

    - so ci al -, t odos esos conceptos demasl do

    111

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    som r de l s m yor s silencios s

    claros que son la gloria de las ciencias legitimas,

    nunca fueron otra cosa que unas nociones con-

    fusas, pero sobre las cuales nos hemos puesto

    de acuerdo con fines misteriosos, los de pre

    servar tJn cierto cdigo del anlisis.

    Querer especificar el trmino de masa

    es

    jus

    tamente un contrasentido

    es

    endosarle un sen-

    t ido a lo que no lo tiene. Se dice:

    Ia masa

    de los

    trabajadores._

    Pero

    la masa no

    es

    nunca la de

    los trabajadores, ni la de ningn o tro sujeto u

    objeto social.

    las

    .masas campesinas. de otros

    tiempos no eran justamente unas masas: solo

    hacen masa los que estn liberados de sus obli

    gaciones simblicas,

    resclndidos

    cogidos en

    redes. Infinitas) y destinados a no ser ms que

    la

    Innumerable terminal de los mismos modelos,

    que no llegan a Integrar los y que

    no

    los produ

    cen

    finalmente

    ms

    que como desperdicios es-

    todlstlcos.

    la masa

    es un ser s in atributo, sin

    predicado, sin cualidad, sin referencia. sa es

    su

    definicin, o

    su

    indefinicin radical.

    No

    tiene

    realidad. sociolgica. No tiene nada que ver

    con ninguna poblacin real, ningn cuerpo, nin

    gn agregado social especfico.

    Toda

    tentativa

    para calificarla

    es

    solo

    un

    esfuerzo para vol

    ver la a verter en la sociologia y arrancarla de

    esa Indistincin que no es siquiera la de la equi

    valencia suma ilimitada de individuos equivalen

    tes: 1

    +

    1

    +

    1

    +

    1 -

    esa

    es la definicin so

    ciolgica) . sino la de lo neutro, es decir ni uno

    ni t ne-uter).

    l som r de l s m yor s silencios s

    Se

    acab

    la

    polaridad

    de

    uno y otro en la

    masa_

    Es lo

    que

    hace ese vaclo

    y

    ese poder de derrum

    bamiento que ejerce sobre todos los sistemas,

    que viven de la separacin

    y

    de la distincin de

    los polos dos, o mltiples

    en

    los sistemas ms

    complejos). Eso

    es

    lo que hace imposib le que

    circule algn sentido en ella: se dispersa Instan

    tneamente como los tomos en el vaco. Es lo

    que hace tambin

    la

    imposibilidad de

    la

    masa, de

    estar alienada, puesto

    que

    ni uno ni otro existen

    ya en ella.

    Masa sin habla que est ahl para los porta

    voces sin historia. Admirable conjuncin de los

    que

    no

    tienen

    nada

    que decir y

    de

    las masas que

    no hablan. Pesada nada de todos los discursos.

    Ni h is teria ni fascismo potencial , sino simula

    cin por precipitacin de todos los referenciales

    perdidos. Caja negra de todos los referenciales,

    de todos los sentidos que no han echado races,

    de la historia imposible, de los sistemas de re-

    presentacin inencontrables,

    la masa

    es lo que

    queda cuando

    se ha

    olvidado todo lo social.

    En cuanto a Ia Imposibilidad de hacer circu

    lar algn sentido en ella. el mejor ejemplo es el

    de Dios. Las masas retuvieron

    apenas

    su Imagon.

    y

    jams

    su

    Idea. No han sido alcanzadas

    Jams

    ni por

    la

    Idea de Dios, que se qued en OS d

    clr igos, ni por las congojas del pecado d

    la

    salvacin personal. lo que retuvieron, I

    mundo mgico de los mrtires y de loa santos,

    el del juicio f inal , el de la Danza de la muon

    113

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    sombr de l s m yor s silencios s

    es la

    brujerla

    es

    el espectculo y el ceremonial

    de la Iglesia la inmanencia del ritual contra la

    trascendencia de la Idea. Paganas fueron y as

    se quedaron a

    su

    manera; sin que jams las haya

    visitado la Instancia Suprema sino viviendo de las

    monedillas de imgenes supersticin y diablo.

    Prcticas degradadas en relacin

    con

    el riesgo

    espiritual

    de la fe? Ciertamente.

    s su

    manera

    propia a travs

    de

    la banalidad

    de

    los rituales

    y de los simulacros profanos de tener en jaque

    el Imperativo categrico de

    la

    moral y de

    la

    fe el

    mperat ivo subl ime del sent ido. que siempre

    rechazaron. No

    se

    trata de que

    no

    hayan podido

    acceder a las luces superiores de la religin:

    las Ignoraron.

    No

    rehsan morir por

    una

    fe por

    una causa por un dolo.

    lo

    que rechazan es la

    trascendencia

    es

    el suspenso la diferencia la

    espera. la ascesls que forman el trmino subli-

    me de la religin. Para las masas el Reino

    de

    Olas siempre estuvo ah sobre la tierra en Ia In-

    manencia

    pagana

    de las imgenes en el espec-

    tculo que

    de

    l daba la Iltlesla. Desviacin fan-

    tstica del principio religioso.

    n

    la prctica he-

    chicera y espectacular que tenian de

    la

    religin

    las masas la absorbieron.

    Todos los grandes esquemas de la razn su-

    frieron la misma suerte. No describieron

    su

    tra-

    yectoria no siguieron

    el

    hilo de su historia ms

    que sobre la delgada cresta de la

    capa

    social

    detentadora del sentido Iy en particular del sen-

    tido social pero por

    lo

    esencial

    no

    penetraron

    4

    l

    sombr

    de l s m yo rt s

    silencios s

    en

    las masas ms que

    al

    precio

    de un

    desvo

    de

    una distorsin radical. Asi sucedi con la

    Razn histrica

    con

    la Razn poltica con la Ra-

    zn cultural con

    la

    Razn revolucionaria

    s

    sucedi con la

    Razn

    misma

    de

    lo social la ms

    interesante puesto que es que parece inhe-

    rente a lasmasas y la

    que

    parece haberlas pro-

    ducido

    en

    el hilo

    de

    su evolucin. Las masas

    son el espejo de social.? No no reflejan lo

    social ni reflexionan en lo social

    es

    el espejo

    de

    social el que viene a romperse sobre ellas.

    la imagen no es ni tan siquiera justa puesto

    que evoca an la idea de una sustancia plena de

    una

    resistencia opaca. Ahora bien las masas fun-

    cionan ms bien como un gigantesco agujero

    negro que doblega curva y retuerce inexorable-

    mente todas las energias

    y

    radiaciones lumino-

    sas que se aproximan a ella. Esfera implosiva

    en

    la que la curvatura de los espacios se acelera

    en la que todas las dimensiones

    se

    encorvan so-

    bre si mismas e involucionan hasta anularse

    no

    dejando en su sitio

    y

    lugar ms que una esfera

    de

    p ~ u l l m n t o

    potencial.

    5

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    L ABISMO DEL SENTIDO

    As sucede con la informacin.

    Sea

    cual fuere su contenido pol t ico. peda-

    ggico cul tura l. el propsi to es s iempre el de

    incluir

    algn sentido.

    de

    mantener a las masas

    bajo el sentido. Imperativo de produccin de sen-

    t ido que se traduce por el impera tivo sin cesar

    renovado de moral izacin de la informacin: in

    formar mejor. socializar mejor elevarel nivel cul-

    tural de las masas etc. Tonteras: las masas se

    resisten escandalosamente a este imperativo de

    la comunicacin racional. Se les da sentido quie

    ren espectculo. Ningn esfuerzo pudo conver-

    tirlas

    a la seriedad de los contenidos. ni siquiera

    a la seriedad del cdigo.

    Se

    les dan mensajes

    no quieren ms que signos Ido lat ran el juego

    de

    los

    s ignos y de los estereotipos. ido latran

    todos los contenidos mientras se resuelvan en

    una secuencia espectacular.

    Lo

    que rechazan es

    la dialctlca del sentido. Y no sirve para nada

    alegar que estn mistificadas. Hiptesis siempre

    hipcri ta que permi te salvaguardar el confort

    i nte lec tual de los productores de sentido: las

    masas aspiraran espontneamente a las III OR

    naturales de la razn. Eso para conjura r lo In

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    lo som r de las m yor s silencios s

    ve rso, a sa be r que es

    en

    plena

    libertad

    como

    las masas oponen

    su

    rechazo al s en tido y

    su

    voluntad de espectculo al ultimtum

    del

    senti-

    do Desconfan como

    de

    la muerte de esa trans-

    p arencia y de esa voluntad poltica. Olfatean el

    te rro r s implif ic ad or que es t tra s la hegemonia

    ideal del sentido, y reaccionan a

    su

    manera, aba-

    tiendo todos los discursos articulados hacia

    una

    nica dimensin irracional y sin fundamento, all

    donde los signos pierden su sentido y se agotan

    en la fascinacin: lo espectacular.

    No

    se trata otra vez

    de

    mistificacin: se

    trata

    de

    su exigencia propia, de

    una

    contraestra-

    tegia expresa y positiva trabajo de absorcin

    y de aniquilacin de la cultura, del saber, del po-

    der, de lo soci al . Trabajo i nmem or ial pero que

    loma hoy tod a su envergadura. Antagonismo

    en

    profun dida d que o blig a a inv ertir tod os los es-

    cenarios recibidos: ya

    no es

    el sentdo la lnea

    de

    fuerza ideal

    de

    nuestras sociedades, lo que

    se le escapa

    ya

    es solo un desecho que est

    destinado a ser reabsorbido un dla u otro l

    contrario,

    es

    el sentido el

    que es

    slo un accl

    dente ambiguo y sin prolongamiento. un

    efecto

    de bido a la convergencia ideal de un espacio

    perspectivo en un momento dado la Historia, el

    Poder, etc.), pero que en el fondo no concerni

    ms que a

    una

    fraccin mlnima y a una pelfcula

    superficial

    de

    nuestras .sociedades.

