bolivar, adriana (comp.) (2007) - analisis del discurso. por qué y para qué

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    Prólogo

    Es indudable que el estudio del discurso es una de las nuevas disciplinas quemás rápidamente  se ha desarrollado en el campo de las ciencias humanas y socia-les en los últimos años. Esto se observa no sólo en la proliferación de libros,revistas especializadas, congresos, y la influencia multidisciplinar alrededor delmundo, sino también, y de manera especial, en América Latina, donde los estu-dios del discurso han adquirido gran popularidad. Este nuevo libro, editado poruna de las figuras líderes y fundadoras del análisis del discurso en América Latina,Adriana Bolívar, es otro testimonio más de la madurez de la nueva disciplina enAmérica del Sur en general, y en Venezuela, en particular.

    Si la excelente Introducción de Adriana Bolívar no lo hiciera, este prólogoresaltaría las numerosas razones del por qué y cómo los estudios del discurso pueden contribuir a nuestra comprensión del pape l fundamental del lenguaje, lostextos y el habla en la vida cotidiana y en la sociedad en general. Porque va másallá de la lingüística clásica, el campo mucho más amplio de los estudios deldiscurso muestra cómo las personas concretas utilizan el lenguaje en la co-municación y en las interacciones también concretas. Así , por un lado, un enfo-que basado en el análisis del discurso proporciona un marco más amplio incluso para e l estudio tradicional de la gramát ica, mientras que, por el otro, ofrece una base más natura l para los es tudios del signif icado, los ac tos de habla, el esti lo, laretórica, la interacción y las sub-disciplinas asociadas. Además, como el análisisdel discurso no se limita al estudio de las estructuras del texto y de la conversa-ción, sino que integra cada vez más los análisis multidisciplinarios y multimoda-les de los contextos cognitivos, sociales, políticos, históricos y culturales del dis-curso, esta joven disciplina proporciona un marco singular para su integracióncon otras ciencias humanas y sociales. En realidad, no hay ninguna disciplina enlas ciencias humanas y sociales donde el discurso no  juegue un papel fundamenta l

     —aunque debemos admitir que hay todavía unas pocas (como las cienc ias polí ti-cas) en las cuales todavía se está descubriendo dicho papel.

    Para los lectores del mundo hispano-hablante, esta obra ofrece un excelente panorama del es tado a ctual de algunas de l as  principales tendencias en los estu -dios contemporáneos del discurso, porque integra los desarrollos en el área en elámbito internacional con los realizados en América Latina. Puesto que Adriana

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    Bolívar presenta los respectivos capítulos en su propia Introducción, ofreceré, pormi parte una presentación más general del libro.

    El primer comentario elogioso que merece esta obra es que se trata, a la vez,tanto de un estado del arte de diversas líneas de investigación, como de una exce-lente introducción para los recién llegados a la disciplina. Así, Adriana Bolívaraborda el importante problema que confrontan los estudiantes cuando se inicianen la investigación: «Cuál teoría, método o línea es conveniente elegir para mitrabajo?». Como esta disciplina ha crecido enormemente en sus cuarenta años deexistencia, los estudiantes necesitan este tipo de sabio consejo por parte de losinvestigadores experimentados. Los capítulos que le siguen introducen algunasde las nociones y áreas que se han vuelto cruciales en los estudios contemporá-neos del discurso: los actos de habla, la valoración (como un tópico importanteen la semántica discursiva), el afecto, la narrativa, la ideología, la interacción y losdesórdenes discursivos, así como su aplicación, por ejemplo al estudio de la litera-

    tura, la escritura, la lectura y el aprendizaje de una segunda lengua.En segundo lugar, quisiera comentar positivamente una característica de los

    artículos en este libro que para mí tiene siempre una relevancia fundamentalcomo criterio en los estudios académicos: su claridad y su transparencia. Es bienconocido que muchos desarrollos «post-modernos» en las humanidades en gene-ral, y en cierto tipo de análisis del discurso en particular, han sido merecidamentecriticados por su estilo esotérico, porque de este modo limitan el acceso a sólounos pocos iniciados y a muchos imitadores pasivos, en vez de abrirse a los estu-diantes que provienen de todas las disciplinas. Desde la perspectiva de los estu-dios críticos del discurso, el obscurantismo en la redacción académica es cuandomenos antidemocrático, si no una manifestación de dudosos planteamientos. Losartículos en este libro, por el contrario, aún cuando expongan nociones comple-

     jas, están redactados en un estilo asequible que permite también a los recién llega-dos acceder a los desarrollos contemporáneos en este campo. En parte esto puededeberse a una orientación general inclinada hacia los desarrollos anglosajones enel estudio del discurso, que han sido tradicionalmente más transparentes queaquellos inspirados por algunas direcciones (si bien ¡no todas!) en la fi losofía fran-

    cesa. En verdad, se observa una clara preferencia en algunos de los artículos por elenfoque Sistémico-Funcional fundado por Michael Halliday, que ha influido tam- bién en gran parte del Análisis Crítico del Discurso. Los numerosos y eminentesestudiosos del discurso que han estado (de manera más o menos estricta) conecta-dos con este enfoque han realizado importantes contribuciones al área, como sedesprende del reciente trabajo sobre uno de los tópicos más interesantes en lasemántica discursiva: el estudio de la expresión de las opiniones, las actitudes y la perspectiva o punto de vista.

    En mi trabajo más reciente sobre el contexto, he enfatizado en ocasiones quelos desarrollos inspirados en la lingüística Sistémica Funcional podrían llegar atener mayor relevancia si los investigadores que siguen esta línea abandonaran sutradicional rechazo empiricista del análisis cognitivo, así como su principal focoen la gramática, e integraran de manera más explícita la mente, el discurso y la

    interacción dentro de su perspectiva semiótica. Efectivamente, el estudio de laformulación y la (re)producción discursiva de la opinión, la actitud y la ideologíano solamente involucra el significado de las palabras, sino también los significa-dos globales del discurso así como las representaciones sociales compartidas porlos usuarios del lenguaje en cuanto miembros de un grupo. De igual modo, estotambién es obviamente cierto con respecto a la expresión del afecto y su relacióncon el estudio de la emoción en la psicología cognitiva y social y en la neuropsico-logía. Me complace ver que en esta obra esta extensión de los enfoques

    a la valoración y al afecto se vislumbra claramente.En tercer lugar, los capítulos de este libro merecen nuestro reconocimiento

     porque no se limitan exclusivamente a la teoría. Aunque podamos estar de acuer-do en que nada es tan práctico como una buena teoría, también necesitamosdemostrarles a los estudiantes y a los recién llegados que nuestras teorías efectiva-mente funcionan. Muchos de los ejemplos de análisis y aplicaciones presentadosen esta obra muestran que nuestras teorías sobre género, narrativa, valoración yargumentación, entre otras varias nociones, pueden en verdad proporcionar unacomprensión del uso real del lenguaje por parte de sus usuarios reales; por ejem-

     plo, cómo los niños relatan cuentos de su vida diaria, cómo los autores literariosenfocan sus narrativas, cómo argumentan los políticos, cómo las personas repro-ducen las ideologías cotidianas, cómo los niños aprenden a leer y a escribir, ocómo los pacientes afásicos participan en conversaciones, entre otros.

    En resumen, esta obra es un excelente estado del arte para analistas del dis-curso experimentados así como una muy útil introducción para los investigado-res noveles. En ella se refleja que los estudios del discurso se han convertido enuna disciplina madura, y que los académicos latinoamericanos en general, y losvenezolanos en particular, participan activamente en su desarrollo internacional. No hay duda de que esto se debe también al destacado papel que desempeñaAdriana Bolívar tanto como editora de este libro, como asimismo por ser la fun-dadora y mentora de los estudios del discurso en Venezuela, y una de las líderes deesta disciplina en América Latina y el mundo.

    Teun A. van DijkBarcelona, enero de 2006

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    Introducción

    Por qué y para qué

    El interés sostenido por el análisis del discurso desde hace más de treintaaños ha resultado en una enorme proliferación de libros, revistas especializadas,

    diccionarios, manuales, artículos, trabajos de grado y de postgrado. No obstante,muchas de estas publicaciones han aparecido por primera vez en otras lenguas,sobre todo en inglés, francés, y alemán, y es sólo en años recientes cuando hemosvisto un aumento considerable en las publicaciones en español, tanto en Españacomo en Am érica Latina. La creación de la Asociación Latinoamericana de Estu- dios del Discurso en 1995, en Caracas, fue un momento importante para que losinvestigadores de nuestra región se dedicaran con mayor entusiasmo al análisisdel discurso, con el resultado de que en estos momentos se puede decir que ennuestros países la disciplina ha alcanzado un punto en que se cubren todos lostemas estudiados en Europa y los Estados Unidos, y se hacen de manera crecientepropuestas originales, pensadas para contribuir a solucionar grandes problemassociales como las desigualdades y las injusticias, para develar la forma en queconstruimos nuestras identidades culturales, y para desarrollar las teorías sobre ellenguaje y la teoría social.

    ¿Por qué el análisis del discurso genera tanto entusiasmo? Muchos de los quese inician en esta área de estudio se sienten seducidos desde el primer momentoporque aprenden a develar los secretos de los textos y de la interacción entre las

    personas en contextos específicos. Estudiar discurso significa adentrarse en unmundo en el que el lenguaje es visto como el punto de unión con todas las disci-plinas, porque todos tenemos que hab lar, leer y escribir sobre nuestra vida y sobrenuestros hallazgos corno investigadores, y eso se hace m ediante la construcción detextos, que explican los analistas del discurso con las herramientas que les propor-ciona la lingüística y otras disciplinas en las ciencias sociales.

