en alas de mariposas - autorescatolicos.org · para alveolarla en papel, las liban las mariposas. 2...
TRANSCRIPT
1
ASTOR BRIME
Generoso García Castrillo, C.Ss.R.
ASTOR BRIME
EN ALAS DE Mariposas
Como las flores, las cosas
atesoran en sí miel.
Para alveolarla en papel,
las liban las mariposas.
2
Como las flores, las cosas
atesoran en sí miel.
Para alveolarla en papel,
las liban las mariposas.
3
I
PRESENCIAS
4
AMORMAR
AMOR-MAR
Dios-amor es Dios-mar. Me anega inmenso
y me acuna en sus brazos cada ola.
Navego en él, me invade y se acrisola
su faz en este inverso cielo intenso.
Dios-mar es Dios-amor. Me quema y pienso
que su llama en metáfora tremola
esperanza en corola de amapola,
brasa de pebetero con incienso.
Amor y mar me dan llama y claror,
agua y fuego, imágenes de amar,
signados a este fin por su Creador.
Me postro ante Ti, Dios, para adorar,
ardiendo en fuego en Ti, mi Dios-amor,
y anegado en tus aguas, mi Dios-mar.
5
DIOS ARQUITECTO
Después de crear el mundo con todas sus estrellas,
para crear al hombre, Dios se metió a arquitecto;
tal vez cayó en la cuenta de que no era perfecto
lo que había creado en cosas como aquellas.
Desde entonces los hombres brillamos cual centellas,
ardidas en la hoguera de lo que fue el proyecto
de perfección del mundo, y somos ya el aspecto
que dejamos luciendo donde están nuestras huellas.
Y para más perfecta su gran arquitectura,
en su sabiduría lo tenía previsto
en lo que en el principio ya era su obra futura,
con la gran maravilla que el cielo nunca ha visto,
porque quiso plasmarla en su propia figura,
y entonces Dios en hombre se hizo Jesucristo.
6
PRESENCIA DE
DIOS
I
Te siento en mí, lo mismo que la rosa
siente en el sol que late su hermosura;
me sabe a Dios tu pan sin levadura;
comiéndote, mi ser en Ti se endiosa.
Me siento en Ti igual que mariposa
sobre la flor libando su dulzura.
Siento rayar tu amor en la locura
de hacerte yo en entrega dadivosa.
Te siento en mí tan vivo, tan cercano,
cual frufrú acompañante de la brisa,
que más que Dios, te siento como hermano.
Me siento en Ti ajeno ya a la prisa
de indagar el misterio de tu arcano,
anegado en la estela de la Misa.
7
II
Te acabo de comer, Dios alimento,
horneado en el seno de María.
Contigo, soy yo mismo Eucaristía.
Conmigo Tú, Dios como Tú me siento.
Al respirar te va a llevar mi aliento
a todos los latidos de este día;
daremos luz y vida y alegría
al ciego, al marginado y al hambriento.
Comerte lo inventaste para darte,
y es la seguridad de poseerte,
para hacerte presente en cualquier parte.
Y el verte en mí será como en Ti verte,
porque en la Eucaristía hallaste el arte
que a presencia de Ti le cayó en suerte.
8
ME MIRA DIOS “Cuando Tú me mirabas,
su gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en Ti vían”
San Juan de la Cruz. Cántico espiritual, XXIII
“El mirar de Dios aquí es amar”
San Juan de la Cruz. Cometario a C. XXIII
Me mira Dios, y en su mirada siento
cómo goza en amor por lo creado.
Me mira Dios. Diría que, extasiado
parece ante este brote de su aliento.
Me mira Dios, y aún antes que este invento
de su saber, en Él venía ideado,
y al verme en hombre así cristalizado,
espejo soy, que su deidad sustento.
Y al verse en mí, con su mirar me ama,
y siento yo su amor en el mirar,
que como único pago amor reclama.
El juego entre hombre y Dios es darse al dar
mutuamente. Mirar es como llama
donde el mirar de Dios aquí es amar.
9
EN LA VIOLETA DIOS
“ Un no se qué quedan balbuciendo”
San Juan de la Cruz
Me dibujan los pájaros los misterios del aire,
que me trae en susurros aromas de las cosas.
Se asoman a ventanas pensamientos en luces,
por ver si en sus espejos brillan los horizontes.
