para una renovación espiritual

ASOCIACION DE SALESIANOS COOPERADORES

Provincia “María Auxiliadora” de Sevilla

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¡PARA UNA RENOVACIÓN

ESPIRITUAL!

TEMAS FORMATIVOS

ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORES

Provincia “María Auxiliadora”

Consejo Provincial







0. Algunas indicaciones metodológicas.

El tema elaborado tiene por objetivo ayudar a los SSCC y a los aspirantes que lo deseen a profundizar en el estado de su vida espiritual y a partir de este primer

análisis, buscar medios para vivir en sintonía con el Señor y ser contemplativos en la acción, algo tan salesiano.

Para ello el tema se estructura en tres momentos: Oración, “Tomando el pulso a nuestra espiritualidad” y “Para una renovación espiritual”. Está pensado para un mínimo de tres reuniones.

La oración pretende poner nuestro momento de grupo en manos del Señor

para a partir de ella comunicarnos desde la experiencia vital y no desde la cabeza. Propongo una oración pausada, más silenciosa que hablada (no por ello menos comunicativa, si el grupo está realmente unido en el Espíritu), sin

mucho texto que nos distraiga o enganche en el pensamiento. Yo ofrezco una que podéis repetir en las tres reuniones ( “ no el mucho saber harta y satisface,

más el sentir y gustar de las cosas internamente” : San Ignacio) o preparar otras nuevas para las siguientes reuniones.

Después viene un momento de silencio o trabajo personal (que se puede hacer previamente en casa) para cumplimentar un cuestionario “Tomando el pulso

a nuestra espiritualidad” desde la sincera realidad que cada uno vive. Este cuestionario será la excusa para compartir en el grupo como estamos viviendo cada uno de los artículos del PVA relacionados con el tema que nos ocupa, la

espiritualidad, y compartir nuestras vivencias. La elaboración de este documento ha corrido de mi cuenta, la vocal de espiritualidad del consejo

provincial de SSCC, que es la que os escribe estas palabras, Juana Mesa. La fuente del mismo, bastante solvente, el Proyecto de Vida Apostólica de la Asociación de Salesianos Cooperadores.

Finalmente hay un documento para profundizar y llegar a una Renovación

espiritual que habría que rezar primero personalmente preparándolo en casa y después compartir con los hermanos y hermanas. Este documento data del curso 2004- 2005 y su autor es el SDB, Manolo Morilla, delegado durante muchos años

de SSCC y hombre de gran talla espiritual. Fue elaborado para un retiro del centro de la Trinidad y pretendía profundizar en una carencia que la antigua

inspectoría de Sevilla había detectado en sus SSCC y aspirantes: la vida espiritual. Hoy ya provincia María Auxiliadora, y casi diez años después, sigue

teniendo absoluta actualidad .No sé si opinaréis lo mismo después de vuestro “encuentro personal” con él.

Finalmente añadir, que el tema no pretende ser un debate sobre opiniones ni

tiene por objetivo un trabajo puramente reflexivo. Para que realmente cumpla el







objetivo para el que fue diseñado, debemos trabajarlo desde nuestra intimidad, desde nuestro centro, que no está en la cabeza sino “en el ombligo”, como diría un buen amigo mío.

Espero que disfrutéis de él tanto como yo he disfrutado en prepararlo para compartirlo con vosotros y vosotras.

1. ORACIÓN







“Como la mariposa deja atrás la crisálida, pasando de gusano a mariposa…”

Petición

Espíritu Santo concédenos la gracia de disponer nuestro corazón a la escucha de la Palabra.

Tú eres nuestra luz, ilumínanos.

Texto del evangelio (Jn 3, 1-8)

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde

Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque

nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él». Jesús le respondió:

«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios».

Dícele Nicodemo: « ¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez

en el seno de su madre y nacer?». Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no

nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es

carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que

nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni

a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu».

Reflexión ¡Nacer de nuevo! No entra fácilmente en la cabeza. ¿Cómo puede nacer un hombre siendo

viejo? El verdadero encuentro con Jesús transforma la vida de las personas. Acogerlo en

nuestra casa supone una auténtica revolución interior que no deja indiferente y renueva las

pobres expectativas en las que a veces estamos instalados.