    ¿Por qué el eje central debe ser el lenguaje? P ara ser más precisos, tal vezdeberíamos decir "los lenguajes", pero es importante señalar primero que, aun -que estemos conscientes de que los significados se construyen con distintos len-guajes y que el lenguaje verb al es uno de ellos, es éste el que nos permite construirlos significados con los que representamos y entendemos el m undo, a otras perso-nas, y la forma en que organizamos esos significados. Por lo tanto, el lenguaje nopuede ser concebido sólo com o un código lingüístico sino como una práctica

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    social que nos permite construir realidades y a nosotros mismos. Y esto lo puedenexplicar también los analistas del discurso con herramientas lingüísticas.

    ¿Por qué los analistas del discurso van más allá de la oración gramatical? Losanalistas del discurso comprendieron hace mucho tiempo que las unidades de lagramática por sí mismas son insuficientes para explicar cómo funcionan los textosen contextos. La gramática, aunque es el nivel de las formas, por sí misma noconstruye textos y, por eso, se necesitan los niveles de la semántica, la pragmática

     y e l d iscurs o p ara exp lic ar me jor la int era cción hu ma na . C ada un o d e los nivelesde análisis se aborda con sus propias categorías, la oración en la gramática, lasproposiciones semánticas en la semántica, los actos de habla en la pragm ática, losenunciados y los textos en el discurso. La gramática ofrece la base formal para ex-plicar cómo se codifican los significados y, aunque podam os creerla innecesaria, esla clave para obtener evidencia lingüística y lograr credibilidad en la investigación.

    ¿Por qué los analistas van más allá de la pragmática? La pragmática, o elestudio de lo que los hablantes hacen con las palabras, ha explicado muchos as-pectos de la relación entre textos y contextos, pero también resulta insuficientecuando hay que analizar la dinámica social y/o problemas sociales tomando encuenta los cambios en esta dinám ica. Por eso, los analistas del discurso tienen quetrabajar con estudiosos de otras disciplinas y ampliar  sus métodos para dar cabidaal análisis crítico y a la reflexión que marca los estudios en las ciencias sociales enla actualidad.

    ¿Por qué los analistas del discurso se ocupan de explicar el funcionamientode las ideologías? P orque ellas se construyen fundamentalmente con y en el len-guaje, y es posible identificar en los textos las estructuras y estrategias discursivasque los hablantes emplean para presentar  sus visiones de mundo, sus creencias,sus valores. Por eso, los estudiosos del discurso tienen una gran responsabilidaden despertar conciencia crítica del lenguaje, para que los hablantes se den cuentade que las palabras tienen un valor referencial, un valor expresivo y un valorideológico.

    ¿Por qué dar atención a la afectividad en el discurso? Porque así como seexplican las ideologías lingüísticamente, también es posible identificar los ele-

    mentos verbales (y no verbales) que marcan los enunciados con afectividad. Amenudo observamos que el apelativo retórico a los afectos tiene mayor capacidadde convocatoria o de movimiento que la razón. De ahí que estudiar cómo seexpresa la afectividad discursivamente sea tan importante para comprender mejorlas interacciones en diferentes contextos, sean políticos, académicos o familiares.

     Tod os e stos  por qué muestran solamente algunos aspectos seleccionados delo que puede hacer un analista del discurso en sus intentos por comprender cómofunciona el lenguaje en la interacción social. Hablar de los para qué podría pare-cer redundante, pero es importante que dejemos claro cuáles son nuestras metasal presentar este volumen.

    Una de las primeras razones para ofrecer un libro como éste es registrar laexperiencia de un grupo altamente calificado de analistas del discurso en Vene-zuela. Cada uno de los autores y autoras han dedicado muchos años a la investi-

    gación en este campo, con distintas motivaciones y apoyados en orientacionesteóricas, a veces diferentes, pero siempre de manera rigurosa. El libro muestraalgunos de los aspectos en los que han estado trabajando en las universidadesvenezolanas, formando grupos de investigadores, y abriendo líneas novedosas congrandes aplicaciones prácticas.

    Cada uno de los capítulos en este libro ha sido escrito por investigadorescomprometidos con su sociedad. Este compromiso se caracteriza, por un lado,por su interés en estar al día en los adelantos en la disciplina y, por otro, en lastemáticas tratadas. Además de señalar cuáles son las orientaciones teóricas queestán abriéndose en otros países, en el libro se abarcan tem as de gran interés comoes el caso del discurso narrativo que se examina tanto en la vida cotidiana comoen la literatura; también se muestra cómo se entienden e interpretan diferentestipos de textos con un enfoque semán tico-pragmático; se explica e ilustra cómofunciona la argumentación retórica en la política; se analizan las ideologías de la

    vida cotidiana; se muestra cómo el análisis lingüístico se puede extender más alláde lo interno de los textos para comprender procesos sociales y cognitivos; a partirdel análisis de la conversación en poblaciones especiales, se dan valiosas orienta-ciones para evaluar problemas del lenguaje y del discurso; y se da una visiónfundamentada en la teoría y en la práctica sobre la mejor manera de leer y cons-truir textos escritos. Los autores cubren diferentes ámbitos de la interacción hu-mana: la vida cotidiana, la política, la literatura, la educación, los medios de co-municación, las festividades religiosas, las aulas es colares y universitarias.

    Los para qué de este libro pueden resumirse brevemente con algunas oracio-nes muy cortas, pero con mucho significado: para mirar el lenguaje de otra mane-ra; para ampliar el espectro de las descripciones; para tomar conciencia crítica dellenguaje; para entender mejor los textos; para leer y escribir mejor y calibrar losefectos que producimos con las palabras; para entender que el análisis del discur-so es más que una técnica porque también es teoría del lenguaje; para compren-der que el análisis del discurso nos hace tomar conciencia del papel fundamentaldel lenguaje en nuestras vidas.

    Los por qué y los para qué del análisis del discurso pueden leerse mucho

    mejor en cada uno de los capítulos de este libro, que ha sido estructurado en trespartes con el fin de mostrar focos de interés diferentes. La primera parte, denomi-nada Sobre avances en la teoría, consiste de cuatro capítulos cuyo objetivo globales introducir a los lectores en algunos de los problemas que se plantean los inves-tigadores en análisis ciel discurso y mostrar cómo, a partir de desarrollos en lafilosofía del lenguaje, se han propuesto teorías e investigaciones que nos permitenanalizar el discurso cada vez con mayor precisión.

    Adriana Bolívar, en  Los prim eros prob lem as del anali sta : ¿Qu é teorías? ¿Quémétodos? ¿Por dónde empezar?, ofrece una orientación teórica y metodológica a losque se inician en la investigación sobre los estudios del discurso. Aborda el pro-blema de la complejidad de unos estudios que, por ser de naturaleza multidisci-plinaria, exigen al analista ponerse en contacto con diversas teorías y métodos enlas ciencias sociales, de las cuales la lingüística forma parte. Su meta es ubicar los

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    estudios lingüísticos en el contexto de las ciencias sociales y destacar algunas delas nociones centrales que deben tomarse en cuenta: contexto, texto, ideología,sujeto, interacción, género discursivo, gramática, conocimiento, análisis crítico.El capítulo sirve como una primera mirada a lo que significa iniciar estudios oinvestigaciones en este campo.

     Nancy Núñez, desde el área de la filosof ía, e n  La te or ía de lo s a cto s d e ha bl a yla delimitación de los usos lingüísticos, expone la teoría de actos de habla propuestainicialmente por Austin, y luego complementada por Searle. En su argumenta-ción plantea que aunque es indudable que Wittgenstein nos enseñó cómo res-

     ponder a la pregunta ¿en qué consiste el significado de las expresiones lingüísti-cas? fueron Austin y Searle quienes trazaron la vía para comprender los significadosdel lenguaje en contextos. Advierte, no obstante, del peligro de caer en generali-zaciones por cuanto los actos de habla son específicos de cada cultura. El capítulo permite ver cómo se inició el giro lingüístico en la filosofía y de qué manera se

     plan teó l a discus ión entre los filósofos . Nora Kaplan, en La te or ía de la va lo ra ció n: un de sa rro llo de lo s e stu dio s s ob re la

    evaluación en el lenguaje, se concentra en la presentación y explicación de una delas teorías más recientes en el campo de la lingüística, conectada con la gramáticasistémica funcional en la corriente iniciada por Halliday y desarrollada por suscolaboradores en Gran Bretaña y Australia. Esta teoría ofrece a los analistas deldiscurso grandes posibilidades para llevar a cabo estudios rigurosos sobre el len-guaje evaluativo e ideológico porque se dedica a profundizar la noción de evalua-ción, que tradicionalmente se ha estudiado como expresión de la subjetividad.

    María Jesús Nieto y Otero, en  Dis curs o y afec tiv ida d, dedica su atención aotro de los temas en desarrollo en el campo de la lingüística. Después de exponervarias formas de aproximarse al estudio de la afectividad, se concentra y evalúauna propuesta en particular haciendo notar que el análisis puede todavía precisar-se más con las herramientas de la lingüística. El capítulo sirve de inicio para siste-matizar los estudios de la afectividad en el discurso y ofrece sugerencias sobrecategorías y modos de análisis.