Las verdades se visten de variados disfraces,
dejando en las preguntas vaivenes de columpios.
¿Es el azul del cielo señuelo de quimera?
Sólo sé de los hombres la luz de la presencia
En ecos infinitos estrellas en sus mares,
quizás con los reflejos en otros de los peces.
La rosa, el beso, el niño llevando en la pureza
el no se qué en que inicia su voz el balbuceo.
El hierro le ha ganado la batalla a los hombres,
hallando hasta en la sangre los cuchillos del odio.
Los gozos, los dolores le dan al patrimonio
las medidas servidas en vasos del momento.
Queda para el consuelo corazón de esperanza,
latiendo en almanaques las hojas de la vida.
¿Por qué esconde el misterio llaves en paradojas,
si hasta en una violeta el mismo Dios se humilla?
10
LLAMA DE AMOR
“¡Oh, llama de amor viva!”
San Juan de la Cruz
Como el vuelo del ángel en la rosa,
con el que la llama se recrea,
mientras quema y alumbra.
La mirada de Dios está prendada
del color y el aroma,
que desde el Paraíso por un río
emocionando viene besos
a orillas reflejadas en espejos.
Le late el corazón dentro de vida,
con el que ni la muerte,
disfrazada de aniquilamiento,
podrá jamás privarla
de ser de eternidades
para arder en amor.
Esa rosa encendida,
en pebetero de hombre,
arde en el ser de Dios.
11
MAR
“Eres el contemplado”
Pedro Salinas
Te llamo mar,
y en olas se me rizan
todos mis pensamientos.
De tanto contemplarte,
te has hecho el contemplado,
espejo fiel por el que vuelan nubes,
que hasta en aldabonazos de furia en tempestades,
piden que abras las puertas y ventanas
que celan tus misterios.
A la tierra
la tenemos manida en las metáforas
para el aburrimiento.
Ya no encuentran los ojos
novedades distintas
de las que el sol nos dora.
¿Qué se dicen las algas cuando se hablan?
¿Son flores las que aroman los instintos
cuando se aman los peces?
¿Dónde tienen las rutas submarinas
las metas del alcance?
¿Mides por la igualdad a los cadáveres
sin el engaño de los mausoleos?
¿En tus profundidades abismales
pierden nombre los días y las noches?...
Quedo en contemplación anonadado
en mística de nada.
Sé que me hablas idiomas inconclusos,
y es que ya no soy yo, que soy el mar,
ni tú, mar, eres tú, que eres el hombre.
12
TARDES DE JARDÍN
I
Está la tarde en flor de plenitud,
aroma con su luz esta presencia
del pensar sin pensar, que ésa es la ciencia
donde aprende su vida la quietud
Ha colgado un jilguero su laúd
de una rama vibrante, en la querencia
de la amada, que inicia complacencia
de la entrega en casual vicisitud.
En la albura del libro pasan horas
serenas por los ríos de los versos,
donde las rimas son ondas sonoras.
Tarde en quietud, en luz de ámbitos tersos,
imán para mis alas voladoras
en ansias de misterios y universos.
13
II Se ha posado la tarde en los naranjos
igual que una paloma reluciente.
El suelo verdea luces en el cadmio
sobre el pulmón que late vida,
y mientras la novela por mis ojos
me lleva hasta Kabul
por cielos de cometas, que se miran
contándose secretos.
¿Qué se estarán diciendo esos dos mirlos?
Primero picotean en la hierba,
después miran, me miran fijamente,
y me enseñan sus ojos,
que atesoran estrellas de universos
conquistados en vuelos.
La sombra bienhechora de la pérgola
algodonea en sus brazos mis silencios,
en los que habla mi mente,
los misterios del libro,
nacarados sedosos en mis manos.
Más allá, lejos, muy lejos,
retumba la ciudad ecos de olvidos.
Yo quedo aquí, abismado
en la dulce quietud del pensamiento.
14
EL DÍA
I
LA MAÑANA
Está estrenando el alba su blancura
al enviarla la noche a luz del día;
se reviste de sol y poesía,
y un tintineo de flores se apresura
a cantar en colores su hermosura,
paradigma del Dios, que sonreía
cuando por vez primera la tenía
arrullada en sus brazos criatura.
