suplemento literario n°980 colatino

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  • 8/15/2019 Suplemento Literario N°980 CoLatino

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    suplemento cultural tres mil · diario colatino · diciembre 13 de 2008

    Sábado 13 de diciembre de 2008 l  No 3938 del año XVIII segundo centenario l www.diariocolatino.com

    DIARIO CO LATINO, MÁS DE UN SIGLO DE CREDIBILIDAD

    Nº 980

    LA PACHAMAMA 

       V   i  r  g  e  n   d  e   G  u  a   d  a   l  u  p  e .

       T  o   ñ  o   L  a  r  a .

    Imágenes tomadas de:http://homenaje-antoni o-lara por ricardo.htm y http://huelvaelena blogspot.com/2008/12.

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    Aplausos y más aplausos, lágrimas desdeluego, y muchas voces cantándole al mis-terio de la Concepción de María, fue el grantelón de fondo, que acompañó al artistaToño Lara en su ingreso al más allá. Esteemotivo acto fue antecedido por la misa decuerpo presente que se celebró en CatedralMetropolitana el pasado 9 de diciembre.

    Ahora, Toño tiene como compañeros, enla cripta de Catedral, nada menos que aMonseñor Óscar Arnulfo Romero y a Enri-que Álvarez Córdova, ilustres salvadoreños,entre otros, que yacen enterrados bajo elaltar mayor del templo.

    Toño Lara, así lo llamamos siempre, to-das y todos sus amigos. No podría ser deotra manera. Antonio era un hombre vital,generoso, muy amigo de sus amigos, soli-dario en extremo. No recuerdo exactamen-te, cuando nos conocimos, ni donde, ni tam- poco cuando nos hicimos amigos. Debió ser a principios de los años ochenta, en medio

    de esa época de intensa lucha del pueblosalvadoreño.

    Durante algún tiempo, parte de su obra plástica estuvo asociada al movimiento primitivista, que privilegió el entorno natu-ral y rural centroamericano, desde un preciosismo técnico, de encendido croma-tismo. Luego derivó hacia el arte objeto,donde experimentó, con gran creatividad, através de una visión estética que privilegia- ba los objetos y artefactos cotidianos en des-uso, develándonos sus enormes potenciali-dades significativas, artísticas. En esto, Toñofue un mago maravilloso. Para su sensibili-dad, zapatos femeninos, televisores “inser-vibles”, muñecas de principios del siglo pa-sado, arlequines, vestidos abandonados,mesas de hierro forjado, sombrillas y canti-dad de objetos, eran restituidos en su digni-dad expresiva, en su connotación profunda.

    Como promotor, gestor y anfitrión cultu-ral su actividad se enmarcó dentro de unferviente humanismo, como pocos lo hanrealizado en el país. Toño siempre tuvomucha visión, muchos proyectos, muchossueños para la cultura y el arte. Nunca olvi-dó, que son los seres humanos los creado-res y destinatarios del fenómeno cultural.

    Como fue un consumado amigo, más vin-culado a la generosidad que a los intereses

    egoístas, su tránsito vital no arrojó nuncaéxitos económicos, tal y como el mundo losentiende. Toño iba más allá.

    Talento como el suyo tuvo escaso reco-nocimiento por parte de los sectores, llá-mense privados o estatales, responsables deestimular el mejor desarrollo de la culturay de las artes. Sin embargo, no fue ToñoLara un hombre de prejuicios, ni de resen-timientos, con el medio, siempre buscó con-vencer a personas e instituciones de lo im- portante que era para el país la inversión enla cultura. Murió -como vivió- entre la amis-

    tad y el amor hacia su familia, los artistas,la naturaleza y los animales.

    Su muerte nos debe hacer reflexionar so- bre la importancia del valor de la amistad,en una sociedad cada día más deshumani-zada. Asimismo, nos debe llevar a la re-flexión sobre la necesidad urgente de aten-der los derechos sociales de los artistas, tanignorados por el Estado.

     No es el asistencialismo coyuntural, la res- puesta ante graves demandas de la comu-nidad artística del país: como el trabajo dig-namente remunerado, la salud, la pensión por vejez o incapacidad, las oportunidadesde formación, la proyección de la obra, ytantos justos derechos de quienes transfor-man en belleza la realidad circundante.

    Mientras esto no sea así, mientras las ins-tituciones del Estado, privadas, académicasdel país, continúen sustituyendo auténticas políticas culturales por activismo, por de-magogias, por favoritismos producto delcompadrazgo, por entrega de premios, traslos cuales no existen compromisos realesni proyectos de largo plazo, no se podrá

    Toño Lara: Convocador de la alegría ALVARO DARÍO LARA ALVARO DARÍO LARA ALVARO DARÍO LARA ALVARO DARÍO LARA ALVARO DARÍO LARA

    hablar con seriedad de respeto a la cen El Salvador. Y esto, amigos y atrasciende plataformas electoreras, trade partidos políticos. Esto debe ser pto de Nación, y todos y todas estammados a luchar por ello.

    Toño llegó a El Salvador, procedesu natal Nicaragua, en 1978, junto artista nicaragüense, ya fallecido tamJulio Sequeira.

    En 1981, fundó la Galería de Ardesde donde desplegó una intensa dad de formación y promoción de lotas jóvenes, para quienes instituyó emio Talento Joven, en 1982. Prementregó en una edición más, hace aescasas semanas.

    Al momento de su muerte era Presde la Asociación de Artistas PlásticoSalvador (ADAPES), y uno de sus m bros más dinámicos y entusiastas.

    Además, pertenecía a la Cofradía dvino Salvador del Mundo, y a la FunPoetas de El Salvador.

    Antonio Lara nació en Nicaragua, agosto de 1952, y murió en San Salvlos 56 años, víctima de cáncer, el 8 ciembre de 2008, en la fiesta solemnInmaculada Concepción de María, lsima, patrona de Nicaragua, de la cumuy devoto. Esta devoción lo llevó  presente -en silla de ruedas, pero mumado- el sábado 6 de diciembre, cuaEmbajada de Nicaragua en El Salvael Museo Nacional de Antropología braron la tradicional “gritería” ma propia de Nicaragua, en las instaladel MUNA.

    Su muerte nos debe convocar a seg bajando por la utopía, con esa cargacon los pies en la tierra, pero llenos gritería que tanto caracterizó a Togritería del alma, de su gran alma traordinario artista.

    Un gran abrazo, querido Toño.

    El artista plástico nicaragüense, radicado en El Salvador, Antonio Lara. Foto de Ricardo Quiñónez.

     Antonio Lara nació Antonio Lara nació Antonio Lara nació Antonio Lara nació Antonio Lara nacióen Nicaragua, el 4 de agostoen Nicaragua, el 4 de agostoen Nicaragua, el 4 de agostoen Nicaragua, el 4 de agostoen Nicaragua, el 4 de agosto

    de 1952, y murió ende 1952, y murió ende 1952, y murió ende 1952, y murió ende 1952, y murió enSan Salvador, a los 56 años,San Salvador, a los 56 años,San Salvador, a los 56 años,San Salvador, a los 56 años,San Salvador, a los 56 años,

    víctima de cáncer,víctima de cáncer,víctima de cáncer,víctima de cáncer,víctima de cáncer,el 8 de diciembre de 2008,el 8 de diciembre de 2008,el 8 de diciembre de 2008,el 8 de diciembre de 2008,el 8 de diciembre de 2008,en la fiesta solemne de laen la fiesta solemne de laen la fiesta solemne de laen la fiesta solemne de laen la fiesta solemne de laInmaculada ConcepciónInmaculada ConcepciónInmaculada ConcepciónInmaculada ConcepciónInmaculada Concepción

    de María, la Purísima, patronade María, la Purísima, patronade María, la Purísima, patronade María, la Purísima, patronade María, la Purísima, patronade Nicaragua, de la cual erade Nicaragua, de la cual erade Nicaragua, de la cual erade Nicaragua, de la cual erade Nicaragua, de la cual era

    muy devoto. Esta devoción lomuy devoto. Esta devoción lomuy devoto. Esta devoción lomuy devoto. Esta devoción lomuy devoto. Esta devoción lo

    llevó a estar presente -en sillallevó a estar presente -en sillallevó a estar presente -en sillallevó a estar presente -en sillallevó a estar presente -en sillade ruedas, pero muy animado-de ruedas, pero muy animado-de ruedas, pero muy animado-de ruedas, pero muy animado-de ruedas, pero muy animado-el sábado 6 de diciembre,el sábado 6 de diciembre,el sábado 6 de diciembre,el sábado 6 de diciembre,el sábado 6 de diciembre,

