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  • LAS LITES DE LA CIUDAD DE MEDELLN,UNA VISIN DE CONJUNTO, 1850-1920.

    Juan Camilo Escobar VillegasUniversidad EAFIT, Medelln

    Resumen:El texto, que tiene como fondo una investigacin sobre las lites intelectualesy los imaginarios sobre la identidad en la Antioquia del siglo XIX, presenta unamirada panormica sobre los oficios y las profesiones en el Medellndecimonnico, basada en autores contemporneos, en relatos de viajeros, enperidicos y revistas y en cronistas de la regin. A partir de all, se observa laforma como las lites controlaron la produccin de riqueza, dirigieron el aparatopoltico, establecieron una red de alianzas matrimoniales y se encargaron de ladifusin de las ideas dominantes gracias a la organizacin de homenajes,tertulias e instituciones educativas, periodsticas y culturales como colegios,universidades, academias, bibliotecas, imprentas y libreras. En ese contextose muestra la presencia del proyecto civilizador de las lites, es decir, de ladifusin del ideal modernizador que caracteriz la historia de Occidente en lapoca estudiada y se insinan los procesos que finalmente dieron nacimientoa la invencin de la idea de raza antioquea.Palabras clave: lites, imaginarios, identidad, progreso, civilizacin, raza,regin, modernizacin, siglo XIX, Antioquia, Medelln.Abstract:The purpose of the text, as an investigation on the intellectual elites and theimaginary identity in Antioquia in the nineteenth century, presents apanoramic view on the offices and the professions in Medelln, based oncontemporary authors, stories of travelers, newspapers, magazines andchroniclers of the region. From this point of view, it is observed the manner inwhich the elites controlled the production of wealth, directed the politicalapparatus, established a network of marriage alliances and thanks to theorganization of tributes, educative, journalistic and cultural social gatheringsand institutions such as schools, universities, academies, libraries, the pressesand bookstores, were in charge of the diffusion of the dominant ideas. In thatcontext the presence of the civilizing project of the elites is shown, that is tosay, the diffusion of the modernizing ideal that characterized the history ofWest during the period of the research, and the processes that finally gave birthto the invention of the idea of the antioquea race are insinuated.

    Anuario Colombiano de HistoriaSocial y de la Cultura 31, 2004

    Recibido: 5 de marzo de 2004, aprobado: 24 de abril de 2004.

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    Key words: Elites, imaginary identity, progress, civilization, race,region, modernization, nineteenth century, Antioquia, Medelln.

    Introduccin

    El presente artculo hace parte de una investigacin ms amplia sobre laslites intelectuales y los imaginarios sobre la identidad en la Antioquia del sigloXIX. Aqu se presentan y discuten algunos elementos determinantes en laformacin de las lites y en la gestacin de las representaciones mentales conlas que construyeron la ciudad y la regin. Las preguntas que dieron fundamentoa la investigacin son de carcter antropolgico e histrico: Cmo y por qu lassociedades humanas se definen a s mismas? Quines son los encargados dehacerlo? Cules son los mecanismos utilizados? Qu funcin cumplen lasconstrucciones sobre la identidad? Cmo evolucionan las identidades? En fin,para el caso de Antioquia, las preguntas fueron las siguientes: Desde cundose empez a hablar de antioqueo? Quines fueron los que impulsaron lasprincipales definiciones? En qu contexto social se pronunciaron y en qumedios? Cules fueron los conceptos fundamentales que constituyeron lo queapareca en aquel momento como una ideologa regional de identidad? La ideade raza antioquea surgi gracias a la accin exclusiva de los intelectuales dela regin o estuvo emparentada con lo que pensaban los europeos? Hubo untrabajo racional para consolidar lo que se ha denominado como un imaginario deidentidad? Cules fueron las reacciones de las dems regiones y qu repercu-siones tuvieron sobre la consolidacin de los proyectos nacionales en Colombia?

    1. La poblacin: oficios y profesiones.

    El comercio se haya concentrado en Medelln, capital de la provincia,ciudad floreciente y rica; que a pesar de su posicin interior, mantiene

    extensas relaciones con las principales naciones europeas.Carlos Segismundo de Greiff. Nota marginal al Mapa de la Provincia de Antioquia

    en la Repblica de Nueva Granada, impreso en 1857 en Pars.

    Cuando se iniciaba la segunda mitad del siglo XIX se orden por parte delos nuevos gobernantes liberales un censo general en la Nueva Granada.1 Deacuerdo con l, Medelln tena en 1851 un total de 17.664 habitantes. El 59% fue

    1 Durante el siglo XIX Colombia tuvo diferentes nombres y divisiones administrativas. Desde1819 hasta 1830 hizo parte de la Repblica de Colombia o de lo que se ha conocido nostlgicamentecomo la Gran Colombia, entre 1830 y 1858 llev el nombre de Nueva Granada, despus por unospocos aos se denomin Confederacin Granadina. Luego, desde 1861 hasta 1886, tuvo el nombrede Estados Unidos de Colombia, y posteriormente, hasta hoy, el de Repblica de Colombia. Las

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    Las lites de la ciudad de Medellncatalogado en la zona urbana y el 41% en la rural, es decir, la ciudad dejaba deser la antigua villa del siglo XVIII para convertirse en un centro urbano con todassus caractersticas. Ese cambio lo percibi el ingeniero sueco Carlos Segismundode Greiff (1793-1870) en el informe que present a las autoridades de la ciudaden 1852. En l asever que ricos almacenes de mercancas ultramarinasadornan la plaza principal y la calle del Comercio; varios edificios pblicos degobierno y municipales demuestran por su solidez y costosa construccin laprosperidad del pas. () La aplicacin a las partes tiles se ejercita aqu conventaja en algunos ramos por algunos extranjeros y muchos naturales Elinforme de De Greiff demuestra, en otras palabras, que la ciudad lograbaconcretar el sueo iniciado en los primeros aos de independencia: convertirseen la zona lder de la regin y traer a ella las luces de la civilizacin.

    Arte, revista ilustrada. Medelln. Directores: Francisco Villa, Jos J. Hoyos, Salvador Merino, Daniel Mesa.Organiz los Juegos Florales de Arte de acuerdo con la Sociedad de Mejoras Pblicas. De septiembre 1913 aagosto 1914. 11 nmeros.

    divisiones internas variaron en ocasiones, pero predominaron, especialmente en la segunda mitaddel siglo XIX, las de los nueve Estados soberanos: Antioquia, Cundinamarca, Bolvar, Boyac,Cauca, Magdalena, Tolima, Santander y Panam, este ltimo hasta 1903 cuando se independizen medio de una intervencin norteamericana interesada en controlar el Canal.

