oración para conseguir misericordia
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O R A C I O N E S r
D E LA SANTA ESCRITURA
P A R A CONSEGUIR. MISERICORDIA
E N L A S N E C E S I D A D E S
Por el P. Fr. Manuel de Santo Tomas de Aquino-, Carmelita Descalzo^
№ №.. Y\ _ {, VAMWM
CON LICENCIA.
En Valencia: por la Viuda de Agustín Laborda. A ñ o de 1794.
íir NO TA.
EStas Oraciones, que substancial mente son de la santa Escritura , deben
teaer mas eficacia que las que componen únicamente los hombres. Y así como antiguamente y inspiradas de Dios , servían para implorar y conseguir la misericordia divina , y animar al Pueblo en las batallas ; así ahora serán eficaces contra nuestros enemigos , si confiamos de Dios y guardamos su santa ley. Así lo tiene prometido el Señor: sus palabras son infalibles ; solo quedan sin efecto por nuestras culpas que irritan á Dios. También se pueden dirigir contra nuestros enemigos invisibles , en caso de tentación. Y para que no olvidemos jamas la promesa formal de su santa ley , servirá la autoridad siguiente , que debemos meditar todos los días.
PROMESA T AMENAZA DE DIOS quando dio su ley.
Guardad mis sábados , ( i ) y reveren-
( i ) Esto e s , las fiestas ó domina
ciad
IV
P R O -
ciad mí santuario... Si guardáis mis ley e s , os daré lluvia en su t i empo . . . . Daré paz en vuestro pais . . . Perseguiréis á vuestros enemigos, y caerán delante de vosotros. Cinco vuestros perseguirán á ciento de los enemigos , y ciento de vosotros á diez mi l . . . A n daré entre vosotros , seré vuestro Dios, y vosotros Pueblo mío . . . . Mas si no cumplís mis mandatos . . . os visitaré con carestía . . . . vuestros campos y cosechas las destruirán vuestros enemigos Caeréis delante de ellos . . . huiréis sin que nadie os persiga.... Si os endurecéis en las culpas , reduciré á soledad vuestras ciudades, y haré yermos vuestros templos... Esto será hasta que confeséis las maldades... Entonces me acordaré de mi alianza y también de la. tierra.
Vide Levítico , cap. 26". Todo el es digno de meditarse.
•y
P R O L O G O .
§. I. Se hace evidencia a los Cristianos, que sus victorias b desgracias dependen de su conducta buena b mala , y se prue
ba esto por exemplos continuos e innegables.
ES indispensable confesar , que Dios no abandona á sus siervos , mien
tras conserven algún principio de religión. Las desgracias, las perdidas , y aun la profanación de las iglesias , no se decretan ó permiten en el Consejo d iv ino , sin el objeto de grandes bienes; y si estos los podemos rastrear por las historias sagradas , veremos , que solamente las permite el Señor en castigo de las culpas , y psra traer su Pueblo como á fuerza, á postrarse en su presencia , pidiendo missricordia. Siempre que los Hebreos, olvidaban sus leyes,
los
vi
(i) I. Mac. c i . y II . Mac. c. 3.
los entregaba á la crueldad de las N a ciones : y al punto que clamaban a! Cielo y se enmendaban , conseguían la l i bertad y Ja victoria. ¡Que' excesos no cometieron los Judíos , antes que permitiera su cautiverio en Babilonia! v quando reconocieron sus culpas , ¡qué pronto volvieron á gozar de Jerusalen! ¡ Con que espíritu y gloria de la misma religión renovaron su culto ! ¡Que paz, que orden , que' justicia , que piedad se vio en Jerusalen por muchos años hasta el tiempo de los Macübeos ! El grande Sacerdote Onías que gobernaba todo el Pueblo, hacia brillar igualmente la religión que la política ; y por mas que el malvado Simón ( i ) quiso turbar el orden , adulando al R e y con los tesoros exagerados del templo , no pudo conseguir mas , que una demostración prodigiosa del cuidado que Dios tenia de los que le servían con fidelidad. Bien fue enviado Heliodoro á saquear el
tem-
Víí . templo : lo Intenta , despreciando las lágrimas de Onías y de todo el Pueblo, que no tienen mas armas que la oración ; pero quando ya estaba á punto de cargar los tesoros, un ángel visiblemente lo castiga , y el mismo castigado reconoce delante del R e y la mano del Omnipotente.
Mas este mismo Dios , dentro de pocos años se sirve de Antioco para castigar á este mismo Pueblo que acaba de defender; porque olvidando tan gran milagro , tiene la osadía de poner escuela gentílica muy cerca del mismo templo , enseñando á la juventud los vicios mas infames ( i ) por medio del impío e intruso Sacerdote Jason. Este Jason era hermano de Onías que acababa de mor i r , pero muy diferente en su conducta. Desde entonces, dice la santa Escritura (2) »los Sacerdotes ya »no se aplicaban al altar , despreciaban
»e l
( 0 II. Mac. c. 4. v. ra. (a) ídem , vv. 14. 15 . 16. 17.
viil «el templo y los sacrificios; tenían étl junada las honras de la patria ; hacian valarde de imitar los usos de los Griesgos , que habian sido sus morrales ene-amigos. Mas el obrar impíamente con-« t r a las leyes de Dios , no queda sin «castigo." Este Jason ( i ) «al fin se vio «precisado á huir de una ciudad en 5» otra , aborrecido de todos , como un «apóstata de las leyes , execrable y ene-«migo de la patria 5 fue echado á Egip-« t o , y el que habia hecho arrojar los «cuerpos de muchos sin sepultura , fue 55arrojado sin ser llorado ni sepultado." Faltaba el castigo de Jerusalen : «Ent ró 5*el Rey Antioco en sospechas de los «Judíos , (2) y con ánimo enfurecido « tomó la ciudad á fuerza de armas. Dio «orden á los soldados , que matasen sin «perdonar á nadie ; de manera que se «hizo un grande estrago y mortandad «de jóvenes y viejos, de mugeres con
«sus
( 1 ) I I Mac. c. 5. v. 8. p. (a) í d e m , v. 1 1 . &sequentes.
«sus hijos , y de doncellas y niños. «Fueron los muerros ochenta mil en «t res d í a s , quarenta mil los esclavos, « y no menos que-los degollados, los «vendidos. Mas ni aun esto bastó : se «atrevió á entrar en el templo , que «era lo mas santo de toda la tierra, «conducido de Menelap, que fue t ray-«dor a las leyes y á la patria. Y to -«mando con sus manos sacrilegas los «vasos santos , los profanaba. Así en-«furecido Antioco , no consideraba que «Dios se habia airado por algún tiem-«po por los pecados de los que mora-«ban en la ciudad , y por esto acaeció «perderse el respeto y profanarse el tem-•¡•)plo. De otra manera , si no fuera por-v>qite ellos estaban envueltos en muchos pe-«caaos , luego que entró Antioco, hubiera nsido azotado , y precisado a desistir dé «su osadía , como Heliodoro , quarido fue «enviado por Selcuco para despojar el «tesoro."
Ved aquí , señores , una historia, que nos puede dar mucho qué medirar en las presentes circunstancias que nos
r o -
rodean. Nos hallamos en el mismo error que los Judíos : estos se creían muy seguros , porque poseían un lugar tan santo como el templo de Jerusalen ; y pensaban , que por esto solo no serian castigados , aunque irritasen al Señor con las mayores abominaciones. Nosotros pensamos, que por dar asilo á la religión en nuestro país , ó por tener á la Virgen del Pilar ó de Desamparados , ya no puede permitir Dios , que sean profanados los templos. Admiramos que Dios permita tales sacrilegios como vemos en los bárbaros Franceses; pero desengríñe'monos con esta historia, y con las palabras de Jeremías ( c. 7. V. 4. ) : no confiéis en palabras engañosas , diciendo : templo de Dios , temr
pío de Dios es. Nos lo dice claramente el Señor en esta historia de los Maca-beos. (1) «Sabed , que Dios no ha es-acogido la gente por amor del lugar,
»s i -
( 1 ) I I . Mac. c. 5. v r . 19. 00.
-ir* «sino el lugnr por amor de la gente;" como quien dice : no ama Dios á los hombres por respeto al templo , sino que se hace el templo por amor de los siervos fieles, y en falcando esta fidelidad , ya no sirve el templo. Por esto ( prosigue Dios ) «el templo participó «de los males del Pueblo ; mas quando «el Pueblo mude de costumbres , y se «reconcilie con D i o s , volverá el tem-«plo á su gloria ; y el que fue desam-
pirado por enojo del Todopoderoso^ 55de nuevo será elevado, á la mayor «gloria."
A s í : reconozcamos la mano de Dios en nuestras desgracias , sin perder el ánimo ; volvamos sobre nosotros mismos , depongamos los vicios , postre-monos en presencia de Dios , como h i cieron los Sacerdotes y todo el Pueblo, quando Heliodoro quiso robar el templo , y veremos sensiblemente la p ro tección divina. N o temimos la multitud ni las armas , sino nuestros pecados. «Judas Macabeo salió con muy poca « g e n t e , y esta debilitada con e l ayu-
« n o ,
«no , que era la principal arma ; ( i ) y «sin embargo confiado en D ios , decia: « n o temáis ; fácil es cerrar á muchos «en las manos de pocos, y no hay d i f e r e n c i a , respeto á Dios del cielo , en «salvarnos con pocos ó muchos. N o es-« tá el vencer en el número del exerci-« t o , sino en la fortaleza que baxa del «cielo. Ellos vienen á nosotros con mult i t u d insolente y con orgullo , para «destruirnos con nuestras mugeres e h i -« jos , y despojarnos; pero nosotros pe-alearemos por nuestras almas y leyes. « Y el mismo Señor los confundirá debíante de nosotros : no los temáis." En efecto Judas venció con pocos á la multitud de los fuertes de Serón. Lo mismo le sucedió después de, vencer á los de Jope , Jamia y á los Árabes. « L l e -«gó' á la ciudad de Casphin (2) cerca-«da de puentes y muros : sus habita-« dores fiados en su fortaleza, multitud
» y
(1) I. Mac. c. 3 . v. 17. & sequentes. (a) II , Mac. c. 12. v. 13 . & sequsntes.
SItt « y abundancia de víveres, insultaban «á Judas con blasfemias y cosas detes-; «rabies ; mas el Macabeo invoca al R e y «del universo, que en tiempo de Josué' «sin arieres ni ingenios derribó á Je r i -«có , acomete con furor á los muros, « y habiendo tomado la ciudad , por «voluntad de Dios , hizo uña grande «mortandad ; de manera , que un es-«tanque vecino , de dos estadios de an-«chura , aparecia teñido de sangre."
Estos y otros inumerables sucesos nos deben llegar á persuadir y convencer , y mas en esta guerra de religión, que nuestra confianza no debe fundarse en las armas ni en las victorias , ni nuestra desconfianza en las pe'rdidas y desgracias, sino en nuestras culpas ó arrepentimiento ; porque como decía Ju -dit ( i ) en el peligro de Betulia , « n o «consis te , Señor , tu peder en la mu-«chedumbre , ni tu voluntad en fuerzas «de caballos, pues desde el principio
' «abor-
(i) Judith, c. 9. y. 16. & sequentes.
«•aborreciste los soberbios , y te fue «acepta la oración de los humildes y «mansos." Persuadidos pues de esta verdad , reconozcamos la mano de Dios en nuestro castigo , y adorémosla para templar su justo enojo. Temamos no nos suceda lo que a los Judíos después de la muerte de Joíada , que restableció el templo , y aumentó su culto y magnificencia, ( i ) «Después que murió Joíada » ( Sacerdote grande ) entraron y obseq u i a r o n al Rey los Príncipes de Judá, « y atraído de sus lisonjas , consintió en « l o que quisieron (esto e s , en permi-« t i r €l culto de los ídolos. ) Desampa-«raron el templo del Señor Dios de sus «padres , y sirvieron á dioses estraños, »>y vino la ira sobre Judá y sobre J e -«rusalen por este pecado ; les enviaba «Profetas para que se volvieran al Se-« ñ o r , y no quisieron oírlos ; y al ca-«bo de un año el exe'rcito de Siria su-«bió contra el R e y , vino á Judá y
« J e -
( 1 ) II. Paralip. c. 24. v. 17 .
XV
(i) II . Mac. c. 6. v. 12 . & sequen tes.
«Jerusa lén , y quitó la vida á todos los «Principales del Pueblo ; y por cierto «vinieron los Sirios con muy poca gen-« te , pero el Señor entregó en sus ma-«nos una multitud (de Judíos) sin cuen-« ta , porque abandonaron á Dios ; y «trataron del mismo modo al R e y con «la mayor ignominia (dándole muchos «golpes , y antes de convalecer le ase-«sinaron sus mismos ctiados. ) "
Confesemos pues nuestras culpas, y acudamos á Dios , de quien únicamente dependen las victorias. N o es la presente como las demás guerras, que mir ran los intereses particulares ó los agravios de la Nación : ahora se pelea contra los enemigos de Dios , de los R e yes y de la patria ; y siendo este interés propio del Señor , á él le toca Triunfar , si nosotros no le atamos las manos con nuestros pecados. «Ruego pues ( i ) « á los Cristianos, que son testigos de «tantas desgracias, no se escandalicen,
«sino
xví «sino que crean, sucede rodo esto , no «para destrucción , sino para enmienda «de los Cristianos. Señal es de grande «beneficio , no permitir á los pecadores «mucho tiempo que obren mal , sin apli-«caries el castigo , como sucede con no-«sotros. El Señor no se porta con su «Pueblo amado como con las Naciones «ateas. A estas sufre y tolera , dexán-«dolas correr precipitadamente a su rui-«na , arrastradas de su orgullo y apa-«rente felicidad, para castigarlas des-«pues severísimamente, quando viniere «e l dia del juicio. Pero á nosotros no «nos dexa llegar al colmo de la mal-« d a d , sino que nos detiene con el cas-«t igo , que es su mayor piedad. N u n -«ca retira de nosotros su misericordia, « y quando nos castiga con adversida-«des , no nos desampara." Así pensaban los Macabeos en sus mayores trabajos, y así nos debemos consolar nosotros.
