teoría y análisis de la cultura

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Teoría y análisis de la cultura

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Page 1: Teoría y análisis de la cultura

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• GIMENEZ MONT:EL

VOLUMEN DOS

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Page 2: Teoría y análisis de la cultura

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"'lll lu1 ,1I 11)11 1I , ....... ,\11I onl ·) ~1 '. ,. ~ 1'" ( ,regf1r C. Adrl,m ~ 1.m l' lh ¡-

!lld ,ul" n lll o l l,1I I)IJCll'ln!l de Pubhr:lCJones cid lnslHulO' -, Vlt 11\1 I\dnrllll l lores / Zde _. Co.lhdense de (l lhu ra 1\ !\lnll In 111t I I{ tul ()I,' '1 nno !\Iorcno Corrales ,. lr,1 ,\ ' tares 11'04111, -\1\.11 0 I Ig IIl' IP.\

l ' 11'1111' dI 11 ..... 111 \ ( I.ludr.1 1'.I\ helO

Ildl \ I (I¡'IH I

"ti) '" PI)', I I ( oln l lllll Inll'r~cCl ones

kOIl,1 )' , lIuh<iIS de la cultura Volumen 1I

It 11" 11 'Iv,ulp' 1 ''1111>11111' ,11.. kv 1"11:' II1l10 no ucd 111, 1'1'1 11I1I~~lIl1 l1l!dl \l (\ IUr!¡l( lt1IUn,llllto p e ser fOlocoplado ni rcproduudo lutal o 1);11('1:11 IIHd,lI. 011 1 ... ,1, ".,1",_ eh:'luon1Co o clbcrnélKo S 1 , m a flltl OnZ:lClón por eS( IU lI dt'

IC~CULT

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Indice

VOLUMEN 1

Presentaciones por Emiquí' M,II /!IlfZ y Mamnc::, RoslI (leI TfPC)lj( FIOt(!í D(/\'Ila y Jm.l' AntonlO f>.J(I( Grego l

Prólogo pOI Anches Fab'lgas PlUg

Prolegómenos GilbrrlO GimnlC:: ¡\Jolll1f1

1 La cultura en la tradición filosófico-literaria

y en el discurso social común Un obswculo pt:rSlstcnl c. la poliwi/rncill del Il<nlllno

Ewnología y filiación JU SfÓnw de/In mI/lO

U¡S IrcsJases dc la culwra-patlilllonio

Obse rv(/(WIl('S t ríf, cas

2 La cultura en la tradición antropológica

Una revohwóll copcrmcafla

De Tvlm a Levi -S trauss La ,elaCIón entre sociedad y whura

Observaciolles crincas

3 La cultura en la tradición marxista Uflll pt'rs,H:(11Va polfllca cn la cotlsldc,acióll ele la CU //UHI

• Comp,en_~ ¡ó l1 /fll¡'ll ~ 1(I dt' 11.1 (ul/ura

(¡¡lltUd y ht'.~(' mmlff./ n1 (,11 1111 '( I

( (lmlrf¡, ¡j( Im1r\ ( 1 Hit ,,\

11

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48 51

55 55 56 59 63

Page 3: Teoría y análisis de la cultura

G llBERT O GIMtNlZ MONIIEt

MATERIALES PARA "tJ1'!....,·EO~iA'DE LAS IDENTI8ADE' SOClALl;S*

Inlroducción

Comencemos señalando una paradoja: la aparición del concepto de ,denlidaa en las CIenCIaS sociales es relativamente reciente , hasla el punto de resultar c.li rl ci l en­ron/rarlo entre los titulas de una bibliografla an/es de 1968. Sin embargo, los ele­mentos ce ntrales de este concepto estaban ya presentes -en migrana y bajo for­Illas t::qUlva l en les~ en la tradición socioantropológica desde los clasicos, l

,Qué es lo que explica, entonces, su tematizaCión explicita cada vez más fre­l l~ente en los dos úl~imos d~cemos, durante los cuales se han multiplicado expo­nencialmente los aruculos, libros y seminarios que tralan expltcitamente de iden ­IIdad cullural , de identidad social o, Si mplemente, de identidad , tema de un ' cnllnano de Lévi-Strauss entre 1974 y 1975, Y de un libro clásico de Loredana ~L1olla publicado en 19837

BaJO la Idea de que los nuevos objetos de estudio no nos caen del cielo, j.W I ,Iplerre sostiene que el tópico de la identidad se ha impuesto in iclalmenle a la .IICIlUOIl de ,los estudiosos en ciencias sociales. por la emergencia de los movi­n\lentos SOCiales que han lomado por prelexlo la idenudad de un grupo (élnico, lt'AH.lllu l" elcéter,a) o de una cat,egorta social (movimientos feministas, por ejem­plo) , pala cuestIOnar una relaCi ón de dominación o reivindicar una autonomía,

L:,n .(h~e re nl es. punt~s del mW,1do. los, movimientos de minorías étnicas o lingüís­tll:IS han susCJ~ado ~nterrogaclones e IIlvesligaciones sobre la persistencia y el de­',11 rollo de las Idenudades culturales. Algunos de estos movimientos son muy an­IIguos (piénsese, por ejemplo, en los kurdos). Pero sólo han llegado a imponerse en el campo de la problemática de las ciencias socia les en cieno mome nto de su lhnan1lSmo que coincide , por cieno , con la crisis' del ESlado-Nación y de su 50-

bc rama atacada simultáneamente desde arriba (el poder de las firmas multina­tI,onales y la dominación hegemón ica de las grandes pOlencias) y desde abajo (I,IS relvmdlcaclOnes reglOnaltslas y los particularismos cullurales)".'

, l ,tlht.' I"H''1 GLménez, en Jo::.é M:U1ucl Valenzuel" Arce (coord.), Dewdencia y auge ele las idelll,dcl­r/n 11 ( CI!í'p,ltl e1c' 1,\ " f\")nlt' l ,\ NnllcIPlaza y Valdts. México Norte, 2000. pp 45· 7A 1 (',11111("1\, Pulltnl , l\I'/)rU ,rnnLo!ll r 1,lcrJlitll , hanco Angclt , MiI:\n, 1987

I W I ,lplt· •• !" , "I,h""rt L ,,111'1 tlvr . "hinj fKurldux,,' d'ou IIOUS VIt' tU · ¡J'. en Rt'¡ III'I\ tu·'" ~t)( lulnf.tl · 11111 . . 1111111'. JI \, v.11 XV PI' , \}~ WO

IDENTIDADES SO( IA l[S

Las nuevas problemáticas ullimamemc int roducidas por la c\¡aleclica entre glo­balización y neolo<;.a[¡S.!l,lO.s"'¡'¡Q[ la transnaciQnalización ck las franjas fromerizas y, sobre todo, por los grandes fluj os migratorios que han lerminado por transplan­tar el "mundo subdesarrollado" en el corazón de las "naciones desarrolladas", le-105 de haber cancelado o desplazado el paradigma de la identidad, parecen habe r contribuido más bien a reforzar su pertinencia y operacionalidad como inSLJu­

mento de análIsis teórico y empírico. A continuación nos proponemos un objetivo limitado)' preciso: reconstruir.

mediante un ensayo de homologación y síntesis, los lineamientos centrales de la leOlÍa de la ident idad, a panir de los desarrollos parciales)' desiguales de eSla leo­ría esencialmente illlerdisciplinaria en las diferentes disciplinas sociales, pa rticu­lamente en la sociología, la antropología y la psicología social. Creemos que de este modo se puede sortear, al menos parcialmente. la anarquía remantc en cuan­la a los usos del término "iclentidad", así como el caos lerminológico que habi­

ILlalmente le sirve de cortejo.

La Iden tidad como diSlinguibilidad

Nuestra propuesta inicial es situar la problemáIica de la idelllidad en la intersec­u ón de una Ieoría de la cultura y de una teoría de los acto res sociales ("agency") , O más precisamente, concebir la Identidad como element o de una teona de la l ultura dlslintivamenle internalizada como "habitus"3 O como "representaciones sociales"'l por los actores sociales, sean éstos individuales o colectivos, De esle modo, la identidad no sería más que el lado subjetivo de la cultura considerada

haJo el ángulo de su función distintiva . Por eso, la vía más expedila para adentrarse en la problemática de la identi ­

dad, quizás sea la que parte de la idea misma de distinguibilidad . En efeclo, la identidad se atribuye siempre en primera inslancia a una unidad

thsunguible. cualquiera que éSla sea (una roca, un árbol, un individuo o un gru­po social). "En la leo lÍa filosófi ca - dice D. Heinrich- la identidad es un predi­",do que llene una función particular; por medio de él una cosa u objeto parti­l ular se dlSllngue como lal de las demás de su misma especie" ,

\ I'lt'lIt' BOllTdlC\l , '" es trOIS états tlu capu.ll culturel", en ACles de la Ruherche en Sclcncc5 Socw

11'\ . Illln1 30. PI' l h ~ ¡t,tll ( 1.111<1\' Ablh.: , PHlrllllll'\ \{X"ial¡'\ el r"I""Ól'n/(Hicms, PICSSCS Unlverslt.urcs dI;!" h¡lllCC, P;u1 .. ,

IIJtH , I' le, l' H ~~t 11 I 1,111\ 111 1.1", 'f'" ftl ~/r 1/1 jI( , 11~'1 r4 '''llIlIh tI! I \'(1. VI lb I 11 !-tI" 011,11 \.1 u ni." t-,.\,¡d L Id . I

l)B 1 P 1 -1 oc,

Page 4: Teoría y análisis de la cultura

r.ll8[~IO (jIMtN tl M O NI I/l •

- - -Ahora bien deb d d ' eOlas e a ve nu;jnrnedia¡ a ~. . dlslinguibilidad de las Cosas y dislin Uib l /:d~~'C;~IC un,1 ,l" rerenoa capilal CnI re pueden se r dislinguidas definl'das g ' d te 1" personas las Cosas sólo

, , calegon za as y nomb I obJelivos obse rvables desde el pUnlO de viSla del ob ' Id l ~s a pan Ir de rasgos cera persona , Tralándose de ' sel vador eXlerno: el de la ler-d personas, en cambiO la l)osl I lId d

e los de mas lambién deb d , ' < 1)1 le al e iSllngUlrse e e ser reconocida ror los de a

¡emeeion )' comunicacion lo' , . m~ s, en CúllIextos de' in-, eua reqUlere una "im b .e1

movi liza lanto la primera persona (el hab/ame) ersu ~ell\' l ad "nglllsllca' que el 1Il1er/oculor)." como la segunda (el 1Il1 erpelodo,