¡Nacer de nuevo! ¡Cambiar! Abrir las ventanas de nuestra vida para que entre la brisa del

Espíritu y haga nueva todas las cosas. Jesús, hoy quiere alojarse en tu casa.

Audición







CD: “Lo nuevo ha comenzado” (Nico). Pista 14: “Quiero nacer”

QUIERO NACER DEL AGUA

Y DEL ESPÍRITU SEÑOR

QUIERO BROTAR EN VERDAD

DAME TU PAZ

Y LA LUZ DE TU PALABRA

TRANSFORMA MI MENTE

EN TI QUIERO MORAR.

Silencio

Nos unimos rezando juntos: Ave María.

María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros







2. ¡TOMANDO EL PULSO A NUESTRA ESPIRITUALIDAD!

Ahora que tan de moda están los test para saber de todo (¿vas a la moda?, ¿eres

una mujer o un hombre seductor?, ¿sirves para ser líder de una empresa?...) vamos a ser un poco “marujones y marujonas”.

Hemos elaborado un test dentro de la Asociación de SSCC para valorar como

andamos de espiritualidad. Los items, como buenos científicos, han sido extraídos de una fuente solvente, ni más ni menos que nuestro PVA. Se te pide sinceridad pues ya es bien conocido el truco de contestar lo socialmente deseable

para obtener más nota. No me seas pillín ni pillina y contesta la verdad. Cada pregunta tiene distintas opciones posibles. Marca aquella que responda

más a tu realidad. ¡Empezamos ya!

1. Alimento mi espiritualidad en el compromiso apostólico y en la oración. a) Con el compromiso apostólico es suficiente ¡vale más estar

con la juventud que tanto rezar! b) Intento equilibrar y buscar momentos tanto para la oración

como para el compromiso.

c) No tengo tiempo o fuerzas para el compromiso concreto por lo que rezo por la juventud que es lo único que puedo

hacer. d) Tengo un corazón ardiente que sostengo en la oración y me

hace comprometerme ¡no puedo quedarme con los brazos

cruzados ante tanta necesidad!

2. Me siento cooperador o cooperadora de Dios en la realización de su proyecto de salvación para toda la humanidad:

a) Dios es el verdadero protagonista de mi misión. Sin Él nada

puedo. b) Realizo la misión con generosidad pero la verdad es que

confío más en mis fuerzas y mis proyectos que en los del Señor.

c) ¿Qué es eso de cooperar? Teóricamente me lo han

explicado pero mis proyectos y compromisos son estupendos, ¿por qué no van a agradarle a Dios?

http://www.emezeta.com/












3. Acudo a María, Auxiliadora y Madre del Buen Pastor: a) Sé que debo acudir pero no me sale. b) Es un pilar en mi vida y en mi oración.

c) Participo en la Eucaristía de los 24 y en la novena, como prioridad y difundo esta advocación porque experimento en

mi vida que es mi auxilio. d) Habitualmente, no la tengo presente.

4. Conozco a San Francisco de Sales y su humanismo cristiano: a) Conozco su humanismo y los motivos por los que Don Bosco

lo eligió para que llevase su nombre la congregación. Me entusiasma sus opciones.

b) No conozco bien a este santo. Debería de leer algo.

c) No tiene para mí realmente ningún interés conocer nada de él pues mi vocación de Cooperador o Cooperadora no se

basa en eso.

5. Intento ser amable, abierto, cordial, alegre, dispuesto siempre a dar el

primer paso y a buscar el diálogo y el encuentro con los demás: a) ¡Qué fantástico sería ser así! Pero para eso me tiene que

conceder un genio ese deseo. b) Cada día al levantarme me lo propongo y le pido al Señor

que me ayude en mi propósito.

c) Soy así con los más cercanos, aunque me cuesta con los más alejados.

d) Intento que me salga aunque no es un propósito clave en mi vida.