    cuando la Embajadacuando la Embajadacuando la Embajadacuando la Embajadacuando la Embajadade Nicaragua en El Salvador,de Nicaragua en El Salvador,de Nicaragua en El Salvador,de Nicaragua en El Salvador,de Nicaragua en El Salvador,

     y el Museo Nacional de Antro- y el Museo Nacional de Antro- y el Museo Nacional de Antro- y el Museo Nacional de Antro- y el Museo Nacional de Antro-pología celebraron lapología celebraron lapología celebraron lapología celebraron lapología celebraron la

    tradicional “gritería” mariana,tradicional “gritería” mariana,tradicional “gritería” mariana,tradicional “gritería” mariana,tradicional “gritería” mariana,propia de Nicaragua, en laspropia de Nicaragua, en laspropia de Nicaragua, en laspropia de Nicaragua, en laspropia de Nicaragua, en las

    instalaciones del MUNA.instalaciones del MUNA.instalaciones del MUNA.instalaciones del MUNA.instalaciones del MUNA.    E   l   H   i  m  n  o  t   i  z  a   d  o  r   d  e   E  s  p  e  c  t  a   d  o  r  e  s .

       T  o   ñ

      o   L  a  r  a .

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    Tengo el final de una historiaen la deformidad de mis huellas

    Los adoradores del fuego han conseguido tocar el sol.El frío del sable se desnuda en el resguardo de la oscuridad.Las tormentas crecen en toda flor a la intemperie.Los hijos de Beringia descubrieron la muerte.La hambruna es la cólera de los asesinados.La furia del hielo acrecienta los mares.Para que la piedra regresa a la tierra.

    Las aves del paraíso se elevan desde un centro rojo en forma de nube,Bajo un techo de estrellas fugaces que no dejan mirar el cielo,Donde el polvo confunde su gracia con el grito de la tierra,Las piedras se resbalan como agua entre los dedos,Las puertas se pierden como cuerpos en el agua,El agua se deshace como mi bruma entre la bruma,Los puentes se ocultan como sombras sin aliento,Los vientos se trasforman como un corazón golpeadoQue me acaricia la frente para después tirarlaDejarla rota y sangrando los cristales de mi ventana

    Triturada por la dentadura de la piel que la conforma.

    Tengo el final de una historia en la deformidad de mis huellas,Los huesos de las telarañas en la osamenta de los siglos,La sangre siempre gritando en el silencio de los corazonesY cielos congelados que se cocinan a fuego lento.Lento tan lento como un clovis en el pecho,Un relámpago que atraviesa los colmillos del mamut,Un bisonte perseguido por un ejército de piedras,Un animal sin piel con fuego en las manos,Una piel robada cobijando al miedo,Unos ojos humeantes en medio de la selva,Una danza que recrea la cacería y la muerte,Un bastón que corteja al Dios de las bestias,Una raza de sables vulnerables a su poder,Heredera de los mares de sus antepasados,De un río que juega con lo desconocido,Un cerebro más grande que sus cabezas,

    Un sueño que camina más allá del universo,Un fuego que incendia el fuego sin incendiarY expulsa de sus pasos bocanadas de sangre.

    Porque nuestros ancestros fueron vampiros en guerra,Que sembraron esqueletos para construir infiernos,Clavaron sus colmillos contra el cuerpo de los niños,Enterraron sus muertos en los pulmones del aire,Borraron la memoria de los esclavos,Mancharon la corteza de los árboles,Comieron los gritos de las aves…Para después gritar como aves,Defecar las raíces de la sangre,Confundir el polvo de las piedras con el polvo de nuestras piedras,El polen de las flores con el crujir del sollozo,Las grietas del origen con las arrugas de la sabiduría,La sabiduría de los tontos con la palabra de Dios,La palabra de Dios con mi resistencia al dolor,Y mi resistencia al dolor con el fin de mi existencia.

    De un amanecer insospechado nació el desgarre de Babel.De la historia de los hombres la maldición de moisés.El reloj está descompuesto pero los astros no paran.Una luciérnaga rinde tributo al vicio de las momias.El cacareo de los pollos es un tictac sin sentido.Los adictos deslizan sus manos como un volcán que vomita loscampos.El eclipse ha sumergido los ríos en el fondo del mar.La humedad se condensa bajo la sombra de los muertos.Las nubes cruzan el desierto sin escuchar el grito de la arena.El seol galopa sobre la lluvia para quemar la tierra.El humo tiembla entre nuestras manos.Las bestias siempre regresanPara desatar sus hambres.

    Bajo el sollozo del último grito.

    Bajo el sollozo del último grito elevado desde las grietas de la cima de un cucel plomo adherido al poder gravitatorio de nuestros instintos,las sombras de la luz de nuestros labios, pies y microbios…Abandonado en la delgada línea de un sol en el rincón más escaso de la mudeAhora que casi he perdido el gusto,que boto, levanto, enredo y desenredo tus desdeñadas palabras,

    te dedico mis poemas como si fueras mía nada más que mía,tira el cielo pedazos de fuego,los hombres se mezclan con muros marchitos,un sendero de sirenas cantan ascos desesperados,las promesas decaen,niños confundidos se vuelven perros de cazay la marca en la ropa clasifica el precio del ganado…

    Ahora, tal vez hoy, seguro que pronto,por la tísica e interminable garganta de la ciudaden que descansás tan poco las piedras de tu piel,elevás prófugos pedazos de alma desde el fondo de tus lunas,expandís el desierto enmarañados de tus cabellos;y cada respiración es tan frágil como cada segundo,cada intento de calmar el fuego en el estomago,cada momento,profundamente invisible,y cada clavo en tus poros, despreciable.

    Por estas mismas piernas quebradas de golpevoy a saltar extasiado de amor, de rosas, de conquistas, de niñez,o moriré en la flama de una sangre que se descomponepresa en el vacío del sabor de tus llagas.

    Oxido, pena y verdugo

    El jinete de la muerte cabalga por su reseca voz de arena y hielo,Afila sus espuelas y persigue a las bestias por el desierto,Bautiza sus pasos en nombre del dios de las termitas del fuego,

    Y espera que la estrella del norte las mate de frío.

    Rotas extremidades para volar crecen en mi frente.Pálidos rudimentos de cielo y horizonte sostienen mi espíritu.Ciegos pájaros atrapados por los muros de mi gargantaAbrazan el moribundo suspiro de entre las llamas de la cobardía,Empuñan la rabia del sudor en vigilia de hoyo y piedra y espanto,De relojes y calendarios que lavan la sangreQue el fantasma de la memoria madura en el centro de mi habitación.

    Quebrantadas norias se dejan caer contra los cataclismos colmados de agua con  (corona de esMudos ojos apenas incongruentes levitan sobre un espacio sin lugar.Armarios llenos de gente que se abren hoyos negros al costado de la incertidumbCaminos cambiantes entre las mandíbulas de zapatos viejos olorosos a cansancioA olvidos e imágenes de ruidos y plegariasTan y tan repetidas que no hay más que una,Tan y tan golpeadas que han perdido el rostro,

    Que han perdido el tino,Que han perdido el seso.Y cada verso es una arruga de magnitud cerebral,Una mañana de esas con memoria y todo eso que nos vuelve reflexivos,Pájaros azules con azules víctimas entre los dientes.Y sin embargo hay quienes cantan cantos con alas de nube.

    El jinete de la muerte concibió un ejército con el sol,Hijos adictos a los encendedores, a la pasión de Cristo y a los terremotos,Óxido, pena y verdugo,

      de la muerte  de la muerte.

    El autor es miembro de «La Casa del E

    Poesía de Roger Guzmán

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     Dina Posada, El Salvador en 1946. Es-tudió periodismo y psicología. Trabajó enel diario La Prensa Gráfica de El Salvador.Libros: Hilos de la noche, 1993 y  Fuego

     sobre el madero, 1996. Es cofundadora ydirectora editorial del portal  Palabra Vir-tual (Antología de la poesía Hispanoame-

    ricana). Su poesía, ampliamente comenta-da y parcialmente traducida al inglés, fran-cés, sueco e italiano, reúne ensayos críti-cos, artículos y conferencias publicados enEspaña, Suecia, Italia, Francia, Canadá, Es-tados Unidos, México, Perú, Centro Amé-rica y Panamá. Aparece en diversas antolo-gías, entre ellas:  Mujeres en la literatura

     salvadoreña, 1997; Voces sin fronteras,1999; Voces Nuevas, 2000; Mujer, desnu-dez y palabras, 2002; Poésie salvadoriennedu XX siècle, 2002; Stigar/Senderos,  2003;

     El monte de las delicias,2004; Trilogía poé-tica de las mujeres en Hispanoamérica, Pí-

    caras, místicas y rebeldes, 2004;  Mujer,cuerpo y palabra 2004; Poetas en blanco ynegro, 2006.