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    Ahora bien, existen algunos censos desde la poca colonial que permitenefectuar una mirada general sobre la poblacin de Medelln. Gracias a ellos sepuede comparar su evolucin demogrfica con respecto a la de otras ciudadesprincipales de Colombia, as como obtener informacin importante para elconocimiento de los oficios y las profesiones en la ciudad que haba sidoconsagrada a la Virgen de la Candelaria.2 El siguiente cuadro permite apreciarla evolucin del total de la poblacin y compararlo en el contexto colombiano.

    Cuadro N. 1Poblacin de los principales centros urbanos. 1870-1918

    1870 (a) 1898 (b) 1905 (c) 1918 (c)Bogot 40.000 78.000 100.000 144.000Medelln 30.000 30.000 (d) 54.000 80.000Barranquilla 11.600 25.000 40.100 64.500Cali 12.700 18.000 30.700 45.500Cartagena 8.600 12.000 24.500 51.400Porcentaje en 3.5% de 3.8% de 5.8% de 6.6% detotal nacional 2.917.000 4.262.000 4.319.000 5.855.000

    Fuentes : (a) Jorge Orlando Melo La evolucin econmica de Colombia, en: Nueva Historia de Colombia(NHC), Bogot, Planeta, Vol., 2, 1989, p.69.(b) Francisco Javier Vergara, Nueva geografa de Colombia, Bogot, Imprenta del Vapor, 1901, pp. 862 y 863.Citado por Jos Olinto Rueda, p.362(c) Jos Olinto Rueda. Historia de la poblacin de Colombia: 1880-2000, en: NHC, Bogot, Planeta, Vol., V,1989, p. 371.(d) Olinto Rueda no comenta esta cifra en comparacin con la de 1870. Parece como si no hubiese presentadoningn movimiento poblacional durante 28 aos. O la cifra muestra una vez ms las imprecisiones de los censosdel siglo XIX, o ella es el resultado de los importantes procesos de colonizacin que ocurrieron en la regin enaquel final de siglo, durante el cual hubo una gran emigracin hacia las zonas de la llamada frontera agrcola. Serevis directamente la edicin de 1901 de Francisco Javier Vergara y Velasco, de donde Olinto Rueda tom eldato, y constatamos los mismos 30.000 habitantes sin ninguna explicacin. El cuadro que lo contiene se llamaLas 50 poblaciones ms notables del pas por el nmero de habitantes aglomerados. Es preferible por lo tantotomar como cifras ms acertadas aquellas que registr Vctor lvarez en su trabajo sobre Poblamiento ypoblacin en el Valle de Aburra y Medelln: 1541-1951, en ellas se consideraron los mismos 30.000 vecinospara 1870, pero se propuso un crecimiento anual de 2% para el ltimo cuarto de siglo, de lo cual resultara, para1898, un total de 47.000 habitantes en Medelln aproximadamente.3

    2 Medelln ha sido conocida tambin como Villa de la Candelaria desde los tiemposcoloniales. Este nombre proviene del culto efectuado a esta virgen en el Poblado de San Lorenzo,primer sitio donde se efectu una organizacin de la poblacin en 1615 por orden del visitadory oidor Francisco de Herrera y Campuzano. El funcionario espaol fue enviado para que contaray separara los indios del resto de la poblacin y poder llevar as un mejor control de los tributosque los nativos deban pagar a la Corona.3 Vctor lvarez. Poblamiento y poblacin en el Valle de Aburra y Medelln. 1541-1951. En: Historia de Medelln, (2 vols.). Bogot: Suramericana, 1996, vol. 1, p.75.

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    Las lites de la ciudad de MedellnComo lo hacan los censos, algunos visitantes nacionales y en especial los

    viajeros extranjeros contaron y describieron la poblacin, pero aadiendo confrecuencia en sus relatos observaciones y juicios de valor sobre el tipo deciudad que se gestaba entre las montaas de Antioquia, en medio del Valle deAburr. Algunos de ellos lo hicieron hablando de los oficios y profesiones desus habitantes o elaborando comparaciones con modelos provenientes deEuropa. De esa manera, dejaron testimonios hoy se llaman representacio-nes de la condicin social de los pobladores y de sus producciones culturales.As por ejemplo, rondando los aos de 1869 y 1870 el mdico y botnico francsCharles Saffray lleg al Valle de Medelln por su costado oriental, desde all lodivis completamente baado de luz. Despus de las descripciones geogr-ficas y las alabanzas usuales y de rigor a la naturaleza tropical, la cual le produjoimpresiones cuyo recuerdo no puede olvidarse fcilmente, coment sobre lagente que all encontr:

    En Medelln como en toda la Nueva Granada apenas hay ms aristocracia quela del dinero. Los descendientes de los exploradores que descubrieron el pasfundando los primeros establecimientos, y los vstagos de los altos funciona-rios enviados por la metrpoli, escasean de tal manera, que la aristocracia dela cuna no existe en la Nueva Granada; la del talento es desconocida tambiny as es que en aquel pueblo, ocupado tan slo en buscar el progreso material,los sabios, los artistas y los poetas quedan siempre pobres sin poder constituiruna clase separada. La clase de menestrales figura en primer trmino; en ellase comprende a las personas dedicadas a las profesiones liberales, a losmercaderes y a los propietarios de haciendas (plantos o granjas), as comotambin a todo el que posea unos quince mil duros.4

    Saffray observ luego que la cuestin del color es mejor no tratarlamucho, puesto que cada cual se jacta de descender en lnea recta de hidalgosde sangre azul sin importarle que en las calles abunden los colores morenos,amarillos y atezados que se ven en casi todas las familias. Por ende, el relatodel explorador puso en duda la pretendida pureza de origen que las lites de laregin atribuan a la poblacin de Antioquia en general. De otra parte, segnla narracin del europeo, entre aquellos habitantes de Medelln el dinero es eltrmino nico de comparacin de forma tal que el enriquecimiento por lausura, los fraudes comerciales, la fabricacin de moneda falsa u otros mediospor el estilo exaltan la fama y el ingenio de las personas. El viajero francs

    4 Charles Saffray, Viaje a Nueva Granada. Bogot: Biblioteca Popular de CulturaColombiana, 1948, p.93. Puede consultarse tambin la obra en francs: Voyage la Nouvelle-Grenade: un voyageur franais dcouvre le monde indien: 1869-1870. Paris: Phbus, 1990.

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    coment que las estafas y las trampas en el juego aumentaban en ocasioneslas fortunas de algunos, quienes eran tenidos por ese hecho como individuosque saben mucho. En consecuencia, el individuo que se haba mantenido almargen de las anteriores prcticas era definido como un buen sujeto perodespreciado por ser muy pobre.

