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Curso OPE Andalucía. 2019. Enfermería.

Servicio Andaluz de Salud.

Principios fundamentales de la bioética.

27

5www.aulaplusformacion.es Principios fundamentales de la bioética

Tema 27.

Principios fundamentales de la bioética.Código deontológico de la enfermería

profesional. Concepto y regulación jurídica. Artículo 199 del Código Penal.

Estrategia de bioética del SSPA.

1.1. Ética1.2. Deontología1.3. Estrategia de bioética del SSPA

27 Principios fundamentales de la bioética.

1.1. Ética (MUR 18, 3)

El término bioética fue acuñado por vez primera por el oncólogo Van Res-sanler Potter en 1970, en su libro: “Bioethics: bridge to the future”. En 1972, fue fundado el Instituto Ken-nedy de Bioética, en la universidad de Georgetown, en Washington, por André Hellegers.

La bioética es una parte de la ética aplicada que pretende dar respuesta a todas las cuestiones que la tecnología actual está planteando, como en reproducción asistida, ingeniería genética, clonación, trasplantes de órganos, prolongación de la vida en estado vegetativo, entre otros. No obstante, la bioética es más amplia en su ámbito que la ética médica profesional, puesto que incluye la asignación de recursos a la sanidad y la experimentación animal.

La perspectiva de la bioética en el abordaje de las dife-rentes cuestiones tiene las siguientes características: mul-tidisciplinar, puesto que intervienen filósofos, juristas, sa-nitarios; civil, adopta el talante aconfesional de los países occidentales; pluralista, pues acepta multiplicidad de en-foques y, por último, racional, utilizando la razón como el medio para elaborar sus principios y normas.

La Asociación Internacional de Bioética, en 2004 amplió y redefinió el término, entendiendo bioética como el estudio de los temas éticos, sociales, legales, filosóficos y otros rela-cionados, que surgen del cuidado de la salud y en las cien-cias biológicas.

1.1.1. Conceptos generales

Ética vs. moral

• Moral: vivencia cotidiana de adhesión a valores, prin-cipios, normas, a partir de los que los propios actos y los de los demás son juzgados como correctos o incorrectos, buenos o malos. Para la mayoría de los autores, la moral tiene un origen interno, es autónoma, a diferencia de otras normas, como pueden ser las jurídicas, que son ex-ternas o heterónomas.

• Ética: estudio que hacen los filósofos de la moral, motivo por el cual se preocupa por la necesidad de su existencia, de su contenido, determinando las normas que la for-man y buscando su aplicación práctica, por ejemplo, en el mundo sanitario. De tal manera que la ética permitirá llegar a afirmar, en un momento dado, que una moral de-terminada “no es ética”. Pueden diferenciarse varios tipos de ética, tal es el caso de:

Ética formal. Que analiza un componente de la con-ducta humana, como la conducta responsable.

Ética normativa. Que analiza los principios y reglas que regulan el comportamiento humano, también co-nocida como ética material.

Ética aplicada. Con dos vertientes, por un lado, la Bioética, ética aplicada a las ciencias de la vida, y por otro, la Deontología, ética aplicada al ejercicio de la profesión. De la ética aplicada al mundo sanitario ver-sará el contenido del temario.

La ética, por tanto, puede ser definida como el conjunto de reglas y/o valores que se acep-tan y respetan por todos y determinan lo que se debe y no se debe hacer.

La moral es un asentimiento a las reglas-normas dadas, procedentes de “fuera”. La ética es un término mucho más amplio, es una justificación racional de la moral. Kant a tra-vés de su imperativo categórico hizo el intento de dar bases a una moral objetiva nacida de la Razón y más allá de la Re-ligión. Friedrich Nietzsche señala que los códigos morales y las éticas que lo estudian se presentan como desveladoras de profundas verdades sobre el ser humano. Señalando a los valores morales como estratagemas de dominio de unos hombres a otros. En su obra genealogía de la moral señala: las morales y las éticas que hacen pasar por "verdaderos" y "universales" unos valores son "morales de esclavos".

Normas. En la sociedad actual, conviven multitud de nor-mas, cuyo ámbito de obligatoriedad y de vigencia es diferen-te. Cabe así distinguir entre:• Norma social, o de educación: señala cómo comportarse

en sociedad, estas normas son elaboradas por los ciuda-danos y, evolucionan con el tiempo y pueden ser distintas según el espacio geográfico.

• Norma ética y norma moral: indican cuándo es correc-ta una actuación en concreto, pero no en el sentido de la norma social, sino en el sentido de si se ha actuado bien o no. La norma moral y la norma ética buscan ser universali-zables, aplicables con independencia del lugar y del tiempo concreto.

• Norma legal: se elabora por las instituciones sociales es-pecíficas, representantes del poder legislativo (Cortes Ge-nerales, Parlamentos autonómicos). Obligan en un ámbito y en un tiempo dado. Tal es el caso de las leyes estatales en el caso español, que rigen en todo el Estado, y de las leyes autonómicas, que están para ser cumplidas en el territorio

Relevancia a nivel nacional Relevancia a nivel regional

4,80% 2,60%

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de la correspondiente Comunidad Autónoma, y sólo mien-tras están vigentes, es decir, siempre que no hayan sido derogadas. El objetivo de las normas legales es determinar los derechos y deberes de los ciudadanos, regulando y or-denando la sociedad, buscando la convivencia social.

• Norma deontológica: derivada directamente de la ética aplicada al ejercicio de una profesión, es dictada por cada colectivo profesional, y recoge la guía de la buena praxis y del buen quehacer profesional, siendo de obligado cumpli-miento para todos los profesionales afectados.

Por las definiciones de ética y moral, debemos prestar atención a sus diferencias, y tened en cuenta que los valores son esas reglas que se adquieren, bien una cultura, comu-nidad, familia o persona. Autores como Raths, Haumin y Simon identifican 7 criterios para que una creencia se transforme en un valor: elección libre, entre varias alter-nativas, después de reflexionar,apreciadas y deseadas, ha-ber sido afirmadas a los demás, haber sido incorporadas a la conducta habitual y haber sido repetidos en la propia vida.

Los valores de la profesión enfermera son: compro-miso, dignidad y respeto, autonomía del otro, individua-lización y globalización (multidimensional) y excelencia profesional.

Tiposde valores

IntrínsecosR/C

mantenimientode la vida

R/C la culturaExtrínsecos

1.1.2. Principios bioéticos

Puesto que la bioética, en tanto que es ética aplicada, es teó-rica pero también eminentemente práctica, es una ciencia que desarrolla unos principios que deben regir las relaciones en el marco sanitario. Los principios bioéticos son el marco de referencia sobre el cual se plantean los dilemas éticos, se establecen los modelos de toma de decisión y se analiza y mejora la práctica asistencial del día a día. El devenir tecno-lógico y algunas incipientes investigaciones con humanos poco respetuosas, hicieron necesario el dotar de herramien-tas que respondieran ante los nuevos retos planteados.