    Tuve conocimiento de Dina Posada, a tra-vés del poeta René Chacón quien tuvo lagenerosidad de acercarme algunos poemasde ella. Dina es una poeta irreverente eincendiaria, capaz de derribar muros consu palabra; tras el “aleteo de un grito”…no sólo deja caer sus plumas, sino también,la sangre herida del vértigo: esa que desa-fía “toda verdad” en una sociedad cuya pe-culiaridad evidente es la doble moral. La poesía de Dina destila fuego y armonía; suluz está trocada por ese arcano quemado delos párpados, por ese latir del agua en la piel, por esos destellos de geométricos la-zos. Hace arder de gozo la palabra con esti-

    lo decantado, propio de una mujer que vie-ne trabajando los cauces mágicos del tiem- po y la delicada forma de los pétalos y lasraíces.

    A decir del poeta Jorge Carrol, “… a Dina Posada le es dado concebir vivencias ne-

    cesarias a los días futuros. Ella condicio-

    na las leyes primordiales de la situación

    humana hasta sus últimas consecuencias.

     Es dueña de infinitos matices y posee, en

    consecuencia, por entero, la verdad y el 

    error. Dina, como lo demostró en Fuegosobre el madero , construye su poesía sobrela revisión de sus días, sobre su pasado y

     su futuro, sobre la superación de cada una

    de sus palabras, quizá para poder decir:

    «el poema es siempre punto de referencia y

    de exigencia con relación a las formas de

    la conducta.» En su poesía, el lenguaje es

    el más eficaz de sus instrumentos y sus for-

    mas más evolucionadas, son consecuentes

    de la libertad y de la conjunción solidaria

    de su voluntad de ser Dina. El poema es

     siempre para Dina Posada un punto de re-

     ferencia y de exigencia. Por tanto, el poe-

    ma se ofrece vivo a la torva desnudez que

    cada uno de nosotros acepta. Como hecho

     poético, no queda supeditado a la capaci-

    dad de percepción de quiénes somos sus

    Dina Posada entre el preludio y la plegaria del orgasmo ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA ANDRÉ CRUCHAGA

     patéticos testigos. Dina nos tiende la mano

    más allá de la obsecuencia y la amistad,

    ella que ha plantado un árbol como una

    mirada, y que bajo su sombra ve a este puto

     y maravilloso mundo que vivimos y destrui-

    mos e inventamos día tras día y noche tras

    noche…” [1]

    Poesía erguida en su plena conciencia,visible por la desnuda esbeltez: así son loscaballos del alfabeto traspasando todo lí-mite: humana forma rompiéndose ylibertándose hasta hacerse tangible en elinfinito del papel. Pocas veces he leído poe-sía sin tapujos y desembarazada,

    desinhibida y alucinante como la carne blanca de la luz que soberana se eleva aventanas y cornisas. Poesía abrasadora y per son al. Est e elemento, suy o que seextrapola, es lo que torna más desnudo ygoteante su iluminado estertor. Así, nosdirá: “ Ajeno a mis pensamientos/ huiste aun casto silencio /…Hoy / que sedienta mi

     sangre te busca / ni a golpes ni a ruegos / 

    te insinúas / enajenado prosigues / riguro-

     so y oprimido y largamente oscuro / como

     pasillo de convento desolado /… Tú / ángel 

    de dura delicia / apático orgasmo rebelde/ 

    erizado temblor / pólvora vulnerable /…

    regresa a mí / y aniquílame”, [2]

    La voz se alza desde su materia y al pare-cer, “en caótico preludio/…las lenguas en

     pacto remueven hondo combate”. El exis-tir a fondo es eso: gastarse en la infinitudde la travesía como guerreros; asir el mar yvivirlo en cada poro hasta desliar los bar-cos de la música, tibios temblorosos en la boca. Dina ha sido conciente al escribir estetipo de poesía; pero ella no se calló y dejofluir, desnuda, la oleada de sus anchos ra-majes. En el siguiente poema, la poeta abier-ta al braceo de la trementina expresa: “ Estu lengua/ acierto de vigilia/ dejándose lle-

    var/ por el lascivo/ inquieto/ travieso/ vien-

    to moreno/ de mis muslos/…Hebra de agua

    tibia/ descubriendo/ mis pechos despiertos/ 

     piruetea con la gana/ que el espejo refleja/ 

    en una marejada/ de pulsos agitados/…

     Lápiz de filo diligente/ perfilando mi aber-

    tura/ que se explaya/ enardece/ y grita/ 

     soltando su vena/ salpicando los sentidos/ 

    … Voluntad de labios/ sometiendo/ labiosa su voluntad/ Anzuelo que pesca/ sujeta/ 

     y/ vuela/ con mi carne/ al punto preciso/ 

    donde el resuello/ dice/ que termina/ y/ la

    quietud/ clama/ por nacer.” [3]

    Con ese “ Lápiz de filo diligente”, el hori-zonte de su carne se abre sin límites hastasalpicar los sentidos de ese magma tibio,chorreando de gemidos en la luna. “Cintaabismal” es un poema rotundo, pleno don-de cada jadeo se vuelve un tornado y el zumode la lluvia una aventura airosa. En ese mo-mento intrépido, de creación pura, uno seolvida del mundo y de este reino compara- ble a las piedras y las máquinas. Aquí no hay palabras, y sin embargo, es la palabra aquíla que sutilmente nos lleva de la mano por los chirridos dibujados del sueño.

    La poesía erótica es de la más difícil detratar, porque si no se precisan bien los lí-mites del lenguaje, la imagen y la metáforase puede caer en la vulgaridad y, entonces,no hay poema ni poesía. A fin de precisar elconcepto, veamos lo que nos dice esta de-finición: “ Erótica es un término colectivode raíces griegas y latinas (nominativo plu-

    ral de erotikon, erotikon , y de eroticum ycarente por tanto de plural él mismo) con

    el que se ha designado al conjunto de obje-

    tos relacionados de alguna manera (en ge-

    neral representativa) con la pasión amoro-

     sa humana, especialmente cuando está en- focada hacia sus aspectos físicos y sensua-

    les.”[4] Hay quienes se asustan cuando seaborda el erotismo en la poesía, menos queen la pintura quizá porque dicho tema hasido tratado desde siempre. Así tenemos aGiulio romano, Agostino Carracci, Tiziano,Rembrandt, entre otros.

    En su ir y presentir, la poeta advier“ El tiempo crucifica/ el callado río[su] infancia/… de la herida desci

    azoradas lunas fecundas/ que a comp

     pausas/ devastarán el rosa de mi v

    … lo advierte mi vulva/ conjugando

     fulminantes/ en todo mi [su] cuerpo

    Es un error creer que la poesía eróticmera exaltación de la sensualidad oreducirla al ligamiento carnal. La poDina Posada es más que eso: desvelaesa concepción la naturaleza humanaconsciente de su delicada consum Nada es ausencia en su río de desTodo es posible menos los grises cuacielo gime. En la poesía de Dina Posuniverso resulta un espejo perfecto slos ojos se cierren en la noche. Ellateme; su poesía superó la esclavituddogmas y prejuicios.

    De ahí que nos advierte con pálpclarecedor que: “Pronto se romperádencia/ que sostienen mis días lu

    encanecerán mis venas/ mi talle tendr

    de verano acabado/… cálidos des

    llevarán el paso a mis horas/… —n

    bies el gesto/ mi universo rebasa/ lo

    tes de mi cuerpo—/… Despéñate en e

     po/ que me bebe/ muerde esta vida/ q

    corre sin freno/ reparte tus dedos/

     plenitud de mi tacto/ La lumbre de m

    to atardecer/ será faro de recios b

    en las arrugas de tu aliento.” [6] La de Dina Posada es una verdadera dodel erotismo; éste está descrito co proceso cuyo centro es la pareja. Diotra manera su poesía puede versemetafísica de la sensualidad. Tambiéntituye, en el plano ideológico, ruptur

    tra los valores patriarcales de nuesciedad. Con su poesía, Dina concenuevo importancia a la vida en este my en esta época; ya no es una poesíaminosa. La vida no es el sufrimientrepresión o la castración mental, sinotación de la belleza en su más gendesnuda expresión.

