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FAMILIA Y ESCUELA

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Familia y escuela

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FAMILIA Y ESCUELA

FAMILIA Y ESCUELA

Las grandes transformaciones del Siglo XX que replantearon la familia

En el siglo XX sucedieron tres grandes fenmenos ocurridos despus de la segunda mitad del siglo que se relacionan directamente con la educacin de nios y adolescentes por parte de las instituciones la familia y la escuela.

Estas grandes transformaciones son:

El fenmeno tecnolgico

El nuevo rol de la mujer

El fenmeno juvenil

El fenmeno tecnolgico

La tecnologa ha tenido un desarrollo acelerado en los ltimos 30 aos. Algunos de estos avances se han vuelto necesidades para amplios sectores de la poblacin y, lamentablemente, permanecen como inalcanzables y ajenos para otra porcin desfavorecida de nuestra sociedad; estos bienes se distribuyen de manera muy desigual, pero su impacto es general ya que no son slo bienes materiales sino tambin parte de un entramado, smbolos y significados colectivos, al que podramos llamar cultura tecnolgica. Dicha cultura atraviesa todas las capas sociales y, an aquellas que no pueden disponer de estos avances tecnolgicos incorporan su simbolismo al menos como aspiracin y, tambin, como pauta de interaccin.

El fenmeno femenino

Cuntas cosas que parece habitual que las mujeres hagan en la actualidad, no slo eran imposibles, sino absolutamente impensables en otras pocas: sufragar, gobernar, ejercer todo tipo de oficios y profesiones, etc.

Nunca tantas mujeres, en tantos aspectos, pudieron hacer tantas cosas. Este reconocimiento mayor a la igualdad de derechos entre los gneros es uno de los avances ms significativos de la historia reciente, aunque, como en todo proceso humano, siempre hay camino por recorrer y pueden existir efectos paradjicos ( sobrecarga de roles y de trabajo en la mujer). En general, podemos afirmar que el desarrollo de la emancipacin femenina supone un refuerzo de la autonoma humana.

El fenmeno juvenil

Los nios nacidos durante la posguerra en el siglo XX son indicados como los protagonistas de un movimiento juvenil cultural relevante a nivel mundial. Esa generacin protagoniz, como reaccin a la inmensa catstrofe, una descomunal rebelin juvenil expresada de mil modos y claramente connotada como una gigantesca denuncia a la sociedad tradicional: desde el hippismo a la filosofa existencial, desde el rock hasta los movimientos de liberacin, desde la antipsiquiatra a la antiescuela.

Con todas sus derivaciones, ese movimiento, que de algn modo an vive, parece haber marcado un antes y un despus.

Los jvenes han pasado a constituirse en actores sociales importantes con su propio lenguaje, su dominio de la tecnologa, sus pautas de interaccin, su desenfado y una desconfianza bastante generalizada en el milenario principio de que autoridad la tiene el adulto por haber vivido ms Tambin aqu reconocemos una autonoma en expansin.

Se da en estos tres fenmenos un ejemplo claro de los efectos paradjicos que se producen en los cambios histricos. Todos estos cambios apuntan a una mayor autonoma de las personas; sin embargo, su efecto educativo es, ms bien, desconcierto e incertidumbre. Esta situacin ha provocado y sigue provocando innumerables perturbaciones en las pautas establecidas durante siglos por generaciones que se sucedieron en el tiempo casi sin cambiar detalle de su forma de vida.

De manera particular, nos interesa el efecto producido en los

vnculos intergeneracionales. Estos vnculos han entrado en crisis: a los adultos les resulta muy difcil a veces explicar a los nios y jvenes el por qu de muchas cosas, y ms an fundamentar una respuesta coherente a los implacables por qu no? con que los acosan a cada paso. Durante siglos hubo respuestas preparadas para esas preguntas, pero muchas parecen haber perdido vigencia incluso para los propios adultos y muchos de ellos, desconcertados, desertan de sus responsabilidades y al clsico modo pendular pueden confundir educar personas libres con dejar a los nios y jvenes librados a s mismos.

Crisis entre los adultos y sus instituciones

Por lo expuesto ha entrado en crisis tambin las relaciones entre los adultos de ambas instituciones: familia y escuela.

Esta crisis se expresa en torno a cuales son las mejores formas de criar y educar a los menores a su cargo, nos referimos bsicamente a padres y maestros.

