2ª ed. el movimiento panlatino francés desde 1851. garcía barace, mariano

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POSICIÓN IBEROAMERICANA. Buenos Aires, Argentina. Edición 11/2020. [email protected] Pag. 1 POSICION IBEROAMERICANA El movimiento panlatino francés desde 1851 MARIANO GARCÍA BARACE. Analista Político. Fecha: 1.11.2020. 2ª edición ampliada. Latinoamérica o Amérique latine es un concepto racial excluyente que tiene su origen en las ambiciones políticas de Napoleón III 1 La llegada de Luis-Napoleón al poder. 4 El movimiento panlatino francés. 8 La expresión “América latina” no fue creada por Francisco Bilbao. 11 «Latinité» vs. pangermanismo. 13 Las «Fêtes Latines» de Montpellier en 1878. 17 La filología románica de Paris. 19 El Congreso Científico de 1898 realizado en Buenos Aires. 20 El periodismo francés difusor de la latinidad. 22 Creación de la CEPAL, el CELAM, la FLACSO, y los intelectuales de Bolonia. 25 Unión Latina: un proyecto de constructivismo social fallido. 26 La latinidad según el general Juan Domingo Perón. 29 EE.UU. y el negocio del entretenimiento. 31 Identidades culturales amenazadas. 34 Bibliografía. BUENOS AIRES.- No hemos sido nosotros los americanos del sur, quienes elegimos la denominación Latinoamérica. Dicha forma de agrupar a los países americanos hispano- hablantes y el Brasil, es una denominación que se nos ha puesto desde fuera y que distorsiona nuestra verdadera identidad (68). La latinidad es un vieja idea romana que tuvo en el emperador francés Napoleón III a su gran impulsor. La alianza francoitaliana que promueve el panlatinismo desde mediados del Siglo Diecinueve tiene su origen en las relaciones entre las logias de carbonarios y la secta de los sansimonianos. El concepto Amérique latine fue acuñado por Luis-Napoleón y sus adictos. Ellos son los padres intelectuales del movimiento panlatino iniciado en 1851 que actualmente está destruyendo o regenerando todas las identidades culturales de América, en complicidad con medios de comunicación y líderes políticos. Identidades étnicas, culturales, nacionales y regionales. La llegada de Luis-Napoleón al poder La caída del rey Luis Felipe I de Francia en 1848 significó sólo un respiro para nuestros países. El ascenso político de Luis-Napoleón Bonaparte (París, 1808 – Chislehurst, G. Br., 1873), conocido posteriormente como Napoleón III, no fue menos peligroso para nuestra

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Latinoamérica o "Amérique latine" es un concepto racial excluyente inventado por los franceses. Tiene su origen en las ambiciones políticas de Napoleón III. El PDF explica por que el uso de la expresión "Latinoamérica" no es correcto y es rechazado por mucha gente en la región desde hace más de cien años.

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POSICION IBEROAMERICANA El movimiento panlatino francés desde 1851

MARIANO GARCÍA BARACE. Analista Político. Fecha: 1.11.2020. 2ª edición ampliada.

Latinoamérica o Amérique latine es un concepto racial excluyente que tiene su

origen en las ambiciones políticas de Napoleón III

1 La llegada de Luis-Napoleón al poder.

4 El movimiento panlatino francés.

8 La expresión “América latina” no fue creada por Francisco Bilbao.

11 «Latinité» vs. pangermanismo.

13 Las «Fêtes Latines» de Montpellier en 1878.

17 La filología románica de Paris.

19 El Congreso Científico de 1898 realizado en Buenos Aires.

20 El periodismo francés difusor de la latinidad.

22 Creación de la CEPAL, el CELAM, la FLACSO, y los intelectuales de Bolonia.

25 Unión Latina: un proyecto de constructivismo social fallido.

26 La latinidad según el general Juan Domingo Perón.

29 EE.UU. y el negocio del entretenimiento.

31 Identidades culturales amenazadas.

34 Bibliografía.

BUENOS AIRES.- No hemos sido nosotros los americanos del sur, quienes elegimos la denominación Latinoamérica. Dicha forma de agrupar a los países americanos hispano- hablantes y el Brasil, es una denominación que se nos ha puesto desde fuera y que distorsiona nuestra verdadera identidad (68).

La latinidad es un vieja idea romana que tuvo en el emperador francés Napoleón III a su gran impulsor. La alianza francoitaliana que promueve el panlatinismo desde mediados del Siglo Diecinueve tiene su origen en las relaciones entre las logias de carbonarios y la secta de los sansimonianos. El concepto Amérique latine fue acuñado por Luis-Napoleón y sus adictos. Ellos son los padres intelectuales del movimiento panlatino iniciado en 1851 que actualmente está destruyendo o regenerando todas las identidades culturales de América, en complicidad con medios de comunicación y líderes políticos. Identidades étnicas, culturales, nacionales y regionales.

La llegada de Luis-Napoleón al poder

La caída del rey Luis Felipe I de Francia en 1848 significó sólo un respiro para nuestros países. El ascenso político de Luis-Napoleón Bonaparte (París, 1808 – Chislehurst, G. Br., 1873), conocido posteriormente como Napoleón III, no fue menos peligroso para nuestra

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región. Marcó el inicio de un plan más ambicioso e inteligente para transformar los países hispanoamericanos en satélites de Francia. El príncipe Luis-Napoleón, hijo de Luigi Buonaparte y sobrino del gran Napoleón, es el padre intelectual de la figura geopolítica denominada “Amérique latine”.

Identificado desde joven con los Carbonari, una especie de masonería italiana, y posteriormente con los seguidores de Henri de Saint-Simon o sansimonianos. Esta última, una organización secreta francesa de corte intelectual. Sus ambiciones dinásticas lo empujaron a promover dos golpes de estado que fracasaron. En Estrasburgo (1836) y en Boulogne (1840). Estos le valieron, el primero la deportación y el segundo varios años de cárcel. Regresó del exilio después de la caída de Luis Felipe I y se presentó como candidato a ocupar un escaño en la Asamblea nacional.

El parlamentario Alphonse de Lamartine definió proféticamente la candidatura del sobrino de Napoleón. Lo hizo antes de entrar al recinto para debatirla: “El enloquecimiento del país, la ruina de la República, la restauración del Imperio, las orgías, la sangre derramada, las conquistas, la invasión” (1). Palabras que se adelantaban a la peligrosidad de este nuevo líder. A fines de 1848 fue elegido Presidente de la República Francesa. El 2 de diciembre de 1851 él mismo provocó otro golpe de estado, exitoso esta vez, que le permitió un año después elevarse como Emperador de los Franceses.

Los planes de Luis-Napoleón para la América del Sur se remontan al año 1844, poco antes del derrocamiento del gobierno del general Juan José Flores en Ecuador. En esa oportunidad una diputación del país lo visitó cuando estaba preso en el castillo de Ham. Le ofrecieron un trono ecuatoriano que lo entusiasmó. A principios de 1845, Luis-Napoleón le solicitó al Primer Ministro de Gran Bretaña Sir Robert Peel, que intercediera ante Luis Felipe I por su libertad. Como nexo actuó su amigo Lord Malmesbury (2). El francés decía conocer un proyecto para abrir la comunicación interoceánica por Nicaragua, que sería de gran provecho para Inglaterra. Peel consultó a Lord Aberdeen, Secretario de Relaciones Exteriores, quien se opuso a promover su liberación (3).

El cerebro de los nuevos proyectos franceses era el sansimoniano Michel Chevalier (Limoges, 1806 – Lodève, 1879). Ingeniero, economista y político, autor de varios trabajos para acrecentar el poderío económico de Francia. Este fue uno de los diputados que apoyó el golpe de estado de 1851 y posteriormente nombrado consejero de Estado y senador. Napoleón III conocía a este intelectual y se apoyó en sus escritos para iniciar el movimiento panlatino. Sin el empuje imperialista de Luis-Napoleón, las ideas de Chevalier no se habrían difundido y hubieran quedado truncas como los escritos de tantos otros pensadores. Por eso decimos que el padre intelectual de la «América latina» como proyecto geopolítico es el emperador y no sus consejeros.

Las ideas panlatinas acompañaron el avance francés sobre México, que ha estudiado el investigador norteamericano John Leedy Phelan en: “PANLATINISM, FRENCH INTERVENTION IN MEXICO (1861-1867) an the genesis of ideas of Latin América” (1968) traducido al español al año siguiente (4). El objetivo imperial francés eran los países hispanoamericanos y el Brasil.

Transcribimos algunas palabras del estratega francés que no dejan dudas. Son tres pasajes que resumen el proyecto imperialista de Napoleón III. Dice Chevalier:

“Los Hispano Americanos parecen no ser ya más que una raza impotente que no dejará posteridad a menos que por uno de esos desbordamientos que llamamos conquistas, una ola de sangre más rica, venida de Septentrión o del Levante, llene sus empobrecidas venas” (5).

La frase fue tomada de una carta fechada en Nueva York el 22.10.1835 publicada en LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD (1836). En este libro han quedado registrados gran

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parte de los conceptos raciales de Michel Chevalier. Cuando el francés habla de hispanoamericanos impotentes con venas empobrecidas, se está refiriendo a los criollos emancipadores. Nótese que propone una conquista con sangre más rica del norte o de oriente, o sea Norteamérica o Europa. Es decir, una regeneración de los jóvenes Estados libres de América. El francés subestimaba el potencial de nuestros países:

“Francia me parece llamada a ejercer un fecundo y afable patronazgo sobre los pueblos de América del Sur que todavía no están en condiciones de bastarse a sí mismos” (5*).

Michel Chevalier y otros intelectuales al servicio de Napoleón III promovieron la idea de una familia o bloque de países latinos, con el único objetivo de conducirla. Leamos el pensamiento de Chevalier al respecto:

“En cuanto a las naciones europeas de la familia latina, supongo que nadie duda de la supremacía que debemos ejercer sobre ellas (...) Es notorio que somos los jefes de esa familia desde (tiempos de) Luis XIV” (5*).

La aventura militar de Napoleón III en el continente americano, conocida en la historia como la Segunda Intervención Francesa en México (1861–1867), terminó con una derrota francesa que ha quedado marcada a fuego en la memoria hispanoamericana. Se recuerda la Batalla de Puebla del día 5.5.1862 como un hito histórico que cubrió de gloria las armas mexicanas. El gran hacedor de la victoria fue el general mexicano Ignacio Zaragoza (Bahía del Espíritu Santo, Coahuila y Texas, México, 1828 – Puebla, México, 1862). La ciudad de Puebla de Zaragoza y el estado norteño fronterizo con EE.UU., Coahuila de Zaragoza, llevan ese nombre en su honor (6).

El emperador francés quiso comprometer en sus planes a la prestigiosa Casa de Habsburgo valiéndose de la ingenuidad del archiduque Maximiliano, tercero en la línea de sucesión con escasas posibilidades de llegar al trono en su país. Lo entusiasmó con la gloria de una corona mexicana, lo embarcó en el proyecto y posteriormente lo traicionó.

La participación del joven príncipe austríaco fue mas parecida a la de un elemento decorativo en la política de Napoleón III que a la de un aliado. Su actuación fue irrelevante en un territorio con un pueblo valiente en guerra continua contra el ejercito francés invasor, apoyado por un pequeño grupo de traidores locales.

Los ejércitos de Napoleón III llegaron a ocupar la capital del país a mediados de 1863, pero las guerrillas mexicanas y el tabasqueño Gregorio Méndez Magaña (Jalpa, Tabasco, Mex, 1836 – Ciudad de México, 1887) finalmente expulsaron al invasor (7). La intervención terminó en la decisiva Batalla del 2 de abril de 1867 en la que se impuso el general Porfirio Díaz (Oaxaca de Juárez, Méx., 1830 – París, Fr. 1915) de la resistencia mexicana. José de la Cruz Porfirio Díaz Mori llegó a ser presidente de los mexicanos en siete ocasiones ocupando el cargo por treinta años.

La intervención francesa en México fue un fracaso al igual que el Bloqueo Francés del Río de la Plata (1838–1840) y la intervención anglofrancesa de noviembre de 1845, que se vio frustrada por los valientes de la Vuelta de Obligado. Otra vez Francia derrotada por los criollos hispanoamericanos.

Los proyectos de Napoleón III no se limitaban a la intervención directa. La estrategia contemplaba una avanzada ideológica que buscaba la regeneración de los americanos hispanohablantes en una identidad colectiva que favoreciera la penetración francesa. El uso de la expresión regeneradora «Amérique latine» tuvo su núcleo expansivo en L’Institut Historique, en la Rue de Saints-Pères Nº 14. Usina de pensamiento francés de la época que comenzó a funcionar en 1834. Este instituto vivió su periodo más febril al servicio del proyecto imperial de Napoleón III entre los años 1852 y 1870. Fue un importante centro de estudios, salón de conferencias y relaciones políticas. A él pertenecieron Chevalier, Thiers,

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Guizot, Drouyn de Lhuys y otros políticos franceses. También los embajadores sudamericanos José María Torres Caicedo y Carlos Calvo, fueron miembros residentes y activos colaboradores del instituto. Para los extranjeros influyentes, existía la categoría de miembros correspondientes, que le permitió a algunos políticos de países periféricos estar vinculados al poder de una de las potencias marítimas. En 1872, luego de la caída del Emperador fue convertido en la Société des Etudes Historiques.

El movimiento panlatino francés

El proyecto panlatino comienza a desarrollarse en París a partir de los escritos de Michel Chevalier (8). Recopilaciones de sus crónicas durante la misión de estudio que realizó en México, Estados Unidos y Cuba, entre 1833 y 1835, por orden del ministro Adolphe Thiers. Un viaje de observación para explorar las posibilidades económicas de Francia en la región.

En la introducción de su libro publicado en 1836 él mismo define erróneamente un concepto étnico cultural que le sirve para sustentar un nuevo período de expansión francesa. Dice Chevalier: “Nuestra civilización europea procede de un doble origen, de los Romanos y de las tribus germánicas (…) Las dos ramas, latina y germana, se han reproducido en el Nuevo Mundo. América del Sur es, como la Europa meridional, católica y latina. La América del Norte pertenece a una población protestante y anglosajona” (5*)(9). Una abstracción que sólo busca fundamentar el avance francés en plena rivalidad con Gran Bretaña. Chevalier define un campo de acción donde se proyectará e intentará liderar la potencia francesa: Europa meridional y América del Sur.

No hay sólo dos ramas en el continente europeo ni en el americano tampoco. No es correcto decir que Sudamérica y el sur de Europa son regiones latinas.

Los sansimonianos fueron perseguidos durante el reinado de Luis Felipe I (1830 – 1848). Con el ascenso de Luis-Napoleón, todo ese bagaje ideológico se pone al servicio del nuevo líder. El punto de partida del movimiento panlatino es el golpe de estado del día 2.12.1851, señalado por el embajador colombiano José María Torres Caicedo: “Desde 1851 empezamos a dar a la América española el calificativo de latina” (10).

A partir de ese año empiezan a gestarse las publicaciones francesas que sustentan la nueva estrategia política. Comienzan a aparecer al mismo tiempo que Napoleón III va madurando su plan de intervención en México (1861 – 1867) (4).

La más importante fue la “REVUE DES RACES LATINES: française, espagnole, italienne, portugaise, belge, autrichienne, brésilienne et hispano-américaine: religion, histoire, littérature, sciences, arts, industrie, finances, commerce” (París, 1857) (10)(11)(11*), dirigida por Gabriel Hugelmann. Esta revista de tono racial con lecturas sobre política, comercio, cultura y otros temas, circuló hasta 1864.

Destacamos los artículos «Situation de la latinité» firmados por Lazare Maurice Tisserand (1822-1893), Secretario archivista del Servicio Histórico. Este autor es quien comienza a utilizar la expresión “Amérique latine” en sus escritos a partir de 1/1861 (11**)(4). Leamos la transcripción del párrafo donde la utiliza por primera vez. En este caso Tisserand se refiere a planes imperiales que conciernen al tráfico comercial en América y rutas de navegación:

(…) “De cette façon, l'influence latino-européenne étreindra toute l'Amérique méridionale, du détroit de Magellan à l'isthme de Panama, pour embrasser plus tard le Mexique et les Antilles, qui appartiennent historiquement à la même civilisation.

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Ce résultat sera promptement atteint, lorsqu'une nouvelle ligne transatlantique rattachera Nantes ou Le Havre à la Havane, à la Nouvelle-Orléans et à Vera-Cruz, traçant ainsi un sillage de démarcation entre les populations américaines demeurées fidèles à l'idée latine et celles qui, il la suite des races anglo-saxonnes, se sont jetées à corps perdu dans les hasards de la civilisation matérielle. Cette séparation morale s'accomplit au moment même où s'opère la dispersion de la Babel anglo-américaine, au moment où le drapeau constellé de l'Union se déchire en deux lambeaux, avant d'être souillé par le sang ou traîné dans la boue. Espérons que cette grande leçon ne sera pas perdue pour les peuples de l'Amérique latine. La civilisation s'y est établie sur la base des idées et des croyances; elle doit y survivre à la politique étroite et égoïste de l'intérêt” (…) (Vol. 24, Lib. 55. Pág. 141-142. 1/1861) (11**).