    Yeso

    es

    cierto de los Individuos tambin: no somos ms

    que episdlcemente conductores de sentido, en

    l ismo del

    sentido

    lo esencial hacemos masa en profundidad, vi

    viendo la mayor parte del t ie mp o en un modo

    pnico o aleatorio, ms ac o

    ms

    all del sen-

    tido.

    Ah ora bien, todo cambia con e sta h ip tes is

    inversa.

    Sea

    un

    e je mp lo e ntre mil de ese desprecio

    del sentido, de

    ese

    folklore de las pasividades

    silenciosas.

    La

    noche de la extradicin de Klaus Crois-

    sant, la tele retransmite

    un

    partido de ftbol en

    el que Francia

    se

    juega

    su

    clasificacin para

    la

    copa del mundo. Algunos centenares

    de

    perso-

    nas se man if ie stan ante la crcel

    de

    la Sant,

    algunos abogados corren por la noche, veinte mi

    1I0nes

    de perso nas pasan su velada no cturna

    ante la pantalla. Explosin de alegria popular

    cuando Francia gana. Anonadamiento e indigna-

    cin de los espritus ilustrados ante esa escan-

    dalosa Indiferencia. Le Monde:

    21

    horas. A esa

    hora el abogado alemn fue sacado

    ya

    de la cr-

    cel de Ia Sant. Dentro de unos minutos, Ro-

    cheteau marcar el primer g ol.. Me lodrama d e

    la Indignacin.

    NI una

    s ola p regu nta sobre el

    1.

    Qu e

    vlen. I

    reunIrse con

    l ImIrgUr1I de l IxtTtrn.

    ItQtll

    y con

    su

    cinismo _Inteligente_ trente

    l

    mayorl lItnClo ll

    Q 11

    e do

    par ejemplo:

    A

    l

    m yorr

    allenclod

    l Importa todo un

    pot

    mIento. mlentru

    pueda

    TOflron r en SUI zapetlllu.. . U mayorl

    11 ,

    cloaa no te eno-ft. sI el plco.

    l

    porque fin di

    Mee

    l ley. VIve

    bien come bIen trabela

    Justo

    lo que t i pr 1.0

    Lo que l pide su afea ser patllmallZlda y tranQulllxadl lo que

    a prtIc lto con IU pequel \.

    dolle

    que

    no ael peligro.. d

    Imlolnl,IO

    cotidIano

    9

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    11/48

    l sombr de l s m yorl s silencios s

    misterio de esa Indiferencia. Una sola razn siem

    pre Invocada: la manipulacin

    de

    las masas por

    el poder, su mis ti fi cacin por e l ftbo l. e to

    das maneras, esa Indiferencia no debiera ser,

    no tiene, pues,

    nada

    que decirnos.

    n

    otros tr

    minos, la -mayora silenciosa- es desposeda in

    cluso

    de

    su Indiferencia, no tiene derecho a que

    le sea reconocida e Imputada. es necesario

    ade-

    ms que esa apatra le haya sido inspirada por

    el

    poder.

    IQu desprecio tras esa interpretacin Las

    masas. misti ficadas. no podran tener

    un

    com

    portamiento propio.

    Se

    les concede.

    de

    tanto

    en

    cuando,

    una

    espontaneidad revolucionaria por la

    que entrevn la - rac ionalidad de su propio de-

    seo-, eso sr. pero Dios nos prote ja

    de

    su silen

    CiO y de su Inercia. Ahora bien.

    es

    justamente

    esa Indiferencia la que exigira

    ser

    analizada

    en

    au

    brutalidad positiv en lugar

    de

    ser remitida

    a

    una

    magia blanca, a una alienacin mgica que

    siempre desviar la a las mul ti tudes de su voca

    cin revolucionaria.

    Pero por ot ra par te. cmo es que consigue

    desviarles? Podemos preguntarnos sobre ese

    hecho extrao de que despus de varias revolu

    ciones y un siglo o dos de aprendizaje polt ico.

    a pesar

    de

    los peridicos.

    de

    los sindicatos.

    da

    los partidos,

    de

    los Intelectuales y de todas las

    energras puestas para educar y para mobil izar

    al pueblo. se encuentren an y se encontrarn

    exactamente Igual dentro

    de

    diez o dentro

    de

    120

    l bismo del sentido

    veinte aos mil personas para levantarse y vein

    te millones para permanecer -pasivas- no

    solamente pasivas. sino para preferir francamen

    te. con toda la buena fe y con alegra y sin si

    quiera preguntarse por qu, un partido

    de

    ftbol

    a un drama humano y po li ti co? s curioso que

    esa

    constatacin

    no

    haya hecho mover

    el

    an-

    l isis. sino que

    lo ha

    reforzado

    al

    contrario

    en

    su

    visin de un poder todopoderoso en la manipula

    cin, y

    de una

    masa postrada

    en un

    coma ininte

    ligible. Ahora bien.

    nada

    de todo eso es cierto,

    y ambas cosas son una trampa: el poder no ma-

    nipula nada, las masas no estn ni perdidas ni

    mistificadas. l poder ,est demasiado contento

    de

    poder gravitar sobre

    el

    ftbol

    una

    responsa

    bilidad fcil. incluso

    de

    poder tomar sobre s

    la

    responsabilidad diablica

    de

    embrutecimiento

    de

    las masas.

    so

    le conforta

    en

    su i lusin de

    ser

    el

    poder . y le aparta del hecho mucho ms pel j-

    groso

    de

    que esa indiferencia

    de

    las masas es

    su verdadera. su nica prct ica, que no hay otra

    ideal que imaginar. que

    no

    hay

    nada

    que deplo

    rar. s ino que est todo por anal izar ahl. en ese

    hecho bruto de retorsin colectiva y

    de

    rechazo

    de la participacin

    en

    los Ideales

    p r

    otra par

    te luminosos que les son propuestas.

    Lo

    que las masas ponen

    en

    juego no est ahl.

    Por ms que se levante acta

    de

    ello, y que so

    reconozca que toda esperanza

    de

    revolucin,

    toda esperanza en lo social y en el cambio so

    clal no pudo funcionar hasta aqu ms que gr

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    12/48

    sombra de las mayor as silenciosas

    clas a ese escamoteo, a esa denegacin fants-

    tica.

    Por

    ms

    que

    se vuelva a partir, como Freud

    lo hizo

    en

    el orden psfquico.

    de

    ese resto,

    de

    ese sedimento ciego, de ese desperdicio de

    sen-

    tido,

    de

    lo inanalizado y quizs inanalizable (hay

    una buena razn para que esa inversin coperoi-

    cana no haya

    sido jams emprendida en

    el

    uni-

    verso poltico

    s

    que quien corre el riesgo de

    pagar la cuenta

    es

    todo el orden poltico).

    t

    Aqul

    det iene la n

    logr con

    Freud,

    pues

    su acto radical

    r.tulla un I

    hIptesi.,

    l

    de

    lo reprimido y

    de

    lo

    Inconsciente,

    que

    abr

    l1n h el. la potlbllldad, ampliamente

    explotada

    desde entonces,

    produccin de entldo da

    une

    relntegntel6n del deseo y del I n-

    tOn IOlllnto on 1I reparto

    del

    sentido. Slnfonra concert8llte,

    en la

    qUe

    la IrroctucIlbl0 reversin del sentido entra en el eacenarlo bIen temo

    porado

    6

    deseo,

    a ,a SOmbra de una represin que abre hiela

    I1

    pe>

    .lbllldld I erae de liberacin, De ahl el hecho

    de

    que la IIberacl6n

    del

    dO ea haya

    podIdo

    tan

    f6cllmente tomar

    el

    relevo

    de la

    revoluCin

    pollUce viniendo a colmar la debIlitacin de sentido en lugar de pro

    fundlllrla,

    Ahora

    bien.

    no

    se trata

    en

    absoluto de encontrar

    una nueva

    Inlerpmtaoln de lal maeas en t6nnlnos de economra Ilbldlnsl (el con

    r orml lmo o el . rascl smo_ de

    18 5 masas

    remitido

    8

    una

    astruchJt ll

    latente. a un oscuro deseo de poder y de representacin que se all

    mentada eventualmente en

    uns

    represIn primaria o en

    una

    pulal6n

    de muerta). Tal ver ee hoy la nica alternativa

    al

    an

    lisis marxIsta

    que

    se

    est

    debllltando. Pero

    es

    lo mismo,

    con una

    torsin

    mAs. Ante

    se endosaba e les maBllS

    un

    destIno de revolucl6n cootrarlado por la

    servidumbre I8xual (AelchJ, hoy

    en

    i le

    les endosa un

    deseo de

    alienacIn y de servidumbre, o

    InclU SO una

    especIe

    d

    mfcrofasclsmo

    cotIdIano tan lncomprenalble

    como

    su pUlsl6n vIrtual de llberecln.

    Ahora bien. no

    hay

    ms deseo de fascismo

    y

    de

    poder que

    deseo de

    revolucl6n. l l lt lma esperanra: que las

    masas

    tengan

    un

    Inconsciente

    o un deseo. lo que permitirla relnvestlrlas como soporte o agente

    de

    sentldo

    El deseo,

    relventado por todas partes, no es m4s que

    lo

    re

    ferenclel de

    la

    desesperacl6n politice. Y la estrategia del deseo,

    de.

    pUs

    de htbeI B8 rodado

    8n

    el msrketlng

    de

    empresa. se

    ha

    afinado

    hoy en dla en la promocl6n rewluelonart. de

    las

    masas.

    122

    GRANDEZA Y DECADENCIA

    DE

    LO

    POLlTlCO

    Lo polt ico y lo social nos parecen insepara-

    bles. constelaciones gemelas. desde

    la

    Revolu-

    cin Francesa al menos. bajo el signo (determi-

    nante o no) de lo econmico.

    Pero

    eso

    no es

    verdadero sin duda ms que por lo que hace a

    su

    declinacin simultnea. para nosotros hoy.

