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ReaccionaComprometidos con el medio ambiente
Boletín ambiental
Editorial
Conocidos comúnmente como fenómenos meteorológicos, los eventos climáticos son parte de la naturaleza de la Tierra. En este número de tu boletín ambiental Reacciona conocerás sobre algunos de estos fenómenos y su relación con el cambio climático.
Año 5 No. 3
EvEntos climatológicos
Para estar enterado
Climas extremos: llegaron para quedarse
Naturalmente los eventos meteorológicos embaten, año con año, a nuestro planeta. Sin embargo, lluvias torrenciales, sequías, tornados, huracanes, olas de calor y nevadas son cada vez más frecuentes y de mayor fuerza o duración. ¿Qué le está pasando al clima?
Pocos son los que aún niegan la existencia del cambio climático, no obstante, la duda que prevalece es si eventos climáticos en el corto plazo (como son los meteorológicos extremos) pueden relacionarse como causa-efecto de un fenómeno tan complejo y, en el fondo, de consecuencias a largo plazo como es el calentamiento global. Científicos, como el Dr. Mario Molina ganador del premio Nobel, opinan que está claro que hay correlación entre calentamiento global y mayor presencia de episodios extremos, pero el establecer una relación causa-efecto aún es difícil.
En el planeta existen zonas vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo los eventos extremos propiciados por ese fenómeno, pero se considera que la repercusión será mayor en los países en vías de desarrollo, como México, debido a que no se tiene acceso a la tecnología y a recursos financieros, además de la falta de personal capacitado, para enfrentar las consecuencias del cambio climático.
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Boletín ambiental
Aunque el grado de vulnerabilidad cambia según el lugar geográfico, condiciones sociales, económicas y ambientales, debemos considerar que el riesgo es mayor cuando no se cuenta con las capacidades para hacer frente a estas amenazas. Por lo tanto debemos atender el Principio de precaución, que estableció la Declaración de Rio en 1992, el cual es muy simple: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”.
Si aplicáramos este principio siempre, sería más lo que se ganaría que lo que se perdería. Actuar o no, esa es la cuestión, ¿o nos sentamos a esperar?
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Noticias ambientales
¡Tornado! ¿En México?
Creemos que los tornados forman parte del paisaje cotidiano de lugares como Kansas, Nebraska u Oklahoma; ya que, en Estados Unidos se encuentran las mejores condiciones de relieve y de clima para la formación de estos fenómenos meteorológicos. Sin embargo…
El pasado 25 de mayo de 2015, un inusual tornado azotó Ciudad Acuña, Coahuila, localidad ubicada a 500 km de Saltillo y fronteriza con Texas, dejando un saldo de 13 personas muertas, 88 heridos, cientos de damnificados y 750 viviendas afectadas.
Este fenómeno sorprendió a ciudadanos y autoridades, ya que a pesar de ser comunes en el territorio nacional (sobre todo en el norte y centro del país) difícilmente tienen la fuerza destructiva de los que se generan en los Estados Unidos.
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Tornados y calentamiento global
Un nuevo estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, sugiere que el calentamiento global ayuda a crear las condiciones atmosféricas propicias para la generación de tormentas y tornados en el sur de los Estados Unidos y norte de México. Estos hallazgos se basan en el más completo trabajo de modelado y predicciones por computadora realizado hasta la fecha de los dos componentes atmosféricos principales que los científicos piensan que contribuyen a la formación de tornados.
Estas simulaciones coincidieron en que el continuo calentamiento global conducirá a un aumento de días de tornados en grandes zonas del este de Estados Unidos y norte de México durante la primavera, invierno y otoño. Los cambios implican que para la primavera, las tormentas y tornados severos podrían aumentar hasta en un 40 por ciento durante los próximos 20 años, dijo Diffenbaugh, director del proyecto de investigación.
¿Se puede repetir el tornado de Ciudad Acuña en otra localidad de México por efectos del
calentamiento global?
Tomando en cuenta los resultados del estudio reportado, la respuesta es sí. El tornado de Ciudad Acuña es una muestra de que estos fenómenos meteorológicos son una realidad en nuestro país. Debemos de estar preparados para tomar las medidas adecuadas, tanto para reducir los daños o ayudar a las víctimas como para disminuir la temperatura del planeta y así evitar que estos fenómenos se vuelvan comunes y aumenten de intensidad.
Saber convivir
La gran promesa de un progreso ilimitado basada en la explotación irracional de los recursos naturales (promesa de dominar la naturaleza, de abundancia material, de la mayor felicidad para el mayor número de personas y de libertad personal sin amenazas) ha sostenido la esperanza y la fe de la gente desde el inicio de la época industrial. Desde luego, nuestra civilización empezó cuando la especie humana comenzó a "dominar" la naturaleza en forma activa; pero ese dominio fue limitado hasta la llegada de la época industrial.