El 18 de abril de 1979, en EE UU, se elabora el Informe Bel-mont (MAD 14, 3), que recoge los principios éticos que se deben seguir en relación con la protec-ción de los sujetos humanos en la experimentación (otras biblio-grafías lo datan en 1978). Se con-sidera el primer referente sobre los principios que orientan la bioética. Considera como tales:• Respeto a las personas. Considerar a la persona como un

ser con autonomía, y en caso, de tenerla disminuida, tiene derecho a ser protegido. Con posterioridad, este principio pasó a conocerse como principio bioético de autonomía.

• Beneficencia. Se debe intentar evitar cualquier tipo de daño, y a la par, maximizar los beneficios posibles, y dis-minuir los posibles perjuicios, por asegurar el bienestar de las personas. Más adelante, paso a conocerse como los principios bioéticos de beneficencia y no maleficencia.

• Justicia. Equidad en la distribución de los bienes.

Será en 1979, cuando Tom Beau-champ & Childress establezcan los Principios Bioéticos Esenciales (Beauchamp & Childress) (GAL 13-15, 33; AND 16, 26; ARA 11, 79; CAN 15, 18, 98; CYL, 16, 72):

Mayeroff describe los 8 componentes básicos a desarro-llar para disponer de la capacidad de cuidar: alternancia del ritmo, conocimiento, confianza, coraje, esperanza, ho-nestidad, humildad y paciencia.

Los conceptos más relevantes relacionados con la bioética y con el código deontológico, que veremos en este, tema son:

Ética

Conjunto de reglas y/o valores que se aceptan y respetan por todos y determinan lo que se debe y no debe hacer.

Moral

Asentimiento de las reglas dadas.

Principio ético

Conjunto de normas éticas cuyos criterios básicos son acepta-dos por todos y deben orientar la toma de decisiones en cada caso. Llegan a constituir un hábito.

Ética profesional

Orientaciones sistemáticas de principios, normas y regla que establece un grupo profesional para su realización y así regular y dirigir la conducta moral de sus miembros o sus relaciones mutuas. Desde la perspectiva de la ética de la atención sanita-ria el bien interno de la sanidad es el bien del paciente.

Moral profesional

Aplicación de las reglas generales de la moral al trabajo profe-sional del hombre.

Deontología

Estudio o ciencia de lo debido. Conjunto de comportamientos exigibles a los profesionales, aún, cuando no estuvieran codifi-cados en una reglamentación jurídica.

Código deontológico

Conjunto sistematizado de normas ético-jurídicas que el propio grupo profesional establece y que los identifica.Dimensiones:• Individual: código de soluciones cuya función principal es

informativa.• Institucional: con función directiva, reguladora, defensora y

protectora.• Social: respuesta de la profesión a la sociedad.

Norma deontológica

Código de conducta de un grupo profesional. Norma ético-ju-rídica (juicio de valor y juicio de hecho).

• Principio de beneficencia (NAV 12, 84). Obliga a los profe-sionales a hacer el bien, a actuar en beneficio del enfermo. Desde una perspectiva ética de la atención sanitaria, el bien interno de la sanidad es el bien del paciente. Una aberración de este principio es el conocido paternalismo médico.

• Principio de autonomía (NAV 12, 94). Confiere al enfermo el derecho a que se le respete como persona, a él y a sus convicciones, opiniones y elecciones. Define pues, la pos-tura del enfermo. Su manifestación más clara es el consen-timiento informado.

• Principio de justicia. También se le conoce como justicia distributiva, y hace referencia a la distribución equitativa de los recursos, de tal manera que ante casos iguales se den tratamientos iguales, sin discriminaciones. Define a la institución sanitaria.

• Principio de no maleficencia. En un primer momento, se pensó que, si se hacía el bien, no cabía a la vez, causar un daño, sin embargo, la práctica clínica denostó tal afirma-ción, por lo que en aquellos casos en los que hacer el bien no es posible, el profesional debe preocuparse en primer lugar, de no hacer daño, “primun non nocere”. Algunas situaciones relacionadas con esto, serían la seguridad del paciente y la prevención de la iatrogenia.

La ANA (American Nurses Association) acepta estos 4 principios para la práctica de la profesión enfermera.

En 1997, se constituyó en la sede de la British Medical Association, un grupo de bioética que elaboró una pro-puesta de seis preceptos básicos aplicables al sistema sani-tario y a todos los profesionales, los denominados Princi-pios de Tavistock, que son los siguientes:

1 Es un derecho del ser humano recibir asistencia sanitaria, si lo precisara.

2 El centro de atención sanitaria es el individuo, pero el sis-tema sanitario debe trabajar para mejorar la salud de la población.

3 Son fines del sistema sanitario, el tratar las enfermedades, aliviar el sufrimiento y las minusvalías y promover la salud.

4 Es esencial que quienes trabajan en el sistema sanitario colaboren entre sí, con los pacientes y las poblaciones, y con otros servicios y sectores

5 Los clínicos deben promover la mejora de la atención sa-nitaria

6 Primum non nocere (ante todo, no causar daño)

En el debate bioético, diversos autores se han planteado la prioridad de unos principios frente a otros para resolver los distintos problemas, en esta línea, Diego Gracia, en su libro Procedimientos de decisión en ética clínica, indica que, en cualquier caso, ante todo conflicto bioético, debe respetarse una ética de mínimos que conlleva respetar los principios bioéticos de justicia y no maleficencia. Una vez preservada esa ética de mínimos, se debe optar por la ética de máximos, representada por los principios de autonomía y de beneficen-cia. Para otros, sin embargo, no cabría hablar de deberes pri-ma facie o de mínimos, puesto que se deberá optar según el caso concreto. Algunos ejemplos:

2º Nivel Autonomía Beneficencia

Ética de máximosDe lo privadoDe los criterios particulares

1er Nivel Nomaleficencia

Justicia

Ética de mínimosDe lo públicoDe la buena prácticaDe los DD. HH.

Conviene destacar que, para resolver los distintos proble-mas, los bioeticistas, como Diego Gracia, proponen recurrir para la resolución de los mismos a los cursos de acción, esto viene a ser que se acude a los cursos extremos optando co-mo solución por el curso intermedio. Como ejemplo, ante un paciente nonagenario, con ICC descompensada y disnea severa, cabría no hacer nada, sedarlo o bien, la opción inter-media, darle tratamiento para alcanzar confort.

En todo caso, lo éticamente correcto debe superar tres pruebas de consistencia: de publicidad, es decir, ¿haríamos pública tal opción escogida?, de legalidad, ¿la opción escogi-da respeta la ley?, y finalmente, de temporalidad, ¿obraría-mos del mismo modo pasados unos días?