    Cuando hacia el Renacimiento surge lo polti-

    co de la esfera religiosa y eclesial. para ilustrar-

    se

    en Maquiavelo, no es al principio ms que

    un

    puro juego

    de

    signos.

    una

    pura estrategia que no

    se preocupa por ninguna verdad social o his-

    trica, sino que juega al contrario con la ausen-

    cia de verdad (tal como ms tarde la estrategia

    mundana de los Jesuitas con

    la

    ausencia

    de

    Dios). l espacio polltico es el comienzo del mis-

    mo

    orden que

    el

    teatro de mquinas del Ranacl-

    mie to. o del espacio perspectivo de la pintura,

    que se inventa en el mismo momento.

    La

    rorm

    es la de

    un juego, no de

    un

    sistema

    de

    rapre

    en

    tacin semiurgia y estrategia. no ideologla

    su uso

    es

    de virtuosismo,

    no

    de verdad (tal

    e

    I

    juego, sutil y corolario

    de

    ste,

    de

    Baltasar Oro

    123

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    13/48

    la som r de las mayor as silencios s

    cin en discreto l cinismo y la inmoralidad

    de

    la

    pol it ica maquiavel ia.na est ah: no est.

    como lo v i errneamente la acepcin vulgar.

    en el uso sin escrpulo de los medios s ino en

    la

    desenvoltura f rente a los f ines. Ahora bien. es

    ah. Nietzsche lo v io muy bien. en

    ese desdeo

    por una verdad social. psicolgica. histrica. en

    ese ejercicio de los simulacros como tales.

    donde se local iza el mximo de energra polt ica.

    donde lo pol t ico es un juego y donde an no

    se dio una razn.

    s desde el siglo XVIII. y singularmente des-

    de

    la

    Revolucin, cuando lo poltico se desva de

    una manera decisiva. Se carga con una referen-

    cia social. lo socisl lo inviste. A la vez. entra

    represontacln. su juego es dominado

    por

    lo mecanismos representat ivos el tea tro si-

    gue un destino paralelo: se convierte en un tea-

    Iro

    representetivo sucede lo mismo con el es-

    pacio perspectivo: de maquinaria que era al co-

    mienzo, pasa a ser el lugar de inscripcin de una

    verdad del espacio y de la representac in . a

    escena poltica

    se

    convierte en la de

    la

    evoca-

    cin de

    un

    significado fundamental: el pueblo,

    la

    voluntad del pueblo, etc. Ya no trabaja sobre

    signos solos, sino sobre sentido; y a la vez es

    conminada para que signifique lo mejor posible

    esa realdad que expresa, conminada a hacerse

    transparente, a moralizarse y a responder al ideal

    social de una buena representacin. Sin embargo

    habr an por mucho tiempo un juego de balanza

    24

    randeza y

    dec denci

    de lo poltico

    entre la esfera propia de lo polt ico y las fuerzas

    que

    se reflejan en l: lo social , lo hi st ri co, lo

    econmico. se juego de balanza corresponde sin

    duda a la edad dorada de los sistemas represen-

    tativos burgueses la constitucionalidad: Ingla-

    t rr

    en

    el XVIII, los Estados Unidos

    de

    Amrica,

    la Francia de las revoluciones burguesas,

    la

    u-

    ropa de 1848 .

    s con el pensamiento marxista en sus de-

    sarrollos sucesivos que se inaugura el fin de lo

    pol t ico y de

    su

    energia propia. Ahi comienza la

    hegemona definitiva de lo social y de lo econ-

    mico, y

    la

    conminacin, para lo poltico. a que sea

    el espejo, legislativo, institucional, ejecutivo, de

    lo social. a autonoma

    de

    lo poltico es inversa-

    mente proporcional a la hegemona creciente

    de

    lo social.

    l pensamiento l iberal vive siempre de una

    especie de dia lct ica nost lg ica entre las dos.

    pero el pensamiento socialista, l. el pensamien-

    to revolucionario, postula francamente una diso-

    lucin de lo pol it ico en el trmino de la historia,

    en

    la

    t ransparencia definit iva de lo social.

    o social venci. Pero en ese punto de gene-

    ralizacin, de saturacin.

    en

    el que no hay ms

    que el grado cero de lo poltico, en ese

    punto

    de

    referencia absoluta. de omnipresencia y de di-

    fraccin

    en

    todos los interst icios del espacio f.

    s ico y mental,

    en

    qu se conv ie rte lo social

    mismo? s el s igno de su fin : la energa do lo

    social se invierte.

    su

    especificidad se pierde. su

    25

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    14/48

    sombr de l s m yori s silencios s

    cualidad histrica y su idealidad

    se

    desvanecen

    en

    provecho de una configuracin

    en

    ia que no

    solamente lo poltico

    se

    volatiliz, sino en la que

    lo so cial mis mo

    ya

    no tiene nombre. Annimo.

    LA MASA.

    LAS

    MASAS.

    6

    LA MAVORIA SILENCIOSA

    Lo poltico pierde una pura disposicin estra-

    tgica para

    un

    sistema

    de

    representaciones, y

    dspus en el escenario actual de neofiguracin,

    es d ec ir, donde el s is te ma se pe rpe ta b ajo los

    mismos signos multiplicados pero que no repre-

    sentan ya nada y

    ya

    no tie ne n su .eq uiv alen te.

    en

    una re l id d o

    una

    sustancia social real:

    ya no

    hay investidura poltica porque

    no

    hay ni

    siquiera referente social de definicin clsica

    un pueblo,

    una

    clase,

    un

    proletariado, condicio-

    nes objetivas) para que d fuerza a unos signos

    polticos eficaces. Simplemente

    ya no

    queda sigo

    nificado social para que d fue rza a

    un

    signifi-

    cante poltico.

    El nico referente que funciona todava. es

    el de la may ora s ilen cios a. Todos los s is te ma s

    actuales funcionan sobre

    esa

    entidad nebulosa.

    sobre esa sustancia flotante cuya existencia ya

    no es

    social, sino estadstica, y cuyo nico modo

    de

    aparicin es

    el

    del sondeo. Simulacin en el

    h oriz on te de lo s oc ia l. o

    ms

    bien en

    el

    horlzon.

    te donde lo social desapareci.

    Que la

    mayora silenciosa

    o

    las mases)

    sea

    un referente Imaginarlo, no quiere decir que no

    exista. Eso quiere

    decir

    que ha d ejad o d e h abo r

    7

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    15/48

    l sombr de l s m yor s silencios s

    una representacin posible de ella. Las masas

    ya

    no

    son un referente porque ya

    no

    son del

    orden de la representacin. No se expresan, se

    las sondea. No

    se

    reflejan,

    se

    las somete a test.

    Er

    referndum y los media son

    un

    referndum

    perpetuo de preguntas/respuestas dirigidas ha

    sustituido al referente poltico. Ahora bien, a l -

    deos, tests, referndum. media, son dispositivos

    que no responden ya a

    una

    dimensin represen

    tativa, sino slmulatlva.

    Ya

    no apuntan a un refe.

    rente, sino a

    un

    modelo.

    La

    revolucin aqu es

    total respecto a los dispositivos de la socialidad

    clsica de la que forman parte todava las elec

    clones, las instituciones, las instancias de re-

    presentacin, e Incluso de represin :

    en

    todo

    so algn sentido social pasa todava de un polo

    otro,

    en

    una estructura dialctica que deja

    sitio para un riesgo politico y para las contradlc

    IOMS

    Todo cambia en el dispositivo

    de

    simulacin.

    En la pareja sondeo/mayora silenciosa, porejem

    plo.

    ya

    no hay polo ni trminos diferenciales, asl

    pues tampoco

    hay

    ya electricidad de lo social:

    est

    en

    corto circuito por la confusin

    de

    los

    polos, en una circularidad total de descripcin

    exactamente como sucede con

    la

    regulacin mo

    lecular y de la sustancia que Informa en el DN

    y

    en

    el cdigo gentico . es la forma Ideal

    de

    la simulacin: derrumbamiento de los polos,

    circulacin orbital de los modelos es tambin

    la matriz de todo proceso Implosivo .

    28

    m yor silencios

    Bombardeadas por estmulos. por mensajes y

    por tests, las masas no son ms que un yacimien

    to opaco, ciego, como esos montones de gas

    es-

    telares que no se conocen ms que a travs del

    anlisis

    de su

    espectro luminoso

    espectro

    de

    radiaciones equivalente a las estad ist icas y a

    los sondeos pero justamente:

    ya

    no puede tra

    tarse de expresin o de representacin, escasa

    mente

    de

    simulacin

    de

    algo social para siempre

    inexpresable e inexpresado. Tal

    es el

    sentido de

    su silencio. Pero ese silencio es paradjico n o

    es un silencio que no habla, es un silencio que

    prohbe que se hable

    en

    su nombre. Y

    en

    ese

    sentido, lejos de ser una forma

    de

    alienacin, es

    un arma absoluta.

    De

    nadie puede decirse que represente a la

    mayoria silenciosa, y sa es su revancha.

    Las

    masas

    ya

    no son una instancia a la que uno pue-

    da referirse como

    en

    otros t iempos a la clase

    o al pueblo. Retiradas en

    su

    silencio, ya

    no

    son

    sujeto y sobre todo no

    de

    la historia . ya no

    pueden pues ser habladas, articuladas, represen

    tadas, ni pasar por el -estadio del espeJo- po-

    l it ico y el ciclo de las identificaciones Imagina

    rias. Se

    ve qu poder resulta de ello: no siendo

    ya sujeto, ya no pueden estar alienadas

    n

    n

    su

    propio lenguaje no tienen . ni en ningn otro

    que pretendiese hablar por ellas. Fin

    de

    las

    peranzas revolucionarias. Pues stas al mpr

    especularon con la posibilidad para las mas

    como para la clase proletaria, de negarse en tan

    29

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    16/48

    l som r de l s m yor s silencios s

    to que tales . Pero la

    m asa no

    es

    un

    lugar de ne-

    gatividad ni de explosin es un lugar

    de

    absor

    ci n y de implosin.