    En  Diálogos de amor   (1535), deHebreo (1460-1530), me llama podmente la reflexión que hace en sus gos de Amor III: « Filón: El deleit

     sual es pasión en el ánima sensitiva

    el amor sensual es también pasión d

     sino que el amor es la primera de s

     siones, y la delectación la última y

    ese amor. Pero el deleite intelectual

     pasión en el entendimiento que am

    consientes que en los entes intelectua

    amor que no es pasión, conviene qu

    bién concedas que en ellos hay delec

     sin pasión, la cual es el fin del am

    ellos, y más perfecta y abstracta que

    mo acto amoroso.» [7] Como eneoplatonismo puro, debo refutarlo ade estos días, porque en el deleite intual si que hay pasión, ya no digamese ente sensitivo que nos provoca esensual. Afirmo que en el acto amoro

    La poeta Dina Posada

       L  a  s   C   h   i  c  a  s  q  u  e  s   í   l  e  e  s  c  r   i   b   i  e  r  o  n  a   l   C  o  r  o  n  e   l .   T  o   ñ  o   L  a  r  a .

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    obstante siguiendo un poco a Hebreo, que“en el mundo hay tres grados en la hermo-

     sura: el autor de ella, ella y el que participa

    de ella”. [8] Dina Posada la crea y recrea a partir de su conocimiento y sensorialidad y, por supuesto, participa de ella en cada poe-ma. Suyo es el relámpago de cada palabra;el fuego es memoria y ardido asedio toda lallama que la devora y aspira. Existir es hun-dirse y subvertir las aguas de la propia polu-ción de los peces mientras arrecia la ola yllega el reposo y la palabra última de lo queha sido el asombro.

    Quien se desnuda así nace y se ve latien-do en el espejo. Se calla la luz en la desme-sura. De ahí la necesidad de mirarse des- pués, testamentar y rubricar en el cristal, laniebla de los ojos, la humedad onda de doscuerpos. “ Porque fuiste reto desmedido/ aesta alegría / que no me terminaba de na-

    cer / y no teniendo a la vista / otra vida / 

     sino la que desgastan / mis pasos y mis ho-

    ras / te designo albacea / de mi último sus-

     piro” [9] Por eso el gozo es insepulto y vivey enrumba la vida. No cabe duda que DinaPosada sabe agitar el aliento y urdir sin va-cilar el finísimo espacio de la audacia. Vueloy anhelo incendian la poesía. Es libertad de

     pensamiento conquistado y así la entrega yeleva como la trementina.

    Al final de todo este periplo poético quetambién es la vida desde el poema, quedan:“ Puertas borradas/ resbalosas fechas/ lí-quida ciudad/ vaciándose en mi vacío”/…

    “Con palabras/—dice la poeta— estoy po-

    blando una estación/ para abreviar/ la dis-

    tancia sin salida” [10] esa salida que no esotra más que la rotundidad de seguir en laenramada del alfabeto. La poeta es cons-ciente que El color de su voz es un riesgo/ yuna espiral que la lanza/ al suburbio de los

     proscritos… Y aunque quisiera coger/ el 

    timón del olvido/  —acota— ha de seguir en

    la acechanza trazando su vital expectaciónen la corriente de su alma que el viento hu-medece. En summo grado, como suele de-cirse, Dina Posada gana perfectamente elImperio mayor de la luz con papel y plu-ma: esa fosforescencia es el todo del poetadespués de caminar y sofocar los armariosde su alcoba…

    Barataria, 05.XII.2008

    CITAS: [1] Jorge Carrol en HYPERLINK «http://www.festivaldepoesíademedellín.org» Festivalde Poesía de Medellín, Colombia. Puedenampliarse sus datos bibliográficos visitando elsiguiente sitio web HYPERLINK «http://www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Dina_Posada.html»www.poeticas.com.ar/Directorio/

    Poetas_miembros/Dina_Posada.html[2] Poema “Plegaria al orgasmo.[3] Poema “Cinta abismal” [4] Véase: Portal de HYPERLINK «http://www.wikipedia.org» Wikipedia[5] Poemas “Lunas de sangre” [6] Poema “Climaterio” [7] Aspie, Susan. Antología de la poesíarenacentista. Plaza y Janés, Barcelona 1986. Tam-bién puede consultarse la pag. 331 de la ediciónrealizada por la Editorial Aguilar[8] Aspie, Susa, Oc cit,[9] Poema “Testamento” [10] Poema “Gotas de polvo” y “La incógnita” 

    El futuro asesino de Víctor Valencia aca- ba de morir.

    Todo comienza cuando Ralph Walker vaa uno de los tantos drugstore de Manhattany pide cinco cajas de condones. La tendera,

    con su mano derecha espanta una insisten-te mariposa amarilla que revolotea aturdi-da por el olor de los jarabes y por lo tantoextiende la izquierda y saca de la gavetacuatro cajas de calidad insuperable y la úni-ca del lote en la que uno de los tres condo-nes tiene un pequeño agujero.

    Esa noche Ralph se acuesta y cae muertodespués de un largo día de trabajo, pero sunovia está ovulando. Ella se mete por de- bajo de la manta, le desabrocha el pijama yRalph despierta con el pene totalmente erec-to dentro de la boca de su mujer. Ralph esun tipo obsesivo y cuando abre el paquetede condones siempre escoge el primero, quees en este caso el defectuoso a través del

    cual pasan tranquilamente miles deespermatozoides, entre ellos el que fecun-daría el óvulo que se convierte, 9 meses mástarde en James Walker.

    Cuando Estados Unidos decide declarar-le la guerra a Irak, James tiene 18 años eingresa al Ejército. Ve morir a decenas deamigos, mata unos cuantos irakíes, mantie-ne relaciones estables y secretas con sucompañero Matt y viola, junto a un grupode soldados, a una adolescente. CuandoJames regresa de la guerra sus padres no pueden reconocerlo. Fuma, bebe, se drogay cuando sale en las noches a recorrer ba-res, siempre regresa con un tipo diferente.

    Cuando James decide volver al Ejércto e ir a Kosovo, en los exámenes médicos descu- bren que está infectado con el virus delVIH. Al enterarse, decide que no quieremorir de esa manera, aspira una dosis enor-me de coca y sale en su auto. Su presiónarterial aumenta y su corazón se para, lavieja que iba cruzando la calle tiene quesaltar a la otra senda delante de un Ford pla-teado, que a su vez choca con el Jaguar rojoque maneja Tiago Duarte ocasionando sumuerte.

    Tiago Duarte era un millonario brasileñode sólo 28 años que se había llevado consi-go a Manhattan más de 100 parejas deguacamayos de las selvas de su país. Ese

    día Tiago se dirigía a la oficina de su abo-gado a cambiar su testamento para dejarletodo al hijo que había engendrado hacía sólo7 semanas. El viejo testamento del Sr. Tiagodisponía que las aves fueran puestas en li- bertad y devueltas a su medio natural ycomo no hubo tiempo para cambiarlo, asíse hizo.

    Al año siguiente, en medio del Amazo-nas, una brigada de madereros encontró quesobre los árboles que tenían que talar esamañana, habían anidado los guacamayos

    del Sr. Duarte. El jefe de la brigada miró sureloj, era demasiado tarde para buscar unnuevo sitio pero tampoco podía arriesgarsea destruir los nidos de las aves e ir preso ydio la jornada por perdida.

    Entre los obreros que fueron exoneradosese día del trabajo estaba Leandro Silveira,que al llegar a su casa antes de lo previsto,encontró a su mujer con otro hombre. Cuan-do Leandro intentó golpear al tipo, este sacóun cuchillo y le propinó una puñalada quele rasgó el hígado. Realmente la herida nofue nada, pero en el hígado de Leandro sehabían acumulado durante años sustanciastóxicas prohibidas que usaba la maderera para procesar los árboles. Leandro murió yuna abogada de Greenpace enterada delcaso, asesoró a la esposa infiel que ganó un juicio millonario y mantuvo a la madereracerrada por 2 años.