XVÍt
'JNO hay Oraciones mas propias ni mas eficaces, quejas de la santa
Escritura.
EL espíritu general del error desvanecido por su sabiduría, soberbia
y victorias , se atreve á publicar insolencias contra la religión , cometiendo inumerables sacrilegios , y bomitando blasfemias horribles , sin advertir , que ros. malos no son mas que un instrumento de la Justicia de Dios , destinados al fuego eterno , una vez templado su enojo por nuestra conversión. Ellos mismos se castigan , hechos víctimas de su entusiasmo y fanatismo , que tanto imputaban á los principios del Evangelio. Se matan , se destruyen , se aniquilan , y sumergidos en un mar inquieto de anarquía , pierden la paz , las riquezas , el comercio , la religión , los tem-
B píos,
§. II.
XVIÍI
píos , y ellos mismos sucesivamente son víctimas del que' tiene mas poder , pereciendo cada dia , los que poco antes eran tenidos por los Padres y Corifeos de la que llaman libertad francesa. Es constante que hacen su guerra , no tanto con las armas , quanto con sus doctrinas sediciosas , contrarias á Dios , á la religión , Reyes y humanidad , dorando sus principios con los mas agradables colores.
¿Por que pues nosotros , que por nuestra profesión no tomamos las armas militares , dexaremos de suministrar las de religión , que sin duda son las mas poderosas para los que creen en un Dios omnipotente , y sobre todo en la presente guerra , que siendo de religión, debe suministrar las armas principales ? Cuiden pues los Monarcas de prevenir cxerciros armados , asegurar las fronteras , reparar las fortalezas, fundir cañones , trabajar armas , velar sobre las costas , cubrir los mares con sus navios, inspirar valor en sus Soldados, y no descuidar de la paz y quietud de todos
sus
kíx sus pueblos: á nosotros los Sacerdotes nos conviene llamar los pobres y ricos, doncellas y viejos , ministros y artesanos , todos los que quedan en la monarquía , y venir delante de ellos á nuestros templos , formando otro exe'r-cito , que sitie á nuestro buen D ios , le cerque con la oración , humildad y. ayuno , hasta rendirle con su instancia y gemidos , desarmando su justa ira contra nuestros pecados. A nosotros pertenece el cuidado de prevenir las armas de religión , que son las Oraciones.
¿Y que' otras serán mas poderosas y eficaces , mas propias y dignas de un católico , que solo confia en el Dios de los exe'rcitos, que es el Rey de los R e y e s , y en cuya mano todo el mundo armado es una mosca , un átomo y la misma nada ? ¿ Que otras Oraciones serán mas apropósito para el dia , que las que dictó el Espíritu Santo al R e y y Pueblo de Israel, quando peleaba las guerras del Señor , y por las que consiguió inumerables victorias ? Entonces,
B 2 co-
XX
como advierte un Expositor , ( i ) el gobierno de Israel era teocrático , esto es , Dios era el Príncipe soberano de su Pueblo , á quien se consultaban todos los asuntos inreresantes de la monarquía , y jamas se hacia la guerra, sin haber declarado primero el Señor su voluntad. Si entonces pues por esta causa se podran llamar todas las guerras guerras de religión , también ahora podemos decir lo mismo de la presente, pues aunque no se oygan las divinas respuestas tan sensiblemente como entonces , bastante lo ha declarado y publicado el Cielo , armando repentinamente las Naciones contra esta, que se atrevió á teñir sus manos en la sangre de sus R e y e s , ungidos con el óleo santo al pie de los altares ; y que destruyó el verdadero y legítimo culto , desterrando sus Ministros , substituyendo otros intrusos de las heces del Pueblo, como en tiempo de Jeroboan ; profa
nan-
. (i) Serrano in Psalm. 34.
XXV
( 0 D. Hieron. ad Paul.
natido por fin sus iglesias y las nues^-tras , y hasta desechar aun estos malos Ministros introducidos por su capricho.
Peleamos como David con Filisteos incircuncisos, Cananeos , Jebuseos altivos, y ateístas, con Filósofos atrevidos, que son idólatras de su razón enferma. -Debemos pues servirnos de Jas mismas Oraciones y Salmos , que un R e y D a vid y, su Pueblo contra sus enemigos. Esros Cánticos deben resonar en los templos , y mientras los Sacerdotes los dirigen á Dios 4esde su coro , el Pueblo debe pronunciarlos en el silencio de su oración , el Labrador en su campiña, el Pastor en su majada y otero , el Ar tífice en su taller , el N iño y la Doncella- los deben cantar por las calles y baxo la sombra de sus madres ; ( i ) el Joven , el Viejo , el Militar , el Marinero , el Ministro y el Soldado , el Rey , la Reyna y todo el Pueblo deben des-
can-
»1 tra bondad le vemos adornado con bendiciones, que nos arrastran á su amor y obediencia; y respetamos la preciosa corona eoh que le habéis ceñido su frente , reconociendo que le
; habéis dado el poder y autoridad. — 4, N ó contento de haberle conservado
la vida,, queréis también, que viva , para siempre en la fecundidad de su • amable Esposa y Reyna nuestra. = $ Grande es la gloria y elevación de
su trono , fundado sobre vuestra santa 6 religión : y todavía esperamos que le
añadáis nuevas felicidades , sin que jamas falte succesor legítimo dé su corona , que cuide de la felicidad de los pueblos , y del magnífico culto que os tributamos en vuestra presen-
7 cia. = Con esta esperanza descansa nuestro R e y en vuestros b razos , sin
8 que le turben los peligros. = Descargue vuestra mano su castigo sobre los enemigos de vuestro nombre y de nuestra monarquía ; y vuestra diestra omnipotente humille á los que nos
5> aborrecen. — Caerán en la mayor cons* ter-
?3
ORA-
ternaclon , quanj iovéáf i las llamas de vuestra ira , y serán consumidos
' 1 como-leño en encendida hoguera. = 10 Aniquilareis su fortuna , y extermi
nareis su descendencia impía. Ellos tuvieron la osadía de rebelarse con-
11 tra' vos 5 pero se frustraron sus d e -12 pravados designios. •— Los pondréis
en precipitada fuga , y quando después os vuelvan la cara , los aniquilareis/con las flechas de vuestro furor. = Haced que. de este modo brille .vuestro poder , y el poder
13 de vuestra religión , que á nuestro^ cargo queda aplaudir vuestra mise-
•/. ricordia ^ en compañía de nuestro Soberano. ~
XXIV
O R A -
que cubre sus corazones, y las nieblas^ de orgullo, que los ciega y arrastra al mayor precipicio. v ^
Pag. i
ORACIÓN I.
Que manifiesta la omnipotencia de Dios, y la confianza que debemos te
ner en ¿L
Salmo 98. Dominus regnavit.
ii TT>L Señor que está sentado sobre los | y Querubines, es el Rey y Señor
del universo : por mas que bramen las Naciones ateas é idólatras , nadie pue-
2 de resistir su poder. = Este Dios que adoramos en la santa Iglesia, es infinitamente grande , y su imperio se extiende sobre todos los Pueblos. =
3 Celebren pues todos los hombres, Dios mío , vuestro nombre tan grande y
tan
2
O R A -
4 tan terrible ; = ríndanse á un Rey, que sabe unir la grandeza y la jus-
5 ticia. = Aplaudid, hijos de la .Iglesia , al Señor , postrados delante cfél arca donde reposa ; ó del Santísimo
6 Sacramento. = Moyses y Aaron Sacerdotes , se postraron en su presencia , y Samuel invocaba su santo nom-
7 bre. — El Señor oía sus ruegos , y cubierto de la nube de su gloria , se dignaba hablar con ellos. — Eran obedientes á su voluntad y á sus leyes:
8 por esto, Dios mió , os hallaban propicio á todas horas ; pero también castigabais á vuestro Pueblo , siempre que maquinaba algo contra vuestra
9 ley. — Aprended , Cristianos , por este exemplo , -la causa de nuestras desgracias ó victorias ; glorificad al Señor nuestro Dios , adoradle en su templo , porque es infinitamente santo y piadoso.
ORACIÓN II.
De ¿fud'tt, reprendiendo la poca, confianza en la misericordia
de Dios, ( i )
3udith , c. 8. v. I I . & sequentes.
14 T T A g a m o s penitencia por nuestra J L J L desconfianza : y bañados en lágrimas , imploremos su misericor-
3 5 dia. = Confiemos en nuestro buen Dios , que no amenaza como el hombre , ni se enciende en ira como nosotros , sin aplacarse con los rue-
'ló* gps. •.= Por tanto , humillemos ante • él; nuestras almas , y confesándonos
es-
(1) Habiendo sabido la noble y san ra Ju-dit , que los Ancianos de Bstulia determinaron entregar la ciudad, pasades cinco dias, si Dios no los socorria, los llamó á sü casa , y les dixo : ¿ quién sois vosotros para tentar á Dios, y fixar término eñ su miseria cor dia ? con io demás.
17 esclavos suyos con humildad, = digámosle con lágrimas : Señor , usad de misericordia con nosotros, según vuestra voluntad ; y así como se ha conturbado nuestro corazón , al ver la soberbia de nuestros enemigos, así también nos gloriemos de nuestra humildad por el favor de vuestra mi-
18 sericordia. — Conocemos , que nues-ip tros padres , por haberos dexado á
v o s , fueron entregados al cuchillo, á la presa y oprobrio de sus enemigos : no lo hagáis así con nosotros , que no conocemos otro Dios
2 0 que á vos mismo, •= De vos esperamos con humildad el consuelo, y la venganza de nuestra sangre y honor vuestro; abatid rodas las gentes que se levantan contra nosotros y vuestra religión , = siquiera por la
'11 gloria de vuestro nombre. Por tanto, (r) hermanos , Sacerdotes y Ancianos del Pueblo , hagamos ver á nuestros.
her-
(i) Así se lee en el texto hebreo.
hermanos, que de nosotros depende su salud , y en nosotros estriba la religión , el templo y el altar; Alentemos sus corazones, haciéndoles ver,
2 2 que nuestros padres fueron tentados con trabajos , para probar si honra-
26 ban á Dios de veras. = N o nos impacientemos por lo que padecemos;
2 7 = antes por el contrar io, consideremos , que todos estos castigos son menores que nuestros pecados ; y creamos , que los azotes del Señor, con qué somos castigados como sierv o s , nos vienen para enmienda , y no para nuestra ruina.
# f *f r * £ W &
ORACIÓN III.
De 3ud.lt, por la libertad de Betulia.
Judith, c. 9.
2 f ^Eñor Dios de mi padre Simeón, £3 que le diste la espada para cas-
ti-
6
( i) Esta fue Dina violada.
tlgár los. estrangeros, que por una infame pasión violaron y ultrajaron afrentosamente á una doncella ; ( i )
3 y en justo castigo entregaste sus mu-geres y sus hijas al cautiverio , y todos sus despojos para que fuesen repartidos entre tus siervos abrasa-
4 dos en zelo tuyo ; socorre , te ruego Dios mió , al que te invoca. =
6 Los soberbios Egipcios , confiados en sus armas y multitud de sus guerreros , fueron sepultados, por tu brazo
9 omnipotente. = Haced lo'mismo con estos, que confian en su multitud, y se glorian en sus carros y cañones , en los escudos, lanzas y saetas
10 ( de mala doctrina.) = Y no conocen , que tú mismo eres nuestro Dios, que desde el principio quebrantas los exe'rcitos , 'quando quieres, como arbitro de la guerra y de la^victoria, y tu nombre es el de SEÑOR. =
11 Alza pues tu brazo , y con tu fuerza que-
quebranta su fuerza; cayga ppr tu ira el valor de estos que presumen violar el santuario , y profanar el tabernáculo de tu nombre , y derribar con su espada la forraleza y glo-
12 ria de tu altar. = H a z , Señor, que con su propia espada sea corrada su
16 soberbia. Porque no consiste tu poder en la muchedumbre, ni tu voluntad en fuerzas de caballos, ni te agradan los soberbios, sino la oración de los humildes y mansos de
17 corazón. = Dios de los cielos , criador de las aguas , y señor de todas las cr iaturas, oye á esta miserable, que acude á t i , y confia en tu mi-
18 sericordia. = Acue'rdate de tu alianza y religión, para que tu casa (esta Nación que te adora) permanezca siempre en tu santificación , y no sean profanados nuestros templos y
19 vuestros. = Y conozcan rodas las gentes , que tú eres el Dios verdadero, y no hay otro fuera de ti.
O R A -
8
(1) Salmo 3 1 . v. 1.
ORACIÓN IV.
En que el Pueblo pide a Dios la victoria de las armas católicas, confesan
do , que solo venceremos con su favor.
Salmo 3 . Domine, quid multiplicad sunt.
2 . TT>vE dónde nace , Señor , esta mul-Z 1 JP titud asombrosa de enemigos,
3 que conspiran á nuestra ruina ? = ¿ De dónde ni'ce el atrevimiento e insolencia , con que se atreven á decir : no hay que esperar la salud de Dios ? ( La causa es , (1) porque los impíos y malvados se abandonaron á los vicios , y ciegos con su orgullo , no temen al que los está mirando desde
4 los cielos. ) Pero yo , Señor , confio en vuestra protección ; y espero , nos
% hagáis triunfar de todos ellos. = A este
9
ORACIÓN V. En que se reconoce a Dios por la causa
.principal de las. victorias.
Salmo lio. Levavi oculcs meos.
a T Évanto mis ojos á los montes éter* § 4 n o s , de donde, espero venga el
C so-
esté fin levánfo' mí: voz humilde desde mi< polvo y nada , y espero la oiréis jdesde el alto mtínte en que 1 ba
sé bitsis. = Yo reposo y descanso sin temor en vuestros brazos , y vuelvo á
7 levantarme con confianza. — N o temeré estos Pueblos amotinados y re-
¡. beldes contra su Rey y vuestra religion ; levantaos, Dios mió , y librad-
8 nos de sus manos. — Solo sois vos, Señor , el que salváis, á vuesrros sier-
9 vos , y quien derrama sus bendicio-nes sobre el Pueblo fiel á vuestros mandatos.