6. Acudo a las fuentes espirituales que la Iglesia, la Asociación y la Familia Salesiana me ofrecen:

a) Estas fuentes me ayudan frente a una vida de prisas en la que es difícil encontrar lugar para el Señor.

b) No sé como me las apaño pero siempre surge algo ineludible que me impide aprovechar con regularidad esas fuentes.

c) Las aprovecho y son para mí un recurso valioso para mantener mi espiritualidad.

d) Yo ya tengo mis propios recursos y son igual de valiosos que los que la Asociación y la Familia Salesiana me ofrece.

7. Robustezco mi fe a través de mi experiencia sacramental acudiendo frecuentemente a la Eucaristía y participando habitualmente en el

sacramento de la Reconciliación. a) Participo en la Eucaristía todos los domingos y en el

sacramento de la Reconciliación cuando la situación me lo

pone fácil, como en los Ejercicios.







b) Voy a la Eucaristía y me confieso, cuando puedo, pues la vida de un laico es complicada y apenas hay tiempo en el día ni tan siquiera para rezar.

c) He descubierto la presencia viva y vivificante del Señor en estos sacramentos y no puedo pasar sin ellos. Busco

momentos frecuentes para encontrarme con el Señor en la Eucaristía y para experimentar su misericordia.

d) Voy a la eucaristía solo los domingos que puedo y participo

poco del sacramento de la reconciliación. Estoy en momento de baja.

8. Acudo a San Juan Bosco como intercesor ante el Señor y modelo

concreto de vida por el que he hecho o voy a hacer opción:

a) Me siento seguidor o seguidora suyo aunque no acuda a él en mi oración ni participe en sus fiestas.

b) Reconozco en Don Bosco un gran creyente al que seguir pero la verdad es que se pasan los meses y ni me acuerdo de él a no ser que vea una estampita.

c) Me acerco a la lectura de libros sobre su vida y opciones, participo en su triduo y le pido que interceda por mí ante

Dios, sobre todo en mis opciones apostólicas.

9. Conozco y venero a Sta María Mazzarello, Mamá Margarita y la beata

Alejandrina María da Costa: a) ¿Quién es esa beata? Y la verdad es que de Mamá Margarita

y María Mazzarello se más de oídas que por otra cosa. b) Son modelos en mi vida a seguir y en los que apoyarme. c) No conozco mucho sobre estas tres mujeres pero sé que

pueden ser referentes vocacionales importantes para mi vida. ¡Debería acercarme más a sus vidas!

10. “Estoy al loro” de los signos de los tiempos para dar una respuesta

adaptada y adecuada a los jóvenes de hoy: a) Soy una persona actualizada y preocupada por mi formación

que sabe en que mundo está viviendo.

b) La verdad es que me cuesta encontrar tiempo para leer un periódico, un informe sobre la juventud o hacer un cursillo

para reciclarme y disponer de instrumentos actualizados para realizar mi misión educadora y catequética al ritmo de los tiempos.

c) Aunque no esté muy puesta tengo buenas intuiciones y creo que con esto puede ser suficiente.

d) Me preocupo, de vez en cuando, por mi formación







11. Descubro a Dios en la realidad concreta de mi vida y a Cristo en los hermanos y hermanas y mantengo una adecuada vida interior mediante el diálogo diario con el Señor y la lectio divina.

a) Aunque no tengo tiempo para encontrarme con el Señor todos los días desde su Palabra, al menos intento

descubrirlo en mi vida diaria. b) Al ritmo que llevamos, ¿quién puede descubrir nada? De vez

en cuando, si se hace muy evidente, lo veo.

c) Descubro su presencia diaria en mi vida y valoro y priorizo los momentos de oración personal cada día.

d) Me acerco diariamente a la Palabra y solicito al Espíritu la gracia de disponer mi corazón a su escucha.

12. Participo en los Ejercicios Espirituales anuales cada año y en los momentos de retiro propuestos por la Asociación:

a) Creo que hace dos años que no voy de Ejercicios. ¡La verdad es que no lo recuerdo bien!

b) Son una prioridad cada año en mi vida.

c) Voy siempre que puedo y mis compromisos diarios me lo permiten.