    La segunda parte del libro, titulada Sobre teorías, métodos y aplicaciones, está

    dedicada a distintos enfoques, que han ido surgiendo y consolidándose entre loslingüistas venezolanos. Las referencias bibliográficas que cada uno incorpora sonun indicador de  su s otras facetas en este campo.

    Martha Shiro, en  El dis cu rso na rra tivo or al en la vid a c otid ian a: gén eros y pro ce so s, recoge parte de su experiencia en el estudio de la narrativa oral y el desa-rrollo de la habilidad narrativa. Muestra que no es suficiente examinar las caracte-rísticas de rasgos textuales de los géneros, sino averiguar cómo éstos se caracteri-zan en la producción de dicho género. El capítulo significa un aporte importante

     para el estudio del desarrollo de la narrativa en niños y niñas en las edades com- prendidas ent re 6 y 11 años . El capítulo p romueve la re flexión sobre el aprendiza - je de las destrezas n arra tivas y los procesos cogni tivos y socia les q ue lo afectan.

    Luis Barrera Linares, en Aplicac ión del aná lisi s de l di scu rso al estu dio de t extosliterarios narrativos, sistematiza y resume la propuesta teórica, los lineamientos

    metodológicos y los resultados obtenidos en la aplicación del análisis del discursoa la literatura. Plantea que es posible integrar en una sola metodología los aportesde las corrientes contemporáneas del análisis del discurso con lo propuesto porconocidos enfoques de la literatura, y lo muestra mediante ejemplos relacionadoscon el acercamiento general a la cuentística de tres autores (Quiroga, Carpentier,Uslar Pietri). El capítulo recoge su experiencia en la formación de estudiantes de

     postgr ado, y sugiere nuevas in vestigaciones a t ravés de la integración de la lingüís-tica discursiva y el análisis de textos literarios.

    Irma Chumaceiro, en  El a nál isi s li ng üís tic o de l t exto li tera rio,  presenta unametodología que conjuga y sistematiza los planteamientos más relevantes de losestudios sobre el discurso desde una concepción lingüístico-pragmática, con losconceptos básicos de la teoría y del análisis literario. Su propósito es "facilitar lacomprensión plena del texto, así como de conocer el entramado lingüístico que

    lo constituye y los aspectos pragma-retóricos que le confieren, precisamente, esediscutido carácter "literario". La metodología es ilustrada con la lectura minucio-sa de un texto, que ofrece en realidad un esquema muy completo de los aspectosa tomar en cuenta en la lectura de cualquier texto.

    Lourdes Molero de Cabeza y Julián Cabeza L., en  El en foque semánt ico-prag-mático en el análisis del discurso: teoría, método y práctica,  pres enta n los esquem asteóricos y metodológicos que utilizan en sus investigaciones del discurso; siguenun enfoque basado en la semántica lingüística y en la pragmática "con la finalidadde lograr un acercamiento lo más objetivo posible en los análisis, las interpreta-ciones y comprensión del texto". Ellos definen el discurso como un hecho comu-nicativo resultado de operaciones cognitivas, lingüísticas e intencionales realiza-das por el hablante. Cada una de estas operaciones es analizada minuciosamentea través de categorías lingüísticas, y el enfoque se ilustra con ejemplos tomados dediferentes tipos de discurso. El capítulo resume de manera muy detallada los

     pasos a segu ir en es te enfoque.Frances D. de Erlich, en  La retór ica argu men tat iva en e l di scu rso pol ítico: aná-

    lisis de textos orales y escritos, aborda estudios realizados en su práctica como inves-tigadora enmarcados en el área de la retórica argumentativa. Primero nos presen-ta algunas de las principales tendencias en los estudios de la argumentación, yluego se dedica a desentrañar algunos procesos argumentativos del discurso, apli-cados a textos orales (el debate) y textos escritos (el artículo de opinión). En eldebate, su atención se concentra en las estrategias argumentativas producidas porlos participantes, y en los artículos observa la construcción lingüística de razona-mientos basados en posiciones polarizadas y valores contrapuestos. El capítuloofrece orientación a los interesados en estudiar la argumentación en la interac-ción oral y escrita.

    Adriana Bolívar, en  El anál isis inte racc iona l de l di scu rso: d el te xto a la d iná mi-ca social,  presenta un a visión gene ral d e la inve stiga ción que ha desar rollado , a lolargo de varios años, tomando la evaluación como categoría central en la interac-ción. Plantea la necesidad de colocar el énfasis en la dimensión interpersonal delsignificado, y extiende las categorías de la lingüística más allá del texto mediante

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    la descripción de micro y macro-intercambios. En este capítulo nos lleva en unrecorrido que presenta las nociones fundamentales del análisis interaccional eilustra la función de la evaluación en la construcción de patrones textuales e in-tertextuales, así como de patrones de interacción social en el diálogo político. Sutrabajo llama la atención sobre el discurso a través de la prensa, el uso de la pala-

     bra o fensiva en la p olíti ca, s u s efectos en la cognición de mujeres y hombres, y lanecesidad de fortalecer el diálogo democrático.

    Alexandra Alvarez Muro, en  Las ide ologí as d e la vid a cotid ian a. R itu ale s rel i- gios os en el h abla de un a reg ión , se traslada a la construcción del mundo mágico-religioso y se dedica al análisis de la forma en que los hablantes de la región de losAndes venezolanos expresan verbalmente sus creencias y rituales particulares de laregión. Su propósito es analizar con una metodología cualitativa los distintosdiscursos con los cuales se asocia la ideología religiosa. El capítulo se concentra en

    las festividades religiosas típicas del estado Mérida y muestra cómo, al hablar consus entrevistadores, los hablantes expresan sus creencias y valores. Se trata de unaporte al conocimiento de las ideologías lingüísticas de la región.

    Lourdes Pietrosemoli, quien cierra esta segunda parte con  Aná lisi s de l di scu r- so en po bla cio ne s e sp ec ial es : l a co nv ers aci ón co n afá sic os ,  pres enta una visi ón pa norá -mica de las aplicaciones del análisis del discurso al estudio de la conversación en

     poblaciones e speci ales aunque, como ella misma lo dice , la m etodología pro pues-ta puede emplearse para cualquier tipo de hablantes. Este estudio muestra de quémanera el análisis del discurso puede contribuir a activar la conversación en po-

     blaciones especiales, incluso en casos muy severos. El capítulo presenta los con-ceptos que pueden dar fruto en el análisis lingüístico y muestra su aporte para laevaluación y rehabilitación de personas que ban padecido o padecen de algunaalteración en su capacidad lingüística.

    La tercera parte del libro, Sobre lectura y e scritura, se dedica a la lectura y a laescritura de textos en el ámbito escolar y académico. En primer lugar, Lucía Fracade Barrera, en  L a c u lt u ra es cr it a y la p ed a g o g ía in te g ra d o ra e n el d e sa rr o ll o d e ladiscursividad infantil,  presenta un aspecto importante de su experiencia comoinvestigadora en el desarrollo de competencias para la lengua escrita en la educa-ción de Preescolar y Básica. Su objetivo es ofrecer orientación a los docentes encuanto a la implementación de estrategias que favorecen la comprensión y lacomposición de textos. Ella propone una "Pedagogía integradora", y describe cómoesta pedagogía se concreta en proyectos educativos integradores. Presenta de ma-nera detallada las estrategias que pueden promover el desarrollo del discurso através de proyectos de grupos.

    Luego, Rebecca Beke y Elba Bruno de Castelli, en  La le ct ur a y l a es cr itu ra enel contexto universitario: teorías y exigencias institucionales, resumen más de veinteaños de investigación sobre el tema de la lectura, y describen su experiencia en laenseñanza de la lectura a estudiantes universitarios del área de Educación. En estecapítulo nos muestran su desarrollo teórico y la forma en que fueron adaptandoy/o cambiando los enfoques a medida que cambiaban las exigencias instituciona-les. Dividen su presentación en tres momentos de lo que ellas han llamado el

    Proyecto ECOLE (Programa de Entrenamiento en Estrategias de Comprensiónde Lectura). El capítulo ofrece a los profesores de lenguas una visión de las teoríasy métodos adoptados para enfrentar los problemas de diseño de cursos tomandoen cuenta las dificultades de los estudiantes y los cambios en la planificacióneducativa.

    Finalmente, Elizabeth Arcay Hands, en  La t rans feren cia de la le ngu a ex tran je-ra a la lengua materna en el discurso académico escrito, se ocupa de la forma en quelos académicos e investigadores escriben sus textos cuando han estado expuestos auna lengua extranjera. Ella presenta resultados de sus trabajos en una línea deinvestigación novedosa que ha iniciado en el campo de la "bilingualidad académi-ca". Su enfoque es multidimensional y compara textos producidos por académi-cos monolingües y bilingües. Este capítulo llama la atención sobre "nuevos cami-nos para explorar con mayor precisión la riqueza y complejidad humana que

     permite el manejo simultáneo de dos o más códigos lingüísticos". También pro-mueve la reflexión sobre las exigencias del discurso académico escrito en españoly otras lenguas y sus implicaciones para la internacionalización de nuestros inves-tigadores a través de sus publicaciones.