Siento así renovarse el Paraíso,
que millones de siglos han cuidado,
siguiendo tal a cómo Dios lo quiso,
y para bien del día lo ha guardado.
Para contemplación ya no preciso
otro don del que Dios me ha regalado.
15
II
MI DÍA
Se ha despertado el sol por la mañana,
sonriéndose en la luz me ofrece el día;
le acompaña la música de guía;
es que ha colgado el sol en mi ventana.
Dios, música y sol en la cercana
certeza del vivir por compañía
con recuerdos que dejo en lejanía,
y el presente se me abre en flor temprana.
Llevaré la sonrisa aquí a mi lado,
por si tengo que darla a una tristeza,
y el corazón abierto en mi costado,
por si hay que levantar a quien tropieza.
Cuando llegue la noche, arrodillado,
será mi acción de gracias la que reza.
16
III
LA NOCHE
Para hermosear la noche, las estrellas,
en brillos imitándolas, la luna,
sirviéndoles sus brazos como cuna,
y luciendo en el cielo igual que ellas.
Cuando en la Creación dejó sus huellas
aquel día auroral, fue su fortuna
el regalo del sueño, y ya ninguna
tuvo llaves de cierre como aquellas.
Cuando el anochecer llega y me ofrece
bajo estrellas y luna su remanso
de quietud nocturnal, antes que empiece
el sueño con que el trajín amanso,
una flor es su luz para que rece,
y luciendo que vele mi descanso
17
CIPRÉS Ansias de luz
Por esta sed de cielo,
que mantiene al ciprés
en su desasosiego,
suben ansias de luz.
La savia por arterias interiores
mantendrá en verdad la clorofila,
que certifica vida, pero siempre
- oh, el siempre eterno -
el misterio latente
entre el ser y el no ser -
esperando que nieven las estrellas.
La roca en la que el hombre
asienta la verdad de su presente;
no ser nada en la estela
del vuelo de un jilguero,
donde ni el trino queda.
Y en la devanadera de los días,
la nada del pasado y del futuro,
sólo el presente solo
del hombre en el ciprés.
18
CIPRÉS DE SILOS
Para marcarle Dios la melodía
a la oración en canto gregoriano,
el que rige a los astros con la mano,
te adornó con la llama en que Él ardía.
Vuelo de kyronimia para guía
de quien a Cristo busca en el hermano;
llama izada, que al cielo hace cercano,
y con Dios pone al hombre en sintonía.
Deja que en tus raíces enhebrado
pueda ser otro más entre esos hilos
con que fijas el tiempo en ti varado.
Ambos en vuelo y fuego alzados, y los
que en ansias de abismarse has endiosado,
Ciprés de Dios para oración en Silos.
19
CARRILLÓN
DE LA
GIRALDA
Eran las doce en punto del gozo en que la gloria
oyó en el sol el rayo que atronó en Sacramento.
Cuando bandadas de ángeles palomearon los vuelos
para encender los cielos de Corpus sevillano.
Eran las doce en punto de la Fe que adoraba
desde el mar que en sus llamas acercaba las olas
en tendidas miradas espejando en los ojos
las luces irradiadas del fulgente misterio.
Eran las doce en punto del silencio que hablaba
el aroma de incienso a sabor de primavera,
que aprendió de azahares, de claveles, de rosas,
luciendo en las peinetas gracias sobre caireles.
Eran las doce en punto de ángeles campanas,
de campanas palomas, de ángeles palomas,
ángeles, palomas, campanas…
¡Eran las doce en punto de presencia de Dios!
20
II
EN LUZ DE CRISTO
21
AL CRISTO
DE
CARLOS PEREIRA
Muerto no, que el madero te levanta
en la llama de un Dios resucitado,
redivido en la sangre del costado,
con grito de victoria en la garganta.
Es verdad que esta cruz tu peso aguanta,
porque sabe que de hombre disfrazado,
como eres también Dios, crucificado
por salvarme, la muerte no te espanta.
Déjame a mí ensayar sobre el madero
el modo de morir, y de esta suerte
aprendido tendré el latir postrero.
Y también la certeza de tenerte
como brasa en ardor de pebetero,
que alce resurrección sobre mi muerte.