Dicho de otro modo, las personas no só / ' , numérica , como las cosas Sll101 b'. o estan IIlveslldas de una Ident idad

, am len como se ve r;] e ·d d dad cua lna¡iva que se rormn se . ' ~ nsegUl a, e una Iden li -el > · ' , manuenc }' se manifiesta en )' I

e ImeraCClón y comunicación social 7 por os procesos

En suma , no basta que las persona~ se )er b . pecIo. Tambien llenen que se r perCibidas 1, r CI an ~omo distintas bajo algún as­dad (ine" vidual u colect iv', ) requ ' I ) rconoCldas como la/es, Toda Idcntl-... 'Iere a sanción del ree . .

eXISllr social }' publica mentc,fI OnOCIJ1l1Cl1l0 soc ial para

UrJa l/potogia elemenlal

Siluandose en eSla perspecliva de polandad entre ' , rreconoClmiemo a su vez al'll'cl l I ' 1 autorreconocllmcllIo}' hetero-, , ' , 1 ac a segun a dobl l ' ,

Clan (capac idad de l actor d r' I ' e e Imensl6n de la Identifica-e a IrlTIar a propia ca l ' 'el d

hace rlas reconoce r por otros) I I r' , n 1I1111 a y permanencia)' de , y c e a a "maclón c/c la direrencia (capaCidad

~ Jurgen ¡'bbennas, op. CU., vol. IJ , p. 144

. Habermas. IbICl , p 145, Es deCir, como mdiV1duo no s ,. dos los dem;\s Individuos COIllO U11" 'd l . 610 50) chs!JnlO po r definición de 10-

, "pIe m o eua C¡Uler o lr ' ·d el · 1" más, me dislmgo cualitatl vameme po a rea 1 a ine IVldual , sino que 3d€' -

rque, por ejemplo dese ñ . ' mente reconocidos (Identidad el 1) , mpe o Ulla sene de roles social-

€' ro ,porque pertenezco a d I me rccnl10cen como miembro (Identidad d . ' elcrmllla{ os grupos que también

f- e pertenencia) o porq grtl la rncanJcable, lambH~n con d ..' ue poseo una IrayeCloria o bio-

. OCI a, reconOC ida e l11c1us . 1 ' rerme Intllnamelltc o apreCl3( a por qUlcnes di cen cono-

tl "la aUIOIdcnllflCación de un aClor de l-- d ' f 1 d f 'ut: 15 rular (e un reconoc·

er uncl<lr la Idcl1(idad de la persona La .b-¡-d milenta IntersubJetlvo para po-noclcla por los demás. Por lo tanlo, ;~ un~~:; ~~ I:d d; dlSllnguirse de los demas debe se r reco­la :lUIOIdentlflcación se apoya íJ Sl' 1 . pe sona, producida}' mantemda a Ir:lV~!,> de

, < I vez en a penencncia de un Ill.1rSt· rn el Intenor tll' un SIO:¡¡cma d- 1,." gnlpo. en la p~lblhcJ,ld di· ''11

" re ,lClon<'5 (Meluccl , 198'5)

lDENTI D A DfS SOC IA LES •

de dislinguirse de otros y de lograr el reconoci miel1lo de eSla direrencla), Alber-.. _40~~ci 9 elabora \:tna tipologüt-demcntal que distingue analillGlmente cuatro

posibles configuraciones idemüatias: 1) Identidades segregadas, cuando el aClOr se idemifica y afirma su direrencia independielllcmenl e de todo reconoCimiento por parte de olros;1O 2) identidades heterodirigidas, cuando el aClor es identifica­do y reconocido como dife rente por los demás, pero él mismo posee una débIl ca­paCIdad de reconocimiento autónomo; II 3) Identidades cl1quetadas, cuando el ac­tor se autoidentifica en rorma auwnomJ , aunque su diversidad ha sido rljada por Olros;Il 4) idenl1dades desviames, en cuyo caso "existe una adheSIón complet:l ::t

las 110m,"s )' modelos de comporta miel1lo que proceden de aruera , de los demós, pcro la impOSibilidad de p onerlas e n pniclica nos induce a rechazarlos medianle la exasperación de nuestra diversic1ad",lJ

Esta tipología de MeJu ccl reviste gran IIllerés, no tamo por su rele \'ancla em­plrlca sino porque ilustra cómo la identidad de un delerminado actor SOCial resulta, en un momento dado , de una especie de transacción entre auto)' he ­lcrorreconocimiento. La idemidad concreLa se man ifie sta . entonces, bajo conn. ~lIraciones que vanan segú n la presencia y la imcnsldad de sus polos conSlltu vcnles, De aquí se in riere que, propiamenle hablanclo , la ídem idad no es una ~scllcia, aLributo o propiedad intrínseca del sujeto, 5111 0 que tiene un ca ractcr

'1 A MeluCCl , 11 glOco dcll'w. 11 {QmbiafITento dI se in una 50clcta g/aba /c, Felt nnelli , Md;'m. Itllll PI' 40-42 !l1 Segun el aUlor se pueden encontrar ejemplos empirit:os de esta 511uaClón en hl fase ele fOll lhl ~ Uln de los aClOT"CS colectivos, en clenas fases de la ed:ld evohniva , en las conlracuhur..!- I1l.1lg1

1I ,1Ics, en las seCl(lS y e n dctcnninadas confIguraciones de la p:no\ogla mdlvldual (v }!,I • de ... 111.,

110 hipertrófico del )'0, o excesIvo repliegue sobre sí mismo) , 11 l,d seria, por cJemplo. el caso del comportamlemo greg:m o o IllUhllUdm<lno, de IJ 1l'lIdrll 11.1.1 connUlr haCia opmiones y expeclalivas ajenas. }' lamblén el de ncnas fa.ses del dl'sal Inll" 1111.\11111 dcsunadas a superarse postenormente en el proceso de creClllllenlO L1 p<llologl.l, pUl ', 11 p.lIIC . suele de5Cubnr la permanencia de formas simbiót icas o de apego qut' Impiden d ,>\11 p,UIUCfIlO de ulla capaw;bd :'lulónoma de Identi ficaCIón I I .., /(l SlIlIrlnÓn quc pUt.'de observar~ , segun Me!UCCI, en los prQ('csos de /,111(/'"8 \0(/(1/ , HI)·II

I )l'lIIplo m,\<¡ \'lslhll" serl,l 1:1 Illlenoriz:l(;' lón de eSllgmas hg;¡do!' a dlftrcnnac.. '>l' ... u.lit· ~ , r:ltl,lll" )' \ IIhI1l, ll l· ... ¡IC,I tnllltl I.llllhien ti lI11pedlln t;>n tos flSIC05.

" 1'111 l"Il'llIpl0, rl l llhn UI lu!O "U JWllllt' I"l,ldl'<:'lItl sc rl il 111 .15 q\IC la Olril l,t"l lid HIII"\lI1II' ,III1I , ,\' ,1

1 II11U11II1ll hn.., n i h l~ rUIn PPII ,1IlHI · nhl" 1I\l11~ 11 '''IIlIlI1Vtl~ :l t~vt!t lid .lb\ I\I.' ~Ir l k 11,1', ..,11"-1 ,1111 U·

1111 /.\'n 111." '1111" 1,\ u H,1 (". IJ¡I ,le- 1.1' j'X P" ¡ hltlV,I" ¡(¡-IU,I<.I,IJ n drV,l(I., ... 1 hl !'o ' llIl ' 11\1 Ifll!"l1I(1~ jI,'!,1

1>11111,111 tll' II 'Ikllll ll l (¡/I¡tI p-l)

Page 5: Teoría y análisis de la cultura

• GIlB ERT O G IM~N[l M O N 1!E l

. llllersubj eti'vo y relacional. Es la autopercepción de un sujet o en relación con los otros: a lo que co rresponde, a su vez , el reconocimiento }' "aproba­ción" de los oLros sUJ eLos. En suma , la Identidad de un aCLor socia l emerge y se afirma sólo en la co,,rrontación con Olras identidades en el proceso de in · Leracc ión social, la cual rrecuent emente Implica relación desigual )', por ende. luchas y <..:o ntradicc iones.

Una dislinguibilidad walilmiva

Dejamos dicho que lo idenudad de las personas llnpli ca una dlstll1 guibilidad cualitati va ()' no sólo numé rica) que se revela , se afirma y se reconoce en los contex tos pe rtmentes d e Inleracción y comunl cacian soci,li . Aho ra bien, la idea misma de "distinguibi li clad" supone la presencia de elemclllOs, marcas, ca raClcrls ti cas o rasgos distintivos que definan de algú n modo la especifici­dad , lo ul1lcldad o la no sustituibilidad de la ul1ld ad considerada ¿Cual es son esos e lemen tos dirercnciadores o diacriLlco$ en el caso de la idemidad de las personas?

Las investigaCIOnes realizadas hasta ahora destacan tres series de elementos: 1) •

la pertenencia a una pluralidad de colectivos (categorías, grupos, redes y grandes CO!eclI vHJaeles), 2) la presencia ele un conjunt o de atributos Idiosincrásicos o re­lacionales; 3) una n:1rratlva biográfica que recoge la hIstoria de \'lela )' la lrayec­LO ria SOC ial de la persona considerada .

Por lo tanto, el individuo se ve a si mismo -y es reconocido como "perte-neciendo" a una serie de colectivos; como "siendo" una sene de at ribulOs; )' co­mo "ca rgando" un pas..1do biogrMico lIlcanjeable e Irrenunciable.