    Como se ha podido notar, estamos ante trabajos que tocan temas y proble-mas que abren muchas posibilidades de estudio. La invitación queda abierta aestudiantes e investigadores de las ciencias sociales para unirse a la tarea porque,además de reflexionar sobre los problemas del discurso, se necesita poner en prác-tica acciones concretas, de modo que con el discurso llevemos a la práctica elresultado de las investigaciones, y así logremos, por ejemplo, que nuestros niñosdesarrollen mejor sus habilidades discursivas en la conversación, la narración, laargumentación, la lectura y la escritura de cualquier tipo de texto; que podarnosformar personas mejor preparadas para enfrentar los retos de la sociedad, y conmayor conciencia del valor de las palabras en la interacción cotidiana. Una mayoratención al discurso redundará en ventajas que se reflejarán en un mejor entendi-miento de nosotros mismos y de los otros, con quienes compartimos una culturay un país.

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    Primera parte

    Sobre avances en la teoría

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    Los primeros problemas del analista:

    ¿Qué teorías? ¿Qué métodos?

    ¿Por dónde empezar?

     Adriana Bolívar

    Universidad Central de Venezuela

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    INTRODUCCIÓN¹

    Cuando los interesados en investigar en el campo de los estudios del discursose plantean problemas de investigación encuentran a su disposición un amplioabanico de posibilidades para seleccionar teorías y métodos. Algunas de las pre-guntas más comunes que hacen los estudiantes del área de lingüística y de otrasdisciplinas son: ¿Qué orientación teórica debo seguir? ¿Por qué esa y n o otraorientación? ¿Qué implicaciones metodológicas tiene la escogencia de una(s)t e o r í a ( s ) y n o o t r a s ? ¿ E s e l a n á l i s i s d e l d i s c u r s o t e o r í a o m é t o d o , o a m b a s c o s a s ?

    ¿ Qué significa hacer análisis crítico? En este capítulo me propongo analizar bre-vemente el por qué de los problemas, con referencia especial a las condiciones deldiscurso, las teorías de base, los enfoques y las disciplinas implicadas, y a la com-plejidad que se encuentra en la lingüística y otras disciplinas en las ciencias socia-les. La meta es hurgar en cuestiones epistemológicas que preocupan a los estu-diantes de postgrado, tales como: la actitud ante el conocimiento (cómo concebir"discurso"), las generalizaciones (cómo se llega a generalizar), la legitimación de lainvestigación (cómo  se obtiene credibilidad), el papel de los investigadores (laresponsabilidad social y la ética), así como destacar algunas nociones centrales yprocedimientos.

    1 . EL POR QUE DE LOS PROBLEMAS

    Las interrogantes antes referidas se originan en distintas situaciones. Primero,nos encontramos con que el análisis del discurso es practicado por lingüistas y nolingüistas y así tenemos q ue, aunque a los lingüistas les interesa el discurso desde laperspectiva de la teoría lingüística para averiguar cómo funciona el lenguaje, a losno lingüistas les atrae el discurso para comprender procesos, analizar contenidos,

    Este capítulo es una versión extendida de la ponencia "El problema de la selección de teorías y métodos en

    análisis del discurso", presentada en el V Coloquio Nacional de

     Análisis

    del Discurso, celebrado en Maracaibo

    entre el 20 y el 23 de ju n io de 2005, auspiciado por la Universidad del Zulia y la Asociación Latinoamericana

    de Estudios del Discurso.

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     y explicar problemas cognitivos, sociales y culturales más que lingüísticos. En se-gundo lugar, nos encontramos con analistas que traen diferentes concepciones delo que significa discurso, y eso nos lleva a comprender por qué se habla de discursocomo "técnica", "método" y/o "teoría del lenguaje". Esto nos conduce directa-mente a la definición de lenguaje que los analistas manejan, porque el conceptode lenguaje puede incluir lo verbal y también otros lenguajes como el gestual, elvisual, el musical, etc. La discusión puede tocar el terreno de la multimodalidaddonde se trabaja con textos complejos en los que se mezclan y entrecruzan distin-tos tipos de lenguajes. Todo ello requiere un aparato descriptivo más complejo yde mayor alcance. De ahí que el problema  se complique cuando se trata de estu-diar un problema social en el que el criterio para la escogencia de textos son lasacciones realizadas y no sólo los tipos de textos en sí mismos.

    En tercer lugar, los problemas de la selección de teorías y métodos surgen porque, además de tener objetivos diferentes, los analistas del discurso se hanformado en disciplinas distintas en las que se favorecen teorías y métodos basadosen supuestos sobre la realidad desde variados ángulos y con sustentación en sabe-res diferentes (véase Titscher et al., 2001) en los que las categorías de análisis

     pueden ser predeterminadas o emergentes (el dilema de lo ítico y lo ímico), condiferentes actitudes ante el conocimiento, porque para algunos puede ser unarealidad "objetiva", estática, y para otros "subjetiva", dinámica y cambiante, oambas cosas. La situación se complica cuando agregamos a lo anterior que todoslos analistas tienen una visión de mundo que difícilmente pueden evadir, particu-larmente si se dedican al análisis crítico del discurso.

    2. LAS DIMENSIONES DEL DISCURSO

     No obstan te lo ante rior , es p osib le visual izar e l discurso en función de cier tascondiciones que lo definen. Primero que nada, el discurso es interacción social

     porque los significados se crean, se retan, se transforman, mueren y renacen ensociedad y no en compartimientos aislados fuera de contexto. Los grupos sociales

    y las instituciones son vitales para el análisis del discurso. Segundo, el discurso escognición porque las personas construyen su conocimiento del inundo y adaptansus representaciones a los contextos en los que viven según las opciones y/o limi-taciones que se les ofrezcan. Tercero, el discurso es historia porque para interpretarlos significados del presente es necesario conocer la dinámica en que se crearon,saber cuáles fueron los eventos que los moldearon y qué valores culturales se invo-lucraron. Cuarto, y sobre codo, el discurso es diálogo porque para que existan lasinteracciones se necesita un yo, un tú, un nosotros, y un otros. Por último, el discur-so es acción  porque co n la palabra se constru yen y transforman la s rea lidades ( véa-se MacDonell, 1986; Bolívar, 1997). Aunque los analistas del discurso están cons-cientes de estas condiciones para el análisis, por lo general colocan el énfasis en unaspecto más que en otro; de ahí que nos encontremos con teorías cognitivas, so-cio-cognitivas, históricas, histórico-cognitivas, interaccionales, y otras. Quienes se

    inician en los estudios del discurso pueden, con razón, considerar que ningúnanálisis podrá cubrir todos estos aspectos, pero en la práctica el foco de la investi-gación será determinado por los objetivos y las preguntas que cada uno/a se haga.

    3. LAS TEORÍAS DE BASE

    Una primera mirada a las grandes teorías y métodos en discurso nos acerca allibro Titscher et al (2001) que reúne un total de doce enfoques en las cienciassociales, unos desde el punto de vista de la sociedad y la cultura y otros desde lalingüística. Por un lado, las teorías sociológicas, antropológicas, psicológicas,fil

    y, por otro, las teorías lingüísticas. A su vez las teorías lingüísticas ofrecenun amplio marco de opciones que, en sí mismas muestran diferentes enfoques.Por ejemplo, bajo lingüística estructural se incluye al estructuralismo cultural deLevi-Strauss, la lingüística estructural de Saussure, el formalismo ruso de Todorovy Propp, y la Escuela de Praga representada por Jakobson. Todas ellas sirven de base para el método de la semiótica narrativa (Greimas) (véase Titscher at al.,2001:51). También encontramos los aportes de la lingüística cognitiva, represen-tada por Shank y Abelson, que sirve de apoyo a la lingüística textual y a unavertiente del análisis crítico del discurso (Wodak, van Dijk). Además de lo ante-rior, en este cuadro se incluye a la lingüística sistémica propuesta por Halliday,que sirve de fundamento a otra vertiente del análisis crítico (Fairclough, y en part e Wodak) .

    Como hemos visto, no todas las teorías sobre el discurso tienen una baselingüística. Después de realizar una investigación bibliométrica, Titscher et al.(2001:217), reportan que los métodos más citados por los investigadores en lasciencias sociales, según el Social Science Citation Index (SCCI) de 1991 a 1998,fueron los siguientes, en orden decreciente: la teoría fundamentada ("G ro undedTheory"), la etnografía de la comunicación, el análisis crítico liderado por

    , el análisis de contenido estándar (cuantitativo), el análisis de la conversa-ción y el MCDA ("Membership Categorization Device"), ambos ubicados en la

    etnometodología. También se mencionan otros como el SYMLOG ("System forthe Múltiple Level Observation of Groups"), el análisis de contenido abierto (cuan-titativo), la semiótica narrativa, la hermenéutica objetiva, el análisis crítico en lacorriente de Wodak, y la pragmática funcional. Es interesante notar dos cosassobre la fuerza de las teorías y los métodos en el mundo académico. Primero, queestos datos llegan hasta el año 1998 y, por lo tanto, no se conoce el estado de lacuestión en los últimos años. Segundo, que algunos nombres no aparecen men-cionados, tal vez porque se trata del SCCI, o porque se han dejado afuera porotras razones.

    Vale la pena destacar, en todo caso, que en cualquiera de las disciplinas de lasciencias sociales  se debe tomar en cuenta, desde el inicio, que la selección detextos para el análisis puede abordarse con diferentes propósitos y, al menos, des-de tres perspectivas: a) como objetos de estudio en sí mismos, cuando se estudian,

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     por ejem plo, las conv ersa cion es, las entre vistas, las n otic ias, etc. ; b) como rasgosde grupos investigados, y los textos pasan a ser enunciados en un contexto parti-cular o "componentes manifiestos de una comunicación" que permiten decir algosobre las  pers onas que los produje ron; y c) como rasgos de u na s ituación part icu-lar que se documenta mediante textos (véase Titscher et al., 2001:32).