    Medelln era pues a sus ojos, en 1870, una ciudad en donde no se hacacomercio de exportacin porque slo se posea oro para enviar al exterior conel fin de traer grandes cantidades de mercancas, como hierros y algodonesblancos o crudos de Inglaterra; quincallas, juguetes y fsforos de Alemania;pauelos, chales y cortes de muselina de Suiza; vinos de Espaa; y lanas, sedas,artculos de mercera, sombreros, calzado, drogas y medicinas de Francia.Punto seguido, el viajero europeo diferenci las actividades de las mujeres delas de los hombres, quienes no se visitaban los unos a los otros y normalmentese daban cita en los almacenes o en las tiendas para hablar de negocios o deplaceres, dependiendo de la edad. Dichos lugares son verdaderos bazares yninguno tiene especialidad. Para Saffray el oficio de tendero era el mscomn y codiciado, sealando con agudo ojo cmo los hombres que pertene-can a este gremio llevaban colgada de su pantaln, maana y tarde, la enormellave que constituye la insignia de su profesin.

    De otra parte, Saffray asegur que la ignorancia era lo que poda explicarla falta de relaciones sociales, la ausencia de bailes, de teatro, de literatura yde arte. El panorama cultural que traz fue desolador, vale la pena citarlo:

    Bien es verdad que poco tienen de que hablar en una poblacin donde no haybailes, ni conciertos, ni teatros, ni crnica, donde la vida de hoy es la misma dehace un ao y la de toda la existencia. Se habr de hablar de literatura a unasmujeres que no conocen ni un verso de Espronceda ni de Bretn de los Herreros,que no han visto las producciones de Moratin ni aun por el forro, y que no sabenque ha existido un Herrera? Se hablar de msica a aquellas damas que noconocen ms instrumento que la guitarra, y que slo aprenden de rutina algunascoplas, las cuales constituyen su eterno repertorio? Podr discutirse sobrepintura con una gente que nos ensalza como cuadros maestros los mamarrachosde Quito que se venden a duro la vara? La conversacin carece de alimento entodos los puntos de que pudiera tratar una persona instruida5

    Obviamente, los bailes, los teatros y los conciertos que aoraba Saffraydeban ser aquellos que se asemejaran a los vistos por l en Europa, puesto quems adelante reconoci la existencia, en Medelln, de un Coliseo que tiene dos

    5 Ibd., pp. 94-95.

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    Las lites de la ciudad de Medellnfilas de palcos con una platea bastante grande por donde se pasea el pblicofumando libremente y sin temor de que se vicie la atmsfera, pues el techoes pura y sencillamente la celeste bveda. Reconoci que en la ciudad habaactores y not que todos pertenecan al sexo feo, debido a las preocupacio-nes y sanciones que podran generarse contra las mujeres que se atreviesena actuar, como una posible excomunin en tanto la iglesia vigilaba frreamentela conducta de aquellas. En todo caso, se puede concluir que, gracias a supropia informacin, los bailes no eran extraos en la ciudad de treinta milhabitantes que posea Medelln en 1870. Llevaban otros nombres y sedesarrollaban bajo coreografas que no eran del gusto del viajero francs, quienasegur que en Medelln no hay funcin completa sin baile.

    Ahora bien, la segunda mitad del siglo XIX fue para Medelln una pocade grandes transformaciones. Aunque Charles Saffray percibi la importanciaeconmica de Medelln en el contexto regional y nacional, fueron insuficientessus apreciaciones sobre los hombres que estaban produciendo intelectualmen-te, y que ya haban empezado a entregarle a la ciudad, para 1870, obras,instituciones y un ambiente general de discusin y creacin cultural con el queinteractuaron ms all de sus fronteras.

    Debe constatarse que 1864 fue una fecha revolucionaria en la historia dela regin. Quien dirigi los acontecimientos, propuso una poltica de transfor-macin y particip desde el poder en la gestacin de una imagen regional, sellam Pedro Justo Berro (1827-1875). Este ferviente cristiano y conservadorde partido leg luego su nombre a la tradicional Plaza Mayor del centro deMedelln. Durante sus nueve aos de gobierno (1864-1873) Berro foment lacreacin de escuelas primarias para nios y nias hasta el punto de poderrecibir en ellas casi la mitad de la poblacin en edad escolar, situacin que noera igual en ninguna otra seccin de la Repblica. Sin duda, los recursoseconmicos, en oro primero y en caf luego, como se ver un poco msadelante, le permitieron a la regin, durante el final del siglo XIX y principiosdel XX, aparecer por encima de los promedios nacionales colombianos, no sloen trminos de estudiantes, sino tambin en otros rubros referidos al bienestarsocial y material que propona la ideologa del progreso. Situacin de hechoque aliment con frecuencia los discursos de identidad en Antioquia.

    Como lo muestra el Cuadro N. 1, Medelln era la segunda ciudad del pasen nmero de habitantes desde 1870. Su poblacin se diversificaba cada vezms gracias a la dinmica econmica que le daban sus comerciantes y polticosy a las creaciones literarias que fueron, algunas de ellas, recopiladas en 1878por Juan Jos Molina (1838-1902).6 A la ciudad llegaba gente no slo de sus

    6 Juan Jos Molina, Antioquia literaria. Medelln: Imprenta Departamental, Edicionesde Autores Antioqueos, 1998, [1878], 3 edicin, 625 p.

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    alrededores ms inmediatos en el Valle de Aburr sino que tambin continua-ban llegando individuos de otras partes del pas y del extranjero. Algunos deestos ltimos venan como futuros negociantes o como naturalistas en buscade inventarios sobre la fauna y la flora. Animados por su trabajo escribieroninformes y reseas de sus viajes, sin que dejaran de anotar en ellos lasimpresiones sobre la poblacin y la cultura.7 Otro ejemplo fue el alemnFriedrich Von Schenck, que comparaba en 1880 a Medelln con otras ciudadessuramericanas resaltando en sus comentarios la concentracin de dinero en laregin y el nmero de familias ricas. Buen observador de las costumbres y delas transformaciones que se sucedan en el momento, declar que esas familiasllevan una vida, con muy pocas excepciones, que no deja sospechar la riquezaque poseen, generalmente obtenida por el comercio y la minera y menosfrecuente por la agricultura y la ganadera.8

    Fue as como el alemn Von Schenck reconoci las distintas actividadesa las que se dedicaban los habitantes de la ciudad, distinguiendo no slo las delas lites sino tambin las de la poblacin en general. Le pareci que losartesanos eran hbiles y trabajaban barato. Para el desarrollo de estos oficiosmanuales se contaba ya para 1880 con una renovada Escuela de Artes yOficios, en la cual, constat Von Schenck, un alemn, el seor Haeussler deMainz, ocup varias veces la rectora () y obtuvo grandes xitos () en sustrabajos con los artesanos de Medelln.9