10
( 1 ) Salmo 126. JVz/z Dominus custodíerit civitatem. r
(o) Salmo 124. Qui confidunt in Dómino..
socorro para esta fiel Monarquías = 2 Estos montes son vuestra omnipoten
c i a , Dios mió , Criador del cielo y tierra , que no permitiréis nuestro da*
3 ño ; y velareis sobre nosotros y vues-4 tra santa Iglesia. = En vela estáis , Se-1
ñor , sin perder de vista un punto j á vuestros siervos; y nosotros baxo
vuestras alas no temeremos ningún pe-i ligro. = Si vos , señor , ( i ) no guar^
dais la ciudad y reyno , erí,vano velan las centinelas y los exércitos ar>
1 mados. =: Pero los que-confian en vos , (2) serán invencibles-como el al-
2 cazar de Sion ; y los habitadores de Jerusalen (esto e s , del Pueblo , dór¿-de la religión verdadera dirige sus acciones y pasos ) resistirán á sus enemigos ; porque vos estaréis al derre-
' dór del Pueblo fiel como' un monte 3 ó muralla invencible. = Y n o permi-
t i -
tiréis , que los pecadores y soberbios Filósofos se apoderen de la herencia d¿ los justos, y los reduzcan al par
aje 1 ido de la iniquidad. = Colmad pues, Señor , de beneficios á los buenos y rectos de corazón ; pero á nuestros
; enemigos, gentes prostituidas al de -5 lito., tratadlos como á pecadores , y
conceded á los Católicos la. dulzura de una paz constante.
ORACIÓN VI.
[En que se confiesa el favor divino experimentado , siempre que sus siervos v han sido fieles a su ley ; y se piJ
de misericordia.
Salmo 43. Deus auribus nostris.
«2 T As historias de nuestros padres | 4 nos cuentan las maravillas que
C 2 obras-
.12 obrasteis con ellos , quando os ser-
3 vian con fidelidad. == Vuestro poder, destruyó sus enemigos con inumera-
4 bles prodigios. = N o , no fue la espada de nuestros padres la que los puso en posesión , ni la fuerza de su brazo la que los sacó con victoria de las batallas : = vos , vos , Señor , y; vuestro brazo omnipotente , fue quierí los contuvo , y postró con facilidad
y todos los enemigos. = Del mismo mod o , Señor , sote nuestro R e y y nuestro D i o s , de quien esperamos la salud contra estos Filósofos , 'Filisteos incircuncisos y carnales Cananeos. ==
6 Como un roro enfurecido se revuelve, y rrastorna con sus astas quanto se le presenta ; así nosotros armados del es* cudo de vuestra religión y nombre, los destruiremos, por mas que ellos s« quieran levantar como luzbel con or-
7 güilo y. vanidad. = N o , no espera-5 mos la victoria de nuestras armas, no
confiamos en nuestra espada y valor, sino en vos , "cuya causa defendemos, y cuyos enemigos queremos destruir,
na-
f para cantar libremente vuestras alabanzas, y mantener eternamente vues-tra religión y culto en nue.tro país.
i o = Pero , Señor , ¿ cómo es , que esperando en vos , nos vemos abandonados y confundidos, sin veros como otras veces a. la frente de nues-
kl tros exércitos ? = Antes bien , lejos de combatir á nuestro favor, habéis hecho que volvamos las espaldas á nuestros enemigos , y que estos se enriquezcan con nuestros despojos. =r
i 2 Han hecho en nosotros un sangriento destrozo , y lo que quedó libre de la mortandad, se ha extraviado
l j por los pueblos. = ¿Cómo e s , que este Puebij>tan amado de vos en otro t iempo, lo habéis dexado vender por nada , y que su multirud
»4 fuese atropellada y vencida ? = Nos habéis hecho el oprobrio y fíbula de las Naciones vecinas que nos in-
J 5 sultán de todos modos. = Estamos cubiertos de vergüenza y confusión, á vista de las blasfemias y sacrilegios que cometen nuestros enemigos
den-
dentro y fuera "de nuestras iglesias. 18 = Bien conocemos , que todo es ef_c-
to de nuestros pecados ; pero Si-ñor, no os olvidamos del todo , y núes-,
.. tro corazón conserva todavía con fi-21 delidad vuestra santa fe. = Es ver
dad que nuestras obras dicen , que habernos olvidado vuestro nombre,, y sacrificado á dioses estraños; esto
2 2 es , á los vicios y pasiones. = Era precisa la venganza de vuesrra justicia , que ve lo mas oculto de nuestro corazón ; ~ pero tampoco igno^ rais lo que padecemos por vos y
23 Vuestra santa religión. — Levantaos pues , Señor : ¿por que hacéis el dormido ? Levantaos^ y no os hagáis sordo á nuestros clamores.
24 I Por que apartáis vuestra cara , y olvidáis al parecer nuestras afüccio-
26 nes ? Levantaos , venid á socos re i nos ; y aunque no lo merezcamos,
' haced lo , siquiera por la gloria de nuestro nombre.
ORA-
ORACIÓN VII. Contra el orgullo de los incrédulos y libertinos, pidiendo al Señor que, los
humille, y consuele a los justos.
Salmo 51. Quid gloriaris.
3 "T 7"Osotros, Filósofos ateístas y so-\ berbios , i por que os gloriáis
en la maldad ? ¿es por ventura , porque sois poderosos para sembrar la
4 iniqua rebelión ? Vuestra lengua co-5 mo navaja afilada anda cortando y
destrozando injustamente de dia y 6 n o c h e y ponéis toda vuestra sabidu
ría , no en el b ien , sino en hacer agradable el error y maldad. ¡O len-
. gua sacrificada al mas infame artifi-7 ció y tumulto precipitado 1 El Señor
te va á destruir por esta causa para siempre: te-va á arrancar del lugar que ocupas , como árbol maldito , de
8 la tierra de los vivientes. ~ Los justos serán testigos de este castigo;, y temerán la mano del Señor. = Se
bur-
i6 burlarán en fin de estos atrevidos e
$ impíos, diciendo: ved en que paran estos gigantes soberbios , que creían' lio necesitaban el favor del omnipo-. tente Dios. Confiaban en sus riquezas y vanidad de su talento y po
l o der. =; N o así nosotros : como el olivo plantado en la casa de su Dios, y baxo su protección , creceremos eternamente al abrigo de su miseri-
II cordia ; y confesaremos todos los dias sus beneficios , esperando nuevo favor , que jamas niega á-sus verdar deros siervos.
ORACIÓN VIII. De un Sacerdote que anima el Pueblo
a esperar la victoria de sus armas , en Dios.
Salmo 6j. Exurgat Deus.
I T Evanraos , Dir s mió , á destruir 1 4 vuestros enemigos , y descubrir
vues-
vuestra omnipotencia , ahuyentando ' todos los que quieren sacudir el yu-: 3 go de vuestras leyes. = Desaparez
can de vuestra presencia los pecador e s , como se disuelve el humo en el ayre , y la cera se derrite al fue-
4 go. = Y los justos por el contrario, celebren sus victorias en vuestra pre-
5 sencia. ÍÜ- Pueblos fieles, celebrad su gloria i Venid á consagrar vuestros homenáges^á este que tiene eí nombre de SEÑOR, y Omnipotente contra los que se atreven á injuriar al
6 huérfano y pobre viuda. — Este gran Dios está en el templo , donde nos congrega baxo unos sentimientos y
!I2 leyes. ' = Aquí da fuerza á sus Mi nistros evangélicos para rendir los
ÍI3 pueblos á su divina ley. = Los Reyes mas poderosos de la tierra se postran en el templo delante del R e y de los Reyes y de las virtudes , y ofrecen los despojos de sus victorias para ornamento de la casa
«8 de Dios. =• El carro triunfal del Omnipotente se compone de millares de
án-
ángeles. ¡que le sirven con alegría, = 22 y con ellos quebrantará la cerviz y
orgullo de sus enemigos , como ya lo hizo, sepultando los Egipcios en la m a r , y haciendo que su Pueblo fiel pasara sobre los cuerpos muertos en el campo de batalla , donde los perros saciaron su hambre en los ca-
26 dáveres enemigos. = Entonces los Príncipes santos , viendo el arca de Dios victoriosa , precedían al Pueblo con música y quadrillas de doncellas , que rocaban sus tímpanos con
47 alegría , diciendo: z= hijos de Israel, ó Cristianos , venid , congregaos en
29 el remplo á bendecir á Dios. = Haced , Señor , que no seamos menos agradecidos ; mandad á vuestro poder , que acabe lo que comenzó , y confirme en nosotros las victorias que disteis en otro tiempo á vues-
30 tro Pueblo. = Inspirad á nuestros Reyes que vengan al templo , para adoraros y ofreceros dones y accio-
31 nes de gracias. = Reprimid la furia de estas fieras humanas , que dege^
ne-
«erando del ser de hombres , salen de los bosques como furiosos toros con-
32 tra vuestros siervos. = Disipad estas Naciones enemigas que gustan de la guerra, hasta obligar á euos barbaros Egipcios, Etiopes ateos, que en-r-vien embaxadotes que os pidan per-
. don , y os ofrezcan sacrificios p ro-33 piciatorios por sus culpas. = Reynos • fieles á D i o s , unios para publicar
su gloria en compañía de sus M i nistros , que vocearán su poder y magnificencia hasta los extremos del
34 mundo. = Dios es admirable en sus siervos. Él da la virtud y fortaleza á
. su Pueblo. Bendito sea para siempre-•̂'•>-+",>-+",M--.̂ ..̂ «^+« -̂..>-+..̂ +...>.*a.w.̂ > .̂.̂ M.>.+..í>.̂ ;
ORACIÓN IX, De un Católico, que ora por el Reyr
y felicidad de su monarquía. Salmo 19. Exaudiat te Dcminus.
2 ¿T^Yga el Señor , 6 Príncipe Carav a lico y R e y nuestro , vuestros
vo-
20 votos en las tribulaciones , y el Dios de nuestros Padres os proteja en to -
3 dos los peligros. = Concedaos el au-< xilio que imploráis en su santuario, y desde la celestial Sion vele siempre
4 en vuestra defensa. = Acuérdese de tantos sacrificios como le ofrecéis por sus Ministros; y sean le gratos y agra-
5 dables vuestros holocaustos. — Cumpla todos vuestros deseos, y prospere las empresas y determinaciones de
6 vuestro consejo. = ¡Quál será nuestro gozo , al veros salvo y victorioso ! Lo miraremos como un efecto de la
y bondad de nuestro Dios, = Ojala cumpla el Señor estos deseos, y os haga salvo de todos los peligros , como a, R e y ungido con el óleo santo. = N ó dudamos os oirá desde el cielo , y alargará su omnipotente brazo para
¡8 socorreros. = Confien nuestros enemigos en sus carros , municiones y caballería , que nosorros , seguros de que la victoria está en manos del Dios de los exércitos, invocaremos con confianza su nombre para la felicidad da
vues-
if 9 vuestro trono y monarquía. = Con
el favor del Ciclo se rendirán los enemigos á vuestros pies , y los que presumen en sus fuerzas, nos verán
10 victoriosos y exaltados. — Sobre fado , Señor , conservadnos salvo al Rey, y oid estas justas súplicas que hacemos por su vida y nuestra paz.
Por la felicidad de nuestros Soberanos^ pidiendo a Dios, humille
sus enemigos.
Salmo 20. Domine in virtute tua.
j r ^ E ñ o r , nuestro Católico Monarca > 3 alaba vuestro poder con acción de gracias, y reconoce con alegría y humildad , que os debe la salud y la
2 vida. = Cumplid sus deseos, y oid 3 sus oraciones. = En efecto, por vues-
cffi ffr> flRa eRÇ crft frrÇçffT crfí cfr? rHS cna 85flncmgDma ero c m f l q g n
ORACIÓN X.
tra
Í2 tra bondad le vemos adornado con bendiciones, que nos arrastran á su amor y obediencia ; y respetamos la preciosa corona con que le habéis ceñido su frente , reconociendo que le
; habéis dado el poder y autoridad. = 4, N o contento de haberle conservado
la vida :., queréis también, que viva , para siempre en la fecundidad de su \ amable Esposa y Reyna nuestra. = 5" Grande es la gloria y elevación de
su trono , fundado sobre vuestra santa 6 religión': y todavía esperamos que le
añadáis nuevas felicidades , sin que jamas falte succesor legítimo dé su corona , que cuide de la felicidad de los pueblos , y del magnífico culto que os tributamos en vuestra presen-
7 cia. = Con esta esperanza descansa nuestro R e y en vuestros brazos , sin
8 que le turben los peligros. = Descargue vuestra mano su castigo sobre los enemigos de vuestro nombre y de nuestra monarquía i y vuestra diestra omnipotente humille á los que nos
-p aborrecen. = Caerán en la mayor cons-ter-
¿3
ORA-
ternacìon , quando véán las llamas de vuestra ira , y serán consumidos
r-.T. comoleño en encendida hoguera. t= lo. Aniquilareis su for tuna, y extermi-
, nareis su descendencia impía. Ellos tuvieron la osadía de rebelarse cern
i i tra vos 5 pero se frustraron sus de l i pravadós designios. •= Los pondréis • en precipitada fuga y quando des
pués os vuelvan la cara , los ani-— quilareis;con las flechas de vuestro
furor. =; Haced que de este modo brille .vuestro poder , y el poder
13 de vuestra religión , que à nuestro^ - '•\ cargo queda aplaudir vuestra rriise-
:- ricordia i en compañía de nuestro - . Soberano. -
2 4 ORACIÓN XI.
Pidiendo a Dios, que la justicia go-bieriic al Rey y sus Ministros ? y llüe-
J van sobre España las bendiciones temporales y espirituales.