    Inaccesible a los esquemas de liberacin

    de

    revolucin y

    de

    historicidad; pero se es

    un

    modo

    de

    defensa su modo prop io de represa

    lia. Modelo de simulacin y referente imagina

    rio para uso

    de

    una clase poltica fantasma que

    ya

    no sabe desde ahora qu clase de poder

    ejerce sobre ella es

    al

    mismo tiempo la muerte

    el tin de ese proceso polltico

    al

    que se le da

    p or sup ue sto que es quien la rige. En ella se

    sume lo polltico como voluntad y representacin.

    Pudo

    parecer durante mucho tiempo que la

    estrategia del poder se fundamentaba sobre la

    patla

    de

    las masas. Cuanto ms pasivas eran

    ms seguro estaba.

    Paro

    esa lgica no es carac

    t rra tlca ms que de la fase burocrtica y cen

    t r o ~ t del poder. V es ella la que se vuelve con

    tra l: la Inercia que foment se convierte en

    el

    signo de su propia muerte. Es por ello

    que

    busca

    Invertir las estrategias:

    de

    la pasividad a la par

    ticipacin del silencio a la palabra. P ero es de-

    masiado tarde.

    El

    u mbral de la .ma sa c rlt ic a-

    el

    d e inv oluc i n de lo s oc ia l p or Ine rc ia es t fran

    queado.

    1. la

    nocin

    de _mau

    critfctl-,

    habItualmente relady 1 prtl to

    de

    _os i6n nuclear.

    es retom

    a qu ( titulo de Intplotl6n nudaar.

    A lo que

    Iatlmos en e ter eno de lo aocl.1 y

    de

    lo

    politlco.

    con

    el

    fenmeno

    IlI tOIudOMl lo de ,

    mu u

    y

    de m yorr

    lIenclo-

    .

    unl

    especie

    de

    explosIn ll Vern d. le fuern de

    Inercia

    tmIbl n , conoce tu pooto aln retomo.

    130

    m yor

    silencios

    Por todas partes

    se

    busca hacer hablar a las

    masas se las urge a existir socialmente elec

    toralmente sindicalmente sexualmente

    en

    la

    participacin en la fiesta en la expresin libre

    etctera. Hay que conjurar el espectro y que

    diga su nombre. Nada muestra con m s esplen

    dor que el nico verdadero problema hoy en da

    es

    el

    silencio

    de la masa el

    silencio de

    la

    ma-

    yora silenciosa.

    Todas

    las energas se agotan

    en

    mantener a

    s

    masa

    en e mu ls i n d irig id a y a imp ed ir

    que

    recaiga

    en

    su ine rc ia pnica y

    en

    su silencio.

    Como ya no es del reino de la voluntad ni de la

    representacin cae bajo el golpe del diagnsti

    co de la adivinacin pura Y simple e

    ahr

    vie

    ne el reino universal

    de la

    informacin y

    de

    la

    estadlstica: hay que auscultara presentirla ha-

    cer que salga

    de

    ella algn orculo.

    De

    ah vie

    ne la furia

    de

    seduccin

    de

    s olic itud y de s oii

    citacin alrededor de ella. De ahl viene la pre

    diccin por resonancia los efectos de anticipa

    cin y d e h oriz on te de multi tu d

    en

    trompe--I oeil:

    .EI pue blo fra nc s piens a

    La

    mayorla de los

    alemanes reprueban

    Toda Inglaterra vibra por

    el nacimiento del Prncipe... etc.- espejo ten

    dido a un reconocimiento siempre ciego slem

    pde ausente.

    De

    ah viene ese bombardeo

    de

    signos y se

    le supone a la masa que los devuelve en eco. Se

    la interroga con ondas convergentes estrmulos

    luminosos o linglsticos exactamente como a la

    131

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    17/48

    l

    sombr l s m yor s silencios s

    estrellas lejanas o a los ncleos que

    se

    bombar

    dean con partculas en

    un

    ciclotrn.

    Eso

    es la in

    formacin.

    NO un

    modo de comunicacin ni de

    sentido, s ino un modo de emuls in incesante,

    de input-output y de reacciones

    en

    cadenas diri

    gidas, exactamente como

    en

    las cmaras de si

    mulacin atmicas. Hay que liberar la energia-

    de la masa para hacer con ella a lgo

    social .

    Pero

    es

    un proceso contradictorio, pues

    la

    informacin bajo todas sus formas, la seguridad

    bajo todas sus formas,

    en

    lugar de intensificar

    o de crear la - re lacin social. son al contrario

    unos procesos entrpicos, unas modalidades del

    fi n

    de lo social.

    Se

    deben estructurar las masas inyectando

    n ellas Informacin, se piensa l iberar su ener

    gro social caut iva a fuerza de informacin y de

    mensajes no es tanto la cuadrcu la insti tucio

    nal, es ms bien la cantidad de informacin y la

    tasa de exposicin a los media lo que mide hoy

    en

    dla la socializacin . Pero es todo lo contra

    rio. En lugar de t ransformar la masa

    en

    ener

    gla, la Informacin produce siempre ms masa.

    En lugar de Informar como pretende, es decir de

    dar forma y estructura, neutral iza siempre ms

    el -campo soc la l- , crea ms y ms masa iner te

    impermeable a las insti tuciones clsicas de lo

    sociai, y a los mismos contenidos de la infor

    macin. A la f is in de las est ructuras slmbl i

    cas por lo sociai y a su violencia racional sucede

    hoy en dla la fisin de lo social mismo por Ia vio-

    132

    m yor silencios

    lencia _

    irracional.

    de los media y de

    la

    informa

    cin siendo j us tamente el resultado final la

    masa atomizada, nuclearizada,

    molecularizada-

    resultado de dos siglos de socializacin acelera

    da y que pone fin a ella s in apelacin.

    La masa

    no

    es masa ms que porque su ener

    gia social se enf ri ya. Es

    un

    stock fria, capaz

    de absorber y de neutral izar todas las energas

    calientes.

    Se

    parece a esos sistemas medio

    muertos en los que se inyecta ms energa de

    la que se ret ira , a esos yac imientos agotados

    que se mantienen a precio de oro

    en

    estado de

    explotacin artificial.

    La energa que se consume para paliar la

    baja tendencial de la tasa de inversin pol t ica

    y la f rag il idad absoluta del p rinc ipio social de

    realidad, para mantener esa simulacin de lo so

    cial e impedi rle que haga total implosin, esa

    energfa, es inmensa, y el si stema se sume

    en

    ella.

    En el fondo, sucede con el sentido como con

    la

    mercanca. Le fue suf ic iente al capital con

    producir unas mercancfas, pues el consumo fun

    cionaba solo. Hoy

    en dfa hay que produci r a los

    consumidores, hay que producir

    la

    demanda mis.

    ma

    y esa produccin es inf initamente ms cos

    tosa que la de las mercancas lo social naci

    en

    gran parte, a partir de

    9 9

    sobre todo, de

    es

    crisis de la demanda: la produccin de

    la

    deman

    da recubre muy ampliamente la produccin de lo

    133

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    18/48

    a

    som r e l s m yor s si lencios s

    social mismo). As le fue suficiente al poder

    durante mucho tiempo

    con

    producir sentido po-

    litico, Ideolgico, cultural, sexual). y

    la deman-

    da le iba a la zaga,

    ab Qrbla

    la o fe rta y la exce-

    da adems, Faltaba el sent ido, y t odos los re-

    volucionarios se ofrecan para producir an ms.

    Hoy en

    da

    todo cambi: el sentido ya

    no

    est

    en

    falta, se produce

    por

    todas partes, y siempre

    ms

    e s

    la demanda la que se echa a falta r.

    y

    es

    la produccin de esa demanda de sentido

    la

    que

    ha

    l lega do a s er c ru cial para el s is te ma .

    Sn esa demanda, sin esa receptividad. sin esa

    participacin mnima en el sentido, el poder no

    es ms

    que simulacro vaco y efecto solitario de

    perspectiva. Mas, tambin ah,

    la

    produccin de

    la

    demanda es infinitamente ms costosa que la

    produccin misma del sentido. En el lmite, es

    Imposible, todas las energas reundas del sste.

    ma

    no

    alcanzaran.

    La

    demanda de objetos y de

    servicios puede siempre ser artficlalmente pro-

    ducida, a un precio elevado, pero accesible;

    el

    sistema dio prueba de ello. El deseo de senti-

    do, cuando falta. el deseo de realidad, cuando se

    1.

    No

    s e t ra t.

    n i s iq uI er a d e p ro du cc l6 n

    de

    l o s o ci a l. p ue s e nt on

    ces

    el

    socialismo

    serie

    suficiente

    par.

    e ll o, y h as ta

    el

    propio espita

    llamo. De Ileeho. todo c am bia con la prDC8sln

    de

    l a p ro du cc i n d e

    la

    demalKfa aobre

    .

    de la s

    mercendes. l3

    r el ac i n 1 6g lc a d e l a

    pro-

    ducel6n

    consumo est quebrada, y estemos del

    todo

    en

    otro

    oro

    den. que ya no es n I d e p ro du cc l6 n. n i de c on su mo , s in o

    de almol

    crn de

    un .

    y

    otro

    gracias l a I nv er si n d el

    proceso.

    A la V8Z ya

    no se trata

    de

    u ne c r is is -reel. d el c ap lm /. c om o lo sUPOne Attall.

    crisla JU.t1clable

    de un

    poco mAs

    de

    s oc ia l y de socialismo Ino

    de

    un diSPOSitivo completamente distinto. que

    ) a

    no t ie ne nada qlHt ver

    ni

    c on e l c ap it al

    ni

    c on l o s o ci a l.

    134

    a m yor silencios

    echa a f al ta r por todas par tes, no pueden ser

    colmados y son

    un

    abismo definitivo.

