familia y acneae
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ATENCIÓN A LAS FAMILIAS CON ALUMNOS ACNEAES.
La familia es para el niño su primer núcleo de convivencia y de actuación, a partir de la cual, irá estableciendo, configurando y
construyendo sus pilares como persona, según sean atendidas sus necesidades básicas. Desempeña funciones que le son propias
como: la educativa, la afectiva y la socializadora. Estas funciones son imprescindibles para el desarrollo integral de los niños, y sobre
todo, en el caso de niños que presentan algún déficit o necesidad específica.
¿Qué reacciones y actitudes se dan con más frecuencia entre los padres de los niños con necesidades específicas?
Suelen ser, por norma general, complejas, pues en la familia no sólo conviven padres e hijos, sino hermanos, abuelos y
otras personas que proyectan sus ansiedades y expectativas. Cada padre reacciona de manera diferente ante la noticia,
por tanto, cada uno le hará frente de una forma distinta. Según Padilla y Sánchez (2007), las actitudes más frecuentes
son: - Las actitudes de los padres respecto al hijo con necesidades son: de
sobreprotección o de rechazo. Éste último puede adquirir varias
formas: negación de la evidencia, dejar al niño al cuidado de otras
personas y exigencia excesiva.
- Las actitudes de los padres frente a los otros hijos pueden ser: de
exigencia extrema o de abandono, pues piensan que no necesita
tanta ayuda como su otro hijo.
- En la pareja: ésta también se ve afectada pudiendo aparecer
sentimientos de culpabilidad, llegando a poner en riesgo la
estabilidad de la misma.
La familia en la legislación educativa
Debido al gran papel que juega la familia en el proceso educativo, su importancia
se ve especialmente recogida en la legislación educativa actual. De hecho, la
Constitución Española (1978) reconoce y destaca la función educadora de la
familia, entres otras, como un derecho y como un deber, al tiempo que estimula y
protege la participación de los padres indicando cauces de participación e
implicación
Para legislación actual, la familia es uno de los principales pilares en los
que se sustenta la educación, es por ello que en su preámbulo señala que
para el logro de una educación de calidad, es fundamental el esfuerzo que
deben desempeñar de forma compartida todos los miembros de la
comunidad educativa. Cada uno de ellos deberá realizar una contribución
específica. Las familias por su parte, deberán colaborar y comprometerse
con el trabajo cotidiano de sus hijos y con la vida de los centros docentes.
El Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se
establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de
Educación Infantil, destaca que para lograr la finalidad que se
persigue con dicha etapa educativa, es decir, contribuir al
desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños y
niñas, es imprescindible una estrecha cooperación con las
familias.
Coordinación familia-escuela
La coordinación entre familia y escuela tiene una
importancia esencial, sobretodo en la etapa de Educación
Infantil, ya que esta relación permitirá caminar a ambos
contextos en la misma dirección y con idénticos objetivos y
finalidades, dando continuidad a lo que se trabaja en la
escuela y posteriormente en casa y viceversa.
Independientemente del tipo de colaboración que se
establezca, este sentido bidireccional de coordinación y
comunicación entre ambos contextos debe estar siempre
presente.Esta coordinación se llevará a cabo a través de la acción tutorial,
bien de una manera más formal (entrevistas, reuniones, circulares,
informes individuales...) o más informal (intercambio de información
a la entrada y a la salida, charlas, actividades para la familia,...).
Mientras más cauces de colaboración se abran entre familia y
escuela mejor será el proceso de enseñanza-aprendizaje, más
adaptado a sus necesidades, características y posibilidades,
beneficiando por consiguiente su desarrollo integral.