Salmo 7 1 . Deus judicium tuum Regi da.
i . • ^ O m u n i c a d j Dios m i ó , vuestra sa-V _ / biduría al Rey , ' y añadid; vues-tra justicia, en todos sus hijos y Mi-
2 nistros. = Haced que -juzgue y go-bierne los pueblos según leyes de jus-
nmicia , y se aplique á discernir los de-3 rechos de sus vasallos pobres. = Que
los montes y collados de España gusten las dulzuras de la paz , y los frutos de la justicia del Príncipe que
4- los gobierna. = Que oyga en justicia á los desvalidos é infelices , y confunda con el castigo á los calumnia-
5 dores. = Que su reyno se extienda de siglo en siglo , y dure mientras el sol y luna alumbren el universo. ==
Que
Í5 Que descienda desde su trono una lluvia saludable sobre toda la monarquía , como el rocío que cae so-
7 bre la tierra preparada. = Que flo-. rezca en su reynado la justicia y
abundante paz , mientras dure la lu~ 8 na. = Que reyne de un mar a otro,
y desde el rio hasta la extremidad $) de la tierra. = Que se postren en
su. presencia los abominables Etiopes, Filósofos orgullosos, y sus enemigos
l o sean humillados. — Que los Reyes de las Indias le paguen tributo , y
12 estén sujetos á sus leyes. = Que li-13 bre al desvalido de la opresión , y
socorra al pobre que no tiene am-14 paro. = . Que los defienda de los
usureros c injustos ; para que sea aplaudido de estos infelices su nom-
1 5 bre. = Así será feliz , le ofrecerán dones , los pueblos harán votos por su felicidad , y no cesarán de bende-
16 cirio. = Que crezca en'sus dominios abundantemente el trigo hasta sobre las cimas de los montes : que las mieses y frutos suban mas altos que
D ios
26
( i) Salmo 60. Exaudí Deus.
los cedros del Líbano ; que las ciudades y pueblos florezcan , y se multipliquen sus vasallos como la yerba
17 de los prados. = Sea su nombre bendito y respetado en todos los siglos y naciones j sea su nombre tan bri-llanre como el sol , que nos ilumi-
18 ne , dirija y fecunde. = Sean benditos todos los pueblos y vasallos su-
ip yos. = Y sea bendito el Señor del c ie lo , que es el hacedor de todas
20 estas maravillas. = Llénese toda la 7 tierra de su gloria. ( 1 ) Conserve el
Señor muchos años su vida , añadiéndole dias sobre dias , y vea <u reyno extendido , para alabar á Dios en todo el mundo y para siempre. —
8 Permanezca nuestro Rey siempre fiel á nuestro Dios : y nosotros con el busquemos siempre su misericordia y
$ la fidelidad , pira alabarle eternamente , ofreciendo nuestros votos y gracias todos los dias en su presencia.
Ü R A -
ORACIÓN XII. 2 7
En que el Rey anima su Pueblo a clamar a Dios, en medio las calamidades
que nos rodean ; y nos enseña a confiar en e'L
Salmo 17. DiJigam te.
1 " \ 7 " 0 os amaré , Señor, porque.sois | roda mi fortaleza : el Señor es
mi apoyo , mi refugio y liberrador. 2 — Mi Dios es mi defensor , y en el 3 pondré' toda mi confianza. == Me
protege , asegura mi salud, y -toma 4. de su cuenta mis intereses. = Por
tanto alabare' su nombre , y queda-9 re libre de mis enemigos. = Yo veo
comovida toda la tierra , y que los fundamentos de las monarquías se han turbado por los Filósofos ateístas , á quienes sufre el Señor como
1 5 ministros de su indignación. = Dios está irritado , y tronando desde los cielos contra los mortales ¿ y parece
D 2 nos
2§
(t) Salmo 94. Fenite exultemus Domino,. (a) Salmo 59. Deus repulisti nos.
nos quiere sumergir en otro diluvio mas terrible que el primero.
1 Venid ( i ) pues, vasallos y pueblos 2 rnios : apresurémonos á comparecer en
su presencia, confesando que nuestras culpas merecen el castigo ; pero impetremos el perdón con la confesión
3 humilde, r : Mirad , que el Señor es Dios grande , 'Rey infinitamente superior á todos los dioses ó Reyes de
4 la tierra ; y en su arbitrio están" los 5 montes , los mares y todas las cria-6 turas del universo. = Venid pues,
adoremos al Señor que nos formó , y postrados lavemos nuestra ingratitud.
7 = - E l es nuestro Señor , nuestro Dios, y nosotros su Pueblo , y ovejas de su rebaño ; nos alimenta con sus pastos , y cuida de dirigirnos.
1 Es verdad (2) que parece nos abandona alguna vez , que se irrita ; y
2 se compadece de nosotros. — Que po-
29
( 1 ) Salmo 6 1 . Nonne Dea.
pone nuestro reyno en consternación extrema ; y luego sóida sus quie-
• 3 bras y lo restablece. = Nos mani-4 fiesta el duro azote de su rigor : y
con estas calamidades nos instruye, para que temamos el golpe de su
5 ira. — Y no lo hace para nuestro daño , sino para salvar á los que
i 2 tiene por hijos. = Clamemos pues, para que oyga nuestros ruegos, y arme su brazo en nuestra defensa. —
13 Protegednos pues , Señor , en las tribulaciones, porque es vano el so-
14 corro de los hombres. = Baxo vuestra protección pelearemos valerosamente , y os dexaremos el cuidado de destruir ios enemigos de la so-
8 ciedad y tranquilidad. — Y así (r) tú , Pueblo congregado en mi seguimiento por fidelidad y obligación, espera también en el Señor , derrama tu corazón en su presencia para que nos ampare.
O R A -
5 ° ORACIÓN XIII.
En que el Rey implora el favor del Cielo, como único apoyo de
su confianza.
Salmo 27. Ad te Domine clamabo.
respondedme ; porque si calláis, quedare' como un muerto en el se-
2 pulcro. = Quando levanto mis ojos hacia vuestro santo templo , miradm e , y no hagáis el sordo á mis vo-
3 ees. = N o nos entreguéis á los malvados , permitiendo nos envuelvan en
4 sus diabólicas ideas. = Ellos son unos traydores , que baxo el nombre de amigos de la paz y humanidad , ocul-
5 tan malignas intenciones. = Tratad-: los como merecen , y castigadlos co
mo ellos lo intentan hacer con vues-6 tros siervos. =z No quieren creer vues
tras maravillas, ni reconocer la mano omnipotente que todo lo dirige;
ceso, Señor , de clamar à vos:
des-
destruid sus ideas filosóficas de modo que no piensen mas en ellas. =
12 Salvad á vuestro Pueblo , que ben-dixisteis como herencia vuestra , go-bernadie , y haced que triunfe siempre de sus enemigos.
V3&?fV « s ^ . * ^ ' '
ORACIÓN XIV.
De un Católico, animando a los tímidos , que desconfían a vista de
las calamidades.
Salmo 90. Qui habitat in adjutorio.
1 in* L que confiado en el Señor , se | y acoge a su protección , vivirá
5 seguro de todo mal. == La misma verdad de la religión le servirá de escudo , y no temerá las espantosas sombras de la noche , ó persecución de
6 los Gentiles: = ni las saetas disparadas por el dia , y astucia de los
he-
hereges, ni los ocultos ardides arma J
dos en las tinieblas por los corazones corrompidos , ni aun quando el mismo demonio le asaltare al medio día, esto es , en medio , ó por medio de estos pretendidos Sabios, que juzgan haber bebido los rios de sabiduría, y se las apuestan al sol y al mismo
8 Dios, ( i ) = Y verás con tus mismos ojos la venganza y castigo de los pe
r c a d o r e s . = Si pones tu esperanza en-el
( i ) San Bernardo, exponiendo este verso, anuncia quatro persecuciones en la Iglesia; Primera , de los Gentiles en los primeros siglos. Segunda, de los Hereges, hasta el siglo décimo. Tercera, de los malos Cristianos , que decia ser la de su siglo , que gozaba una gran paz , pero amiguísima : eccé in 'pace amaritudo mea amarissima Luego añade: falta todavía la quarta persecución , que es mayor; y la atribuye á los Filósofos sabios, que creen saberlo todo , y parece será como la del Anti-Christo. Es muy digno de leerse dicho Sermón de San Bernardp , que es el 35 . in Canaca , donde al fin dice todo esto, que puede aplicarse al dia.
el Al t ís imo, allí estarás seguro de todos los peligros, y no temerás nin-
10 gün azar ni trabajo ; porque el Señor mandará á sus ángeles que te
11 guarden y defiendan. = Te llevarán 12 en sus manos , y caminarás sin pe
ligro sobre áspides y basiliscos , y hollarás á los atrevidos leones ¿fífip^, dragones. # ^ Ü ^
ORACIÓN XV. SiOpy
De un Católico animado de algún buen suceso, en que manifiesta su con-'
fianza en Dios.
Salmo 9. Confitebor tibí.
i S~\On todo mi corazón os alabare', Señor, y publicare las maravi
llas que habéis obrado á mi favor, g poniendo en fuga mis enemigos , por
que al fin los abatiréis y haréis perecer.
4 recer. = Sentado vos en vuestro t r í -- bunal para juzgar mi cansa , con-•5 denasreis las N cienes impías , ex-
tei minándolas hasta borrar su nom-6 bre enteramente. = Al fin desarmas
te mis enemigos, y destruíste sus 7 ciudades. Pereció su memoria con el . estruendo de sus armas , y quedas-
i o teis victorioso. — Esperen pues en vos los que os conocen , porque sois
15 fiel, y no desamparáis jamas..= Reconoceré' que os debo la salud y vida , y que quTnto hagan las gentes y naciones soberbias para destruirnos , será causa de su propia ruina.
16 Quedarán presos en los mismos lazos que nos armaron ; y viendo perecer
17 al pecador en sus artificios , se conocerá que hay en el cielo un Dios protector de la inocencia y venga-
18 dor de la culpa. =: Los impíos que no quieran conocer este poder , serán heridos y precipitados en el sbis-
20 mo. — Levantaos pues , Señor , no dcx.is que se fomente mas el orgullo de estos insolentes : no dihteis
mas
Sí mas el tiempo de" vuestra justicia. =
21 Sugetad estas gentes con las duras cc/nseqiiencias de sus iniquas leyes, y sepan que son hombres miserables y ciegos.
ORACIÓN XVI.
Quexindose a Dios de la prosperidad .. de los malos, sin perder la confian
za en su misericordia.
Salmo 9. (ó 10. según los Hebreos.) Ut quid Domine recessisti. (.)
1 . " f^Or que', Señor , os alejáis de i |_ nosotros ? por que nos desam
paráis en la aflicción , quando mas os 2 necesitamos ? = Los justos se encien
den
(1) En nuestra Vulgata está unido al an> ¿acédente.
3 * den de zelo por la religión , al ver que los impíos cada dia se hacen mas
3 orgullosos. = Confundidlos , Señor, preparando su ruina en sus mismas
4 ideas y proyectos. = El Ateo se mantiene en su insolencia , por ver que tiene seguidores , que aplauden sus
•y principios abominables. = Así provoca vuestra indignación , llegando hasta lo sumo : ¿ por que no tomáis venganza de su impenitencia ? = Jamas piensa en v o s , ni cesa de multiplicar de-
6 litos. = Arroja de sí el pensamiento de vuestra justicia , y no quiere mas que dominar el mundo con su mai-
7 dad. = Es tan orgulloso , que dice: ¿Quien podrá atreverse contra mi sa-
3 biduría y poder ? — Sus palabras or gullosas no son mas que maldiciones amargas , burlas y artificiosas mentiras ; no habla , sino para causar trabajo y dolor con su aparente y de-
9 cantada libertad. = No piensa sino en unirse al rico ocultamente , y tender lazos , donde muera el inocente.
10 =. Sus ojos están siempre fixos contra
37 tra el justo y pobre , para oprimirlos con calumnias. = Es un lepn escondido en la boca de su cueva, que espera ocasión de asaltar la presa. =
11 N o hay artificio , por injusto que sea , que no le emplee para seducir
12 al infeliz incauto , y matarlo. = Pero vos le haréis caer en sus propios lazos, y quando sea tiempo , os arrojareis para castigarlo con furor. =
13 Todos estos males vendrán al impío, porque con blasfemia juzga , os habéis olvidado del mundo, y no pensáis ni en el justo ni en el pecador, abandonándolo todo al acaso ciego.
14 = Levantaos pues , Señor ; vengad esta blasfemia : y dad á entender, que no olvidáis á los pobres , que
15 confian en vos. = ¿Por qué el impío deísta se atreve á decir : no cuida Dios del bueno, ni del malo , no
16 castiga ni ve lo que hacemos? = Qué blasfemia ! Vos , Señor , estáis mirando al justo atribulado , y así probáis su fidelidad ; pero al fin descargareis vuestro brazo sobre los im
píos.
17 píos. — El pobre desvalido, no, no esrá desamparado : vos , vos le cuidáis , y en vos hallará el amparo
18 que le niegan los h( mbres. — Aba-rid pues el orgullo de los malos , y no dexeis ni aun vestigio de su apa-
19 rente grandeza en el mundo. = Rey-nad eternamente sobre el Pueblo fiel, que cuida de adoraros ; y vosotros rebeldes á Dios , á las leyes y á vuestro R e y , sabed que seréis arrojados de la t ie r ra , que debe estar siempre consagrada al Omnipotente.
20 = Oid en fin , Señor , los gemidos de los pobres, que siguen vuestra religión, y se di ponen con oración y rectitud de obras para ser oídos.
21 = Haced justicia á los humildes , para que jamas se atreva ya el vano Filósofo á levantar- su voz en vuestra presencia.
O R A -
ORACIÓN XVII. ^
En que representando a Dios la maldad de los libertinos, que llegó a matar sus Reyes, se le insta , pata que
castigue este orgullo y atrevimiento.
Salmo 34. Judica Domine nocentes me.