    La

    masa absorbe toda

    la

    energa social, pero

    no la refra cta. Absorbe todos los s ig no s y todo

    el

    sentido. mas

    ya

    no

    devuelve ninguno. Absor

    be tod os los mensajes y los d ig ie re . Devuelve a

    todas las preguntas

    que le son

    dirigidas una res-

    p uesta tau to l gica y c ircu la r.

    No

    participa ja-

    ms. At ravesada po r los f lu jos y lo s t est s, es,

    como masa, una toma de tielTa, se contenta con

    ser conductora de lo s flu jo s, pero de todos los

    flujos; buena conductora

    de

    la informacin, pero

    de toda la informacin; buena conductora da las

    normas, pero

    de

    todas las normas; y

    con

    remitir

    as lo social a

    su

    transparencia absoluta,

    con

    no

    dejar sitio ms que a efectos

    de

    soc ial y

    de

    poder, constelaciones flotantes alrededor de ese

    ncleo imperceptible.

    La

    masa se

    calla como las be stia s, y

    su

    si-

    len cio vale por

    el

    silencio

    de

    las bestias.

    Por

    ms que se la sondee hasta la muer te y la so-

    l icitacin incesante a la que est sometida. la

    informacin, equivale al suplicio experimental.

    1.

    la

    misma conflguracl6n que para lo. aguIero. n.gro., Verdadera,

    tumbas

    estelll 1l5, su empo de gravedad es tan monUNoao QUD InolulO

    la luz cae e n l a t ra mP l

    tellzlda, y de.po6, -uortllda. Son ptHI

    un

    reglonn del

    e Peclo

    de

    la .

    q ue n o p ue de l le ga r nlnQ\INI

    InfOrm-Un.

    Su descubrimiento

    )

    su toma en

    conslderacl6n

    Implican n i

    unll

    . .

    p ec io d e t ra st oc am la nt o d e t od a c ie nc ia

    procodlmltlfllO dti

    1)ntM;lml4Wl

    tD tradicional. Est1lI se fundamenta sIempre en l InformlK:16n.

    al

    mln

    sale, la seal positiva (sentido). vehlcul.do por U1l

    rntdlo

    lond

    O

    l uz ), a qu f a pa re ce otra COH c uy o s en ti do o m l. ta rl o ct. v \H Il tu _ h_

    dedor de l IlUMnCla es Inform.Icl6n. Eso

    no

    emUa Vi.

    1 10

    r .llOn

    de ya.

    Una

    r ev ol uc l6 n d el m is mo o rd en e nt ra e n Ju con l. ton

    en consideracin

    de

    1. ,

    masas.

    136

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    19/48

    l som r de l s m yor s silencios s

    el de

    los animales

    en

    los laboratorios , no dice

    ni dnde est la verdad: en la derecha,

    en

    la

    Izquierda? ni lo que prefiere: la revolucin, la

    represin? s un ser sin verdad y sin razn. Se

    le pueden prestar

    ya

    todas las hablas artifIcia

    les.

    s

    un ser sin consciencia y sin inconsciente.

    se silencio es inso.portable. s la Incgnita

    de

    la ecuacin poltica, la incgnita que anula

    todas las ecuaciones polticas.

    Todo e l

    mundo le

    pregunta, pero jams en tanto que silencio, siem

    pre para hacerla hablar. Ahora bien, el poder de

    inercia

    de

    las masas es insondable: literalmen

    te ningn sondeo lo har aparecer, puesto que

    estn ah para borrarlo. Silencio que hace bascu

    lar a lo polftlco y a lo social

    en

    la hiperrealidad

    que 1 conocemos.

    Pues

    si lo poltico busca cap-

    t r s m s s en una cmara de eco y de simu

    I cln social los media, : informacin , son

    las masas en retorno las que se convierten

    en

    la cmara de eco y de simulacin gigantesca de

    lo social.

    No

    hubo jams manipulacin. La parti

    da

    se jug por ambas partes, con las mismas ar-

    mas, y nadie sabra decir quin ha ganado hoy

    en da: la simulacin ejercida por el poder so

    bre las masas o la simulacin inversa tendida

    por las masas al poder que se sume

    en

    ellas.

    SUJ TO

    O J TO

    La

    masa realiza esa paradoja ae ser a la vez

    un objeto de simulacin no existe

    ms que

    en

    el

    punto de convergencia de todas las vibracio

    nes media que la describen y un sujeto de simu

    lacin, capaz de refractar todos los modelos y

    de verterlos

    de

    nuevo por hipersimulacin su

    huperconformismo, forma inmanente del humor .

    La

    masa realiza la paradoja de no ser un su

    jeto, un grupo-sujeto, pero de

    no

    ser tampoco

    un objeto_ Todos los esfuerzos para hacer de

    ella un sujeto real o mtico topan con una es-

    trepitosa imposibilidad de toma de consciencia

    autnoma. Todos los esfuerzos para hacer

    de

    ella un objeto, para tratarla y analizarla como

    una materia bruta, segn leyes objetivas, topan

    con la evidencia Inversa de la Imposibilidad de

    una manipulacin determinada de las masas o

    de una aprehensin en trminos de elementos,

    de relaciones, de estructuras y de

    conjuntos.

    Toda

    manipulacin se inmerga, se arremolina

    en

    la masa absorbida, desviada, reverslblllzada. Im

    posible saber a dnde conduce; lo ms verosl

    mil es que se agote

    en

    un ciclo sin fin, desbara-

    7

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    20/48

    l sombr de l s m yor s silencios s

    tando todas las intenciones de los manipulado

    res. Ningn anlisis podra contener esa reali

    dad

    difusa, descentralizada, browniana. molecu

    lar: la nocin

    de

    objeto se pierde

    en

    ella como

    en

    el horizonte

    de la

    microfsica

    en

    el anlisis

    ltimo de la

    materia imposible

    captarla

    como objeto en ese lmite Inf in itesimal en el

    que, a

    la

    vez el mismo sujeto de

    la

    observacin

    se encuentra anulado. Ya no queda objeto de

    saber, ya no queda sujeto de saber.

    La masa actualiza la misma situacin lmite

    e nsoluble en el campo de lo -socal . Ya no es

    objet ivable en trminos pol it icos:

    ya

    no es re

    presentable , y anula a todos los sujetos que

    pretendan captarla en trminos pol it icos: anu-

    la a todos aquellos que pretendan represen

    tarl . nicamente pueden dar cuenta

    de

    ella

    como

    en

    flsica matemtica la

    ley de

    los gran

    des nmeros y

    el

    clculo

    de

    probabilidades los

    sondeos y las estadsticas, pero se sabe que

    ese

    encantamiento, ese ritual meterico de las

    estadsticas y de los sondeos no t ene objeto

    real; y menos que ninguno las masas que se su-

    pone que estaran expresadas en ellos. Simula

    simplemente un objeto que se escapa, pero cuya

    ausencia es intolerable. Lo produce. bajo forma

    de respuestas anticpadas, de seales circulares

    que parecen circunscr ibir su existencia y test

    moniar su voluntad. Signos flotantes

    s

    son

    los

    sondeos

    signos nstantneos, destinados a

    la manipulacin, y cuyas conclusiones pueden

    8

    i sujeto ni objeto

    intercambiarse. Todo el mundo sabe la indeter

    minacin profunda que reina sobre las estadis

    t icas en el cl culo

    de

    probabilidades los gran

    des nmeros corresponden tambin a una inde

    terminacin, a una

    flotacin.

    del concepto

    de

    materia, a lo cual an no corresponde una no-

    cin cualquiera de .Iey objetiva. .

    Por otra parte, no es seguro que los proce

    dimientos de experimentacin cientfica en las

    ciencias llamadas exactas contengan mucha ms

    verdad que los sondeos o las estadst icas . La

    forma de pregunta codif icada, dir ig ida, -objeti

    va- , deja s t io , en ninguna d iscipl ina, sea cual

    fuere , so lo a ese

    tipo

    circular de verdad,

    en

    el

    que su mismo objeto de atencin est excluido.

    n

    todo caso, est permi tido pensar que la in

    certidumbre sobre esa empresa de determina

    c in objet iva del mundo cont ina siendo total y

    que incluso la mater ia y lo Inanimado, int imados

    a responder, en las d iversas c ienc ias de la

    na-

    turaleza, en l os mismos trm inos y segn los

    mismos procedimientos que las masas y lo vi

    viente social. en las estadsticas y los sondeos,

    remiten tambin ellos las mismas seales con.

    formes, las mismas respuestas codificadas, con

    el mismo conformismo exasperante, Incesante,

    solo para escapar mejor

    en

    ltima InatMcl ,

    exactamente como las masas, a toda def inic in

    en

    tanto que objeto.

    Habra

    una

    i ronia fantst ica de las masas n

    su mut ismo, o en su di scurso es tadi stl co t n

    9

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    21/48

    lasombr de las mayor as silencios s

    conforme a las preguntas que

    se

    le hacen; esa

    irona se acercara a la eterna irona de la femi

    neidad de la que habla Hegel

    l

    irona de una

    falsa fidelidad,

    de

    un exceso de fidelidad a la ley,

    simulacin

    de

    pasividad y

    de

    obediencia finalmen

    te impenetrable, y que anula de retorno la ley

    que les gobierna, segn el inmortal ejemplo del

    soldado Schweik.

    De

    ah partira

    en

    el sentido literal una pau

    f s ica o ciencia de las soluciones imaginarias,

    ciencia de la simulacin y de la hipersimulacln

    de un mundo exacto, verdadero, objetivo, con

    sus leyes universales. comprendendo en ellas

    el del ir io

    de

    aquellos que lo interpretan segn

    esas leyes. las masas y su humor involuntario

    nos Introduciran

    en

    una patafslca

    de

    lo

    social

    Que

    nos desembarazarla por fin de toda esa

    me-

    taflslca

    de

    lo social que nos estorba.

    Eso contradice del todo la acepcin de recibo

    del proceso

    de

    verdad, pero ste no es quizs

    ms

    que una ilusin del sentido. El cientfico no

    puede creer que la materia, o lo vivo, no respon

    dan .objetlvamente. a las preguntas que

    se

    le

    plantean, o que respondan demasiado objetiva

    mente para que sus preguntas sean las buenas.