22
CRUZ MÍA
Así, Señor, por el dolor tallado,
tundido por la vida y por la muerte,
hoy me subo al Calvario para verte
y aprender a quedar crucificado.
¿Dónde cortaste el lirio que ha velado
el Belén de la nieve? ¿Sostenerte
en la llama de sangre, fue por fuerte
o por quemar espinas de pecado?
Yo ni tengo la nieve, ni la llama
soy junquillo doblado por la vida
del lado de la duda... Mi ser clama
por agua de verdades, pero herida
de tanto amar, mi alma se derrama.
Así tu cruz me viene a la medida.
23
CACHORRO
Cachorro de la sangre y del gemido,
barbacana del hombre hacia la muerte,
vengo a cortar tu lirio del inerte
madero, en donde arde tu latido.
Arrancarlo, y ponerlo en mí extendido,
en mis brazos en cruz para saberte
seguro en tu agonía, por no verte
en tan duro abandono estremecido.
Así puedes morir ya como un hombre
en otro hombre, que en tu morir ensaya
el pago que ah de dar por su pecado,
sin que el temor a tu deidad le asombre,
al tener tu hombredad como atalaya,
Cachorro del dolor iluminado.
24
GRAN PODER
Eres el Gran Poder, y no te puedes
desatar de las cuerdas del pecado,
porque te has libremente encarcelado,
por librar a este reo, entre sus redes.
Eres el Gran Poder. ¿Por qué no cedes
a la gran tentación, que obra al dictado
del demostrar que el mundo está creado
porque Tú lo quisiste? ¡No te quedes
en la dura inacción de la derrota!
¡Cede al fácil alarde del reclamo!
¡No dejes que te insulten por idiota!
- Mi pecador: La sangre que derramo
y esta impotencia… Anota, sí, anota
en mi única razón: ¡Porque te amo!
25
ACUPUNTURADO
DIVINO
Acupuntura fue, sí, en tu cabeza
la corona con que te coronaron,
y con espinas te acupunturaron,
haciendo burla sobre tu realeza.
No entendían que en esa sangre empieza
la curación de cuantos se salvaron,
porque mana torrentes, que anegaron
cuanto el pecado lleva en su impureza.
Eres Divino Acupunturado
con las más eficaces medicinas,
con esa acupuntura coronado;
no son humanas, porque son divinas,
que al ser Tú todo un Dios crucificado,
sanadoras conviertes las espinas.
26
CRISTO ROTO
En San Gerardo, Tú, el Crucificado,
erguías en la cruz alta tu muerte.
Venían a rezarte, a oírte, a verte
los que en Haití al mirarte habían llorado.
Hoy por el terremoto, derribado
entre escombros, quisiste una igual suerte
a la de niños muertos, y así, inerte,
yaces entre ellos y el profesorado.
Yo me pongo a llorar con las estrellas,
mezclando con sus lágrimas mi llanto,
que me llueva del cielo como el de ellas;
que en los mares no hay agua para tanto
luto como el temblor dejó en sus huellas,
convirtiendo así a Haití en un camposanto.
27
III
VESTIDA DE SOL
28
MUJER “Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies,
y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. Ap 12,1
Por ti la luz conoce la fragancia
y en colores aroma la alegría.
Por ti derramó Dios la poesía
Para dejarnos de su ser constancia.
Por ti se nos descifra la elegancia
cuando amanece en tu palmera el día.
¿Quién a no ser por ti conocería
del fuego en el amor la resonancia?
El cielo, por ti sabe qué es la altura,
y yo, hombre, por ti, me mato en mí.
Por ti, por mí, recobra la locura
el gozo sideral del frenesí.
Por ti la flor, la nieve, la ternura:
La palabra MUJER se hizo por ti.
29
INMACULADA
En sus brazos la horquilla de la luna
acoge tu blancura inmaculada,
que a los coros de estrellas ofrendada,
en amor de esplendor alza y acuna.
Murillo fue el captor de esta fortuna,
más que obra de pincel, corazonada,
y en lienzo sevillano así pintada,
no le llega en beldad mujer ninguna.
Ángeles juguetones a porfía,
convierten a sus juegos en canción,
peana celestial de algarabía.
Ángeles, luna, estrellas en unión
con nosotros, cantamos a María,
por ser la Inmaculada Concepción.