La Revue des Races Latines fue el primer medio de difusión en utilizar la denominación “Amérique latine” para referirse a los países hispanoamericanos y el Brasil. Tisserand era un funcionario imperial vinculado al Consejo Municipal de Paris y miembro de la Comisión Permanente de Trabajos Históricos al servicio del emperador Napoleón III (47).

Otras publicaciones destacadas fueron: “LE PANLATINISME: CONFÉDÉRATION GALLO-LATINE ET CELTE-GAULOISE – Contre testament de Pierre le Grand et contre Panslavisme”. Por Cyprien Robert. (París, 1860) y “LE PANLATINISME: CONFÉDÉRATION GALLO-LATINE ET CELTE-GAULOISE: Alliance fédérative de la France, la Belgique, l'Angleterre, l'Espagne, le Portugal, l'Italie, la Gréce”. Por Prosper Vallefrange. (París, 1862).

Los conceptos «raza latina» y «regeneración» están presentes en el lenguaje político de Napoleón III. Leamos una carta fechada en Fontainebleau el 3.7.1862 dirigida al general francés Élie-Frédéric Forey. El documento diplomático fue publicado en 1863. Traducido por el escritor chileno Miguel Rojas Mix en su libro de 1991 (10). También fue publicada en español por la escritora granadina Emilia Serrano, Baronesa de Wilson, en “MEXICO Y SUS GOBERNANTES de 1519 a 1910” (Barcelona, 1910). Dice el emperador francés:

Fontainebleau, 3 de Julio de 1862

Mi querido mariscal.

No faltarán gentes que os preguntarán por qué vamos á gastar hombres y dinero para fundar un gobierno regular en Méjico. En el estado actual de la civilización del mundo, la prosperidad de la América no es indiferente á la Europa; porque es la que alimenta nuestras fábricas y hace vivir nuestro comercio. Tenemos interés en que la república de los Estados Unidos sea poderosa y próspera; pero no tenemos ninguno en que se apodere de todo el Golfo de Méjico, domine desde allí las Antillas y la América del Sur, y sea la única dispensadora de los productos del Nuevo Mundo. Hoy, por una triste experiencia, vemos cuan precaria es la suerte de una industria que está reducida á buscar su materia prima en un mercado único, del cual sufre todas las vicisitudes. Si por el contrario, Méjico conserva su independencia y mantiene la integridad de su territorio; si se constituye allí un gobierno estable, con el apoyo de la Francia, habremos devuelto á la raza latina del otro lado del Océano su fuerza y su prestigio; habremos garantizado su seguridad á nuestras colonias de las Antillas y á las de la España; habremos establecido nuestra bienhechora influencia en el centro de la América; y por medio de esta influencia, abriremos inmensos desembocaderos á nuestro comercio; y nos procuraremos las materias indispensables para nuestra industria (10**).

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Un Méjico regenerado nos será siempre favorable, no sólo por reconocimiento, sino también porque sus intereses estarán acordes con los nuestros y encontrarán un apoyo en sus buenas relaciones con las potencias europeas. Habiendo hoy empeñado nuestro honor militar, la exigencia de nuestra política, el interés de nuestra industria y del comercio, se nos impone el deber de intervenir en Méjico y plantar allí nuestra bandera…” (10*). NAPOLEÓN.

Vale decir, Napoleón III y este grupo de ideólogos franceses, son los que promovieron la idea que los españoles, portugueses y sus descendientes, pertenecen a una supuesta raza latina. Lo hicieron a espaldas de los pueblos ibéricos con un objetivo político trazado. Ellos son los que idearon el concepto «Amérique latine». Las publicaciones del embajador colombiano José María Torres Caicedo y del argentino Carlos Calvo, están sustentadas en la nueva idea panlatina, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Édouard Drouyn de Lhuys.

José María Torres Caicedo (Bogotá, 1830 – Auteuil, Fr., 1889), diplomático colombiano, hombre de confianza del gobierno francés, Comendador de la Légion d'Honneur, miembro distinguido del Instituto Histórico de Francia y Presidente de la Comisión de América Central y Meridional para la Exposición Universal de 1878. En 1861 publicó en París “BASES PARA LA FORMACION DE UNA LIGA LATINO-AMERICANA” y en 1865 el libro “UNION LATINO-AMERICANA, pensamiento de Bolívar para formar una liga americana” (Rosa y Bouret, París). El colombiano falsea el discurso de Simón Bolívar por que el caudillo venezolano, al igual que José de San Martín, jamás utilizaron la expresión «Latino América».

Carlos Calvo (Montevideo, 1824 – París, 1906), jurista y diplomático argentino. En 1862 publica el Tomo Primero de “AMÉRICA LATINA - COLECCIÓN HISTÓRICA COMPLETA DE LOS TRATADOS, CONVENCIONES, CAPITULACIONES, ARMISTICIOS, CUESTIONES DE LÍMITES Y OTROS ACTOS DIPLOMÁTICOS Y POLÍTICOS DE LOS ESTADOS Comprendidos entre el golfo de Méjico y el cabo de Hornos, desde el año 1493 hasta nuestros días” (Imprenta de J. Jacquin, Besanzón) (13). Después de esa publicación el ministro Drouyn de Lhuys lo felicita:

“Monsieur, je me suis empressé de placer sous les yeus de l’Empereur les 1, 2, et 3 volumes de la seconde période de votre remarquable ouvraje sur l’Amérique Latine” (T. IV,

Pag. VI) (10) y el periodista francés Charles de Mazade lo ensalza promocionando la obra en un artículo de la “Revue des Deux Mondes” el día 1.9.1862, Pag. 237 (10) (12).

Mazade ponderaba una política francesa dentro de un marco de latinidad y “affinité de civilisations, de moeurs, de race, d’education” (10) de acuerdo a los nuevos objetivos trazados por Napoleón III.

Al año siguiente el argentino escribe: “ANALES HISTORICOS DE LA REVOLUCION DE LA AMERICA LATINA. Acompañados de los documentos en su apoyo. Desde el año 1808 hasta el reconocimiento de la independencia de ese extenso continente. Por CÁRLOS CALVO. Miembro corresponsal del Instituto Histórico. Miembro de la Sociedad de Geografía de Francia de la Sociedad de Economistas de Paris, y del Instituto Histórico y Geográfico del Río de la Plata. Paris, en las librerías de A. Durand, Rue del Grès, 7. De Garnier Hermanos, Rue des Saints-Pères, 6. De Hachette y Cia., Boulevard St.-Germain, 77. España, en la librería de Bailly – Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso, 8. ─ 1864. Reserva de todo derecho” (Imprenta de J. Jacquin, Besanzón) (14). En 1865/66 se agrega un distribuidor en la ciudad de Buenos Aires, la Librería de la Victoria en la calle de la Florida Nº 46, donde

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comienzan a venderse algunos ejemplares de los libros de Calvo, que no tuvieron demasiada repercusión en Argentina.

El primer volumen de esta obra historiográfica tiene 531 páginas de las cuales 128 corresponden a una introducción dedicada al análisis de las riquezas y recursos económicos de la región, y a la situación política de ese momento. La introducción escrita por Calvo parece una continuación de los estudios de Michel Chevalier acerca de los intereses de Francia en la región. En ninguno de los documentos históricos que compendia aparece la denominación «América latina» salvo en los párrafos escritos por él mismo. En el Tomo Primero, Pag. V a VII, el embajador Calvo escribe acerca de quienes le han hecho el honor de aplaudir en términos sumamente benévolos la aparición del libro. Dice textualmente: Entre estos, no podemos dispensarnos de colocar en primera línea y reproducir íntegramente los honrosos conceptos con que el soberano de la gran nación francesa se ha dignado estimularnos por intermedio de su honorable ministro de negocios extranjeros. He aquí el documento:

Ministerio de Relaciones Exteriores Paris, 9 de abril de 1863

Señor,

Me apresuro á haceros saber que á proposición mía, y por decreto del 4 de este mes, el Emperador os ha conferido la cruz de oficial de su órden imperial de la Legión de honor. Su Majestad ha querido daros un testimonio de su estimación particular y de su alta satisfacción con motivo del sabio trabajo histórico que publicais sobre los tratados antiguos y modernos de la América latina y que le habeis dedicado. Me congratulo de haber tenido la ocasión de atraer sobre vos esta distinción, de que sois tan digno, y trasmitiéndoos las insignias de la orden, os dirijo con placer mis felicitaciones sinceras.

Recibid, Señor, las seguridades de la consideración más distinguida con que tengo el honor de ser Vuestro muy humilde y obediente servidor, Drouyn de Lhuys

La carta está dirigida a Carlos Calvo, quien la publica traducida en la edición en español de la obra. Para esta fecha de 1864 se habían publicado seis tomos que estaban dedicados al emperador Napoleón III. Esos primeros libros correspondían a la colección histórica de los tratados.

Carlos Calvo trabajó de acuerdo con Torres Caicedo para empezar a extender el nuevo concepto. En el Tomo Quinto de su obra (14), impreso en el año 1867, en la Pag. V, se promocionan los siguientes libros publicados en París por Torres Caicedo: “Ensayos biográficos y de crítica literaria sobre los principales publicistas, historiadores, poetas y literatos latino-americanos”, “Unión latino-americana, pensamiento de Bolívar para formar una liga americana”, “Historia de la literatura latino-americana, dividida en tres períodos”, “Historia de los empréstitos contraídos por las repúblicas latino-americanas desde la época de la independencia hasta nuestros días”, “Historia de la diplomacia extranjera en las Repúblicas latino-americanas”, y otros más. Ese libro de Calvo también incluye un informe crítico en idioma francés de sus primeros tres tomos. Un escrito que había sido publicado en la Revista Nº 372 del Instituto Histórico de Francia. Está firmado por J. M. Torres Caicedo,

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Membre de la 2ª Classe, del mencionado instituto. Transcribimos un pasaje escrito por el colombiano donde menciona a Chevalier:

“Ce qu’il y a de plus important dans la seconde partie de l’ouvrage de M. Calvo, c’est la démonstration que fait l’auteur des progrès surprenants réalisés par les républiques de l’Amérique latine, depuis qu’elles se sont constituées en nations indépendantes, et cela malgré les luttes politiques constantes qui ont ensanglanté leur sol, luttes naturelles dans l’enfance des peuples, et qu’explique facilement le passage d’un régime de compression et d’obscurantisme à celui de la république, qui, suivant l’expression de Sismondi, exige un état de civilisation très avancé, beaucoup de lumières et de grandes vertus. Les citoyens de ces républiques ont des vertus e des lumières, mais il manque là quelque chose qui ne s’improvise pas, et qui est une condition essentielle de l’ordre et de la liberté, comme l’a démontré M. Chevalier, - les conditions matérielles, les voies de communication, et surtout la population, pour donner l’impulsion au développement des immenses richesses dont la Providence a d’une main prodigue doté ces vastes pays”. (J. M. Torres Caicedo. T 5º, Pag. VI)

Las publicaciones de J. M. Torres Caicedo y C. Calvo, complacen a Napoleón III y acompañan el avance militar francés sobre México.

El escritor chileno Francisco Bilbao Barquín (Santiago de Chile, 1823 – Buenos Aires, 1865) también utilizó la expresión en Francia influenciado por los intelectuales franceses.

La expresión “América latina” no fue creada por Francisco Bilbao

Análisis de la conferencia pronunciada en París el día 22/6/1856.

La conferencia Iniciativa de la América pronunciada por Francisco Bilbao Barquín, fue impresa y publicada en el año 1866. Esta aparece transcrita después de su muerte en un libro editado por su hermano Manuel Bilbao (1827-1895), periodista e historiador chileno, compañero de armas y luchas políticas del general Bartolomé Mitre. El libro titulado “OBRAS COMPLETAS DE FRANCISCO BILBAO. Edición hecha por Manuel Bilbao. Imprenta de Buenos Aires. Calle de Moreno, frente á la casa del Gobierno Nacional”, contiene el discurso del chileno. En ese libro se dice que las palabras que se publican fueron leídas el día 22 de junio de 1856 en París (15) (16).

Hasta que no aparezcan publicaciones correspondientes al año 1856, donde se lea asentada la terminología «América latina» en diarios, periódicos, catálogos, panfletos de la conferencia, promociones o comentarios del evento, el discurso de Bilbao impreso en 1866 queda incluido en el mismo grupo de publicaciones que las de Tisserand, Torres Caicedo, Carlos Calvo, y expresiones del ministro Édouard Drouyn de Lhuys, entre los años 1861 y 1869, que se han citado en este trabajo. Es fundamental saber donde se realizó la conferencia, domicilio del salón en la ciudad de París, nombres de sus organizadores, y contar con una breve lista de algunos de los presentes. En el libro sólo se dice que asistieron “treinta y tantos ciudadanos pertenecientes a casi todas las Repúblicas del Sur” (16), y algunos exageran como si se hubiera tratado de una cumbre política de sudamericanos.

No sabemos si había funcionarios franceses, embajadores, simples emigrados, o si se trató de una reunión nocturna de masones. Recuérdese que Francisco Bilbao fue miembro honorario de la logia "Amiga de los Náufragos" y activo logiado de otra conocida con el nombre "Unión del Plata".

No obstante se ha analizado el texto que aparece en el libro editado por Manuel Bilbao, para comprender el pensamiento del orador en lo que respecta al uso de la expresión panlatina.

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En la conferencia transcrita con el título Iniciativa de la América – Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas, curiosamente en sus primeros párrafos se aplica el concepto biracial utilizado por Michel Chevalier en Lettres sur l’Amérique du Nord (1836) (20). Bilbao dice que el más vasto continente está “dominado tan sólo por dos razas, con dos idiomas, con sólo dos religiones y una forma política” (17). Tengamos presente que los trabajos y publicaciones de Chevalier fueron leídos por muchas personas, siendo en esos años un funcionario de notoria relevancia política.

En ningún pasaje del discurso de Bilbao se habla ni se sugiere un proyecto político unionista denominado «América Latina» o «Latinoamérica». La palabra «latino/a» se utiliza sólo en tres oportunidades para denotar diferencias raciales. A saber: 1ra. “los destinos de la raza Latino-Americana” (18) 2da. “la América vive, la América latina, sajona é indígena protesta” (18) 3ra. “tenemos que perpetuar nuestra raza Americana y Latina” (19). El discurso de Bilbao tiene un fuerte contenido racial. Utiliza el término “raza/s” en veinte ocasiones.

En este sentido Francisco Bilbao es un repetidor de Chevalier y está fuertemente influenciado por el proyecto panlatino impulsado por Napoleón III. No hay creación de expresión novedosa, sino un juego de palabras para decir lo mismo que Chevalier había escrito en años anteriores. Las expresiones utilizadas por Bilbao pasan casi desapercibidas en el extenso discurso de dieciocho páginas, como un adorno literario.

Lo más lógico es suponer que el chileno escuchó varias veces la expresión «Amérique latine» antes de utilizarla el mismo. Eso está corroborado por la afirmación del embajador José María Torres Caicedo: “Desde 1851 empezamos a dar a la América española el calificativo de latina”. Dato investigado por el profesor chileno Miguel Rojas Mix, de acuerdo con los trabajos del uruguayo Arturo Ardao citados en la misma fuente (21).

Esta declaración del colombiano echa por tierra cualquier intento de adjudicar a Francisco Bilbao la creación de «América latina» como expresión integradora. ¿A quien se le ocurre pensar que el emperador Napoleón III, Michel Chevalier, Édouard Drouyn de Lhuys, J. M. Torres Caicedo y Carlos Calvo, fueron continuadores o seguidores del marginal Bilbao? No es real transformarlo ahora en un hombre de grandes influencias intelectuales, sin ánimo de desmerecer los aportes filosóficos de sus escritos.

El caso de la conferencia de Francisco Bilbao es muy parecido al del poema “Las Dos Américas” (1856) en el que J. M. Torres Caicedo también repite en un juego de palabras el concepto biracial de Chevalier. En ninguno de los dos casos se utiliza la expresión políticamente o para significar un área geográfica determinada. En ambos casos la palabra «latino/a» se utiliza sólo como un adjetivo para caracterizar racialmente a una parte de la población americana.

En lo referente al mensaje político, el discurso del chileno es contundente. No olvidemos que el objetivo principal de la conferencia era impulsar la formación de un Congreso federal de repúblicas. El chileno tenía bien asimilada la idea de una “Confederación de la América del Sur”, propuesta por Simón Bolívar (16). Utiliza claramente expresiones tales como: “Iniciativa de la América del Sur”, “los hijos del Sur”, “Ha llegado el momento histórico de la unidad de la América del Sur”, “las Repúblicas del Sur”, “la Confederación del Sur”, “los Estados Des-Unidos de la América del Sur”, “la autonomía de la América del Sur”, “los institutores de la América del Sur”, “Republicanos de la América del Sur, “los Americanos del Sur”, “iniciativa Sur-Americana”, “formación de un Congreso Americano”, “los Estados–Unidos del Sur”, “formar la nación Americana”, “la confederación de las Repúblicas del Sur”, y otras expresiones americanistas (15).

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La idea política del chileno era formar una Confederación del Sur, en línea con el pensamiento de la generación emancipadora. Sus expresiones son autóctonas. Pueden interpretarse de acuerdo al pensamiento de Bolívar, San Martín y los congresistas de Tucumán del año 1816.