13.Celebro y participo de las fiestas de la tradición salesiana:

a) Participo con frecuencia y me siento parte de la Familia

Salesiana. b) No me va demasiado el “folclore”. Tampoco creo que sea

este elemento tan importante para mi espiritualidad. c) Voy cuando puedo y me siento feliz en este tipo de

ambiente.

14.Tengo director o directora espiritual preferentemente salesiano o

salesiana, laico o religioso: a) Me lo planteo algunas veces pero no consigo encontrar la

persona adecuada o le “doy largas” porque no lo veo del todo claro.

b) Ya soy mayorcito para acompañamientos. ¡Estoy en el

momento de acompañar y no de ser acompañada! c) Tengo acompañante espiritual desde hace tiempo.

d) No lo tengo pero se que sería positivo para mi tenerlo. Fuente: Proyecto de Vida Apostólica. Asociación de Salesianos Cooperadores.

Elaboración del cuestionario: Juana Mesa de la Torre (SS.CC, vocal de espiritualidad.)







3. Profundizando en el tema…

PARA UNA RENOVACIÓN ESPIRITUAL

Quiero recordar tres referencias que nos sirvan de llamada y de introducción, de marco en el que se insertan estas palabras.

“Redescubrir la necesidad de una vida profunda como camino de santidad, cuidando especialmente la dirección espiritual, la vida de oración y sacramental y

los retiros y EE.EE”. (Objetivos Inspectoriales 2004-05)

La Asociación de Cooperadores –dice Don Bosco– “está hecha para despertar a muchos cristianos de la languidez en que yacen y difundir la energía de la caridad”. Elegir este Reglamento de Vida Apostólica es encontrar una forma

evangélica de realizarse a sí mismo, emprendiendo un camino que conduce a la santidad. (RVA 50)

El Ángel de la Iglesia de Sardes escribe así: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tus obras; nominalmente vives,

pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado obras tuyas acabadas a los ojos de Dios. Recuerda,

por tanto, lo que oíste y aun mantienes, haz caso y enmiéndate. (Ap. 3,1-3) ¿Porqué estas tres insistencias como recordatorio? Porque creo que existe es una

cierta “atonía”, un bajo ritmo peligroso, cuando se convierte en norma habitual. Todos experimentamos dificultades para vivir gozosamente nuestra vocación

cristiana y salesiana, como seglares. Podemos interrogarnos por algunos de sus signos, después por sus causas, y finalizaremos con algunas propuestas. Estos signos no describen todo el panorama, ciertamente, ni se da de modo

general. Son algunas pinceladas gruesas que se da en algunos y que pueden ir dándose progresivamente; y hay que estar atentos.

1. Signos de una “atonía”

La sensación personal de descontento y desconcierto

Nos alimentamos de realidades de años atrás, de expresiones de nuestra vida de

fe similares a las que hace años vivía. Tengo la sensación continua de que los pasos adelante son los que di hace tiempo (en opción por Jesucristo, en entusiasmo salesiano, en oración, en proyecto de vida…). Y que alguna alforja se

ha quedado en el camino sin saber dónde ni cómo la perdí.







El abundante número de hermanos en “stanbay”

Ni son ni dejan de ser; ni andan hacia delante, ni quieren retroceder... Como si se estuviera mirando el horizonte para encontrar el norte. Hermanos desnortados

que a veces dejan la asociación, pero las más siguen tirando. Aumento de estructura y disminución de carisma

Una parte sustantiva de nuestros esfuerzos comunitarios tienen que ver con

elementos “estructurales”, organizativos, mediaciones... ¿Al servicio de qué? Hablamos menos de los jóvenes, del Señor Jesús, de nuestro espíritu, de nuestras ilusiones, luchas, vivencias, horizontes..., en esto invertimos quizás

mucho menos. Las mediaciones nunca son lo primero.

Buenos profesionales, peores vocacionados La mayor parte somos profesionales que ejercen con calidad; buena formación,

realizaciones preparadas, fidelidad a los ritmos, agilidad en las respuestas. Vocacionalmente ejercemos peor, la formación no continúa, nuestros momentos

no se preparan bien, fallamos demasiado, y nos falta agilidad y reflexión para tener respuestas personales y comunitarias ante las circunstancias nuevas de nuestra vida y del mundo.