    4. LO QUE CONTIENEN LOS MANUALES SOBRE ANÁLISISDE DISCURSO

    Otro aspecto muy importante que contribuye a la (des)orientación de losinvestigadores novatos es lo que dicen los manuales sobre análisis del discurso,que incluyen copiosa información sobre nociones básicas así como temas o artí-culos sobre el estado del arte. Si examinamos algunos de los más influyentes en

    nuestro ámbito académico, debemos tomar en cuenta, por lo menos, los que nofaltan en las bibliografías dadas a nuestros alumnos: Schiffrin (1994, 2001); vanDijk (1997a, 1997b, 2000a, 200b); Calsamiglia y Tusón (1999); Charaudeau yMaingueneau (2002); Wetherell et al., (2001); Wodak y Meyer (2001, 2003).

    El libro de Schiffrin (1994),  Ap pr oa ch es to Di sc ou rs e, incluye la teoría de losactos de habla, la sociolingüística interaccional, la etnografía de la comunicación,la pragmática, el análisis de la conversación, y el análisis variacionista. Se trata deun manual escrito en inglés y pensado para personas de habla inglesa, y ofrece

     buenas definiciones y orientaciones. Deja afuera el análisis y referencias a losestudios sobre género, discurso político, y otros temas que la misma autora se-ñala. Estas omisiones se compensan, posteriormente, en Schiffrin et al., ([2001]2003) cuando se expande el espectro con cuarenta y un artículos de mayor alcan-ce, muy ricos en bibliografías. Es notorio que ni entre los autores de estos artícu-los, ni en las bibliografías, se encuentran nombres que representen a la corrientefrancesa o alemana, para no mencionar a los analistas de habla hispana, que tam-

     poco figu ran.Los dos volúmenes publicados más tarde en inglés por van Dijk (1997a,

    1997b), traducidos rápidamente al español (van Dijk, 2000a, 2000b), llenaron

    un vacío muy esperado porque abordan el discurso desde dos grandes perspecti-vas, como estructura y proceso (volumen 1) y como interacción social (volumen2). Cada volumen cubre una gran variedad de temas. En el primero, la historiadel análisis del discurso, discurso y semántica, discurso y gramática, estilos deldiscurso, retórica, narrativa, argumentación, géneros y registros, cognición, cog-nición social y discurso; en el segundo, el discurso y la interacción en sociedad,discurso y pragmática, análisis de la conversación, diálogo institucional, discursoy género, discurso etnicidad, cultura, y racismo; discurso organizacional, análisiscrítico del discurso, discurso y política , y aplicaciones del análisis del discurso.

    Estos dos volúmenes amplían considerablemente el alcance del primer ma-nual de van Dijk que, en su momento, tuvo la función de mostrar que el análisisdel discurso había alcanzado ya su madurez como disciplina (van Dijk, 1985). Latraducción al español de la publicación de 1997 es probablemente uno de los

    textos más consultados por estudiantes de postgrado en América Latina, aunquetambién en este manual, las referencias a autores del mundo hispano son escasas.

    El manual de Calsamiglia y Tusón (1999), escrito en español, con ejemplosen español, convertido en "la biblia" de estudiantes universitarios de pregrado y postgrado, amplía el horizonte y da cabida a una mayor cantidad de corrientes enel campo del discurso. Por ejemplo, se da más atención a la corriente francesa (seincluyen a Adam y a Charaudeau que casi no aparecían en otros manuales), y serefuerzan las referencias a estudios en alemán (Weinrich, Werlich). Se mencionanmuchos nombres de investigadores españoles, pero las referencias a analistas deAmérica Latina son casi nulas (aparece Ciapuscio de Argentina). En el primercapítulo, Calsamiglia y Tusón (1999:15-26) ponen especial cuidado en destacarlas disciplinas implicadas en el análisis del discurso: la antropología lingüística(Duranti), la etnografía de la comunicación (Gumperz y Hymes), el interaccio-

    nalismo simbólico (Goffman), la etnometodología (Garfi nkel), la sociolingüísti-ca interaccional (Bordieu, Foucault), y así ubican al estudiante en el mundo de lasteorías y métodos. También resaltan el giro lingüístico que han tomado los estu-dios a partir de cambios en el pensamiento filosófico, de modo que se puedevisualizar cómo se estudia el lenguaje en el contexto social y cultural a partir de lateoría de actos de habla y de la pragmática, en especial el principio de coopera-ción y la teoría de la relevancia. Después de la aparición de este manual se handado desarrollos interesantes en el campo de la socio-pragmática cultural (Spen-cer-Oatey, 2003), que también han sido abordados en español (Bravo y Briz,2004), y valdría la pena explorarlos.

    Es importante destacar que el manual de Calsamiglia yTusón (1999) permi-te al estudiante una visión amplia de los abordajes desde la lingüística. Aquí setoma en cuenta la lingüística funcional (Praga, Malinowski, Firth, Halliday, Mar-tin, Eggins); la lingüística textual (Beaugrande, van Dijk, Adam); la teoría de laenunciación (Bajtín, Benveniste, Kerbrat-Orecchioni, Charaudeau); la retóricaclásica y la nueva retórica (Perelman).

    A los libros anteriormente mencionados, se debe agregar el diccionario de

    análisis de discurso editado por Charaudeau y Maingueneau en francés en el año2000, ya traducido al español en 2005. En este diccionario se encuentra unadefinición de los términos más usados en el análisis del discurso, especialmenteen la orientación francesa. Complementa y amplía muy bien aspectos del manualde Calsamiglia y Tusón (1999).

    5. LA PERSPECTIVA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

    Uno de los manuales más útiles desde el punto de vista de los métodos ytécnicas para practicar el análisis del discurso se encuentra en el campo de la

     psicología (Wetherell etal., 2001). Estos autores incluyen en sus enfoques prefe-ridos al análisis de la conversación, la lingüística interaccional y la lingüística de

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    corpus (mencionada muy poco en otros manuales), el modelo de acción discursi-va (Edward y Potter), el análisis crítico del discurso (Fairclough) y el análisis ge-nealógico (Faucault). Lo atractivo de este libro es que, junto con cada enfoque, se

     presentan investigaciones que lo ilustran y muestran el método y las técnicas deinvestigación empleadas. Los analistas pueden encontrar respuestas a sus pregun-tas sobre cómo generalizar, cómo legitimar la investigación en discurso, cómoabordar datos en el plano micro y macro. Como se puede inferir rápidamente, no

     se contemplan algunos de los enfoques incluidos en Titscher et al., (2001), perose presenta un método para aplicar los principios de Foucault, con el foco en lahistoria (que tampoco se ven con esta precisión en otros textos). Queda claro eneste libro que la meta no es desarrollar la teoría lingüística, pero sí ofrece herra-mientas lingüísticas fundamentales para interpretar los textos. En español tam- bién se han publicado manuales que resumen en parte esta perspectiva (véase

    Iñiguez Rueda, 2003). Para complementar el análisis de datos vale la pena con-sultar a Silvermann (2001).Lo que nos queda claro de este libro es que la psicología discursiva reconoce

    el papel fundamental del análisis lingüístico y, aunque los autores expresan en laintroducción que "our book is intended for social scientists but surely language isthe province of linguists" (Whetherell et a1., 2001:i) 2 , también admiten que elnuevo foco en el lenguaje ha hecho que  se introduzcan transformaciones impor-tantes en la teoría social.

    6. LA SELECCIÓN DE LOS ENFOQUES Y/O MÉTODOS

    La decisión sobre los enfoques a escoger es difícil y, como ya hemos expresa-do antes, dependerá de la pregunta de investigación que cada investigador sehaga. Dentro de las ciencias sociales, también se encuentran manuales que en-frentan esta decisión y toman partido por algunos para poder armar una propues-ta propia. Tenernos el caso de Phillips y Jorgensen (2002) quienes, con la visiónde los estudiosos de la comunicación, seleccionan solamente tres enfoques cen-trales en el análisis del discurso: la teoría del discurso (según Laclau y Mouffe), el"análisis crítico del discurso (Fairclough) y la psicología discursiva (Potter y We-therell). Estos autores se enfocan en el problema de la relación entre discurso eideología y revisan varias posturas, desde Marx, Althusser, Gramsci, hasta llegar aLaclau y Mouffe. Se plantean el problema de la definición y alcance de discursocomando en cuenta la forma de aproximarse al concepto de ideología, y discutenel problema de la construcción del sujeto en la dinámica social. Se trata de unlibro que puede crear una interesante polémica en el debate epistemológico queestá siempre en marcha en las universidades.

    ²Trad. de la autora: nuestro litro está dirigido a los científicos sociales pero sin duda el lenguaje es el campo

    de los lingüistas.

    Corno hemos visto, todos los manuales favorecen algunas teorías más queotras y dan cabida a algunos nombres, pero n.o a todos. En este libro de Phillips yJorgensen (2002) se hace patente cómo el conocimiento se construye en el mun-do de la academia. Por ejemplo, ellos hacen una diferencia entre el análisis críticodel discurso (originalmente propuesto por Norman Fairclough en 1985) y un"movimiento crítico" en el que, según ellos, se encuentran una variedad de enfo-ques "no siempre muy bien definidos". Se hace muy evidente la crítica a los ma-nuales de análisis crítico del discurso que no incluyen a la psicología discursiva, a

     pesar de que "cumple con todos los requisitos para pertenecer al club" (Phillips yJorgensen, 2002:60), pero se reconoce que esta "exclusión" puede deberse al he-cho de que la psicología discursiva se basa más en la retórica que en la lingüística(algo que supuestamente practican los analistas críticos). La razón por la queFairclough es escogido como el analista crítico m ás completo es que, según ellos,

    su propuesta se basa en premisas filosóficas, propone un método y técnicas espe-cíficas de análisis lingüístico.