La utilización de la terminología «América latina» no tiene la menor importancia en el discurso de Bilbao, si se la contrasta con el importante mensaje político e ideas expresadas. Por ej. el chileno proponía: “presentar un proyecto de código internacional”, “pacto de alianza federal y comercial”, “abolición de las aduanas inter-Americanas”, “idéntico sistema de pesos y medidas”, “creación de un tribunal internacional”, “sistema de colonización”, “delimitación de territorios discutidos”, “creación de una Universidad Americana, en donde se reunirá todo lo relativo a la historia del Continente, al conocimiento de sus razas, lenguas americanas…”, “elecciones federales para representantes del Congreso”, y otras (15).

Contamos con las investigaciones del profesor Miguel Rojas Mix, que nos aportan dos datos valiosos que se relacionan con este tema. El primero data del año 1853, cuando Bilbao se encontraba en Lima, el filósofo francés F. R. de Lamennais le escribe una carta diciéndole que la providencia había destinado a la América meridional para ser un contrapeso de la raza anglosajona, y que solamente podría llenar esa misión uniéndose con otras dos naciones latinas como Italia y Francia. Concretamente Lamennais lo incita para que trabaje en ese sentido (22), de acuerdo al plan imperial de Napoleón III.

El segundo dato se refiere a una carta del día 8.7.1856 escrita por el antijesuita francés Edgar Quinet, que lo felicita por haber empleado la terminología. Así lo interpreta el profesor Rojas Mix (10). Lo más curioso es que Quinet lo felicite por ese detalle secundario, en vez de hacerlo por el importante contenido político de la conferencia e iniciativas expresadas.

El concepto panlatino utilizado por Francisco Bilbao contiene el mismo error del consejero imperial Chevalier. Tanto el francés como el chileno, aparentemente desconocen la historia de España y Portugal. Ninguno menciona ni considera la cultura ibérica ni las denominaciones que caracterizan a los pueblos peninsulares desde la antigüedad. Es decir, el ascendente ibérico, también llamado paleohispánico en tiempos presentes. Las denominaciones “ibéricos” e “hispánicos” se utilizan desde hace muchos siglos para diferenciar las culturas del extremo occidente europeo, de otras más centrales como las de Galia o Francia, el Lacio, Grecia, etc.

En lo referente al continente americano, no hacen distinciones de las diferentes etnias o pueblos originarios que al día de hoy continúan desarrollándose vigorosamente. Hay tantas diferencias físicas e idiomáticas entre guaraníes, kichuas y mapuches, como las hay entre españoles y portugueses de ascendencia ibérica, con galos y latinos u hombres del Lacio (Italia central). Tampoco consideran el mestizaje de la región, producto de la fusión iberoamericana que en los últimos tres siglos ha tomado una dimensión inmensa. Chevalier y Bilbao, en sus escritos ni siquiera contemplan que en esos años existían vastas regiones dominadas por indígenas, como la Patagonia, el Amazonas y otros sectores del Cono Sur.

A mediados del Siglo Diecinueve no existía, ni existe tampoco en la actualidad una “raza Latino-Americana” como expresó Francisco Bilbao.

Torres Caicedo, Calvo y Bilbao, comenzaron a emplear la denominación «America latina» en Francia. Las publicaciones donde escriben el concepto están impresas todas en Francia. Solamente el libro con las obras completas de Bilbao fue publicado en Buenos Aires. Es decir que el concepto se expande desde Francia hacia América del Sur, de acuerdo a los planes de Luis-Napoleón.

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Torres Caicedo y Carlos Calvo fueron dos instrumentos serviles de la política francesa. El escritor chileno Miguel Rojas Mix fue demasiado benévolo con ellos en sus investigaciones publicadas en 1991. Rojas Mix dice en su libro “Los cien nombres de América” (1991) (10), que en el año 1864 el término ya estaba bastante difundido en América. Una afirmación que no se ajusta a la realidad. Si así fuera existirían decenas de publicaciones impresas en nuestra región que corroboren lo que él escribió. O decenas de cartas de funcionarios políticos y personalidades de la época asentando la terminología.

Prácticamente nadie conocía la denominación en esos años salvo algunos embajadores relacionados con Torres Caicedo, Carlos Calvo, el entorno político de Napoleón III, los lectores de Tisserand y la Revue des races latines, y algún asistente memorioso de la conferencia en la que Bilbao utilizó la expresión.

Aunque debe señalarse que el americanista Bilbao fue el más honesto de los tres por que dejó de utilizar la expresión «América latina» cuando Napoleón III intervino militarmente en México. Fiel a sus principios no volvió a utilizar la terminología por que se dio cuenta que sólo legitimaba el colonialismo francés (10). El chileno falleció en Argentina en 1865.

En cambio Torres Caicedo y Carlos Calvo fundaron en París durante el año 1868 una “Sociedad Latinoamericana Científico – Literaria” (23). Diez años después el colombiano promovió en París la fundación de la “Sociedad de Unión Latinoamericana” de la que logró al año siguiente la instalación de una filial en Roma, al mismo tiempo que el reconocimiento de su existencia legal por el gobierno francés (9*) (10). Lo hizo por iniciativa propia a espaldas de los gobiernos sudamericanos de la época.

Estos embajadores fueron estimulados por la política de Napoleón III para que promovieran el panlatinismo desde Francia. No fueron fundadores del latinoamericanismo sino que participaron del inicio de un plan que tenía por objetivo regenerar a los sudamericanos de origen ibérico e indígena, en una identidad colectiva más provechosa para Francia.

El embajador Carlos Calvo lo señaló en una de sus obras: “En efecto, el honorable Mr. Drouyn de Lhuys, actualmente ministro de negocios extranjeros de S. M. el emperador Napoleón III, que en su patriotismo ilustrado comprendió, desde la primera vez que ocupó el ministerio, el año 1848, las inmensas ventajas que resultarían para la Francia del fomento de sus relaciones con los pueblos de raza latina de la América, ha tenido una parte principal en las ventajas considerables que su país ha conquistado en aquellas poblaciones” (14*).

«Latinité» vs. pangermanismo

Hemos visto que fue Napoleón III y su entorno quienes identificaron a los franceses y otros europeos con una supuesta raza latina. La «latinité» o la «idée latine» es un pensamiento que se desarrolló en Francia entre los años 1836 y 1861. Iniciativa de un grupo de hombres vinculados entre si, de los cuales Luis-Napoleón y el sansimoniano Michel Chevalier fueron sus cabezas mas visibles.

La inclinación de Luis-Napoleón hacia la cultura del Lacio debe buscarse en su propia personalidad y en el origen itálico de su familia (Buonaparte y Ramolino). No debemos olvidar la obsesión de su tío Napoleón por la antigua Roma, quien llegó a considerarse a si mismo como un verdadero emperador romano perteneciente a la raza de los césares (67). También influyeron las relaciones de Luis-Napoleón desde joven con los Carbonari italianos y las ideas de Chevalier que hizo propias.

Pero los franceses antes del Segundo Imperio no pensaban como Luis-Napoleón y Chevalier. Por ejemplo, el Barón de Guilmaud, ministro de Francia en América del Sud compenetrado

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con los intereses políticos y comerciales franceses, se refería correctamente al origen ibérico de españoles y portugueses: “L'Amérique du Sud est occupée en presque totalité par des nations de descendance ibérique” (12/12/1848). “L'Amérique, lors de la découverte, s'est trouvée partagée entre les trois races française, anglaise et ibérique “ (23/12/1848) (Eugène Guillemot, Affaires de la Plata 1848-1849) (48).

Por supuesto que Eugène Guillemot también estaba equivocado en su aseveración por que en esa época existían grandes extensiones del Nuevo Mundo ocupadas por pueblos originarios de América.

También Adolphe Thiers (Marsella, 1797 – San Germain en Laye, 1877), un político francés de primera línea que no pertenecía al círculo de Napoleón III se refería a los pueblos meridionales de América. En un discurso pronunciado el 26/1/1864 en el Cuerpo legislativo de Francia con motivo de la intervención francesa en México, expresa su enfado contra la política imperial panlatina: “Sabéis que cuando los colonos que han poblado el norte de la América se trasladaron allende los mares, eran ya por sus costumbres y opiniones verdaderos republicanos. Eran, además, hombres muy laboriosos, y para las pasiones no hay mejor calmante que el trabajo. Pero las poblaciones meridionales, á las que se tiene la complacencia de llamar la raza latina, esas poblaciones apenas estaban preparadas á la república cuando se separaron de la metrópoli” (Adolphe Thiers). El embajador argentino Carlos Calvo analiza el discurso en uno de sus libros corroborando que Thiers negaba el origen latino de los sudamericanos. Una idea que el gobierno imperial insistía en imponer (14**).

En estos años va tomando fuerza en Francia la afirmación de la «latinité» o latinidad en contraposición al expansionismo alemán. Muchos quisieron ver en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) un nuevo enfrentamiento entre latinos y teutones. Fue una época de grandes discusiones étnicas en Europa.

Caído Napoleón III durante la guerra, los primeros en tomar la bandera panlatina fueron los italianos. El escritor Giosuè Carducci (Toscana, 1835 – Bolonia, 1907) quien años después ganaría el Premio Nobel de Literatura 1906, fue uno de los que abrazó la idea de una hermandad latina. Esta fue tomada por Césare Orsini en su folleto L’ALLIANCE LATINE publicado en París en 1871 (49) (50). La familia Orsini estaba vinculada a la organización secreta de los Carbonari y los liberales unificadores de la Giovine Italia fundada por Giuseppe Mazzini. En ese escrito Orsini propone como solución política para que Francia reconstruya su grandeza, una alianza con Italia y España, a los que consideraba países latinos. Una idea que venía desarrollando Michel Chevalier y otros escritores franceses al servicio del Segundo Imperio.

Otros italianos expresaron ideas parecidas. Por ejemplo, el político napolitano Ruggero Bonghi editor del diario La Perseveranza de Milán se había pronunciado en el mismo sentido. El 18/10/1870 leemos en ese periódico la misma idea del folleto de Orsini y el 11/12/1871 el artículo “L’alleanza latina”. Bonghi había sido elegido diputado en 1860 y posteriormente Ministro de Instrucción Pública de Italia en 1873. También en L’Opinione del 25/2/1871 aparece el artículo “La razza latina”, y en otro titulado “La guerra presente e l’Italia” (P. Villari, Florencia, 1870), se decía que Italia mantenía en alto la bandera latina (49).

Pero no todos estaban de acuerdo en Italia. El diario La Riforma fundado en 1866 por Agostino Bertani (Milán, 1812 – Roma, 1886), en un artículo del 17/12/1871 se pronunciaba en contra del opúsculo de Orsini al que consideraba una aberración. La idea de un imperio latino, napoleónica en su origen, debía ser relegada al terreno de los sueños según La Riforma. Ellos consideraban un error hacer del principio racial la razón de una alianza entre países europeos (49).

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Las «Fêtes Latines» de Montpellier en 1878

Durante la Guerra Franco-Prusiana la difusión de la latinidad en Francia se traslada hacia el sur tomando gran impulso en la ciudad de Montpellier. Tiene su continuidad en la iniciativa del barón Charles Jean Marie de Tourtoulon (Montpellier, 1836 – Aix-en-Provence, 1913). Un aristócrata romanista, historiador y filólogo entusiasta de la cultura romana. En 1869 había fundado la SOCIETE POUR L’ETUDE DES LANGUES ROMANES dedicada al estudio de dialectos y literatura medieval junto a otros estudiosos: Anatoli Boucherie, François Cambouliù, Paul Glaize y Achille Montel.

Estre sus escritores y colaboradores destacamos a Théodore Aubanel, Lord William C. Bonaparte-Wyse, Fréderic Mistral, Louis Roumieux, Jean Monné, Léon Gaudin, C. Chabaneau, Alphonse Roque-Ferrier, Maurice Faure, A. Langlade, L. Lambert, E. Déandreis, Alphose Tavan, L’Abbé Joseph Rous, Gabriel Azaïs, Auguste Fourès, Léontine Goirand, Jules Saint-Rémy, Pietro Preda, A. Chastanet, J. Bauquier y Paul Gaussen, entre otros.

En 1870 comienzan a circular sus trabajos en la REVUE DES LANGUES ROMANES (51) Una publicación que sirvió para fundamentar con trabajos lingüísticos, históricos y literarios la idea política que había impulsado el Segundo Imperio. Es decir, la unión de pueblos pertenecientes a una supuesta raza latina.

Esta revista tuvo una duración de varias décadas hasta la Segunda Guerra Mundial. Es continuadora de la Revue des Races Latines (1857-1864) y otras publicaciones imperiales destinadas a promover el panlatinismo en contraposición con el pangermanismo y el paneslavismo. A partir de esta publicación la nueva latinidad comenzó a penetrar en ámbitos académicos desde el sur de Francia hacia otros países europeos. A pesar de la caída de Napoleón III la «idée latine» continuó desarrollándose.

La sociedad estaba vinculada al poder político a través de uno de sus fundadores. El teniente coronel Jean Paul Marie Glaize, Secretario General de Herault desde 1870 y Prefecto de Puy de Dôme a partir de 1877. Paul Glaize fue nombrado Caballero de la Légion d’Honneur en 1879 (58).

Los félibres que un principio constituían un pequeño movimiento literario iniciado por los escritores Frédéric Mistral (Maillane, Provence, Fr., 1830 – Marsella, 1914) y Joseph Roumanille (Saint-Rémy-de-Provence, 1818 – Avignon, 1891) cuyo objetivo fundamental era proteger o cultivar la lengua occitana, se convirtieron en vehículo del panlatinismo y difusores de la latinidad.

En la Revue des Langues Romanes encontramos a los primeros catalanes que tomaron contacto con la sociedad del Barón de Tourtoulon. Las firmas de Víctor Balaguer (Barcelona, 1824 – Madrid, 1901) y Albert de Quintana i Combis (Torroella de Montgri, 1834 – Gerona, 1907) aparecen por primera vez en la sección Dialectos Modernos del Tomo Nº 2 (1871). En el Tomo Nº 9 (1876) se reproduce un artículo del erudito Manuel Milá y Fontanals (Villafranca del Panadés, 1818 - Barcelona, 1884) presentado por Anatoli Boucherie. Apreciado por los franceses, Milá y Fontanals continuó escribiendo en ejemplares posteriores. También Andreu Balaguer i Merino (Barcelona, 1848 – íd., 1883) escribió en la revista a partir de 1877. Los cuatro fueron colaboradores y amigos del grupo de poetas félibres provenzales.

Paralelamente a los trabajos de la Société des Langues Romanes se fundan un grupo de sociedades vinculadas entre si: La Cigale (1875), La Lauseta (1876) con su almanaque, Alouette (1878), y la Société d’Alliance Latine (1878) con su órgano difusor L’Alliance Latine que sólo llegó a publicar dos ejemplares. El denominador común de estas sociedades fue el

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felibrismo, la defensa del principio racial latino, las ideas republicanas y el federalismo. Sus miembros se conocían entre si y compartían intereses.

En La Cigale encontramos a Maurice Faure, Auguste Fourès, Théodore Aubanel, Louis Glaize, Frédéric Mistral, Félix Gras, Louis Roumieux, Charles de Tourtoulon, Lydie Wilson de Ricard, entre otros. En La Lauseta a Louis-Xavier de Ricard y su esposa, junto a Auguste Fourès y miembros del felibrismo.

El periodista y político Louis-Xavier de Ricard (Fontenay-sous-Bois, 1843 – Marsella, 1911), fue una figura principal del movimiento panlatino de Montpellier. Miembro de una antigua familia provenzal y militante felibrista. Hijo de Joseph-Barthélemy de Ricard. Un general que había servido a Napoleón y fue edecán de su hermano Jérome Bonaparte, Presidente del Senado, en 1852. Ricard (P.) estaba emparentado con los Bonaparte a través de sus primos. Louis-Xavier de Ricard fue miembro de la Comuna de París (1870) durante la guerra.

“Un des trois fondateurs de la Société de la Cigale avait voulu en faire un groupe politique. Battu sur ce terrain, M. Xavier de Ricard créa une autre association, l'Alouette, dont il fut naturellement le président. L'Alouette eut, dès sa naissance, des ailes d'une envergure gigantesque, car ce charmant oiseau couvrait de ses plumes la grande idée de la fédération des peuples latins. Roumains, Espagnols, Portugais, Italiens, Suisses romans, Grecs, eurent des représentants plus ou moins autorisés au premier banquet, qui eut lieu le 26 mai 1878”, explica el periodista Auguste Lepage (Mauvages, Meuse, Fr., 1835 – Paris, 1908), autor del libro “Les dîners artistiques et littéraires de Paris” publicado en 1884 (52).

El Barón de Tourtoulon junto al felibrismo dieron impulso a una serie de actividades culturales destinadas a revalorizar la raza latina y el resurgimiento de los dialectos románicos desde el sur de Francia. En 1875, año conmemorativo de la muerte de Petrarca anuncian la fundación del certamen de poesía «Chant du Latin» o Canto al Latino, en dialectos románicos que se llevaría a cabo cada tres años.

A fines de abril de 1878 se organizaron las «Fêtes Latines» o Fiestas Latinas en Montpellier con la presidencia del Barón de Tourtoulon y Paul Glaize delegado del gobierno.

