ciencia para la burguesia, segona part.pdf
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8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
1/123
HOR CIO
C PEL
M RIO
R Y
M NOLIT
RUNET
JULI
MELCON
FR NCESC N D L
LUIS
URTE G
K
S NCHEZ
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
2/123
Lo
libro
de
geograffa
y
sus
autores
121
itinerarios
descriptivos
sobre
Esp
ana
0
sus
regrories,
coma
el
de
Labor
de(29)
0
el
de Tom
as Bertran
(30)
.
Los
autores
No
podemos
en un estudio coma
éste hacer
un
analisis
exhaustivo
del
perfil
sociologico
de
los
autores
de
obras de texto
para
la
ensefianza
de
la
geografia
en
la
primera
mitad
del
siglo
XIX. Por
un lado
superaria
los
limites
de
nuestro
empefio;
por
otro,
carecemos
de
la
inforrnacion
de
base
necesaria
que
podria proporcionar
un buen
diccionario
biogra
fico
nacional,
hoy
inexistente.
Incluso, pese
al
avance
que supone
la
publicaci6n
de
alguna
obra
recienter ,
la
historia
intelectual
de
la
Es
pana
del
XIX,
esta
atm en buena
medida
por
realizar. No
obstante,
al
hilo
de nuestra
indagaci6n
hemos
podido
recoger
una nutrida
informa
ci6n
biografica
sobre
los
redactores
de
textos
de
geografia
(ver
Apéndi
ce no
I),
que
yale
la
pena
considerar.
Entre
1814
y
185710calizamoscasi
un
centenardeautores
quereali
zaron
obras
de
geografia
para
la
ensefianza.
De ellos menos de
la
décima
parte
son
extranjeros'V',
Mas
de i
50
por
ciento
enfocaron
su
trabajo
hacia
los
textos
de ensefianza
primaria;
entre
los restantes
predominan
los
dedicados
a
los n ive les
secundarios
de
la
docencia . Hemos
de
admitir
que
nuestra
pesquisa
puede
ser
incompleta.
A la
dificultad
de
encon trar
fuentes
fiables
para
este
periodo,
se
afiade
el hecho
de
que
algunos
auto
res ocultasen
su
personalidad
tras
seud6nimos.
Este es
el
casa de
Pedro
Felipe
Monlau, que
utiliz6
el
seud6nimo
de
Felipe
Londero en
varias
de
sus
obras(33),
concretamente en la
Geografia
astronomica
0
elemen
tos
de
Geografia
matemdtica
(Barcelona, 1831).
Y también
el del
presti
gioso
poeta
Juan
Nicasio
Gallego(34)
que
se
ocult6
tras
el
nombre de
José
Ulanga y Algocin
para
f irmar
su
Manual
geogrdfico
0
compendio
de
Geografia
Universal
(Barcelona,
1828)
que
fue declarado
obra de
te x
to
para
la
ensefianza
primaria.
(29)
(30)
(31)
(32)
(33)
(
34)
It inerario
descriptivo
de
las
Provincias
de
Espana y
de
sus
islas
y
posesiones
en el Medite
rrdneo
,
traducciôn
libre
dei
que
publiee
en fra nc és A .
de Laborde
...
(segùn
Serrano
Mora
les esta
primera
traducciôn
se debe
al P. Jaime
Villanueva), Madrid,
1815;
traducida
po r
D. Mariano
Cabrerizo,
Valencia,
Morn
p
liè
, 1816;
2a
e
diciôn
:
Valencia,
José Ferrer
de
Orga,
1826.
It inerario
descrip
tivo
de
Ca
ta
lu
fia. Obra util
a
lo s
viajeros
y
a
lo s militares
y
también a
lo s
na
tu ra
les
de i
pa
ïs,
Barcelona, Imprenta
de
Oliveres
H.,
1847.
Fn
tr e
otros,
puede
consultarse
F.
VILLACORTA,
1980.
No
siempre
he mos
podido
encontrar
la
procedencia geografica
de
los
autores
que
aquf
t ra tamos. De
los
que
hemos
podido
saber
noticias resulta
que:
seis nacieron en
Catalufia,
cinco
proceden
de
Castilla,
tres de
Andalucia,
dos
de
Aragon,
do s
de
Galicia,
uno de
M ur
cia,
uno de
Canarias,
uno
dei
Pals
Vasco,
uno de Valencia
y
uno nacido
en
La
Haba
na.
De
los
autores extr
anjer
os ,
cinco
son
franceses,
uno
i tal iano
y
otro
inglés.
Corno
pue
de
verse,
y
exce�tuando
a
los
extranjeros,
la
procedencia geogrâfica
es
muy
diversa,
aunque
como es
logico
?ado
el
peso
de
m
ogr
afico de
Madr id
y
Barcelona,
Cataluf ia
y
Cas
tilla
anor
ta n el
mayor
numero
de
autores.
Sobre la
pasmosa
inclinaciôn
dei
higieniesta
P.F. Monlau
a
ocultar su verdadera
persona
l idad debe
consultarse a
A.
RAMSPOTT
y
J.
MALUQUER
DE
MOTES,
1976.
cer ca de este
punta
véase
el
trabajo
de
A. K.
SHIELDS,
1940.
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122
Ciencia
para
la
Burguesia
De este
grupo
de au
tores,
mas
de un
70
por
ciento desarrolla
su
acti
vidad
duran te
el
reinado de
Isabel
II .
Esto
tiene facil
explicaci6n
si
tene
mos
en
cuenta
el
marco
historiee de
las
primeras
décadas de
la
pasada
centuria.
Tras la
relativa
estabilidad
de
la
etapa
final
de
la
Ilustraci6n,
marcada
ya
por
un
cierto
conservadurismo
anti-revolucionario
en el
plano
cultural
y
cientffico,
la
guerra
de
la
Independencia
y
el
reinado
de
Fernando VII
suponen
un
colapso
total
de la
actividad
cient
ïfica
en
nuestro
pais.
Exceptuando
el
breve
parén
tesis
del
Trienio
Liberal,
la
Espafia
que
tiraniza el
Deseado
es una
auténtica
ruina
cultural.
La
cien
cia,
coma
actividad
organizada
dej6
de
existir,
truncandose la
tradici6n
ilustrada
que
qued6
sin
con
tinuadores;
se
cortaron
los
lazos
con la
cul
tura
europea
debido
a
las
prohibiciones
y
cortapisas
que
pesaron
sobre
la
difusi6n
de
revistas
e
impresos
extranjeros.
La
ideologia
liberal
y el
talante
critico
de
la
intelectualidad
fueron
reprimidos
sin
contemplacio
nes. Las
universidades
se
desorganizaron
y
la
ensefianza
en los
niveles
in
feriores
qued6
en
manos
de la
Iglesia,
atrincherada
en
posiciones
cada
vez
mas
conservadoras.
Si
a
esto
unimos
el
desastre
econ6mico,
la
desorganizaci6n
social
y
las
fuertes
tensiones
poIiticas
de
la
época
ten
dremos
una
imagen
aproximada
del
diffcil
marco
que
ofreci6
el
primer
tercio
del
siglo
XIX
para
el
cultivo de
la
ciencia
y
su
difusi6n.
Retengamos
dos
elementos de
este
triste
panorama, que
afectan
di
rectamente
a
los
cultivadores
de
la
geografia.
En
primer
lugar,
la
con
yuntura
politica.
El
reinado de
Fernando
V II
discurre
en un
largo
enfrentamiento
entre
absolutistas
y
liberales. En
este
contexto
politico
cierto
numero de
los
au
tores
de
te x
tos
de
geografia
adoptaron
posturas
comprometidas
con
los
acontecimientos,
tomando
partido por
una
u
otra
tendencia,
hecho
que
m
arcara
sus
vidas
e
influirâ
en
sus
obras. Al
gunos
de
ellos
adoptaron
una
decidida
actitud
progresista, que
les
en
frent6
directamente
a
la
represi6n
del
absolutismo. Un
casa
extremo es
el de el
gran
ge6grafo
ilustrado
Isidoro de
Anti1l6n,
que
fuc
miernbro
de
la
Junta
de
Defensa
contra
la
invasi6n
francesa.