1 A V o s , Señor , pido justicia con-J _ \ _ tra nuestros perseguidores, que Jo son también de vuestra religión. =
2 Empuñad vuestras armas , embrazad vuestro escudo , levantaos á socorrer-
3 nos. = Desembaynad la espada, y cerrad contra estos malvados : dad á entender á mi alma que sois mi Sal-
4 vador. = ' Confundidlos , é inutilizad los medios que maquinan para per-
5 dernos. — Conviértanse en afrenta suya sus malvados designios ; retírense confundidos al vernos victoriosos. =
6 Desvanézcanse como el polvo que disipa el viento ; y enviad un ángel
mi-
4 °
( i ) domo habla David , que era Rey, se aplica sin violencia á la persecución y muerte de los Reyes,
ministro de vuestra justicia, para S obligarlos á rendirse. = Fálteles la
luz del consejo y dirección : no vean los precipicios para huir de vuestro
• 9 ángel exterminador. — Sea esta derrota justo castigo de haber tendido lazos contra la vida de su Rey, ( i ) y ultrajado ios principios de justicia
10 contra las almas justas. ~ Así quedarán presos en sus mismos lazos , y los males que querían causar á los Reyes , caerán sobre sus cabezas. :±
11 ¡Qué penetrada quedará mi alma entonces , al ver los dulces efectos.de vuestra protección! ¡Cómo se ale-grará de vuestra gloria y trofeo ! Hasta mis huesos dirán á su modo: Señor , ¿ quién es semejante á vos ?
12 ~ Habéis librado al que se miraba desvalido , de las manos de estos espíritus fuertes , que blasonaban
de
4 T
rz3 de su orgullo. = ¿Que dirán estos iniquos acusadores de su Rey , que se atrevieron á preguntarle corno á reo de lo que jamas habia hecho ?
,14 = N o habian recibido mas que beneficios de su R e y , y le pagaron con ingratitud , despojándole de la
15 corona y de la vida. = Quando mas vergonzosamente le injuriaban , lc'jos de resentirse ., se vestía de silicio,
16 se humillaba y oraba. = Miraba sin embargo á sus ingratos vasallos con el mismo amor que á un hermano
17 querido : lloraba y se afligía única-18 mente por el pecado de ellos. = Se
alegraban de las calamidades de su Rey , y se unían en asamblea para
19 descargar el iniquo golpe. '= ¿No será pues jus to , Señor , que disipéis gente tan malvada contra su R e y , que burlan , aborrecen y blasfeman
l o su dignidad? = ¿Quándo haréis justicia de este abominable delito ? N o entreguéis los demás Reyes y Pueblos católicos á estos leones rabiosos.
a i • = Quantas veces se junte el respe" E ta-
4* table Pueblo , será testigo , y oirá
22 publicar vuestros beneficios. = No , no vean nuestros enemigos la exe-cucion iniqua que maquinan contra todos los Reyes , objetos de su odio.
23 = Hablan en tono de amigos de la humanidad , y solo procuran la se-
24 duccion y engaño. =. Tienen la insolencia de exclamar á vista de la muerte de sus Soberanos , diciendo: bien , bien ; ya han visto nuestros
25 ojos lo que deseábamos. ~ ¿Y vos miráis todo esto ? N o calléis mas;
- no os olvidéis de los R e y e s , que son imágenes de vuestro poder. =
26 Antes bien levantaos , y examinad esta causa. Pronunciad la sentencia
27 según vuestra justicia , para que los malvados no se alegren en el delito,
28 ni puedan lisongearse , al ver que 29 salen con sus diabólicas ideas. = Lle
nad de rubor y vergüenza á estos 30 destruidores de la sociedad, = Con
fundid á los que hablan contra los 31 Soberanos de la tierra. = Y llenad
de alegría á los pueblos fieles que de-
'defienden los Monarcas , para que os glorifiquen , porqué oísteis las súplicas que os hacen por la paz y
32 quietud de la monarquía. = Entonces , Señor , mi lengua agradecida celebrará vuestra justicia , y cantará eternamente vuestras alabanzas en el seno de la Iglesia nuestra madre.
ORACIÓN XVIII.
En que un Susto examina el origen de los males de Francia , nacidos de su orgullo y felicidad; 3/ reconoce en sus
males la Providencia divina, que castiga al malo.
Salmo 7 2 . Quam bonus Israel Deus.
f / ~ \ U é grande es la bondad de núes-A tro Dios para los que le sir-
a ven con recto corazón ! = Pero yo E2 t i -
titubeo alguna vez en el camino, de la v i r t u d , y me veo á pique de ex-
3 traviarme. — Esto nace de la pesadumbre con que miro la prosperidad de los pecadores y su aparente feli-
4 cidad. = Parece no les perturba el pensamiento de la muerte para poseer sus bienes, ni duran sus afliccio-
% nes. = Por un privilegio particular están al parecer exentos de los tra-» bajos anexos á la vida , y libres de los azotes y adversidades que llueven sobre los demás hombres. = (Pero ved aquí el principio de todos los males de Francia , que llena de felicidad , y eleva al colmo de la mayor grandeza á los Filósofos ateos.)
6 Por eso se llenaron de orgullo y soberbia , y se cubrieron de delitos é impiedades , como de un vestido pomposo , haciendo gala de ellas. =
y De la abundancia y prosperidad ha nacido la maldad de estos Filósofos altivos > y así pasaron á 'dar rienda suelta á los apetitos desordenados de
8 su corazón. — De este principio do cor-
corrupciou nacieron sus pensamientos extravagantes y discursos sediciosos y libertinos: y en alta vez comenzaron á publicar la iniqua rebelión contra las leyes y soberanía.
9 — Aun pasó mas adelante su atrevimiento. Pusieron su blasfema boca en el cielo 5 y su lengua nada
j o dexó sin talar en la tierra. = Quan-do muchos del Pueblo católico veían las primeras felicidades de esta gente , quando veían la prosperidad y abundantes frutos de estos Filósofos ateístas , por sus discursos sofísticos,
11 decían : ¡Es posible , que Dios sepa lo que pasa en la tierra , y que el Altísimo , á quien nada se le oculta , tenga conocimiento de esta mal-
12 dad ! ± Y si Dios lo sabe , ¿cómo vemos á estos Filósofos pecadores,
' que arrastran la multitud , y suben á lo mas alto del poder y de la glo-
¥ 3 ria ? = En vano pues , decían algunos , en vano cuidamos de la justicia y santidad del corazón : en vaho tratamos solamente con las almas
bue-
4 ¿ 14 ñas 5 pues mientras los malos siem
bran su perversa doctrina , nosotros inocentes somos afligidos y víctimas
•15 de su furor. = Sin embargo , Señor, ya conozco , que hablando de este modo , injurio vuestra providencia, que resplandece aun en esto por rodas las naciones de vuestros hijos,
16 que os sirven de corazón. = Estos necios pensamientos nacían de creer, que podíamos comprender la secreta conducta de vuestros designios. =
17 Así piensa el hombre miserable , hasta que entra en vuestro santuario pa-
18 ra hacer oración : allí le dais á conocer el amargo fin que espera á estos pecadores , que parecían tan
19 felices. .= Solamente les disteis estas primeras felicidades para deslumhrarlos : los dexasteis elevar un poco, para hacer mas ruidoso su precipi-
20 ció y ruina. = ¡A qué extremo de desolación los veo ya reducidos ! = ¡Cómo se desvanece aquella fortuna que parecía tan permanente ! digno
21 premio de su maldad ! = La fortuna
ele los Impíos pasará como uh sueño ; y al fin haréis , Señor , conocer á vuestros siervos , que la prosperidad de los malos es imaginaria,
21 y reducida á la nada. r= Ahora conocemos , Señor , que quando el vano resplandor y felicidad de estos hombres nos quitaba el conocimien-
23 to , eramos como jumentos necios en vuestra presencia , aunque nuestro corazón siempre nos aseguraba de
24 vuestra justicia. — Tenednos siempre de vuestra mano : guiadnos por el verdadero camino de la verdad y esperanza ; y recibidnos como á h í -
25 jos en vuestra gloria. = ¿Qué tenemos en el cielo ó en la tierra que apetecer sino á v o s , Dios nuestro ?
26 = Mi cotazon desfallece de amor, Dios mió y herencia mia. = Yo quedo persuadido , que los que se apartan de vos , perecen al fin, y destruís las criaturas -ingratas., que
28 sacrifican á falsas deidades. = Y así procuremos poner toda la felicidad en unirnos á Dios , y .colocar en él
t o -
4§ toda la esperanza, para publicar eternamente sus maravillas en la ciudad de Sion ( ó en la santa Iglesia.)
til} <X£> CQ> w Í J £Tfj (¿JD t JT> t i l ) < n p o № c f s <Xj9 ( T P Qu> ttv Q D
ORACIÓN XIX.
En que Moyses anuncia el castigo de los malos, y premio de
los buenos.
Salmo 93. Deus ultionum.
1 T ~ > L Señor , es el Dios de las vén¡2j ganzas, y castiga los delitos á
2 su arbitrio. = Subid pues en vuestro t r o n o , soberano Juez , y dad á los impíos el castigo que merecen. =•
3 ¡Hasta quándo permitiréis que triun4 fen los pecadores ! Hasta quándo su5 frireis sus insolencias! =: Ellos quie
ren tiranizar á vuestro Pueblo , y arruinar vuestra heredad y santuario.
6 ~ Manchan sus manos con la sangre de
0
(i) Cántico de M o y s e s , Deuier. c. 39. Audite Cali.
de la viuda , del pupilo y estran-7 gero ; y llegan á decir : nada de esto
ve el Señor ; no lo verá el Dios de 8 Jacob. = Hombres locos é insen
satos , conoced vuestra ceguedad , y 5> desengañaos. = ¿Qué! el autor del
oido no oirá ? y el que fabrica los ¡lo ojos, no verá ? ¿El que da la sabi
duría al hombre , no conocerá? y el que castiga las gentes , dexará
•li esta maldad sin castigo ? N o ; el Señor conoce, muy bien los pensamientos mas ocultos de estos Filósofos y su vanidad.
19 ( i) Todo lo ve , y se enciende en ira , viendo le provocan estos li-
20 bert inos, que eran sus hijos. = Por tanto dice el Señor : yo les ocultare mi rostro, porque son infieles hijos , indignos de mi bondad. =
21 Han substituido en mi lugar deidades falsas, irritándome con su Vani
dad;
d a d ; pero yo les daré' zelos, y los castigaré. = Por fuera los desolará la espada , y por dentro el espanto, sin distinción de sexo ni edad. =
29 ¡O si tuviesen sabiduría é inteligencia , y previesen el fin de sus spa-
30 rentes victorias! = Bien dirían : ¿cómo puede ser , que uno solo de nosotros persiga á. mil hebreos ó Crist ianos, y dos hagan huir á diez mil? ¿No es esto , porque el Señor los vendió , y su Dios mismo nos los entrega en castigo de sus pecados,
36 para que se conviertan? — El Señor juzgará á su Pueblo, y tendrá misericordia , por respeto á sus verdaderos siervos ; pero esto será , quando ya los vea sin fuerzas : quando las guarniciones de sus plazas , parte hayan perecido , y parte , se halle
37 consumida de miseria. = Entonces dirá á estos orgullosos enemigos, que ya cantaban su triunfo : dónde están esos Dioses en que confiabais ? =
38 Vengan á socorreros, ahora.que os he reducido á miseria, quando menos
pen-
5 1
39 pensabais en ella. • = Convénceos de que yo solo soy Dios , y no hay otro como yo. Yo doy la muerte y la vida , hiero y sano , y nadie pue-
41 de librarse de mi poder. Empuñaré mi espada penetrante como un ra-
42 yo , y haré justicia. = Empaparé - mis flechas en su sangre , haciendo
un sangriento estrago , en pena de la sangre de mi Pueblo que derramaron , y por los ultrages que han hecho , faltando a. todo derecho di-
43 vino y humano. = Naciones infieles , alabad al Pueblo del Señor , que es el católico , pues tiene un Dueño,
- que sabe vengar la muerte dé sus siervos ; y derramando propicio sus bendiciones, tomará al fin venganza de sus enemigos.
32 ( 1 ) Bienaventurado pues el hambre , Señor , á quien tú instruyeres
13 en tu santa ley. — Ésta le enseñará la paciencia para los trabajos , hasta
que
( 1 ) Salmo 93 . Deus ultionufn¿
que llegue el día destinado para cás-14 tígar al malo ; "porque vos no des
amparáis al Pueblo fiel, ni á sus mi-15 nistros. — Haréis justicia , y os de
clarareis abiertamente por los buenos , haciendo caer sobre los malos su iniquidad, y destruyéndolos para siempre.
ORACIÓN XX.
En que se presenta a Dios una relación de todos los daños que ha sufrido
la religión en Francia, y se pide misericordia.
Salmo 78. Deus, venerunt gentes.
1 f~\ Dios mió ! Las gentes de Fran-\_J cía entraron en vuestra heredad, profanaron vuestro nombre , y redu-geron las iglesias á la mayor miseria
2 y profanación. — Expusieron aquellos bar-
bárbaros los cadáveres de vuestros siervos á; ser pasto de las aves y
jj fieras. — Derramaron la sangre de los buenos, que os adoraban al derredor del templo , y ape'nas había
4 quien los enterrase.^: Fuimos el epro-b r io ' de los vecinos y patr iotas , e-1 desprecio y burla de los pueblos co-
56 márcanos. = Tentaron y provocaron á ira al Dios excelso, sacudien-
57 do el yugo de su ley. = Se apartaron del Señor, quebraron su alianza , y declinaron como arco falso
58 del verdadero culto. = En los montes y santuarios consagrados á Dios fue donde mas irritaron su i r a , t r i butando los cultos debidos á solo Dios , á los ídolos , Filósofos infames , y al árbol de la libertad. = Todo lo veía el Señor , y en castigo apartó su cara , y los reduxo
5o al extremo abatimiento. = Quedaron sus templos abandonados; y permitió , que la gloria y virtud de la
61 Iglesia galicana pereciese. = Entrego aquel Pueblo al cuchillo y al des-
pre-
6i precio. = Los jóvenes fueron con-1
sumidos del fuego de la guerra , y 6$ las doncellas profanadas, sin que ná-é>4 die se lamentase de ellas. ' 3 - Hasta
los Sacerdotes perecieron entre manos crueles, y ape'nas quedaba quien llorase la viudedad de las iglesias.