En el certamen de poesía obtuvo el primer premio el diplomático rumano Vasile Alecsandri (Bacău, 1821 – Mirceşti, 1890) con “Le chant de la race latine” (Căntul Gintei latine). Un poema de tono racial que no deja dudas acerca del espíritu de aquellas reuniones. El segundo premio se le otorgó al catalán Francesc Matheu i Fornells. También obtuvieron premios, la escritora Lydie Wilson de Ricard con su poema A la Mar latina y el escritor catalán Josep Martí i Folguera (57) (65*). Leamos la traducción al español del poema de Alecsandri publicada en el diario La Mañana (56) por el periodista valenciano Teodoro Llorente Olivares con el título Canción al Latino: I.– La raza latina es reina entre las grandes razas del mundo. Lleva sobre la frente una estrella divina que resplandece á través de los tiempos seculares. El destino encamina siempre hacia delante su marcha. Va al frente de las otras razas, derramando luz sobre sus huellas.

II.– La raza latina es una virgen dulce y encantadora. El extranjero inclínase ante ella y cae de rodillas, con un deseo mezclado al sentimiento. Bella, viva, sonriente, bajo el sereno cielo, en el ambiente tibio, se contempla á los rayos de un sol espléndido y se baña en un mar de esmeralda.

III.– La raza latina tiene buena parte de los tesoros de la tierra, y generosamente los comparte con sus demás hermanas; pero es terrible en su cólera cuando su brazo libertador hiere la cruel tiranía y lucha por su honra.

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IV.– En el día del juicio final, la raza latina, cuando le pregunten en presencia de Dios: «¿Qué has hecho en el mundo?» responderá serena y tranquila: «¡Ah, Señor, mientras he estado en el mundo, á sus ojos absortos te he representado a tí!».

VASILE ALECSANDRI (56)

El racismo ha sido definido por la Real Academia Española (RAE) como la «Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive». Tiene una cuota de responsabilidad histórica importante en las contiendas bélicas europeas desde la Guerra Franco-Prusiana en adelante. Por esa razón los historiadores intentaron disimular u olvidar el panlatinismo francés iniciado por Napoleón III.

Después de la Segunda Guerra mundial (1939-1945) todas las doctrinas políticas basadas en el racismo fueron condenadas por la nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU). No hay racismos buenos y racismos malos. El escrito del rumano Vasile Alecsandri es un poema con impronta racista. Contiene el mismo defecto que caracterizó a los antiguos romanos: creerse superiores a los demás pueblos y con el derecho divino de guiarlos o someterlos por ser más débiles.

En el ámbito político y societario se organizaron eventos entre los días 22 y 29 de mayo de 1878. El 26/5/1878 la sociedad Alouette realizó un gran banquete en Montpellier con la presencia de políticos y escritores. Entre los adherentes destacamos al diputado italiano Mauro Macchi (Milán, 1818-1880). Un hombre del Risorgimiento entusiasmado con la formación de la alianza latina. Ex Secretario del Ministerio de Guerra durante el gobierno de Luigi Farini, vinculado a Giuseppe Garibaldi y la masonería italiana. Macchi y Garibaldi, fueron promotores de la Logia Universo (21/7/1867) (52) (53) (54). Leamos una carta del masón italiano referente al evento:

“Avec la formation de l'Alliance Latine, les grands États actuels perdront certainement de leur importance. Et ce sera tant mieux ! car les grands États ne sont bons qu'aux grands despotes. Nous devons revenir à l'indépendance des anciennes communes” (M. Macchi) (52).

Otro adherente fue el Concejal del Ayuntamiento de Paris, Eugène Emmanuel Viollet-Le-Duc (Paris, 1814 – Lausana, 1879). Famoso arquitecto restaurador de edificios durante el Segundo Imperio y gran amigo de Napoleón III:

“Ayant toute ma vie essayé de rendre, dans la mesure de mes forces, au faisceau des Races latines la cohésion qui leur manque: doués comme ils le sont, les pays latins pourraient, s'ils osaient s'affranchir de la domination cléricale, reprendre le rang que leur génie devrait leur assurer dans le monde” (E. Viollet-Leduc) (52).

El prestigioso escritor y político Víctor Hugo (Besanzon, 1802 – Paris, 1885) fue nombrado presidente honorario de la reunión siendo casi un anciano, quien les envió una misiva de disculpas que fue leída por Louis-Xavier de Ricard en su discurso:

Paris, 19 mai 1878.

Mes chers confrères,

Mes devoirs publics me retiennent à Paris; je serais heureux, vous n’en doutez pas, d’être au milieu de vous. Je suis votre frère, et vous voulez bien, c’est le privilège de mon âge, m’accepter comme frère aîné. L’union de tous les talents et de tous les esprits, c’est le

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rayonnement même de la civilisation. Je bois à l’alliance des Races latines; je bois à l’alliance de tous les peuples!

votre ami,

VICTOR HUGO (52)

El político Louis-Xavier de Ricard era el alma de esta sociedad. Así lo interpretó Teodoro Llorente en uno de sus artículos en los que transcribe algunas palabras de Ricard: «Aspiramos, no al imperio latino, sino á la confederación latina» (Diario La Mañana 2/7/1878) (56).

El español Llorente cultivó relaciones con el grupo felibrista. Fue asistente periodístico de las Fiestas Latinas. Al igual que el escritor catalán Víctor Balaguer exiliado en Francia desde 1867, más conocido por ser una de las figuras principales de la Renaixença catalana. Balaguer fue el primero en trabar amistad con los poetas provenzales Fréderic Mistral y Félix Gras. Participó en las fiestas de 1878 junto a otros catalanes como Andreu Balaguer y Merino, y Joaquim Riera y Bertran (55).

También Albert de Quintana i Combis tuvo destacada participación. Leyó un discurso de apertura de las fiestas que fue comentado en varios periódicos de la época (56). De hecho, el concurso Chant du Latin fue una iniciativa suya. Así lo confirma la Revue des Langues Romanes:

“M. de Quintana y Combis a bien voulu mettre à la disposition de la Société des Langues Romanes deux grands prix: une coupe symbolique en argent et une cigale en or, qui seront distribués au second Concours de la Société.

Selon le vœu du donateur, le premier de ces prix sera attribué au ‘Chant du Latin’, ou autrement ait ‘de la race latine’; le second, à un poème en langue d’oc, sur un sujet tiré de l’histoire des peuples d’origine romane.

Tous ceux qui ne séparent point le culte de la langue du midi de la France et de la Catalogne de celui de la grande patrie romane remercieront notre généreux ami de la double pensée qui fa inspiré” (T. VII 1875. Chronique. Pág 462)

También la revista Romania editada en Paris le adjudica la iniciativa al catalán e informa que los italianos le pondrían música al himno del rumano Alecsandri:

“Le concours ouvert par la Société des Langues Romanes, sur l’initiative de M. Quintana, pour la composition d’un ‘Chant du latin’, a suscité une masse de pièces dans divers dialectes romans. La Société a donné le prix à une poésie roumaine de M. Alecsandri, et un second prix à la pièce catalane de M. Matheu y Fornells: on peut lire ces deux morceaux dans lé n° de mai-juin de la Revue des Langues Romanes. La ‘Rivista di letteratura popolare’ nous apprend que le prof. Marchetti a mis en musique l’hymne de M. Alecsandri, traduit en italien, et qu’on le chante à Boucarest sur cette mélodie italienne”. (Romania, Vol. 7. 1878. Chronique. Pág 636) (65*).

Los republicanos Francisco Pi y Margall, y Emilio Castelar, adhirieron a la sociedad Alouette presidida por Ricard (52). También el diputado Fernando Garrido Tortosa exiliado en Francia difundió el principio racial latino. Hay una carta de Garrido Tortosa en esa misma época dirigida a la Baronesa de Wilson que deja al descubierto el racismo del masón republicano (59). Un propagador de las ideas de Chevalier, Fourier y Saint Simon, que mantuvo relaciones con los revolucionarios de la Giovine Italia cuando estuvo refugiado en Londres.

Las Fiestas Latinas no fueron sólo un evento literario. Fueron motor de actividades políticas que intentaron llevar a cabo el mismo proyecto de Luis-Napoleón. Aunque con ideas

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republicanas y federalistas, el panlatinismo continuó desarrollándose desde Francia hacia otros países europeos. Las actividades de estas sociedades le permitieron al país galo extender su influencia en España y Rumania. En la península ibérica a través de catalanes y republicanos. En Rumania captando funcionarios diplomáticos como Alecsandri que había sido Ministro de Asuntos Exteriores 1859/60. En 1885 fue designado Ministro rumano en Paris. El premio por su poema de 1878 es un reconocimiento político que está de acuerdo con las ideas del filólogo francés Cyprien Robert de oponer resistencia al paneslavismo.

Charles de Tourtoulon era un noble conocido en ámbitos académicos españoles por haber escrito el libro: “Jacme Ier le Conquérant, roi d'Aragon, comte de Barcelone, seigneur de Montpellier d'après les chroniques et les documents inédits” (1ª parte, 1863 y 2ª parte, 1867). Una biografía histórica del rey Jaime I de Aragón (Montpellier, 1208 – Alcira, Valencia, 1276). Fue condecorado con la cruz de gran oficial de la Orden de Isabel la Católica. La Real Academia de la Historia y la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, lo nombraron miembro correspondiente.

En 1879 el Barón de Tourtoulon fundó la Société des felibres de Paris de la cual fue su primer presidente. En 1882 le anuncia a Frédéric Mistral la fundación de una nueva revista como «un nouveau développement de l'idée félibréenque». El 25/9/1883 aparece el primer numero de la REVUE DU MONDE LATIN editada en Paris. Una nueva publicación dedicada al estudio de los intereses comunes de los países de origen latino en América y Europa (60).

También fue uno de los cofundadores de la afamada Revue des Deux Mondes en 1883 y Director de la Société héraldique et généalogique de France. Algunos libros de la época estudiaron su participación en el movimiento cultural de Montpellier. Por ejemplo: “L'idée latine, Charles de Tourtoulon” de Paul Marieton (Lyon, 1883).

Nótese que en Francia aquellas ideas germinaron en el escritor y político nacionalista Charles Maurras (Martigues, Provence, Fr. 1868 – Tours, 1952). Otro provenzal que desde joven había sido militante felibrista (61). Maurras fue un patriota francés católico y uno de los precursores del fascismo europeo. Miembro de la Ligue de la patrie française y principal exponente de Action Française.

En 1922 Maurras expuso sus ideas panlatinas en el escrito LES FORCES LATINES que forma parte del libro: “La fin de l’empire espagnol d’Amérique” (Marius André. Paris, 1922). También fue impulsor de la revista LATINITÉ: REVUE DES PAYS D’OCCIDENT, publicada en París entre los años 1929 y 1932 (62).

Más adelante en este mismo trabajo veremos que en 1939 aparece en Buenos Aires la revista ilustrada “Latinidad” (32) dedicada al análisis de la política internacional con las ideas de Maurras. Sus editores y redactores eran franceses y francoargentinos. Habían publicado en Buenos Aires el periódico “La Acción” y “La Acción Francesa” entre los años 1915 y 1918 durante la Primera Guerra mundial.

La filología románica de París

Vencido Napoleón III y proclamada la Tercera República, la ciudad de París fue asediada durante cuatro meses por el general prusiano Helmuth von Moltke. Finalmente el gobierno francés se rindió el 10/5/1871. El saldo estimado de la guerra fue de 140.000 soldados y 400.000 civiles muertos para Francia, incluyendo 47.000 vidas durante el sitio de Paris. Prusia y Alemania perdieron 50.000 soldados y 200.000 civiles aprox. (64).

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La victoria le permitió al Imperio alemán anexionarse los ricos territorios de Alsacia y Lorena, y cobrar una indemnización de 5.000 millones de francos en oro. El odio y el revanchismo franco-alemán continuaron hasta la Primera Guerra mundial (1914-1918).

Hemos señalado anteriormente que durante la guerra fue tomando fuerza en Francia la afirmación de la «latinité» o latinidad en contraposición al expansionismo alemán. Una idea racial que se venía desarrollando desde los inicios del Segundo Imperio.

Normalizada la vida en Paris, sus estudiosos emprendieron el mismo camino que los eruditos de Montpellier. En 1872, Paul Meyer y Gaston Paris fundaron “ROMANIA. Recueil Trimestriel. Consacré a l’Etude des Langues Romanes et de des Littératures Romanes”. Leémos en su portada la frase: “Pur remenbrer des ancessors. Les diz et les faiz et les murs. Wace” (65).

Las revues o revistas de esa época eran extensas publicaciones. En este caso se la anuncia como recueil: recopilación, compendio o colección trimestral.

Paul Meyer (Paris, 1840 – Saint Mandé, 1917) y Gaston Paris (Avenay-Val-d’Or, 1839 - Cannes, 1903) eran expertos en filología, paleografía y literatura medieval francesa. Formados en la École des Chartes fundada en 1821. Una escuela planificada por Napoleón para el estudio de las ciencias auxiliares de la historia.

En 1863 Meyer pasó a formar parte de la sección de manuscritos de la Biblioteca Imperial y entre los años 1866 y 1872 se hizo cargo del cuidado de los archivos nacionales.

Durante los primeros años de Romania encontramos lecturas firmadas por Gaston Paris, Paul Meyer, y especialistas tales como Arsène Darmesteter, Pío Rajna, Hugo Schuchardt, Alfred Morel-Fatio, Manuel Milá y Fontanals, F. Bonnardot, y J. Cornu, entre otros.

En años posteriores la publicación fue dirigida por expertos franceses tales como Antoine Thomas, Mario Roques, Félix Lecoy, Jacques Monfrin, Geneviève Hasenohr, Michel Zink, Jean-René Valette, François Zufferey y Sylvie Lefèvre.

La aparición de Romania fue simultánea a la de la italiana Rivista di Filología Romanza fundada en Imola durante 1872 por el filólogo Ernesto Monaci, el conde Luigi Manzoni y Edmondo Stengel de la Universidad de Marburgo. Esta interrumpió sus publicaciones en 1876 pero Monaci vuelve a publicarla en 1878 con el nombre Giornale di Filología Romanza en Roma, y posteriormente Studj di Filología Romanza, editada en la ciudad de Torino (66).

Paul Meyer llegó a ser Comendador de la Légion d’Honneur y Gaston Paris fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 1901, 1902 y 1903, entre otros reconocimientos. Ambos son considerados los padres de la filología románica en Francia. También responsables en buena medida de la importancia que se le empezó a dar a esta disciplina en algunas universidades europeas. Romania fue una publicación referencial para los «países neo-latinos», que comienzan a existir bajo esta denominación en el ámbito académico. Con un enfoque más científico que la publicación de los eruditos de Montpellier, la nueva Romania fue editada en Paris hasta el año 2011 convirtiendo a los franceses en campeones de la romanística. Así comenzó a cumplirse la idea política que había impulsado el Segundo Imperio, con fundamentos académicos.

Los intelectuales al servicio de Napoleón III y sus continuadores, así como algunos políticos italianos del Risorgimiento y otros dedicados al estudio de la filología románica, son responsables de la formación de un conjunto de conceptos panlatinos pensados o ideados desde el poder político: raza latina, latinidad, pueblos latinos y neo-latinos, alianza latina, países latinos, naciones latinas, América latina, lenguas latinas y neo-latinas, etc.. Todas estas expresiones se originaron en Francia y comenzaron a formar parte del lenguaje internacional en la medida que fueron repetidas en otros países bajo su influencia.

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El Congreso Científico de 1898 realizado en Buenos Aires (68)

Prácticamente ningún periódico de la región ni funcionario político sudamericano utilizó expresiones panlatinas hasta el Congreso Científico Latino Americano realizado en Buenos Aires del 10 al 20 de abril de 1898. La terminología aparece en Argentina como una rareza idiomática de esos años. Este el segundo intento panlatinista después de los libros de Torres Caicedo y Carlos Calvo durante el Segundo Imperio, y la primera vez que se utiliza el concepto en un evento de la región donde concurren cientos de personas. El término aparece en varias publicaciones de esos días haciendo referencia al encuentro científico.

La expresión llega a través de ex miembros de la Giovine Italia, el ingeniero Pompeyo Moneta y Tomaso Ambrosetti. Italianos influyentes de la Sociedad Científica Argentina (SCA) que organizó el congreso. Pompeyo Moneta actuó como representante de México a pesar que era italiano y vivía en Buenos Aires desde hacía varias décadas. En 1864, el gobierno del general Bartolomé Mitre le había confiado la organización del Departamento Nacional de Ingeniería cuya dirección ejerció durante muchos años, interviniendo en numerosas obras públicas. Era hermano del publicista y patriota garibaldino Ernesto Teodoro Moneta.

También participaron de la idea algunos miembros del Comité de Organización constituido el 1.4.1897, tales como el Dr. Emilio R. Coni, Vicepresidente 2º; los Secretarios, Ing. Marcial Candioti y Dr. Antonio Dellepiane; y el Ing. Domingo Noceti, Delegado en representación de la SCA para el congreso (24)(26). El Dr. Emilio R. Coni (Corrientes, Arg. 1855 – Francia, 1928), médico dedicado al periodismo científico, vinculado por lazos familiares a la ciudad de Saint-Maló (Fr.) y a la sociología francesa a través de su esposa, la periodista Gabriela Laperriere.