En
1809
Antill6n
fund6
con
Quintana
el
Seminario
Patriotico
(que pasa
por
ser
el
primer
pe
ri6dico
pol
itico
espaüol).
De
su
talante
liberal
nos
habla
claramente
su
pionera
disertaci6n
en
la
Academia de
Derecho
contra
la
esclavitud de
los
negros, y
su
pugna
por
abolir
la
pena
de
azotes
en
las
escuelas.
Elegi
do
diputado
para
las
Cortes de
Càdiz
en
1813,
Anti116n
fue
encarcelado
y
victima
de
malos
tratos
muriendo
un
afio
después.
Para
darnos una
idea
del
encono
y
cainismo
de
las
luchas
politicas
de
la
época,
basta
citar
el
hecho
de
que
en
1823
una
partida
realista
desenterrase
y
quemase
los
restos
de
su
cadaver(35).
Otros
autores,
que
contribuyeron
al
quehacer
geogrâfico
y
redactaron
obras
de
texto,
sufrieron
asimismo
exilios
y
persecuciones
por
su
ideologia
politica.
Gabriel Ciscar
y
Ciscar,
que
llego
a ser
regente
entre
1810
y
1814,
fue
encarcelado
por
Fernando
V II
a
su
(35)
La
macabra
h
az afia
contra
lo s restos de An tillôn
apenas
fu e
re p
ar
ada
26
afios
mas
tarde
por
Isabel
II , que
concediô
a
la viuda de
éste una
pensi6n
vitalicia
y
el
tït
ulo
de
con
desa
de
Antillôn
(DICCIONARIO
ESPASA-
CALPE,
s.
d.,
To m
o
V, pâgs.
778-779).
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
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DOS
INSTRUCCIONES
QUE
SE
PH
OTEJEN
l
1
-
,
..
1
U
Fig.
13. La
depauperada situaciôn de
los
maestros de
escuela
dia
lugar
a
grabados
en
los
q i
satirizaba el
penoso
estado
de
la
educaciôn.
-
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124
Ciencia
para
la
Burguesia
regreso
a
Espafia
y
confinado
hasta
1820.
Juan
Nicasio
Gallego
(que
co
mo
autor de
obras de
geografia
hay
que
identificar
como José
U1anga)
también
fue
arrestado
por
el
absolutismo
femandino,
teniendo
que
exi1arse
en
Montpellier.
También
Fermin
Caballero,
que
era
miembro
del
partido
liberal,
tuvo
que
abandonar
Madrid
en
1823
y
no
regres6
hasta
la
muerte
de
Fernando
VII.
Resulta
facil advertir
c6mo
los
vaive
nes
politicos
1esionaron
la
posibilidad
de
proseguir
la obra
iniciada
por
la
Ilustracion,
En
segundo
lugar,
debemos
tener en
cuenta la
estructura
organizati
va de la
actividad
cientifica
y
docente.
Esta,
salvo
en
contadas
excepcio
nes,
simplemente
no
existia en
el
primer
tercio
del
siglo
XIX.
Muchas
instituciones
cient ïficas
desaparecen,
otras
llevan
una
languida
vida
entre
el
desamparo
oficial
y
la
voluntad
de
unos
pocos
para
seguir
trabajando.
La
actividad
educativa
adolece
asimismo
de
graves
problemas
de
desor
ganizaci6n
e
improvisaci6n.
Al
considerar el
conjunto
de
autores de
obras
de
texto de
geografïa
en es os
anos,
10 mas
significativo
no
es
ya
la
ausencia
de
ge6grafos
profesionales
-que
no
apareceran
coma
corpo
raci6n
hasta
el
siglo
XX-
sino
que
muchos
de
ellos
ni
siquiera
tenian
coma
dedicaci6n
principal
la
docencia.
Las
profesiones
de
los
redacto
res de
textos de
geograf
ïa
forman
un
grupo
realmente
heterogéneo.
asi,
podemos
encontrar
religiosos
(6),
profesores (4),
pedagogos (3),
pol
iti
cos
(3),
escritores
(3),
periodistas
(2),
poetas
(2),
matematicos
(2),
abo
gados
(2),
y
también un
médico,
un
marino,
un
historiador,
un
gramatico,
un
literato
y
un
ge6grafo
-el
ya
citado
Isidoro
de
An
ti1l6n-. No
resulta
nad a
facil
encuadrar
a
este
abigarrado
conjunto.
En
élla
predominan,
seguramente,
los
temp
oreros de
la
divulgacion,
es
decir,
un
género
de
intelectual con
una
informaci6n
relativamente
amplia
y
sin
excesiva
autoexigencia
respecto
a
la
originalidad
de
su
aportaci6n, que
por
razo
nes de
oportunidad
se
aplica
a
confeccionar
alguna
obra
de
texto. Su
dedicaci6n a
la
geo
grafïa
es
epis6dica y
esta
relacionada
con
aficiones
personales,
con
azares
profesionales
0
con
mandatos
imperativos
de
los
superiores.
La
mayor
ïa
pertenecen
al
nutrido
ejército
de
los
eruditos
humanistas,
y
algunos
seguramente
se
vieron
obligados
a
coger
la
pluma
acuciados
por
necesidades
econ6micas
nada
envidiables.
La
relaci6n
tradicionalmente
aceptada
entre
geografïa
e
historia
y
la
asociaci6n
de
estas dos
materias
en las
catedras
de
ensefianza media ex
plican
que
aparezcan
un
gran
numero
de
autores
con
manuales
de una
y
otra
asignatura.
Es
el
casa
del
Padre
Florez 0
de
Tomas de
Iriarte
entre
los
autores mas
antiguos; y
los de
Patricio
Palacio,
Bernardo
Monreal
y
,Ascaso
0
el
catcdratico
de
geograf'ïa
e
historia
de
la
Universidad
de
La
Habana
José
Marïa de
la
Torre,
entre
los
que
realizaron su
obra
después
de
la
Guerra
de
la
Independencia.
Pero la
amplia
demanda
existente
de
libros
de
texto
y
la
escasa
exigencia
del
publiee
consurnidor
decidieron
a
algunos
-no
sabemos
si
con
mayores
conocimientos
0
menores
escrù
pulos-
a,
emprender
la
realizaci6n
de
manuales
sobre
las
mas
diversas
materias.
Es el
casa
del
escolapio padre
Juan
Cayetano
Losada
de la
-
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6/123
Lo
l ibro
de
geografia
y
su s
autores
125
Virgen
del
Carmen,
au
to r
de un
difundido
tratado
de esfera
y geograf'ïa
universal,
y
que
realizo
también
unos elementos de
poética,
un manual
de
cronologfa,
otro de
historia
y
otro de
aritmética,
ademàs
de
un
die
cionario
latino-espanol,
todo
ello
para
uso
de
los
colegios
de
los
es
cola
pios.
También
el
del
Abate
Inocencio
Maria
Riesco-Le
Grand
que
se
movio
en el
resbaladizo
campo
situado
entre los
pron6sticos
astrol6gicos
y
la
redacciôn
de textos
de
l6gica,
aritmética
y
geografia.
El de Juan
Miro,
autor
de un
Compendio
de
geograf
ïa,
un manual
para
ninos,
un
curso de
mitologïa
para
universidades
e
institutos,
una
cartilla
métrico
monetaria
y
un
cuadro
sin6ptico
de
la
ortograffa
castellana.