    Es evidente que en la decisión de teorías y métodos opera un componente personal o individual en el que se cruzan diversos factores: la formación en cadadisciplina, el acercamiento o alejamiento de las líneas existentes o disponibles, elgrado de relevancia que se otorgue al lenguaje y al uso de los textos como materialde investigación y, también, la forma de concebir el compromiso social.

    7 . EL ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO

    El análisis crítico del discurso (ACD) es uno de los desarrollos del análisis deldiscurso que ha tomado mucha fuerza en los últimos años porque los analistasreconocen abiertamente su compromiso social y político, lo cual genera discusiónen el campo de las ciencias sociales y la lingüística, especialmente en cuanto a losmétodos empleados. Por consiguiente, debernos abordarla discusión sobre lo quesignifica practicar el análisis crítico con el propósito de orientar a aquellos que

    deseen incursionar en el estudio y análisis de los textos desde esta perspectiva. ElACD se ha extendido de tal modo que ya existen varias publicaciones y manualestraducidos al español, en los cuales se recogen los orígenes, los principios y losenfoques más empleados por autores europeos (e.g.Wodak y Meyer, 1997, 2001).En dichos manuales casi no se mencionan los estudios llevados a cabo en AméricaLatina, lo que genera un gran vacío en el momento de proponer un proyecto deinvestigación en nuestro contexto social, político y cultural. Las obras que danatención al análisis crítico de problemas en el mundo hispano y América latinason raras excepciones (van Dijk, 2003).

    Los estudios en América Latina sí existen, como se puede constatar en losartículos de este libro, pero son menos conocidos y menos aplicados porque mu-chos de ellos tienen sus orígenes en las teorías imperantes, de modo que los in-vestigadores prefieren volcar sus esfuerzos en las teorías originales. No obstante,

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    creemos que muchos de estos trabajos aportan una mirada diferente y puedenservir de base para desarrollos del ACD en América Latina³.

    7.1 ¿Qué necesitamos saber primero sobre el ACD?Se puede considerar que todo análisis científico social que cuestiona la pura

    descripción de los eventos como objetos, y que se concentra más en la forma enque se construyen los significados en la interacción social, es crítico, en el sentidode que toma en cuenta la dinámica social y las luchas por el poder, sea este podereconómico", "político", "coercitivo" (militar), o "simbólico" ( Thompson,

    1998:35). Por eso, tal vez, cuando se quiere conocerla historia del análisis crítico,se empieza por incluir a Carlos Marx como uno de los primeros que planteó eI

     prob lema de las luchas sociales y los efectos de la do minación del p oder econ óm ico en la vida de las personas, en su concepción del mundo y en sus acciones. Lo

    económico es indudablemente un aspecto clave, pero en las consideraciones de loque significa ideología nos encontramos con diferentes aproximaciones al con-cepto, que inciden en la forma de concebir el discurso y los textos, así corno losmétodos escogidos.

    Phillips y Jorgensen (2002) son dos de los autores que se han ocupado deexaminar la forma en que el concepto de ideología es manejado por varios autoresen la filosofía, principalmente Althusser, Gramsci, Foucault, Laclau y Mouffe, yanalizan las similitudes y diferencias entre las propuestas y la forma en que haninfluido en el análisis del discurso en las ciencias sociales, especialmente en

    y en Potter y Wetherell. El concepto de ideología no puede darse porsentado porque es importante conocer en qué espacio epistémico se encuentran oubican los analistas. Phillips y Jorgensen (2002:20), aunque con ciertas reservas

     por temor a simplificar, colocan los enfoques en un continuum en el que en unextremo se encuentra el materialismo histórico (Marx, Althusser), en el que todoestá supeditado a lo económico, y en el otro la teoría discursiva que todo lo ve através del discurso (Lauclau y Mouffe). Entre estos dos polos, estarían ubicadosGramsci, Foucault y la psicología discursiva. Lo que se quiere mostrar es que, porun lado, está la creencia de que existe una ideología dominante (la de la burgue-sía) que actúa sobre los dominados (el proletariado) y, por el otro, el planteamien-to de que no existe una sino varias o muchas ideologías que se construyen en lacotidianidad. De hecho, la palabra ideología no sería necesaria porque nos encon-traríamos ante ideologías que se construyen en un discurso en constante cambio,en una lucha discursiva cuya meta es lograr la hegemonía de una perspectiva particular . Ambos ext remos están cargad os de premisas fi losóficas sobre e l signi fi-cado de ideología y poder, pero no son enfoques analíticos discursivos sino filosó-ficos. Si colocamos los enfoques filosóficos en una línea en que s e vea la relación

    Los capítulos que sigilen recogen una amplia bibliografía de las investigaciones realizadas en Venezuela,especialmente los trabajos de Barrera Linares, Adriana Bolívar, Irma Chumaceiro, Frances D. De Erlich,Lourdes Molero y Julián Cabeza, Maritsa Montero, Marra Fernanda Madriz.

    con el papel del discurso en la constitución del mundo nos encontraríamos conque unos se inclinan más hacia un lado o hacia otro, como se ve en el diagrama 1que sigue, adaptado de Phillips y Jorgensen:

    Según este diagrama, podernos interpretar que en el extremo derecho, eldiscurso e s determinado por la economía y, aparentemente, no valdría la penaanalizar el discurso sino la economía.

    Alejándose del materialismo histórico encontrarnos a los que se apartan endiferentes grados del determinismo de la filosofía de Marx. Según Phillips y Jor-gensen (2002:31), el principal problema con el materialismo histórico es "la faltade cualquier explicación para la transformación de la conciencia: ¿Cómo va areconocer la clase trabajadora su verdadera posición en la sociedad y sus verdade-ros intereses si su conciencia está determinada por una ideología capitalista?" (mitraducción). Justamente ahí reside el problema porque las críticas al materialismohistórico y al determinismo han conducido a rechazar la idea de una sociedadgobernada por una sola ideología y un solo discurso y a inclinarse por el argu-mento de que la sociedad es plural y que el sujeto se construye en discursos dife-

    rentes e incluso contradictorios.Como ya hemos mencionado antes, Phillips y Jorgensen (2002) se concen-

    tran solamente en la teoría discursiva de Laclau y Mouffe, en el análisis crítico deFairclough y en la psicología discursiva de Potter y Wetherell. Desde su punto devista, estos tres enfoques tienen en común que se ubican en el construccionismosocial, y que rechazan las "teorías universalizantes como el marxismo o el psicoa-nálisis" (2002:6). Para ellos, estos enfoques analíticos discursivos se fundamentanen la teoría estructuralista o post-estructuralista del lenguaje con variantes encuanto a la forma en que se aplica el término post-estructuralista. Ernesto Laclauy Chantas Mouffe representan el post-estructuralismo más extremo porque se basa n en la idea de que "el d iscurso construye e l mundo social en el sign ifica do yque, debido a la inestabilidad fundamental del lenguaje, el significado nunca

     puede ser fijado de manera permanente. Ningún discurso es una entidad cerrada,

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    sino más bien se transforma constantemente en contacto con otros discursos. Porlo tanto una palabra clave en la teoría es la lucha discursiva" (Phillips y Jorgensen,2002:6). Norman Fairclough también coloca el énfasis en el papel activo del dis-curso, pero es evaluado como menos post-estructuralista porque distingue encre prácticas discursivas y no discursivas, razón por la que generalmente se le ubicacomo neo-marxista. La psicología discursiva comparte con el análisis crítico deFairclough el interés empírico en el análisis del lenguaje en la interacción social, pero se d iferencia de él en que su inter és está en "explo rar las fo rmas en que el yo,los pensamientos y las emociones se forman y transforman en la interacción so-cial y en arrojar luz sobre estos procesos en la reproducción social y cultural y elcambio" (Phillips y Jorgensen 2002:7, mi traducción). Según estos investigado-res, en la psicología discursiva el énfasis está en los individuos como productos y productores del discurso en diferentes contextos, mientras que en la teoría deLaclau y Mouffe los individuos son solo sujetos del discurso (Ibíd .). Escogensolamente a estos tres autores porque su objetivo es acercarse al análisis del discur-so desde la perspectiva construccionista y porque, aunque los enfoques muestrandiferencias en cuanto al alcance del discurso y el foco del análisis, consideran quelos enfoques son similares en que parten del construccionismo, comparten lasmisma visión del lenguaje, vienen del estructuralismo y post estructuralismo, y sucomprensión de los sujetos se basa en una versión del marxismo estructural (véasePhillips y Jorgensen, 2002:3).

    El artículo de Fairclough y Wodak, publicado en 1997, en el segundo volu-men de Disco urse Stu die s. A Mu ltidis cip linary Introdu cti on, editado por Teun vanDijk, dedicado al discurso corno interacción social, figuran explícitamente lossiguientes enfoques críticos: el análisis del discurso francés (Pêcheux , 1982), lalingüística crítica (Fowler et al., 1979; la semiótica social (Hodge y Kress, 1988;Kress y van Leeuwen, 1990); el cambio socio-cultural y cambio en el discurso(Fairclough, 1989; 1992a, 1994); estudios socio-cognitivos (v an Dijk, 1980, 1985,1987, 1991, 1993a); el método histórico-discursivo (Wodak, 1975, 1986; Lutz yWodak, 1987; Wodak et al., 1990; Wodak y Matouschek, 1993); el método delectura, y la escuela de Duisburg (Jager y Jage r, 1993).