El congreso fue realizado por la SCA con el patrocinio del gobierno nacional. La revisión histórica nos permite afirmar que “Latino América” era una terminología muy poco frecuente y hasta puede notarse el rechazo en los discursos pronunciados durante el evento. El discurso de apertura del ingeniero Ángel Gallardo, Presidente del Comité de Organización, comienza así:

“Bien venidos sean los distinguidos representantes de la repúblicas íbero-americanas, cuya presencia da carácter á esta primera reunión del Congreso científico latino americano que la ciudad de Buenos Aires tiene el honor de albergar en su recinto”. El mismo discurso concluye de la siguiente manera: “Recorra así nuestro Congreso como heraldo de paz y de justicia, las capitales todas de los pueblos íbero-americanos y cuando al terminar su primer ciclo cuente por miles el número de sus miembros, discuta trascendentales problemas é ilumine el mundo con la revelación de nuevas y gloriosas verdades, recordarase con placer este primer ensayo, modestísimo en comparación de la grande obra futura que ha de germinar sin duda de la semilla que hoy plantamos á orillas del Plata, en esta misma tierra donde se lanzó el grito libertador de 1810” (24).

En el discurso del Ministro de Justicia, Culto é Instrucción Pública, Dr. Luís Beláustegui, presidente honorario del Congreso, este emplea la terminología Sud América, repúblicas sudamericanas, confraternidad suramericana y América (24).

El presidente del Congreso, el chileno Dr. Paulino Alfonso, utiliza las expresiones: pueblos hispano-americanos, jóvenes nacionalidades de Hispano-América, América y nuestra América. En todos los discursos es notorio que no estaban acostumbrados a la denominación panlatina y prácticamente no la pronuncian salvo para mencionar el nombre completo del congreso (24).

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La denominación se mantuvo en los congresos científicos de Montevideo (1901) y Río de Janeiro (1905). Las ediciones posteriores de estas reuniones científicas cambiaron el nombre por el de congresos “Pan-americano” y “americano” (25).

El periodismo francés difusor de la latinidad

A partir de las últimas tres décadas del Siglo Diecinueve se observa la aparición de nuevos conceptos panlatinos en diccionarios impresos en Francia. Las nuevas definiciones para pueblos y lenguas «neo–latinos» comienzan a ser introducidas hábilmente por los hermanos Garnier que copan el mercado de editores hispanohablantes en América del Sur.

El ejemplo más notorio es el diccionario “Campano” de gran difusión en la región. Los Garnier se jactaban de ganar con sus libros en castellano más que todos los editores de Madrid juntos. Finalmente aparece la expresión «América latina» dentro de la definición de la palabra «latino». En las primeras décadas del Siglo Veinte todavía no existía esa expresión como concepto independiente en el Campano (27) (28) (29) (30) (31) (31*).

Casi ninguna publicación de la región utilizó expresiones panlatinas en los primeros años del Siglo Veinte. Salvo algunas pocas, por ej.: Pensamiento Latino, revista internacional que ve la luz pública en Santiago de Chile alrededor del año 1900, y El Mundo Latino que publica en España el escritor peruano Mariano José Madueño. Las dos publicaciones tuvieron escasa repercusión a pesar del comentario publicado por la afamada Baronesa de Wilson en 1903 acerca del refugiado peruano:

“Ya en Pernambuco, publicó un hermoso manifiesto, nutrido con ideas por extremo elevadas y rico en doctrinas federalistas, que merecieron las felicitaciones de nuestro eminente Pi y Margall, el apóstol del federalismo español, cuando meses después efectuó su viaje del Brasil á Europa. En escala gigantesca ha emprendido en España una tarea noble y grande: la de la unión de la raza latina, concibiendo y poniendo en práctica el hermoso pensamiento de un diario inter-continental, «El Mundo Latino», con bases ciclópeas de un radio inmenso y de colosales trascendencias, pues que reflejará los latidos del corazón y del cerebro en ambos mundos. «El Mundo Latino» es el pórtico grandioso para el siglo xx” (63).

Al igual que los republicanos españoles, el peruano Madueño es otro ejemplo de la influencia ejercida por el movimiento literario de Montpellier que resumimos en un capítulo anterior. En 1906 Madueño publicó: “Problemas Americanos: Confederación Latino-americana”.

En Buenos Aires se publicó la “Revista Latinoamericana de innovaciones educativas” (1900), y “El desarrollo de la química en la América Latina y los Congresos Latinoamericanos” (Venancio Deulofeu, Bs. As. 1926). Las dos ediciones de pocos ejemplares, vinculadas con los congresos científicos de 1898, 1901 y 1905. También circuló en Buenos Aires la revista “Latium” (1920/21), de muy poca trascendencia.

Un nuevo intento panlatinista ocurre nuevamente en la capital argentina de la mano de un grupo de periodistas franceses liderados por Maurice Bouxin y Raymundo Manigot. En el primer trimestre del año 1939 apareció en Buenos Aires la revista ilustrada “Latinidad” (32). dedicada al análisis de la política internacional. Estaba dirigida a la colectividad francesa del Río de la Plata y al público en general. Una publicación escrita en español con artículos de gran actualidad que siguieron el curso de la Segunda Guerra mundial. La revista también contenía artículos en idioma francés. Sus editores y redactores ya habían publicado en Buenos Aires el periódico “La Acción” y “La Acción Francesa” entre los años 1915-1918 durante la Primera Guerra mundial. En esos periódicos impresos en Argentina también se

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había promovido el panlatinismo, al igual que en “L’Union Française” de Alfred Ebelot y Emile Daireux. Pero estos eran diarios que sólo leía la colectividad de inmigrantes franceses.

En las revistas de Bouxin se cimentó en el Río de la Plata el concepto «América latina» y se anticipó la creación de la organización Unión Latina (UL).

En su primer ejemplar (3.1939) que lleva el Nº 16 dice: “Desde el presente número las revistas que hasta ahora han aparecido con los títulos Lutecia, Francia y Remember, se unificarán bajo el de “Latinidad”. En su tapa aparece una ilustración de la loba romana con Rómulo y Remo amamantándose y una bella prosa introductoria. Los periodistas más importantes que escribían en la revista eran: M. Bouxin (Director), Raymundo Manigot (Jefe de Redacción, 1939-1941), Natal A. Rufino (Jefe de Redacción, 1941-1947), Eciruam Nixuob, M. Aimbé, Roberto Weidel Richard, Pierre Descaves, Alkis D. Lappas, Patrick Romanell, Julio María Malbranche, Suzanne Labin, Juan E. Carulla, Dr. Hernán Bundesen, Alberto Casal Castel, Santiago Bernardini, Julio Marín, Víctor Alvarez Bisbal, Bernardo J. Sheil, Luís Rodríguez Embil, y otros pocos más.

Esta revista era sostenida económicamente con publicidades de las siguientes instituciones y empresas: “Le Courrier de la Plata” (Diario francés publicado en Argentina), College Français de Buenos Aires, College Pasteur, Asociación Francesa Filantrópica y de Beneficencia, Asociación Francesa de Socorros Mutuos, Cámara de Comercio Francesa, La Franco Argentina (Compañía de Seguros), Banco Francés del Río de la Plata, Ferretería Francesa Estrabou & Cía., Cristalerías Rigolleau, Automóviles Citroën, Editorial Argentina Arístides Quillet, Lutecia Hotel (Maison Française Bs. As.), Cognac Otard Dupuy, y varios comerciantes y profesionales francoargentinos (32). La revista se vendía en el Palacio del Libro (calle Maipú Nº 49, Bs. As.), en la Librería Francesa (calle Viamonte Nº 710, Bs. As.) y tenía cientos de suscriptores que la recibían en sus domicilios. Se distribuía gratuitamente a los medios de comunicación y empresas más importantes de Argentina y Uruguay. Era leída por funcionarios políticos de la región que seguían los acontecimientos europeos, antes, durante y después de la Segunda Guerra mundial (32).

Con sólo leer algunos títulos nos damos cuenta de su línea editorial: “Francia y la Herencia Latina” (6.1939, Nº 17, Pag.1), “Latinidad” (5.1944, Nº 63, Pag. 5), “Nueva Unión Latina” (7.1944, Nº 64, Pag. 6), “El triunfo del latinismo” (12.1944, Nº 67, Pag. 11), “La raza latina” (7.1946, Nº 76, Pag. 14), etc.

En el Nº 61 (12.1943), Pag. 5, dice: (textual) “Cuando en 1939 dimos a esta revista el título de LATINIDAD tuvimos el propósito de estar en relaciones continuas con todos los pueblos latinos europeos y sudamericanos, con eje en Francia, que sostiene el faro de la civilización desde siglos y ha venido orientando a los demás pueblos del universo”. En la Pag. 2 aparece un artículo con el título “La Lengua Francesa en la América Latina – La importancia de la literatura francesa en los países latinoamericanos y la influencia de la misma sobre la política y la cultura de las diversas naciones”. El artículo lleva la firma de Ricardo Sáenz Hayes pero es una traducción comentada de un artículo de Frank Schoel que había aparecido en esos días en la “Revue de Paris”.

Transcribimos algunos pasajes del artículo publicado en el Nº 63 (Pag. 5) del 5.1944 que lleva el título “Latinidad” firmado por el autor Julio M. Malbranche.

“Cuando hablo de Latinidad abarco al Helenismo, a la eterna cultura greco-latina. Nadie discutirá la legítima maternidad de la cultura helénica, de la romana, y la latina en general, y, por Latinidad se entiende la inmensa faja de nuestro globo terrestre que va desde Jerusalén y el Mar Negro hasta el Cabo de Hornos al extremo sud de la América meridional, y en toda esa faja o zona, ancha desde los Balcanes y el Rin, en Europa, hasta el desierto africano, y desde el Canadá hasta la Tierra del Fuego, en América, haciendo caso omiso de

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los anglosajones de América, no existe sino una misma sangre y un mismo modo de pensar… ¿Decidme un solo genio bárbaro superior a Sócrates, a Plauto, a Cicerón, a Virgilio, a Arquímedes, a Aristóteles, a Séneca, a Julio César, al Dante, a Cristóbal Colón, a Galileo, a Marco Polo, a Rioja, a Miguel Angel, al Tiziano, a Rafael, a Fidias, a Volta, a Lavoisier, a Voltaire, a Rousseau, a Corneille, a Racine, a Molière, a Cervantes, a Calderón, a Camoens, a Vasco de Gama, a Napoleón, a Pasteur, uno solo que no sea greco-latino? Sí, uno solo; el genio de los genios: Jesús. Pero Jesús quiso nacer bajo la dominación romana, y si su luz es el faro de primera magnitud iluminando al mundo entero es gracias a los latinos y por que el CRISTIANISMO fue, desde las primeras horas de los mártires en Roma, de los primeros cristianos de sus catacumbas, fue, lo convenimos sin discusión alguna, ‘Latinizado’” (32).

En general es una publicación antiespañola. Sus autores desconocen la historia de los pueblos ibéricos y menosprecian ese origen. En el Nº 62 del 2.1944, Pag. 20, encontramos el artículo: “Latinidad – España y sus contrincantes” que no tiene firma. Dice así: “Es necesario que nos ocupemos hoy de España, nuestra segunda hermana, la que por orden lleva el tercer puesto como potencia después de Francia e Italia. No sabemos exactamente por qué figura como potencia latina que tiene poco, muy poco de sangre latina y posee más bien sangre morisca”. Luego califica a los españoles de atrasados e ignorantes y continúa: “A parte de estas fallas, el español es trabajador, honrado, valiente y también (por que no decirlo), también muy hablador, lo que lo ha perjudicado por que se ha creído saber más de lo que verdaderamente sabía. Estos defectos no son hispanos pero más bien son latinos, que también hacen su fuerza” (32).

Creación de la CEPAL, el CELAM, la FLACSO, y los intelectuales de Bolonia

Durante las cuatro primeras décadas del Siglo Veinte, las expresiones “América latina” y “Latino América” fueron muy poco frecuentes. Todavía se usaban en forma masiva las denominaciones: América del Sud, Sud América, América e Hispano América. También se lee el término Ibero-américa tal cual lo hemos visto en la apertura del congreso de 1898. Por ejemplo, en el periódico El Cronista Comercial de Bs. As. fundado en 1908 por Antonio Martín Giménez. En un artículo del 1.11.1916, el Dr. Carlos F. Melo, admirado pensador de la época decía: “Debemos invocar las fuerzas latentes de la raza ibero-americana”… y hablaba de la Argentina como centro de una nueva cultura.

La expresión en idioma inglés «Latin America» como forma de agrupar países tiene su antecedente más notorio en el gobierno de Estados Unidos. El primer político en utilizar el concepto panlatino fue el presidente Thomas Woodrow Wilson (1856-1924). Posteriormente, durante la Segunda Guerra mundial existió en EE.UU. una Subsecretaría de Estado para Asuntos Latinoamericanos, que estaba a cargo de Nelson Rockefeller (33).

En los primeros meses de 1947 la terminología aparece tenuemente en algunos medios periodísticos de la región. Casi siempre en cables de la United Press (UP) que llegan desde Estados Unidos y tratan acerca de la política exterior norteamericana o de temas vinculados a la nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU). En muchos casos el uso de la terminología esta contenida en declaraciones de funcionarios norteamericanos o en artículos escritos por periodistas estadounidenses. Eran noticias extranjeras que se traducían para publicar en nuestros medios de comunicación. En cambio, los artículos redactados por los periodistas locales utilizaban expresiones tales como: América, naciones de América, repúblicas americanas, países de América, países del continente americano, países hermanos de América, relaciones interamericanas, América del Sur, Sud América, América

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Central, Caribe, naciones continentales y extracontinentales, y otras expresiones afines. Cualquiera que revise los diarios de la época podrá comprobarlo fácilmente.

Una de las pocas veces que leemos a un regional hispanohablante utilizando la terminología es en una pequeña noticia de la UP fechada el 3.1.1947 en Washington, publicada al día siguiente por el diario La Prensa (Buenos Aires) en Pag. Nº 7 que lleva el título: “La Unión Panamericana invitó a una reunión al Primer Ministro Italiano”. En una parte del artículo el embajador cubano Guillermo Belt se refiere a la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York diciendo: “… las repúblicas latinoamericanas estiman que deben formar parte de ese organismo todos los países latinos, Italia ahora y España mas adelante, cuando exista en este país una situación favorable”.

Los responsables del uso de la cuestionada denominación en la política internacional fueron los funcionarios británicos y norteamericanos del Consejo Económico y Social de la ONU, que decidieron la creación de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 1948. Ellos fueron: el economista británico Harold Caustin que actuó como representante del Secretario General y David Weintraub, Director Principal del Departamento Económico. Ambos actuaron bajo instrucciones y con el apoyo decidido de David Owen, Secretario General Adjunto a cargo de los Asuntos Económicos de Naciones Unidas (34).

Muy poco pudieron hacer nuestros representantes diplomáticos para defender la identidad cultural de la región ante los funcionarios norteamericanos y británicos que conducían la ONU en sus primeros años (68).

Uno de los hombres que mas hizo para difundir la denominación Latin America fue el economista Raúl Prebisch, que condujo la CEPAL durante sus primeros años de existencia. Prebisch fue el referente principal de la región en materia de planificación económica que tuvo la ONU. Su origen sajón y sus estrechas relaciones con los capitales británicos del Río de la Plata lo llevaron a ocupar un lugar de preferencia en la ONU. El fue uno de los primeros economistas que utilizó la denominación Latin America en sus trabajos de planificación (68).

Luego de la creación de la CEPAL, los grandes medios de comunicación de EE.UU., Gran Bretaña y Francia, se acoplaron a dicha tendencia y comenzaron a difundir masivamente las denominaciones Latin America y Amérique Latine (68).

En 1955 se organizó un Comité de Comercio subsidiario de la CEPAL para proyectar un mercado regional. Allí es donde surge la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960, y su sucesora la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Esta última se creó mediante un tratado en Montevideo firmado en 1980 por las dictaduras militares. Fueron los intereses comerciales fomentados desde la ONU, los que idearon y guiaron esos experimentos de integración, que quedaron truncos por la convulsión política que vivió la región en los años setenta y ochenta: guerrillas y dictaduras militares (68).

Con el retorno a la democracia se inicia una nueva etapa de integración regional. Pero al ir la ONU tomando importancia y autoridad, el concepto Latin America se politizó y fue extendiéndose cada vez más. Como es sabido, la ALADI subsiste con ese mismo nombre como consecuencia del tratado de 1980 y es un organismo menor con sede en Montevideo que brinda asistencia al MERCOSUR (68).

Actualmente existen varias instituciones que llevan la denominación “América Latina”, como consecuencia del pensamiento de los primeros funcionarios del Consejo Económico y Social, de la CEPAL y de Raúl Prebisch. Estas fueron creadas en los años 60 y 70. Han sido sostenidas por los gobiernos regionales en el marco estructural de la ONU. No representan el pensamiento de la gente común pero ejercen gran influencia en medios políticos y de comunicación. Tal es el caso del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES) creado por Prebisch en 1962, el Instituto para la Integración de América

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Latina (INTAL) creado en 1964 dentro del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) por iniciativa de los planificadores de la CEPAL y del ILPES, el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) creado en 1964 por iniciativa de Andrés Townsend embajador peruano ante la ONU y del influenciable Nelson Carneiro, el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) creado en 1972 por recomendación de la ONU, la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) creada en 1973 en medio de graves conflictos regionales durante la crisis petrolera, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) creado en Venezuela en 1975 durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez por iniciativa de un grupo de diplomáticos ligados a la ONU, y otros pocos organismos mas (68).