0 el dei
sevillano
José
Herrera
Davila,
que
entre
1827
y
1830
public6
en
Sevilla
una
serie
de
textos dedicados a
la
enseüanza de
cuestiones ta n
diversas
como
la economia
politica,
la
aritmética,
la
cronolog ïa,
las
antigueda
des
griegas
y
romanas,
la
biograf'ïa
antigua,
la
industria
rural
y
dornésti
ca ,
la
geografra general
y
de
Espana,
la historia deI
imperio chino,
la
mitolog ïa,
la
heraldica,
la
gramatica
castellana,
la
moral,
la
logica,
la
retorica
y
poética
y
la
historia
naturalv= .
Aunque
quizas
el
casa
mas
espectacular
fue el
deI
catalan
Esteban
Paluzie
y
Cantalozella
que
a
par
tir
de 1835
redacto
0
plagi6
una
gran
can
tidad
de
textos
escolares con
los
que
fundo
una
casa
editorial
que
ha
continuado
sus
ediciones
hasta
el
siglo
XX.
Al
lado
de
estos
autores
hay
sin
duda otros
cuy
as
incursiones
en
el
campo
de
la
geografia
se
hacen
desde
una solida
forrnacion cient ïf ica.
Es
el
caso,
sobre
todo,
de
figuras
coma Isidoro
de Anti1l6n
(1778-1814),
que
desde
su catedra
del
Seminario
de Nobles
de
Madrid
realiz6
una
fecunda tarea de
ensenanza de la
geograf'ïa
y
elaboraci6n
de libros de
texto
y
de
mapas
para
la
docencia;
del
catedratico
de
Maternaticas
de
la
Universidad
de Salamanca Juan
Justo Garcia
(1752-1830),
que
después
de
haber
publicado
unos valiosos
Elementos
de
Aritmética.
Algebra
y
Geometrïa
(Madrid,
1782)(37)
dedico
el
tiempo
que
le
dejaba
su
jubi
laci6n forzosa
de
la
catedra a
la
redacci6n
de
unos
Nuevos
Elementos
de
Geografia
(1818);
0
el
de José
Mariano
Vallejo,
(1779-1846),
catedratico
de
Maternaticas
del
Seminario de
Nobles de Madrid
y
una
de
las
figuras
fundamentales de
la
renovaci6n
cientifica
y
pedagogica
emprendida
tras
la
muerte de
Fernando
VII(38).
A otro nivel mas
modesto,
es
también
el
casa
de l
historiador
manresano José
Maria
de Mas
y
Casas
(1803-
1883)
que
abord6
la
realiz
acion de
su
Curso
completo
de
Geografïa
(1834)
apoyado
en un
solide
y
sostenido interés
por
las
cuestiones na
turales.
Pero,
en
general,
dei
mismo
modo
que
en otros
campos
de i
saber,
debi6
predominar
mas
la
oportunidad
que
la
profesionalidad
;
y
ello
no
s
nada
ex
trafio
en
un
momen to de
incipiente especializaci6n
de los
(36)
(37)
Véase re l ac
io n
de
las
obras de
estos
autores en
Bibl
iog
raf'ia.
Lo s Etementos
de,
J. J.
Garda
han si do
valorados
muy
positivamente
por Santiago
G AR M A
(1980, pag. 66)
que
destaca
su
profundo
conocimiento
de
la
mate
ria
y
de
los
problemas que
planteaba .
Segûn
él
J. J.
Garcia debiô de
hacer
un
esfuerzo
considera
ble
y
un buen
trabajo
para
poder lIegar
a
la
claridad de
conceptos expuestos
en su
obra
Sobre
este
autor véase
tarnbién
CUESTA
DUTARI
1974.
.
Sobre
José Mariano
Vallejo
véase
GARMA,
197.
'
(38)
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
7/123
126
Ciencia
para
la
Burguesia
saberes
y
de
ausencia
0
debilidad
de
las
corporaciones
cientificas
profe
sionales.
En
el
segundo
tercio
del
siglo,
aunque
la
situacion
no
cambia
radi
calmente,
el
panorama
cient ïfico
y
cultural
es
ya
mas
esperanzadortê? .
El
reinado
de
Isabel
II
se abre
con
el
regreso
de
los
exiliados
liberales
que
pueden
aportar
su
experiencia
y
conocimientos a
la
reconstruccion
intelectual
del
pais.
Se
autoriza
la
traduccion
de
numerosas
obras
ex
tranjeras,
se
editan
nuevas
revistas
y
las
Academias
y
corporaciones
cient
ificas
inician una
nueva
andadura.
Pero,
sobre
todo,
en este
periodo
la
burguesia
procede
a
la
reorganizacion
del
aparato
educativo(40)
segûn
una
nueva
concepcion
de
la
ensefianza.
Especialmente,
en
la
ensefianza
media
se
inicia
una
progresiva
profesionalizacion y
especializacion
del
personal
docente,
que
encuentra
en
la
docencia
una
via
segura
y
estable
para
desarrollar
su
carrera.
Esto
ultimo
implica
un
cambio
considerable
en el
colectivo
de
autores de
obras
geograficas.
Por
un
lado
se
amplia
la
demanda
de
libros
de
texto,
y
al
tiempo
creee el
numero
de
los
converses
por
la
geografia.
Por
otro,
el
intrusismo
profesional
de
las
décadas
anteriores se
reduce
significativamente.
En
el
segundo
tercio
del
XIX
aün
encon
tramos
abogados,
médicos
0
religosost+l
'
afanados
por
la
difusion
de la
geografia
en
la
ensefianza,
pero
su
proporcion
es
insignificante
comparada
con
el
numero
de
profesores,
que
representan
mas
del
70
por
ciento.
La
docencia
pudo
resultar
un
terreno
atractivo
para
gentes
de
muy
distinta
formacion.
Como
ejemplo
de
ello
puede
aducirse la
trayectoria
de J.
Maria
Anchoriz de
Sagaseta,
que
después
de
ejercer
coma
abogado
de
prestigio,
se
dedico
a
la
ensefianza,
desempefiando
catedras
en
Ovie
do,
Valencia
y
Zaragoza.
En el
periodo
isabelino,
la
actividad
editorial
relacionada
con
las
clases
de
geografia
se
convierte
progresivamente
en
un
campo
dominado
por
autores
que
aün
careciendo
de
una
formaci6n
cientifica
especializada
pudieron
aportar
su
experiencia
pedag6gica
y
didactica.
(39)
(40)
( 41)
P.
GONZALEZ
BLASCO,
1.
JlMENEZ
BLANCO
y
1. M .
LOPEZ
PINERO,
1979.
J.
L.
PESET,
S.
GARMA
y
1. S.
PEREZ
GARZON,
1978.
Entre
estos
profesionales
hay
que
citar
a
abogados (5),
religiosos
(3),
médicos
(2),
politrcos
(2)
y
un novelista. E l
resto son
profesores.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
8/123
CAPITULO
IV
EL
CONCEPTO
DE
GEOGRAFIA
y EL
CONTENIDO
DE
LAS
ENSENANZAS
La
geografia
-que
segun
Varenio es la ciencia de la
Tierra
que
trata
de
la
cantidad-
fue
considerada durante toda
la
edad
modema
coma
una ciencia matem atica
mixta, y
coma
ta l
explicada
en
bis catedras
de
matématicas. A
10
largo
del
siglo
XVII I
y
primera
mitad
de l
XIX,
sin
em
bargo,
la
aparici6n
de
ciencias
especializadas
de
la
Tierra
y
la
identifi
caci6n crecien
te
de
la
geografia
con
la
parte
descriptiva
condujo
a un
di
vorcio
entre
geograf'ïa
y
maternaticas,
particularmente
clara
en
las
insti
tuciones
cientïficas
de
rango
superiorvU.
No
ocurri6
10
mismo
en
los
niveles
basicos
de
la
ensefianza; aunque,
sin
duda,
existen
buen
numero
de
hechos
que
demuestran
esta
misma
direcci6n en
la
evoluci6n de
la
geograf
ïa
escolar desde
finales
del
siglo
XVIII(2).