    La vida prosegua en la ciudad mientras ms visitantes seguanllegando a ella, atrados en especial por su reputacin como centro minero. As,extranjeros y nacionales continuaban narrando luego su encuentro con la vidasocial de finales del siglo XIX en Medelln. Uno de ellos fue el ingeniero francsJorge Brisson, quien estuvo al servicio del gobierno colombiano. Sus relatos

    7 Entre los viajeros que llegaban a Iberoamrica, el historiador sueco Magnus Mrner haclasificado al menos siete categoras que nos parecen muy acordes para el siglo XIX enAntioquia: 1. Hombres de negocios; 2. Cientficos, exploradores y artistas; 3.Militares,marineros y aventureros; 4. Colonos y agentes de colonizacin; 5. Diplomticos y otros agentesde colonizacin; 6 Clrigos y misioneros; 7 Visitantes y familiares de las categoras anteriores.Ensayos sobre historia latinoamericana . Ecuador: Universidad Andina Simn Bolvar, 1992,pp. 195-196.8 Friederich Von Schenck. Viajes por Antioquia en el ao de 1880. Bogota: Imprenta delBanco de la Republica, 1953, p.25.9 Ibd., p.25. El alemn al cual se refiri Von Schenck ha sido conocido en la historiografade Antioquia simplemente como Enrique Haeusler. ste lleg a Medelln en 1839, construypor 1846 el puente de Colombia sobre el ro Medelln y por 1880 el de Guayaquil que seconserva en la actualidad, fund en 1851 la Sociedad Democrtica en compaa del escritor ymiembro de la Internacional Socialista Camilo Antonio Echeverri, arm tambin el piano de lavieja catedral de la Candelaria, fue finalmente un hombre integrado a la vida de Medelln dondese cas y dejo descendencia.

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    Las lites de la ciudad de Medelln

    dieron cuenta de los diferentes oficios y profesiones existentes en la ciudad acomienzos de la ltima dcada del siglo XIX. Como era comn en aquellosobservadores, Brisson rese primero los aspectos fsicos generales de lapoblacin de Antioquia. Luego, la nocin de raza, como primera herramientaconceptual, le sirvi para establecer sus apreciaciones: En general, lapoblacin es robusta en estas poblaciones montaosas y de aire puro, la razaes vigorosa, fuerte, gil, y bastante enrgica, activa y trabajadora, cosa que noes tan comn en las razas hispano-americanas, para que pase desapercibi-da.10 Esta forma de pensar los habitantes de una regin determinada, en lacual lo fsico y lo moral se determinaban, se repiti sin cesar. De igual manera,las comparaciones con otras poblaciones del continente no fueron espordicas.

    Ahora bien, el explorador Jorge Brisson, quien adems dej escritos entrminos cientficos sobre las selvas del Choc y Casanare por motivo de suscontratos de trabajo con el gobierno, permite distinguir con cierto detalle elmundo social del Medelln finisecular. Sus viajes por Colombia fueron relatadoscon sencillez y fechados en forma de diario. Se iniciaron el 19 de septiembrede 1891 y terminaron el 18 de enero de 1896. La parte concerniente a Medellnest integrada en el apartado titulado Notas antioqueas, y comprende losaos de 1891 y 1892.

    Parque de Berro, Medelln, 1910, placa de vidrio 18x24 cm. Archivo fotogrfico Melitn Rodrguez, BibliotecaPblica Piloto, Medelln.

    10 Jorge Brisson, Viajes por Colombia en los aos de 1891 a 1897. Bogot: ImprentaNacional, 1899, p.55.

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    Calle Bolivia, Medelln hacia 1900, en: Diego Monsalve, Colombia cafetera. Medelln, Barcelona: Artesgrficas, 1927. Sala Patrimonial, Biblioteca Universidad Pontificia Bolivariana, Medelln.

    La primera observacin fue un lugar comn en la narrativa de viajes: Sedescubre a Medelln tres horas antes de llegar a l; la ciudad blanca se extiendeen un magnifico valle rodeado de montaas lejanas. A pesar de ser un diario,llama la atencin el uso de notas de pie de pgina, Brisson utiliz informacinproveniente de los gegrafos Elise Reclus y Francisco Javier Vergara yVelasco. Despus de sealar la existencia de Universidad, Escuela de Artesy Oficios, de Minera, Museo y Biblioteca pblica, Casa de moneda y demsespacios de mercado y religin, seal la poca presencia de extranjeros en laciudad. Distingui luego en las calles los oficios comerciales ms comunes ylos que de all se derivaban como el de los arrieros y vendedores ambulantes,resaltando la existencia de negras llevando en la cabeza grandes vasijas deleche (la raza negra es muy abundante en Medelln). Entre todos suscomentarios, son muy interesantes los que escribi sobre los empleados delcomercio y la administracin, sobre los mdicos, los abogados y profesores,vestidos a la europea con modas de hace unos treinta o cuarenta aos; y muyaficionados a nuestro sombrero de copa, que llevan generalmente grasiento yde forma antigua. Igualmente, critic los militares mal vestidos, desaseadosy desabrochados, y al final, los Curas, muy abundantes aqu como en todaslas ciudades hispano-americanas.11

    11 Ibd., p.61.

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    Las lites de la ciudad de MedellnDe nuevo, como haba pasado con Charles Saffray, un observador

    extranjero no percibi el movimiento intelectual en la regin y asever que lavida es muy seria en Medelln; toda de trabajo y de trfico, o de familia ydomstica. No hay distracciones, rara vez hay teatro porque pocas Compaasse atreven a hacer viaje tan largo y a alejarse tanto de las costas, a excepcinde Bogot. No hay tampoco lo que se llama propiamente cafs o restaurantes,y el Parque casi siempre est desierto. Hay algunos peridicos; el principal esEl Espectador, que no se ocupa de otra cosa que de poltica12 y de laselecciones presidenciales de diciembre prximo.13 En medio de ese desiertocultural al que asista, Jorge Brisson reconoci la existencia de una bibliotecapblica, la del museo de Zea, dirigida por el doctor Manuel Uribe ngel, quienhaba publicado en Pars unos aos atrs, en 1885, su importante obra sobregeografa e historia de Antioquia. Asimismo, se sinti sorprendido, y a la vezsatisfecho, porque encontr en Medelln varias libreras, aunque no muyabundantes, en las que se alquilaban libros. Brisson admir, no obstante, alacaudalado comerciante y minero Leocadio Mara Arango (1831-1918),poseedor de una interesante coleccin de objetos precolombinos y naturalesque vena reuniendo desde haca 40 aos. Coleccin que fue utilizada por eldoctor Andrs Posada Arango, para ilustrar su trabajo sobre los aborgenes deAntioquia y presentarlo a la Sociedad de Antropologa de Pars en 1869, lo quele permiti pasar a ser uno de sus miembros.