La pe, tenencia social

La tradición sociológica ha eSLablecido sólidamente la tesis de que la idemidad del mdlviduo se define principalmente -aunque no exclusivamente- por la pluralidad de sus pertenencias sociales. Asl, por ejemplo, desde el punto de vista de la personalidad individual se puede decir que "el hombre moderno penenece en primera instancia a la ramilia de sus progenitores; luego, a la rundada por él mIsmo, y por lo tamo, también a la de su mujer; por último, a su profesión , que y~ de por si lo m5Crla rrecuentemellle en numerosos Circulas de imereses l .. I Adl:n l ~l "' , lIl'l'll' c.:onlienLla de ser ciudadano de un Estado y de perteneCC1 .. 1 tl I1 ell'· 1t'lnllll.l(llIl'~ l r;lw SO(l,,1 Por otr3 p;lIte, pucdl! ~(' r Ofll:H11 de rCSl'] \", 1 pl"lIll1nn

IOENIIOADES S O CIAL[S

,1 un par de asociaciones y poseer relaciones sociales conecladas, a su vez, con los

nms \lanados círculos sociales ... "1 "

• Pues bi;;;;, esta pluralidad de pertenencias , lejos de eclipsar la Identidad pel ,,>nal, precisamenLe la define y consLituye. Más aun, según G. Simmel debe po~ · tularse una correlación posiLiva entre el desarrollo de la identidad delmdl\"dull }' la amplitud de sus circulas de penenencia.15 Es decir, c~anto mas amp/lios son los CIrculas sociales de los cuales se es Imembro, tamo mas se lefuerza ) se rdl

na la identidad personal. ,Pero qué signifi ca la pertenencia sOCIal> Implica la inclusión de la pe rson~h

d.,,1 IIldivldual en una colecti vidad hacia la cual se experimenta un scntlmlcnw tic lealtad Esta inclusión se realiza ge neralmente mediante la asunción de algull 101 dentro de la colectividad considerada (v. gr. , el rol de simple frel dentro tk una Iglesia cristiana , con todas las expcCllvas de comportamiento anexas al mis nlO); pero sobre lOdo Illcdl3nle la apropiación e in teriorización al l1len~s paru.ll elel complejO simbólico-cultural que lunge como emblema de la colectlVldad en l lleSllón (v. gr., el credo y los símbolos centrales de una iglesia crisLiana).I. De lklllde se sigue que el estatuS de pertenencia liene que ve r fundament ~ hl1e nt C' con Lt dllllensión simbólico-cultural de las re laciones e interacciones SOCIales.

ra lla afladir una conSideración capital: la pertenencia social reviste dlfercnlc~ grados que pueden ir de la membresia meramente nominal _0 ~enfénca , a b mrmhresfa militante e mcluso conrormista. y no excluye por SI misma la po~,h, lidad del disenso. En erecto, la pertenencia caLegorial no induce necesan umenl l' 1" despersonalización y uni rortlli zac ión de los miembros del grupo. M~s aun , 1.1 pcncnencJa puede incluso favorecer, en cienas condiCIOnes y en fun Ción de lll · '

1.\' va rrables, la afirmación de las especifi cidades individuales de los mlcmbl'll',I ' Algunos autores llaman "idenuzación" a esta busqueda, por parte del md,vH lth' , de cierto margen de autonomía respecto de su propio grupo de pc rtCnCnU~1 1"

Ah01:a bien, ¿cuáles son , en lérminos más concretos, los coleclivos a los l ll ,1

k s un II1dl"duo puede penenecer?

I ~ l'ullLllI , Of1 ( It , P 32 ,

" /hlrl , r 11 1,.. lr,llmde POl1l1H , ·Appancncnz3 soclo-Ierriloriílle e mUlamcnto cuhufalr" . tI' VlIln.'111\) {(' .\

II 'U «('" >, / 1' tultwa JtI/'/wha WIllt' mrl(lt ClflrU , rond:lZIonc G\(IVanlll Agm'lh , h lTlJ1 . PP IK' J.1.. I r I-,Ihhl I UJ,·n: I (lolch , /t1dl \"ldu\ ¡/pmllldn/\ rI Woupt~ 110IlHllt\. Pre ...... t·s lhl1\'t:r"'II ,llIf ' (Ir (011"1111

1111 , <rlr tlohlr , 1 t,\~H , 1" !() '" l' 11111 I,JIIII II,'\ 1 (lllrrlhn 1"1,lu1II\" "u·lIl\ )1"11111'( PIl v;!l , 1111 111 '11<..1· t QHO

,

Page 6: Teoría y análisis de la cultura

-G llB[R I O G I"lNEI MONIJ [l

Pl opl:lmenle hablando r en sentido estri cto , se puede pertenece r _ y manircs-

1;" Ica llad- sólo a los grupos )' colectividades definidas a la manera de Men on .19 I c r~, en u~, sen~ldo más lato y nexlble, también se puede pert enecer a delernlJlla­das redes socIales (nl' lworh) , definidas como relaciones de interacci ón coyulllu ­

~aJme nl ~ 3ClU3.hzac!;1S por los iI.1divlduos que las COllslilUyen ,20 y a delcnn inadas categonas socia les, en el senuc!o más bien es tadístico del término. 21

Las "redes de interacción" tenclnan particular relevancia en el contexlO urba-

110 .22 ~or lo que toca a la pert enencia categOlial - \'. gr. , ser mujer, maeslro, c1a­

semedlero , y"ppie- sa bemos que desempeña un papel fundamental en la def, ­nlClon de algunas identidades sociales (po r ejemplo, la identidad de género), clebldo a las repreSe ntacIOnes y estereotipos que se le asocian. ZJ

111 Roben K. Menon, E/emcnls de Ihtorie 1'1 de mélhode sociologu¡lJc, Llbraine Plan, Paris, 1965. $e­

~un Mc r~tCln se entiende por grupo "un COIlJUllIO de mdlVlduas en mteracción segun reglas estn -leu das (p 240) Por lo tamo, una ¡'lldea, un vecmdario. una CO nlu llldad barnal , una asocia­

LII )11 deportiva y cualqUier aira sociallebd deflOlel::! por la frecuencia de IIlteracClones f' n espacIos pro;tolllos, sen.an "grupos~ L'ts colectividades. en cambio, setian conjuntos de individuos que ,lUn .en .IU,~ IlCJa de loda mtcraCClón y contacto próximo, experimeman cieno sentimiento de so­lu.Jalldad porque comparten cienos va lores y porque un semllTIICIlIO de obligación lllora'llos Im­

I~u l.~.an a responder como es debido a las expeCtallvas ligadas a cienos roles sociales" (p 249). I 0 1 conslgUl cme, para Men a n sCl1an "loku lvldades", las grandes ~camul1ldades Im<tgllladas" en

l'I scnuelo de . B. Anderson (1983), como 1<1 nación y las IgleSias ul1I ve rsales (pensadas CO'1110 cuerpos mI5I1 cos") Algunos autores han caractenw do la natu raleza peculiar de la penenencla

a estas grandes comunidades anónimas, imaginadas e imagmarias, llamándola "ldcllli ficaclón por proyecCIón o referencia", en eI<1 ra alusión al sentIdo freu ehano del sintagma (Gali ~ ""'" 1987) 211 L " 1 " I • """,1, . . as re, ~s sue ~ n concebirse CO~lO rebclOnes de interacCIón ell!re mdi\'lduos, de composl-lIl~ JI y sent ido va riables, que no eXlSlen a plion ni requieren de la conuguidad espacial como los grupos pTOplamCIlI t'" di chos, S1l10 son creadas y aClualizndas cad", vez por los indiVIduos (lIccJlI . 1993).

21 L1S calegorlas sociales han sido deflnidas por Menan como ~agregados de posiciones}' de es­l :t t ut~ SOCiales cuyos detentadores (o sujetos) no se encuentran en Interacción SOCial ; éslOs rrs-J1I.)J] den a las mIsmas car<tclcrísticas (sexo edad renla etcétera) ~ro no .

, " r~ companen necesana-meme un cuerpo común de normas y valores" (Menon 1965 249) JJ ' , p. .

raolo VWd'CIIl I, Otmfll!ilOlle colllumui, Franco Angel! , Milán , 1985 p 48

/.1 /'or (-'Iemplo, a la cal egOría "muJer" se aSOCIa espontáneamente ul~a sen~ de "rasgos expresi­~O, P"",lvldacl , ~un~"lon , senSibilidad a las relaCIones con alTOS, rnlentms que a la calegoría

l1ombl \: ~(' ¡¡",ou,m r.1!.gos Instrumentales.' actlvlSOlO, esprnlu de competenCia , tndCPClld l' IH..I;¡ f.hll· II \" ld,ld )' 1,1\ 11)/1.¡l ldad (1 orC' ll zl-CIOldl, /988, p 41 ).

I ¡} (NIIOA O [ S SOC IA L ES

-

1.1 tesIS de que la pertenencia a un grupo o a una comunidad implica compar· 111 elllJ l11plejo simbólico-cultural que fun ciona como emblema de los mismo,.

Ihh pnJnne reconceplUalizar d icho complejo en térmmos de "represemacloll rs ,Il( I¡des". Entonces diremos que pertenecer a un grupo O a una comunidad 1m

pll1 .. J lompart ir - al menos parcialmente- el nucleo de representaciones soc.lal (>~

\I"l' lo caraOe nza y define . El concepl o de "representación social" ha SIdo elabora d.1 por la escuela europea de slcologla social," recuperando y poniendo en opera­

(le)!) un tennlllo de Durkhctm por mucho ttempo olvidado. Se trata de conSLrtll t 1(\Ill' S sociocogniti\'as propias del pensamiento ingenuo o del "sentido comun ' , ,1Ist.epllbles de dehl11rse como "collJunLO de infonnaciones, creencias, opIniones )' ,u III LH.les a propósllo de un objeto delerm inado". 25 Las representaciones social c~

, 1'1l ~\Il . entonces, "una fo rma de conOCJlmenlO socialmemc elaborado y compíll tldo, y orient ada a la practica, que contribuye a la construcción de una realidad

lOI1lUn a un conjunto social ".2 !'> 1.1''t representaciones sociales así deHmdas - sIempre socialmente contexluai1 ·

·,Id.\'-. (' mternamente estrucluradas- sirven como marcos de percepción e IlltCI

pn: l ,lU()Jl de la realidad , Lambién como gUlas de los comportamienLos y pracLu.:;1 !-J dl' lo, age nles SOCIales. De eSle modo , los psicólogos sociales han podido confll

11\ ,11 una anugua convicción de los emólogos y sociólogos del conocimiento l o~

homhres pie nsan , sien len y ven las cosas desde el punto de viSla de su grupo de

pn ll' ncncia o de referencia . Pe lo las re prese nlaciones sociales lamblén definen la identidad yespeclfltld.ld

dI' Il)s grupos . Ellas "llenen ¡ambien por funci ón situar a los individuos y :1 In" gllIPOS en el campo social 1 ... 1, perm itiendo de eSle modo la elaboraeion de lIl1 ,1

"le 1111 liad social y personal gra lificanle, es decir, compalible con siSlemas de 11 0 1

111.(1) Y de valores SOCial e l"lIsLóncamemc deLerminados" 27 Ahora estamos en fO il

t1 I (,lOnl~S de precisar de modo más riguroso e.n qué senLtdo la penCnen(l ~1 .,m I¡Ji

• 11rl11W Jodcll't . lis "c¡n ts(, lllafJO Il ~ ~()(lQ les. Presses Unlve rsil;tlres de h ance, Parl <¡ , I l)~N, 1) \J

Jt'JII ·tlJudr Abnc, "P fU , P 19 111 n Inllt'l t.·l, PI' '1/ . p. 36 Debe od\'c rtlrse. sin embargo, que seglln los " ,,(((llogo" ~llC ' ¡ IIr, di t , 1.11'~ lIdJ . los IIldl\" lduos modulan su::mpre de modo IdloslllcrasKo ellludco de l;t ... Il'plr ,j 'n I lh UIIIl"~ U1 l1l p.lllld., .. , !() que ex( luye el modelo del un,mll1w;mo y dcl l.:(11l~ 1I,(l Pl li ~111l "'1~! 1I 1i " 11' Plh'dl' lI l'XIt,1l1 d l\'¡'rg¡'nd as y h;t<;I:l '-.:llntrndlClIones de w m"onnrlllenu,) cn lJ (.' Ind lvld lHI', di' 11 11 1111'.11111 )t1l'P" (¡lit u1nlp,HIUl 1111 1J \I <., nhl h<l:O dr r("prec¡('nt nuon~·!t ... \""1( 1:1 1(· ...