La
presencia
de
esta
disciplina
en la
ensefianza
primaria
y
se
cundaria,
y
la
ausencia en éllas
de
otras materias
coma la
astronomia,
obligaba
a
que
los
conocirnientos referentes
a
la
estructura
del
universo
y
al
estudio
de
la
Tierra
coma
un
astro
tuvieran
que
impartirse
a
través
de
la
geograf
ïa
y
en concreto
de
su
parte
astron6mica
y
matem
atica.
Por
esta
razon
esos
conocimientos
-que
eran
ya
objeto
de
ciencias
espe
cializadas
coma
la
astronom
ïa
0
la
geodesia-
y
los
referentes
a
la
cons
trucci6n
de
mapas
-que
bien
pronto
constituir
ïan
el
objeto
de
una
ciencia
nueva:
la
cartografla-
te n
ïan
que
ser
ensefiados coma
conoci
mientos
geogrâficos.
Por
ello,
la
geografia
astronomica
y
m atematica
se
mantuvo
coma
parte
de la
geografia,
y
aparece
desarrollada,
casi sin
excepcion
en
los
manuales
generales
de esta
ciencia durante
el
siglo
XIX.
010 hacia
mediados
del
siglo
se
hace
sensible
una
tendencia,
anunciada
desde
afi
os
atrâs,
hacia
la
separaci6n
de
esta
parte
tradicional
de los
con
tenidos
de
esta
disciplina.
(1)
APEL,
1981
y
1982.
(2)
'APEL,
La
Geograf
ia
en
[os
e
xdm enes
p
ublico
s,
1981.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
9/123
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F1
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
10/123
El
concepto
de
geograf'ia
y
el contenido
de las ensefianzas
129
La
definiciôn
y
divisiones
de
la
geografia
Normalmente
la
geografia
era
definida,
de
acuerdo
con
su
etim olo
gia,
coma
la
ciencia
que
tiene por
objeto
la
descripci6n
de
la
Tierra
(3)
.
En
cualquier
caso,
los
ge6grafos aceptaban,
en
general,
que
la
descripci6n
ten
ïa
unas
exigencias
m uy
precisas.
En
efecto,
coma
escribe
Francisco
Verdejo
Paez tras
proporcionar
una
definici6n
de l
tipo
anterior,
des
cribir
la Tierra es
formar el
cuadro razonado:
1
0,
de
los
objetos que
tienen relaci6n con
ella;
2°,
de
los
que
constituyen
su
masa;
y
3°
de
los
que
pueblan
su
superficie (4).
Algo
s e m e
jante
afirma
Bernardo
Monreal
y
Ascaso cuando escribe
que para
hacer la
descripci6n
de
la Tierra es
necesario considerarla
también
segùn
su
relaci6n
con
los dem
às
cuerpos
celestes
y
segun
su
naturaleza'
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
11/123
130
Ciencia
para
la B
urguesia
Ir========-'C�=--===-=--=-=::..:-=====-=-
-=--=-=-===-=-=--=--=-=:-=-_c-
.::_-
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j/I.
l
i
i
l'
l
Fz�,
r=:
C?-�----o
-/
Il
,1'
Fig.
15.
Otro
ejemplo
de los
conocimientos
geométricos
incluidos
en
los
manuales de
geogra
fia.
Lamina
de
la obra
de
Joaquin
Palacios
y
Rodriguez
(1850).
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
12/123
El
concepto
de
geografia
y
el
contenido
de las ensefianzas
131
:gllesÎa
de
esta
ciencia con
el
de
la
geografïa
fisica
y
que
cont6
con
importantes
representantes
en
el
pasado.
No
obstante,
desde
el
siglo
XVII I
la
geograf'ïa
se
identifiee crecien
temente,
coma
se
ha
dicho,
con
la
descripci6n
de
pa
ïses.
Algunas
defini
ciones
dadas
en
el
siglo
X IX
destacaban
precisamente
este
rasgo y
10
convertian
en
esencial.
Cuando
Tomas
de Iriarte escrib (a en
su
obra
que
la
geografia
era
la
descripci6n
de
los
varios
pafses
de
la
Tierra'X' ,
esta
ba
explicitando
una
concepcion
corografica
que adquirïa
creciente
im
portancia
y
que
tendr
ïa
luego
un
gran
futuro en
el
siglo
XIX.
Otros
au tores a 10
largo
de esta centuria fueron
afirmando una
concepci6n
que
podriamos
denominar
ritteriana,
al considerar la
Tierra
coma
el teatro
de
la
vida
humana, y
se
interesaban sobre
todo
por
esos
aspectos
an tro
picos:
Geografia
es
la
ciencia
que
se
ocupa de l
estudio
y
descripci6n
de la Tierra considerandola
especialmente
coma
mansi6n
del
hombre
escribi6 Palacios
y
Rodriguezv'vl.
En
esta
lrnea,
algu
nos
acentuaban
todavïa
mas
los
aspectos
humanos
y
convert ïan
a
la
geograf'ia
en una
especie
de
an
tropologïa
0
de ciencia
politica.
Es
el
casa
del
poeta
Juan
Nicasio
Gallego,
bajo
el
pseud6nimo
de José
Ulanga
y Algocin,
que
la
define
coma la ciencia
que
da
a
conocer
los
diferentes
païses
de l
mun
do
y
su
gobierno {ll);
0 el
de
Jo
aqu
ïn
Canga
Argüelles, que
estima
que
sus
objeto
es
describir
0
ensefiarnos
a conocer
el
globo
0 tierra
en
que
habitamos
y
la
especie
humana
a
que
pertenecemos'v''O
.
Las
divisiones
naturales
y
polïticas ,
las
producciones y
los habitan tes
aparecen
unidas, por
ultimo,
en
otras
definiciones
mas
amplias que
integran
todo
ello
con los
aspectos
astron6micos
y
f'ïsicos
habituales'Jê .
Algunas
de
las
definiciones
que
hemos
recogido
de
jan
adivinar facil
mente
la
divisi6n
que
sus
autores
introducen en el
estudio
de
la
geogra
fia.
Asi, por
ejemplo,
en la
proporcionada
por
F.
Verdejo
Paez las
tres
exigencias
que
seglin
él
posee
la
descripci6n
de
la
Tierra
conducen,
10-
gicamente,
a
la
divisi6n
de
la
geograf'ïa
en
sus tres
partes
fundamentales:
astron6mica,
fïsica
y
polïtica.
La
primera,
llamada tambien
cosmograf'ïa
es
la
que
considera
la
tierra coma
un
cuerpo celeste,
hace
ver
la rela
ci6n
que
tienen los
otros
cuerpos
con
ella
y
el
resultado de esta
corres
pondencia,
dàndonos
a
conocer los
fenomenos
celestes,
y
enseüandonos
a
deducir
de
ellos la
situaci6n
de los
pueblos .
Por su
parte,
la
geograf'ïa
f
isica,
a
la
que
Verdejo
identifica
con
la
geologia,
seria
la
que
mirando
la tierra
como un
globo
compuesto
de diversas
materias
descubre
su
figura,
su
divisi6n
en
tierra, agua y
atm6sfera,
y
los
fen6menos
que
se
verifican
en
cada
una
de
estas
partes,
deduciendo
de
aqui
no
solo
el
conocirniento
de
la
naturaleza
del
suelo
de cada
pals,
sino las causas
que
in-
(9)
IRIARTE,
1806, p
ag
, 3.
(10)
PALACIOS y
RODRIGUEZ,
1850,
pâg
,
12.
La
misma
definic
iôn
la
proporciona
M O N
REAL
y
ASCASO,
1864,
p
âg.
7,
aunque
uti l izando
la
ex
presiôn
morada en
lugar
de
rn ansiôn
.
(II)
LA
GAYAL.GOCI
,1828,pâg.15.
(12)
CANGA
ARGUCLLES,
1851,pag.