Hasta hace unas dcadas, unos y otros compartan en gran medida cierto catlogo de pautas heredadas acerca de lo bueno y lo malo, lo conveniente y lo inconveniente, lo prudente y lo riesgoso. Haba un acuerdo tcito que pona a todos los adultos de un mismo lado a la hora de establecer normas y hacerlas cumplir; hoy ya no existe

La crisis del principio de autoridad no slo se refiere a la relacin adulto-nio sino que tambin afecta las relaciones adulto-adulto e institucin-institucin. A la inversa de otros tiempos, muchos padres no atribuyen a los maestros la suficiente autoridad para evaluar la conducta intelectual o social de sus hijos, y a menudo reaccionan alindose con sus hijos a toda costa. Muchos docentes acusan a los padres de los problemas escolares de sus alumnos y no consideran que haya en ellos o en la escuela demasiada responsabilidad al respecto.

Muchas familias esperan que la escuela los reemplace consolidando en sus hijos actitudes y comportamientos socialmente adecuados, a la vez que les ensee lo pertinente, los contenga en sus problemas y los prepare para la vida. La escuela, sobre exigida, reclama a los padres que les enven chicos suficientemente socializados, con normas bsicas incorporadas respecto de cmo resolver diferencias, aceptar las responsabilidades y los lmites, respetar a los otros, etc.

Y esas expectativas recprocas, a ms de desmesuradas, suelen ser planteadas ms en un clima hostil de ataque y defensa que en uno de comprensin mutua y propuesta de colaboracin.

Hace falta comenzar a desarrollar un reconocimiento mutuo, en cuanto a los difcil de la tares de cada uno y la necesidad de complementarse y ayudarse, superando la tambin esperable competencia surgida de la evaluacin de cada institucin sobre la tarea de la otra.

Si tuviramos que expresar en una imagen la relacin escuela-alumnos-familias, qu imagen elegiramos y por qu? (Por ejemplo: tres islas, dos veredas, un barco con tres tripulantes, un campo de batalla, una red, otros.)

El rol adulto en el crecimiento y desarrollo de los nios

Los adultos en la construccin de la subjetividad del nio Los adultos juegan un rol decisivo en la construccin de la identidad del nio. La primera referencia es justamente una referencia de identificacin. Los nios toman de los adultos cercanos que cuidan de ellos el material para construir el ideal de s mismos. Hay una modelacin de la propia identidad desde la representacin del otro. La primera manera de ser uno mismo es desear parecerse a otro.

Puede asustarnos a los adultos ocupar este papel tan importante y sentirnos sin las cualidades requeridas para cumplirlo. Pero, en realidad, no slo es inevitable sino tambin deseable que los modelos de referencia no sean perfectos.

Esto es as porque la construccin de la identidad supone un segundo momento de desidentificacin, de toma de distancia, e inclusive de separacin. Pensemos en el smbolo del parto: si no hubiera separacin entre la madre y el hijo, ste nunca comenzara su propia vida. Existe, entonces, un segundo movimiento de construccin de la propia identidad que consiste en diferenciarse del otro e independizarse.

Llegar as a pensar por s mismo, sentir diferente y valorar por s mismo.

Los adultos de referencia no slo juegan un rol muy importante al dar un primer contenido a la identidad cuando son imitados por los nios, sino tambin cuando permiten, favorecen y sostienen su diferenciacin. Como facilitador del proceso de diferenciacin estn las normas y lmites que los adultos sostienen ante los nios. Sin la presencia de esos lmites el nio no puede construir su sentido de realidad; hay un desajuste entre percepcin y realidad.

El lmite permite diferenciar el mundo deseable del mundo real, invitando a descubrir que el impulso o la espontaneidad no pueden ser el nico motivo vlido para el comportamiento. La impulsividad y el deseo se recortan para darle un lugar al otro. En este sentido, los adultos, si cumplen su rol, contribuyen de manera bsica a la socializacin del nio.

Los adultos en la construccin de la autopercepcin y autoestima de los nios

De manera general, debemos decir que el aporte de los adultos a la construccin de la subjetividad de los nios y a su socializacin no se hace slo por va verbal sino tambin, y de manera particular, por va de la comunicacin que se establece por el comportamiento, la presencia o ausencia, y los sentimientos.