    Para terminar con el ingeniero francs y sus apreciaciones en el ordende lo cultural, se debe presentar la forma como introdujo un comentario quepara 1890 era ya un rumor generalizado en el mundo occidental: Bogot es laAtenas suramericana. Respondiendo quizs a ese hecho, el francs explo-rador y administrador de minas no percibi las producciones intelectuales enotras ciudades del pas. Brisson afirm con conviccin que no crea equivocar-se al decir que entre las Repblicas hispano-americanas, [Colombia] le haparecido una de las ms inclinadas a las letras. En la clase elevada de Bogotse encuentra una reunin de escritores y poetas que han estudiado a su patriatanto desde el punto de vista pintoresco de las costumbres en la novela y en elviaje, hasta el ms serio y til de los progresos cientficos, polticos, comercialesy agrcolas que se pueden introducir en su economa.14 Los ojos del europeono pudieron ver que para la poca, en Medelln, se haba producido, y se estaba

    12 En pie de pgina Brisson agreg: Yo fund luego en Medelln un peridico bisemanal,cientfico, comercial e industrial, titulado El Ferrocarril, pero tuvo pocos meses de vida. Esextrao que Brisson no hiciera mencin a todos los peridicos y escritores que existan en esemomento en Medelln, poco antes de que se iniciara lo que el escritor Jorge Alberto Naranjoha llamado el Quinquenio de oro de la literatura, es decir, entre 1895 y 1900.13 Jorge Brisson, op. cit., p.63.14 F. Von Schenck, op. cit., p. 69.

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    produciendo, una buena cantidad de escritos del mismo orden, como se haanunciado.

    Naturalmente, las declaraciones sobre las actividades de la poblacin noprovienen slo de los relatos de viajeros o de las crnicas de antao.Publicaciones oficiales de la poca se esforzaron igualmente en researactividades pblicas y en discurrir sobre los habitantes de la ciudad. Algunoseventos comportaron escenarios en el marco urbano para que sus pobladoresse mostraran ante la historia y quedaran luego narrados e impresos gracias alapoyo del poder pblico.

    En efecto, en 1875 Medelln cumpli 200 aos de reconocimiento comovilla independiente despus de que en 1675 la Corona espaola le adjudicaratal categora, permitindole tener un cabildo propio para el manejo de susasuntos y para el regocijo de sus lites, quienes de inmediato ocuparon loslugares que consideraban naturalmente suyos. Un festejo celebr el aniversa-rio por los espacios y las calles ms importantes de la ciudad el 24 de noviembrede 1875 exactamente. Fue un acto en el cual cada quien ocupaba tambin supuesto: un desfile de la poblacin agrupada en categoras profesionales. Enprimera instancia marchaban los Vocales del Cabildo de Medelln, el Procu-rador municipal y los seores miembros de la Comisin general nombradapara dirigir la celebracin del segundo centenario de la ciudad. Dada esareparticin de funciones, la comisin de notables se encarg de organizar cadadetalle de la manera ms esplndida, () para perpetua memoria de lasgeneraciones que nos sucedan [y] para estmulo de los medellinenses,nombrando a su vez una serie de Comisiones especiales.15

    En aquella suprema comisin estaban varios de los principales intelectua-les de la ciudad. Uno de ellos era lvaro Restrepo Eusse (1844-1910),Procurador general y autor de una Historia de Antioquia (1903), importantereferente de la Academia Antioquea de Historia durante el siglo XX; estabaluego el mdico Manuel Uribe ngel (1822-1904), escritor de cuentos, novelas,ensayos y de la prestigiosa Geografa general y compendio histrico delEstado de Antioquia [1885], editada en Pars e ilustrada con lminaslitografiadas en Berln en las que se observan dibujos de objetos prehispnicos,y en la cual el doctor Uribe haba invertido una gran suma de dinero,regresando de Pars a Colombia prcticamente arruinado.16 El tercero de ellos

    15 Acta del Cabildo de Medelln, noviembre 24 de 1875, en: Jorge Restrepo Uribe,Medelln, su origen, su progreso y su desarrollo. Medelln: Servigrficas, 1981, p.49. El Estadode Antioquia imprimi el mismo ao un folleto del evento: Celebracin del segundo centenariode la fundacin de la Villa de Medelln. Medelln: Imprenta del Estado, 1875, 55 pp.16 Eduardo Zuleta. Manuel Uribe ngel y los literatos antioqueos de su poca. Bogot:Talleres Mundo al Da, 1937, p.89. El editor en Pars fue la Imprenta de Victor Goupy y Jourdany el litgrafo en Berln se llam W. Greve.

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    Las lites de la ciudad de Medellnera Nicols F. Villa, poltico vinculado al Congreso de la Repblica en dosocasiones, como representante (1853) y como senador (1869). La Comisinera por lo tanto una alianza de tres profesionales del humanismo, la literatura,la ciencia y la poltica. Ellos tenan la sublime tarea de coordinar todo lonecesario para que la ciudad viviera una fiesta ciudadana, la primera de suespecie en el pas,17 en la que se expresaran el progreso, la riqueza, el saberdel Estado, las artes, las ciencias y, de esa forma, pudiera recordar que ella esla cabeza de este cuerpo social [Antioquia] () que alimenta la vida y laactividad en todo el pas.18

    Vale la pena resaltar que entre los miembros del Cabildo, el rgano depoder ms importante de la localidad, se encontraban varios de los que fueronposteriormente autores de la literatura de la regin y de las crnicas de laciudad, como Emiliano Isaza (1850-1930), quien fue escritor, gramtico,pedagogo, miembro de la Real Academia Espaola y public en Pars unaantologa de poesa colombiana en dos volmenes (1895-1896), como LucrecioVlez (1850-1925), hombre muy activo en las reuniones intelectuales de laltima dcada del siglo XIX en Medelln, destacndose por su participacin enla Tertulia literaria (1890), y como Isidoro Isaza (1825-?), el que fund en1868 la revista literaria Oasis y sirvi de impresor a muchos intelectuales dela poca.19

    La Iglesia obviamente no se mantuvo aparte de la celebracin y fue ascomo el Cura de Medelln, el Presbtero Jos Mara Gmez ngel (1824-1896),ofici una misa especial ese domingo 24 de noviembre, en la que dirigi solemnediscurso a los seores presentes (no mencion seoras en su encabezamiento)y al ilustrsimo SeorCiudadano Presidente, gobernador del Estado, Recaredode Villa. El da era verdaderamente glorioso como para no pronunciarse sobrelo que significaba la historia de la ciudad y de la regin, y sobre su progresoy civilizacin despus de salir de las primitivas selvas. El clrigo en suentusiasmo solicitaba a las gentes que cantaran en todos los tonos el desarrollode las ciencias, el progreso de la civilizacin y el movimiento de las artes,porque la fecundidad del suelo de la regin y la abundancia de sus minas debanllevar a Europa la manifestacin de su poder y de sus recursos, siendo el

    17Manuel Uribe ngel, Discurso pronunciado en el atrio de la Catedral despus de laprocesin del Centenario. En: Jorge Restrepo Uribe, op. cit, p.53.18 Mariano Ospina Rodrguez, El 2 centenario de Medelln. En: Jorge Restrepo Uribe,op. cit., p.60.19 Emiliano Isaza escribi adems una Gramtica de la lengua castellana (1892), El Librodel nio, o Texto de lectura para las escuelas (ilustrado, 1895), revis y corrigi el Mtodo paraaprender a leer, escribir y hablar el francs, de Thodore Simonne (1896), y public un aodespus un Diccionario de conjugacin castellana (1897).