En cuanto a la investigación clínica, el documento más importante es el Código Nuremberg (1947) (MUR 10, 54), fru-to de las deliberaciones de los juicios de Nuremberg, una vez acabada la II Guerra Mundial, por las atrocidades llevadas a cabo en la experimentación con humanos. Este código in-cluye diez principios que rigen la experimentación científica con seres humanos. Son los siguientes:

1 Necesidad de consentimiento informado, voluntario y en ausencia de coerción del sujeto.

2El experimento debe dar resultados provechosos para la sociedad, no obtenibles por otros métodos o medio, y no deben ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.

3

El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y de un conoci-miento de la historia natural de la enfermedad o del pro-blema a estudiar, de tal forma que los resultados previos justifiquen la realización del experimento en humanos.

4El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental innecesario, y todo daño.

Justicia

Autonomía

Principiosbioéticos

Beneficencia/No maleficencia

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No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori que lleve a creer el que pueda sobrevenir muerte o daño que lleve a una incapacitación, salvo qui-zá en aquellos en que los médicos sirvan también como sujetos.

6El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exce-der nunca el determinado por la importancia humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.

7Deben realizarse preparaciones propias y proveerse de facilidades adecuadas para proteger al sujeto de experi-mentación contra posibilidades, incluso remotas de da-ño, incapacitación o muerte.

8 El experimento debe ser realizado únicamente por per-sonas científicamente cualificadas.

9Durante el curso del experimento, el sujeto debe estar en libertad de interrumpirlo si ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación le parezca imposible.

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Durante el curso del experimento, el científico respon-sable tiene que estar preparado para terminarlo en cual-quier fase, si tiene una razón para creer con toda proba-bilidad, en el ejercicio de la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una continuación del experimento traerá probable-mente como resultado daño, discapacidad o muerte del sujeto.

RECUERDA

Código Nuremberg (1947) 10 principios que rigen las investigaciones científicas con seres humanos.

Informe Belmont (1978) Consta de una distinción entre la investigación y la práctica, una discusión de los 3 principios éticos básicos (respeto por las personas, beneficencia y justicia) y notas sobre la aplicación de estos (consentimiento informado, valoración riesgo-beneficio y selección de sujetos).

Principios Beauchamp& Childress (1979)

4 Principios bioéticos esenciales: be-neficencia, autonomía, justicia y no maleficencia.

Profesionales: beneficencia/no maleficencia

Enfermo: autonomía

Institución sanitaria: justicia

Principios Tavistock (1997) 6 preceptos básicos aplicables al sistema sanitario y a todos los profesionales:1. Recibir asistencia sanitaria es un derecho del ser humano; 2. El centro de la atención es el individuo; 3. Fines del sistema sanitario: tratar enfermedades, aliviar sufrimien-to-minusvalías y promover la salud; 4. Colaboración de los trabajadores del sistema de salud; 5. Los clínicos deben promover mejora de la atención 6. Primun non nocere (ante todo no causar daño).

Diego Gracia Ética de mínimos Respetar el principio de justicia y no maleficencia.

Éticade máximos

Respetar el principio de autonomía y beneficencia.

1.1.3. Declaraciones universales

Hemos de situarnos más allá del final de la II Guerra Mun-dial, para que una vez concluida, viera la luz una declaración que puede afirmarse que es un documento ético a la par que una norma legal: la Declaración Universal de Derechos Humanos (DD. HH.). A la misma le siguieron otras decla-raciones, tanto en el ámbito mundial como en el europeo, a las que se hará seguidamente referencia por su importancia, dado que establecen unos postulados éticos que deben se-guirse en el ejercicio profesional de la enfermería.

Todas las normas internacionales que se expondrán a continuación, desde el momento en que fueron ratificadas por el Estado español, se convirtieron en normas obligato-rias en España. Asimismo, y por otro lado, todas las normas legales sanitarias que se verán más tarde se inspiran en su redactado por lo establecido en estas declaraciones.

Declaración Universal de DD. HH. (1948)

Aprobada en París, el 10 de diciembre de 1948 por la ONU.Sirven de guía y orientación para la interpretación de la CE, en su artículo 10.2, y del Código Deontológico de la Enfermería en su artículo 4. Recoge una serie de derechos y libertades para todos los pueblos y naciones. Entre otros, regula la libertad, dignidad e igualdad de las personas, derecho a la vida, aboli-ción de la esclavitud, incluso el derecho a la seguridad social a través del esfuerzo nacional y la cooperación internacional.

Convenio Europeo de DD. HH. (1950)

El Convenio Europeo de Derechos Humanos (Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales), inspirado en la Declaración Universal de De-rechos Humanos de la ONU, fue aprobado en Roma, el 4 de noviembre de 1950, por el Consejo de Europa (organización de países europeos más amplia que la Unión Europea).

Convenio de Oviedo de DD. HH. y Biomedicina (1997)

El Convenio de Oviedo, del Consejo de Europa, relativo a los Derechos Humanos y la Biomedicina, hecho en Oviedo el 4 de abril de 1997.Las principales ideas que recoge son las siguientes:

a) El interés y el bienestar del ser humano deberán prevalecer sobre el interés exclusivo de la sociedad o de la ciencia.

b) Acceso equitativo a los beneficios de la sanidad.

c) Una intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse después de que la persona afectada haya dado su libre e informado consentimiento sentimiento. Dicha per-sona deberá recibir previamente una información adecua-da acerca de la finalidad y la naturaleza de la intervención, así como sobre sus riesgos y consecuencias. En cualquier momento la persona afectada podrá retirar libremente su consentimiento.

d) Cuando, debido a una situación de urgencia, no pueda obtenerse el consentimiento adecuado, podrá proceder-se inmediatamente a cualquier intervención indispensable desde el punto de vista médico a favor de la salud de la persona afectada.

e) Serán tomados en consideración los deseos expresados anteriormente con respecto a una intervención médica por un paciente que, en el momento de la intervención, no se encuentre en situación de expresar su voluntad.

f) Se prohíbe toda forma de discriminación de una persona a causa de su patrimonio genético.

g) Sólo podrán hacerse pruebas predictivas de enfermedades genéticas o que permitan identificar al sujeto como porta-dor de un gen responsable de una enfermedad, o detectar una predisposición o una susceptibilidad genética a una enfermedad, con fines médicos o de investigación médica y con un asesoramiento genético apropiado.

h) Únicamente podrá efectuarse una intervención que tenga por objeto modificar el genoma humano por razones pre-ventivas, diagnósticas o terapéuticas y sólo cuando no ten-ga por finalidad la introducción de una modificación en el genoma de la descendencia.

i) No se admitirá la utilización de técnicas de asistencia médica a la procreación para elegir el sexo de la persona que va a nacer, salvo en los casos en que sea preciso para evitar una enfermedad hereditaria grave vinculada al sexo.

j) No podrá hacerse ningún experimento con una persona, a menos que se den las siguientes condiciones:

Cabe destacar que el Convenio para la protección de los DD. HH. y la Dignidad del Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina, conocido como Convenio sobre DD. HH. y Biomedicina o Conve-nio de Oviedo, impulsado por el Consejo de Europa, fue la primera norma internacional sobre bioética vinculan-te para los estados firmantes, relacionando la bioética con la protección de los derechos humanos. Se firmó en Oviedo en abril de 1997, y sirvió de base para la ley 41/2002 de autonomía del paciente.