Una vida cristiana “manifiestamente mejorable”

Testimonio de fe, servicio apostólico, celebración de la Eucaristía y reconciliación, presencia entre los jóvenes, preocupación por la formación, encuentro personal

con Dios en la oración, cercanía y alimentación de la Palabra, proyecto de vida, acompañamiento personal... Hay hermanos infieles a lo más elemental, con

necesidad quizás de una conversión al evangelio de Jesús. Y tan tranquilos. Opciones cristiana de base son realidades previas a la vocación salesiana.

Alejamiento de los jóvenes, olvido del Proyecto personal de vida, dejadez del acompañamiento....

2. Algunas posibles causas

Empezaremos reflexionando sobre cuáles son algunas de las causas que hacen que encontremos dificultades en nuestra relación con Dios, y por eso, con

nuestra vocación.

Nos influye el contexto sociocultural







Vivimos en una sociedad secularizada donde Dios no es ni evidente ni relevante. Tampoco se percibe como la causa ni la consecuencia de nada de lo que ocurre, aunque nuestra historia venga de un mundo en donde la referencia a Dios era

clara. Hoy, sin embargo, vemos como las realidades humanas y sociales se organizan independientemente de Dios y se valora en gran medida la técnica, la

eficacia y el consumo. Cuando nos relacionarnos con nuestros amigos no creyentes vivimos con

dificultad nuestra expresión religiosa. Nos sentimos diferentes, anticuados, y no nos parece prudente decir aquello que llevamos dentro por miedo a no ser

comprendidos. Esto se nos contagia y vivimos como "si Dios no existiera". Y sin embargo es ese el mundo en el que nos ha tocado vivir. Desde él debemos

y podemos decir que creemos en Jesús resucitado. La vida cristiana no es, por lo tanto, colocarse fuera de nuestro mundo real, sino en medio de él.

El contexto en el que vivimos, ciudadano y secular, nos recuerda que el cristianismo nació y se desarrolló en un ambiente indiferente y a veces hostil. Y

que muchas comunidades cristianas crecieron en ciudades prósperas económica y culturalmente como Antioquía, Corinto, o Roma.

Nuestro ritmo y estilo de vida

Somos hijos de nuestro tiempo: eficaces, rápidos, poco gratuitos y con un pobre sentido de trascendencia. Cuando uno empieza a orar se acuerda de la cantidad

de cosas que tiene que hacer y cuando hace cosas le vienen ganas de orar. Nuestro ritmo apresurado y acelerado aparta, sin darnos cuenta, las referencias a la gratuidad, queremos controlar incluso a las personas con las que los

relacionamos.

Sin embargo no podemos olvidar que lo que nos acerca al Dios de Jesús no es una vida tranquila y plácida sin más. Porque lo que importa es saber que nuestra

existencia como creyentes se basa en una relación de amor que se expresa de maneras diversas. No se trata, pues, de hacer una experiencia de balneario espiritual sino de un intercambio de amor y por lo tanto querer agradar a Aquel

que nos ama.

Otras dificultades nacen de la circunstancias de tiempo, es decir que tenemos la agenda llena de actividades en el trabajo y en casa. Nuestras reuniones están llenas de “ruidos” de personas, de objetos. Las hacemos a veces rápidas y mal,

sin preparación. Y lo mismo otras realidades: oración, misión apostólica...

Una vida cristiana "a mínimos" El seguimiento de Jesús no es fácil ya que pide una respuesta total al partir de

una donación total. Por eso una fe vivida a mínimos no llena la vida ni es un







testimonio para nadie. A veces me dejo llevar por una vida fácil y cómoda y otras, en cambio, quiero seguir a Jesús cayendo en la trampa de "hacer cosas" sin que mi acción aumente la confianza en Aquel que la inspira. Y así se va

trazando un camino de mínimos de ternura, de amor y sobretodo de confianza en los demás y en Dios.