1, t-. 1 ' 1 ~¡,Jl y) , (,JlII ~~.I\¡ , l ' lru rl ll,\!J"lh f IIIl IJluIlI'1 Ir, Ir p' /,\fllI(l fUl/l \ \f)( idln JI" 1'J/Jlr IlJ>-: n u ( d Jk

\PII t1"\',' I" " I'OIlf/l l l ){' I\ ,II (I1n ' ' 1"1 . I"WI . P 1 H l

,

Page 7: Teoría y análisis de la cultura

GllB[Rl0 lilMtNEZ MONIIEL

,', lino de los criterios básicos de "disunguibil idad" de las personas: en el senti­do de que (t través de ella los individuos intemalizan en forma idiosincrásica e \llchvidualizada las represemaciones sociales propias de sus grupos de pertenen­(la o de referencia . Esta arinnación nos pennitirá más adelante comprender me­

l" r la relación dialéctica ent re ident idades individual es e identidades colectivas.

¡\/l1hu/os identificadores

Además de la rderencia a sus ca tegorizac iones y círcu los de penenencia , las personas también se distinguen - y son distinguidas- por una determinada l'onnguraci ón de 31ribuLOs considerados como aspeclOs de su identidad . "Se

[rata de un conj unto de ca raclcrísl!c(tS tales como disposiciones. hábitos, ten­dencias. ac titudes o capacidades. a lo que se aflade lo relativo a la imagen del propIO cuerpo".lB

Algunos de esos atribul os tienen una significación preferentemente individual >' func~onan como "rasgos de personalidad'" (in teligente, perseveran te, imaginati­vo), mIentras que otros tienen una sIgnificación preferentemente relacional , en el ,e nudo de que denotan rasgos O ca racterísticas de socialidad (tolerante . amab le, (omprenslvo , sent imental) . .

Sin embargo, todos los atribUlOS Son maLeria social : "Incluso cienos atributos puramente bIológicos son atributos sociales, pues no es lo mismo ser negro en una CI udad eSladunidense que serlo en Zaire ... "29

Muchos atributos derivan de las penenencias categoriales o sociales de los Indlvlduos, razón por la cual tienden a ser a la vez estereotipos ligados a pre­JUICIO socia les rcspecLO de cienas calegorías o grupos. En los Estados Unidos , por ejemplo. se percibe a las mujeres negras como agresivas y dominantes, a los hombres negros como sumisos, dóciles y no productivos, y a las ramilias ne­gras como matri arcales y patológicas . Cuando el este reotipo es despreciativo, Infamante y discriminat orio, se conviene en estigma, es decir, una fomla de ca­tegorización social que nja atribulOS prorundamente desacred itad ores.JO

lit I:drnond Marc IJpiansky, ¡den/iré el comunica/ion , Presses Univcrsitalres de France, Parfs, 1992 , J1 t 22.

'oJ Allollso Pt rez.Agott. "La IdentIdad colecl iva una rencxu)n ablena desde la S(lunlo¡.;I:"" , en Rt" "j \ 1f/ df' Otcfdrl1lr , lIum ~6 , IQ86, pp 76-90

In h vmg l j uf{lll lln. HUX"I/I '(l Iflt'nlidad dl'lt'rio'adll , Amorroll\! hlUulI' , IlIulIlI!I A IICS, IlJH6

ID{NTID~Df S S O(IALES •

Segun 105 psicólogos sOCiales, 105 atribulOs derivan de la percepción o de la 1111111('51ÓI1 global sobre las personas en los procesos de interacción social; man i­It r"t ~m un carácter selectlvo, estruclUrado y IOlalizal1 te, y supol1en "teonas implí-• u,,, de la personalidad" - variables en tiempo)' espacio que sólo son una ma­

IlIk~taClon más de las represe lllaclOnes sociales propias del senlldo común .JI

Nrll / MiwI biOgráfica: hisfOl;as de Vida

111 una d,mensión mas prorunda , la distinguibilidad de las personas remite a la " ." l"(lón de una b,ografía rncanjeable , relatada en ronna de "historía de VIda". 1, 1" que algunos autores denominan identidad biográfica," o también ,dentidad 11111I11il n I~sta dimenSión de la identidad también requiere como marco el inter­I ,ullh lO 1Il1erpersonal. En efecto, en ciertos casos éste progresa poco a poco a par­'" li ,' ,1 mbllos superfiCIales hacia capas más prorundas de la personali dad de lit·, ill..10rrS sociales, hasta llegar al nivel de las llamadas "relaCIOnes intimas", de las t tI .dl'S las "relaciones amorosas" solo constituyen un caso panicular.J'I Es precisa­II II' nl r en cste IlIve l de intimIdad donde suele producirse la llamada "'aUlOrrcve-1.1\ Ul ll reCiproca (e ntre conocidos, camaradas, amigos o amantes) por la que al Ii qil ~' lIml (' nto de un conocimiento más profundo ("dime quién eres: no conoz-111 1 ti p.1 S;1lIo'") se responde con umi narrativa autobIográfi ca de tono confidencial t I '/1ItII "'1 1011 ). Esta "narrativa" configura , o mejor "dicho , recon fi gu ra una serie dI ,u tp", y trayeCtonas personales del pasado para conferi rle un 5elllido.

I tI ~' I plOceso de ITltcrCamblO interpersonal , mi contrapane puede reconocer y ' !lIt 'I IM en diferentes grados mi "narrativa personal ". Incluso puede rcinterpre-

1.11 \'1 y 11;15t,I rechazarla y condenarla. Pues como dICe Pizorno, "en mayor medi­d, 'I'U' 1,15 ,denudades aSIgnadas por el sistema de roles o por algún tipo de co­I. !!v,d •• d , lo Idenudad b,ográfica es múltiple y varíable . Cada uno de los que d ll lll ( nll o n ' llllC selecCiona dlfercllles eventos de mi biografía. Muchas vcces son

1I 1111I11 1',u! Ilt'kr ~ l (' PI ')! mologle du sens commun n• en Se rgIO h·loSCO\'KI (t:d .), Ps.Yehologrf so·

I Itl/' I 'H '.1' 11\ 1I Vl' 1" " 1I .111 t:.5 de ¡' r..ITlCC. P:U1S, 1984. p. 227·307. i Al. ,11 11 11 .. 1' llo:'UIIIO. hkll1lt.\ t s,lpcrc muuJe", en Rasscgna Italiana dI SoclO/ogia , núm. 3, ailo

¡'HW pp \1)"1 H t)

'11' 1. 1n- hy.f1' ! 111 JI 12 1 .. Ihlt ll U " Ih.11\1I 1 t' .. Il'l ¡Hltm t, IntllnC ~~, en S MOSCüV lt.:l (cd .), Psydl()l()gll~ ... , op. nI., pp.

trI"" 1111

Page 8: Teoría y análisis de la cultura

Gll B ERIO G I M { N( Z M O NT l f l

eventos que nunca ocurrieron. E incluso cuando han sido verdaderos, su relevan­cia puedc ser evaluada de direrent es maneras, hasta el punto de que los recono­cimientos q ue a parti r de all i se me brindan pueden llegar a ser irreconocibles pa­ra mi mismo".35

En esta especie de transacc ión entre 111 \ aUlOnarrativa personal y el reconoci­miento de la misma por part e de mIS inte rlocutores, sigue desempei'lando un pa­pel impo n ante el fi lt ro de las representaciones sociales, por ejemplo, la "ilusión

biogranca", que consiste en alnbuir coherencia y orientación intencional a la pro­pia vida "según el postulado del sentid o de la existencia narrada (e lInphci tamen­te de lada eXlstenciaY';16 la autocensura espontánea de las experiencias dolorosas y traumatiza ntes; )' la propensión a h(lcer coinci di r el relato con las nonnas de la moral corriente, es deCi r, con un co njunto de reglas y de imperativos generado­res de sanciones)' 'censuras especin cas. 17 "Producir una historia de V1 da, tratar la vlda como una historia, es decir, como el relato coherente de una secuencia signi­ncame y orientada de acomecilment os, equivale posiblemente a ceder a una ilu­sión retórica, a una represent ación común de la existencia a la que toda un~

t radición lit era ria no ha dejado)' no deja de reforzar":'B

¿Y las identidades colectivas?

Hasta aquí hemos considerado la identidad princi palmente desde el punto de vista de las personas individuales, y la hemos defi nido como una d istillguibi lidad cualitativa y especifica basada en tres series de ractores discriminantes: una red de pertenencias sociales (Identidad de pertenencia, identidad categorial o identi­dad de rol) ; ulla serie de atributos (identidad caracterológica); y una narrativa personal (identidad biográfi ca). Hemos visto cómo en todos los casos las repre­sentaciones sociales desempeñan un papel estratégico y defini to rio, por lo que podríamos defini r tambl~n la ident idad personal como la representación - inter­subjetivamente reconocida y "sancionada" - que tienen las personas de sus CÍr­culos de pertenencia , de sus at ribul os personales y de su biografia irrepetible e

incanjeable.