    Esta sola hiptesis le parece absurda e impensa

    ble. No la formular nunca. No saldr jams del

    crculo encantado y simulado de su Interrogante.

    la misma hiptesis sirve por todas partes,

    el mismo axioma de credibilidad. El publicitario

    140

    i

    sujeto ni

    objeto

    no puede dejar

    de

    creer que la gente cree

    en

    por

    poco que sea es decir que existe una pro

    babilidad mnima de que

    el

    mensaje alcance su

    meta y sea decodificado segn su sentido. Todo

    principio de Incertidumbre est excluido

    en

    la

    -materia. Si se se mostrase que el ndice

    de

    re-

    f racc in de ese mensaje sobre

    el

    destinatario

    es nulo, la publicidad

    se

    derrumbara en

    el

    mis

    mo

    instante. No vive ms que

    de

    ese crdito

    que

    se

    concede a s misma es la misma apues

    ta que la de la ciencia sobre la objetvidad del

    mundo y que

    no

    busca demasiado verificar, en

    el terror de que la hiptesis inversa pudiese ser

    igualmente cierta, a saber que la nmensa ma-

    yora de los mensajes publicitarios

    no

    l lega ja

    ms a destino, que los lectores ya no perciben

    ninguna diferencia entre contenidos que se

    re-

    fractan

    en

    el vaco funciona as slo como

    efecto de ambiente y juega como espectcu

    lo y fascinacin_ MEDIUM IS MESSAGE pro

    fetizaba Mac luhan: frmula caracterstica

    de

    la fase actual, la fase

    cool de

    toda cultura

    mass-meditica, la de un enfriamiento,

    de una

    neutralizacin de todos los mensajes en

    un

    ter

    vaco. la

    de

    una glaciacin del sentido. El pen-

    samiento crtco juzga y elige, produce unas di

    ferencias, es por la seleccin que vela sobro el

    sentido.

    las

    masas, ellas, no eligen, no produ-

    cen diferencias, sino Indiferenciacin conser

    van la fascnacln del medio que prefieren o la

    exigencia critica del mensaje. Pues la fascln

    141

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    22/48

    l sombr de l s m yori s silencos s

    cin no compete al sentido, es proporcional a la

    desafeccin del sentido. Se obtiene neutralizan-

    do

    el

    mensaje

    en

    provecho del medio, neutrali-

    zando la verdad en provecho del simulacro. Aho-

    ra

    bien, es

    en

    ese nivel donde funcionan los me-

    dia. La fascinacin es su ley, y su violencia

    es-

    pecfica. violencia masiva hecha al sentido, vio-

    lencia negadora de la comunicacin mediante

    sentido

    en

    provecho

    de

    o tro modo

    de

    comuni-

    cacin. Cul?

    Hiptesis para nosotros insostenible: que

    sea

    p os ib le c omun ic ar fue ra del med io del s en tido ,

    que la Intensidad misma de la comunicacin est

    en

    proporcin a la reabsorcin del sentido y

    de

    su derrumbamiento. Pues no es el senti do ni el

    sobrante

    de

    sentido los que producen violenta-

    mente placer, es su neutralizacin la que fasci-

    na ct. el Wltz, la o perac i n del c histe, in L E.

    changa Symboliqua la

    Mort

    Y

    no

    p or nin-

    guna pulaln de muerte, lo cual dejarla sobreen-

    tendido que la vida est

    an

    del lado del s en ti-

    do s in o p or d es afIo s implemen te , p or a le rg ia a

    la referencia,

    al

    mensaje,

    al

    cdig o y a todas

    las categoras de la empresa lingstica, por de-

    negacin

    de

    tod o eso en p ro ve cho nica me nte

    de

    la Implosin del signo en la fascinacin ya

    no

    queda significante ni significado: reabsorcin

    de

    los polos de la significacin). Ninguno

    de

    los

    guardianes del sentido puede entenderlo: toda

    la moral del sentido

    se

    levanta contra la fasci-

    nacin.

    142

    i sujeto ni

    objeto

    Tambin la es fe ra p olt ic a v iv e s lo de una

    hiptesis de credibilidad, a saber que las masas

    son

    permeables a la accin y

    al

    discurso, que tie-

    nen una op in in , que estn p re se ntes tra s lo s

    sondeos y las estadsticas.

    Es

    a ese nico pr e-

    cio que la clase pol lt ica puede an c re er que

    habla y que es olde polftlcamente. Mientras lo

    poltico de algn tiempo a esta parte ya

    no

    hace

    ms que oficio

    de

    espectculo

    en

    la pantalla

    de

    la vida privada. Digerido sobre el modo de la di-

    versin, medio deportista, medio ldico vase

    el billete ganador de las elecciones americanas,

    o las velad as de elecciones en la rad io o en la

    TV) , sobre el modo a la vez fascinado y guasn

    de las viejas comedias de costumbres. El juego

    electoral vino a reunirse desde hace tiempo

    en la

    consciencia del pueblo con los juegos televisa-

    dos.

    El

    pueblo, que siempre sirvi de coartada

    y

    de

    figurante en la representacin polftles,

    se

    ven-

    ga dndose la representacin teatral

    de

    la esce-

    na polltica y de sus actores. El pueblo ha llegado

    a s er p b lico . Son el

    p artido o la pellcula o

    el

    cmic los que sirven de modelos de percepcin

    de la esfera politice.

    El

    pueblo disfruta incluso

    dla a dla, como

    de

    un ci ne a do mi ci li o. de las

    fluctuaciones de su propia opinin en la lectura

    cotidiana de los sondeos.

    Nada

    de todo esto como

    promete una responsabilidad cualquiera.

    En

    ningn momento las masas estn compromell

    das poltica o histricamente de un modo cons

    clente. No lo estuvieron jams si no fue par ju

    143

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    23/48

    l sombr de l s m yor s silencios s

    garse el pellejo,

    en

    plena irresponsabilidad. Yeso

    no

    es una huida ante lo polt ico, sino el efecto

    de un antagonismo inexpiable ,entre la clase

    (casta?) portadora de lo social, de lo polt ico,

    de la

    cul tura, duea del t iempo y de la his toria,

    y la masa informe, residual, desprovista

    de

    sen

    t ido. Continuamente uno busca perfeccionar el

    re ino del sentido, investi r, asediar . saturar el

    campo de lo social. continuamente el otro desva

    todos los efec tos de sent ido, los neutraliza o

    los pliega. En ese enfrentamiento, quien sal i

    ganando no es en absoluto el que parece.

    Eso

    puede verse

    en la

    inversin de valor en-

    tre historia y cotidianeidad, entre esfera pblica

    y esfera privada. Hasta en 'los aos

    60

    la h is-

    tor ia se Impone como tiempo fuerte: lo privado,

    lo cotidiano,

    no es

    ms que el reverso oscuro de

    la esfera polltica.

    En

    ei mejor de los casos jue-

    ga una dia lct ica entre los dos. y se puede pen-

    sar que un dia lo cotidiano, como lo individual,

    resplandecer ms all de la historia.

    en

    lo uni-

    versal. Pero

    en

    la espera, no podemos ms que

    deplorar el repliegue de las masas sobre

    su

    es-

    fera domstica, su. rechazo de la historia, de la

    pol t ica y de lo universal, y

    su

    absorcin en la

    cot idianeidad embrutecida del consumo (feliz-

    mente trabajan, lo que les deja con

    un

    estatuto

    histrico

    objetivo.

    en

    espera

    de

    la toma de

    consciencia). Hoy

    en

    da hay una inversin del

    t iempo fuerte y del t iempo dbil : se comienza a

    entrever que lo cotidiano, los hombres en

    su ba

    '

    i sujeto

    ni

    objeto

    nalidad, podran efectivamente no ser el reverso

    insignificante de la historia ms an: que el

    rep liegue sobre lo privado podra muy bien ser

    un desaf o d irecto a lo poltico.

    una

    forma de

    resistencia activa a

    ia

    manipulacin poltica.

    Los

    papeles se invierten: es la banalidad de la vida.

    la

    vida corriente, todo lo que haba sido estigma-

    tizado como pequeo burgus, como abyecto y

    como apoltico (comprendiendo en esto al sexo)

    lo que llega a ser el t iempo fetn, mientras la

    h is toria y lo poltico desarrollan en otro lugar

    su cualidad abstracta de conjunto de aconteci-

    mientos.

    Hiptesis vertiginosa. Las masas despolitiza-

    das no estarian ms ac sino ms all de lo

    po-

    ltico.

    Lo

    privado, lo innombrable, lo cotidiano,

    lo insignificante, las pequeas trampas, las pe-

    queas perversiones, etc., no estaran ms ac

    sino ms all de la representacin.

    Las

    masas

    ejecutaran

    en

    su prctica inocente. (y sin

    ha-

    ber esperado los anlsis sobre el

    .fin de

    lo

    po-

    litico ) la sentencia de anulacin de lo poltico,

    serian espontneamente transpolticas como son

    translngsticas

    en

    su lenguaje.

    Pero atencin De ese universo privado

    y

    asocial, que no entra en una dialctica do repre

    sentacin y de superacin hacia lo unlvorsal, d

    esa esfera involut iva que se opone a todo r vo

    lucin en la cumbre y se niega a jugar el juogo,

    algunos quisieran en efecto hacer (en par tlct I

    lar

    en

    su versin sexual y de deseo) una nu

    5

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    24/48

    l som r de l s m yor s silencios s

    va fuente de energia revolucionaria, quisie an

    d ev ol ve rl e s en ti do y restituirlo como negativi-

    dad histrica,

    en su

    bana lidad misma. Exaltacin

    de los microdeseos, de las pequeas diferencias,

    de las p r ct ic as cie gas, de l as m ar gi na li dad es

    annimas. ltimo s ob re sa lt o de i nt el ec tu al es

    para exaltar la insignificancia, promover el sin-

    sentido

    en

    el orden dei sentido. Y r ev er te rl o a

    la razn poltica.

    a

    banalidad. la inercia, el apo-

    Itismo eran fascistas, estn convirtindose

    en

    revolucionarios s n c ambi ar de s en ti do , es de-

    cir s in d ej ar de t en er s en ti do . Mic ro rr ev ol uc i n

    de

    la banalidad, transpolt ica del deseo

    - u n a

    maa ms de lo s

    cliberadores.-. a

    denegacin

    d el s en ti do

    no

    t iene sentido.