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• Que no exista un método alternativo al experimento con seres humanos de eficacia comparable.

• Que los riesgos en que pueda incurrir la persona no sean des-proporcionados con respecto a los beneficios potenciales del experimento.

• Que el proyecto de experimento haya sido aprobado por la autoridad competente.

• Que la persona que se preste a un experimento esté informa-da de sus derechos y las garantías que la ley prevé para su protección.

• Que el consentimiento se haya otorgado expresa y específi-camente y esté consignado por escrito. Este consentimiento podrá ser libremente retirado en cualquier momento.

k) Se prohíbe la constitución de embriones humanos con fines de experimentación.

l) La extracción de órganos o de tejidos para trasplantes sólo podrá efectuarse de un donante vivo en interés terapéutico del receptor y cuando no se disponga del órgano o del tejido apropiados de una persona fallecida ni de un método tera-péutico alternativo de eficacia comparable. El consentimien-to deberá ser expresa y específicamente otorgado, bien por escrito o ante una autoridad.

m) El cuerpo humano y sus partes, como tales, no deberán ser objeto de lucro.

Declaración de Kelsinki (1964)

La Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial (AMM), sobre principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos, fue aprobada en su primera versión, en la capital finlandesa, por la XVIII Asamblea Médica Mundial, en junio de 1964. Desde entonces, ha sufrido múlti-ples modificaciones, siendo la más reciente la que tuvo lugar en 2008. Está destinada a médicos investigadores, pero sus principios invitan a todo investigador a asumirlas.Las principales ideas que recoge son las siguientes:

a) El propósito de la investigación médica es comprender las causas, evolución y efectos de las enfermedades, y mejorar las intervenciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas.

b) Es deber del médico proteger la vida, integridad, autode-terminación, intimidad y confidencialidad de quiénes partici-pen, así como el medio ambiente.

c) El protocolo de investigación debe incluir el proyecto y el método de estudio, con referencias a las consideraciones éticas, con información sobre financiadores, afiliaciones institucionales, y conflicto de interés si lo hubiera, incenti-vos y estipulaciones para compensar a las personas que sufriesen daño como consecuencia de su participación en el estudio.

d) Este protocolo de investigación debe enviarse para consejo y aprobación a un comité de ética, que deberá ser indepen-diente del investigador y financiadores.

e) También regula ampliamente el consentimiento informado, y regula específicamente el uso de placebos.

Declaración Universal Sobre el Genoma Humano y DD. HH. (1997)

La Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los De-rechos Humanos de la UNESCO, de 11 de noviembre de 1997, toma como referencias de su redactado, a lo largo de sus 27 artículos, declaraciones de derechos como la ya tratada De-claración Universal de Derechos Humanos de 1948, así como otras convenciones más específicas como la de prevención del genocidio o de eliminación de la discriminación racial o contra la mujer.Aborda la dignidad humana y el genoma, los derechos de las personas en investigaciones que se practiquen en relación a su genoma, las investigaciones sobre el genoma humano, y las condiciones de ejercicio de la actividad científica.

Declaración Universal Sobre Bioética y DD. HH. (2005)

Aprobada por la UNESCO el 19 de Octubre de 2005.Entre sus principios se encuentran: la dignidad humana, de la libertad de investigación científica y las repercusiones be-neficiosas, promover el acceso equitativo de los adelantos de la medicina, así como su circulación, prestando especial atención a los países en vías de desarrollo. También regula el aprovechamiento compartido de los beneficios de toda investigación para toda la sociedad. Y, finalmente, la imple-mentación de la creación de comités de ética independien-tes, pluridisciplinarios y pluralistas.

1.2. Deontología

La ética aplicada cuenta con dos vertientes. Por un lado, la bioética, que es la ética aplicada a las ciencias de la vida y, por otro lado, la deontología o ética aplicada al ejercicio de la profesión.

Por ética profesional se entiende la ordenación sis-temática de principios, normas y reglas que establece un grupo profesional para su realización, y así regular y dirigir la conducta moral de sus miembros. Desde la pers-pectiva de la ética de la atención sanitaria, el bien interno de la sanidad es el buen hacer de sus profesionales. Todas las profesiones implican una ética, pues siempre existe rela-ción indirecta o directa con seres humanos. El código ético carece del carácter de obligatoriedad que implica el código deontológico.

La deontología es el estudio o la ciencia de lo debido, es el conjunto de comportamientos exigibles a los profesio-nales, aun cuando no estuvieran codificados en una regla-mentación jurídica. Se identifica con el conjunto de normas ético-jurídicas, de menor rango que las legales, cuya sanción es disciplinaria. Alude a los deberes mínimos que se exigen a un profesional, como informar al paciente, la confidencia-lidad.

1.2.1. Código deontológico

La ética profesional y deontología están recogidas en los có-digos deontológicos, que son el conjunto sistematizado de normas ético-jurídicas que el propio grupo profesional esta-blece y que los identifica. El código tiene tres dimensiones en relación a sus funciones (MUR 18, 69; CYL 16, 46, 92; EUS 15, 113):• Individual. Puesto que como código se soluciones tiene

una función informativa.• Institucional o corporativa. Es una normativa especial

que obliga a los miembros y regula la actividad de todos, por lo que tiene función directiva y reguladora, y, por otro lado, defensora y protectora.

• Documento público con una función social. Pues es una respuesta de la profesión a la sociedad. Contribuye a incrementar la función garantista del Estado al recoger, en un puesto preferente los derechos de los pacientes. De algún modo, una ley nunca podrá imponer ciertos valores y virtudes sociales necesarias en la práctica profesional; sin embargo, ocupan su sitio natural en el código deon-tológico.

La norma deontológica se entiende como código de con-ducta. Impone un compromiso de actuación y es de obli-gado cumplimiento para todos los profesionales de esa disciplina. Así en el código deontológico de la Enfermería Española, define deontología como el conjunto de deberes de los profesionales de enfermería que han de inspirar su conducta, y añade en la disposición adicional sexta, que su incumplimiento puede dar lugar a responsabilidad disci-plinaria.