5 ( 1 ) ¿Hasta quando , Señor , os enojareis contra nosotros? ¿Durará vuestra ira hasta nuestra total rui-
6 na ? = ¿No es mejor que la fulminéis contra las Naciones .que no os quieren conocer, y contra el reyno que no permite invocar vuestro nom-
7 bre ? — ¿ N o bastan los males que 8 habernos sufrido ? = Castigad á nues
tros enemigos y vuestros , y olvidad nuestras culpas, pues os pedi-
p mos misericordia. — Socorred nos , ó Dios mió y Salvador nuestro ; libradnos , siquiera por la gloria de vuestro nombre , que padece por nuestras
10 culpas. = No deis lugar , Señor , á que
(1) Salmo 77. AttencLite Popule.
que digan nuestros enemigos: ¿ don* de está el Dios de estos Sacerdotes desterrados , y de los fieles católicos
11 que os invocan ? = Vengad la sangre derramada de vuestros siervos? lieguen á vuestra presencia nuestros
12 gemidos. = Y dad á nuestros vecinos un castigo grande sin medida; conviértanse contra ellos los opro-brios que han hecho con nosotros y nuestras Iglesias. = Y nosorros que
3 somos vuestro Pueblo y ovejas, os daremos gracias por tantos beneficios , y no cesaremos de publicar
vu estra gloria en el Santuario.
ORA-
5* ORACIÓN XXI.
De un Sacerdote, que lamenta los ma« les que ha sufrido la iglesia de los im
píos ; y dama con fervor , pidiendo a Dios el remedio.
Salmo 73. Ut quid Domine repulisti nos.
1 . TT^Or que , Señor , nos abandonáis? i JL Parece estáis irritado contra las principales ovejas de vuestro rebaño.
2 = Acordaos, que somos miembros y Ministros consagrados en tu Iglesia desde el principio, zz Nosotros somos la porción escogida de vuestra herencia del monte Sion 6 a l ta r , y habéis
3 habitado en nuestras manos. = Abatid pues el orgullo de estos enemigos, que han cometido tantas impiedades
4 en vuestro santo templo: = que han tenido la insolencia de profanar este santo lugar , donde celebramos las fies-
5 ras en obsequio vuestro: =: que enar-bolaron el estandarte de la libertad,
sin
sin distinguir lo sagrado de lo pro* \ rp fano. = Estos perversos destrozaron
á golpes de acha las puertas de las iglesias y monasterios , como quien
7 corta leña en la selva. — Incendiaron vuestro santuario : lo contami-
% naron con sus abominaciones. = Y congregados en asamblea , dixeron todos á una voz : hagamos fenecer de la tierra todos los dias festivos
o y consagrados a Dios. = Ya no ve» mos las señales prodigiosas que en orro tiempo ; ya no queremos P r o fetas ni Sacerdotes, y Dios no cut
io da de nosotros. = ¿Hasta quinde-, S e ñ o r , permitiréis estas blasfemias
11 de vuestros enemigos ? = ¿ Por que' rio os servís de vuestro brazo poderoso como en otro tiempo , Dios y
¡13 R e y nuestro? = Vos tuvisteis fortaleza para suspender las aguas de la m a r , y sepultasteis en sus aguas los crueles dragones que perseguían vues-
?4 tro Pueblo. — Vos destruísteis el dragón de Egipto , y enriquecisteis vuestro Pueblo con sus despojos. =
F Rom-
* 8
15; Rompisteis los peñascos, y sacasteis 16 las aguas de la .piedra. Formas
teis el dia y la noche , la aurora y 17 el sol. = Toda la tierra y tiempos iS son obras de vuestro poder. = Acor
daos de todo esto , ahora que os ultrajan vuestros enemigos , y un Pueblo necio con su vana sabiduría blas-
19 fema vuestro santo nombre. = N o entreguéis á tales bestias, los que os adoramos , ni olvidéis á vuestros
20 siervos. „= Acordaos de vuestro testamento y santuario ; y no dexeis que estos impíos se enriquezcan con los hurtos sacrilegos de vuestra casa.
21 = N o olvidéis nuestra confusión y 22 humildad. = Levantaos , Señor; juz-r
gad vuestra causa , y los imprope-23 ríos que sufrimos por vos. = N o
olvidéis las blasfemias de estos so* berbios , que suben de punto cada dia..
ORA*
ORACIÓN XXII. 5 9
En que un Católico pide a Dios mise' ricordia , viendo la ruina de un reyw
tan floreciente como Francia.
Salmo 79. Qui regís Israel.
1 Dios mió , que en otro tiempo caminabais delante de Israel, y
guiabais , como amada grey , á esta Nación: oid ahora mis ruegos y sú-
2 plicas. = Vos que tenéis vuestro t rono sobre Querubines, venid á manifestaros á vuestros hijos arrepentidos.
3 =í Excitad vuestro poder , y venid 4 solícito á salvarnos. = Haced que nos
Convirtamos á vos sinceramente : miradnos con misericordia , y seremos
5 salvos. = Señor , ¿hasta quándo despreciareis la oración de quien os adora , por los pecados de su pueblo ?
6 ¿Hasta quándo nos dexareis abandonados al pan de lágrimas , y no tendremos otro- consuelo que los gemí-
- 1 % F 2 dos ?
éo 7 dos ? =: Nos dexásteis justamente sin
socorro, hechos el blanco de los Pueblos y Naciones que nos • rodean , y somos la burla bien merecida por
8 nuestro orgullo, zz Pero Dios mió, yá convertidos, os pedimos que nos miréis con compasión, para no que-
p dar del todo aniquilados. = Vos sacasteis á vuestro Pueblo de Egipto, arrojasteis las gentes , idólatras y
10 malos , y plantasteis de nuevo vuestra viña. =: Fuisteis el capitán y di-
11 rector en nuestro destierro: nos hicisteis arraygar y poblar la tierra, hasta crecer de modo , que cubrimos los montes y altos cedros del Líba
l a no. zz Nos habéis extendido hasta . los mares , y dilatado hasta los rios.
13 zz Pero Señor , después de haber cultivado la Francia con tanto esmero,
'- ¿por que' habéis destruido su cerca? = ¿Por que la abandonáis y enrre-
14 gais á las Naciones vecinas ? zz A h ! Señor , no es vuestra la culpa. Un ja va l í : un Filósofo , que parece ha-*-ber salido, no de los hombres y
¿I sociedad , sino de la selva , la ha talado , y una bestia libre y feroz ha
.15 deborado sus frutos. = Ay Dios poderoso , Dios de las virtudes ! volveos á nosotros 5 mirad esta viña tan floreciente en otro tiempo , y muévaos á compasión el itffeliz estado
16 en que se halla. = Renovad la : voi-vedla á su primera gloria por medio de vuestro Hijo Jesu-Christo.
17 Es verdad que vuestros enemigos han incendiado y destruido vuestra heredad ; pero basta , Señor , con los males que ha sufrido desde entón-
'l8 ees. "= Proreged el sacerdocio , que es vuestra mano visible, para cultivarla ; y dadnos virtud para ello
19 por medio de Jesu-Christo. = N o s o t r o s nunca os dexaremos : conservadnos, la v i d a , y la emplearemos^ en invocar , y hacer que sea ado-
20 rado vuestro nombre. = Convertid, Señor , nuestro. Pueblo de sus maldades : miradnos con rostro benigno , para que seamos salvos de tanta miseria.
. ORA-
6 1 ORACIÓN XXIII.
De Judas Macabeo, al entrar en batalla, ( i )
. I. Machab. cap. 3 . v, 43 .
HAganse los vütímos esfuerzos para borrar el oprobrio de nuestro Pue
blo abatido y de nuestra religión profanada. Y se juntaron en cuerpo , para prevenirse á la batalla , para orar p r i mero , y pedir misericordia y gracia á su Dios. Ayunaron aquel d í a , y se vistieron de silicio , echando ceniza sobre sus cabezas, y rasgaron sus vestidos en señal de dolor > y c l a m a r o n d i c i e n d o : tus cosas santas., ' Señor , están holladas
y
(1) Habiendo determinado Antióco acabar con Jerusalen y los- Judíos , envíp qua-renta mil hombres y siete ~m\\ caballos; y viendo Judas Macabeo, que crecían los males , y los exércitos enemigos se acercaban, exclamó así con todo, el Pueblo.
y contaminadas, tus Sacerdotes cubiertos de luto , llanto y humillación. Ya veis , que los Gentiles, los A t e o s , se han coligado contra nosotros para destruirnos : bien sabéis los malvados pensamientos que tienen. ¿Y cómo podremos subsistir nosotros delante de ellos, si tú no nos asistes? ~ Poneos á punto y sed hombres de valor ; y estad prevenidos para la mañana-, y pelead con estas naciones , que se han coligado contra nosotros para perdernos y destruir nuestra religión ; pero mas nos vale morir en bata l la , que no ver el exterminio de nuestra nación y santuario. Cúmplase en todo la voluntad de Dios, ( t ) ='' No temáis su muchedumbre , ni el encuentro de su fuerza y furor. Acordaos de que manera fueron libres nuestros padres en el mar roxo , quando iba en su alcance Faraón con un poderoso
: exer-
( i ) I. Mac. c. 4. v. 8. Salió Judas con tres mil hombres desarmados , y venció a los quarenta m i l , y á los siete mil caballos.
¿4 exercito. Ahora clamemos al C íe lo , yj apiadarse ha de nosotros el Señor , y se acordará de la palabra que nos tiene dada , de librarnos de todos los enemigos , siempre que nos humillemos en su presencia ; y destruirá esta multitud tan grande. Y sabrán todas las gentes , que hay quien redima y salve á Israel
ORACIÓN XXIV.
De 3údds, al tiempo de dar batalla con solos mil hombres a Lisias, que ve* •nía con sesenta mil soldados escogidos
y cinco mil de caballería.
I. Machab. c. 4. vv. a8. 30. &c.
BEndito e res , Salvador de Israel , ó de los Cristianos , que quebrantaste;
la fuerza del poderoso Goliat por mano dé tu siervo Saúl , y entregaste los rea-? les y campo de los Filisteos en manos
3e Jonatás hijo de Saúl r y de su escudero. Encierra ó entrega esre grande exe'rcito en mano de tu Pueblo , y queden confundidas sus huestes y caballería , viendo que las grandes fuerzas que traen , no los puede salvar de tan poca gente como somos nosotros. Envíales espanto , y aniquila la osadía de su valor , y sean exterminados del mundo. Derríbales con la espada de los que te aman ; y alábenre con himnos los que conocen tu nombre.
En efecte consiguieron Ja victoria , y luego Judas añadió, ( i )
Ved que han sido derrotados nuestros enemigos, vamos ahora á purificar y renovar el santuario. Se congregó to do el exe'rcito , y subieron al monte dé
Sion;
( i ) I. Mac. c. 4. v. 36. (Cf3 En Judas Macabeo debin aprender nuestros Ganerales el modo de hacer victoriosas sus armas, y los Soldados conocerán por estos sucesos, que si se entregan á los vicios, no vencerán á los enemigos.
Síon; y viendo el santo templo yermo', y el altar profanado , las puertas quemadas , y en el atrio mucha yerba como en los bosques , rasgaron sus vestidos y lloraron mucho , y postrados en t ie r ra , alzaron su oración con gran clamor al cielo.
ORACIÓN XXV.
Ve Nehemiasquando se halló el fue* go del santuario, y se ofreció un sa
crificio por la salud del Pueblo.
II. •• Machad, c. i . v. 24.
SEñor Dios , Criador.de todas las corsas , terrible y fuerte , justo y mi
sericordioso : tú que sojo eres Rey buer n o , tú solo excelente tú solo justo, Omnipotente y e terno: tú que libras á Israel de todo m a l , y escogiste á nuestros padres y los santificaste : recibe este
sa-
sacrificio por todo tu Pueb lo , y guarda tus siervos en santificación. Haz , Señor , que se reünan todos los buenos que andan dispersos, libra á los que oprimen estos genti les, los desprecian y aborrecen , porque os aman. Sepan las Naciones que tú eres nuestro Dios. Aflige á los que nos oprimen y ul t rajan ,' llenos de soberbia. Confirma tu Pueblo en su pais y en sus templos, para que eternamente os alaben y adoren.
ORACIÓN XXVI.
De 3údas Macabeo, al entrar en ba~ talla, después de los males he
chos por Anúoco.
II. Machab. cap. 8. v. a.
a "Y TOlved , Señor , vuestro rostro al V Pueblo , que es hollado de tot-
••. d o s ; y usad dé clemencia con el templo
6 2
pío que está profanado por los ím-3 píos. = Apiadaos del exterminio de
la ciudad , que esrá en peligro de ser arrasada ; y oid la voz de sangre de los Judíos degollados , que
4 clama al cielo. = Acordaos de las injustas muerres de los párvulos inocentes , y de las blasfemias proferi-
15 das contra vuestro nombre. = Y ya que no merezcamos nosotros vuestra protección j ya que no nos amparéis por amor nuestro , hacedlo siquiera por la alianza que hicisteis con nuestros Padres , y porque ellos y nosotros somos vuestro Pueblo. =
16 Y vosotros no deis quartel á los contrarios , ni remáis la multitud enemiga que viene á acometernos: pe-
17 lead con valor. = Mirad el ultrage que esos indignos han cometido contra el santo lugar , y las injurias con que han insultado á nuestros vecinos, y la insolencia de haber abolido en tantas partes nuestra santa
18 religión. = Ellos solo fian en sus armas y osadía ; pero nosotros con
fia-
69
( 1 ) Aunque no se hace mención de esta victoria en otra parte, ella fue muy^cierta, y se conservaba por la tradición.
fiamos en el Señor todopoderoso, que con solo su querer puede destruir, no solo á los que vienen contra nosotros, sino también al mundo en-
19 tero. = Haced memoria del auxilio divino que experimentaron nuestros padres , y como un ángel mató en una noche ciento y ochenta mil del
2 0 exe'rcito de Senaquerib. = . Recordad la batalla que dieron á los Gálatas en Babilonia ; ( 1 ) pues siendo los nuestros solo seis m i l , mataron ciento veinte y cinco m i l , con el favor que les vino del cielo.
a i NOTA. Estas palabras (prosigue la Escritura ) les dieron tal va lor , que estaban prontos á morir por las le-
3 4 Y e s Y P o r I a patria. = Y declarándose en su favor el Todopoderoso, mataron mas de nueve mil hombres, y tomaron muchos despojos y d i
nero;
7<>
MO*
27 ñero ; y celebraron eí sábado, bendiciendo al Señor que los libró. Y
28 pasado el sábado , repartieron los despojos entre los enfermos , huérfanos y v iudas , y lo que quedó,
30 para los que pelearon. Y luego dieron otro choque , y mataron mas de veinte m i l , y repartieron el bo-
36 fin del mismo modo. = Y Nicanor que era el General vencido, iba publicando , que los Judíos tenían por Protector á Dios , y que eran invencibles , é incapaces de ser heridos , porque seguían las leyes d i vinas.