Coincidentemente con la internacionalización de la expresión Latin America desde la ONU, el Papa Pío XII fundó el Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM) en 1955. El CELAM es una organización pergeñada por el laicismo italiano de los años cincuenta. Uno de los máximos exponentes de esa clase política fue el banquero italiano Vittorino Veronese, Secretario General y Presidente de Azione Cattolica (1944-1952), Presidente del Istituto Catolico di Attivita Sociali (ICAS), Secretario del Comitato Permanente dei Congressi Internazionali per l’Apostolato dei Laici (COPECIAL) establecido por Pío XII, Miembro de la Mesa Ejecutiva de UNESCO (1952-1956), Presidente de la Mesa Ejecutiva de UNESCO (1956-1958) y Director General de UNESCO desde 1958 hasta 1961. Veronese fue muy cercano a Pío XII y amigo de Paulo VI. Fue uno de los italianos mas influyentes antes y después del Concilio Vaticano II.

Al Sr. Vittorino Veronese también le debemos la creación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). En la 45a. reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO realizada en Nueva Delhi (del 31-10-56 al 3-12-56), donde actuaron como presidentes el Dr. Vittorino Veronese (Italia) y el Prof. Oscar Secco Ellauri (Uruguay), el Consejo Ejecutivo “Recomienda a la Comisión del Programa la aprobación de las propuestas contenidas en el documento 9C/5, Corrigendum 1, Anexo, párrafos 85 a 102, referentes al establecimiento de centros regionales de ciencias sociales en Chile y Brasil (45 EX/SR.2, 12, 15)” (35).

La UNESCO tenía varios institutos que llevaban el nombre: “Instituto de Ciencias Sociales (UNESCO)”. Veronese impuso la denominación de la “Conferencia Latinoamericana de Ciencias Sociales” realizada en Río de Janeiro el 16 de abril de 1957, que dio origen al Centro Latinoamericano de Pesquisas em Ciencias Sociais. De igual manera a la Escuela Latinoamericana de Sociología que funcionó en Santiago de Chile desde 1957. Ambos centros precursores de la FLACSO, que en realidad debieron llevar el nombre: “Instituto de Ciencias Sociales de la UNESCO”.

Desde la Declaración de Bolonia firmada en 1999 por los ministros de educación de la Unión Europea, la Università di Bologna (UniBo) comenzó a proponer, conducir y liderar varios programas educativos que se proyectaron sobre nuestra región. Abrió una sede en Buenos Aires y comenzó su expansión regional.

Los intelectuales de la UniBo están imponiendo su visión panlatina del mundo. La “Maestría en Relaciones Internacionales” que dictan desde sus aulas cuenta con una materia denominada “Integración Latinoamericana”, donde les inculcan a los estudiantes que el MERCOSUR es algo menor o sin importancia en comparación con la «unión latinoamericana» que proponen. Han creado el Observatorio de las Relaciones Europa - América Latina (OBREAL) que es una red integrada por varias instituciones académicas y centros de investigación. UniBo lidera el OBREAL y arrastra con su fama a las demás instituciones. Sus estudios están dirigidos a funcionarios políticos, empresarios e investigadores de nuestra región. Con trabajos como los de OBREAL, los intelectuales de Bolonia van formando a su antojo los futuros líderes de nuestra integración regional.

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El plan de actividades de la Università di Bologna (Representación Buenos Aires) y del Instituto Italo Latino Americano (IILA) acompañan los nuevos emprendimientos italianos en la región. También desde hace algunos años el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia lleva adelante un proyecto de formación y capacitación para dirigentes del MERCOSUR, donde se forman muchos de nuestros investigadores y jóvenes funcionarios.

América del Sur y la idea de MERCOSUR es un concepto autóctono continuador de nuestra identidad regional que viene gestándose desde los tiempos virreinales. No forma parte de la planificación de los aliados vencedores de la Segunda Guerra mundial. Tampoco es un “proceso latinoamericano de integración subregional” como pregonan los estrategas del Instituto Italo Latino Americano (IILA) y los intelectuales de la UniBo.

Unión Latina: un proyecto de constructivismo social fallido

También desde París se impulsó la creación de la Unión Latina el 15/5/1954 mediante un convenio realizado en la ciudad de Madrid. ¿Quién fue el verdadero promotor de la Unión Latina? ¿En que circunstancias se firmó ese convenio y a quienes representaban realmente?

La Unión Latina (UL) desde sus oficinas en París gastó millones de euros en cientos de eventos culturales para imponer la latinidad en los países de habla hispanoportuguesa. De hecho, estas nuevas investigaciones que hemos presentado en diferentes ediciones de POSICION IBEROAMERICANA desde el año 2008 no se retomaron por capricho, sino por la actitud irrespetuosa del embajador italiano Bernardino Osio, ex Secretario General de la Unión Latina durante ocho años.

L’Union Latine (UL) nació el 14/6/1948 como proyecto de la política exterior francesa simultáneo a la imposición del término Latinoamérica en las Naciones Unidas. Fue impulsada por Pierre Cabanes, colaborador del presidente del Consejo de Ministros de Francia, Robert Schuman (36) (38).

El primer encuentro institucional se realizó en Santiago de Chile el 30/12/1949 con Pierre Cabanes como primer Secretario General (36). En 1951 se realizó un Congreso en Río de Janeiro y en 1954 se firma el convenio de Madrid que intenta comprometer a los españoles en el proyecto panlatino.

La primera o única vez que un funcionario argentino se refirió públicamente a la latinidad en una campaña electoral coincide con la promoción de la nueva organización. El 12/10/1949 el coronel Domingo Mercante, Gobernador de Buenos Aires e íntimo amigo de Perón, habló de «raza de la latinidad» y «las veintidós hermanas naciones de Latinoamérica» en un discurso en la ciudad de Tandil (37).

La Unión Latina (UL) permaneció inactiva durante casi treinta años hasta que el gobierno de François Mitterrand en 1983 la reflotó a través de Philippe Rossillon, designado nuevo Secretario General (38).

Siempre con la misma idea de querer tutelar los países de la región para contrarestar el expansionismo o imperialismo cultural estadounidense. Vieja estrategia explicada por el emperador Napoleón III en su famosa carta al general Forey del 3/7/1862 (ver Pág. 5).

Establecieron una sede simbólica en la República Dominicana y oficinas reales en París. Allí funcionó su Secretaría General hasta que la unión fue disuelta en 2012 debido a las críticas suscitadas por la polémica gestión de Bernardino Osio al frente de la institución.

Desde la Unión Latina se puso en marcha un ambicioso plan de eventos culturales en los países sudamericanos que comprometían la diversidad cultural de la región. Así mismo la Dirección de Terminología e Industrias de la Lengua de dicho organismo también impulsó

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una serie de herramientas informáticas panlatinas que condicionaban el desarrollo natural de nuestros idiomas. Para ello contó con el respaldo de un cuantioso presupuesto aportado mayormente por los gobiernos de Francia e Italia (39).

La latinidad es un concepto artificial divorciado con el mundo real. La remota herencia del Lacio no permite establecer una comunidad multinacional de base lingüística (38).

Las lenguas neolatinas fueron definidas como tales por los mismos romanistas franceses. Definiciones que forman parte de una batería de conceptos ideados con fines políticos en la segunda mitad del Siglo XIX para darle sustento al proyecto del Segundo Imperio.

La latinidad según el general Juan Domingo Perón

En materia de geopolítica internacional hay un sector del peronismo en Argentina que ha tomado como un postulado que la «unidad latinoamericana» es una bandera histórica del Partido. No les importa si está bien o no. Ni se han preocupado en investigar o indagar el porque de las cosas, que es lo único que nos permite generar un pensamiento propio.

El general Perón quedó inmerso en la nueva planificación de los vencedores de la Segunda Guerra mundial. Ellos nos impusieron la vieja «idée latine» del emperador Napoleón III a través de la CEPAL y los nuevos organismos de posguerra.

Su pensamiento también estuvo condicionado por la ideología fascista durante su agregaduría militar en Italia entre los años 1938 y 1940, y las relaciones tejidas por Perón con la política romana a partir de esos años.

Hemos analizado los discursos públicos de Juan Domingo Perón en lo que se refiere a su visión de la latinidad y el concepto geopolítico Latinoamérica.

La primera vez que detectamos a Juan Domingo Perón utilizar la expresión es en relación al embajador norteamericano Spruille Braden. Perón critica las actuaciones de éste repitiendo el lenguaje diplomático estadounidense que comienza a imponerse desde la nueva ONU. En el acto de proclamación de su candidatura, el 12.2.1946, utiliza la expresión sólo en dos oportunidades: «naciones latinoamericanas» y «países latinoamericanos». En ese discurso es notorio que Perón copia las palabras del Senado de los Estados Unidos (40).

En sus discursos públicos posteriores hasta su caída en 1955, prácticamente no se lo escuchó utilizar el concepto.

Al igual que el ex presidente Hipólito Yrigoyen, el presidente Perón fue en sus primeros años un baluarte del hispanoamericanismo. Así se interpreta en su discurso del 12/10/1947 en la Academia Argentina de Letras (AAL) donde se refiere al pueblo argentino como parte de la Comunidad Hispánica. No es un discurso para diplomáticos españoles sino para los argentinos del ámbito literario (41).

En 4/1948 España y Argentina firman un importante acuerdo comercial. El Protocolo Franco-Perón le aseguró al país ibérico el abastecimiento de cereales y paliar la prolongada crisis económica después de la Guerra Civil. A su vez Argentina se beneficiaba con una zona exclusiva libre de impuestos en el puerto de Cádiz con instalaciones para almacenaje y elaboración de sus productos destinados a toda Europa.

A partir de 1949 comienza un acercamiento entre los gobiernos de EE.UU. y España, debido a la posición estratégica de este último para enfrentar la amenaza soviética.

En 1950 España ofrece su ayuda en la Guerra de Corea y la ONU revoca la resolución del 12/1946 que deslegitimaba al gobierno del general Franco excluyendo a España de los nuevos organismos internacionales. Proceso que culmina con la firma de los Pactos de Madrid de 1953 de colaboración militar, instalación de bases y ayuda financiera para España,

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y su ingreso definitivo a la ONU en 1955. Pactos que se suman a otros de colaboración militar celebrados entre EE.UU. y países americanos.

El general Perón interpretó el acuerdo con los Estados Unidos como una debilidad española que afectaba sus ambiciones de liderazgo. Es aquí cuando Perón comienza a romper la tradición americanista de los criollos con una impronta geopolítica diferente y poco meditada. 1954 es un año de ruptura en las relaciones entre Argentina y España.

A los pocos meses de la creación oficial de la Unión Latina (UL) impulsada desde Francia mediante el tratado celebrado en Madrid el 15/5/1954, Perón desafía abiertamente al general Franco. Abandona el concepto de Hispanidad y se vuelca decididamente al de Latinidad promovido por la nueva organización.

En los primeros días de octubre Perón ordena una feroz campaña periodística contra España difamando y ridiculizando al general Franco. Un ataque de la prensa peronista encabezado por los diarios Crítica, El Líder y La Época (42).

Como contrapartida los españoles invitan al Dr. Mario Amadeo French (Bs. Aires, 1911 – id, 1983) como orador principal en los festejos del Día de la Hispanidad en Zaragoza. Reconocido jurista y diplomático argentino. Amadeo era un ferviente católico y rosista enfrentado públicamente con Perón. Vale decir, un nacionalista de pura cepa descendiente del prócer de la emancipación Domingo French y Urreaga.

El doctor Amadeo se encontraba en España invitado por el Instituto de Cultura Hispánica para dictar un curso en la Universidad de Santander y pronunciar conferencias en la ciudad de Madrid (43).

Inmediatamente Perón suspende los tradicionales festejos del 12 de Octubre y se apoya en la colectividad de inmigrantes italianos.

En esos días se produce un acercamiento político entre el ministro Ángel Borlenghi y exiliados republicanos residentes en Argentina tales como el ex diputado Luis Jiménez de Asúa y el ex ministro masón Augusto Barcia, ex Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del grado 33º para España, llevando las relaciones diplomáticas hasta el límite.

El 10/11/1954 el presidente Perón pronuncia un discurso en lengua italiana durante la ceremonia inaugural del Congreso Extraordinario de FEDITALIA. Su interpretación de la latinidad nos ilustra acerca de la verdadera esencia del latinoamericanismo en la mentalidad de Perón. Trascribimos algunos pensamientos del ex presidente en castellano:

«Nuestro país, donde crece el laurel y la encina de Roma, quiere ser la vanguardia de la latinidad… La cultura de esta Argentina mía, actualmente en marcha ascendente hacia sus nuestros destinos, desea quedar encuadrada en la de la Urbe milenaria … Amigos: para terminar, me permito decir a todos aquellos hombres que en el mundo latino piensan como nosotros, que en el antiguo Lacio debe levantarse la luz de una firme esperanza para la humanidad… Somos portadores de ideas ecuménicas que han vencido a través de tres mil años de una historia que destruyó más de quince civilizaciones anteriores. Nuestras ideas, como nuestros sentimientos, son latinos, decididamente latinos. Ni Oriente ni Occidente, por su concepción colectivista o individualista, y ninguno de los dos, por el materialismo en que viven, pueden disputar el derecho supremo a la bandera de la latinidad. Es menester reconstruir un nuevo Imperio Romano en el terreno espiritual… Pueblos libres de América, sentimos la necesidad de reconstruir un nuevo mundo latino. Y para comenzar esta empresa gigantesca, sólo pedimos nos sea permitido decir, en forma

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de saludo o de juramento, la antigua frase de los legionarios del Imperio: ¡Salve Roma Inmortal!» (44).

Un discurso para endulzar los oídos de la colectividad italiana pero que jamás hubiera podido pronunciar abiertamente ante todo el pueblo argentino.

El discurso de Perón omite hablar del Cristianismo como pilar fundamental de la cultura de Occidente. Un cambio de rumbo que le valió el rechazo del nacionalismo argentino que lo había apoyado durante su primer gobierno.

En 12/1954 Perón envía al canciller Jerónimo Remorino a Italia para estrechar relaciones diplomáticas (42).

El resto de la historia es bien conocido. La ruptura con España y el nacionalismo argentino lo lleva a una inmediata pelea con la Iglesia que inclina la balanza a favor de la oposición harta de Perón. A los pocos meses el presidente argentino es expulsado violentamente del poder y del país.

La Revolución Libertadora encabezada por el general Eduardo Lonardi designa al Dr. Mario Amadeo como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores y Culto. Una gestión de sólo siete semanas pero que fue intensa. El nuevo canciller veló por la seguridad de Perón e intercedió para que se le otorgue un salvoconducto y se cumplieran las normas internacionales del derecho de asilo.

El embajador Amadeo llegó a presidir el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 1959-1960, entre otros cargos relevantes, y ser uno de los fundadores del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

El general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, 1892 – Madrid, 1975) olvidó la rencilla de 1954 y recibió a Juan Domingo Perón (Lobos, Pcia. Bs. As., 1895 – Buenos Aires, 1974) como amigo en su destierro. Franco protegió a Perón desde 1960 hasta que las condiciones políticas de Argentina le permitieron volver.

Es en el exilio cuando Perón comienza a hacer propia la terminología panlatina. En el escrito «La fuerza es el derecho de las bestias» (Panamá, 1956) el ex presidente Perón habla de «latinoamericanos», «continente latinoamericano» y «países latinoamericanos» (40).

Desde el exilio, Perón acompañó la nueva tendencia impuesta por los medios de comunicación internacionales. En su escrito de Panamá, en el Cap. II – La Tercera Posición Doctrinaria – Perón expone su famoso principio. Una alternativa a las dos hegemonías políticas dominantes: el capitalismo y el comunismo.

En el año 1967 el General escribió en Madrid el texto: “Latinoamérica: Ahora o Nunca” publicado en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Al año siguiente Perón integró dicho texto a su nuevo libro “La Hora de los Pueblos” (1968).

En los años setenta utiliza abiertamente las denominaciones en discursos públicos. En Madrid en 7.1972 graba una cinta magnetofónica donde pronuncia las expresiones “Latinoamérica” y “países latinoamericanos”. En Argentina, en su discurso en la Confederación General del Trabajo (CGT), el 30.7.1973, agrega los conceptos “continente latinoamericano” y “comunidad económica latinoamericana”.

En el mensaje redactado para la IV Conferencia de Países No Alineados, realizada en Argelia en Septiembre de 1973, Perón utiliza las expresiones: “Latinoamérica”, “continente latinoamericano”, “colaboración latinoamericana” y “conciencia latino-americana”.

En el discurso del 21 de septiembre de 1973, por radio y televisión, al cierre de la campaña electoral para los comicios del día 23.9.1973, escuchamos a Perón decir: “… Pensemos en esta gran enseñanza, porque la etapa que viene de acá al comienzo del siglo XXI (el temido

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año 2000) ha de ser de grandes previsiones, si no queremos sucumbir. De ahí que nuestra política internacional ha de estar dirigida a la unidad latinoamericana y a la conformación de un Continente unido, solidario y organizado para defenderse”.

En el discurso pronunciado desde la Casa de Gobierno el 21.12.1973, para anunciar la puesta en marcha del Plan Trienal de Gobierno 1974/1977, el General habla de “integración latinoamericana” (Ver: Las grandes líneas del plan, Punto G.).