30
ROSA MÍSTICA
La rosa en su belleza se recrea,
en fervor de jardines coronada,
cuando el sol la contempla abrillantada,
y con besos del aire galantea.
Destellando colores, que solfea
en pentagramas de canción perlada,
en éxtasis arroba al que, escuchada,
con miradas de ojos la arpetea.
Si el amor va a libar, cual mariposa,
en la corola de su boca artística,
eleva más en símbolo a la rosa,
viendo a la Virgen en gracia eucarística,
revestida de Dios pura y hermosa,
que nosotros llamamos Rosa mística.
31
ROSA ENSANGRENTADA Stabat Mater Dolorosa
justa crucem lacrimosa
Como rosas entre gritos y puñales,
empapada en la sangre del madero,
te traspasa el aroma cruel acero,
que desgarra latidos maternales.
En Belén fueron pajas y pañales
para nanas de arrullos en venero;
hoy el fuego, aventado en simún fiero,
mustia gozos con ráfagas fatales.
Déjame, adelantada de la pena,
llegar mi compasión, cual mariposa,
a la corola, que tu angustia llena.
Y en Ti aprender, ensangrentada rosa,
cómo el dolor en alma se serena,
Corredentora Madre Dolorosa.
32
ROSARIO
Cuando la clorofila en primaveras
despliega su verdor por los manteles,
ángeles de celestes palomares
comienzan los ensayos de sus vuelos
al toque de oración.
Gabriel pentagramó
la avemaría primera,
y sobre el naranjal
el azahar dibuja efluvios blancos,
que seguirán cantándola
con música llovida desde el cielo,
cuando el verano la cuelgue en el otoño,
y llegue hasta diciembre inmaculada,
repetida en naranjas resoladas.
Mariposas en ángeles
besarán el rosario en naranjales
mientras lo va pasando por sus dedos
devota y virginal Naturaleza.
33
BAILE DE LA INMACULADA
Cielo andaluz de Sevilla,
mantilla la Inmaculada,
espejo en el que los Seises
sus ritmos azules bailan.
“Perla, que en alba de un mundo
cuajó su puro cristal,
por eso sois concebida
sin pecado original”.
Seis cuchillos de diamantes,
seis corazones en danza,
tolva de amores en ritmo,
ángeles de inquietas alas,
que en ritmo de castañuelas
dan ritmos a la Giralda.
- Por eso tiene la fiebre
de la belleza y la gracia. –
El incienso les da nubes;
Murillo, en estrellas, plata;
y la Virgen les da cielo
para sus ojos y alas.
Ángeles... Seises... Sevilla...
¡Baile de la Inmaculada!
34
REINA ELEVADA AL CIELO
Reina elevada hasta el cielo,
que va dejando una estela
de estrellas, en que riela
el brillo, que marca el vuelo
de su ascender. Y el revuelo,
por ángeles aleteado,
avala a LASIMPECADO,
al recibirla a la entrada,
porque va a ser coronada
en solio que ha conquistado.
35
REINA DE TODOS LOS SANTOS
Fue el riego de la sangre en el venero,
tan fecundo al manar por su costado,
que esa sangre Cristo ha inundado
de gracia y santidad al cielo entero.
Incapaz en mi nada, yo prefiero,
que algún zahorí de Dios, iluminado,
nos desvelara qué fruto ha cosechado
de santos Cristo en su sangre de Cordero.
Juan los quiso contar, pero eran tantos,
que hasta en arrobo de visión de estrella,
le resultó imposible decir cuántos;
y vestida de sol, la vio tan bella
a la Virgen, que Reina de los santos
no podía ser otra más que Ella.
36
REINA DE LA PAZ
Con Reina de la Paz el vuelo pliega,
paloma mi oración arrodillada,
con arrullos de amor a Ti elevada,
y que con la esperanza en Ti se anega.
Pudo hacerla mejor quizá la entrega,
en el fervor con que iba festoneada
por frondas que la hicieran adornada.
Fue candor de niño-hombre, que te ruega.
Y no es falsa humildad en que me arropo;
yo soy así, María, y soy sincero.
Perdona si fui corto en el Piropo,
Tú, Dulcinea de este misionero
con albura de nieve en cada copo.
¡La rimé, porque sí, porque te quiero!