Meditemos estos sucesos , y bailaremos el verdadero modo de vencer con seguridad,
, pues adoramos al mismo Dios , y él es siempre el mismo.
M O D O D E P E L E A R que tenían los Macabeos.
LO dicho hasta aquí , es bastante prueba de que siempre confiaban
mas en las oraciones que en las-armas, y que era una señal casi infalible de vencer ó ser vencidos , la conducta que obfervaba el Pueblo de Dios y sus costumbres. Fácil era amontonar citas} pero lo que es evidente, no necesita de tantas ptuebas. Solo referiré dos casos: I.° Lisias ( i ) juntó ochenta mil.hombres de á pie y toda la caballería , con designio de tomar á Jerusalen y robar el templo , despreciando el poder de Dios, por la ¡numerable gente que tenia. Pero el Macabeo , tomando las armas el primero , exórtó a sus hermanos con sus palabras y exempio , á pelear. Y saliendo de Jerusalen, apareció delante de estos un Caballero , ó San Miguel ves-:
tido
( i ) I I . Machsb. c. 12.
. 7 2 ' tido de b lanco , con una lanza. A esrá vista , bendigcron todos á Dios , y cobraron ánimo de tal m o d o , que estaban prontos á combatir con las bestias mas feroces , y atravesar muros de hierro. Y arrojándose como leones sobre el exe'rciro de Lis ias , mataron once mil de á pie y mil y seiscientos de acaba-11o , y huyeron los demás heridos y desarmados. II. 0 Nicanor ( i ) resolvió acometer á Judas Macabeo con todas sus fuerzas en un sábado , creyendo, que por respeto al dia de fiesta se dexarian matar , ó se rendirían , sin atreverse á pelear, como habia sucedido alguna vez, y rehusando los Judíos que tenia en su exe'rcito , pelear en dia de «abado, preguntó con burla : ¿si habia un Dios, que hubiese mandado guardar el sábado ? Y respondiendo , que s í ; añadió con blasfemia : pues yo también soy poderoso sobre la tierra , y mando tomar las armas. Engreído hasta lo sumo, quiso
con-
( i ) I I . Machab. c. 1 5 .
conseguir una victoria completa ; pero el Macabeo siempre confiaba -en el favor del cielo , y exórtaba á los soldados , no temiesen al exe'rcito de Nicanor i y hablándoles de la ley , encendía sus ánimos de este modo , afeando la perfidia de sus enemigos y la violación que hacían de los juramentos, ( i ) Los armaba á todos, no tanto con pertrechos de escudos y armas, como C O N P A L A B R A S Y E X O R N A C I O N E S EXCELENTES. Les contó un sueño ad-
mi-
( i ) Siempre ha sido costumbre enardecer el ánimo de los soldados con unas breves , pero enérgicas oraciones; y me parece , que en el dia convenía mas que nunca hacerlo por sabios retoñóos , que sirviéndose de los exemp os dsl Pueblo de D i o s , encendieran los soldados al tiempo del combate con el zelo de la reügion y de la patria , cuyos intereses son comunes en esra guerra. Estos oradores han sido los que eti Francia han introducido el entusiasmo de la libertad : mas justo seria lo hiciéramos nosotros.
G
mirable : y fue, que vio á Onías , ei grande Sacerdore, y á Jeremías , que era ei amador de sus Hermanos y Pueblo, que oraba por la ciudad santa, aunque ya era muer to , y que este Profeta le, dio una espada de o r o , dicie'ndole: toma esta santa espada como don de Dios, con que derribarás los enemigos de mi Pueblo.
Considerando pues el Macabeo la muchedumbre que venia sobre ellos , el aparato de las armas , la fiereza de los elefantes, extendiendo las manos al cielo , invoca al Señor que hace maravillas : á aque l , que no según el poder de las a r m a s , sino según le place , da la victoria á los que son dignos. Invocándole p u e s , dixo de este modo.
O R A -
ORACIÓN XXVII. I I . Machabaeor. cap. 15 . v. 22 .
J [ en tiempo de Ecequías , y matos re ciento ochenta y cinco mil del campo de Senaquerib ; ahora también , Señor de los cielos, envía tu ángel bueno delante de nosotros con el temor y terror de la grandeza de tu brazo , para que teman los que con blasfemia, con gritos ó cánticos á Apolo , vienen contra t u santo Pueblo.
Nicanor se acerca con su gente; y Judas invocando á Dios con sus soldados, entraron en el combate, de modo , que P E L E A N D O C O N L A M A N O , Y O R A N D O A L SEÑOR C O N SUS C O R A Z O N E S , mataron no me'mos que treinta y cinco mil , gozosos al ver la presencia y favor de Dios.
enviaste tu ángel
Gz ORA-
7'6
Del Eclesiástico, a favor de su Pueblo oprimido de sus enemigos.
Eccles. 30.
SEñor Dios de todas las cosas, tened piedad de nosotros ; volveos á mi
rarnos , mostrándonos la luz de vuestras misericordias. Infundid temor en las gentes que no te buscan , para que entiendan , que no hay otro Dios sino vos , y cuenten vuestras maravillas. Al zad la mano sobre las gentes estrañas, para que experimenten vuestro poder; y así como vos delante de ellas habéis sido santificado en nosotros, así también delante de nosotros seáis engrandecido en ellas , para que os conozcan, como nosotros os conocemos , y sabe-: mos no hay otro Dios , fuera de vos, Señor. Renovad los prodigios, y haced nuevas maravillas. Glorificad vuestra mino y brazo derecho. Despertad la saña , y derramad la ira. Destruid
al
ORACIÓN XXVIII.
al adversarlo, y afligid al enemigo. Apresurad el tiempo , para que rengan fin los males ,. y campeen vuestras maravillas. En ira de llama sea devorado el que escapa^, ó en el filo de la espada; y los que maltratan vuestro Pueblo, caygan en la perdición. Quebrantad la cabeza de los soberbios enemigos, que dicen : no hay otro fuera de nosotros. Reunid rodas las Tribus de Jacob , ó Príncipes católicos , para que conozcan no hay otro Dios sino vos , y publiquen vuestras grandezas ; y heredarlos-has como desde el principio. Asi sea.
F I N
D E L A S O R A C I O N E S S A G R A D A S .
E X -
78
AL VALOR Y CONFIANZA.
P R I M E R A .
VAlerosos Españoles: no admiro, que miréis con ojos serenos caer muer
tos á vuestro lado vuestros compañeros, y que paséis sobre sus cuerpos palpitantes con valor. Esta sangre de vuestros hermanos, que salta á vuestros vestidos y aun á vuestro rostro : esta sangre en que os bañáis de pies á cabeza , os da nuevo valor y vida. Vuestras mismas heridas que os dan intrepidez, para pisar quizá á vuestros hijos 6 á. vuestros padres, os deben arrebatar como torrentes i rresistibles , sobre vuestros enemigos: sobre estos hombres:- no digo bien ; sobre estas fieras y monstruos que quieren dar ley á todo el mundo. Y que' ley ? Ley que llaman de humanidad , siendo inhumanos y crueles. L e y , que dicen de hermandad, y no se alimenta sino de
san-
EXHORTACIONES
19 sangre humana. Ley de igualdad y de justicia, y no conocen o t ra , que el derecho de mayor fuerza , de robos y latrocinios. Ley de libertad , y no es mas que de esclavitud, desorden y tumulto. Acabad , acabad de un golpe con estos caribes, que como nube de langostas se entran por E>paña. Detened sus primeros pasos ; no os hagáis siervos de esos monstruos , de esos tigres , de esas furias , de esos demonios, de . . . . ¿Qué os detiene? ¿Su multitud? Ahí tenéis mas seguramente donde emplear el golpe de vuestra espada. Si resistís su primer ímp e t u , su desorden será mas grande. ¿Os detiene su valor ? En vuestras venas ha corrido primero el ardor de la fe , que el calor de la sangre. Toda España os cede su fuerza , y el mismo Dios os da con las armas el valor invencible.
Moyses no quiso sacrificar á su Dios en tierra de Egipto , porque conoció, que aquellos hombres viles , á vista del desprecio que harían de sus dioses falsos , se enardecerían en un furor , contra el qual no habría poder ni resisten-
cía. ( i ) Dios m í o : ¿por que no trasladáis la religión de España á estos Egipcios , tan zdosos de sus mentidas divinidades ? Pero qué digo ! N o , no , Españoles míos : aquellos viles gitanos se hubieran hecho irresistibles , y su valor hubiera acabado con los hebreos, ú éstos insultaran sus ídolos; ¿y los Españoles temerán el valor de sus enemigos? Veremos á estos monstruos dentro de nuestra España sacrificar al ídolo ó árbol de su libertad : qué digo ? les veremos sacrificar las imágenes de María y de los Santos á su irreligión , hasta el Cuerpo consagrado de Jesu-Christo , en vilipendio de nuestra fe y Dios verdadero : ¿y no los abrasaremos con un aliento de nuestra boca ? Los viles gitanos de Egipto, con solas piedras acabaran con los hebreos: ¿ y nosotros con cañones y armas temeremos ? E l l o s , c e losos de su falsa religión , se hicieran
nu-
: ( i ) Non potest ita fi-ri... lapidibus nos obruent. Exod. <í. 8. v. dó.
8 i nubes de piedra desoladora : ¿y nosotros zelosos de un Dios omnipotente , de nuestro país, de nuestros hermanos , bienes , libertad y posesiones , descansaremos un momento sin vengar estos agravios ? Al arma , Españoles , al arma todos : nuestros cuerpos han de ser las murallas de Sagunto y de Numancia, y como rayos de fuego, debemos consumir hasta los bosques que crian estas fieras.
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E X H O R T A C I Ó N S E G U N D A
A L V A L O R Y C O N F I A N Z A .
2V^. t e s , quando vemos el ardor de nuestros valerosos soldados, que desprecian los peligros, y corren por sobre la muerre misma á coronarse de laureles ? ¿Que' hacemos, quando miramos toda la España sobre las armas , para detener esa terrible tempestad del norte?
hacemos nosotros los Sacerdo-
¡O
82 :
( i ) Hactenus quidem agebat quietem. Chrysost. I. 3 . contra vkuperatores vitae Mo-nasticae. Vid. I. Reg. c. 4. v. 16.
jO H e l í , soberano Sacerdote de Dios, exemplar de zelo y religión! Con ánimo sereno y corazón firme , oyes la muerte de tus dps hijos en el campo de batalla , dice San Juan Crisóstomo; ( i ) pero quando llega á tus oídos, que la arca , sagrario de Dios, es despojo de los enemigos, el dolor de tu pecho te hace perder el al iento, caes de la silla¿ y quebrada la cabeza , mueres , rociando el pavimento del altar con el celebro.
Sacerdotes y almas piadosas , ¿qué hacéis vosotros, sabiendo que nuestros enemigos profanan las iglesias, y que nuestro Dios sacramentado sufre el mismo yugo que nuestros hijos espirituales y hermanos ? N o , no aguardemos estas noticias , sentados en el ocio y descanso , sino postrados delante del Arca y Sacramento del a l t a r , y no caeremos como Helí. El dolor y zelo de la reli
gión
gíon le quitó á este la vida ; á nosotros debe animarnos , para ofrecernos con nuestros bienes y personas , para inspirar valor en todos los Españoles, para aprisionar con la cadena de virtudes á nuestro Dios , empeñarle en la victoria , y hacer caer con nuestros clamores las murallas de Jericó , ó de la impiedad. Levantemos las manos al cielo como Moyses , mientras nuestros soldados las descargan sobre el enemigo.
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T E R C E R A E X H O R T A C I Ó N .
A L V A L O R Y C O N F I A N Z A .
. /T^Uie 'n es el cobarde Español , qué ¿V _̂ tiembla de las brabatas de estos gigantes, que como Goliat bastardo, se atreven á insultarnos ? N o desmaye el corazón de nadie , ( i ) que el mas pe
qué
is) Non concidat cor cujusquam. I. Reg, cap. 17. v. 3a.
queño y joven Español sabrá derribar al que parece mas formidable enemigo, si entra en batalla armado con el nombre de nuestro gran Dios. Yo iré ( d i ce David ) y todo el mundo sabrá , que Dios no necesita de armas para vencer, ( i ) N o dudemos ni temamos , si tenemos á Dios propicio. N o confiemos en palabras mentirosas , en los templos é imágenes de María y de los Santos. (2) Nada sirve blasonar de los templos y religión de España , porque Dios no mira sino las obras. En el templo de Jerusalen el propiciatorio residía entre dos Querubines con alas extendidas , como amenazando volar á otra parte , sí ofendían los hijos de Israel á su Dios; y en efecto por sus delitos voló el culto de Jerusalen á España. El Sabio pinta á María como una nave , en que viene
Je -
(1) Novera Ecclesia, quia non in gladio salvar Dominus.
(2) Nollite confidere in verbis mendaci!, dicentes : Templum Domini. . ,
Jesu-Chrísto como Piloto sentado en la popa , ( i ) que en un momento vuelve el timón , y muda de sitio y ruta. Tal es la santa Iglesia : y- la promesa de estar en el mundo hasta el fin, solo es de estar con los fieles, y no con este ó aquel Pueblo. Seamos fieles á Dios, é infaliblemente habitará en nuestra España. No dominarán los enemigos de la religión. Un pequeño David vencerá todo el exe'rcito de nuestros rivales. Conozcamos, que las desgracias son castigo de nuestros pecados , (2) y que si obramos bien , estará con nosotros, (3) y venceremos. La virtud nos dará valor : e'ste arrollará ai enemigo , y cantaremos la victoria.