3.
(13)
omo
en
la
de
A VE
DANO,
1844-45,
vol.
III,
p
âg
, 289.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
13/123
132
Ciencia
para
la
Burguesia
fluyen
en
su elima fïsico
,
que
tanta
parte
tienen
en
la
configuraci6n
y
carac
te r de
los
habitantes
yen
las
producciones
naturales .
La
ultim
a frase
de
esta
caracterizaci6n
muestra
que
Verdejo
era
un
claro
herede ro del
pensamiento
ilustrado
y
que
aceptaba
plenamente
la
idea
ta n
tïpica
de
la I lustraci6n de
que
es
el
medio f'ïsico
,
y
en
particu
lar el
elima,
el
responsable
de las
diferencias
que
pod
ian
reconocerse
entre los
distintos_pueblos
de
la
tierra,
las
cuales
parecîan
ir
contra
la
igualdad
esencial del
género
hum
ano.
A través de esa relaci6n
explicita
entre el
elima
fisico
y
el
caracter
de
los
pueblos
se
establec
ia
un
enlace
entre
la
geografîa
fisica
y
la
geo
graf'ïa
politica,
que aparecia
inmediatamente
después.
Esta
es
definida
por
Verdejo
coma
la
que
examina las diferentes
regiones
0
estados
en
que
los
hombres
han
dividido la
tierra,
descubre usos
y costumbres,
reli
gi6n,
gobierno,
poblaci6n,
etc.,
de
todas
las
naciones
conocidas .
A
su
vez
esta
parte
se dividia
habitualmente
entre los
ge6grafos
en
antigua
y
moderna.
Verdejo,
hombre
de
su
tiempo
impregnado
ya
de l
esp
ïritu
romantico
,
anade
otro
término
significativo
a esta divisi6n
y
distingue
entre la
ge.ograf
ïa
antigua,
que
describe la tierra coma
estuvo
repartida
desde
los
tiempos
mas
remotos
hasta
la
destrucci6n
del
Imperio
romano ,
la
media,
que
estudia
las modificaciones
que
conoci6 la
tierra desde
el
fin del
Imperio
romano
hasta el
descubrimiento
de
Am érica
;
y
la
mo
dema,
con
las transformaciones
acaecidas
desde
los
grandes
descubri
mientos
geograficosv'
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
14/123
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-0
.+
�
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•
....._-------_._._
---
-_
Fig.
16.
Representaciôn
de
la
figura
de la
tierra
y
de
las
coordenadas
geogràficas.
Lamina de
las
Lecciones
de
Geografia
de
Figueras
Pe y
(1848).
'
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
15/123
134
Ciencia
para
la
Burguesia
asi
10
hacia Verde
jo-
0
denominarse
también
natural'F')
, y
era
conside
da
por
algunos
autores
-junto
con
la
astron6mica-
coma la
parte
esen
cial
de
la
ciencia
geograficav'vr:
mientras
que
la
geograffa
pol
ïtica
es
designada
asimismo
coma
civil 0
historica'w)
y
también
de
manera
curio
sa
y
verdaderamente
excepcional,
como
general'è ),
dando
asï un
vuelco
completo
al sen
tido
que
tenia
este
término en
la
obra de
Varenio.
El
orden
en
que
se citan
estas tres
partes
de
la
geograf'ïa
tiene
tam
bién
una
extraordinaria
importancia.
De
forma usual
se
enumeran
como:
1
a
astronornica,
2a
fisica,
y
3a
politica.
En
algùn autor,
no
obstante,
enc
on
t ramos este
sorprendente
orden:
1
a
f'ïsica,
2a
politica
y
3a
astro
nomicat- '.
A
nuestro
modo
de
ver,
la
raz
on
de
este
significativo
cambio
de
orden
es
m uy
clara,
y
puede
relacionarse
con el
impacto
de
las nue
vas
corrientes
pedag6gicas
y
con
el
divorcio
creciente entre
geografia
y
maternaticas
al
que
antes
hemos
aludido.
A
10
largo
del
siglo
XIX la
astronom
fa,
en
primer lugar,
y
mas
tarde
las
ciencias
f
ïsicas
de
la
Tierra
fueron
adquiriendo
no
s610
una
creciente
au tonom
fa,
que
en
el
casa de
la
astronom
ia
es
bien
antigua,
sino
también
un'
notable
grado
de
institucionalizaci6n.
Los
especialistas
de
estas
cien
cias
reclamaban
para
s i el
estudio
y
la
ensenanza de
nociones
que
an
tes
estaban
entremezcladas
y
que
eran
muchas
veces
impartidas
a
través
de
la
ge.ograf
ïa .
En
la ciencia
geografica
esta
tendencia no solo se
reflejô
en
ese
cambio
de
orden
terrninologico
,
sino
también en una
modificaci6n
fundamental
del
plan
de las
obras.
En
algunas
la
geograf'ïa
astronomica
pas6
a
ser
expuesta
al
final de
las
obras
de
geografia,
constituyendo
una
especie
de
apéndice
que
los
autores
consideraban
cada
vez
mas
como
propio
de
otra
ciencia
especializada.
Razones de
orden
pedag6gico pu
dieron
influir
también en
este
cambio.
Aunque
este tema
sera
tratado
mas
adelante,
al
analizar de
forma
global
la
evoluci6n
deI
contenido de los
manuales de
geograffa,
yale
la
pena
constatar
que
hacia
mediados del
siglo
XIX
esta
tendencia
quedaba
ya
claramente
reafirmada.
En
este
sentido,
basta
citar el
te x
to
de
B.
Monreal
y
Ascaso,
seguramente
el
manual
de
geografia
mas
difundido
en
la
segunda
mitad
del
siglo,
en
el
que
aparece
la
parte
astronornica al
final
de
la obra. Ese
mismo
autor
(17)
(18)
En M AS Y
CASAS, 1834,
Introduccion.
As{
aparece
en
MONTENEGRO,
1828,
p ag
,
I-I1I,
al escribir
que
s i
po r
Ge
ograf
ïa
se
en
tien
de
la
parte
de la
ciencia
que
e nsefia a
conocer
lo s
fenômenos f{sicos
astronômicos
y
de
historia
natural,
basta
presentar
esta
defin
iciôn
para
da r una
idea de la
importancia
y
necesidad de su estu
dio
, pues
suministrando
nociones
exactas de
la
reunion
de
aquellos
f'enornenos
y
de
las
conex iones
que
los
enlazan
y
corn binan entre
sI ,
es
ta n
indispensable
al f
ïsico
coma
al
qu
ir r
ico
y
al
naturalisr
a .
Au
nque
él
es
consciente
de
que
existen
tam
bién otras
concepciones
su
propia
o bra
es
un
reflejo
de
éllo,
Por
ejemplo,
en
DIAZ
RUEDA,
1844,pag.
237;LETRONNE,
1845,pag.
5;AVENDANO
1844-45,
III,
p
âg
,
289.
En
MAS
Y
CASAS,
1834.
GARCI A
MALAVEAR,
1855,
p
âg
, 7. Se
trata
quiz
às de
un
lapsus,
aunque
de
todas
for-
mas
significativo;
en
la estructura
de
cap{tulos
de la
o br a
,
la
Geograf{a
as t
ro n
ôm ica
con
tinua
apareciendo
en
primer
lugar.
( 19)
(20)
(21)
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
16/123
El
concepto
de
geografia
y
el
contenido
de
las ensefianzas
135
incluye
en
el
prologo
a
su
sa
edicion,
una
observaci6n
que,
sin
duda,
muestra
10 consisten
te de la
evoluci6n
que
senalarnos:
La
geografia
astron6mica
-escribe
Monreal
y
Ascaso--
que
recelamos
desa
parezca
en
los
nuevos
programas,
continua
insertada
al fin
de
la
obra
para
que
de
ella
puedan
hacer
uso
aquellos
que
10
crean
necesario (22).