37
IV
DESTELLOS
38
LLUVIA - “mientras llueve en la calle” -
Me están lloviendo versos.
Desde un cielo de páginas sonoras
caen, caen en este otoño lento.
Me empapan de metáforas y luces.
Arcángeles helénicos,
arpas de exámetros latinos,
rectángulos de oro
en petrarquianos ritmos,
fogonazos de Dios sanjuancrucianos.
Música y luz.
Deben estar batiendo alas entre nubes
Federico, Miguel, Vicente, Jorge,
Leopoldo, Antonio, Carlos,... todos.
Empapado de cielo,
espero primaveras de jardines
en brillos de corolas,
para alargar aromas
a todo el que me pida una sonrisa.
39
ROSA
La rosa en su belleza se recrea
y en su múltiple labio el beso ensaya
empapado en aroma. Se desmaya
en su faz el resol que la hermosea.
Virgiliano dulzor de Lilibea
ha encontrado la abeja en esta playa
de calor y color. Quizás no haya
brindis mejor al aire que flirtea.
Besos, aromas, mieles y banderas:
Estallidos plurales de la rosa
arbolando fantásticas quimeras.
Rosa verdad, metáfora, en fin, cosa,
tentadora vestal de las fronteras
por pura, por divina, por hermosa.
40
“FLOR DE LA NOCHE”
Flor de la noche, alba peregrina,
que llegas a mi amor cada mañana,
y despliegas tu aroma en la ventana
donde canta la luz que me ilumina.
Pétalo a pétalo, abro la cortina
del día, que me ríe en faz temprana,
y un run-rún de piquera cotidiana
por minutos alados se declina.
Marcho en luz y en aroma así anegado
por las ondas, que llevan mi presencia
a aquel libro, a aquel hombre, a aquel cuidado.
Al volver otra noche tu inocencia
a soñar con un día conquistado,
mis besos mecerán tu somnolencia.
41
FERVOR DEL TRIGO
Trigo candeal, te adoro, te bendigo
porque presiento a Dios en tu presencia.
¿Es acaso el temblor de tu inocencia
la respuesta al misterio que persigo?
Dímelo tú, cercano, fiel amigo
de soledad del campo. Mi impaciencia
no se aquieta silente en la suplencia
de contemplarte, y verte sólo trigo.
¿Por qué Dios te escogió para bocado?
¿Por qué triunfante en ti goza la hormiga?
¿Por qué ante ti yo caigo arrodillado?
Déjame que de aquí al altar te siga
por el cantar del caz acompasado
hasta que Dios se esconda entre la miga.
42
VALCUEVO
Todo me habla de Dios, mientras descanso
en la tarde, de Dios azucarada,
luz del Tormes, en Dios ensimismada,
devolviéndome a Dios en su remanso.
Esta hierba, esta flor y hasta aquel ganso
que retoza en el agua arrebolada,
la hormiga en sus afanes sendereada,
y esta sombra que en mi latir amanso.
Me hablan de Dios el mirlo y la paloma
posados en las ramas de la encina,
y el ansia vertical sobre la loma.
Es la naturaleza, que declina
la faz de Dios que por su luz asoma,
y en destellos de cielo me ilumina.
43
ENCINAS DE VALCUEVO
Voz de la tierra, encinas seculares,
que alargáis vuestros brazos disconformes
hasta el alfoz del impasible Tormes,
dormido en su quietud lejos de mares.
¿Es que quizá añoráis a los juglares
que cantaron, en rimas uniformes,
vuestros gritos de hierro? : Las enormes
interiores hogueras de los lares.
Hoy os escucho, absorto asendereado,
y en senderos de hormigas me renuevo
para un verso que llora inacabado.
Prometo coronarlo, tornar nuevo,
pues un mirlo en vosotras me ha citado
para volver a oíros en Valcuevo.
44
HORMIGAS DE VALCUEVO
Hormigas asendereadas,
inquietas y fastidiosas,
hambrientas de tocar cosas,
que parecéis alocadas.
Aprended de mariposas,
que sólo besan las flores.
Vosotras no; por picores
os vais de acá allá afanosas.
Antipáticas hormigas,
que a niños, mozos y viejos
nos confundís con pellejos,
tratándonos como migas.
Dejadnos dormir en paz
para descansar un rato...
¡Nada!... ¡Que no admitís trato!
