spa para el alma

Post on 15-Apr-2017

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Self Improvement

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SPA PARA EL ALMA

Por: Ana Silva

Tuve una cita. De esas citas hermosas: un día dedicado sólo para mi.

Ingresé al spa a eso de las 8am. Llevaba por equipaje todas las cargas del estrés sobre mis hombros…

… el cansancio del trabajo, alguno que otro “problemita” que venía rondando en mi cabeza, que me mantenía preocupada y sin dormir desde hace varios días.

Pagué con gusto un paquete completo de terapia que incluía:

un bañito de lodoun bañito con chorritos de agua fría un masaje con aceites aromáticos una exfoliación en toda la piel una chocolaterapiay una copita de vino blanco

Toda esa maravilla por valor de $200 dólares.

Antes de pasar la tarjeta de crédito lo dudé por un momento y me dije a mi misma:

“Ana, ¡te lo mereces!, has trabajado mucho”.

Y pensé:

¡Wow!, ¡Sí!.

Me voy a regalar este día para mi, y lo pagué con gusto.

Ingresé al SPA a eso de las 8AM, no habían muchos clientes, pero igual no importaba, porque necesitaba

dedicar ese tiempo sólo para mi, desconectarme de tanto estrés que venía sintiendo.

Pasamos primero por el chorro de agua fría. Eran muchos chorros de agua al mismo tiempo que masajeaban mi cuerpo.

La sensación estuvo bien, pero algo dentro de mi no se sentía cómoda, se me dificultaba desconectarme.

Traía la cabeza repleta de pensamientos de estrés que no me permitían disfrutar del momento.

Así pasó igual con las demás terapias…

En fin, aunque el espacio y el tratamiento eran lo que yo “creía” necesitaba para librarme de una buena vez del estrés,

“algo”, no me permitía estar ahí y relajarme por completo.

El masajeLa chocolaterapiaEl vino

Terminada la jornada, salí del SPA, con la misma sensación con la que entré. Más hidratatada la piel, más fresca la tez, pero en mi corazón sentía que realmente no

lo había disfrutado.

Y me pregunté:

¿Qué pasa?

Si invertí toda esta plata precisamente para relajarme,

¿Por qué no me puedo relajar?

Y entonces, una brisa de sabiduría interior rozó mi consciencia y me di cuenta que había cargado conmigo todo ese ruido mental y que era el seguirle haciendo

caso, lo que no me permitía estar en paz.

Creía que la terapia en el SPA me iba a funcionar, pero me di cuenta que ningún tratamiento anti-estrés iba a lograr lo que pretendo.

Porque…

La “percepción” de estrés no viene de las circunstancias que estoy viviendo, sino de lo que estoy pensando de las circunstancias que estoy viviendo.

Y ahí pude notar que el bienestar, la paz, la armonía que estoy buscando, no lo voy a encontrar afuera.

No hay terapeuta, coach, psicólogo, maestro, spa, copa de vino que me vaya a dar bienestar y armonía.

Sino hay una esencia que soy, más allá de las circunstancias; que en la medida en que no me como el cuento que me está contando mi ruido mental, voy a poder notar mi bienestar.

Trascendiendo los limites autoimpuestos de las ideas preconcebidas que me he “creído” siempre en mi cabeza.

Y; como son sólo ideas, como el fluir de la corriente de un río, viven en constante cambio.

Y me doy permiso de vivir mi experiencia humana desde el fluir de la corriente de la vida; y no, desde el contenido de mis pensamientos.

Porque soy LA que piensa; y no, LO que pienso.

Y sólo basta con dejar pasar el pensamiento, y para esto, no necesito pasar la tarjeta de crédito,

Pues…

Vivir en bienestar, es gratis.

Porque eso soy, en esencia.

¿Te gustaría explorar conmigo cómo puedes vivir en bienestar?

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