J5 Pizzorno, op. cl! .. p. 3 18. 3(1 Pierre Bourd ieu, '· LJlluslOn blOgraphlque~, en Aw's de la Rerher(he en Scif ,,«~ Soo(llrs, nüms,

62/63, 1986, pp, 69-72. 31 tbld \8 Bo\.l rch ('u, op (1 1 • P 70

l D EN 1 1 DAD lS S DC1 All S

(Pero podemos hablar también , en sentido propio, de identidades co leCll \'a~)

1 , te mncepto parece presentar de entrada cierta dificultad derivada de la famo·

,1 Llpon~ sociológica que conSiste en la tendencia a hiposlasiar los colectivos. POI

, ',o algu nos au tores sostienen abiertamente que el conce pto de ident idad sólo I'uede concebirse como atflbuto de un sujeto individual. Así. según P Be rger, "no

r', .tlonseJ3ble hablar de 'identidad colectiva ' a causa del peligro de hipostatl Z3

.11\11 lalsa (o retfieado ra)"'." '"n embargo, se puede hablar en sentido propi o de iden tidades colectivas SI e,

I'""bk concebir allores colectivos propiamente dichos, sin necesidad de hipo" LI ', I,u lllS III de considerarlos como entidades independientes de los indIViduo,

'1'11 1", WnStlLU)'en . Tales son los grupos (organizados o no) y las colec tividadc' 1 n rI 11l' l1udo ue Me nan . Dichos grupos (minonas étnicas o raciales, mOVlmll'!l 1"', "ll ];,les, part idos pOlll icos, asociaC iones varias) y colectividades (v, gr" un,1 11 .11 HUI ). no pueden considerarse como simples agregados de individuos (en t u "11 • "'" la Iden tidad colectl \'a seria también un si mple agregado de identldade, IlIlIlVllluilles), pero tampoco como entidades abusivamente persol1lficadas trJ ' I I wlt 'lltl'\ a los md lvlduos que los constituyen (lo cual Implicarta la hlpOslat.IZ¡\ 111111 de 1" Ident idad colecti va),

'1 \I,II ~ll1laS bien de emidades relacionales presentadas como totahdades dlÍe 11 ' 1\11 " tll' los II1d lVlduos que las componen y que, en cuanto tales, obedecen ,1

I'IPI r .P")' Il1 CG1l11smOS especí ncos.40 Dichas emidades relaCIOnales están COtl"alJ

1111.1 ,1', por 1I1cl! vlduos vinculados en tre sí por un semimiento comun de p CIl l'

111 1111 .1, lo que lInphca, como se ha VISto, comparti r un nucleo de sfm bolos y H'

"ti I III,H I~ln(' s SOCiales y, por lo mismo, una orient ación comun a la ~.Ct l() 1I

Ad. 1111" ~l' U"lInponan como verdaderos aClQres colectivos capaces ele pc n ... II ,

111111 .11 Y IIpl'l~lr a tr;wcs de sus miembros o de sus rep resent ant es segun el (; 01 11\

I bll' Inl (.lIli..,mu dc la delegac ión (real o supuesta) :1I

1.1t I I 111 I~I'I l a Idrnlld"d (umn problema cn 13 socu,llogll dc l (OlllX lnl ICIlIO', tn ( , \ 11111' 1

l. IIIItlhnp //111 w la \¡le w/t.¡.:w ¡Id ccm(Jc.lmlcrUfJ, Fondo dc Cuhum honOIllIC¡l , MtXl<:n, \1m)

1'1' ", ,"" 111'I ,IIt J~'. 0/1 ti , , fl HH

I ,1'11 11 j¡ ¡I\ 1I,001IIH , 1,1<' \. o, UJp,ln o llc,> '1 111'1 IlC lYCrSIOllés 1l() I t.'IK I :'Ik ~ IIlhcrCI1 H'S !l c'''u' fIIl'r,llll',1II11

I 111111, . 111 11 19H.. 1.1 f,' I,lC"'" dt: dl'iI:).!..lu¡')fl corre ti nc!'go (]r d,o,l lIlu lar 1.1 \'nd,ul tI!- \;, ,d.l\ ¡ti n

1. I 1'" ·111.1\ hlll Y l., l1.tl.ldtl l.1 dI' " II \1J(I\ml" I:'Il \;1<, IIUl' 1I1l ~l1lpd .. (,,¡ In pUl·tlC C·W·llt 1II1'l1l,IIlII'

I~ I I •. 11'"1'11 1111.1 114'1"1111,1 "1J1Jotul,11 d ",,'1 t(' hllJ~) y,nltr,11 ti P.,,,.I (' ttt l(' l .1 qllf PW't lr .1I 111.11

, 1'111 1" 1 "11,\ II IHI III n, , lri. l!. lIlUlC1 '.\1'.111\ 11 11 lid KIIII')() Illlnd¡l\ '·<.10-. U I"l\I"l, y 'ot·~\ I II 1. 1 n II IU \11 11

I,hl'llolt 111" 1,, 1111111111""1' 1,1 1 .~kt. I I ·1o¡ d I'.,p.\ .qtUII 1.1 .. ,11'.1111111\'1' , 1'1 }l,II Lj MI h .h\ \11

,

Page 9: Teoría y análisis de la cultura

Gll B ER T O GIM{ N( Z MON 1I El

Fn efecto, un individuo detemlinado puede interactuar con otros en nombre plOplO, sobre bases jchosincrásicas, o también en cuamo miembro o representante de lino de sus gnlpos de pertenencia. "la idcmidad colectiva dice Pizzorno es 1;1 que me permite conrerir sign ificado a una detenninada acción en cuanto realiza­da por un francés, un arabe, un pemecostal, un socialista, un fanático de l Live r­pool. un fan de Madonna, un miembro del clan de los Corleone, un ecologista, un kwaklll tl , u otros. Un socialista puede ser también cartero o hijo de un amigo mío, pero algu nas de sus acciones sólo las puedo comprender porque es socialisw":u

Con excepción de los rasgos propiameme psicológicos o de personalidad au;­ntllbles exclusivameme al sujeto-pe rsona, los elememos centrales de la identidad (capacidad de distinguirse y se r distinguido de otros grupos, de fin ir los propios Ilmll es, generar símbolos y representaciones sociales especifICaS y distinti vos, conhgura l' y reconfigurar el pasado del grupo como una memoria colectiva com­paulda por sus miembros, paralela a la memoria biogrMica constitutiva de las Idenlldades indiViduales); e mcluso de reconocer cienos atributos como propios )' característicos, también pueden aplicarse perfecwmente al sujeto-grupo o, si se prefiere , al sujeto-actor colecllvo. .

Por lo demás, conviene resa llar la relación dialécÚca existente entre identidad pe rsonal e idemidad colectiva. En general, la identidad colectiva debe concebir-

.... (.' C0111 0 una zona de la identidad personal, SI es ve rdad que ésta se define en pri-mer lugar por las re laciones de pertenencia a múltiples colectivos ya dotados de Ident idad p ropia en virtud de un núcleo disulllivo de representaciones sociales, ('Qmo serian , por ejemplo, la ideologia yel programa de un partido politico de­terminado. No dice otra cosa Carlos Barbé en el siguieme texLO: "las represenla­l lones sociales rt:ferenles a las idelll idades de clase, por ejemplo, se dan dentro de la psique de cada individuo. Tal es la lógica de las representaciones y, por lo 1,11110, de las identidades por eilas fonnadas"43

No está por demás, finalmente, enumerar algunas proposiciones axiomáticas ('11 torno a las identidades colectivas, con el objeLO de prevenir malentendidos.

hombre que habla en su lugar, en su nombre (as! se piensa en lérminos de delegación), mllmt ms quc cn reahdad es Igualmeme verdadero decir que el ponavoz hace al grupo. "(p. 49). 4l Alcss:mdro Pl zzorno. ~Spiegazlone come rCldenllllcazloneM

, en RasSt8na Italwna di Sociologw, num 2, ano XXX, 1989. pp l ó l -183.

41( ,u los Harbé. ~ I '¡drnll1 ~ . 'lIldlVldu:lle' e 'coll etll va '- come d 101l'll7it'HlC sOAAcltlva de II"r' t IO­

lit' ... üt!.de", CIl I .HU ¡l n.llho r l alll, ((Irnp lrsm~ SOdll/c /' IdrllI IM. 11.IUlO "n~{'I¡. MIl.l n. 11.)8". jIjI 21, 1 17(\

I DE N T I DA D ES SO(I ALE S

1) Sus condiciones sociales de posibilidad corresponden a las que cond icio­nan la fonnación de todo grupo social: la proximidad de los agentes individua­les en el espacio sociaLH

2) la formación de las idenlidades colectivas no implica en absoluto que éstas 'c hallen vi nculadas a la exiSlencia de un grupo organizado.

) Existe una "distinción inadecuada" entre agentes colecti vos e idenudades mlccllvas, en la medida en que éstas sólo constit uyen la dimensión subjet iva de In, pri meros y 110 su expresión exhaust iva. Por lo tant o, la identidad colecliva no l'~ c; inóni mo de actor social.

4) No todos los actores de una acción colectiva comparten unívocament e y en "1 mismo grado las represe ntaciones sociales que definen subjetivamente la iden­IIdad colectiva de su grupo de pertenencia · 5

5) Frecuentemente las identidades colectivas constituyen uno de los prerre-111I1'1l0S de la acción colectiva. r ero de aqui no se infiere que toda identidad co­It" uva genere siempre una acción colectiva ni que ésta tenga siempre por fuent e nhhgnda una identidad colecliva.46

h) Las Identidades colectivas no tienen necesariamente por efecto la dcsperso­II ldI7¡1('1Ón y la unirormi zación de los comportamientos individ uales (salvo en el 1 ,I',n de las llamadas "instituciones totales", como un· monasterio o una institu-1 Inn Gucelaria) :H

• ." hH'n In probablildad de rcu ll1r real o nominalmente - por la vinud del delegado- a un I 11IIIII1I1U de agemes es tanto mayor cuanto más próximos se encuenlran éstos en el espacIo so-11,11 )' l UílntO más reslnnglda y, por lo talllO. más homogénca es la clase conslnucla a la que per-111111 rn, 1..1 reunión el1l re 105 más proxlmos nunca es necesaria y fatal 1 ... 1. asf como tambIén la 1111111 .... 11 Cnlrc los más aleJados nunca es Imposiblew (Bourdieu, 1984, pp. 3-4).