    Mientras la compañía maderera estuvo

    cerrada se dejaron de cortar 360,5 acres de bosque, disminuyendo el ritmo del calen-tamiento global en un 0.0023 % y aquellamañana de octubre en que debía hacer uncalor sofocante, sorprendió a los habaneroscon una temperatura de 25oC.

    El Dr. Álvarez - por primera vez en mu-chos meses- fue de buen humor a trabajar 

    Efecto mariposa VIANA VICTORIA BARCELÓ PÉREZ VIANA VICTORIA BARCELÓ PÉREZ VIANA VICTORIA BARCELÓ PÉREZ VIANA VICTORIA BARCELÓ PÉREZ VIANA VICTORIA BARCELÓ PÉREZ

    Escritora cubana

    al Hospital. Atendió a sus pacientesmejor de sus sonrisas y hasta camguardia para el viernes con la Dra. Gque tenía el niño enfermo.

    A la Dra. Garvey, cuando tenía 16

    se le murió un hermano de leptospir jamás hubiera confundido los síntomaquel hombre que se presentó el vierel Cuerpo de Guardia con los del de pero el Dr. Álvarez, como hubiera cualquier médico, le recetó dipironmetió debajo de un mosquitero. Carlrez, que así se llamaba el paciente, tres días después por falta de tratam

    Carlos era ladrón, ratero, carteristameses después de morir debió habetado a Víctor Valencia en una calle dy matarlo de una puñalada.

    Desde entonces Víctor Valencia esmuerte impacientemente. Ya tiene 15

    y ha sobrevivido a su esposa, a todhijos y nietos, a cuatro bisnietos tataranietos. Pero la muerte, en metanto ajetreo, pasó por alto que al ade Víctor Valencia lo mató una maamarilla que revoloteaba en un drude Manhattan aturdida por el dulzor jarabes.

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    Decir que en nuestro país jamás se ha creí-do en el valor pedagógico que tienen los procesos formativos en cualquier área, esuna cantaleta que no cuaja en los sentidosde quienes gustan improvisarlo todo.

    Para muestra hayque ver el nivel enque andamos en mi-les de cosas respectoa nuestros vecinoscentroamericanos.En el teatro, lasdiferencias sonenormes.

    Está demás de-cir que histórica-mente no ha habidoinclusión de la di-dáctica teatral anivel de actua-ción en los pro-gramas educati-vos del siste-ma, y eso tie-ne sus razo-nes, válidas pa-ra quienes go- biernan, pero in- just if icadas par aquienes queremos ver en nuestro país a gente que en cualquier par-te que se le encuentre pueda conversar detemas relevantes de las artes, la historia, lacultura, como es común notarlo en las ca-lles de La Habana, Caracas, Buenos Airesy México DF.

    En este tema podemos asegurar que “en país de ciegos, el tuerto es rey”. Por fortu-

    na solo unos pocos actores formados en lasaulas de teatro del viejo CENAR y otrosformados en verdaderos y sistemáticos Ta-lleres de Teatro, tuvieron la mala o buenasuerte de haberse instalado en países euro- peos para terminar de armar lo que ahora para cada cual es un método formativo másestándar universalmente hablando.

    Pero cuando unos pocos vuelven a El Sal-vador, estos se convierten en los únicos re-ferentes del teatro, pero solo unos tres ocuatro, quienes se adecuan a los principios políticos (no políticas) de la institución ofi-cial de la cultura, son los privilegiados paraque absorban lo poco que viene de coope-ración internacional y los risibles presu- puestos para la “formación actoral”. Losque no tienen respaldo del gobierno por ser críticos al orden de cosas establecido por las leyes nacionales en cuanto a políticasculturales, no son confiables, no se tomanen cuenta, no saben nada del teatro.

    Esta ha sido la gran dificultad para que elteatro nuestro despegue y dejemos de lla-marle pan al vino y viceversa. Podemoscorroborarlo con el fracaso de todos los es-fuerzos que se dan porque en universida-des y otras instituciones, cuando tienen que pedir opiniones o conformar equipos de for-mación teatral, se consulta siempre a tres o

    cuatro personajes que ya mostraron quedesconocen de contenidos pedagógicos,didácticos, técnicos y hasta éticos, para ini-ciar y establecer verdaderas escuelas de tea-tro.

    Tales esfuerzos se han quedado enformar a poquísimas personas ysolo en actitudes de cliché,

    más que en conoci-mientos y prác-ticas objetiva-mente teatra-les. Es por ello que has-

    ta los festiva-litos exclusivos

    y excluyentes quese realizan en este paisito, no desa-

    rrollan, ni si-quiera el prin-

    cipio deldisfrute yadquisiciónde conoci-mientos aque tienenderecho las

    ciudadanas yciudadanos, respecto

    a la cultura y las artes.La visión provinciana del hecho artístico

    no permite que lo hecho llegue a ser partedel desarrollo cultural, porque no genera perspectivas, no estimula a la costumbre ya la tradición, no crea expectativas y ni mu-cho menos reconoce y valora lo que hace-mos en nuestro país, dado que quienes los

    realizan, se consideran gurús del teatro por-que sus patrocinadores oficiales y los me-dios de comunicación que aún no han en-trado a ejercer lo básico en el periodismocultural, así lo decretan. Para colmo no haycríticos de teatro, sino solo unos atrevidos personajes que a saber quien les dijo queno siendo panaderos pueden criticar deloficio de hacer pan.

    Teatro hay en nuestro país, habrá solo cin-co grupos de tres o cuatro miembros cadauno, cuyos actores, tienen algo de forma-ción actoral a nivel académico; quizás exis-tan diez o más grupos que no tienen elencoestable, pero tienen repertorio para hacer negocio con público estudiantil, este tipode grupos hacen teatro por encargo y hastase atreven a montar a un clásico en una se-mana, en donde quienes dirigen se quedancon el billete más grueso de las entradas.Por último, sin querer tentar la soberbia,habremos cinco personas que manejamosla diversidad de técnicas universales, léaseStanislavski, Meyerhold, Brecht, Grotovski,etc., y la mayor cantidad de contenidos dela didáctica teatral, además tenemos la ca- pacidad de formar recursos humanos parael teatro, pudiéndolo probar y mostrar en elrecord construido por los medios de comu-nicación escrita sobre cada cual.

    Teatro NuestroTeatro NuestroTeatro NuestroTeatro NuestroTeatro Nuestroque Estás por los Suelosque Estás por los Suelosque Estás por los Suelosque Estás por los Suelosque Estás por los Suelos

    POR JAIME CALDERÓNPOR JAIME CALDERÓNPOR JAIME CALDERÓNPOR JAIME CALDERÓNPOR JAIME CALDERÓNCoordinador de la Unidad de Formación Artística de Promocultura

    El héroe vestía fría desnudez . Un asomo

    de sonrisa, amansada en el crisol de la luchasin tregua, iluminaba como descanso de

    aguas tranquilas el mortal silencio de su ros-

    tro.

    El manifiesto castrense ordenaba a todos

    los caminos olvidados de aquel pequeño y

    remoto pueblo, converger de uno en uno,

    hombres y mujeres para que supieran y re-

    conocieran cual es el nombre y apellido del

    cuerpo, que tirado sobre un lavadero y ex-

     puesto al aire libre, yacía indefenso, y quien

    sabe sí de quietud absoluta, y como escarnio

     para recordar en que terminan aquellos que

    sueñan y luchan por un mundo más justo.

    Ella llegó puntual a la cita con su guadaña,

     pero esta vez sus cómplices de fuego y fusil,

    aunque se le habían adelantado incrustando

     balas como siempre, representaban el poder 

    omnímodo venido a menos y que pierde con-

    tundencia, porque sus supuestos valores eter-

    nos son símbolos frágiles que se rompen tan

    fácilmente como las mentiras.

    La muerte, rodeada por los adustos salu-

    dos de sus seguidores, coroneles y subalter-

    nos (dedos en punta sobre ceja derecha),

    implacable oficio de cortar el hilo de la vida,

    se acercó invisible para rendirle honores pós-

    tumos al héroe.

    El ejército, armado hasta los dientes, pre-

     potente, cruel, vigilante y dueño de la situa-

    ción, se creía victorioso y que podía hacer lo

    que le viniera en gana con el ayer y el hoy de

    la historia, ignorando que el futuro les haría

    morder el polvo.En ese momento, ni ella sabía que bando

    era el derrotado, pero no le importaba eso;

    su presencia voluntaria no la obligaban a

    nada, únicamente cumplir la misión por la

    que es temida: Recoger el ánima bienaven-

    turada de aquel perseguido por la injusticia,

     botín de guerra, que el odio inhumano y mi-

    litar pretendía enterrar en el olvido.