Q U A R -
(1) Facta est quasi navis Institoris. Prov.
(2) Ista mala invenerunt n o s , quia pec-cavimus. Jud. 8. v. 27. y Salm 105. v. 6.
(3) Si benc... habitabo. Jerem. 7. y. 4.
8S
NO se cubre vuestro corazón , pía-dosos Españoles, del luto mas
doloroso , al ver todos los días vuestro Dios cautivo de los blasfemos y libertinos Ateistas ? ¿Todavía conserváis los ojos para mirar renovadas estas injurias en medio de vuestro pueblo , después de haberlas oido de orros , que han experimentado tan horribles sacrilegios? Nuestro omnipotente Dios Sacramentado se ve todos los dias en poder de manos enemigas suyas , como en otro tiempo el Arca del Testamento cautiva de los Filisteos. El Señor se dexa llevar de estos impíos, volviéndonos la espalda , por las injurias que primero ha recibido de nosotros , por nuestros sacrilegios. No pudiendo sufrir las injurias de sus propios hijos y amigos, que somos los Católicos , siente menos que le ultragen sus enemigos declara
dos.
QUARTA EXHORTACIÓN
A L V A L O R Y C O N F I A N Z A .
dos. ( i ) A y mi Dios ! ¡Que estado mas triste para mi alma , que aunque ingrata , conserva un grano de fe y religión ! Ahora r ahora es quando siento vuestra ausencia : ahora sin Dios , sin luz , aprecio vuestra cara , que desprecie' , quando me miraba con amor : ahora que me volvéis la espalda , y se os llevan de mi casa , comienzo á apreciar lo que desprecie' tantas veces.
A y ! En tan sacrilegas manos vais á sufrir de nuevo las mismas injurias que os hicieron los Filisteos. Ellos , insolentes con su victoria y nuestra ignominia , os harán objeto de su butla é irrisión ; poco es esto : os pisarán , os quemarán , os dará« á sus caballos, (2) como en tiempo de Luis Décimo tercio , mezclado con la p;;ja : os conducirán , como los Filisteos , al templo de Dagon 6 del demonio : os colocarán á
los
(1) Si inirnicus rneus maledixisset mihi, sustinuissem. Salmo 54. v, 13.
(2) Cana de Quevedo á Luis XIII.
83
( i ) Tom. 5. lib. 1. contra Gentil.
los pies dé este ídolo infame, ó del árbol de su libertad , como despojo de su victoria : os pondrán á los pies del demonio A y Dios mió! ¡Cómo tengo valor de escribir estos horrores! cómo se pueden articular estas blasfemias!
Y amados Españoles, ¡cómo las podemos sufrir con serenidad ! Cómo no se enciende nuestra sangre, y se ponen en movimiento todas nuestras potencias y sentidos! ¡Cómo no se reanima nuestra fe , se levanta nuestra esperanza, y nos abrasa la caridad ! ¿Dónde está nuestra religión, y el valor de los Españoles ? ¿ Dónde está la omnipotencia de nuestro Dios ? Pero que' digo! el Señor supo hacer brillar su poder en medio del cautiverio de su arca. S í ; aquellos Filisteos , dice San Juan Crisóstomo , ( i ) pusieron al Dios omnipotente á los pies de su ídolo ; pero este Dios cautivo supo derribar á Dagon , quando parecía mas victorioso. El ídolo que estaba
so-
Sp sobre el a rca , quedó hecho un tronco, y la cabeza , manos y píes cortados, amanecieron al pie del Arca del Testamento > ( i ) solo quedó la espalda de Dagon , como á esclavo, para sufrir la afrenta y el castigo.
Buen ánimo pues , Españoles : nuestro Dios ha querido sufrir de nuevo estas injurias , para que reconozcamos nuestras culpas, . para triunfar con mas estruendo de los Ateos. Ahora que los vemos tan orgullosos y atrevidos contra Dios , ahora que profanan el Arca del Testamento, ahora podemos confiar que caerá el árbol de la libertad , que huirán como los Filisteos, y serán destruidos. Nuestro Dios se ha puesto en sus manos para castigarlos, para que Veamos mas claro su poder ; levantemos la cabeza , purifiquemos nuestras almas , empuñemos las a rmas , acometamos con va lor , clamemos al cielo, y luego cantaremos la victoria.
Q U I N -
(1) Según la version Complut. H
QUINTA EXHORTACIÓN
A L V A L O R Y C O N F I A N Z A .
co antes una espada nuestra arrollaba muchas francesas , y cantaba diariamente victorias : y ahora se nos entran los enemigos por nuestras casas, y arrasando nuestro país , lo dominan, y cautivan sus habitadores ? Esto es ver renovada la tragedia del Pueblo de Dios. Después de conseguir muchas victorias, se ven arrollados de Salmanasar , R e y de los As i r ios , ( i ) conducidos presos á Babilonia , aniquilado el culto de Dios en Jerusalen , y en un obscuro y trisre silencio las campiñas, y heredades de Israel. A los hijos de Dios se substituyen los gentiles: estos cultivan el país, y lo contaminan con sus sacrilegos cultos al demonio , substituyendo la idolatría á la religión verdadera. Lo mismo está
míos , que pó-
su-
(t) I V . Eegum , 1 7 .
sucediendo en nuestra España. Esta heredad primogénita de Dios , ha pasado á manos de los impíos; esta tierra feliz y fecunda , á poder de nuestros rivales. Las aras , los templos , los altares y el cul to, han caído en tierra , y de un golpe habernos perdido familias, r iquezas, casas, pueblos y religión.
Mas estas desgracias no deben abatir nuestro valor , sino reanimar nuestro espíritu, enardecer nuestro ánimo, y tomar de nuevo las armas contra unos enemigos , que provocan la ira de un Dios omnipotente , que nos ayuda para vengar sus sacrilegios. N o lo dudemos. Quando los Asirios , dueños de Jerusalen en posesión pacífica , cometían las mayores abominaciones en el templo ,. envia este Dios omnipotente leones fieros ( i) que los destruyan , ya que no habían quedado hijos de su amado Pueblo , que volvieran por su ho
nor.
( i) Immisit in eos leones. I V . Regum, cap. 17. v . 25 .
H 2
92
(3) Si Deus pro nobis. B. Paul, ad Rom. cap. 3. v. 3 1 ,
(a) Secuti sunt Gentes. IV. Ríg. cap. 17- v. 15.
(3) In hoc signo vinces.
ñor. Nosotros los Españoles debemos ser -estos leones terribles , ministros vengadores del Dios omnipotente. ¿A quien tememos, estando Dios de nuestra parte? ( i ) La sangre derramada de nuestros vecinos y parientes , y aun la misma Sangre de Jesu-Christo profanada , nos enciende , y nos hace rayos invencibles y vengadores. La ruina de Jerusalen y de aquel Pueblo , vino del comercio y familiaridad que tuvieron con los Babilonios ; (2) y la causa de nuestras desgracias nació del trato con esta Nación, que nos ha contagiado con el veneno de su doctrina. Renunciemos sus principios abominables , abjuremos sus sacrilegios , enarbolemos el estandarte de la Cruz , que venceremos con esta señal. (3) Empuñemos la espada del valor es-
93
O R A -
paño l , acometamos intrépidos, atrepellemos su orgullo : peleemos por Dios, por Jesu-Christo , por su Madre , por nuestras leyes , por nuestros bienes, por nuestras ciudades , por nuestros paysa-n o s , por nuestro honor ; y no descansemos , hasta cantar la victoria , humillar al enemigo, y recobrar lo perdido. Y vos , Señor , tened piedad de vuestro pueblo , sobre el qual fue invocado vuestro nombre, y tratáis como á vuestro primogénito. Remunerad á los que os esperan con paciencia. Y sepan todos los moradores de la tierra , que vos sois el Dios inspector de todos - los siglos. Amen.
°4 ORACIÓN DE SANTA TERESA
de j e s ú s , á visca de las iglesias arruinadas por los hereges.
Cam. de Perf. cap. 3 3 . y 3 5 .
PAdre santo , que estáis en los cielos, ya que lo queréis, alguien ha de
haber que hable por vuestro Hijo. Seamos nosotras, hijas... para que no vaya adelante tan grandísimo mal , y desacatos como se hacen en los lugares , á donde está este Santísimo Sacramento entre estos Luteranos , deshechas las iglesias, perdidos tantos Sacerdotes , los Sacramentos quitados. ¿Pues que es esto , mi Señor y mi Dios ? O dad fin al mundo , ó poned remedio en ran gravísimos males, que no hay corazón que lo sufra , aun de los que somos ruines. Suplicóos, Padre Eterno , que nó lo sufráis ya vos ; atajad este fuego , Señor, que si queréis, bien podéis. Mirad , que aun está en el mundo vuestro Hijo : por su acatamiento cesen cosas tan feas y
aba-
91
Puede Imprimirse* Imprímase. Dr.Gil de la Cuesta. Camacho.
abominables y sucias, y por su hermosura y limpieza , que no merece esrar en casa á donde hay cosas semejantes. No lo hagáis por nosotros , Señor, que no lo merecemos : haced lo por vuestro Hijo. . . O mi Dios! ¡quién pudiera importunaros mucho , para poder pediros tan gran merced en pago de mis servicios! ¿Por qué queréis ver cada dia en tan ruines manos á vuestro Hijo ? . . ¿Cómo puede vuestra piedad cada dia verle hacer injurias?.. ¡Y quántos le deben hoy hacer á este Santísimo Sacramento ! ¡ En qué de manos enemigas suyas le debe de ver el Padre! ¡Quedes^ acatos de estos hereges !. Ya Señor , ya Señor , haced que se sosiegue este mar? no ande siempre en tanta tempestad esta nave de la Iglesia , y salvadnos, Señor, que perecemos.
INDIGE DE LAS O R A C I O N E S contenidas en ésta obra.
N O T A sobre la promesa y amenaza de Dios , quando dio su ley. n í
P R Ó L O G O . §. I. Se hace evidencia á los Cristianos, que sus victorias ó desgracias , dependen de su conducta buena ó mala ; y se prueba esto por exemplos continuos é innegables, v,
§. II. No hay oraciones mas propias ni mas eficaces , que las de la santa Escritura. xvíj
ORACIÓN I. Que manifiesta la omnipotencia de Dios , y confianza que debemos tener en él. Pag. i
ORACIÓN II. De Judir , reprendiendo la poca confianza en la misericordia de Dios. 3
ORACIÓN III. De J u d i t , por la l ibertad de Betulia. 5
ORACIÓN IV. En que el Pueblo pide á Dios la victoria de las armas católicas , confesando , que solo venceremos con su favor. 8
ORACIÓN V. En que se reconoce á Dios por la causa principal de las
ORACIÓN VI. En que se confiesa el favor divino experimentado, siempre que sus siervos han sido fieles á su ley ; y se pide miseri-
ORACION VII. Contra el orgullo de los incrédulos y libertinos, pidiendo al Señor , que los humille , y
ORACIÓN VIII. De un Sacerdote, que anima el Pueblo á esperar la victoria de sus armas , en Dios. i<5
ORACIÓN IX. De un Católico , que ora por el R e y , y felicidad de su monarquía. ip
ORACIÓN X. Por la felicidad de nues-rros Soberanos , pidiendo á Dios, humille sus enemigos. 21
ORACIÓN XI. Pidiendo á Dios , que la justicia gobierne al Rey y sus Ministros ; y lluevan sobre España las bendiciones temporales y
victorias. 9
cordia. 11
consuele á los justos,
espirituales. 24
ORACIÓN X I I . En que el R e y anima su Pueblo á clamar a Dios en me-
, dio de las calamidades que nos rodean , y nos enseña á confiar en e'l. 2 7
ORACIÓN XIII. Implora el Rey el favor del cielo , como único apoyo de su confianza. 30
ORACIÓN XIV. De un Católico , animando los tímidos que desconfían á vista de las calamidades. 31
ORACIÓN XV. De un Católico , animado de algún buen suceso , en que manifiesta su confianza en Dios. 33
ORACIÓN XVI. Quexándose á Dios de la prosperidad de los malos, sin perder la confianza en su misericordia. 35,
ORACIÓN XVII. En que representando á Dios la maldad de los libertinos , que llegó á matar sus R e yes , se le insta , para que castigue este orgullo y atrevimiento. 39
ORACIÓN XVIII. En que. un Justo examina el origen de los males de Francia , nacidos de sü orgullo y
felicidad ; y reconoce en sus males la Providencia divina , que castiga al malo. 43
ORACIÓN XIX. En que Moyses anuncia el castigo de los malos, y premio de los buenos. 4 8
ORACIÓN XX. En que se presenta a Dios una relación de todos los daños que ha sufrido la religión en Francia, y se pide misericordia. 5 2
ORACIÓN XXI. De un Sacerdote, que lamenta los males que ha sufrido la Iglesia de los impíos , y clama con fervor, pidiendo á Dios el remedio. 56
ORACIÓN XXII. En que un Católico \ pide á Dios misericordia , viendo
la ruina de un reyno tan floreciente como Francia. 59
ORACIÓN XXIII. De Judas Macabeo, al entrar en batalla. 61
ORACIÓN XXIV. De J u d a s , al entrar en batalla con mil hombres contra sesenta mil soldados y. cinco mil de caballería. 64
ORACIÓN XXV. De Nehemías, quan-
¡do halló el fuego del santuario', y ofreció sacrificio. 66.
ORACIÓN XXVI. De Judas Macabeo,. al entrar, en batalla , después de
• los rpales hechos por Antioco. 6f .-.Modo *de pelear que tenían los Ma- .
. cábeos. JT ORACÍON XXVII. 75. ORACIÓN XXVIII. Del Eclesiástico,
à favor de sii Pueblo , oprimido de sus enemigos. 7 6
Execraciones al valor y confianza. Primera. 78. — Segunda. 81...=' Tercera. §3. .= Quarta. 85. = Quinta. 90
ORACIÓN de Santa Teresa de Jesus, à vista de las iglesias arruinadas por los hereges, 94