En su discurso del 1.5.1974, ante los diputados y senadores nacionales reunidos en Asamblea Legislativa, al inaugurar el 99° período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, Perón vuelve a hablar de integración latinoamericana, y de “edificar Latinoamérica”. También se refiere a “nuestros hermanos de Latinoamérica”. En ese discurso recordamos su frase: “Latinoamérica es de los latinoamericanos” (40).

EE.UU. y el negocio del entretenimiento

Es a partir del auge del movimiento literario de Montpellier y las «Fêtes Latines» (ver Pág. 13) que pregonaban la supremacía de la raza latina, que comienza a desarrollarse el concepto popular del macho latino y posteriormente el del latin lover en EE.UU. Características exageradas o fantasiosas de los italianos del Lacio (virilidad, amor posesivo, seducción, etc.) que el movimiento panlatino utilizó inteligentemente para masificar la latinidad en el continente americano.

En los años veinte la Paramount Pictures hizo famoso al italiano Rodolfo Pietro Guglelmi di Valentina como símbolo sexual latino. Un producto pensado para explotar comercialmente a los hispanoamericanos.

El éxito de Rudolph Valentino en Hollywood forma parte del mismo movimiento así como actualmente ocurre con algunas compañías dedicadas a la música y entretenimiento, que al igual que las grandes empresas de comunicación intervienen en una puja de poderes que se disputan las identidades culturales de la región hispanohablante.

Los llamados «latinos» o «comunidad latina» del sur de los EE.UU. son un producto de la manipulación mediática.

Ahora cualquiera que habla español en América del Norte quiere ser latino para aparentar masculinidad o ser mejor amante. En cambio en el ámbito femenino la terminología pretende simbolizar a las mujeres de cutis trigueño o morochas generalmente de ascendencia hispana y mestiza. La denominación latina es sinónimo de mujer fogosa en los portales pornográficos de Internet vinculados a la prostitución.

Nunca olvidemos que el movimiento del cual surge la figura geopolítica Latinoamérica y la popularización del término «latino» para referirse a los hispanohablantes, nació como proyecto imperial de dominación francés.

Está basado en interpretaciones raciales erróneas de Michel Chevalier. El emperador Napoleón III aprovecha las ideas de su consejero por que quiere someter política y económicamente a la región bajo la tutela de Francia creando una afinidad explícita que hasta ese momento no existía.

«Tenemos interés en que la república de los Estados Unidos sea poderosa y próspera; pero no tenemos ninguno en que se apodere de todo el Golfo de Méjico, domine desde allí las Antillas y la América del Sur, y sea la única dispensadora de los productos del Nuevo Mundo», escribía Luis-Napoleón en 1862 (ver Pág. 5).

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Música latina y ritmos latinos:

Cuando el conjunto musical “Los Cinco Latinos” debutó en el teatro El Tabarís de Buenos Aires el 22/5/1957, no se hablaba de música latina en nuestra región. La única música latina que existía eran los cantos litúrgicos en latín o música sacra de las iglesias católicas.

El verdadero nombre de la estrella del grupo era Palma Nicolina Ravallo (Estela Raval), nacida en el seno de una humilde familia de inmigrantes italianos y dotada de una exquisita voz de mezzosoprano. El resto de los integrantes fueron: Ricardo Romero (esposo de Estela), Mariano Crisiglione, Héctor Buonsanti, Jorge Pataro, y Carlos Antinori que reemplazó a Pataro en 1960.

El conjunto fue creado a semejanza de los norteamericanos The Platters, de gran éxito en esos días. Los Plateros eran un conjunto compuesto por cinco cantantes negros (cuatro hombres y una mujer).

En 6/1958 el sello discográfico Columbia lanzó el primer disco de “Los Cinco Latinos” larga duración, el cual llevó el titulo "Maravilloso Maravilloso", y ciertamente lo fue pues a los pocos meses de su lanzamiento prácticamente había desaparecido del mercado.

Las canciones de “Los Cinco Latinos” se difundieron por toda América y Europa, y a poco mas de un año de su primer éxito el conjunto había superado la astronómica cifra de 1.000.000 de placas vendidas, todo un record en aquel entonces. La Columbia Phonographic Broadcasting System Inc., (compañía que manejaba Columbia Records) los transformó en uno de los grupos musicales mas recordados de la época. “Los Cinco Latinos” realizaron numerosas giras internacionales y sus discos se vendieron por todo el mundo.

La explicación del nombre del conjunto musical debe buscarse en los integrantes de origen italiano del grupo o en la idea que se había formado el trompetista y productor Ricardo Romero acerca de la latinidad, en un contexto de uso ascendente de la terminología Latin America en la prensa internacional durante los años cincuenta.

La denominada musica latina y ritmos latinos de la actualidad tienen su origen en la CBS que transformó en un éxito las canciones de aquel conjunto musical argentino que cantaba en español. Es el resultado de una estrategia comercial muy parecida a la Rudolph Valentino en el ámbito cinematográfico con las mismas directrices geoculturales.

En 1969 el Teatro Ferrocarrilero de México DF organizó el primer Festival de la Canción Latina y en 1970 su segunda edición. Sus organizadores influenciados por los grandes éxitos de la canción italiana y por “Los Cinco Latinos” de la CBS concibieron dicho festival. Tomaron la idea del Festival della Canzone Italiana o Festival di San Remo, que se había empezado a celebrar en el año 1951 en el Casino de San Remo, Italia.

En 1972 se celebró en La Habana (Cuba) el Encuentro de Música Latinoamericana y algunos comienzan a llamarle música latinoamericana y música latina a los movimientos de La Nueva Canción (Chile) y La Nueva Trova Cubana, ambos de protesta política de izquierdas.

En 1997 aparece el Festival Presidente de Música Latina. Un evento musical celebrado cada dos años por tres días, durante el mes de octubre. Este evento se realizaba en el Estadio Olímpico Félix Sánchez, en Santo Domingo de Guzmán, República Dominicana. La idea del festival surge alrededor de 1995 cuando la Cervecería Nacional Dominicana decidió hacer un evento para premiar la lealtad del pueblo dominicano hacia la cerveza Presidente. La Cervecería Nacional Dominicana anunció en 4/2007 la cancelación del festival.

En la actualidad el Grammy Latino se ha convertido en el festival mas promocionado de la música en español liderando un negocio millonario de entretenimiento.

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El Latin Grammy Awards fue lanzado en el año 2000 por la cadena CBS. La misma corporación norteamericana que llevó a la fama a Estela Raval y “Los Cinco Latinos” en 1958. Fue el primer programa de televisión en español transmitido en horario de máxima audiencia por una cadena estadounidense. En la 9ª edición del Latin GRAMMY fue galardonada Estela Raval, estrella de “Los Cinco Latinos”, con el Premio a la Excelencia Musical 2008.

Los géneros musicales mas populares de la América hispanohablante son: el mariachi de México, el joropo de Venezuela y Colombia, el reguetón de Panamá y Puerto Rico, la bomba de Puerto Rico, la salsa y el merengue del Caribe, el mambo cubano, el bolero de origen cubano, la nueva trova cubana, la cumbia colombiana, la música mestiza de Ecuador, la música andina, el folclore argentino (zambas, malambos, chamamés, y otros), el folclore chileno, la música paraguaya, el candombe uruguayo, el tango del Río de la Plata, la nueva canción chilena, y otros subgéneros con sus denominaciones particulares. La samba y la bossa nova del Brasil son géneros lusófonos famosos en todo el mundo.

Son las empresas de entretenimiento de los EE.UU. las que han categorizado como música latina y ritmos latinos a nuestras manifestaciones artísticas musicales.

Identidades culturales amenazadas

Recordemos algunos investigadores que nos antecedieron. El primero fue el estadounidense Aurelio Macedonio Espinosa (1880-1958), Profesor de la Universidad de Stanford, quien ya en el año 1919 publicaba el libro “América española o Hispano-América. El término América Latina es erróneo” (Madrid, 1919). Posteriormente, José Antonio Calderón Quijano (1949), Francisco Morales Padrón (1954), Jaime Delgado (1957), Salvador de Madariaga (1959), John Leedy Phelan (1965/1968), María Elena Rodríguez de Magis (1969), María del Carmen Velázquez (1970), Enrique Suárez Gaona (1971), José Luis Abellán García-González (1972), Arturo Ardao (1965/1980), Miguel Rojas Mix (1986/1991), Serge Gruzinski (1997), Mónica Quijada (1998), y otros.

Todos ellos han publicado trabajos referentes al tema en las fechas que aparecen entre paréntesis. Es decir, más de un siglo de trabajos de investigación acerca de un tema polémico. La imposición de la latinidad ofende a otras identidades culturales y genera conflictos de intereses.

«América latina» y «Latinoamérica» fueron desde su inicio y siempre serán denominaciones rechazadas por mucha gente en la región por que parten de un supuesto falso o erróneo.

Los emancipadores de América del Sur, Simón Bolívar, José de San Martín y otros menos conocidos, jamás hablaron de Latinoamérica o América Latina. Los únicos proyectos autóctonos de integración regional son el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) fundado en 1991 y la Comunidad Andina (CAN) iniciada formalmente en 1997.

Desde 12/2004 los dos bloques expresaron su voluntad de unificarse en una Comunidad Sudamericana. Proyecto continuador de la primera vocación integradora surgida después del desmembramiento de los virreinatos españoles. Esta había sido expresada en el Acta de la Independencia durante el Congreso de Tucumán el 9/7/1816 donde leemos las palabras: “Representantes de las Provincias Unidas de Sudamérica”. Sudamérica es el único proyecto unionista que está de acuerdo al ideario de nuestros emancipadores criollos (45).

Los medios de comunicación deberían utilizar las denominaciones que acompañan los procesos de integración autóctonos que llevan a cabo nuestros gobiernos: andinos,

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sudamericanos, suramericanos o americanos del sur, centroamericanos y caribeños. La latinidad no es un factor de cohesión para los pueblos de América del Sur.

Desde el año 2011 se ha planteado un nuevo escenario geopolítico. La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El Grupo de Río, promotor de las cumbres CALC y ALC – UE, antecedentes de la CELAC, nunca fue un proyecto de integración debidamente institucionalizado. Sino un foro de consulta y discusión. Asumió el papel de interlocutor con otros bloques y regiones, supeditando su existencia a intereses extracontinentales. Revestir la CELAC con un disfraz de proyecto de integración autóctono es un ardid embustero en el cual nuestros dirigentes asumen ser títeres de intereses externos.

La CELAC nacida en Caracas en 12/2011 con el auspicio de Hugo Chávez (Sabaneta, Venezuela, 1954 – Caracas, 2013) es continuadora de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) creada en 1960, y su sucesora la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en 1980. Las tres parten de un principio equivocado que no respeta la conciencia histórica de nuestros países.

Es fundamental respetar las identidades culturales de la región por que a partir de ellas surgen las decisiones políticas más legítimas y soberanas.

En Santiago de Chile durante la cumbre UE - CELAC realizada el 25 y 26/1/2013 quedó demostrado que el proyecto de Luis-Napoleón continúa vigente. Unos días antes del encuentro, el ex primer ministro italiano Mario Monti respaldó las negociaciones entre ambos bloques. Lo hizo precisamente desde el Instituto Italo – Latinoamericano (IILA), principal centro de lobby e impulsor europeo de la nueva CELAC. Monti declaró sentir “envidia” y “admiración” por el “continente latinoamericano” (15/1/2013). El político italiano quiere “formar el mayor espacio de libre mercado a escala global: un gran mercado de 750 millones de personas” (15/1/2013).

La latinidad está destruyendo o regenerando todas las identidades culturales de la región. Todas nuestras expresiones más autóctonas pueden desaparecer por causa de este problema. Hay un plan sistemático desde un grupo de instituciones y empresas de medios de comunicación internacionales que tienen por objetivo imponer el panlatinismo.

La lengua española está en peligro. Desde EE.UU. se promueve un nuevo idioma en Internet: el «Latino». Así le llaman ahora al idioma de las películas dobladas al español por hispanohablantes americanos con acento neutro.

Desde la ciudad de Atlanta (EE.UU.) la cadena televisiva CNN promueve la existencia de una «comunidad latina» con su ciclo “Latino in America” o “Ser Latino en EE.UU.” y otros programas que llegan hasta el extremo sur del continente a través de la red de cable.

Lo mismo sucede con el portal de Internet infantil “Disney Latino” que condiciona el desarrollo natural de las identidades culturales de nuestros niños.

En el ámbito informático la empresa Microsoft Corporation está trabajando en el mismo sentido con su producto “MSN Latino” (messenger).

Las empresas de comunicación y entretenimiento estadounidenses están lavando la conciencia de millones de hispanohablantes con las ideas del Segundo Imperio francés.

En Argentina, el kirchnerismo manipula las identidades culturales de los niños a través del nuevo canal público infantil Paka-Paka y el laboratorio creativo LatinLab que intenta imponer el mismo concepto.

El presidente electo Alberto Fernández llegó a decir en una conferencia en el Congreso de los Diputados de España que: “Para que América latina florezca como continente, tiene que ser

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un continente” (5/9/2019) (69). Cuando Alberto Fernández se refiere al «continente latinoamericano» está repitiendo los mismos errores del general Perón (ver Pág. 26-29).

En cambio otros peronistas como el filósofo Alberto Buela Lamas se han expresado claramente acerca del proyecto geopolítico latinoamericano en el 1er Congreso Internacional Identitario realizado en Guadalajara, México: “Es un invento francés para intervenir en Hispanoamérica. Es falso que nosotros seamos latinos. Latinos son los del Lacio (…) Nosotros somos hispanoamericanos o iberoamericanos” (70).

El historiador Pedro Aguado Bleye (Palencia, 1884 – Bilbao, 1954) en su “Manual de Historia de España” decía que al finalizar el Siglo Sexto antes de J. C. los pueblos de la Península Ibérica habían llegado a tal homogeneidad, que los autores clásicos solían llamar iberos a todos los pueblos peninsulares, y los historiadores modernos reconocen una unidad de cultura que los más llaman cultura ibérica y algunos cultura hispánica. Eso indica que si los pueblos están siempre haciéndose en la tierra que ocupan, alcanzan momentos de firmeza y madurez. Entonces reciben y asimilan las influencias extrañas sin que se modifiquen esencialmente sus caracteres. El erudito español expresaba textualmente:

“En nuestra opinión, el pueblo español del Siglo V a. de J. C. tenía ya una esencia que, si alguna vez estuvo en peligro, no se ha perdido nunca” (46).

Un razonamiento parecido es válido para los pueblos originarios del continente americano, los criollos y el mayoritario mestizaje de esta región, al que llamamos fusión iberoamericana o simplemente sudamericanos. Hay un conjunto de elementos culturales autóctonos inalterables. Cualquier proceso de integración de países que altere o menoscabe las identidades culturales de los integrados, por injusto está destinado al fracaso.

Hemos visto que fue Napoleón III y su entorno quienes identificaron a los franceses y otros europeos con una supuesta raza latina. La «latinité» surge de una vieja idea romana. Es un pensamiento que se desarrolló en Francia entre los años 1836 y 1861. Fechas de publicación del libro “Lettres sur l’Amérique du nord” (Paris, 1836) en el cual Michel Chevalier vuelca los primeros conceptos y el artículo “Situation de la latinité” del funcionario imperial Lazare Maurice Tisserand en la REVUE DES RACES LATINES (Paris, Vol. 24, 1/1861) donde aparece la terminología «Amérique latine» por primera vez en un medio de comunicación.

La «latinité» o la «idée latine» fue la iniciativa de un grupo de hombres vinculados entre si de los cuales Luis-Napoleón y el sansimoniano Michel Chevalier fueron sus cabezas mas visibles. Su objetivo siempre ha sido engrandecer a Francia.

El movimiento panlatino francés no se terminó con la derrota del sobrino de Napoleón en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871). Después de la Segunda Guerra mundial, el poder político francés y sus socios vencedores nos impusieron la vieja «idée latine» del Segundo Imperio a través de la CEPAL y la nueva planificación geopolítica de las Naciones Unidas.

Con la plena convicción de que la defensa de las identidades culturales es una causa justa, seguiremos difundiendo esta verdad por todos los medios a nuestro alcance hasta que la ONU le cambie el nombre a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), primer organismo responsable de haber generado este problema.