La
valoracion
de
su
utilidad
y
los
lamentos
sobre
su
estado
Era costumbre
consagrada
ponderar
en
los manuales de
geograffa
la
utilidad
y
el valor
de
dicha ciencia.
Los
argumentos
que
se
usan
conti
nüan
una
larga
tradici6n
que
se
remonta
a
los
siglos
XVI
y
XVII .
El
tipo
mas
corriente
de
Laudes
geographiae
es
el
que
aparece reflejado,
por
ejemplo,
en
la
obra de
J. Ma
Mas
y Casas,
para
el
cual
el
conocimiento
de esta
ciencia
es
indispensable
a
toda clase de
personas,
al
respetable
cclesiastico,
al
profun
do
diplornatico,
al
apreciable literato,
al valiente
militar,
al
aplicado artesano,
al astuto
comerciante
y
al
sencillo
labrador (23).
Los
argumen tos
que
se
dan
para
justificarla
son
en
buena
parte
puramente ret6ricos,
y
no
afiaden
nada
nuevo
a
los
que
se
citaban en
las
obras
del
siglo
anterior.
A
estas
razones
sobre el
interés
profesional que
debïa
tener
para
di
versas
actividades el
conocirniento
de
la
geografra,
se
une,
con
mucha
fr
cuencia,
una
explicita
ponderacion
del
valor de la
geograf'ia
para
el
estudio
de
la historia.
Muchos
manuales
consideran netamente
que
la
geograf
ïa es
un
prelirninar
indispensable
de l
estudio de
la
historia (24),
y
en
algunos
es
precisamente
este hecho el
que
se
valora
como
fund
a
mental,
siguiendo
la
vieja
tradicion
que
habla
conducido
al
padre
Florez
a
cscribir
una
Clave
geogrdfica
como
introducci6n
indispensable
a
su
Espaiia
Sagrada.
Para
los
historiadores el
estudio
de
la
geografia, era,
de
de
luego
,
indispensable
para poder
situar las
batallas
y
los aconteci
m i
ntos
historicos.
La
geografia
historica,
que algunas
veces era
sinoni
ma
de
geografia
politica,
designaba
otras
veces
una
parte
especifica
de
�
a
ciencia,
aq
uella
que
describe
los
sucesos,
pueblos,
opiniones y
des
cubrimientos
que
han
tenido
lugar
en
los
siglos
anteriores relatives al
objeto
de
esta
ciencia (2S).
La
geografia
se
convertia
asi
en
una
ciencia
inùi
olublemente
ligada
a
la
historia,
una
disciplina
en armonia
con
la
hi
toria
a
quien
tanto
auxilia
y
de
la
que
es a su vez
auxiliada (26). La
union
de
e
as
dos
disciplinas
en las
câtedras
de ensefianza
media,
y
a
ve-
(22)
Rt L
Y
ASCASO,
1864,
prôlogo
a
su
Sa
ediciôn ,
(23)
y
ASAS,
1834,
l,
l n
tr o duccion
.
(24)
Véa
e
, po r
ejern
plo
Flemen to s
,
s. a.
(25)
Il
LA
lOS
Y
RODRIGUEZ, 1846,
p
âg.
12.
(2)
fi
L
lO S
Y
RODRIGUEZ,
1846,
p
âg.
13.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
17/123
136
Ciencia
para
la
Burguesia
ces
en
los
program
as
obligaba
a
una ordenaci6n
particular
del
plan
de
los
manu ales
geogrâficosv-' .
La
geografia
te n ïa
también
una
utilidad
ext rema
para
el conocimien
to
del
propio
pais.
Los
intereses
nacionalistas de la
burguesfa
de
la
época
encontraban
en la
ciencia
geografica
un
canal de
transmisi6n
importan
t isimo.
En
palabras
de
Herrera
Davila,
la
conveniencia
del
estudio
geo
grafico
era
grande
porque
ayudaba
sobre todo al
conocimiento
del
pro
pio
pais:
Consoladora noticia
ha
de
se r
para
todo
espaiiol
,
amante
de su
patria,
el
conocimiento
circunstanciado
de la multitud
de
canteras
que
en las
en
traiias
de
nuestras tierras se
encuentran,
de
minerales,
de
jaspes delicados,
de
peJcmal
y
de
pizarras
( ):
los
mon
tes
de
sal
y
de
carbon
de
pied
ra
y
las
ricas
minas
de metales
( ),
la
variedad
de
arboles,
(
...
)
los
abundantes
pas-
tes
de
que
se mantienen los
animales
que
nos
alimentan
con sus
carnes
y
nos
cubren
con
sus
pieles y
sus
lanas;
los
sustanciosos
granos y
las
sabrosas
hortalizas,
las delicadas frutas con
que
nos brindan
nuestros
valles
y
llanu
ra s
(
...
)
y
las mil diferentes
especies
de
peces
de
que
nos surten
nuestros
mares
Pero
también
ayudaba
a
las
ansias de
regeneraci6n
social
y
economi
ca
que
se
difund
ïan
por
todo
el
pais
después
de
la Guerra de la
Indepen
dencia, y
que
no eran mas
que
una
herencia
del
periodo
f inal
de
la
I lustraci6n. Por eso
el
citado au
to r
después
de
las
palabras
an
teriores
continua:
(,
y
de
cuanto
socorro
no
sera
para
todo
empleado
civil
que llegando
a
ocu
par
un
puesto
de
consider acicn
,
en el cual
pueda
influir sobre
la
suerte
de
sus
conciudadanos,
ambiciona
la
gloria
de
fomentar
la
riqueza y prosperidad
nacional,
el conocer los
obstaculos
que
a
ella se
oponen
corno causas inrne
diatas
y permanentes?
Pues
la
gcografia
natural
y
politica
de su
pals
le
ins
truira
de
estos
impedimentos,
y
le
servira
para
aplicar
los
remedios
conve
nientes
(
...
)
Con estos
conocimientos
que prestan
la
Geografïa
polïtica y
la
Estadïstica
del
païs,
es coma un
ministro
sabio
aprende
a
sacar de
su abati
miento una
naci6n
a
quien
los
errores
de su
antigua
administracion
y
el
infortunio
de los
acontecimientos
hayan sumergido
en
la
ignorancia
y
la
rusticidad
(28)
Sin
embargo,
la
util idad mas frecuentemente
ponderada
en
los
ma
nuales
de
geografia
era
-como
resulta
16gico-
la
que
tenia
esa
discipli
na en
la
ensefianza
de la
juventud:
E l
conocimiento
de
la
geografia
es
una
exigencia
racional de la educaci6n
se
escribe
en
una
obra(29)
;
es
(27)
Vé
ase
PALACIOS
y
RODRIGUEZ,
1850.
Advertencia
preliminar
en la
que
aIude al
nuevo
plan
de
estudios
que
ha
refundido
en
una sola las
asignaturas
de
Geograf'(a
e
Histor ia .
H E R R E R A D A
VILA,
1829,
prologo
,
Elementos,
s.a., pâg,
6.
(28)
(29)
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
18/123
El
concepto
de
geografia
y
el
contenido
de
las
ensefianzas
137
un estu
dia ütil
y
adecuado
a
los
conocimientos
juveniles
de los escola
res ,
se lee en
otra(30);
y
similares
opiniones
se
pueden
ver
en
otros
m
uchos
te x tos.
Los
geografos
de la
época
consideraban
que
su
disciplina
era indis
pensable
en
el
sistema
de
ensefianza
basica.
A
través
de
ella se
podia
facilitar
un
amplio
abanico de
conocimientos
sobre
nuestro
planeta y
sobre
el
conjunto
del
universo
,
a
la
vez
que
ayudaba
a ordenar
las mentes
de los
alumnos
y
a estim
ular
en
ellos
la
capacidad
de
raciocinio.