Al no cuidar mi vida cristiana, ésta se llena de polvo y se va pareciendo a un mueble que hace tiempo que no se limpia, que va envejeciendo y no deja

aparecer el "hombre nuevo”. Entonces Dios se va haciendo pequeño y se va convirtiendo en un objeto más para mi consumo personal.

Vivir como si existiera la generación espontánea

La vida cristiana es un estado de apertura a Dios. Pero se necesita método, constancia. Si no se avanza se retrocede. Muchos hemos caminado como si las

actitudes, las opciones, los ritmos vitales nucleares, se produjeran por sí mismos. El seguimiento de Jesús se convierte en referencia distante y difusa, se pierden ritmos de oración, de celebración, la reconciliación se prolonga en el

tiempo, la formación se resiente...

Una vocación no cultivada Las grandes opciones de la vida –la vocación salesiana lo es- se debilitan y se

pierden los horizontes si no crece y se alimenta. Hay un problema vocacional detrás de muchos hermanos: entiendo la vocación como respuesta desde el

centro de mi ser a Dios; no es algo marginal, una realidad más, sino la realidad desde la que me entiendo y configuro mi vida. Si esta realidad vocacional no se recupera, todo lo demás es imposible. Tras el problema de algunos centros hay

un problema vocacional previo. Y tras el problema de la escasez vocacional de algunos centros hay una situación vocacional de los hermanos. Nos decía el

Rector Mayor (Mayo 2004): “Si estoy enamorado de mi vocación no puedo no darla, no puedo no proponerla, no puedo no atraer, soy tan feliz que quisiera que

otros igualmente lo fueran”

3. ACTITUDES Y ELEMENTOS A CULTIVAR

Aceptar la vida Es importante aceptar la vida con sus limitaciones y sus posibilidades, con sus

luces y sus sombras. Aceptar la vida quiere decir asumir aquello que no podemos cambiar de nosotros mismos: edad, temperamento, estado de vida, salud y un

sin fin de limitaciones que nos constituyen haciendo que seamos nosotros mismos. A la vez supone conocer nuestras potencialidades, valores y talentos que en definitiva son un don recibido para ponerlo al servicio de los demás, es







decir de Dios. Y desde ahí situarnos para encarnar nuestra vocación en esas coordenadas, aprovechando lo mejor.

Desde esa realidad me sitúo y me planteo vivir mi vocación; aceptando los riesgos y tendencias ante las que estar atento, y las nuevas posibilidades que se

me ofrecen. ¿Cómo vivir desde Dios? ¿Qué me pide en esta situación? ¿Cómo seguir aquí y ahora a Jesucristo? ¿Cómo “sentir” a los jóvenes? ¿Cómo vivir la secularidad sin que sea un obstáculo?

Recuperar o vivir desde un Proyecto personal de vida

Ha sido para muchos CCSS elemento clave para caminar, para crecer. Recuperarlo, iniciarlo es importante en estos momentos:

- Porque la vida de cada uno de nosotros es un proyecto en camino y el proyecto

personal es un acto de discernimiento de este camino. Queremos descubrir el designio de Dios respecto a uno mismo para adherirse a él, con la convicción de que sólo siguiéndolo se logrará la propia realización plena y la felicidad.

- El proyecto proporciona un sentido y un valor a todos los elementos – las

actividades, las relaciones, las experiencias, las actitudes, las energías – que forman parte de nuestra existencia cotidiana, y no permite que esta se rompa en pedazos y, sobre todo, que se deje arrastrar por la corriente.

- Estando orientada hacia una meta, la vida se vuelve más unificada. Es un

hecho que conforme se va avanzando en edad, pasando de una fase de formación a otra, asumiendo nuevos roles y responsabilidades, estamos haciendo siempre nuevas experiencias – agradables o tristes – que requieren el ser

integradas bien en una nueva síntesis de nuestra vida. Cada nueva situación en que se encuentra la persona requiere un repensar y un nuevo planteamiento de

su vida. El proyecto personal es precisamente ese instrumento de unificación.

- La experiencia nos enseña que hacer el proyecto es el modo más eficaz para realizar el cambio en la propia vida, porque el proyecto crea desde dentro una dinámica de cambio de vida: la clarificación y revitalización de la propia

identidad se convierte en el motor del progreso y desarrollo en la propia vida.