    A manera de respeto, la parca miraba, de

     pies a cabeza, al héroe con solemnidad, se-

    ria, fija, satisfecha…

    Y le hablo sin hablarle porque no necesita-

     ban la voz para entenderse:

    -¿Porqué sonríes, si ha traer tu corazón

    vengo…?

    - Mi corazón ya era tuyo desde que nací, y

    no es un secreto para nadie, mucho menos

     para vos, que mis primeros años los dormí

    tiernamente en la ciudad de Rosario…

    -Mi memoria retorna al ayer… Hace mu-

    cho tiempo los agobios del asma hacían caer 

    tu conciencia de pocos años y acercaban más

    nuestro encuentro, pero no era la hora ni la

    edad precisa para cubrirte con el resplandor 

    de mi manto…pero…

    ¿Por qué no tienes miedo de mi abrazo?

    -Porque habría de angustiarme algo que no

    es temblor, gota del tiempo o de la lluvia

    cayéndome sobre la espalda como el sudor 

    en todos mis regresos…

    Acaso no estuviste junto a mí en losnos más cruciales o en los más comu

    mis pasos, cuando mi existencia se m

    mínimo soplo de la sangre…

    Siempre hemos combatido contra u

    migo común y respirando el mismo

    Vos fiel como ángel de la guarda cui

    me el alma cuando despierte a la luz

    sa… Y yo, leal a mi sueño de despe

    vida de los hombres a la libertad de los

    Hemos nacido juntos y juntos nos i

     -Qué cosas me dices… Yo que he a

    tu aliento de espíritu, cortarlo de raíz

     palidecer, quedarse solo como tus oj

     berme el vaso lleno de tus sentimie

    emociones, reírme y paladear mi triu

     pareces un espejo roto con mi propi

    gen, pero tu alma, tu mirada y tu ro

    han esparcido por todo el aire, se han

    formado en la vida misma y me sonrí

    de el tiempo, padre de cada mañana qu

    ca dejaran de hablar de las semillas qu

     braste en la esperanza…

      Soy como la mar que se creía inm

     poderosa, pero frente a la frescura de u

    de agua dulce descubre que todo

    vano…

     -La vida de un hombre no es nada, c

    está en peligro el futuro de la human

    allá en el fondo de tu pecho alguna v

     pitó el corazón de una mujer, de una

    y el fuego del amor es tan grande que

    dos los odios del mundo juntos lo seca

    ra sé porque se dice que morir es vivregazo se convierte en una cuna y vu

    nacer… Alguien canta…

     -Soy yo cargándote en mis brazos, c

    dote porque eres mi niño que vuelv

    vida donde no se muere nunca.

    -Qué ojos más hermosos tienes mi

    me, madre… ¡Bienvenida seas!

    Bienvenida seasBienvenida seasBienvenida seasBienvenida seasBienvenida seasEncuentro entre el héroe verdadero y la muerte

    GABRIEL MORAESGABRIEL MORAESGABRIEL MORAESGABRIEL MORAESGABRIEL MORAES

       F  r   i   d  o  m  a  n   í  a  e  n  r  e  p  o  s  o .

       T  o   ñ  o   L  a  r  a .

       J   i  n  e  t  e   d  e   l   A  p  o  c  a   l   i  p  s   i  s .   T  o   ñ  o   L  a  r  a .

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    DIRECTORIO

    Colaboradores en El SalvadorEdgar Alfaro l René Chacón l Norman Duglas B.Néstor Durán l Roberto Deras l Pablo Benítez

    Luis Alvarenga l José Antonio DomínguezWalter Molina l Alvaro Darío Lara l Tomás Andreu

    Colaboradores en el mundoCarlos Ábrego (Francia) l Luis Manuel Pérez Boitel (Cuba)

    Javier Campos (Estados Unidos)Gabriel Jaime Caro (Colombia) l Victor Rojas (Suecia)

    Las opiniones vertidasen los artículos

    son responsabilidad de sus autores.No nos responsabilizamos por la devolución

    de originales no solicitados,ya sean textos o imágenes

    en cualquier soporte posible.Toda colaboración deberá enviarse

    por correo electrónico a:

    [email protected]

    Dirección:

    Suplemento Cultural Tres Mil,Diario Co Latino

    23a Avenida Sur, # 225,San Salvador,

    El Salvador, C. A.

    Telefax:

    (503) 2271 0822

    Director de Diario Co Latino

    Francisco Elías Valencia

    Coordinador de

    Suplemento Cultural Tres Mil

    Otoniel [email protected]

    Coordinador de Aula Abierta

    Vladimir [email protected]

    esos quince meses que las últimas esperan-zas se desvanecieron.

    A través de una serie de entrevistas y almaterial bibliográfico de la época, RafaelMenjívar Ochoa ha elaborado un cuadromuy completo de la situación política ymilitar que desembocó en el enfrentamien-

    to armado más sangriento en la historia deEl Salvador. Incluso los que vivimos en el país en esos años descubrimos en las pági-nas del libro un entramado más complejodel que pudiera imaginarse. Los grupos de poder mantuvieron una pugna constante por ganar espacios dentro del nuevo gobierno.Los que en un momento se aliaron paraobtener una ventaja política se convirtieronluego en enemigos irreconciliables. Basterecordar la primera junta de gobierno, queincluyó a dos militares: Adolfo Majano yJaime Abdul Gutiérrez. También contó conla participación de Román Mayorga Quiroz-ex rector de la UCA-, Mario Andino -por  parte de los empresarios- y Guillermo Ma-nuel Ungo, que algún tiempo después aban-

    donaría su cargo y se marcharía del país paraconvertirse en dirigente del Frente Demo-crático Revolucionario.

    Luego del asesinato de Monseñor Rome-ro quedó claro que no había marcha atrás.Los militares y sus aliados de la Democra-cia Cristiana tomaron el control del gobier-no. Las organizaciones clandestinas de iz-quierda radicalizaron su discurso. No huboespacio para el diálogo. Cada bando creyótener la fuerza suficiente para imponer susistema. Los primeros combates estaban ala vuelta de la esquina.

    Tiempos de locura

    El Salvador 1979-1981Rafael Menjívar Ochoa

    Coedición: FLACSO-Índole Editores

    San Salvador, El Salvador; 2008Reseñado por Salvador Canjura

    Hace muchos años la compañía para laque trabajaba me envió a un entrenamientoa los Estados Unidos. Dos de las personasque conocí me invitaron a tomar un café.La guerra civil de El Salvador recién habíafinalizado y fue uno de los temas de con-versación. Una de estas personas me pre-guntó cómo había sido. Mi respuesta fuedramática:

    -Cuando la guerra civil comenzó yo tenía12 años. Cuando terminó, en 1992, estabaa punto de cumplir 24. Pasé la mitad de mivida en medio de una guerra. Fui uno de

    los afortunados que vio la guerra civil por televisión. Sabía que había un conflicto, pero no lo padecí con la crudeza que otros, por desgracia, lo sufrieron. Con el paso delos años supe de amigos y conocidos quemurieron o salieron del país con rumbo alexilio. Sin duda que guardo heridas de esaépoca que no quiero reconocer.

    La primera vez que leí Tiempos de locuracomprendí qué tan lejos había pasado elconflicto de mí. Durante los quince mesesque el libro estudia –del 15 de octubre de1979 al 10 de enero de 1981- ocurrieronuna gran cantidad de hechos que marcaríanel destino de El Salvador. Si hubo un perío-

    do en que la guerra civil pudo abortarse fueése, pues las diversas partes en pugna coin-cidieron en un gobierno que sustituyó al delgeneral Romero. Sin embargo, fue durante

    Tiempos de locuraTiempos de locuraTiempos de locuraTiempos de locuraTiempos de locuraSALVADOR CANJURASALVADOR CANJURASALVADOR CANJURASALVADOR CANJURASALVADOR CANJURA

     Artículo premiado:

    RAZONES PARA LA LECTURAPara ser inteligente, para creerse inteligente, para sentirse inteligente. Para no

    solo, para estar solo, porque más que solo vale estar mal acompañado aunque mudiga que no hay libro malo. Porque hace frío ahí fuera, porque llueve sobre el corgusta ver la tinta sobre los campos de nieve. Para ser entre la gente. Para fumsentirse culpable, para dejar de fumar y las manos no se escapen en busca del anadie.