Que haya adultos que se ocupen, que cuiden y nutran a los nios, es el mensaje bsico que favorece que stos tengan una autopercepcin positiva. Verse como merecedor de cuidado, preocupacin, atencin es una informacin bsica para el desarrollo de la autoestima. Pero el exceso de cuidado puede ser tambin un mensaje subestimante. Cuando el nio es cuidado excesivamente, sobreprotectoramente se percibe como impotente, frgil, dependiente. Los adultos que ayudan pero que no reemplazan al nio en sus posibilidades de accin ayudan a consolidar su subjetividad.

Los adultos y la seleccin de valores que hacen los nios

Un territorio de especial influencia de los adultos en la construccin de la subjetividad de los nios y su socializacin es el campo de los valores. Se llama as al conjunto de cualidades del mundo real que nos atraen, constituyen nuestros objetivos de vida y organizan nuestras prioridades. El horizonte de valores de un nio no puede desbordar el horizonte de su cultura, que es una cultura construida por los adultos.

No slo hablamos de las macro culturas sociales sino de las pequeas culturas hogareas y escolares. All el nio percibe los mensajes que le dicen qu es lo ms importante, qu se puede alcanzar y qu se debe conservar en la vida humana. Mensajes que, tampoco aqu, son sobre todo verbales. Los comportamientos, las prioridades actuadas y hasta el brillo de los ojos que revela aquello que a los adultos les importa es la propuesta cotidiana de valores que los nios descubren.

Relevancia de la intervencin de las familias en los aprendizajes escolares

Los adultos ms significativos para la vida de los nios y las nias son aquellos que han convivido con ellos bajo el mismo techo desde la primera infancia. Aquellos que se han ocupado de alimentarlos y cuidarlos.

El significado de esos adultos puede tener o no un sustento tambin de tipo gentico-biolgico, pero se acaba consolidando a travs de una historia. Es fcil concluir que cualquier actividad que los nios emprendan ser sustentable slo con un apoyo bsico de esos adultos de referencia.

No compete a la escuela establecer juicios sobre la composicin de las familias. Es muy importante aceptar y valorar a los adultos que de hecho son los referentes reales que tienen a su cargo el cuidado de los nios y establecer un acuerdo concreto de cooperacin con ellos.

Preguntas para los maestros

Cules podran ser los motivos que en ocasiones dificultan a los padres y tutores que sus nias/nios tengan dificultades o no se comporte adecuadamente en la escuela?

En qu aspectos la familia tiene mejor informacin que la escuela sobre los alumnos?

Le cuesta a la escuela aceptar la realidad de las familias de sus alumnos: su composicin, sus limitaciones, sus conflictos internos?

Esas familias son parecidas o muy diferentes a las de los docentes

Familia y escuela, criterios para lograr una buena cooperacin

Una buena calidad de la comunicacin. El contexto de la relacin entre familia y escuela es un contexto comunicacional. Poder poner en acto los rasgos de una comunicacin abierta y eficaz es el suelo bsico de una buena interaccin.

Una distribucin de roles que respete los campos de incumbencia En el intercambio entre las familias y la escuela es importante la distribucin de lugares, tener en claro cul es rol que le cabe a cada uno. Todos nos ocupamos de los nios pero no se trata de que los docentes hagan de madres o padres, o que las familias quieran ensear a los docentes cmo ejercer su profesin. Evitemos la confusin y las invasiones en el territorio del otro.

Un intercambio que accede a acuerdos operativos. Un buen intercambio no es slo un intercambio pacfico, grato, afectuoso. Lo decisivo es el resultado educativo que de ese intercambio surja, el aporte que le hace a un alumno/a el encuentro entre su familia y la escuela. Llegar a compromisos posibles de sostener, concretos y reconocibles que puedan ser evaluados en el tiempo sera un criterio decisivo sobre la calidad del vnculo que estamos queriendo construir

PROPUESTAS

Hacer sentir a cada familia que se acerca que es importante para la escuela, que es bienvenida sin importar el motivo de su visita y que no molesta su presencia.

Ofrecer buena informacin al visitante de modo que pueda apropiarse del espacio escolar: horarios, organizacin de la institucin, normas para la visita de las familias, normas de la convivencia escolar, proyecto institucional, servicios complementarios.

Ofrecer la oportunidad de encuentro cara a cara con las personas que tendrn a cargo a los alumnos.

Recabar informacin adecuada y pertinente sobre la familia y el/la alumno/a sin actitudes discriminatorias.

Ofrecer buenos estndares de seguridad tanto para la entrada como para la salida de los/las alumnos/as de modo tal que los padres o tutores puedan entregarlos confiadamente en manos de la escuela.