Primar las experiencias de fondo de vida cristiana Ser cooperadores de Dios, de Cristo, para contribuir a la salvación de los

jóvenes, es decir, en el fondo, para llevarles al conocimiento y a la adhesión a Jesús Salvador, ¿cómo va a ser posible sin apoyarse en su presencia y sin recibir

de Él en cada momento ese Espíritu Santo de luz y de amor sin el que se es incapaz de hacer apostolado?

Palabra, oración y sacramentos de los que Don Bosco veía asegurada la







fecundidad, de un modo especial cuando se toman juntos en el indispensable retiro mensual. Alimentada de este modo, la fe del Cooperador le permite vivir en medio del mundo como verdadero creyente.

No olvidar privilegiar la asistencia a los EEEE que ofrece la Asociación para tomar el pulso a mi vida espiritual, al menos una vez al año, como prioridad en

mi vida. Dejarse acompañar

El acompañamiento personal, sobre todo en momentos de formación inicial, y

convertirlo en dinámica habitual de la vida cristiana, es una experiencia vagamente presente entre los SSCC.

Y es importante por muchos motivos que todos podemos comprender: contraste, ayuda, orientación, guía.

Vivir desde la comunidad de CCSS

La vida comunitaria no es opción del ser Cooperador, es previa, es de vida cristiana: llamados, como cristianos, a vivir en comunidad, en la diversidad

de formas y estilos en que se configura. Lo comunitario no nos viene de la vocación salesiana, es anterior; conviene no olvidarlo. Nosotros somos: cristianos, seglares, movimiento apostólico juvenil y popular, carisma salesiano.

Esos son los mimbres que a mi modo de ver deben constituir la experiencia comunitaria de los SSCC. La plasmación puede ser diversa.

Como seglares no podemos obviar compromisos y circunstancias profesionales, familiares, etc. La estructura debe estar llamada a ser de una flexibilidad grande,

sin que vaya en detrimento de una experiencia seria: ¿cómo hacerlo? Creo que cuando sea factible, el ritmo de los signos y encuentros de comunión pueden ser

amplios y continuos; otras veces deben estar centrados en momentos fundamentales, aunque no puedan ser muchos.

Más allá de los estilos, modelos, búsquedas..., hay cosas que podemos hacer por sensibilidad comunitaria. Detrás de la palabra “comunidad”, como la del

matrimonio, hay vida cotidiana de cercanía, detalles en que se expresan las grandes palabras... Cuidar esos detalles es vital para que lo comunitario se

exprese. ¿Cuáles sería algunos de esos detalles que nos ayudarían a vivir la comunidad y a potenciar nuestra vida de CCSS?

- La preparación adecuada y con esmero de nuestros encuentros comunitarios

(grupos, centro...), como signo de fidelidad, de cercanía de corresponsabilidad.







- Ayudar a orar como merecen los hermanos CCSS cada vez que es mi responsabilidad.

- Mantener la fidelidad a nuestros reuniones, porque los hermanos me

necesitan y yo los necesito. - Vivir mis compromisos formativos y enriquecer al grupo con mis aportaciones.

- Cuidar los detalles de familiaridad, etc.

Fuente: Documento elaborado por Manuel Martínez Morilla (SDB) para un Retiro del centro de SSCC de la Trinidad, del año 2004- 2005.

PARA COMPARTIR:

¿Qué partes del texto han resonado más en ti cuando lo leías?

¿Qué puntos o aspectos te cuestionan más a nivel personal en este momento de tu vida?

¿Qué cambios crees que debes introducir en tu vida para que tu

espiritualidad y el seguimiento de Jesús sea más auténtico?

PISTA COMO PROPUESTA PARA EL DIÁLOGO:

Os invitaría a qué en esta ocasión el dialogo no girará sobre la asociación,

ni sobre tu centro, ni sobre los SSCC, sino sobre ti. Para eso nos puede ayudar utilizar la primera persona: a mí me pasa, yo me he visto

interpelado, tengo que cambiar en mi vida, me comprometo a…

para una renovación espiritual

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