¡Con vosotras no hay solaz!
Ya no me importáis un cuerno;
me marcho de aquí, no insisto.
¡Con vosotras no resisto!
¡Idos todas al infierno!
45
DESPEÑAPERROS
Aquí, donde la piedra se hace cielo,
y el cielo entre la piedra reverdece;
aquí hasta la palabra se estremece
cuando bate sus letras para el vuelo.
Aquí vino a llorar su desconsuelo
don Alonso Quijano. Aquí parece
que en la encina y la flor el latir crece
con el agua canora desde el suelo.
Aquí Juan de la Cruz a lo divino
interpretó en alcándara estos cerros,
neblí de Dios, que a la Peñuela vino.
Y aquí yo me libero de los hierros
con que me encarceló fatal destino:
¡Soñar, volar: Aquí en Despeñaperros!
46
EL ENCANTO DEL ASOMBRO Dijo Dios:: “Produzca la tierra vegetación”
Gén 1, 9
Conmigo el pensamiento,
en noches de vigilia,
me va desmadejando familiar
un mundo ignoto,
repiqueteado en pulsos.
Me conmueven los mitos,
e interrogo al misterio del origen
el asombro febril, que da a las plantas
la savia y las flores ,
los frutos, la hermosura.
No sé si en una estrella
encontraré a aquel hombre
que me cuente su pasmo estremecido
ante el descubrimiento
que premió su primera agricultura.
O quizá fue el acaso
de un dios enamorado de la Tierra,
a la que fecundó,
convirtiéndola en Madre.
Fertilidad de Tierra oreada,
fecundidad de Madre en la mujer,
que se solidarizan compitiendo,
y engendrando el prodigio y la hermosura.
A mí me queda el éxtasis
desde mi altura de hombre.
47
ESPLENDOR DEL MITO
¿El mito es salvación,
o es decirle al fracaso,
ansioso de verdades,
que hay alcándaras en ramas de los árboles,
en que miles de pájaros
esperan la palmada aventadora,
que se lleve los yerros
a países de olvido?
Diluvio universal le salvó al hombre
de un complejo de angustia,
al tildarle agoreros
de viejo y pecador empedernido.
De su cielo inventado
borraron los hititas, por molesto,
a su dios enojado Telepinu.
Así las criaturas crean dioses,
o los borran del cielo,
y acomodan las cosas
al gusto apetecido.
Queda en orden el fiel de la balanza,
y en corola de rosa de un poeta,
va aireando el aroma
que “el mundo está bien hecho”.
48
EL LIBRO DE DIOS
Dios ha escrito su libro
en lengua matemática.
Dejemos a la rosa con su aroma,
y al corazón del hombre con la copia
del reloj del amor en hora exacta.
No niegues a la gota de rocío
su vocación de perla,
ni al pucherito en mimo de ese niño
el algodón lactante
del seno de su madre.
En coordenadas de orden
la creación recobra la hermosura
del primer sol radiante,
que besó el Paraíso
la primera mañana.
Son estrellas las cosas;
el cosmos es verdad;
y yo el eco del sol.
Tener el universo en hora exacta,
a ritmo de compás de meridiano,
sin correr, sin parar,
para ser. ¿Ser o estar?
Estar siendo: Igual que recitar
la lección aprendida
en el libro de Dios.
49
ORIGEN DE LA LUZ
En el hondo telar de lo inconsciente
se urden las invenciones luminosas,
que, a través de la frente,
llegan hasta los hombres,
atentos a su música.
Por qué secretos cauces misteriosos
vienen hasta mi mente iluminada
sentimientos, ideas,
filomelas de los amaneceres,
que cantan en las frondas de mis versos.
Desde la opacidad,
surgen las maravillas,
que alman de claridad a los jardines.
Paul Valery me enseña
de qué magma en tinieblas
explosiona la luz del primer verso,
que inundó en claridad todo el poema.
50
RELOJ “Pienso; luego existo”
Descartes
Momento tras momento,
Dios está manteniendo
los compases isócronos del mundo.
Sin él, el segundero
de este inmenso reloj se pararía.
Por pequeños isócronos latidos,
impulsados por un acto divino,
el tiempo se mantiene en su fluir
de vocación de río
y me lleva en corriente de armonía,
reflejando en espejos
el vivo palpitar de cada cosa
que me hermana en cadencia
a las horas exactas de la vida,
dando fe de existencia a criaturas.