    6

    E

    L RESISTEN I

    L HIPER ONFORMISMO

    a

    emergencia

    de

    las mayoras silenciosas

    espera an ser vuelta a colocar

    en

    el ciclo entero

    de l a r es is te nc ia h is t ri ca o l o s oc ia l. Res ist en -

    cia a lo s oc ia l, e st c la ro , p er o t ambi n r es is te n-

    cia a la medcina, resist enci a a la escuela, re-

    s is te nc ia a la seg uri dad , r es is te nc ia a la i nf or -

    macin. a h is to ri a o fi ci al no r eg is tr a ms que

    el progreso ininterrumpido de lo social, relegan-

    do a las tinieblas, a la manera de las culturas

    anteriores, como vestigios brbaros, todo lo que

    no concurrfa a ese glorioso advenimiento. Ahora

    bi en, c on tr ar ia me nt e a l o que s e pudi era c re er

    q ue lo s oc ia l gan d ef in it iv amen te , que el

    mo-

    vimiento

    es

    irreversible, que el consenso sobre

    lo social es

    total ,

    la r es is te nc ia a lo s oc ia l b aj o

    todas sus formas progres ms rpidamente an

    que lo c oc ia l. Simpl emen te t om o tr as f or ma s

    que las que, primitivas y violentas, fueron resor-

    b id as a c on ti nu ac i n l o s oc ia l b ie n. g ra ci as . n o

    quedan m s que unos l oc os que se s us tr ai g n

    I

    la escritura

    y

    a la vacuna

    y

    a l s v en ta ja s do I

    seguridad). sas resistencias frontales

    co n

    7

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    25/48

    la som r de las m yor s silencios s

    pondan an a

    una

    fase frontal y violenta

    de

    la

    socializacin. y venan an

    de

    grupos tradicio.

    nales que buscaban preservar su cultura propia,

    sus estructuras originales. No

    es

    la masa en

    ellos

    la

    que resista, sino

    al

    contrario unas

    estructuras diferenciadas. contra el modelo

    ho-

    mogneo y abstracto de lo social.

    Es

    una vez

    ms

    ese

    tipo

    de resistencia

    COn

    la

    que nos encontramos

    en

    el

    two

    steps f low of

    communication. que analiz la sociologa ameri

    cana el doble escaln de la comunicacin. :

    la

    masa

    no constituye en absoluto

    una

    estructu

    ra

    pasiva

    de

    acogida

    de

    los mensajes de los me

    dia, ya sean pollticos. culturales o publicitarios.

    los mlcrogrupos y los Individuos. le jos de al i

    nearse sobre una decodificacin uniforme e im.

    puesta. decodifican los mensajes a su manera

    109 Interceptan a travs de los lideres y lo ;

    trasponen segundo nivel . oponiendo al cdigo

    dominante sus subcdigos particulares, y aca

    bando por recic lar todo

    1

    que les llega

    en su

    cic lo propio. exactamente como los primitivos

    reciclan la moneda occidental en su circulacin

    simblica los Siane de Nueva Guinea o como

    los corsos reciclan el sufrag io universal y las

    elecciones

    en

    su estrategia

    de

    rivalidades

    de

    clanes. Esta manera de malversacin. de absor.

    crn. de recuperacin victoriosa

    por

    los conjun.

    tos del mater ia l di fundido por la cultura domi.

    nante. esa astucia, es universal.

    Es

    ella tambin

    la que impone el uso

    mgico.

    del mdico y

    de

    148

    e la resistenci

    l

    hiperconformismo

    la medicina

    en

    las masas -subdesarrolladas.

    Comnmente remitido a una mentalidad arcaica

    e Irracional. hay que leer en l al contrario

    una

    prctica ofensiva.

    una

    corrupcin por exceso.

    un

    rechazo inanallzado. pero consciente

    .sin

    saber

    lo . de los estragos en profundidad de la medici

    na racional.

    Pero

    eso es

    an

    una accin de grupos estruc

    turados.

    de

    pertenencia y

    de

    implicaciones trad:

    clonales. Otra cosa es el fracaso en la sociali

    zacin que viene de la masa,

    es

    decir de un gru

    po

    innumerable. innombrable y annimo. y cuyo

    poder viene

    de

    su destructuracin y

    de

    su iner

    cia mismas. Asi. en el caso

    de

    los media. la re

    sistencia tradicional consiste en re Interpretar los

    mensajes segn el cdigo propio del grupo y

    en

    direccin a sus propios fines. las masas. ellas.

    lo aceptan todo y lo desvan todo en bloque ha

    cla lo espectacular. sin exigencia de otro cdi

    go sin exigencia

    de

    sentido. sin resistencia en

    el

    fondo, sino hacindolo deslizar todo en una

    esfera indeterminada que no es siquiera la del

    sinsentido. sino la de la fascinacin/manipula

    cln

    en

    todas las direcciones.

    Siempre se crey s la Ideologla misma

    de

    los massmedia que SOn 109 media los que

    envuelven las masas. Se busc el secreto do

    la manipulacin

    en una

    semiologla enc rnlzada

    de

    los mass-media. Pero se olvid.

    en

    o a lglC

    Inocente de la comunicacin, quo las ma as

    un mdium ms fuerte que t s los modio, u

    14

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    26/48

    l

    som r

    de las mayor as

    silencios s

    son ellas las que los envuelven y los absorben

    que al menos no hay ninguna prioridad de

    uno

    sobre otro l de la masa y el de los me-

    dia

    es

    un nico proceso. Mass age is message.

    As sucede con

    el

    cine, cuyos inventores lo

    soaron

    al

    comienzo como un medio racional,

    documental, informativo, social y que

    se

    desliz

    muy rpida y definitivamente hacia lo imaginario.

    As sucede con la tcnica, con la ciencia y

    con el saber. Consagrados a una prctica mgi

    ca y a un consumo -espectacular-. As sucede

    con

    el consumo mismo_

    Los

    economistas no

    pu-

    dieron jams racionalizar

    el

    consumo, ante

    su

    estupor,

    dada

    la seriedad

    de

    su - teor la

    de

    las necesidades- y el consensus general sobre

    el

    discurso

    de

    la utilidad_ Pero

    es

    que la prcti

    ca

    de las masas dej de tener muy aprisa, o no

    tuvo jams nada que hacer

    con

    las necesidades.

    Hicieron del consumo una dimensin de estatu

    to y de

    prestigio,

    de

    afn de emulacin Inti l o

    de

    simulacin, de potlatch que

    de

    todos modos

    exceda el valor de uso.

    Por

    ms que

    se

    Intenta

    por todos lados propaganda oficial, asociacin

    de consumidores, eclogos socilogos Incul

    carles el buen uso el clculo funcional en ma-

    teria de consumo,

    es

    sin esperanza. Pues

    es

    por

    el valor/signo y la puesta en juego desenfrenada

    del valor /s igno en el que los economistas, in

    cluso cuando intentan integrarlo como variable,

    no

    dejan

    de

    ver en

    l un

    desvro

    de

    la razn eco

    nmica , es asi como las masas hacen jaque a

    5

    e la

    resistenci l hiperconformismo

    la economa,

    se

    resisten al imperativo -objeti

    vo- de las necesidades y a b ponderacin racio

    nal de los comportamientos Y de los fines. Valor

    signo contra el valor de uso,

    es

    ya una desvia

    cin de la economa poltica. V

    que no

    se dIga

    que todo eso aprovecha

    en

    definitiva

    al

    valor

    de

    uso, es decir

    al

    sistema. Pues si

    el

    sistema se

    l ibra muy bien

    de

    ese juego, e incluso lo favore

    ce las masas _alienadas_

    en

    los gadgets, etc. ,

    eso no es lo esencial, y lo que ese desliz3mlen

    to, ese derrape inaugura a largo plazo

    Inau-

    gura a parti r de ahora mismo es el fin de lo

    econmico, cortado en todas sus definiciones

    por el uso excesivo, mgico, espectacular, des-

    viado

    y

    casi pardico que

    se

    hace

    de

    l por las

    masas. Uso asocial, que resiste a todas las pe-

    dagogas, a todas las educaciones socialistas

    uso aberrante por el que las masas nosotros.

    vosotros, todo el mundo pasaron ya desde ese

    mismo momento al otro lado de la economa po-

    ltica. No esperaron a las revoluciones futuras

    ni a las teoras que pretendfan _liberarlas_

    de

    l por

    un

    movimiento -dialctico-.