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    Estado de Antioquia, el ms poderoso, el ms rico, el ms moral, el ms religiosode todos los Estados de la Unin colombiana.20

    Ese fue un gran da, no slo para quienes desfilaron, sino tambin paralos oradores, para los responsables de narrar el pasado, para los historiadores.El presbtero Gmez ngel, el mdico Manuel Uribe ngel y uno de losposteriores relatores de los acontecimientos del segundo centenario, el polticoconservador Mariano Ospina Rodrguez (1805-1885), se lucieron haciendo lahistoria de la ciudad, exaltando la civilizacin que se haba inaugurado enaquel valle bajo los auspicios de la nica religin verdadera, llenando demritos y lisonjendose de la rgida perseverancia de nuestra raza (...) y lahonrosa aunque modesta y mediana colocacin entre los pueblos cultos de latierra, as como describiendo favorablemente aquella Antioquia colonial endonde el esclavo era tratado con el afectuoso inters con que el pobre labradorsuizo cuida su vaca y su ternero.21

    Siguiendo con las celebraciones de noviembre de 1875, se debe notar que,terminados los actos, la Corporacin municipal dispuso publicar un folletorecogiendo escritos, poesas, comentarios e impresiones de lo que all habapasado. Dos respetados ciudadanos, versados en poltica y en letras, descri-bieron detalladamente la larga jornada del cumpleaos de la ciudad, quetermin ya cada la noche frente al balcn de la casa episcopal donde la multitudrecibi la bendicin del Ilustrsimo Seor Obispo de Medelln monseor ValerioAntonio Jimnez (1806-1891), despus de haber vitoreado a la Religin, alEstado, a Po IX y al mismo Monseor.

    Uno de los principales ciudadanos y relatores del Bicentenario fue el ex-presidente de la Repblica Mariano Ospina Rodrguez. Asegur que aquel dase expres la regularidad y el orden, la vivencia, una vez ms, de laespontaneidad con que todas las clases sociales han contribuido a la historiade la regin.22 El otro relator fue el ciudadano Eduardo Villa, quien vio en la

    20 Jos Mara Gmez ngel, Discurso pronunciado por el cura de Medelln en la misadel 24 de noviembre de 1875. En: Jorge Restrepo Uribe, op. cit., p.50.21 Jos Mara Gmez ngel, Manuel Uribe ngel y Mariano Ospina Rodrguez. En:Jorge Restrepo Uribe, op. cit., pp. 51, 55 y 58.22 Se debe recordar que Mariano Ospina Rodrguez, en su artculo Don Jos Flix deRestrepo y su poca (1884), describi la armona en que supuestamente amo y esclavotrabajaban en las minas de Antioquia en el siglo XVIII. Este hombre, primer presidente deColombia elegido por sufragio universal en 1857, y derrocado luego por una gran revolucinliderada por el liberal Tomas Cipriano de Mosquera (1860), no haba nacido en Antioquia, lohizo en Cundinamarca, pero vivi en la regin casi toda su vida y all dej descendencia, dospresidentes de la Repblica en el siglo XX (Pedro Nel Ospina Vsquez de 1922 a 1926 yMariano Ospina Prez de 1946 a 1950). Dirigi tambin los asuntos pblicos en la regin yescribi en los peridicos copiosamente para defender los ideales del partido conservador,exaltar los valores de los antioqueos y reaccionar contra su presunto origen judo.

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    Las lites de la ciudad de Medellncelebracin una manifestacin, un concurso numeroso en el cual se veanrepresentadas le religin catlica, la educacin, el Clero, la Caridad, elGobierno civil, el Municipal, las Artes, el Comercio, la Ciencia, la Ley, elEjercito y muchas otras cosas de difcil recuerdo y de descripcin imposible.23No obstante, lo que interesa para el presente trabajo es la forma como se realizel festejo mediante una gran procesin cvica, y en ella, la organizacin de lascarrozas que portaban los smbolos de los oficios y las profesiones, lacoreografa social que declaraba lo que la lite pensaba de s misma y de susociedad, de su pasado y de su porvenir, el riguroso paso que llev por la ciudadeste grande ejercito de la civilizacin, como lo llam Eduardo Villa. Ambosrelatores fueron minuciosos en sus informes. Se debe al menos citar uno deellos para percibir, por un lado, los diferentes grupos, oficios y profesionesexistentes en la vida social de Medelln y, por otro, el imaginario identitario queestuvo configurndose durante el siglo XIX entre los hombres de letras de laregin. Vase lo que narr Ospina Rodrguez:

    La procesin la formaba la poblacin distribuida segn sus profesiones y lasdiversas Escuelas y Asociaciones de la ciudad, llevando cada grupo unabandera, ms o menos lujosa, caracterizada por algn smbolo o por lainscripcin que expresaba la profesin del grupo respectivo. A la cabezamarchaba la bandera de la Asociacin del Sagrado Corazn de Jess, condu-cida por una nia sobre un carro elegantemente aderezado. Segua luego laCorporacin municipal en uniforme. Un carro bien adornado conduca unarepresentacin de la parte civilizadora de la conquista espaola: un niovestido con el traje espaol de la poca, presentaba a otros dos, que simbo-lizaban indios salvajes, la Cruz y el Libro, emblemas de la Religin y de la Ciencia.En la parte posterior del carro se vea el escudo de armas de la ciudad, en quese ostenta una torre y sobre ella Nuestra Seora de la Candelaria. Formabansobre el escudo un pabelln, las banderas de Castilla y de Colombia. Losseores del Cabildo conducan los cordones que pendan del escudo. En posseguan dos carros simblicos de la Agricultura: sobre el primero iba unahermosa nia ricamente engalanada y rodeada de los smbolos de la agricultura;el segundo carro contena, elegantemente dispuestos, los rboles y plantasobjeto del cultivo tropical. Venia luego un enorme y elegante carro represen-tando la Minera, con sus mquinas, instrumentos, ricas muestras de mineralesy barras de oro y plata. Una comisin numerosa de agricultores segua loscarros de la agricultura; y el Consejo directivo de la Compaa minera deAntioquia, y una comisin de mineros iba en pos del carro de la minera.Marchaba luego ricamente adornado el carro representativo de las Bellas23 Eduardo Villa. El 2 Centenario de Medelln. En: Jorge Restrepo Uribe, op. cit., p.65.