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El progreso industrial, que sustituyó la energía animal y la humana por la energía mecánica y después por la nuclear, y que sustituye la mente humana por la computadora, nos hizo creer que nos encontrábamos a punto de lograr una producción ilimitada y, por consiguiente, un consumo ilimitado; que la técnica nos haría omnipotentes; que la ciencia nos volvería.
Estábamos en camino de volvernos dioses, seres supremos que podríamos crear un segundo mundo, usando el mundo natural tan sólo como bloques de construcción para nuestra nueva creación.
Sin embargo, con esta dinámica de crecimiento literalmente ¡Nos estamos acabando el mundo! La vida y el funcionamiento de nuestra economía y sociedad no son posibles sin el uso constante de los recursos naturales, los cuales tomamos en forma de materiales, energía y agua.
Es la naturaleza la que nos provee de los recursos necesarios para poder vivir: energía para generar calor, electricidad y movilidad; madera para los muebles y productos de papel; algodón para la ropa; materiales de construcción para nuestras carreteras y casas; alimentos y agua para una dieta sana.
El rápido crecimiento en el consumo de estos recursos por parte de la humanidad está causando daños considerables, entre ellos las condiciones climáticas del planeta, en pocas palabras: nuestro clima está cambiando como consecuencia de las actividades humanas.
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Las consecuencias empiezan a ser devastadoras. Debido al aumento de la temperatura en nuestro planeta cada año se pierden millones de toneladas de cosechas y cabezas de ganado por inundaciones y sequías. Miles de persona mueren y millones pierden sus casas o se ven en la necesidad de desplazarse a causa de estos fenómenos. La destrucción de bosques, selvas y demás áreas naturales junto con la quema de combustibles fósiles disminuye las posibilidades de que dispongamos de un lugar sano donde vivir. La destrucción de los suelos por las inundaciones y las sequías reduce drásticamente la producción de alimentos.
Es necesario detener este fenómeno, ya que si no se logra, se estima que para el año 2050, en todo el mundo, sufrirán de hambre cerca de 20 millones de niños a consecuencia de la pérdida de cultivos. Para el año 2080 la tercera parte de los animales y la mitad de las plantas habrán perdido más del 50% de su distribución natural. El aumento de la temperatura ocasiona la acidificación de los océanos y debido a ello la pesca disminuirá en un 50%. Aunque pareciera contradictorio por el incremento de las lluvias torrenciales y las inundaciones, las regiones secas, serán más secas y las regiones húmedas sufrirán la pérdida de sus recursos debido a las inundaciones.
Para que sigamos prosperando en este planeta, nuestro estilo de vida tiene que volverse más sostenible con el fin de poder proteger nuestra base de recursos naturales y los frágiles ecosistemas. Un requisito indispensable para la supervivencia de la civilización es mantener las condiciones climáticas estables. El reto es muy grande, pero aún tenemos posibilidades de lograrlo, cada uno de nosotros tiene algo que aportar. ¡Llego el momento de actuar!
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Dato curioso
Sabías que ¿Los ciclones son enormes máquinas térmicas que enfrían las aguas oceánicas?
Un ciclón o huracán es un gran sistema de nubes en rotación, viento y tormentas, y su fuente de energía es el agua cálida. Los ciclones o huracanes producen vientos, oleaje intenso y lluvias torrenciales. Estos sistemas se forman entre los trópicos donde las aguas oceánicas son más calientes.
Uno de los efectos del calentamiento global es el aumento en la temperatura de los océanos; como consecuencia de ello, la formación de ciclones o huracanes se vuelve más frecuente, aumenta su fuerza y cada vez se forman en latitudes mayores. Las consecuencias son lluvias torrenciales, inundaciones, desplazamientos de tierra, los cuales ocasionan pérdidas humanas, destrucción de carreteras, edificios, destrucción de cosechas completas y la muerte de ganado.
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La formación de ciclones se inicia cuando la temperatura de la superficie del agua alcanza los 26°C. El vapor de agua se eleva provocando zonas de baja presión atmosférica, y al disminuir la presión atmosférica se condensa liberando energía en forma de calor. Los vientos de la región circundante fluyen e incrementan el ascenso del aire caliente y húmedo del vapor de agua. Una vez que inician las corrientes de aire ascendente, a través del centro del huracán aumenta la entrada de aire en la parte inferior expulsándolo en su parte superior. La forma característica de remolino se debe a la rotación de la Tierra que genera un fenómeno conocido como efecto de Coriolis.