1Illlu ... o bs Idenndadcs más fuenes de la historia (idemidades nacionales, religiosas y de cla­, 111111 \lIl"csponden nunca :l una serie unIvoca de representaciones en tOdos los sujetos que b " "1'."11'1\ (Ua rÍ>! , 1985, p 270)

I 1111,\ wrbena pluncalegonal o una huelga pueden resullar muy bien de una coincidencia de 1l1li11' .fI\ Y h.lsln de eventuales y momemáneas ident ificaciones, pero no de una iclenliclad" (Bar­I I'¡H\ p 271l.

hll ItI 1f\II10, no parece que deba ad mitirse el modelo del co,lfilluum de comportamientos pra-

1'1" ,111 pOI Lqkl (1<)72). entre un polo exclusivamelllc personal que no implique referencia al­IIII,j.1 10'\ ~~HI¡W" dr prnl'ntnCI3. y un polo coleclivo y despersonalizante, donde los comporta-

1111111111 1"',IJHI.lIIltll.dmc!llC dClermmados por diversos grupos o categor1as de pertenencia . ESle 1110"1h I¡ ¡ l' ,lo! 11lI 1"rWI,ldo por la Ic!(a de una oposición irreconciliable entre una realidad social ,¡lulh¡1 r IlIhlbldl".I, y tl n yo pt' l<,onul en busqut:da pennanemc de lIbertad yautorrealización 111111 1111111.\

Page 10: Teoría y análisis de la cultura

Gll8[R10 GIM[HEZ MON1IEl

La ie/entidad como persi slcncia en el tiempo

Otra ca ractenstica fundamental de la identidad , personal o colectiva, es su capa­cidad para perdurar, aunque sea imagi nariamente, en el tiempo)' en el espacio. Es decir, la identidad implica la percepción de ser idéntico a SI mismo a través del tiempo, del espacIO, )' la diversidad de situaciones. Si antenonncnte la iden­tidad se nos aparecía como distinguibilidac1 y diferencia, ahora se nos presenta (tau'ológicamente) como igualdad o coincidencia consigo mismo. De aquí deri ­van la re lativa estabilidad y consistencia que suelen asociarse con la Identidad, así como también I ~ atribución de responsibilidad a los actores socia les y la relativa previSibilidad de los componamiemos'8

También cst~ dimensión de la idemidad remite a un contexto de interacción. En efecto, "también los otros esperan de nosot ros que seamos estables y constan ­tes en la identidad que manirestamos; que nos mantengamos conrormes a la ima­gen que proyectamos habitualmeme de nosotros mismos (de aquí el valor peyo­ratIvo asociado a calificativos tal~s como inconstante, versátil , cambiad izo, inconsistente, 'camaleón', etcétera); y los otros están siempre listos para 'llamar­nos al orden', para comprometemos a respetar nuestra idemidad"49

Pero más que de permanencia, habria que hablar de continuidad en el cam­bio, en el sentido de que la identidad a la que nos referimos es la que correspon­de a un proceso evollllivo,5o y no a un~ constancia sustanciaL. Hemos de decir C11l0nces que es más bien la dialéctica entre pem1anencia y cambio, entre cont i­nuidad y discontinuidad , la que caracteriza por igual a las identidades persona­les y a las colectivas. Éstas se mantienen y duran adaptándose al entorno y re­componiéndose incesantemente. sin dejar de ser las mismas. Se trata de un proceso siempre abierto y, por ende, nunca definitivo ni acabado.

Debe situarse en esta perspectiva la tesis de Frcdrik Banh , según la cual la identidad se define primariamente por la continuidad de sus limites, es decir, por sus diferencias, y no tanto por el contenido cultural que en un momento deter­minado marca simbólicamente dichos limites o diferencias. Por lo tanto, pueden

4~ Desde eSla perspectiva constituye una conlradlCIIO i/1 terminis la idea de una Idenudad cale idos­cOplca, fragmentada )' eflmera que serta propia de la Msociedad posmoderna", según el discurso especlliau\'o de cienos rilósofos y ensayistas. ~» Lq)I3.l'Isky. op. CH. P 43 'IO lnduso CSI:l expresión resuha lodavln IIICxaCla Ilabrfn que h:lbhlr m:ls bIen el\.' PII)IC .. O d¡n~-1111\ n, y.1 que nUC .. llfI bl()~rnf¡a , porcJemplo, es m:'is bien un proceso cft ltUl, 110 "I'Wtn 1111 lIlo(.k· · lo nmltulvc)' 11111',11 ,,1111) I;olllnrm~ ron UI'í1lh"lhu(iI de Tl'(:()m l}t)'ldnnr'+", 11 11'1111 .'

IO E H1IOAOE S SOCIALES

H¡III ... lormarse con el tiempo las caraCterísticas culturales de un grupo sin aherar '.tI Identidad. 0, dicho en términos de George de Vos, pueden val;ar los "emble-111," de contraste" de un gnlpo sin alterar su identidad."

bta tesiS impide extraer concl usiones apresuradas de la observación de ciel­lIl' procesos de cambio cultural "por modermzación" en las zonas fronterizas o 111 1,,, areas urbanas. Así , por ejemplo, los fenómenos de "aculturación" o de 11,IIl~ultu ración" no Implican automáticamente una "pérdida de identidad" SI

1111 ~olo su recomposición adaptativa .51 Incluso pueden provocar la reactivacion dI" 1.1 Identidad mediante procesos de exaltación regenerativa.

I'~ I O 10 dicho hasta aquí no permite dar cuenta de la percepción de transfonna l11Ult:5 mas prorundas que parecen implicar una alteración cualitativa de la Iclen lul,lll, !anto en el plano mdividual como en el colectivo. Para arrontar estos ca~OS ,1_ 1L't.¡Ulerc reajustar el concepLO de cambio , lOmando en cuenta, por ,un lado, su ,II"I'IIIUd )' su grado de profundidad y, por otro, sus diferentes modalidades .

I "efecto, SI asumimos co mo criterio su amplitud y graJo de profundidad , po· dl'ltlLlS concebir el ca mbio como un concepto genérico que comprende dos rOl

111.1" m.l., especifi cas: la transrormación y la mutación. 53 La transrormación se ria '"' I",,,eso adaptativo y gradual que se da en la continuidad , sin afectar slg lllfl I ,11Iv.ltllCllle la estructura de un sistema, cualquiera que éSla sea. Ul mutaCIO I1 , en l ,tl1lhlO, supondría una alteración cualitativa del sislema , es decir, el paso de una

I ',ltlllIUr<1 a otra. I 11 (,' 1 :\mbito de la identidad personal, podrlan caracterizarse como muttlll l) 1l

111' , l, l"l)S de "conversión" en los que una persona adquiere la convlccion - al n)L'· ""', ,,,hlcuva- de haber cambiado profundamente, de haber experimentall" U",.I I "1,,,kl.1 ruptura en su vida, en fin , de haberse despojado del "hombl c v"· lo

p,I! ¡1 II .tU'1 a una nueva Identldad .54

I 11 ,u,mto a las idenudades colectivas, se pueden dlstmguir dos modalid,,,¡", ¡',hl\ ," ,k alteración de una umdad identitaria: la mutaCión por asimila 1011 ) I,t ""U,,, 1,\11 por diferenciaCión . Segun Horowi tz, la asimilación comporta, a su V\'l, ,J", 1i~," ,\S b:l~ l cas la amalgama (dos o mas grupos se unen para formar un '''1\'.

PHi.' P XI I ' '' '1,1 UII,I dh4..u .. um pC.lII11t' IH)I\.;.Jda dI.' c;"la pTllb\cnMllca, ve r, GUllénez. Il)Q4, flP 17 \

l" III)tn Ihhul , [¡'n,hmt¡ (1 rlHlhlllflU \ WdCII"" Prc<¡"f''' lln ivt'rC;I\.llh.'" tl/' l-r¡\ocT, 1'¡1I1 ~

pll})"~

t Vn 1111.1 dhl 111>,11'11 dr 1",11' Hi\* 11. 1'11 ~ ,11111"11\, ';, 1~1(' \. i1 ·H y"'l

,

Page 11: Teoría y análisis de la cultura

GILB( R TO GIM[ H [l HOH 1IlI

vo grupo con una nueva identidad), y la incorporación (un grupo a"""", l. i<lin­udad de otro)" La diferenciación, por su pane , también asume dos figuras : la rI.1V1SIO I1 (un grupo se esci nde en dos o más de sus component es) y la prolirera­clón (uno O más grupos gene ran grupos adieronales diferenciados).

La fusión de diferentes grupos étnicos africanos en la época de la esclavitud para rormar una sola y nueva etnia, la de los "negros"; la plena "americanización" de algunas minorías étnicas en los Estados Un Id os; la dIvisIón de la antigua Yu­goslavia en sus com ponentes €: lnico- religiosos originarios; y la proliferación de las secI.as religiosas a panir de una o más "iglesias madres", pod rían ejemplificar estas diferentes modalidades de mUlación identltaria.

La identidad COl110 va /O/

La mayor parte de los autores destaca o tro element o caracle ríslico de la identi­dad: el val or (posit ivo o negativo) atribuido invariablemente a la misma. En efec­la, "existel:'na difusa convergencia entre los estud iosos en la constat ación de que e/ hecho de reconocerse una identidad etnica, por ejemplo, campana para e/ su­Jeto la romlulación de un juicio de valor. la a nrmacion de lo mas o de lo menos de la inferioridad o de /a superioridad entre él mismo y e/ partncr respecto dei cual se reconoce COIllO ponador de una ident idad distinti\'a".l6

Digamos, ent onces, que la identidad se halla sIempre dotada de cierto valor pa­ra el sUJeto, genera lmente distinto del que confiere a los demás sujetos que consti ­tuyen su contraparte en el proceso de interacción social. Y ello es así, en primer lu­ga r, porque "aún inconsciememe11le, la Identidad es el valor cent ral en torno al cual cada individuo organiza su relación con el mundo y con los demás sl~elos (en es­

te sentido~ el 'SI lllis~lO' es neC~riamente 'egocentrico'''). Y en segu ndo lugar, "por­que las mISmas nocIOnes de clIferenciación , de comparación y de distinción, inhe­rentes 1. .. 1, al concepto de identidad, implican lógicamente como corolalio la búsqueda de una valorización de si mismo respecto de los demás. La valorización puede aparecer incluso como uno de los resortes fundamentales de la vida social, aspecto que E. Gorrman ha puesto en claro a través de la noción de jace".57

') D.L Horowilz, "Elhl11c Idemity", en N. Glazer y D P t\"lo)'nihan (eds.), Ethme Theory cmd Ex­pencnec, Harvard Untversuy Press, Cambridge, 1975, p. 11 Sr 55

5() Amaha Signore 1Ji , "Ident ¡t tl emica e cu hura eh Illassa del 1<l\'oralOri mlgrant 1", en A 1I}\l' lo di Car­Io (ed.) I/uoglli del/'rdentlld , Franco Angch , Mrtln, t985, pp 44 -60 'H Llpr;lI1~ky, (lP el/ ., p. 4 1

IO[H I IOADES SOCIALES

Concluyamos emon ces: los actores sociales individuales o colectivos tienden ,

en pnmera instancia, a valorar positivamente su idel1lidad , lo que liCfle-per-eetl .I:(uencia estimular la aUlOesti ma, la creatividad , el orgullo de pertenencia, la 50-

Irdanclad grupal, la voluntad de autonomfa y la capacidad de resistencia cont," \.1 penetración excesiva de elememos exteriores.58

Pero en muchos otros casos se puede tener también una representación ncg:l UV,l de la propia identidad, sea porque ésta ha dejado de proporciona r el mf111 1110 de ventajas y gratificaciones para poder exp resarse con éxito moderado en un determinado contexto social,'· o porque el ac tor social ha introyectado los este· ,,'oupos y est igmas que le atribuyen. en el curso de las ·' Iuchas simbólicas· por I,t, claSIficaCIones sociales, los actores (individuos o grupos) que ocupan la pOSl e Il)11 dominante en la correlación de runzas matenales y simbólicas, }' que , por lo ml'mo, se arrogan el derecho de imponer la defini ción "legitima" de la Identl d,lcI y la "forma legitima" de los clasificaciones sociales.60 En estos casos, la pel "'pUOI1 negativa de la propia identidad genera fru stración, desmOl·" lización, c Plllplejo de Inrerioridad , insatisfacción y crisis.