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    Artes; sobre l un gracioso nio representaba a Apolo y una linda nia a unamusa, ambos esplndidamente engalanados. La escuela de msica de nias,con su bandera simblica escoltaba este carro, y detrs de l segua la SociedadFilarmnica.24 Seguidamente marchaba una numerosa comisin representantede todas las Artes industriales, precedida de una colosal y costosa bandera,en que se vean representadas elegantemente las diferentes artes. Indepen-dientemente de esta gran comisin, una gran parte de las artes industriales eranrepresentadas por comisiones y banderas especiales. El Comercio, el Foro, laMedicina, figuraban dignamente representados por comisiones numerosas,que conducan ricas banderas. La Instruccin pblica ocupaba un grandeespacio en la procesin. Aunque la Universidad, la Escuela Normal de varonesy varios colegios y escuelas, habiendo entrado en vacaciones despus de losexmenes anuales, no aparecan representados, se vean en elegante formaciny precedidos por elegantes banderas, el Seminario conciliar, la Escuela Normalde mujeres, los colegios de nias de San Jos, de La Unin, y el de LaConcepcin; el Colegio de nios de La Paz, dividido en tres secciones consus respectivas banderas, y las escuelas primera y segunda de nias, en quese vean copiosamente representadas, en inocentes criaturas, todas las clasesde la sociedad, llamando la atencin por su modestia y aseo. Cerraban laprocesin el seor Obispo y el clero, el Presidente del Estado, sus Secretariosy los empleados del Estado. El Cuerpo de polica, vistosamente uniformadosegua la procesin. Las calles no ofrecan el espacio bastante para contenerel concurso; lo que de cuando en cuando embarazaba el movimiento.25

    Aquello fue un verdadero espectculo colectivo.26 Una legitimacin delorden y de las clases sociales, como las llam Ospina, pero, obviamente, cada

    24 Esta compaa tuvo su origen en un joven miembro de la legin britnica, el seorEdward Gregory, conocido posteriormente como Eduardo Gregory, quien lleg a la ciudad por1837 y se integr con gran facilidad entre las lites, especialmente porque les enseaba msicaa los miembros ms jvenes, con los cuales organiz bandas y conciertos en las fiestas privadasde algunos de ellos, tal como sucedi en la del comerciante, colonizador de tierras, poltico yminero Gabriel Echeverri, y en la del impresor, editor, tipgrafo y librero Vctor Gmez. Unode sus jvenes msicos alumnos fue Camilo Antonio Echeverri, autor de una de las prosas mscombativas del liberalismo colombiano.25 Mariano Ospina Rodrguez, op. cit., p.61.26 Los actos conmemorativos en la regin se efectuaban con gran pompa, dejando textose imgenes en las imprentas. Fuera de los mencionados, se encuentran el Centenario deAntioquia, telegramas alusivos a dicha festividad. Medelln: Imprenta Oficial, 1913, en el quese exhort a los antioqueos para que logren hacer de [Colombia] un estado fuerte ypoderoso habitado por una sola raza, conformado por una sola religin y vivificado por el mspuro y ardiente patriotismo. La Sociedad de Mejoras Pblicas tambin public un textoilustrado con fotos e imgenes, como relatos de su existencia gloriosa, que se denomin Medellnel 20 de julio de 1910, con el fin de conmemorar el centenario de la Independencia. La mismaSociedad celebr igualmente un singular aniversario en el que participaron reconocidas figuras

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    Las lites de la ciudad de Medellnuna ocupando su lugar en el conjunto de la ciudad. Villa escribi que ningnelemento civilizador deba quedar olvidado porque todos proporcionabanalimento para el cuerpo social. De esa manera, las bellas artes nutran elespritu tal como el arte lrico encanta a las poblaciones y el arte industriallas enriquece y sostiene.27 Medelln y sus grupos dirigentes entendan aquellenguaje comn al ideal progresista del siglo XIX en Occidente y se esforzabanentonces por transmitirlo a toda la poblacin.28 En efecto, por eso seorganizaron para contar sus heroicos orgenes, dignificar el proceso decrecimiento que la ciudad vena teniendo durante todo el siglo y permitir a todosun reconocimiento en el orden local.

    Ahora bien, aquel da hubo algunos oficios, comunes a muchos poblado-res, que no estuvieron representados, pinsese por ejemplo en los arrieros ycargueros que transitaban con tanta frecuencia por los caminos de la regin,o en los mineros independientes que se han conocido bajo el nombre demazamorreros, ntese asimismo la ausencia de los sirvientes domsticos yde todos aquellos oficios que la vida diaria solicitaba como las aguateras y laslavanderas, los leadores y carboneros, y aquellos campesinos que no marcha-ban al lado de los ricos agricultores del Estado, segn las palabras de EduardoVilla, porque ese da, si estaban all, slo deban participar como espectadores,o como miembros de esos coros de alabanzas a la religin y a los podereseclesisticos, tal como lo narraron los cronistas.29

    Pero esas ausencias compaginaban perfectamente con todo el proyectocivilizador de las lites. Si no estaban all era porque no alcanzaban a entraren la categora de nobles profesiones. En efecto, haba en esos oficios algo queya representaba un signo de poco progreso, de atraso, de barbarie quizs,pues los organizadores estaban bien enterados de los beneficios de lade los asuntos pblicos e importantes escritores del momento en Medelln: Medelln en el 5cincuentenario de su fundacin. Pasado-Presente-Futuro. Medelln: 1925. A la Universidadde Antioquia tambin se le dedicaron varios eventos y escritos, en los cuales se le considercomo el Alma Mater de la raza en: Letras Universitarias, N. 10, 1948, pp.4-6.