En el ejercicio de la Enfermería en España, dos son los có-digos de referencia:

Código Deontológico del Consejo Internacional de Enfermería (1953)

El CIE o International Council of Nurses es el organismo internacional de la profesión fundado en 1899. Adopta por pri-mera vez un código de ética profesional en 1953, y data su última revisión en 2012 (MUR 18, 91; RIO 15, 20). Su Código es el fundamento del ejercicio ético de enfermería en el mundo, y añade que mundialmente se aceptan como base de las po-líticas de enfermería las normas, directrices y políticas del CIE para la práctica, la formación, la gestión, la investigación y el bienestar socioeconómico.

Preámbulo. Las enfermeras tienen cuatro deberes funda-mentales: promover la salud, prevenir la enfermedad, restau-rar la salud y aliviar el sufrimiento.Elementos del Código. Ponen de relieve las normas de con-ducta ética y son cuatro:

1

La enfermera y las personas. Se indica que: “La res-ponsabilidad profesional primordial de la enfermera será para con las personas que necesiten cuidados de en-fermería”.

2

La enfermera y la práctica. Se establece que: “La en-fermera será personalmente responsable y deberá rendir cuentas de la práctica de enfermería y del mantenimiento de su competencia mediante la formación continua”.

3

La enfermera y la profesión. Se dice que: “A la en-fermera incumbirá la función principal al establecer y aplicar normas aceptables de práctica clínica, gestión, investigación y formación de enfermería”.

4

La enfermera y sus compañeros de trabajo. Se seña-la que: “La enfermera mantendrá una relación respetuo-sa de cooperación con las personas con las que trabaje en la enfermería y en otros sectores”.

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Código Deontológico de la Enfermería Española

El 14 de julio de 1989, el Consejo General de Colegios de Diplomados de Enfermería de España aprobó el Código Deontológico de la Enfermería Española. Se define como el sistema de normas y sanciones que se establece de modo obligatorio para los profesionales en el ámbito de la ética profe-sional. Estas normas que constituyen el Código Deontológico se entiende que son unas normas mínimas de actuación para los profesionales de enfermería. El profesional no debe perder de vista el contenido ético de su ejercicio, que le aporta pleni-tud profesional y que solo se alcanza cuando ciencia, técnica y ética están en justa proporción. Este compromiso moral y el valor intrínseco que da sentido al valor de la profesión lo pode-mos denominar “bien interno”.El respeto a la persona en tanto que ser humano y la dignidad que le es inherente ha de ser el referente de la atención de los cuidados de enfermería. La interpretación de estos concep-tos debe seguir lo establecido por la Constitución Española de 1978 y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

Cuenta con 84 artículos, más uno final, que se organizan en torno a 13 capítulos; contando además con seis normas adi-cionales. Se estructura en tres grandes ámbitos: enfermería y el ser humano, la sociedad y el ejercicio profesional. El contenido de los capítulos es el siguiente:

I

Ámbito de aplicación. En el artículo 1 se anota que el Código es de obligado cumplimiento para los enferme-ros colegiados (independientemente de la modalidad de su ejercicio) y para extranjeros cuyos convenios y tratados internacionales así lo indiquen.

II La enfermería y el ser humano. Deberes de las enferme-ras.

III Derechos de los enfermos y profesionales de enferme-ría.

IV La enfermera ante la sociedad.

V Promoción de la salud y bienestar social.

VI La enfermería y los disminuidos físicos, psíquicos e incapacitados.

VIIEl personal de enfermería y el derecho del niño a cre-cer en salud y dignidad como obligación ética y res-ponsabilidad social.

VIIILa enfermería ante el derecho a una ancianidad más digna, saludable y feliz, como contribución ética y so-cial al desarrollo armonioso de la sociedad.

IXEl personal de enfermería ante el derecho que toda persona tiene a la libertad, seguridad y a ser reconoci-dos, tratados y respetados como seres humanos.

X Normas comunes en el ejercicio de la profesión.

XI La educación y la investigación en enfermería.

XII Condiciones de trabajo.

XIII Participación del personal de enfermería en la planifi-cación sanitaria.

Las principales aportaciones del código deontológico de la enfermería española son las siguientes:• Es de obligado cumplimiento para todos los profesiona-

les colegiados de enfermería del Estado, incluidos los ex-tranjeros que trabajen en España, tanto en ámbito privado como público.

• El incumplimiento de dicho Código llevará implícito las sanciones disciplinarias previstas en los Estatutos de la Organización Colegial.

• La responsabilidad de la enfermería en la sociedad se estima en la prevención de la enfermedad, el mante-nimiento de la salud, atención, rehabilitación e integra-ción social del enfermo, la educación para la salud, y fi-nalmente, la formación, investigación y administración en enfermería.

• El artículo 1 del Código (Cap. I) señala la obligación de tratar con el mismo respeto a todas las personas sin dis-tinción de la raza, sexo, edad, religión, nacionalidad, opción política, condición social o estado de salud, por tanto, respetando su dignidad e igualdad.

• Los deberes de la enfermera (art. 4) (NAV 12, 5). Reco-nocer la libertad, igualdad y dignidad de todos los seres humanos. Proteger al paciente de tratos humillantes o degradantes. Respetar su libertad. Controlar la atención prestada. Obtener el consentimiento informado del pa-ciente con carácter previo, o de sus familiares sin ejercer coacción. Mantenerlo informado de forma comprensible y veraz. En cuanto a los cuidados paliativos, aliviará el sufri-miento y ayudará a la familia.

• Objeción de conciencia (art. 22 del Código Deontológi-co) (MUR 18, 107): la enfermera podrá ejercitar ese derecho explicándolo ante cada caso y en ningún caso, el servicio podrá quedar desatendido. Otras regulaciones de la obje-ción de conciencia son el Artículo 16.1 de la Constitución Española y el caso concreto de la objeción de conciencia en el aborto, regulada en el artículo 19.2 de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

• Consentimiento informado (arts. 7-13 Código Deonto-lógico) también regulado por Ley 41/2002, Básica Regula-dora de la Autonomía del Paciente.

• Secreto Profesional (arts. 19-21): la enfermera guardará el secreto de toda la información obtenida por su traba-jo. Cuando tenga que romper por causas legales, no debe olvidar la seguridad del paciente y reducirá al mínimo la información facilitada, así como las personas que partici-pan en el secreto. El tiempo de vigencia del secreto pro-fesional es para siempre, ni la muerte del paciente libera de tal deber. Los casos despenalizados son los recogidos en el artículo 199 del CP (CAN 15, 134; CNT 10, 146; ARA 09, 19, 95; CYL 06, 21):

Realización de informes periciales, por el conocimien-to de la comisión de un delito.

Por imperativo legal: información a la autoridad compe-tente de casos de sospecha de maltrato (de género, a niños, personas mayores...).

Comunicación de enfermedades de declaración obli-gatoria a la autoridad de salud pública competente, o para evitar un grave daño a terceras personas.

Cuando haya una grave acusación por parte del paciente.