, ti uh,tltid~d y su conlexlO social nuís amplio

111 tllanto construcción interactiva o realidad II1lersubjetiva , las iden lld .. ld t!~ ,lit I,des reqUIeren , en pnmera instancia y como condición de posibilIdad. tk 11I1l1(.'xtos de lllleracción estables constituidos en rorma de '"'mundos famillart.'c;'· dI 1" vlela ordinaria, conocidos desde dent ro por los actores sociales no eO Il1{>

"I>II'tns ele interés teórico S1110 con fines práclicos Se trata del mundo de 1" VI d.l <"n el sentid o de los fenomenólogos y de los etnomelodólogos. es deur, <,1 Illltlldo conOCIdo en común y dado por descontado" (the 1V0rld /mol\ln 111 CJ/III

tll1l11 1I11d I<1 /WI Jor gra nted), juntamente con su transfondo de representnt1<""·~ ,1I1 1.des COlllparud<\s. es deCir, de tradiciones culturales, expectativas rl't:f pll l

1,1', " ,beres compa rtidos y esquemas comunes (de perce pción , intcrprct ,ltltlll y I ·V, tll1,l(I (\ n ).~1

'., 111110 >',1 I~l h,lbl,1 Sfr\il l.llln Max Weber, "toda drrcrcnu::! de 'costulTlbrt'c,' puede' ílltnlt·I1t¡11 1"11

ti Ptllllld,'rl, .. un .. t>nllnlrl' I1Hl cspnl rrco de h('lnor y (hgnldad" (Weber, 1t.>44 p J17) t 11 dlll( I\illth. lo" WUr(/~ ffn/w\ \' \u\jl olHr l{lS, fondo dI.' (UltlllJ Iloonllm,t, M('''I~n . ¡U7fl,

l' JI)

"ll'lrw BIIUJc\lrn , ((' ¡/Uf /l(/"O vnll al.I', I ·.ly;rrd , P¡.I1I~ , I t)H2 1) I \fl y"~ "1 AII"'IIII 1 '11, II ll\mrllll tllll1l,udn VIt,llf- , 111 t II.tlhll rI ulll (1/ 1 dt ,p 1 Il Y u

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(,ll8ERIO GI "' [H[Z MOHIIEL

En efecto, es este contexto endógenamen!~a"""'¡o el que pe.mite a los -sUJctos ad mmistrar su ident idad y sus diferencias. mantener entre sí relacio­nes Interpersonales reguladas por un orden legítimo, interpelarse mutuamen-te y responder "en primera persona", es decir, siendo ·e l mismo' y no alguien difere nt e, de sus palabras y de sus ac tos. Y tod o esto es posible porque di­chos "mundos" proporcionan a los actores soc iales un marco a la vez cogni­tivo y normativo capaz de orientar y organiza r int eractivam emc sus actlvida­des ordinarias,62

Debe poswlarse, por lo tanto, una reb ción de determinación reciproca entre la estabilidad relativa de los "contextos de int eracción" , también llamad os "mun­dos de la vida", j' la identidad de los actores que inscnben en ellos sus acciones

concertadas, {Cuales son los límites de estos "contextos de interaCC ión" que sirven de en­

lom o o "ambiente" a las identidades sociales' Son variables según la escala considerada y se ¡am an visibles cuand o dichos conl extos implican también procedimientos formales de inclusión-ide ntificación, lo que es el caso cuando se trata de institUCIOnes C0l110 un grupo doméstico. un centro de investigación, una empresa, una administración, una comunidad loca l, un Estado-Nación, et­cétera . Pero en otrOS casos, la visibilidad de los límites constituye un problema, como cuando nos referimos 2; una "red" de relaciones sociales, aglomeración urbana o región,

Según el análisis fenomenológico , una de las características centrales de las sociedades llamadas "mode rnas" seria precisamente la pluralización de los mun­dos de la vida en el sentido antes definido, por oposición a la unidad y al carác­ler englobante de los mismos en las sociedades premodernas cultural mente in­tegradas por un universo simbólico unitario (v, gr. , una religión universalmente compartida). Tal pluralización no podrla menos que acarrear consecuencias pa­ra la configuración de las identidades sociales. Por ejemplo, cuando el individuo se confronta desde la primera infancia con "mundos" de significados y definicio­nes de la realidad no sólo diferentes sino también contradictorios, la subjetivi­dad ya no dispone de una base coherente y unilaria donde arraigarse y, en con­secuencia , la identidad individual ya no se percibe como dato O destino sino como opción y construcción del sujeto. Por eso "la dinámica de la identidad mo-

M Wanll,1 l'II,.,t,ll" It ~ ll tlll;lf\ , 1",ln\'OI5(' Monn y I ,OUI<; QueT(', "kit'Pl II'" dr ' p,j V\~ el t't¡l/I'U Yl' de la JJlfltlnll"¡' ( 1' 1111,' dTIlUll , tic ' .. Mnu\'cmcnlS S(XI;lUX-fl U "S, t ',III ~ •. tlmfl , PI' \'\ "tH

IOEH i lOA OES SOC IAlE S

dnna es cada vez mas abie rla , proclive a la conversión , exaspcradamente rene-.IV;I , mulliple y diferenciada"·' _ __ ___ _

IluSla aquí hemos postulado como contexto social 111 l11ed iato de las identida­.11", el ·' mundo de la vida" de los grupos sociales, es decir, la sociedad concebl ­d,l tbde la perspectiva endógena de los age ntes que partiCipan en ella.

I'elo esta perspectiva es limitada y no agota todas las dimensiones posibles de l., .. nl1edad, Por eso hay que anadir de inmediato que la organización endógena dI' l (l~ mundos compartidos con base en las interaCClOnes pnícticas de la gente en

11 vlela ordinaria se halla recubierta , sobre todo en las sociedades modernas, por 1111,1 (lIgn l1lzaclón exógena que confía a illstll uciones espc<.:iali zaclas. «(~erecho, ¡U'1It Hl, al'le, política, mass media , etcétera) la producción y el manlenu11IenlO de 1III1!t'XtOS de interacción estables, Es decir, la socicdad es tambiell sistema , es-111I,lura o espacio social constiLuido por "campos" diferenciados. en el sentido de I\nll ldu.'uh" Y precisamente son tales "campos" los que constituyen el contexto '" 1,11 exógeno y mediato de las identidades sociales.

Iln.llvillllemc, las illleraCClones SOCiales no se producen en el vaClo - lo que 1 ,1~1 un,' especie de abslraccion psicológlca- Sll10 que se hallan "empacadas'.',

IUII II'II deCirlo, en la est ruClllra de relaCiones objetivas ent re posiciones en los dl ­h JI IIh'~ (,'illllpOS soclales.65 Esta estnlClllra determina las fomlas que pueden re­

I .111 \¡tI., InteraCCiones simbólicas entre agentes y la represent ación que éstos

)1111 dril lI.,' ncr de la misma ,66 1 ""dc esta perspect iva, se puede deCir que la idenudad no es más que la re-

1<1' ,'II I,I( IOIl de los agentes (individuos O grupos) de su posición (dist intiva) en , I'JI,II 1(1 stK lal, y de su relación con otros agentes (individuos o grupos) que III 1111,111 l., mIsma posición o posiciones diferenciadas en el mismo espacio, P~r r "llllll lun lO de representaciones defini to rias de la identidad de un determl-111111, ,1~',t'IlIC .l lravés de las relaciones de pertenencia, nunca desborda o transgr~­,1, !t" 1111111'" de compatibilidad definidos por el lugar que ocupa en el espaciO

,,!,tI As', por ejem plo, la identidad de un grupo campesino tradicional siempre

'1"" d,III.1 ~lOlIa , Idf"tila . Roscnberg &: SelHer, Tunn , 1983, p, 48, t I !I 1" l\nurdlt'U, Ch()\('s dl/cs, Les Edltions de MmUlI, Pans. 1987, p, 147 Y ss.

1.,,1111 110111<111'", ~ I :'I verdad de la interaCCión nunca se encuemra por entero en la mterac-111 1,11 uillltl (' .. tn ~r mrmdlcsla a la observaciOn H

(1987, P 151). Yen OITa parle afIrma que I 11111 I ~t I 111m ~ 'r.t}(HIt"s ni) WII 01<\5 que "1" actualizaCión coyul11 tlTal de la relación objeti va"

.!UViI.1' 1I! _ . ¡'ji '" Hllwdlrll , ,¡ 1I1l' IlHerpretmlon de la lhto lle de la rchglOn de Max Weber , en Archives

'"It r¡tlflllJ'~ 114 ''tPdPlrtj!ll" PI' 2,2 1

,

-

Page 13: Teoría y análisis de la cultura

G l l BERIO GIM~NE Z M O Nl l t l

se ra congruente con su l?<l.5kió.n2\!l?ahema en et ca mpo de I~ clases sociales, y sus miembros se reglran por reglas implícitas como "no cree s . d 1

., " - r e mas e o que .~lnO es, no s~ r pre~e~cioso" , "darse su lugar", "no ser Iguales ni igualados", conse rvar ~u dIstanCIa , et~é t e ra . Es lo que Goffman denomma SCl1se oJ 011 1:'5 pla­

Le que, segun nosolros, denva de la "fun ción locauva" de la Identidad .