    Las investigaciones en el campo del ACD están marcadas por la necesidad dereflexionar qu.e tiene todo analista comprometido con su sociedad. El manual deWodak y Meyer (2003) comienza con una cita de van Dijk, quien llama la aten-ción sobre la diferencia entre ciencia no crítica y crítica:

    Más allá de la descripción o aplicación superficial, la ciencia crítica de cadaesfera de conocimiento plantea nuevas preguntas, como las de la responsabili-dad, los intereses, la ideología. En vez de centrarse en problemas puramenteacadémicos o teóricos, su punto de partida se encuentra en los problemas so-ciales predominantes, y por ello escoge la perspectiva de quienes sufren más

     para analizar de forma critica a quienes tienen el poder, a los responsables, y alos que tienen los medios y la oportunidad de resolver dichos problemas (vanDijk, 1986:4, en Wodak y Meyer, 2003:17).

    Por esta razón, en este campo las propuestas son variadas, como puede verseen Wodak y Meyer (2001, 2003) donde se incorporan nombres como Wodak,van Dijk, Fairclough,  Jager, Me yer , y Scollon, quienes proponen enfoques desdeuna perspectiva cognitiva, histórica, social y cultural. Los investigadores que seacercan a esta línea de investigación pueden encontrarse abrumados ante la varie-dad de definiciones. Una rápida revisión de los términos empleados por los auto-res en este manual nos muestra que el análisis crítico es identificado mediante eluso de las siguientes palabras:

     paradigmaenfoquemétodo analíticoni método ni teoría

     pers pect iva crít icauna actitudteoría y métodomomento (elemento)agenda programa progr ama d e aná lisis social

    Esta variedad de definiciones y enfoques obliga al analista a tomar decisionesi mportantes (y a leer mucho). Por eso, es recomendable buscar primero los con-ceptos que unen a todos los analistas críticos quienes, a pesar de los enfoquesdiferentes, tienen en cuenta las condiciones del discurso, una definición de dis-curso como  prác tica social, y ofrecen expl icac iones en las que se repi ten p alab rasclave como: poder, cont rol, acce so, id eologí a, l egit imidad , il egit imidad , ab uso d e po-der, ética(s).

    8. LAS NOCIONES CENTRALES

    Ante los problemas que presenta la selección de teorías y métodos,  se deberecalcar la necesidad de trabajar con rigor sobre la definición de nociones funda-mentales en el análisis del discurso. A continuación presento algunas de las quegeneran mayor inquietud entre los investigadores y las razones por las que hayque considerarlas.

    La noción de contextoPuesto que el objeto de estudio del discurso son los textos en contexto, lo

     prim ero que hay que hace r es definir el al canc e de l contex to. L a definición dete r-minará en muchos casos si el estudio será de tipo micro (como en el análisis de laconversación) o macro (por ejemplo, en el análisis crítico cuando se trabaja con el

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    cambio social o político). Es importante también tener claro de qué tipo de con-texto se está hablando: físico, cognitivo, social, cultural, político, histórico.

    La noción de textoDe lo anterior se deriva que es necesaria una definición de texto, que depen-

    derá de la teoría sobre los textos y de la concepción de lenguaje que se adopte. Entodo caso, se debe pensar si al hablar de texto se trata de: el objeto físico texto, deun constructo teórico, de un producto de la interacción social, o de ambas cosas.

    La noción de ideologíaEsta es una definición difícil, pero ineludible, incluso para quienes solamen-

    te se deciden por describir modos de organización de los textos o tipologías, sinhacer referencia explícita al aspecto ideológico. Es así porque las definiciones más

    generales de ideología la describen como un sistema de creencias y valores com- partidos por un grupo. Es difícil, entonces, interpretar cualquier texto sin tomaren cuenta lo que los actores involucrados piensan o sienten en un contexto ycultura particular.

    La construcción del "sujeto"Este es otro punto que está muy relacionado con lo anterior y con la defini-

    ción de discurso porque, a pesar de que en los análisis generalmente no  se dicecómo se representa a los participantes en la interacción social, es posible inferirvisiones que favorecen a un sujeto o actor social pasivo, afectado o "víctima" deélites dominantes, o activo y dinámico, responsable de sus actos y co-constructorde la sociedad y de las instituciones. Este es un punto polémico que puede discu-tirse desde la dimensión histórica, cognitiva, política, y otras.

    La noción de interacciónCasi todos los analistas hablan de interacción. Así tenemos referencias a la

    interacción entre los niveles de análisis (por ejemplo, gramática, semántica y prag-mática), la interacción entre hablantes, entre lectores y textos, entre escritores y

    lectores, para no seguir mencionando otros usos. Es de gran relevancia no usar eltérmino de manera general porque la decisión sobre qué tipo de interacción seestudiará tiene consecuencias en los modelos de análisis para explicarla. Por ejem-

     plo, no es lo mismo explicar cómo un lector interpreta un texto que cómo un(a)escritor(a) compone un texto, porque se trata de dos tipos de interacción queameritan conceptos de base y métodos específicos (véase Bolívar, 1998).

    La noción de género discursivoEsta es tal vez una de las nociones más estudiadas desde la lingüística en

    análisis del discurso. El analista necesita saber con qué tipos de texto se enfrenta ycómo se organizan. Esta necesidad es evidente porque los textos son la materializa-ción de procesos cognitivos y sociales que quedan estampados en "géneros" o tex-tos relativamente estables, reconocidos institucionalmente. Si usamos una metá-

    fora de contenido, podemos decir que cada ámbito de la esfera humana se llena detextos creados, recreados y transformados por las personas que conforman eseámbito. Por ejemplo, en el ámbito académico, podernos identificar textos como laclase, el seminario, la charla, la ponencia, el artículo de investigación, el ensayo;mientras que en el ámbito político podemos hablar de textos tales como reuniónde gabinete, rendición de cuentas, discurso electoral, alocución presidencial, etc.En todos los casos se debe describir la estructura interna de los textos porque ellarefleja las acciones sociales y culturales que les dan su estructura. También h ay queobtener información lingüística sobre los modos de organización o bases textuales(narración, argumentación, descripción, explicación, diálogo).

    La gramática de baseLos analistas necesitan usar una gramática de base para poder analizar los

    textos, obtener credibilidad, y hacer generalizaciones con base empírica. Hay quetener cuidado con la gramática escogida pues cada gramática se basa en supuestosteóricos sobre como funcionan las lenguas. No es lo mismo una gramática que

     busca universales lingüísticos pensando en hablantes homogéneos, que una gra-mática que busca explicar los significados en distintos contextos, de acuerdo conlo que los hablantes mismos dicen y hacen con los textos. Por eso es importanteseleccionar una gramática que tome en cuenta el lenguaje en contexto de situa-ción y de cultura. La gramática sistémica funcional (Halliday, 1994) es a menudoescogida en diferentes ámbitos (enseñanza de lengua y literatura, traducción, in-teligencia artificial, análisis crítico) porque permite explicar el significado tom an-do en cuenta tres grandes dimensiones: la experiencia del mundo, las relacionesinterpersonales y la organización de los textos. Para algunos autores, esta gramá-tica es esencial en el análisis crítico del discurso, como lo plantea Wodak (2003:7):

    Tanto si los analistas con un enfoque critico prefieren centrarse en las caracte-rísticas microlingüísticas, las macrolingüísticas, las textuales, las discursivas olas contextuales, como si su ángulo de aproximación es fundamentalmentefilosófico, sociológico o histórico, en la mayoría de los estudios  se hace referen-

    cia a la gramática funcional sistémica de Halliday. Esto indica que una com- prensión de las afirmaciones básicas de la gramática de Halliday y de su enfo-que del análisis lingüístico resulta esencial para una adecuada comprensión delACD.

    La selección de una gramática impone una tarea adicional al analista de dis-curso, porque debe aprender a interpretar los textos mediante el uso de categoríaslingüísticas.

    La noción de conocimientoHablamos permanentemente de conocimiento sobre el mundo, sobre mate-

    rias, sobre fenómenos, sobre eventos, sentimientos, etc. Es necesario, entonces,comprender qué significa "conocimiento", cómo se construye en la interacción

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    social, de qué manera los factores sociales, culturales, ideológicos, afectan el co-nocimiento del mundo, y cómo este conocimiento opera en la construcción derealidades en la vida cotidiana, en las instituciones. Todavía más, se necesita saberde qué manera  se usa el conocimiento en la lucha por eI poder, en cualquiercontexto.

    La noción de "crítica"Esta noción necesita un estudio profundo, particularmente en el caso del

    análisis crítico, porque la teoría crítica se manifiesta en las ciencias sociales, dondela lingüística ha hecho aportes importantes con la lingüística crítica (Fowler et al,1979). Por eso, se hace necesario aclarar el término desde una perspectiva inter ymultidisciplinaria. Los estudios críticos, por consiguiente, deberían realizarse engrupos multidisciplinarios de manèra que los lingüistas y los no lingüistas corn-

    partan teorías y métodos para analizar los problemas que se planteen.

    9. ¿CÓMO PROCEDER?