Compartición de estas informaciones con miembros del equipo asistencial que están al cuidado directo del paciente.

nerales para la elaboración de códigos de buenas prácti-cas de investigación científica, que serán desarrollados por los Comités de Ética de la Investigación; d) represen-tar a España en los foros y organismos supranacionales e internacionales implicados en la bioética.

Los Comités Éticos de Investigación Clínica estarán formados, como mínimo, por un equipo interdisciplinar integrado por médicos, farmacéuticos de atención pri-maria y hospitalaria, farmacólogos clínicos, personal de enfermería y personas ajenas a las profesiones sanitarias de las que al menos uno será licenciado en Derecho espe-cialista en la materia.

• Comités de ética asistencial. Lo ideal es que cada hospital gene-ral tuviese uno, pero no es así. El CEA es un grupo multidisciplinar de personas que, dentro de una institución sanitaria, ha sido es-pecíficamente establecido para aconsejar a los profesionales sanitarios en sus decisiones sobre las cuestiones éticas planteadas en el curso de la práctica clínica, y para formular orientaciones y pautas éticas institucionales en problemas que se plantean con mayor frecuencia.

Un caso especial es la investigación con ensayos clínicos aleatorizados. Sólo se podrá iniciar un ensayo clínico cuan-do el Comité Ético de Investigación Clínica que correspon-da y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios hayan considerado que los beneficios esperados para el sujeto del ensayo y para la sociedad justifican los riesgos; asimismo, sólo podrá proseguir si se supervisa permanentemente el cumplimiento de este criterio.

La función principal de los comités de ética asistencial (CEA) es tratar los problemas éticos que se puedan dar en el nivel de la asistencia sanitaria. Los supuestos que se podrían dar en la práctica son múltiples.

También conocidos como comités asistenciales de ética o comités de ética de la asistencia sanitaria, surgieron en Estados Unidos en 1960. En España, el primer comité se implantó en 1974 en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona.

Cabe destacar que no es función de los mismos tomar decisiones vinculantes para los que a ellos se dirigen, puesto que su función es meramente consultiva, ni en-juiciar legal ni éticamente los dilemas que se le plantean.

En cuanto a su composición, pueden integrarlos perso-nal asistencial, usuarios y expertos en derecho, entre otros. La normativa específica de desarrollo de los mismos la lle-van a cabo las diferentes comunidades autónomas.

1.3. Estrategia de bioética del SSPA

Introducción

El desarrollo de los aspectos éticos se está consolidando como una de las líneas de trabajo estratégicas en toda ins-titución u organización sanitaria que busque la excelencia. Conseguir que éstas se estructuren y funcionen tratando de

1.2.2. Comités de ética

En el ámbito de las instituciones sanitarias, los comités de ética son, básicamente dos: • Comités éticos de investiga-

ción clínica (MUR 18, 61). Los comités éticos de investigación clínica (CEIC) están desarrolla-dos en el ordenamiento jurídico español por el Real Decreto Le-gislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios y por la Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación Biomédica.

En ella fundamentalmente, se asegura: “Los ensayos clínicos deberán realizarse en condiciones de respeto a los derechos fundamentales de la persona y a los postula-dos éticos que afectan a la investigación biomédica en la que resultan afectados seres humanos, siguiéndose a es-tos efectos los contenidos en la Declaración de Helsinki”. Y, por otra parte, regulan: “Reglamentariamente, se es-tablecerá el procedimiento para la designación del Co-mité Ético de referencia y para la obtención del dictamen único con validez en todo el territorio, con el objetivo de impulsar la investigación clínica en el Sistema Nacional de Salud. El Ministerio de Sanidad y Consumo desarro-llará acciones que permitan que los Comités Éticos de Investigación Clínica acreditados puedan compartir es-tándares de calidad y criterios de evaluación adecuados y homogéneos”.

La Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación Biomé-dica crea el Comité de Bioética de España, cuyas fun-ciones son: a) emitir informes, propuestas y recomen-daciones para los poderes públicos de ámbito estatal y autonómico en asuntos con implicaciones éticas relevan-tes; b) emitir informes, propuestas y recomendaciones sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la biomedicina y ciencias de la salud que el Co-mité considere relevantes; c) establecer los principios ge-

El secreto profesional está también regulado en el ar-tículo 199.2 del Código penal, teniendo sus antecedentes históricos en el Corpus Juris de Derecho Romano y en el juramento Hipocrático. Actualmente queda regulado en el Convenio de Oviedo, CE (art. 18, 20 y 24), L. 41/2002 (art. 16.6), L. Protección de datos de carácter personal (1720/2007), CE (art. 20.1), Ley autonomía paciente (art. 7).

• Disminuidos físicos y psíquicos (arts. 35-37): la enfer-mera pondrá sus conocimientos y capacidades al servicio de éstos para su integración y readaptación a la sociedad. Colaborará con organismos e instituciones en el desarro-llo del servicio de prevención y atención a minusválidos y discapacitados. También están regulados en el artículo 49 de la Constitución, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

• Derechos del niño (art. 38-42): la enfermera ha de sal-vaguardar los derechos del niño y denunciar abusos si son detectados

14 15Principios fundamentales de la bioética www.aulaplusformacion.es www.aulaplusformacion.es Principios fundamentales de la bioética

potenciar los valores que la animan, de garantizar el respeto a los derechos de todas las partes implicadas, especialmente los de la ciudadanía y pacientes, y además de afrontar con responsabilidad y prudencia los complejos conflictos éticos inherentes a la actividad profesional sanitaria, es un largo y atractivo reto para todas las personas responsables de dise-ñar las políticas de salud.

El refrendo de numerosos derechos de pacientes produ-cido en estos años mediante multitud de normas jurídicas, que alcanza su punto álgido en la inclusión explícita de mu-chos de ellos en la norma jurídica clave para la Comunidad Autónoma: el Estatuto de Autonomía para Andalucía. Estas iniciativas legislativas tan relevantes, como la Ley de Dere-chos y Garantías de la Dignidad de la Persona en el Proceso de la Muerte, el proyecto de Ley de Salud Pública o la re-forma de la regulación de los Órganos de Ética en la Comu-nidad Autónoma de Andalucía, precisan de apoyo a su im-plantación y desarrollo a medida que se aprueban y entran en vigor. El desarrollo de una Estrategia de Ética cumple de manera muy importante esta función.

Pero sin duda el elemento que ha sido clave para precipi-tar el desarrollo de una Estrategia coordinada de Bioética en el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) ha sido el proceso de reflexión que se inicia con la evaluación del II Plan de Calidad (2005 -2008) y que culmina con el Plan de Calidad del Sistema Sanitario de Andalucía “Un espacio comparti-do”, que define las orientaciones estratégicas en calidad para los próximos años. Es este documento el que establece la ne-cesidad de “Potenciar la Estrategia Ética en el SSPA”.