Segùn
la
version
que
en
1818
hace
Juan
Justo
Garcia del
sistema
de
instruccion
public
a,
éste
era
notoriamente
insuficiente:
En
el
nos
contentamos comunmente
con
que
cualesquiera
maestros ensefien
a los
nifios
en
la escuela
a
leer
escribir,
la
practica
maquinal
de
las
primeras
operaciones
de la
aritrnética,
y
a
que
reciten
de memoria nuestro
catecismo;
pasan
inmediatamente
a
la
gramatica,
en la
que
aprenden
a
traducir
al
caste
llano las
palabras
y
frases
latin as.
Con
estos solos
preparativos
emprenden
los
j6venes
el
estudio de las ideas
abstractas
de nuestra
filosofia;
y
con
dos
o tres
anos
que
emplean
en
él,
se les
aplica después
a
cultivar las demis cien-
.
CIaS
.
y
pregunta:
�Qué
progresos podran
hacer
en
ellas cuando
ignoran
los mas
el
contenido
dei
catecismo,
10
que
significa
la
gramatica
,
10
que
es la filosofïa
y
para
que
sirve?
Cuaren ta
anos
de
trato
con
los
j6venes
estudian
tes de
la
Facultad
de
Artes en
la Universidad
de
Salamanca,
hab
ïan
convencido
al
catedratico
jubilado
de
Matern
aticas de
la m ala formaci6n basica
de
los
estudiantes,
que
era
resultado,
en buena
parte
de l
caracter
memorist ico
y
rutinario
de
las
ensefianzas.
Por
su
parte,
cre
ïa
que
sin
ideas
no
hay
conocimien
to,
nada
se
sabe:
ellas
son
el
alma
de
la
ciencia,
coma
las
palabras,
signos
que
las
representan
son
el
cuerpo .
Por
esta
raz6n,
el
estudio
que
se
r
ducia
simplemente
a
atesorar
palabras
0
que
se
realizaba con ideas
mal
orientadas 0
no
bien
definidas era
un
grave
peligro para
la
juven
tud:
sobre
ser
ingrato
e
inspirar
a
los
j6venes
aversion a
los
libros,
en vez
de conducirlos a
amar
y
buscar
con anhelo la
verdad,
los
dispon
dra a
abrazar
cualesq
uiera
opini6n
que
se
les
prop
onga
coma
tal (31) .
Pues
bien,
la
geografia permitia superar
todas estas
insuficiencias
y
c
convertia
as
en
una
disciplina
fundamental
en el
sistema
docente.
Al
m
no'
eso
pensaban
los
ge6grafos:
La
geografia
remedia
de
un
modo
natural
esta
falta
notable de
que
se resiente
nuestro
sistema de
educa
cion
,
e cribe Juan
Justo Garcia. Esto 10
realiza
proporcionando
a
la
juventud
abundancia
de
ideas
claras,
sencillas
y
justas
de
cuanto
se
ofre-
(30)
M y
CASAS,
1834,I,prologo.
(31)
G
R
IA,1818,vol.I,prefacio,11.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
19/123
138
Ciencia
para
la
Burguesia
ce
a
los
sentidos . La
enumeraci6n
que
realiza
a
continuaci6n
permite
tener
una
idea bien
precisa
de
los
conocimientos
que
podian
impartirse
a
través de
la
geografia,
segun
la
concepci6n
de los
ilustrados
espafioles
de
principios
del
XIX.
La
geografia
-escribe
el
ex-catednitico
de
Sala
manca-
le
muestra
(al
nifio)
10
que
es
el
cielo,
las
estrellas,
los
planetas,
sus
satélites
y
cometas,
el sol
y
la
luna,
sus
volume
nes,
sus
distancias,
eclipses,
crepùscu
los,
las
leyes
que
observan
dichos
cuerpos
en sus
movimientos,
que
es
10
que
se llama
sistema
dei
mundo. Le
explica
10
que
es el
globo
que
habitamos,
el
sitio
que
ocupa
en el
espacio
con
relacion a
los
citados
cuerpos,
su
figura,
tamaûo
,
estructura,
volumen,
superficie y
sus
diferentes
movimientos.
Le
da
después
ideas
de
las
diversas
materias de
que
se
compone
la
m as a
de
la
tierra,
del
orden
con
que
estan
colocadas,
del
giro y
altura de
sus
montafias,
de
los
terremotos,
volcanes,
revoluciones
que
ha
experimentado
y
su s
causas,
la
configuracion
de
las
cos
tas
y
los
golfos
que
forma
alrededor
de
ambos
mundos.
Pasa
en
seguida
a
describir
la
atrnôsfera
que
rodea la
tierra,
da a
conocer
el
aire
que
es su
base,
los
diferentes
fluidos de
que
se
compone
y
los
saludables
efectos
que
obran en
animales,
peces,
vegetales,
en
la
fertilidad
de
la
tierra
y
dernas
sustancias
colocadas
en
su
exterior:
habla
de
los
vientos,
de
las utilidades
y
estragos
que causan,
de
los
meteoros
atrnosféricos,
y
de
los
efectos
admirables
de
la
luz
y
del
sonido
Todo
éllo
se
refer
ia a
la
ge
ograf'ïa
astron6mica
y
fisica,
que
coma
hemos
visto,
algunos
estimaban
la
parte
esencial
de la
geografïa.
Pero
adem
as
a
éstos
se
un
ïan
los
conocimientos
impartidos
por
la
geografia
pol
ïtica:
Todo
10
referido
comprende
las
dos
partes
astronomica
y
fisica
de
la
geo
graf'ïa.
En
la
parte
politfca
no
hay
en
ésta
de
particular
sobre
las
dernas,
sino
el
método
y
la
concision. Descritas las
cu
alidades
de
cada
pais,
su
latitud,
longitud
,
poblacion:
la
historia
sucinta
de
sus
habitantes,
su
caracter
,
cos
tumbres,
lenguaje,
religion,
gobierno,
industria
y
comercio;
se
da
noticia
de
las
producciones
de su
suelo,
y
hecha
la
enurneracion de sus
provincias,
se
pasa
a
la
descripcion
de
su
capital
y
poblaciones
considerables de
cada
una .
En
Espafia
se
dan
a
conocer
todas
las
ciudades
y
villas
notables,
y
aun
los
1
ugares
en
que
se
encuen
tr a
alguna
cosa
digna
de
sa
berse.
Los
dernas estados
se
tratan
con
mayor
0
menor
extension,
segün
la
importancia
que
les
da
la
Europa
y
en
proporcion
a
las
relaciones
que
tienen
con
Espafia (32).
Por
todas
estas
razones,
Juan Justo
Garcia
considera
que
parece
fuera de toda
duda
que
la
Geograffa
debe
ocupar
un
lugar
distinguido
en
nuestros
establecimientos
de
instrucci6n
püblica
y
que
su
ensefianza
deberia
preceder
a
todos
nuestros
estudios .
Habrïa
también
que
esti
mular
su
estudio
con
premios ,
para
que
se
desarrollara
su
conocimien
to sobre
todo
la
fisica . Con
el
estudio
de
la
geografïa
se
conseguiria
adem as
corregir
los
mapas
terrestres
y
mar
ïtim
os,
conocer
mejor
los
(32) GARCIA,
1818,
vol, 1,
pâgs.
III-V.
-
8/17/2019 Ciencia Para La Burguesia, Segona Part.pdf
20/123
El
concepto
de
geograf'ia
y
el contenido
de las
ensefianzas
139
territorios
pOCO
explorados,
se
pensarïa
también
en
recorrer
los
te
r renos
inmediatos
a
los
polos
y
los
inmensos
del
interior
de
Africa
que
todavïa
no
conocemos ,
y
el
Rey
podria
formar
por
rna.ros
habiles la
descripcion
de
sus
dominios,
que
facilitaria
la
de
la estad
ïstica
de
sus
provincias (33)
.