    Para tener un libro de bolsillo en el bolsillo y ocuparse de un mientras, un ya verede un entretanto. Por vista, gusto, tacto, olfato y oído y para saber qué alumbra tanto nos gusta. Por ego y por apego. Para esconderse, para mostrarse, para vestirtedesnudarte. Porque sí, por si, porque no, para no. Para ser feliz, por no ser feliz, por Para andar el camino, para encontrar el camino, para olvidar el camino, para constcamino, para hacer un alto en el camino. Para no perder el tren.

    Por sed, por hambre, por tierra, mar y aire. Para mirarse en el espejo, por reflejo dicionado, para conocer quién nos habla desde el otro lado del espejo. Por ti, por mella. Porque queremos ver y que nos vean y sin embargo qué morbo da la “cita a c(el autor pone la alcoba, el editor la casa, el narrador es el que la luz apaga).

    Para ver el humo que avisa donde está el fuego. Porque estar cansado tiene plumavaricia comienza en el dar y porque sólo entonces soy como te quiero. Para telibertad que no tiene el solitario. Para pedirte perdón por el daño que me hiciste, ecen mis heridas e intentar saber cómo me llamo. Porque puedes estar en misa y repinadar y guardar la ropa, ser Caín y el guardián de tu hermano. Porque si no se las lviento, arden las palabras. Por pie quebrado y tan callado. Para conocer la voz de my para ver si de una vez alcanzo el silencio. Para ser el enfermo y el psiquiatra. Porno soy como te amo.

    Porque el poema es una copa de vino, y se fue, y el mañana no ha llegado. Por pupartida y de hoja en hoja y leo porque me toca. Porque hay vida más allá del paparte y es sano andar a pie de página. Porque si pierdo la memoria qué pereza. ser ciego en Granada ni nos obliguen a elegir entre la pena y la nada. Para jugar cony no salir quemado. Porque la letra con letra entra, y sale y vuelve a entrar como beno quiere que te calles.

    Porque entre todos los libros que he leído nunca he leído aquel entre cuyas letras

    llecieron de amor Paolo y Francesca. Para tirar la mano, esconder la piedra y mojaren sangre ajena. Para que me llames y me ames. Para acabar con la propiedad privmis palabras. Porque si echas cuentas te sale a cuento y hasta te sobran dos quijmedio sancho. Y por los libros de los libros, mal o bien, pero amén.

    Bértolo gana el IX PremioBértolo gana el IX PremioBértolo gana el IX PremioBértolo gana el IX PremioBértolo gana el IX PremioPeriodístico de LecturaPeriodístico de LecturaPeriodístico de LecturaPeriodístico de LecturaPeriodístico de Lectura

    http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Cosntantino%20Bértolo&inic

    La Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha

    otorgado el IX Premio Periodístico sobre Lectu-ra a Constantino Bértolo por su artículo Razo-nes para la lectura publicado en este diario el 30de mayo de 2008.

    Bértolo (Lugo, 1946) es editor, ensayista y crí-

    tico literario. Licenciado en Filología Hispánica

     por la Universidad Complutense de Madrid, fuedirector de la editorial Debate desde 1990 hasta2003 y actualmente desempeña la dirección lite-

    raria del sello Caballo de Troya (Random HouseMondadori). Su última obra publicada es el en-

    sayo La cena de los notables (Periférica).El Premio Periodístico sobre Lectura fue crea-

    do para estimular la reflexión sobre la importan-

    cia de la lectura y el desarrollo del hábito lector.

    El jurado, compuesto por Luis Mateo Díez,

    Gustavo Martín Garzo, Clara Sánchez, Ana M.ª

    Moix, José María Guelbenzu -ganador de la pa-

    sada edición- y Felicidad Orquín, eligió el artí-

    culo «por su reflexión sobre la lectura como unacto apasionado y contradictorio donde es posi-ble lo que en la vida es imposible». El premioestá dotado con 12.000 euros para el autor y una

    escultura de Alberto Corazón para el periódico.

       E   l  q  u   i  n  t  o  e   l  e  m  e  n  t  o .

       T  o   ñ  o   L  a  r  a .

    «A través de una serie

    de entrevistas

    y al material bibliográfico

    de la época,

    Rafael Menjívar Ochoa

    ha elaborado un cuadro muy

    completo

    de la situación política

    y militar que desembocó

    en el enfrentamiento

    armado más sangriento

    en la historia

    de El Salvador.»

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      Puedo agregar a esta ocurrencia una breve luzdel pasado. Algo rápido y entrecortado por untiempo con síntomas de manchas y borrosas re-miniscencias. Esto quizás porque antes no habíahecho tanta falta, y porque de haber sido así, ha- bría sido otra la suerte que hoy me obliga. Sin ser muy concurrente me refiero a una visión de inte-riores, a una reflexión (casi) sin permanencia y ala vez adrede. Un acuerdo natural por si acasohiciera falta.

      Mi abuelo acostumbraba a mirar las hormi-gas y señalar con sapiencia que llovería esa mis-

    ma tarde, o en los próximos días. Cosa que asísucedía, y para milagro de todos ¡a cantaradas! Aesa altura de la niñez tal predicción era asumidade forma fantástica, cabe decir mágica; cuentoscon los que solíamos escuchar la lluvia en las con-secutivas veladas nocturnas, sin fin.

      Lo cierto era que, en virtud del fuero dado aesa labor de prestidigitador - discurrir con el tiem- po una aprehensión de hechos cotidianos, patro-cinadas en parte por el fluvial acento del inviernotropical, o por la simple observación de los refe-ridos invertebrados en labor de abastecimiento -cabía en su habitual no el misterio rudo de unsingular parecer, sino un acudir raro de razonesclaras en su proceder.

      ¿Y que más suceder de ese pretérito honrán-dome juicios, una vez constituida la curiosidadde tan pueril distancia?

      Quizás ahora sé porque lo dije, pues aunqueúltimamente me había dado en no creer en nada,alguna forma de aquiescencia nimia se desenre-daba en la duda. Esta en la que todavía perma-nezco, figurando respuestas desde hace tiempodadas a responder. Luego que de tantas explora-ciones, observaciones, y conclusiones sin senti-do; sin evitar que al final del quebranto la esperallegara a redimir, y fuera como todo sufijo delsacrificio, amén.

      Aunque todavía no defino el propósito de loque realmente quisiera decir, no me gustaríaaproximarme a tu sano juicio sin que sepas quesolo podrás distinguirme de este modo llano dellegar a ti. (Otra sería, no menos clara, pero injus-tificada su asistencia de ideas inarticuladas, com- pletando así un hastío.) Pues resulta involuntariodarse cuenta de ello, como si no se debiera a estemundo; o mejor dicho, como si la pertenencia deser - desde otro punto de vista - fuera la mismaobjeción de olvidar.

    *******

    1. En secreto, a lo largo de un vértice subterrá-neo. Por corredores antiguos, domadores de tiem- pos comunales y luengas vetas. Rutas de la oscu-ridad, de lo infinito ante la vista. Al borde delabismo, o el enclave de la desaparición. Sin duda,errando por laberintos de inmemoriales sendas yextravíos de sombras.

      ¿Cómo llegué hasta aquí? Nunca lo sabré.  Amparado a un leve recuerdo, sin precaver 

    que en aquella abertura solar, calzada de barro,camino de piedras, paso de raíces, fuera mi des-censo a las profundidades de la tierra. Rústicosandenes convertidos en ocultas callejuelas bajola leve corteza de monte. Pasajes inexactos, dedifícil acceso y de fácil extravío; donde los hedo-

    res (emanaciones de alguna enfermedad) conta-giando los surcos de limo rendían a la excursión.A la vez, sus cicatrices empedernidas de mohosmates cobraban luminosidad en el abandono desus recintos. La idea misma de la creación brutaen el socorro fingido de lo quieto, perfeccionaba- sin enajenar su naturaleza - lo hondo donde es-condieran sus recintos más reales, sus escabro-sos dominios. A ese paso inverso de la distanciadesaparecían las rayas de rastros dejados, comoúnica salida invariable, por antiguos y turbios pasajes del olvido.