. Se pu.cde dec ir,. ~or consiguiente, que en la vida socIal las posiciones y las (" ferenClas de pOSICIOnes (fundad oras de identidad), ex isten baJO dos formas: una forma obJe" va, es decir, independi ent e de todo lo que los agent es pucd"n pensar de ellas, y una forma simbóli ca y subjeti va, esto es, bajo la form a de la lepreSentaclOn que los agent es se fOljan de las mismas, De hec ho, las pert enen­Cias soctal es ( fam'.'lares, profesionales, etcétem) y muchos de los atri but os que dcflllen una Identtdad revelan propi edades de posición6¡ y la volunt "d de dis­~mc l ~n de l o~ actores, que reOeja precisamcllle la necesidad de poseer una Idenll.dad s~clal , traduce en úlrima instancia la distin ción de posiciones en el espacto social.

Utilidad teórica y empírica del concepto de idClltidad

Llegados a este pUnto podríamos plantear la siguiente pregunta: ¿cual es la lIlili ­dad teónca )' empírica dcl concepto de identidad en sociologia y, por extensión en ant ropologfa' '

No. f~han amores que le atribuyen una función merameme descriptiva, útil pa­m defll1lr, en todo caso, un nuevo objeto de in vesugación sobre el fondo de la di ­ve rsIdad, n~ctu~n.te de .nuestra .experlencla , pero no una funCIón explicativa que tornc mas II1tehglble dicho objeto permitiendo formular hipóteSIS ace rca de los problemas que se plantean a propósito del mismo, JW Lapierre esc 'b ' 1 . " 1 nlalJCe

lIempo ' E concepto de identidad no explica nada . Más bien defin e un objeto, un conjunto de fenómenos sobre los cuales antropólogos y sociólogos se plan­tean cuesuones deiupo 'cómo explicar y comprender qué ... "'''''

SII1 embargo, basta echar una ojeada a la abundante literatura generada en tor­no al 16plco para percatarse de que el concepto en cuestión también ha sido tui­"zado como instrumento de explicación.

(>i' Almn Accíl rdo. Imllllt ion a la sO(lologu~ d, ,.IlIUSio /llsme social Le MaSC;í1re¡ Uu l . 1"8' , PI' 56-57 ' ' . n to~, ':1 )

fJfI J W I ap1crrc, IIp ur , pp 1 95~.206

IO fNTIOAO ES SOCIA l[S

Il lgamos, de entrada, que la teolia de la Idenlldacl por lo menos permite ent en-01", melor la acción y.J¡¡jlJ.l$r,¡t!;l;.i,¡í¡l social. En efecto, est" te.Q¡ia puede considerar­, ' «)mo tilla prolongación (o profund,zac,on) de la teolia de la acción. en la me­d"la en que es la identidad la que permite a los actores ordenar sus preferencias)' {>t nger. en consecuencia , ciertas ahernaliY3S de acción. Es lo que Lorcdana Scio-

11 .1 drllomina función selectiva de la identldad.M Situándose en eSla misma pers­I'l'<tlva, A. Melucel c1efme la Identidad como "la capaCidad de un actor de recono-

1 b ' I " 7o 11'1 los erectos de su acción como propIOS y, por lo tant o, (e atn U1rse os .

l n lo tocan te a la interacción, hemos dicho que es el "medlUm" donde se for-111.1 St' manl1ene )' se modifica la Idemidad. Pero una vez constituida ésta innu­l' J ~ 1I \'ez, sobre la misma, conformando expectati \'as y 1l10ti\'<1ndo comporta

IIII¡-n tos, Además. la identidad . por lo mcnos la identidad de rol , se actualiza o ,1 h'prl'scnta en la misma interacciónJ I

1.1 "acu on comunicativa·' es un caso particular de IIlleracClóll .72 Pues bien, la Idrlltldad es a la vez un prerrcquisito )' un componente obligado de la misma , ornunicarse con otro implica una ddinición, a la vez relativa y recíproca, de 1<.1

Ickntldacl de los interlocutores: se requiere se r y saberse alguien para el Ol ro, co· ,110 I .\lllblt n nos rorjamos un3 rcprese lllación de lo que el Ol ro es en sí mismo )' 1'.1/ ,1 !lOSO! ros~.7 3

1,<'''' cl concepto de identiuad no sólo pennite comprender, dar senud o y re • 111I0 U,' f lIna acción sino lambién explica rla . Para A. Pizzorno, comprender una ,1111011 ~IAnlfl ca Identificar su sujeto y pre\'cr su posible curso, "porque la pn'tl tl 1 ,1 lid .RIlIar en SOCIedad nos dice , mas o menos claramente, que a id enlldad l'~

11I 1' " lI csponde una acción que sigue reglas (Rl )"H Explicar una acclOn, " 11

I ,1I1II>u1 , lIl~pJ¡ can a reidentlflcar a su sujeto mediante el experimento ment.ll tll'

h ,ll l' ¡ V;lfI a f sus posibles fines y reconstruir, meluso históricamente, su (0111\,')(111

• 11111 11 ,11 pl'llll1ent e ("ncolocazlOne culturalc"), todo ello a partir dc una sltua, "'" 01. "" I'fudumbrc que dificulta la comprensión de la misma (" lI1t oppo") 7>

1'11111.111,1 ~(1o lla , Idl"tl llW, up 0 1, P 22.

,\ "" l dll~ U , l' t '1\'('''~ l rmr del I" t'St llfe, 11 Mulmo. Bolol1l3, 1982 , P 66_ ~ 1I1 h.lel l Ilc(, hl . Mílry J~ne Colher y 51dney A R.be:au, Africarl Amrnw rI CommlHlluJflOrl Hit

ttll ,.1. 11111 v tI/Id (ldlluul/ru('l p'I'/(I/IOn, 5nge Pubht ulions, Landre,,> , 1993, pp 46·52

11 .11 11 11111''', /11' ¡ti , vll l 11 , P 122 Y s..c;

111'1 ,ltI .. ~.y, 0'1 111 . P 122 • -\11 .11111111 1'1:.1'1)11 111, "~ plt.'J!.X: I {)nt' OlmC ,()P (/1 , p 177

I( 1',1' '"\;1 ~ 'pll1 ,lIlun dr P.I I" pnl(l'C llllllrlll H'\ (,1 ,.lh\ I.<;lS pOIHlt() , rll ",lnll t., lllu 1'1.[1I n 1111 , 1\19 1,

1'11111 111.111111'1111 !lP 11 I l

o

Page 14: Teoría y análisis de la cultura

• GIlBERTO GI MtNf l M O NTI El

- --i>eRH-ltIy más: el cORcepto de id&ntidad tambien se ha revelado u1l1 para la comprensión y explicación de los conl1ictos sociales. bajo la hipótesis de que en el fondo de todo conl1lcto se esconde siempre un conlllclO de identidad "En to­do confli clo por recursos escasos siempre esta presente un conO icto de identidad : los polos de la identidad (au to)' heteroidentificaclon) se separan , ) la lucha cs una manero ue afirmar la un idad , de restablecer el equi libno de su rebclón, y la posibllrdad del intercambio con el otro fundad o en el reconoci micnto". 7•

Si tuándose en esta pe rspectiva , Al fonso Pérez-Agotc77 ha form ulado una dis­linción úti l entre conflictos de idenudad e identidades en confl lClo: "Por con Oic­to de identidad ent iendo aquel con l1lcto social que se angina )' desarrolla con motivo de la existencia ele dos formas -al menos de definir la pertenencia de una sen e de individuos a un grupo78 L .. J. Por identidades en conflicto o conflic­to entre idcnlidades entiendo aquellos con Oictos SOCial e s entre colectivos que no implican una disputa sobre la ident idad sino que más bien la suponen, en el sen­tido de que el connlCto es un reconoclmieT1l o por parte de cada colectivo de su propia Iden lJdad y de la ident idad del otro: un eje mplo prOlotJpico lo conSlllU­ye n los conniClOS étnicos y raciales en un espacio SOCial concreto , como puede ser una ciud ad eSlaclunidense".

En un plano más empírico , el análisis en terminos de Identidad ha permitIdo descubrir la ex istencia de actores SOCiales por largo tJempo ocu lt os bajo catcgo­rías o segmentos sociales más amplios. IQ Tambien ha peml111do entender mejor los obstácul os que cmurbian las relaciones il1lerétnicas en tre la población negra y de los americanos-eu ropeos en los Estados Unidos, poniendo al descubierto los mecanismos de la discriminación racia l y explicitanuo las condiciones psicoso­ciales para una mejor relación ¡otra e i11lerétnica.oo

En fin , también parecen indudables las virtudes heuristicas del concepto. El punto de vista de la identidad h~ permitido plantear bajo un ángulo nuevo. por

111 Melucel, op_ ( il. , p. 70. H Pérl'z-Agotc , op. cit. 111 1 I .IUlor esta pens.'lOdo en los "nacionalismos periféricos" de España, l.OnlO el de los vascos , 11tH cJ'-'mplo

\1 1.11 11.1 Sido el , aso de los ranche ros de In sIerra Mpmdclllana M (lnnJtc sur enlrc Jahsco )' Mi­I ho,ll.ll\ ). t:.lt cgon z:1dos genéricamellle como KCrl1llpesmos- y ~dcscublertos" corno aClOres socia­Ir !> lOtl idt'lll id ,ld propm por FSleban Barra~n l ópcz, en un sugestl\'o est ll (hl~ puhht acJo e n In lt'vl ',I¡! krlu tJm1r\ ( 1 (,)90 , pp. 7'5- 106), de El ColegiO Lic Mlchoaco1n l •• 11r\ 111 "rl I u

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movimieJ1los sociales (Melucci86), partidos políticos (PizzornoS7) , con l1lctos ra-

I lales e interétnicos (J-lecht .'s Banol omé89), a la situaCión de los estados naclona­k> entre la globalización y la resurgencia de los particularismos f tnieos (Fe~ t ­hcrstone9ü), a la fluidez cultural de las franjas frontemas y a la conflguraclon t"1I1snaclonal de las migraciones (Kearncy91), por menCionar sólo algunos de los

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di \ ( t1\c<': l1\'a ... e mdlVlduales de las mujeres constHuye un dato emergeme, problel1l¡}llu) )' (!I" 11

11'11\' 0 de nueSlrO tiempo. Al dlscullT sobre la Identidad , no podemos menos que pl.lll1rar 1,1

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