La ética de la organización se presenta sobre la base de los valores compartidos. Para ello, se están implantando estra-tegias para convertir al marco ético del sistema sanitario en una pieza clave de la organización y del funcionamiento de los centros y las unidades de gestión clínica, incorporándolo de forma explícita en los diversos ámbitos de decisión y en la actividad investigadora. En este sentido, se han puesto en marcha nuevos instrumentos y actividades, como los dis-tintos tipos de Comités de Ética o iniciativas que fortalecen el compromiso ético de los centros sanitarios con la socie-dad, o la generación de nuevo conocimiento en Bioética que permita seguir mejorando el marco ético y de valores del Sistema Sanitario Público de Andalucía.

Marco ético del SSPA: un espacio de valores compartidos

La Estrategia de Bioética no pretende hacer efectivo el mar-co completo, sino sólo tomar y desarrollar algunos de los aspectos más relevantes. Y es que, como ya se ha insistido anteriormente, todo el SSPA está desarrollando a diario es-te marco mediante las actividades de sus profesionales, de sus instituciones y organizaciones, plasmada en sus planes, programas, protocolos y actividades, tanto clínico-asisten-ciales, como de salud pública, investigadoras o de gestión.

Objetivos de la estrategia del SSPA en Bioética

Objetivos en Bioética y Ciudadanía

1. Objetivo 1 Desarrollar procesos e instrumentos que hagan realmente efectiva la consideración general de que las per-sonas son agentes morales autónomos, con capacidad para tomar decisiones informadas y responsables en relación a la salud, tanto a nivel individual como colectivo.

2. Objetivo 2 Reforzar la protección de la intimidad de las per-sonas y la confi dencialidad de los datos referidos a perso-nas individuales, colectivos, instituciones o empresas en el marco de las intervenciones sanitarias.

3. Objetivo 3 Aplicar de manera efectiva el marco ético y jurídi-co de protección de la dignidad de las personas en proceso de muerte.

4. Objetivo 4 Mejorar las posibilidades efectivas de la ciudada-nía de ejercer su derecho a cumplimentar una declaración de voluntad vital anticipada.

5. Objetivo 5 Reforzar la aplicación efectiva del marco ético y jurídico de protección del derecho de la ciudadanía andalu-za a la salud sexual y reproductiva, el consejo genético y la medicina predictiva.

Objetivos en Bioética y Profesionales

1. Objetivo 1 Reforzar la incorporación sistemática de las di-mensiones éticas en la práctica profesional de quienes tra-bajan en el SSPA, mediante la mejora en la adquisición de las competencias adecuadas para ello.

2. Objetivo 2 Subrayar el papel del y de la profesional del SSPA como agente facilitador del respeto a los derechos y debe-res de las personas, tanto a titulo individual como colectivo, y de la utilización de los servicios sanitarios en el marco de la cooperación y la corresponsabilidad.

3. Objetivo 3 Adecuar la organización a las necesidades de res-peto, cuidado y protección de sus profesionales, haciéndo-las compatibles con los derechos de la ciudadanía a recibir una atención sanitaria de calidad.

Objetivos en Bioética y Organización

1. Objetivo 1 Convertir el marco ético del SSPA en una pieza clave de la organización y funcionamiento de los Centros Sanitarios y Unidades de Gestión Clínica, incorporando de forma explícita las consideraciones éticas en los diversos ámbitos de decisión.

2. Objetivo 2 Profundizar en la incorporación del marco ético del SSPA en la actividad investigadora mediante el desarro-llo de nuevos instrumentos y actividades.

3. Objetivo 3 Impulsar la implantación de diferentes tipos de Comités de Ética, como estructura principal de soporte al despliegue del marco ético del SSPA en todos los Centros.

4. Objetivo 4 Mejorar la generación de nuevo conocimiento en Bioética que permita seguir alimentando y mejorando el marco ético del SSPA.

5. Objetivo 5 Impulsar iniciativas que fortalezcan el compromi-so ético de los Centros Sanitarios del SSPA con la sociedad en general y con el nivel local al que atienden.

Funciones del Comité de Bioética de Andalucía

1. Informar, asistir y asesorar a las autoridades sanitarias sobre cuestiones de carácter ético relacionadas con la atención sanitaria o con la investigación en ciencias de la salud, desde una perspectiva tanto científica como técnica y organizativa.

2. Fomentar el desarrollo de la bioética en la sociedad an-daluza, con objeto de contribuir a la fundamentación de las distintas opiniones que puedan manifestarse sobre las consecuencias de todo tipo que puedan generar los avances científicos, técnicos y la evolución de la práctica asistencial.

3. Emitir informes, propuestas y recomendaciones para las autoridades sanitarias de Andalucía en aquellas mate-rias relacionadas con las implicaciones éticas de la asis-tencia y la investigación.

4. Velar para que toda persona reciba información, ade-cuada y suficiente para otorgar su consentimiento sobre la finalidad y naturaleza de cualquier intervención en el ámbito de su salud, sobre sus riesgos y consecuencias, así como para otorgar el consentimiento para el uso de muestras biológicas con fines de investigación.

5. Asesorar en los aspectos relativos a los nuevos avances en investigación y su aplicación en seres humanos, en los casos que sea requerido para ello.

6. Proponer los procedimientos de actuación necesarios que garanticen los derechos de las personas en la asis-tencia sanitaria, especialmente en personas en circuns-tancias de vulnerabilidad.

7. Proponer las medidas que favorezcan la corresponsabili-dad de la ciudadanía en la promoción y protección de la salud individual y colectiva, la prevención de la enferme-dad y la adecuada utilización de los servicios sanitarios.

8. Asesorar en los procesos de toma decisiones clínicas que planteen conflictos éticos, cuando sean requeridos al efecto, conforme a lo establecido en el reglamento de régimen interno de funcionamiento del Comité.

9. Coordinar y asesorar a los Comités de Ética Asistencial de Centros Sanitarios.

10. Coordinar y asesorar a los Comités de Ética de la Investi-gación de Centros que realicen Investigación Biomédica, a través del Comité Coordinador de Ética de la Investiga-ción Biomédica de Andalucía, con objeto de consolidar un funcionamiento en red.

11. Cualesquiera otras que les atribuya la legislación vigente.

Esta nueva regulación potencia el protagonismo de los Comités de Ética Asistencial para ofrecer respuestas a la creciente sensibilización social en temas como los dere-chos humanos en el contexto sanitario, la dignidad de las personas en el final de la vida, el respeto a la autonomía de los y las pacientes y a las inquietudes que suscitan deter-minadas prácticas biomédicas, así como a la creciente im-portancia que se otorga a factores sociales y económicos, mediante unos órganos de composición multidisciplinar capaces de proporcionar una orientación adecuada a cada cuestión que se les plantee.