    Esta es la pregunta más frecuente, junto con ¿por dónde debo empezar? Nohay receta posible porque la investigación es biográfica (en el sentido de que cada

     pers ona trae su v isión de m undo , sus propós itos y metas ), pe ro s í es posi ble seña-lar algunos pasos necesarios para iniciar el análisis.

    Plantearse un problema de investigación y, al menos, una pregunta No es suficiente decir "yo quiero analizar el discurso de los medios" o "me

    gustaría estudiar el discurso político venezolano" sino explicitar qué exactamentese quiere estudiar, por qué y para qué. La pregunta es clave para decidir despuéssobre las teorías y los métodos que ayudarán en la investigación. Un estudiante de postgrado en el nivel de maestría puede replicar investigaciones previas o apren-der a aplicar rigurosamente una teoría y un método, pero se espera que tina)estudiante de doctorado haga avances en la teoría y en los métodos.

    Estudiar profundamente una teoría a la vezLa abundancia de teorías y métodos promueve la lectura de muchas pro-

     puestas pero , si un investiga dor o es tudi ante de p ostg rado dese a alc anzar su meta ,debería estudiar una sola a la vez para poder conocerla a fondo y hablar de ellacon autoridad.

    Poner a prueba la teoría y evaluarlaEl siguiente paso es aplicar la teoría estudiada, tal vez no toda pero sí los

    aspectos que sean necesarios para la pregunta de investigación. Como resultado se podrán eval uar las v enta jas y desven taja s de l modelo esco gido . Cua ndo se está enesta etapa, hay que ser paciente y no pasar a otra teoría en la mitad del trabajo

     porque entonces se corre el riesgo de invalidar los resultados. Éste es uno de loserrores que muchos cometen; el análisis mezcla criterios de distintos modelos sinuna argumentación sólida, y el proceso invalida la investigación. Esta confusión puede conducir a análisis no confiables y a que no se concluya la investigación.

    Escribir los resultadosCada vez que se haga un análisis se deben escribir los resultados obtenidos.

     No se puede confiar en la memoria ni en los esquemas que uno guarda. Además, poner en blanco y negro lo ya hecho da una gran satisfacción de progreso y delogro (sobre todo si los resultados se presentan en un congreso, en un seminario,o ante un grupo para quien la investigación es pertinente).

    Pasar a otra teoría

    Después que se ha agotado una teoría, se debe pasar a otra y se reinicia el proceso con nuevas preguntas o preguntas más complejas.

     Aplicar un métod o a la v ezLo mismo que aplica a las teorías sirve para los métodos. No se deben mez-

    clar y confundir. Esto no quiere decir que los analistas no puedan proponer mé-todos sino que, antes de hacerlo, hay que conocer bien los métodos ya existentes.

    Evaluar /escribir los resultadosSe repite el ciclo anterior. Se evalúa el método y se escribe sobre sus ventajas

    y desventajas.

    Pasar a otro métodoSe exploran y aplican tantos métodos como sean necesarios (sin perder de

    vista los objetivos de la investigación).

    No olvidar que el analista del discurso trabaja con textos en contextos

    Este es un requisito fundamental para poder entender las teorías y los méto-dos, porque los textos mismos se encargan de mostrar el mundo que se materiali-za en ellos. El papel del analista, entonces, consiste en hacer la lectura minuciosay rigurosa que arroje la mayor cantidad de significados para poder hacer afirma-ciones con el aval de la evidencia que proviene de los textos (sean orales, escritos,mixtos, gráficos).

    Construir nuevas teorías y proponer métodosSólo entonces, cuando  se ha visto cómo funcionan las teorías y los métodos

    en el análisis del discurso, tanto en la lingüística como en otras disciplinas, podre-mos proponer nuevas teorías y métodos. Ese es nuestro gran reto en AméricaLatina.

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    CONCLUSIONES

    Esta breve introducción en los primeros problemas que enfrentan los inves-tigadores en estudios del discurso nos hace ver que el análisis del discurso va másallá de ser UNA técnica o UN método para estudiar la comunicación humana,

     porque hemos vislumbrado que existe una amplia variedad de teorías y métodosen las ciencias sociales y en la lingüística. En consecuencia, la primera tarea esubicarse en este campo de conocimiento para tener una idea más clara de lo quese quiere hacer, por qué y para qué, porque de otro modo se estarían desconocien-do los avances en esta disciplina y los debates epistemológicos que se dan en suseno (véase Taylor, 2001).

    En esta introducción también se hace evidente el papel central del lenguajeen las investigaciones sobre el discurso porque, aunque los intereses de los filóso-

    fos, psicólogos, sociólogos, comunicadores sociales, historiadores, antropólogos,y otros interesados en la comunicación humana, puedan ser diferentes, ninguno puede pre scind ir de los t extos y del habla para exp licar los prob lemas que estud ia.Es por esta razón que la contribución de los lingüistas se hace fundamental paracomprender e interpretar mejor los problemas sociales, cognitivos y culturales.

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    1. Una introducción multidisciplinaria. Barcelona: Gedisa.

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    Gedisa.

    La teoría de los actos de habla y ladelimitación

    de los usos lingüísticos

    Nancy Núñez

    Universidad Central de Venezuela

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    INTRODUCCIÓN

    Es indiscutible que la teoría del lenguaje ha jugado un papel primordial en laf i l o s o f ía d e l s i g l o X X , l o c u a l s e d e b e , e n g r a n p a r t e , a l a c o m p l e j i d a d y a l a sdiferentes maneras que ella ha adoptado en las diferentes propuestas que hanintentado determinar y dar una explicación¹ sobre qué es el lenguaje, qué quere-mos decir cuando expresamos que una oración o un enunciado es significativo oque tiene un cierto significado; es por ello que se dice que la tarea más importantede la filosofía es el análisis conceptual. También tendríamos que añadir que lasdiferentes tendencias de la lógica, la estética, la sociología, la antropología, lascuales tienen un carácter marcadamente lingüístico, han contribuido a esta rele-vancia del lenguaje, al destacar su importancia como capacidad que define al serhumano y al descubrir correlaciones entre formas de lenguaje e imágenes delmundo; lo mismo pasaría con la ética, que  se ocupa de las formas de lenguaje

     propias de enunciados éticos frente a enunciados descriptivos.De lo anterior se deduce que el estudio filosófico del lenguaje está centrado

    en el concepto de significado, el cual involucra estudiar el problema de las rela-ciones que tendría el lenguaje con la lógica, la realidad y el sujeto hablante. Sinembargo, el concepto de 'significado' ha resultado ser bastante complicado; porlo que muchos lingüistas y filósofos han preferido ignorarlo y se han ocupadomás bien de las palabras, aunque no han podido dejar de ver que los problemasque conlleva el significado son precisamente los problemas básicos de la filosofíadel lenguaje, que se han convertido en la preocupación fundamental del filósofodel lenguaje.

    De allí entonces que la conclusión de que la teoría del lenguaje debía posi-cionarse sólidamente dentro de la filosofía es considerado corno el producto de

    Dentro de la filosofía del lenguaje no pued e hablarse de la teoría del significado; hablarnos de diversas teoríasque intentan definir qué es el significado y específicamente, nos referimos al significado lingüístico, en el cualconfluyen diversas interpretaciones, concepciones y teorías. Es por ello que hablamos de una teoría

    del significado, cuando nos referimos a la de Umberto Eco, por ejemplo; de una teoría conductista , enreferencia a Quine, una teoría verificacionista en Carnap y ocras .

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    investigaciones y reflexiones que permitieron enfocar su atención hacia el lengua- je, como una forma de solventar muchos de los problemas que se habían mante-nido en la filosofía a través de los siglos, puesto que un gran número de estos

     problemas tradicionales estaban íntimamente ligados a cuestiones referentes allenguaje². Dentro de este panorama se vislumbró la posibilidad de disolver estos`problemas filosóficos'³ al girar la atención hacia el lenguaje.

    Por otra parte, también podría decirse que el interés despertado por el estu-dio del lenguaje en los últimos tiempos se debió a razones filosóficas que, más querelacionadas con los problemas del lenguaje, se manifestaron en las actividades delos filósofos, ya que algunos de ellos consideraron que el lenguaje ordinario eradeficiente y, por tanto, no podía considerarse como un instrumento adecuado

     para su función pr imor dial , ese ncia lmen te verba l. Como c onsecuencia , est a aten-ción en el estudio del lenguaje originó dos corrientes: una que consideraba que ellenguaje ordinario o natural era vago, impreciso, ambiguo, por lo cual no podíaconsiderarse apropiado para los intereses filosóficos, y se hacía necesario que secreara un lenguaje artifi cial, ideal, que permitiera, desde su misma estructuraderivar o inferir los hechos relativos básicos a la estructura metafísica de la reali-dad; entre esta corriente estarían las propuestas de Russell y la que sustentabaWittgenstein en el Tractatus (Wittgenstein, 1973); por otra parte, estaban los que pensaban que el lenguaje ordinario era perfectamente adecuado para los propósi-tos filosóficos y que lo que debía explicarse era el por qué de ese rechazo; entre losque defendían esta posición estarían Wittgenstein en las  Inv estig aci ones Filos ófic as(1958), Austin (1962 ), Searle (1971, 1974) y otros. 4

    ²Por ejemplo: En la metafísica , los modos como se producen los problemas que tienen que ver con el lenguaje

    se manifiestan a través de los intentos de algunos filósofos de descubrir algunos de los hechos más profundos

    y generales del mundo, basándose en la consideración de los rasgos m