La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana. Así lo expresa la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural del 2/11/2001. Latinoamérica o Amérique latine es un concepto racial excluyente además de formar parte de un proyecto imperialista de dominación. Mariano García Barace Analista Político. Bs. As, Argentina. [email protected]

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Bibliografía Autores consultados Aguado Bleye, Pedro - Alvarez Lázaro, Pedro F. – André, Marius - Ardao, Arturo - Arrondo, César - Balaguer, Víctor - Bilbao, Francisco - Blin-Mioch, Rose - Bodart, Gaston - Bouxin, Maurice - Buela Lamas, Alberto - Calvo, Carlos - Ciprés Palacín, María Angeles - Colín Sánchez, Guillermo - Chabod, Federico - Chevalier, Michel - Dérieux, Henry - Deslandres, Paul - Durantez Prados, Frigdiano Alvaro - Fernández, Pura - Ferreira dos Santos, Marie José - Gallardo, Angel - Guillemot, Eugène - Harris, James Howard (Lord Malmesbury) – Haussmann, Georges Eugène (Baron Haussmann) - Irazusta, Julio - Laffont, Robert - Lamartine, Alphonse - Lentz, Thierry - Lepage, Auguste - Mabragaña, Heraclio - Maccuaig, William - Madueño, Mariano José - Malbranche, Julio. - Manigot, Raymundo - Marieton, Paul - Meigs, Cornelia - Maurras, Charles - Mesa González, Omar - Nguyen, Victor - Orsini, César - Ortiz de Rosas, Carlos - Pascual Sastre, Isabel María - Perón, Juan Domingo - Phelan, John Leddy - Rein, Raanan - Reynaud, Jacques – Ricard, Louis Xavier - Robert, Cyprien - Rojas Mix, Miguel - Sáenz Hayes, Ricardo - Santa Cruz, Hernán - Serrano, Emilia (Baronesa de Wilson) - Taracena Padrón, Rosendo - Tisserand, Lazare Maurice - Torres Caicedo, José María – Tourtoulon, Charles (Barón de Tourtoulon) - Vallefrange, Prosper - White, Matthew - Wilson de Ricard, Lydie - Zea, Leopoldo. Libros consultados

(1). LAMARTINE RACONTÉ PAR CEUX QUI L’ONT VU. Henry Dérieux. Confidencia recibida por Henri de Lacretelle el 18.5.1848. Ed. Stock. Paris, 1938. (Inv. J. Irazusta)

(2). N. del A.: James Howard Harris (1807 – 1889). 3rd Earl of Malmesbury, Caballero de la Orden de Bath, dirigente conservador, parlamentario miembro de la Casa de los Comunes por Wilton desde 1841, Secretario de Estado para Asuntos Exteriores en 1852 y en 1858/59.

(3). MÉMOIRES D’UN ANCIEN MINISTRE 1807-1869. Lord Malmesbury. Ollendorff Éditeur. Pág. 81. París, 1885. (Investigación Julio Irazusta).

(4). PANLATINISMO, LA INTERVENCIÓN EN MÉXICO Y EL ORIGEN DE LA IDEA DE LATINOAMÉRICA – John Leddy Phelan. México, 1969.

(5). LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD. Michel Chevalier. Cuarta Edición. Tomo Segundo. XXXIV La Démocratie. Pag. 378. Librairie de Charles Gosselin et Ce. Paris, 1837. (5*) Pág. 12-15. Cuarta Edición. Wouters et Ce. Bruxelles, 1844. N. del A.: La traducción de las frases le corresponde al escritor madrileño Luis Español Bouche.

(6). DICCIONARIO PORRÚA DE HISTORIA, BIOGRAFIA Y GEOGRAFÍA DE MEXICO. Ed. Porrúa. México, 1995. Ver también IGNACIO ZARAGOZA: EVOCACIÓN DE UN HÉROE. Guillermo Colín Sánchez. Ed. Porrúa. México, 1963.

(7). COMPENDIO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO DE TABASCO. Rosendo Taracena Padrón. Gobierno del Estado de Tabasco. Págs. 98-99, 116-120. México, 1957.

(8). LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD (1836), DES INTÉRÊTS MATÉRIELS EN FRANCE (1837), COURS D’ÉCONOMIE POLITIQUE (1842/1850), L’ISTHME DE PANAMA, SUIVI D’UN APERÇU SUR L’ISTHME DE SUEZ (1844), L’EXPÉDITION DU MEXIQUE (1862), LE MEXIQUE ANCIEN ET MODERNE (1863).

(9). Traducción y transcripción de Arturo Ardao en el libro: (9*) AMERICA LATINA EN SUS IDEAS, “Panamericanismo y latinoamericanismo”, Pags. 160 y sgs. Introducción y coordinación de Leopoldo Zea, UNESCO, 7 Place de Fontenoy, 75700 Paris (Fr.), Siglo Veintiuno Editores. 1ª Ed. 1986, 4ª Ed., México, D.F., 2006.

(10). LOS CIEN NOMBRES DE AMERICA. Miguel Rojas Mix. Pags. 343 y Sgs. Editorial Lumen S.A. - Editorial Andrés Bello. Barcelona, 1991. Primera Reimpr. Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José (CR), 1997. (10*) Carta del emperador Napoléon III al Gral. Forey del día 3.7.1862. “Affaires étrangères, documents diplomatiques”, Pags. 190 – 191. Paris, 1863. Traducción y transcripción de Miguel Rojas Mix en “Los cien nombres de América”, Pág. 366. San José (CR), 1997. (10**) MEXICO Y SUS GOBERNANTES de 1519 a 1910”. Baronesa de Wilson. Tomo

Segundo. Pág. 288-289. Casa Editorial Maucci. Barcelona, 1910.

(11). REVUE DES RACES LATINES. L'Administration de la Revue, 52, Rue de Bondy. Et chez les principaux libraires. Paris 1857-1864. (11*) ENCICLOPEDIA GER. Gran Enciclopedia Rialp. Ediciones Rialp S.A. (digital). Canal Social, 1991. (11**) REVUE DES RACES LATINES. Volume 24, Livraison 55. Pág 141-142. L’Administration de la Revue. 77, Boulevard Sébastopol. Et chez les principaux libraires. Paris 1/1861.

(12). REVUE DES DEUX MONDES. Revista bimensual francesa fundada en 1829. Rue Saint – Benoît, 20. Paris (Fr.)

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(13). AMÉRICA LATINA - COLECCIÓN HISTÓRICA COMPLETA DE LOS TRATADOS, CONVENCIONES, CAPITULACIONES, ARMISTICIOS, CUESTIONES DE LÍMITES Y OTROS ACTOS DIPLOMÁTICOS Y POLÍTICOS DE LOS ESTADOS Comprendidos entre el golfo de Méjico y el cabo de Hornos, desde el año 1493 hasta nuestros días”. Carlos Calvo. Imprenta de J. Jacquin, Besanzón (Fr.). París: librerías de A. Durand, Rue Cujas, 7. Garnier Hermanos, Rue des Saints-Pères, 6. Mme. Denné – Schmidt, Rue Favart, 2. España, en la librería de Bailly – Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso, 8. Años 1862 a 1869.

(14). ANALES HISTORICOS DE LA REVOLUCION DE LA AMERICA LATINA. Carlos Calvo. T. 1º y T. 5º. Imprenta de J. Jacquin, Besanzón (Fr.). París: librerías de A. Durand, Rue Cujas, 7. Francisco Brachet, Rue de l’Abbaye, 8. Mme. Denné – Schmidt, Rue Favart, 2. España, en la librería de Bailly – Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso, 8. Buenos Aires, en la librería de la Victoria, calle de la Florida, 46. Años 1864 y 1867. (14*) T. 1º. Págs LI-LII. (14**) T. 1º. Págs. LXXV-LXXVIII.

(15). OBRAS COMPLETAS DE FRANCISCO BILBAO. Edición hecha por Manuel Bilbao. Imprenta de Buenos Aires. Calle de Moreno, frente á la casa del Gobierno Nacional. Vol. 1. Págs. 285 – 304. Buenos Aires, 1866.

(16). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 285.

(17). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 287.

(18). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 290.

(19). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 291.

(20.) LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD AVEC UNE CARTE DES ETATS-UNIS D’AMERIQUE. M. Chevalier. Librairie de Charles Gosselin et Cie. Vols. 1 – 2. Paris, 1836. Ver también traducción y trascripción de Arturo Ardao en el libro AMERICA LATINA EN SUS IDEAS. Panamericanismo y latinoamericanismo, Págs. 160-161. Introducción y coordinación de Leopoldo Zea, UNESCO, 7 Place de Fontenoy, 75700 Paris (Fr.), Siglo Veintiuno Editores. 1ª Ed. 1986, 4ª Ed., México, D.F., 2006. , y POSICION IBEROAMERICANA Nº 6. M. García Barace. Pág. 1. Buenos Aires, 2011.

(21). N. del A.: La afirmación de J. M. Torres Caicedo corresponde al año 1875. LOS CIEN NOMBRES DE AMERICA. Miguel Rojas Mix. Pág. 345. Editorial Lumen S.A. - Editorial Andrés Bello. Barcelona, 1991. Primera Reimpr. Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José (CR), 1997.

(22). OB. CIT. M. Rojas Mix. Ed. cit. Pág. 353. EL EVANGELIO AMERICANO Y PAGINAS SELECTAS. Selección y prólogo de Armando Donoso. Pág. 243. Barcelona, citado por M. Rojas Mix.

(23.) JOSE MARIA TORRES CAICEDO, DESCUBRIDOR DE LA LITERATURA ARGENTINA. Emilio Carilla. Thesaurus. Tomo XLIV. Núm. 2 , pag. 367. Año 1989. Centro Virtual Cervantes, 2007.

(24). ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA. Vol. 45. - Congreso Científico Latino Americano realizado en Buenos Aires del 10 al 20 de abril de 1898. Resumen de las sesiones de apertura y clausura y discursos pronunciados en ellas. Buenos Aires, 1898.

(25). CONGRESO CIENTIFICO AMERICANO - Historia de los congresos anteriores. Actas del octavo congreso científico americano, realizado en la ciudad de Washington del 10 al 18 de mayo de 1940, bajo los auspicios del gobierno de los Estados Unidos de América. Vol. 1. Secretaria de Estado, Washington, 1941.

(26). SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA. Av. Santa Fe 1145. Capital Federal, Argentina.

(27). LIBRERÍA DE GARNIER HERMANOS. Calle des Saints - Pères, 6. Paris, Francia.

(28). DICCIONARIO GENERAL ABREVIADO DE LA LENGUA CASTELLANA. Ordenado por LORENZO CAMPANO. Librería de Garnier Hermanos. Paris, 1877.

(29). DICCIONARIO GENERAL ABREVIADO DE LA LENGUA CASTELLANA. Ordenado por LORENZO CAMPANO. Librería de Garnier Hermanos. Paris, 1884.

(30). CAMPANO ILUSTRADO. Diccionario Castellano Enciclopédico. Novísima Edición. Editorial Garnier Hermanos. Paris, 1923.

(31). LA EDITORIAL GARNIER DE PARIS Y LA DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO BIBLIOGRAFICO EN CASTELLANO DEL SIGLO XIX. Pura Fernández. Instituto de la lengua Española del CSIC. Madrid, 2009. (31*) «El Monopolio del mercado internacional de impresos en castellano en el siglo XIX: Francia, España y la “ruta” de Hispanoamérica» Pura Fernández. Bulletin hispanique, t. 100 Nº 1, 1998.

(32). Revista Ilustrada LATINIDAD de M. Bouxin (Colección años 1939-1947). Jefes de Redacción: Raymundo Manigot y Natal A. Rufino. Editada en Buenos Aires, en la calle Camarones Nº 3522 hasta el año 1944 y en la calle Enrique de Vedia Nº 2041 hasta el año 1947. Argentina.

(33). LAS NACIONES UNIDAS, PERSONAS Y PERSONAJES. Cornelia Meigs. Pag. 38. México, 1964.

(34). LA CREACION DE LA CEPAL. Hernán Santa Cruz. Pag 19/23. Publicaciones de las Naciones Unidas (1985).

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(37). LA CAMPAÑA A GOBERNADOR DEL CORONEL MERCANTE EN 1950, VISTA POR EL DIARIO “EL DIA” DE LA PLATA. César Arrondo. Instituto de Investigaciones Históricas “Dr. Ricardo Levene”, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Pág. 4. La Plata, 2008.

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(40). Libros, discursos y escritos del Gral. Perón. Partido Justicialista (PJ).

(41). DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA GENERAL JUAN PERON. Pronunciado en la Academia Argentina de Letras con motivo del día de la raza y como homenaje en memoria de don Miguel de Cervantes Saavedra en el cuarto centenerio de su nacimiento. Buenos Aires, 12 de octubre de 1947 (42). HISPANIDAD Y OPORTUNISMO POLITICO: EL CASO PERONISTA. Raanan Rein. E.I.A.L. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Vol. 2 - N° 2. Universidad de Tel Aviv, 1991.

(43). MARIO AMADEO. Los Diplomáticos Nº 10. Septiembre 1995. Carlos Ortiz de Rosas. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Buenos Aires, 1995.

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(47). HISTOIRE GENERALE DE PARIS - COLLECTION DE DOCUMENTS. Fondée avec l'approbation de l'Empereur. M. Le Baron Haussmann, Senateur Préfet de la Seine. Imprimerie Impériale. Paris, MDCCCLXVI.

(48). AFFAIRES DE LA PLATA. Extrait de la correspondance de M. Eugène Guillemot, pendant sa mission dans l'Amérique du Sud. (1848 - 1849). Págs. 6 y 9. Imprimerie Lange Lévy et Comp., 16, rue du Croissant.

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(53). LA ITALIA DEL RISORGIMIENTO Y LA ESPAÑA DEL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874). Isabel María Pascual Sastre. Pág. 360. Editorial CSIC. Madrid, 2001.

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(55). VICTOR BALAGUER: SU EXILIO EN PROVENZA. María Angeles Ciprés Palacín. Revista de lenguas y literaturas catalana, gallega y vasca (UNED) 1992-1993. Universidad Complutense de Madrid, 2008.

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(58). FRANCE ARCHIVES. Service interministériel des Archives de France. 56, rue des Francs-Bourgeois 75003 Paris. https://francearchives.fr/en/ .

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(60). REVUE DU MONDE LATIN. Bureau de la Revue du Monde Latin. 6, Rue de Mézières. Paris, 1883. LA REVUE DU MONDE LATIN ET LE BRÉSIL, 1883-1896. Marie-José Ferreira dos Santos. Cahiers du Brésil Contemporain, 1994, n° 23-24, p. 77-92. Paris, E.H.E.S.S., 1994. Ver también revista ROMANIA Nº 48, 10/1883. Pág. 627.

(61). MAURRAS ET LE FÉLIBRE. Éléments de problématique. Victor Nguyen. Édition électronique réalisée par Maurras.net et l’Association des Amis de la Maison du Chemin de Paradis. 2009.

(62). LATINITÉ: REVUE DES PAYS D’OCCIDENT. Librairie de France. Dir.: Jacques Reynaud. Paris, 1929/1932.

(63). EL MUNDO LITERARIO AMERICANO. Baronesa de Wilson. Tomo Segundo. Pág 201 y 215. Casa Editorial Maucci. Barcelona, 1903.

(64). STATISTICS OF WARS, OPPRESSIONS AND ATROCITIES OF THE NINETEENTH CENTURY. Edición digital. Matthew White, 1999-2011. Ver también LOSSES O LIFE IN MODERN WARS. Gaston Bodart. Oxford, Clarendon Press, 1916.

(65). ROMANIA. Recueil Trimestriel. Consacré a l’Etude des Langues Romanes et de des Littératures Romanes. Publié par Paul Meyer et Gaston Paris. F. Vieweg, Libraire – Éditeur. 67, Rue de Richelieu. Paris. (65*) Volume 7, 1878. Pág. 636. Reprinted with the permission of Librairie Honore Champion Editeur. Johnson Reprint Corporation Kraus Reprint Corporation. First reprinting, 1966. Printed in the United States of America.

(66). RIVISTA DI FILOLOGIA ROMANZA. Diretta da L. Manzoni, E Monaci, E. Stengel. Tip D’Ignazio Galeati e Figlio. Vía del Corso, 35. Imola, 1872.

(67). HISTOIRE DU CONSULAT ET DE L’EMPIRE. Robert Laffont. Conversación con Narbonne citada por Louis Madelin. Collección “Bouquins”, republicado en 2003, T. III, Pág. 354. Ver también, NAPOLEON AND CHARLEMAGNE. Thierry Lentz. Napoleonica. La Revue 2008/1 (No 1), Pág. 45-68.

(68). POSICIÓN IBEROAMERICANA Nº 1. América del Sur no quiere ser latinizada. M. García Barace. Edición digital. Buenos Aires, 4.09.2008.

(69). Conferencia de Alberto Fernández en el Congreso de los Diputados de España. Madrid, 5/9/2019.

(70). Conferencia del Dr. Alberto Buela Lamas en el 1er Congreso Internacional Identitario. Centro de Estudios de Pensamiento Americano (CEPA.LA). 5/2015. Guadalajara, México.

Otras consultas: ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ILUSTRADA EUROPEO – AMERICANA. Espasa Calpe S.A. Madrid, 1993. NUEVO DICCIONARIO BIOGRAFICO ARGENTINO (1750-1930) – Vicente Osvaldo Cutolo. Editorial Elche. Buenos Aires, 1985. DICCIONARIO BIOGRAFICO ITALO-ARGENTINO – D. Petriella – S. Sosa Miatello. Asoc. D. Alighieri. Buenos Aires, 2002. DICCIONARIO URUGUAYO DE BIOGRAFIAS – José M. Fernández Saldaña. Editorial Amerindia. Montevideo, 1945. ARCH. Prv. M.G.B. Bs. As., 2011. JOURNAL DE L’INSTITUT HISTORIQUE. Imp. P. Baudouin. Rue Mignon Nº 2. Paris, 1834. LES DÉBUTS DE L’INSTITUT HISTORIQUE (1834-1846). Paul Deslandres. Extrait de la “Revue des Etudes Historiques”, 7/1922 – 9/1922. Librairie Auguste Picard. Rue Bonaparte 82, Paris.

POSICION IBEROAMERICANA Nº 12. El presente trabajo de investigación es la 2ª edición ampliada del Ejemplar Nº 9 publicado el 31/10/2018. Este último era una edición resúmen de ejemplares anteriores aparecidos desde 4/9/2008. © Mariano García Barace. Buenos Aires, Argentina.

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