Bioética y ciudadanía

La bioética es, en primer lugar, una ética civil, una ética ciudadana. Esto significa que debe ser capaz de traducir al interior del mundo sanitario los principios y valores que la ciudadanía ha ido considerando y acordando como funda-mentales para garantizar la convivencia pacífica y el respeto mutuo en un escenario social presidido por el hecho irre-nunciable del pluralismo moral.

Con frecuencia estos valores éticos básicos son traducidos a normas jurídicas, con el objeto de que sean obligatoria-mente respetados por encima incluso de la opinión moral particular de cada uno, por encima de su conciencia. De aquí nacen los derechos de la ciudadanía jurídicamente recono-cidos en el ámbito sanitario. Estos derechos son los que a su vez generan deberes de respeto en los y las profesionales sa-nitarios y deberes de protección, garantías, en la institución sanitaria y sus organizaciones.

Pero la ciudadanía, los y las pacientes, además de dere-chos, tienen deberes que los hacen ser corresponsables del destino del SSPA. Estos deberes son correlativos de los de-rechos colectivos, de los derechos de los demás ciudadanos y ciudadanas al respeto mutuo y a disfrutar de un sistema sanitario justo, equitativo y viable.

Objetivos

Objetivo 1. Desarrollar procesos e instrumentos que hagan realmente efectiva la consideración general de que las per-sonas son agentes morales autónomos, con capacidad para tomar decisiones informadas y responsables en relación a la salud, tanto a nivel individual como colectivo.

Objetivo 2. Reforzar la protección de la intimidad de las per-sonas y la confidencialidad de los datos referidos a personas individuales, colectivos, instituciones o empresas en el marco de las intervenciones sanitarias.

Objetivo 3. Aplicar de manera efectiva el marco ético y jurídico de protección de la dignidad de las personas en proceso de muerte.

Objetivo 4. Mejorar las posibilidades efectivas de la ciudada-nía de ejercer su derecho a cumplimentar una declaración de voluntad vital anticipada.

Bioética y profesionales

Las organizaciones sanitarias son organizaciones de profe-sionales. El concepto de “profesional” tiene una gran densi-dad de contenido. Los profesionales son bastante más que simples trabajadores y su ocupación es mucho más compleja que la de un oficio. Entre las características más sobresa-lientes del concepto de profesión destaca la del compromi-so vocacional con la gestión de un valor de alta relevancia social. En el caso de la atención sanitaria este valor es de la protección integral de la salud y el de la lucha contra la enfermedad, la lesión, el sufrimiento y la muerte prematura y evitable.

Históricamente las y los profesionales sanitarios han ges-tionado el valor salud tal y como, en virtud de su prepara-ción científico-técnica, lo consideraban adecuado. Es decir,

16 Principios fundamentales de la bioética www.aulaplusformacion.es

consideraban ese valor como algo objetivo y al colectivo profesional como sus intérpretes más cualificados en virtud del compromiso moral de su defensa que habían adquirido ante la sociedad. Pero hoy en día este enfoque no resulta ya defendible. La Modernidad trajo la idea de que la gestión de esos valores de alta relevancia social no puede hacerse sin la participación activa de quienes soportan dichos valores: la propia ciudadanía.

Hoy en día la profesión sanitaria no puede reclamar una gestión autónoma de esos valores al margen de la ciudada-nía y de sus acuerdos básicos en torno a ellos, lo que llama-mos “Ética”. Por ello, las y los profesionales sanitarios deben ser capaces de incorporar a su práctica clínica tanto el com-promiso moral que nace de su condición de profesionales, como el compromiso ético que nace de los valores acordados y exigidos por la ciudadanía. Esto último es especialmen-te relevante en el ejercicio de la profesión en un sistema o marco público, como es el caso de la profesión sanitaria en el SSPA.

Además, las y los profesionales sanitarios deberán adap-tar su actividad al marco jurídico, entendido como el pro-cedimiento que dota a los valores éticos acordados por la ciudadanía de un estado diferente, el estatuto de norma jurídica, que resulta vinculante más allá de la propia con-vicción o conciencia personal.

Pero para que la profesión sanitaria pueda adoptar de for-ma adecuada este enfoque, las instituciones y organizacio-nes en las que trabajan sus profesionales deben facilitarles un soporte adecuado. Por eso parece imprescindible, en el marco de una Estrategia de Bioética, dedicar un apartado específico para los y las profesionales.

Objetivos

Objetivo 1. Reforzar la incorporación sistemática de las di-mensiones éticas en la práctica profesional de quienes traba-jan en el SSPA, mediante la mejora en la adquisición de las competencias adecuadas para ello.

Objetivo 2. Subrayar el papel del y de la profesional del SSPA como agente facilitador del respeto a los derechos y deberes de las personas, tanto a título invidivual como colectivo, y de la utilización de los servicios sanitarios en el marco de la coope-ración y la corresponsabilidad.

Objetivo 3. Adecuar la organización a las necesidades de res-peto, cuidado y protección de sus profesionales, haciéndolas compatibles con los derechos de la ciudadanía a recibir una atención sanitaria de calidad.

5. Ética de la organización

El hecho incontestable de la existencia de un acusado plura-lismo moral en las sociedades occidentales obliga a buscar permanentemente los valores compartidos por todos: ciu-dadanía, profesionales, gestores... Esta es la tarea de una ética civil. En el campo de la biomedicina este es el cometido que desempeña esa disciplina denominada “Bioética”. Una parte de ella es lo que llamamos “Ética de las organizacio-nes sanitarias”. Esta disciplina trata de asegurar que las es-tructuras, procesos y resultados de las organizaciones sean

coherentes con los valores éticos compartidos y respetuosos con los valores morales particulares, al máximo posible.

El Sistema Sanitario Público de Andalucía, todos y cada uno de los Centros Sanitarios que lo integran, constituye sin duda un espacio compartido de valores que debe adaptarse a los requisitos de la Ética de las organizaciones. Avanzar en esta materia es lo que se propone esta parte de la estrategia.

Objetivos

Objetivo 1. Convertir el marco ético del SSPA en una pieza clave de la organización y funcionamiento de los centros sa-nitarios y unidades de gestión clínica, incorporando de forma explícita las consideraciones éticas en los diversos ámbitos de decisión.

Objetivo 2. Profundizar en la incorporación del marco ético del SSPA en la actividad investigadora mediante el desarrollo de nuevos instrumentos y actividades.

Objetivo 3. Impulsar la implantación de diferentes tipos de co-mités de ética, como estructura principal de soporte al desplie-gue del marco ético del SSPA en todos los centros.

Objetivo 4. Mejorar la generación de nuevo conocimiento en bioética que permita seguir alimentando y mejorando el marco ético del SSPA.

Objetivo 5. Impulsar iniciativas que fortalezcan el compromiso étio de los centros sanitarios del SSPA con la sociedad en ge-neral y con el nivel local al que atienden.