    Saben

    que

    uno no se libera de nada y que no

    se

    ebole

    un

    sistema ms que empujndolo hacia lo hlperlgl.

    co, empujndolo a

    un

    uso excesivo qu equi

    vale a un amortiguamiento brutal. -Queris que

    se consuma

    pues

    bien, consumamos slempr

    ms, y cualquier cosa;

    con

    todos los fines In

    tiles y absurdos.-

    As con la medicina: la resistencia frontal

    5

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    27/48

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    M S V T RRORISMO

    Estamos pues

    en

    el punto paradjico

    en el

    que las masas rehsan

    el

    bautismo

    de

    lo social

    que es

    al

    mismo tiempo

    el

    del sent ido y

    de

    la

    libertad o hagamos de ellas una nueva y glo-

    riosa referencia ues no existen ero consta-

    temos que todos los poderes vienen a derrum-

    barse silenciosamente sobre esa mayorla silen-

    ciosa que

    no

    es ni

    una

    entidad ni

    una

    realidad

    sociolgica sino la sombra proyectada del po-

    der

    su

    sima en hueco

    su

    forma de absorcin

    Nebulosa fluIda moviente conforme muy de-

    masiado conforme a todas las solicitaciones y

    de

    un conformismo hiperreal que es la forma extre-

    ma de

    la

    no

    participacin: tal es

    el

    desastre ac-

    tual del poder Y as es tambin el desastre de la

    revolucin ues esa masa implosiva no explotar

    jams por definicin y toda palabra revolucio-

    naria implotar tambin

    en

    elia A partir

    da

    enton-

    ces qu hacer con esas masas? son

    el

    loltmo

    tiv

    de

    todos los discursos

    Son la

    obsesi n

    da

    todo proyecto socIal pero todos fracasan sobr

    ellas pues todos permanecen enraizados en I

    definicin clsica

    de

    las masas la de

    una

    asp

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    l sombr de l s m yor s silencios s

    ranza

    escatolgica de lo social y de

    su

    cumpli.

    miento. Ahora bien, las masas no son lo s oc ia l,

    son la reversin

    de

    todo lo que es s ocial y

    de

    todo lo que es s oc ia l y de todo socialismo. No

    pocos tericos sin embargo hicieron

    el

    proceso

    del sentido, denunciaron las emboscadas de la

    libertad y las mistificaciones

    de

    lo politico, criti

    caron radicalmente la racionalidad y toda forma

    de

    representacin cuando las masas, ellas, pa-

    san a travs del sentido, de lo poltico, de la re

    presentacin,

    de

    la historia,

    de

    la Ideologa, con

    un poder sonamblico

    de

    denegacin. cuando

    realizan aqu y ahora t odo lo que la cr t ica ms

    radical pudo entr ever , mi en tr as st a no sabe

    ya qu hacer con ellas, y se obstina en soar

    en

    una futura revolucin revolucin critica, re

    volucln de prestigio, la

    de

    lo social, la del de

    seo. I:s ta, rev oluc i n p or inv oluc i n,

    no es

    la

    suya:

    no es

    explosivacrtica,

    es

    implosiva y cie

    ga

    Procede por inercia, y no

    de una

    negatividad

    fresca y gozosa. Es silenciosa e involutiva exac

    tamente lo inverso de todas las tomas d e p a la

    bra

    y tomas de consciencia. No tiene sentido.

    No

    tiene

    nada

    que decirnos.

    Del mismo modo. el nico fenmeno que est

    en relacin de afinidad con ella, con esas masas

    en

    las que se juega la ltima peripecia

    de

    lo

    social y

    de

    su muerte, es

    el

    terrorismo.

    Nada

    ms -separado de las mas as - que el terro rismo

    y ello por

    ms

    que el poder las alce uno con

    6

    s y terrorismo

    t ra ot ra. P ero n ad a

    ms

    extrao,

    ms

    familiar

    tampoco,

    que su

    convergencia en la denegacin

    de

    lo so cial y el rechazo del s en tido .

    P ue s e l

    te

    rrorismo pretende efectivamente tener

    al

    capital

    en

    el pu nto

    de

    mira al Imperialismo mundial,

    etc.) pero se equivoca de enemigo, y hacindolo

    apunta a su verdadero enemigo, que es lo social.

    El terro rismo actual apunta a lo so cial

    en

    res

    puesta al terro rismo de lo s oc ia l. Apunta a lo so

    cial tal como es producido hoy en dia

    red

    orbi

    tal, interstic ia l, nuc lea r, t is ular, de c on trol y de

    seguridad

    que nos acosa p or todas partes y

    nos produce, a todos nosotros, como la mayora

    silenciosa. Socialidad hiperreal, imperceptible,

    que opera no

    ya

    por la ley y la represin, sino

    por la infiltracin de los modelos, no

    ya

    por la

    violencia, sino por la persuasin-disuasin- a

    eso el terrorismo responde por un acto l mismo

    hiperrreal de entrada abocado a

    las

    ondas con

    cntricas

    de

    los media y

    de la

    fascinacin,

    de

    entrada abocado no a alguna representacin o

    consciencia, sino a la desmultiplicacin mental

    por contigidad, fascinacin y pnico,

    no

    a

    la

    r ef lex i n ni a la lgica de las causas y de los

    e fe ctos , sino a la reaccin en cadena por con

    tagio desprovisto de sentido. pues es indeter

    minado como el sistema que combate, en el que

    ms

    bien se inserta como

    un

    punto

    de

    implo

    sin mxima e infinitesimal terrorismo no ex

    plosivo, no histrico, no poltico: Implosivo, crls

    talizante, apabullante y por el lo homlogo en

    7

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

    30/48

    l

    sombra

    de l s

    mayor as silenciosas

    profundidad del s ilencio y de la inercia

    de

    las

    masas.

    El

    terrorismo

    no

    tiene la direccin

    de

    hacer

    hablar, resucitar o movilizar lo que fuese; no tie.

    ne

    prolongacin revolucionaria en este sentido

    serfa ms bien una contrahazaa total. lo cual

    se

    le reprocha violentamente. pero eso no es /0 que

    pone en juego . apunta a las masas en

    su

    silen

    cio, s ilenc io magnetizado por la informacin.

    apunta, para precipitar

    su

    muerte acentundola.

    a esa magia blanca de lo social que nos envuel

    ve la

    de la informacin,

    de la

    simulacin.

    de

    la

    disuasin. del control annimo y aleatorio. a esa

    magia blanca

    de

    la abstraccin social

    con

    la

    ma-

    gia negra de una abstraccin mayor an. ms an_

    nima. ms arbitraria y

    ms

    aleatoria an: la del

    acto tarrorlsta.

    Es el nico acto

    no

    representativo.

    Es en

    eso

    en lo que

    es

    af ln a las masas. que son la nica

    realidad no representable. Eso no quiere decir

    sobre todo que de nuevo el terrorismo represen

    el si lencio y lo no dicho de las masas, o que

    exprese violentamente

    su

    resistencia pasiva.

    Eso

    quiere simplemente decir: no hay otro equivale,,

    te

    al

    carcter ciego, no representativo. despro

    visto de sentido, del acto terrorista, que el com

    portamiento ciego, desprovisto de sent ido y

    fuera

    de

    representacin que

    es

    el

    de las masas.

    Tienen

    en

    comn que son

    la

    forma actual

    ms

    radical, ms exacerbada, de denegacin de todo

    sistema representativo. Es todo. Nadie ssbe

    en

    58

    asay terrorismo

    el

    fondo qu relacin puede establecerse

    en-

    t re dos elementos que estn fuera de repre

    sentacin,

    es un

    problema. que nuestra epis

    temologa del conocimiento no permite resol

    ver. puesto que postula siempre

    el

    medio

    de

    un

    sujeto y de

    un

    lenguaje. el medio de una repre

    sentacin. Slo conocemos bien los encade

    namientos representativos.

    no

    sabemos gran

    cosa de los encadenamientos analgicos, afini

    tarios. in-mediatizados, irreferenciales y otros

    s i s t ~ m s Sin duda aiguna cosa muy fuerte pasa

    entre ellos masas y terrorismo que buscaria

    mas en vano en los precedentes histricos de

    los sistemas representativos pueblo/asamblea.

    proletariado/ partido, marginales-minoras / gru

    psculos

    y

    del mismo modo que una energfa

    social

    pasa

    entre los dos polos

    de

    un

    sistema

    representativo cualquiera,

    una

    energa positiva,

    asf se podra decirque entre masas y terrorismo,

    entre esos dos

    no

    polos de

    un

    sistema

    no

    repre

    sentativo, pasa tambin una energa. pero una

    energa inversa, energa

    no de

    acumulacin so

    cial y de transformacin, sino de dispersin so-

    cial, de dispersin

    lo social,

    de

    absorcin y

    de anulacin de lo polltico.

    No se puede decir que sea la

    era

    de las ma

    yoras s ilenciosas. la que .produzca. el terro

    rismo.

    Es

    la simultaneidad

    de

    los dos la que

    es

    apabullante, y lo que resulta

    un

    acontecimiento.

    El nico, se acepte o no su brutalidad, que marca

    verdaderamente

    el

    fin

    de

    lo pol lt ico y

    de

    lo

    so

    59

  • 8/12/2019 Cultura y Simulacro,Braudillard

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    lasombr de las mayor as silencios s

    cia . l nico que traduce esa realidad

    de

    una

    implosin violenta de todos nuestros sistemas

    de representacin.

    l

    terrorismo

    no

    apunta

    en

    absoluto a desen

    mascarar el carcter represivo del Estado eso,

    es

    la negatividad provocadora de los grupsculos.

    que

    encuentran ahr

    una

    ltima posibilidad de ser

    representativos ante los ojos de las masas). Pro-

    paga

    por

    su

    propia no representatividad. y por

    reaccin

    en cadena no por mostracin y toma

    de

    consciencia) la evidencIa

    de

    la no represen

    tativ idad de todos los poderes.

    sa

    es

    su

    sub

    versin: precipita la

    no

    representacin inyectn

    dola en dosis infinitesimales pero muy concen

    tradas.

    Su

    violencia fundamental es

    de

    denegacin

    de todas las instituciones de representacin

    sindicatos, movimientos organizados. lucha -po

    lIt1ca. consciente. etc,). Comprendiendo ahl too

    dos los que juegan a la solidaridad con l. pues

    la solltbrldad

    es

    an un modo de constituirlo

    con,u modelo, como emblema. y por tanto de

    asignarlo a la representacin. Murieron por no-

    sotros, su accin no

    es

    intil... ) Todos los me

    dios

    son

    buenos para forzar el sentido. para des

    conocer en qu medida el terrorismo

    no

    tiene

    legit imidad social. ni prolongacin pollt lca. ni

    continuidad

    en

    ninguna historia.

    Su

    nico -re

    flejo.

    no es justamente

    una

    prolongacin his

    trico: es

    su

    relato, su onda de choque

    en

    los

    6

    s terrorismo

    media. Ahora bien. ese relato

    no

    pertenece ms

    a un orden objetivo e informativo de lo que el

    terror