Desgraciadamente,
los buenos
deseos de Juan
Justo
Garcia
y
de
otros
ilustrados
de la
época
interesados
también
en
la
ge
ograffa
,
no
eran
compartidos
por
todos,
ni
correspond
ïan
tampoco
a
la
realidad
de la
ensenanza
de
la
ciencia
geogrâfica.
Poco an
tes de
que
se
escribieran
esas
palabras
Isidoro
de
An
tillon
hab
fa
expresado
deseos
parecidos
sobre la
necesidad
de
desarrollar
los estudios
de
esta ciencia
y
lamen taba
el de
ficiente
estado
de su
ensenanza,
jun
to a una
cr
ïtica a la
excesiva
atencion
concedida
a
la
parte
descriptivav'+'.
De
manera
s em e
jante,
Juan
Justo
Garcia
escrib
ia también
que
hab
ïa
querido
denominar
su
libro
con
el
t
ïtulo
de
Nuevos
elementos
de
Geografia
General,
Astronomica,
Fisica
y
Politica, subrayando
explicitamente
10
de
nuevos
para que
no
se
confunda
con
tantos
tratados
de
esta
ciencia
que
sin
los
principios
y
teoria de
sus
partes
esenciales astronômica
y
[l'sica,
se
ocupan
solo en la
descripcion
practica,
pueril y
menos ütil
de
pa
ïses,
pueblos,
palacios,
jardines
(
...
)
hacienda
de
esta
ciencia
preciosa
una
vana
ocupacion
de
niüos
y
un
curioso
entretenimiento
de los
grandes .
Todo
10
cual ex
pli
caba
porqué
no
se
la
ha
apreciado dignamente,
ni
se
ha
contado
con
ella en
la
mayo r parte
de los establecimientos
literarios,
siendo
la
mas
a
prop6sito
para
formar la raz6n
de
los
jovenes (3S).
En los anos
posteriores
todav
ia
se
segu
ïan
escuchando
que jas
simila
res. En 1834
Mas
y
Casas
considera
que
las continuas
revueltas
de
que,
por
desgracia,
ha sido
triste teatro
la
Naci6n, imposibilitaron
a
su
florida
y
tierna
juventud
que
se dedicase a
su
estudio . Con
la
llegada
al
poder
de
los rnoderados
y
la.
implantaci6n
de un sistema
unificado
de
instruc
cion
publica
las
cosas
parecia
que
iban
a
carnbiar. El
mismo
Mas
y
Casas
se
muestra
optimista, porque
ahora
-escribe-
esa
juventud
émula
y
estudiosa
desea
ponerse
no
solo
al
nivel de
las naciones mas ilustradas
sino
también ofrecerles
un
aurec
testim
onio
de
su
sublime
genio y
de
las
bellas
disposiciones
que
felizmente la adornan
(36).
Pero la
desorga
nizacion
introducida
por
las
guerras
carlistas
y
los
problemas
sociales
y
econ6micos
que
atraves6 la
nacion hasta
la
consolidaci6n
del
régimen
liberal
hicieron
que
estas
esperanzas
se
vieran en
buena
parte
fallidas,
ta n
to
en
10
que
se
refiere a
la
organizacion
de un eficaz sistema educa
tivo
corne.
en
10
que
aqu
ï
nos
interesa,
al
desarrollo de
la
ciencia
geogra
fica. La
lamentaciones
de
los
ge6grafos
continuaron
escuchândose
duran te
todo
el
periodo
que
estudiamos
y
arreciaron
todavia mas a
fines
(33)
GARCIA,1818,vol.l,pag.V.
(34)
Véase
CAPLL
1982, p âg.
336.
(35)
ARCIA,
1818,
vol.
l, p
âg.T,
(36)
M AS Y
CASAS, 1834,1.
-
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Fig.
17.
Los
limites
y
caracteristicas
de l
relieve terrestre
eran
representados
a
menudo,
de
forma
sintética,
por
medio
de
planisferios.
Mapa-mundi
de
J.
Avendafio
(1844-45).
-
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El
concepto
de
geograf'ia
y
el
contenido
de
las
ensefianzas
141
del
siglo
X IX
y
principios
del
XX(37).
Pero,
mientras
tanto,
la
geografia
se hab
ïa
convertido
en una materia
de
estudio
obligatorio
en
la
ensefian
za
primaria
y
secundaria dando
lugar
a la
aparici6n
de
un
buen numero
de
libros
de
texto
y
a
una
generalizaci6n
de
los
conocimientos
geografi
cos.
A
la
estructura
general
de
esos manuales de
geografia
dedicaremos
ahora
la
atenci6n.
La
estructura
general
de
los
textos
Analizaremos
ahora
la
estructura
general
de
los
textos
de
geografia
utilizados
en
la
educaci6n
primaria
y
secundaria. Nos
valdremos
para
ello
de
los
indices
de
una
muestra
representativa
de
obras
dedicadas
a
estos
niveles
publicadas
duran
te
nuestro
per
ïcdo de
estudio,
a
partir
de
10 cual
trataremos
de
obtener
algunas
conclusiones
sobre
la
concepci6n
de
la
geograf
ïa
y
su ensefianza.
Un analisis
de
este
tipo
nos
conduce
necesariamente
a
fijar
nuestra
atenci6n
en
la
correpondencia que
existe,
en este 0 en
cualquier
sistema
educativo,
entre la
politica
educativa,
la
naturaleza
y metodologia
de
una
ciencia,
y
los
contenidos de
los
textos
de ensefianza. Esta
relaci6n
general
presenta,
seglin
el
objetivo
de la
ensenanza,
la
época
y
el
pais,
diversas
peculiaridades,
asï'
coma
no
pocas
contradicciones.
En
este
sen
tido
t rataremos
de
detectar
el
impacta
que
han tenido en
el
plan
de
los
manuales
geograficos
el
desarrollo
de la educaci6n en
Espafia
durante
el
siglo
XIX,
las innovaciones
de
los
métodos
de
ensefianza en
Europa y
los
cambios
te6ricos
y
metodol6gicos
que
se suceden en
la ciencia
geo
grafica.
Como
indicador
de
esos
cambios
utilizaremos
el
contenido de
los indices
de las obras.
Para nuestro
analisis
nos
valdremos de
una
do
ble
perspectiva,
que corresponde
tanto
a
la
naturaleza
de
la
ciencia
geo
grafica
coma
a
los
métodos de
su
ensefianza. Cuales son
los
contenidos
de
los
textos
y
de
qué
manera
se
reflejan
en
ellos
las
innovaciones
que
e
van
produciendo
en
la
ideas
pedag6gicas,
son
las
cuestiones
que
aqui
n os in
teresan.
Para
comprobar
el
grado
de
correspondencia
que
presentan
los
in
dices
de
los te x tos
y
la doble
perspectiva
de nuestro an
alisis,
nos
plan
tearemos
dos
hip6tesis
de
trabajo.
La
primera
de
ellas
puede
formularse
coma
sigue:
de
acuerdo
con
la
evoluci6n
general
de
la
ciencia
geografica,
los
manuales
geograficos
reflejaran
el
divorcio creciente entre
geografia
y
matem
aticas,
desapareciendo
de
eIlos
los
contenidos
propiamente
matern
aticos
y
disminuyendo
la
importancia
de
los
temas
de
geograffa
astron6mica.
(37)
Corn
o
ejemplo
de
eUas
puede
citarse las
palabras
de
Jerônirno
Becker en
1917. Con
r
efe
rencia al
periodo de
1845
éste
autor
afirmaba
que:
Tan
escasa
era
la
atericiôn
qu e
los
gobiern,os
cc:>nsagraron
a la
ge
ograffa
durante
este
periodo,
que
en el
Plan de
Estudios
de
1
&45
solo
f
ig
ur
aba
esta ciencia
en
la
segunda
e
nsefi anza
elernen
tal.
Si
bien
en la se cciôn
de
c