51
LLAMA VIVA
Hombre en alma, entre mente y corazón,
coloqué en dos platillos de balanza
dos grandes sentimientos:
en uno, la presencia,
la ausencia, en el gemelo.
Y llamé al Serafín de Fontiveros
para que en lengua de ángeles cantando
me llevara a la cumbre del Carmelo,
y encendiera las lámparas de fuego,
que en presencia de Dios me iluminaran.
Acarició los versos de una lira,
y en sonoro lenguaje castellano,
entonóme la endecha de la Nada,
a la que sólo llega el desollado
por la ausencia de luz en noche oscura,
presagio de claror y de la nieve.
Aprendí su lección, y desde entonces,
en blancura y en sol de Dios me anego,
traspasado de fuego en llama viva.
52
Y EN LA BELLEZA, DIOS
Te estoy queriendo hacer fruto maduro
de flor de Teología,
Dios de mi fe,
desde el jardín cerrado,
en que soy mariposa,
irisada de sol,
libando Teología de las rosas.
Desde el ser te hago ser,
y me pierdo en el círculo al marchar,
encontrándome siempre en el principio
donde el anhelo errante
inició su andadura.
Siento hacer imposible
liberarme del hombre,
que palpita en mis ansias.
Sólo sé que te creo
porque encuentro tu amor en la belleza.
53
ÍNDICE
I – PRESENCIAS...................................................................................... 3
AMOR-MAR…………………………………………………………….. 4
DIOS ARQUITECTO……………………………………………………. 5
PRESENCIA DE DIOS I-Te siento en mí…………………………… 6
” II- Te acabo de comer……………………….. 7
ME MIRA DIOS…………………………………………………………. 8
EN LA VIOLETA DIOS…………………………………………………. 9
LLAMA DE AMOR…………………………………………………….. 10
MAR……………………………………………………………………... 11
TARDES DE JARDÍN I…………………………………………….. 12
” II……………………………………………. 13
EL DÍA I- LA MAÑANA…………………………… 14
” II- MI DÍA…………………………………... 15
” III- LA NOCHE……………………………… 16
CIPRÉS…………………………………………………………………… 17
CIPRÉS DE SILOS……………………………………………………….. 18
CARRILLÓN DE LA GIRALDA………………………………………… 19
II – EN LUZ DE CRISTO………………………………………………. 20
AL CRISTO DE CARLOS PEREIRA…………………………………… 21
CRUZ MÍA……………………………………………………………….. 22
CACHORRO…………………………………………………………….... 23
GRAN PODER……………………………………………………………. 24
ACUPUNTURADO DIVINO…………………………………………….. 25
CRISTO ROTO……………………………………………………………. 26
III – VESTIDA DE SOL…………………………………………………. 27
MUJER…………………………………………………………………….. 28
INMACULADA…………………………………………………………… 29
ROSA MÍSTICA…………………………………………………………... 30
ROSA ENSANGRENTADA………………………………………………. 31
ROSARIO…………………………………………………………………... 32
BAILE DE LA INMACULADA…………………………………………… 33
REINA ELEVADA AL CIELO……………………………………………. 34
REINA DE TODOS LOS SANTOS……………………………………….. 35
REINA DE LA PAZ………………………………………………………... 36
IV – DESTELLOS…………………………………………………………. 37
LLUVIA…………………………………………………………………….. 38
ROSA……………………………………………………………………….. 39
FLOR DE LA NOCHE………………………………………………………40
FERVOR DEL TRIGO………………………………………………………41
VALCUAVO...................................................................................................42
ENCINAS DE VALCUAVO………………………………………………..43
HORMIGAS DE VALCUEVO…………………………………………… 44
DESPEÑAPERROS…………………………………………………………45
54
EL ENCANTO DEL ASOMBRO……………………………………………...46
ESPLENDOR DEL MITO……………………………………………………..47
EL LIBRO DE DIOS…………………………………………………………...48
ORIGEN DE LA LUZ………………………………………………………….49
RALOJ………………………………………………………………………….50
LLAMA VIVA………………………………………………………………….51
Y EN LA BELLEZA, DIOS…………………………………………………….52