      Relato a continuación, lo que aparentemente pudo confundir al momento de la incursión ne-fasta y equivocada. Advertido antes en trazos de

    Sin CuentoGILMAR MUÑÓZ*GILMAR MUÑÓZ*GILMAR MUÑÓZ*GILMAR MUÑÓZ*GILMAR MUÑÓZ*

    ingenua curiosidad por ratones y culebras, esassospechas sigilosas que arañaban en los escom- bros dispersos, hacen su aparición violenta y al- borotada; lanzándose en fuerza de miles garras alasalto. Celosas por la intrusión.

      Alarmado por lo inesperado, retrocedo, con-vencido de quedarme quieto como recurso de pro-tección. Pero ellas agitadas, atacando con el mis-mo impulso repentino de una orden colectiva,saltaban por el aire llenas de locura y perversi-dad, como azotados desplomes de alguna pared.Y yo, figurándome apariciones por lo rápido desus reflejos a contraluz; sobrenaturales canículasde aires por donde saltaban ánimas inconformes,ya antes sorprendidas.

      A manera de testimonio obligado citaría a los puentes, que por su enlace con la presa y el restode la especie, responden de la exploración y delasalto. Estos partiendo de un estacionamiento propio, se extienden como ramificaciones de unárbol sobre ese mismo vértice a la búsqueda. Pue-do asegurar de que sienten y olfatean todo lo quese mueve. Para probarlo volvería a quedarmequieto, y apostaría que se trata de una cegueraolfativa, por la manera en que deambulan. Suje-tan la presa entre garras de enjambres,martirizándola con dolores insuficientes, de pla-cer ante la muerte; dando tiempo para los que re-gresan con pedazos de su conquista a confirmar el duelo, y esperar por otros más agrestes: los defilosa cuchilla, dientesbárrelotodo. Y así acabar con lo que queda de su presa, su ejecución com- pleta en últimas palabras.

      Imagino que de alguna forma codifican susmensajes, por como tropiezan más que por ce-

    guera, y seguro no equivocan ni cambian las fuen-tes de los mensajes al topar. Dejan sus rastroscomo miel, lo oliscan, lo lamen, y van por loscaminos con señales que enlazan sus trasmisoresde fibras subterráneas. Refiriéndose el uno al otroen códigos secretos, claves de su propia naturale-za; arrastrando en ese ruido de termita la senten-cia de sus mandos.

      (Es como ese tipo de ficción, en manos deuna malintencionada iniciativa - agregando unadisposición apurada sobre la idea de servir de cenaa otro, en caso que los sentidos lo nieguen - lamortificación de escapar atrevido entre tantasmultiplicaciones, y a precio de soportarlo comoúnico juicio dado. Y claro de lo dicho al hecho, lo

    que posiblemente no tenga sentido explicar, másque de asumirlo en desventaja.)

      Apresado al fin soy un gusano fiero e intratable. Ahogado de desesperación por el afianzamien-

    to, alargo la vista queriendo ver que sucede y su-cederá. Claramente lo dudo, pero al menos saber  por donde es que aparecerán sus incisivas ame-nazas. Su hambre y su desgane. Lo he advertidotodo casi a tientas, en penumbras; y es a través deesa visión amañada que empiezo a comprender ya tomar en cuenta el significado de sus propósi-tos, pues avanzan con rumores de golpes haciamí. Les oigo cuchichear sus intenciones de alicate por mi cabeza, que es por donde temo asestaránel primer golpe.

      Enfermo de espanto, por las mordidas y pon-zoñas que arremeten, me sacudo de dolor y de

    ira, rebelándome a los males como un morbosodel odio. Hostilmente contra todas ellas. Contraun montón de voraces mandíbulas que me entu-mecen, que pican hasta despellejarme vivo; con-denándome a sus designios de muerte.

      A esas alturas del dolor, algo vago en estemundo de miniaturas se extiende como para de- jarse saber. Algo inesperado, por lo confuso y re-ducido del espacio. Pues a sabiendas que no re-sistiré más las envestidas de dolor, ni el efecto desus dosis de fiebre, seguí buscando, sin saber quese trataba, de la única luz que destina el desam- paro y la soledad, como un grito ahogado pade-ciendo de superficies imposibles de llegar.

      Dramática y ordinaria imagen si fuera a resu-mir, pero no. No por lo propio de las planas quesujetan las fatalidades y representaciones ya co-nocidas, pero por los ruegos hechos a caracteres

    de un incoherente mundillo - por donde no ima-giné la muerte que habría de pasar. Basta, pararecordar mí único trato en la tierra y para fiestade los caprichos, las emprendidas por impulsosnecios hacia una luz donde creí había de regresar.

    **********

    2. Toda la mañana pasó lloviendo y se quedóasí, oscuro y frío el día. Fue cuando el aplicador de insecticidas llegó, argumentando que había una plaga de hormigas, y que por tal motivo veníanfumigando por todo el vecindario.

      Parecía patético en su indumentaria de sobre-todo: su careta, sus guantes, y su equipo perti-nente. Una especie de tubo metálico sostenido por una bomba a la espalda, que ejecutaba como un

    arma de fuego al soltar del gatillo y rociano sobre los bichos.

      ‘Vengo de parte del Ministerio de Salumostrando un papel garante y sellado, poInstitución. Le dije que temía no poder acon su cometido, que no necesitaba de ellmás, de una huerta casera y plantas medque no quisiera contaminar con ningún insecticida. Y él respondiendo que solo córdenes, que si tenía alguna duda que hablel Ministerio

      ‘¿Que no ha leído los periódicos, o

    noticiero?’  Replicó tratando de aseverar.  pondí que no, que no me interesaban demLo dije por decir algo. ‘Pues debería, se tuna plaga en general. Una peste a nivel na

      Y yo preguntándome de que diablos haplicador este. ¿Qué desde cuándo las hohacen tanto daño? En todo caso no habríagas amenazando con esta lluvia. No bajo e poral. Pero él insistía, al punto de emmolestarme su presencia enmascarada, saalguna ciencia ficción. Al final le dije quetras llamaba al Ministerio, que continuara bajo por el vecindario.

      ‘Esperaré aquí a que llame usted,’  reproches.

    ‘ Aquí, la única peste es usted y el puto Mrio. Si no se va, llamaré a la policía,’  dije ofendido y sin considerarlo. Pues, nunca h

    rrido a la policía para resolver problemas  Pero el tipo parecía haber entrenado cara dura, si es que había una detrás de esta, pues objetó esperar también por la polque empezó a preocuparme y a tomar en sque se trataba.  A tomar distancia de cucosa inesperada. Este, seguro está loco, y

    tener cuidado con los paroxismos gratuito

    sé. Además, no se ha quitado la máscara el rato que lleva allí parado.

      ‘Espere aquí entonces,’  y pretendí ir al te  En la cocina traje conmigo un palo

    contré tirado. Cuando llegué a la puerta,no estaba allí, se había ido. Salí para aseguy en realidad se había esfumado. Solo su de fumigar quedó en el umbral de la puertatodo esto, no? Aparte de que dejó de llome pareció extraña la sensación de nublaambiente húmedo, sino de haber cesado pente la monotonía. La que a mi suponer,que tarda el trance de la soledad inmemo

      Pero seguí con mis rastreos alrededocasa, por si el enmascarado se hubiera esdo detrás, o escondido en los callejones adtes. Y nada, como si se lo hubiera tragadorra. Peor, si fuera broma de algún amigo, m

      ‘¿O si fuera totalmente mi imaginación?estos temporales sin fin que lo enloquecen a

      No convencido aun, decidí ir al patio había realmente una invasión. Esa plaga inda por el Ministerio y la Televisión, o porde los pesticidas.

      En el fondo se me ocurrió que tal venos gusanos, larvas, insectos, o lagartijas, sido burlados y atraídos por una impulsoque la curiosidad; tragados y devoradostierra misma. Natural de la vida y su selec

    otras especies como alimento.  Nunca pude entender, al día siguien

    que una máscara parecida a la del aplica pesticidas apareció desgarrada en el fondotio, cerca de un gran hormiguero, y que tudestruir como prueba de algo inaudito.

      Esa tarde la televisión hablaba de espextinción. Sin mencionar para nada: plagtes, o invasiones parecidas. En ningún moestas fueron sus interrogantes; seguro otrocupaciones debían ser sus intereses.

    Sydney, Australia, septiembre 2007

    * Escritor y músico salvadoreño, radicAustralia.

    Pacha Mama 

    Toño Bonilla.