Este proceso da como resultado el transporte de energía entre la superficie de los océanos y las capas superiores de la atmósfera. La energía en forma de calor fluye de abajo hacia arriba generando trabajo mecánico al hacer circular grandes masas de aire. Desafortunadamente todo esto se traduce en el hecho de que si seguimos aumentando la temperatura de la superficie de la tierra y de los océanos los huracanes cada vez serán más violentos, más frecuentes y en más partes del planeta, ocasionando miles de muertes y pérdidas materiales millonarias.
Para comprender mejor los daños que ocasionan estos fenómenos podemos recordar algunos de ellos y el impacto que han tenido:
Año Nombre Lugar Rapidéz de los vientos
Víctimas mortales
Daños materiales
1780 El Gran Huracán o
huracán San Calixto II
Mar caribe, cerca de
Cabo Verde
320 km/h 27000 Se desconocen
1900 Huracán Galveston
Texas USA 217 km/h 8000 Se desconocen
1969 Huracán Camille
Mississippi USA 320 km/h 259 1,420 millones de dólares
1970 Ciclón Bhola Bangladesh Se desconoce 500000 185 millones de dólares
1988 Huracán Gilbert
Mar caribe y Golfo de
México
240 km/h 341 5.5 billones de dólares
2005 Huracán Katrina
Luisiana y Mississippi USA
280 km/h 1836 108,000 millones de
dólares
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Consejos ambientales
Nuestro país está en constante amenaza de huracanes o ciclones. Te presentamos algunos puntos que deberás tomar en cuenta en caso de que en algún momento te encuentres en una situación por este tipo de alerta.
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Recomendaciones
• Descubre cómo ha cambiado la cuenca del río Coatzacoalcos.http://www.eambiental.org/biolmeca/educacion/mapa.html
• Este video descubre como se vive en un planeta sin agua. https://www.youtube.com/watch?v=HaX0p5IgDXY
• Descarga veste libro sobre la sequía en ele estado de Nuevo León.http://www.agua.org.mx/index.php/biblioteca-tematica/hidrometeorologia/sequias/22719-sequia-en-nuevo-leon-vulnerabilidad-impactos-y-estrategias-de-mitigacion
• Un mapamundi interactivo muestra las inundaciones del cambio climático (solo en inglés).http://sealevel.climatecentral.org/
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* Buzón de preguntas ambientales
¿Por qué el huracán Patricia no causó tantos daños como se había pronosticado?
Especialistas indican que el huracán Patricia no dejó daños graves en México debido a que los vientos de la tormenta permanecieron confinados.
El huracán Patricia que tocó tierras mexicanas, el pasado viernes 23 de octubre como categoría 5, la máxima categoría en la escala de Saffir-Simpson, aparentemente no causó víctimas ni daños graves al adentrarse al país donde comenzó a perder fuerza.
Los especialistas explicaron que la falta de destrucción se debió en gran parte a que los vientos de 325 kilómetros por hora de la tormenta permanecieron confinados en un área pequeña y golpearon una región relativamente despoblada.
Patricia se formó el martes como tormenta tropical y en 30 horas ya era huracán categoría 5, lo que tomó a muchos por sorpresa por su veloz evolución, al convertirse en el huracán más potente jamás documentado en el continente americano.
Sin embargo, la devastación de los huracanes
a menudo se debe más a una combinación de circunstancias desafortunadas en lugar de la magnitud de la tormenta.
En el caso del huracán Patricia, el terreno montañoso debilitó rápidamente el sistema. El fenómeno se estrelló contra las montañas, lo cual frenó completamente su circulación.
Asimismo, la tormenta se movía lo suficientemente rápido cuando tocó tierra que los aguaceros no se concentraron en un determinado lugar como para causar las devastadoras inundaciones que hemos visto en anteriores huracanes en México.
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Al mismo tiempo, el mecanismo de alerta funcionó para limitar las pérdidas humanas. El Gobierno de México, mediante su Sistema de Alerta Temprana por Ciclón Tropical, emitió alerta roja continua para los estados de Colima, Jalisco y Nayarit por lo que la población tuvo que permanecer en su hogar o refugio hasta que las autoridades determinarán que el peligro terminó.
Sin embargo, de acuerdo a los reportes de daños dados por autoridades mexicanas alrededor de 10 mil personas resultaron afectadas y entre 3 mil y 3 mil 500 viviendas resultaron afectadas parcial o totalmente por el meteoro. Además, 12 mil 500 hectáreas agrícolas fueron destruidas, principalmente de plátano, papaya y mango.