    27 Eduardo Villa, op. cit., p.66.28 Los relatos de los extranjeros tienen innumerables consideraciones de este tipo. Lasrevistas literarias y de arte tambin. La Revue dArt, editada en Pars en 1899 lo sealclaramente: lart est ncessaire la vie dune dmocratie agissante. Il permet seul de complterlducation des citoyens dont il lve lme par la comprhension du beau; il sassocie leurvie de labeur, les repose, les distrait, les encourage ou les excite; il rpond aux besoins didalcommun tous les hommes, il dfend les intrts matriels de la nation, inspire, soutien sa viemorale et permet son gnie de trouver en lui sa conscration suprme. La Revue dart, Vol.1 (nov. 1899jan. 1900), p. LXIX.29 El historiador Roberto Luis Jaramillo ha dicho que los discursos del segundo centenariofueron nutridos, sin advertirlo, por las crnicas de Jos Antonio Bentez conocidas como elCarnero de Medelln (redactadas entre 1797 y 1840). Roberto Luis Jaramillo, Prlogo. En:Jos Antonio Bentez, El Cojo,Carnero de Medelln. Medelln: Ediciones AutoresAntioqueos, 1988, pp. ix-xcvii.

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    revolucin industrial y de los adelantos en las sociedades europeas en cuantoa caminos, transportes y servicios pblicos. Justo por esos mismos aos (1874)se iniciaron las negociaciones con el ingeniero cubano Francisco JavierCisneros (1836-1898) para la construccin del Ferrocarril de Antioquia y laexpansin de las nuevas riquezas de la regin, verdaderos signos del progre-so a los ojos de los dirigentes y escritores del desfile del segundo centenariode Medelln.

    Imagen de la revista ilustrada Arte, celebrando la llegada del tren a Medelln en 1914. Biblioteca Universidad deAntioquia, Sala Patrimonial, Medelln.

    2. Las fuentes de riqueza

    Puede decirse que los principales productores de riqueza en la segundamitad del siglo XIX en Antioquia fueron, mayoritariamente, mineros y comer-ciantes. No obstante, en las dos ltimas dcadas del siglo se destacaron losagricultores, gracias al control, nada pacifico, que llevaron a cabo de nuevastierras con el fin de impulsar el crecimiento de la caficultura y ampliar as lafrontera agraria. Las tierras que fueron siendo colonizadas durante la centuria,en ocasiones por ricos comerciantes o acaudalados personajes y, en muchasotras por campesinos pobres, pasaron a ser objeto de grandes disputas y de unahistoria que se conoce hoy como la colonizacin antioquea.

    Los primeros, los ricos y acaudalados colonizadores, con el fin decontrolar los circuitos que la economa cafetera necesitaba siembra, trans-porte, trilla, y exportacin del grano, organizaron compaas agrcolas y se

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    Las lites de la ciudad de Medellnaliaron con polticos y empleados pblicos, jueces y notarios, para obtenerttulos de propiedad, permisos y licencias que les permitieran fundar pueblos,abrir caminos y hacer ferrocarriles. Posteriormente, entre 1900 y 1920,entraron en escena nuevos actores: los industriales modernos o empresariosurbanos que establecieron en Medelln las primeras fbricas de textiles, graciasa la importacin de maquinaria, comprada con los capitales que durante todoel siglo les haba ido proporcionando la minera, el comercio y la agricultura.

    Esa especie de economa en escala a travs del tiempo no es ms que elreflejo de la unidad de las lites de la regin, de su accin como grupo, es elproducto de los mecanismos utilizados para mantener el predominio de ciertasfamilias que se reconocan por la pertenencia a los apellidos distinguidos ypor las parentelas formadas entre grupos de mineros con comerciantes y deestos con agricultores e industriales. El resultado de dichas parentelaspresent grupos ms o menos estructurados alrededor de una accin concreta:mantener el poder sobre los mercados y sobre la riqueza. Dicha accin se viofavorecida por los matrimonios y la endogamia predominante en la regin, quesirvieron como mecanismos para perpetuar la accin de grupos econmica-mente poderosos, como se ver enseguida.

    Los dueos de capitales importantes a mediados del siglo XIX en laciudad de Medelln parece que ya se hacan notar no slo en el reducido mbitode su permetro sino tambin en el contexto nacional. Por lo menos eso sedesprende del informe que Carlos Segismundo de Greiff (1793-1870) rindi ala municipalidad en 1852, cuando manifest que los grandes capitales reunidosen esta ciudad y aun ms la pujante actividad de sus habitantes ha concentradoaqu las transacciones mineras y comerciales de una extensa parte de laRepblica y as la diaria concurrencia de la gente se asemeja a una feriacontinuada.30

    Ahora bien, lo que s es seguro es que esa pujante actividad no slo sellevaba a cabo en el marco de la Repblica sino tambin ms all, en el restodel mundo, segn escribi el ingeniero y gegrafo italiano Agustn Codazzi,quien tambin entreg en el mismo ao de 1852 a la administracin de Medelln,un informe en el que se reflexionaba sobre las rutas que unan esta localidadcon el exterior, y se daban opiniones sobre cmo vivan y qu hacan sushabitantes:

    El hijo de la antigua Antioquia, comparativamente al de las dems seccionesde la Repblica, es aquel precisamente que ms ha viajado al continenteeuropeo, llevando all su oro y trayendo toda clase de mercancas; porque es30 Citado en Javier Piedrahita Echeverri, Documentos y estudios para la historia deMedelln. Medelln: Colina, 1984, p.470.

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    en igual comparacin el ms dedicado a las especulaciones comerciales;porque es aquel que ms se esmera en aumentar su fortuna; porque es aqueltambin que ms profundamente forma nuevas familias, ama la decencia ybienestar de ellas; es trabajador, sobrio, fuerte, robusto, posee inteligencia ypor qu pues no tiene una sola va comercial para comunicarse con el restode la Repblica? 31

    En otros trminos, se podra decir que no era exactamente el hijo de laantigua Antioquia sino los ricos comerciantes de la ciudad quienes controla-ban los intercambios econmicos por medio de sus viajes a Europa, dondesaban desenvolverse gracias a sus representantes y a la formacin intelectualobtenida en el proceso civilizador del que eran protagonistas y herederos,pues desde principios del siglo XIX y finales del XVIII, hombres como elfilsofo y pedagogo Jos Flix de Restrepo (1760-1832), el diplomtico ycontratista de emprstitos Francisco Antonio Zea (1766-1822), el hombre deEstado e historiador Jos Manuel Restrepo (1781-1863), o algunos clrigos,doctores, ilustrados, mineros y esclavistas como el doctor Sancho LondooPiedrahita o el doctor Juan Salvador de Villa y Castaeda, transmitieron lasluces que tanto se defendieron en el transcurso del siglo XIX.32

    Adems, los ricos comerciantes de la regin, por medio de sus relacionescon la isla de Jamaica en el Caribe, haban ido acumulando experiencias en elcomercio internacional desde las primeras dcadas despus de la Independen-cia. Se sabe de los contactos y negociaciones, en aquella isla paradisaca parael comercio ultramarino, entre ingleses y empresarios de Antioquia, como loshermanos Pedro y Julin Vsquez Calle, Gabriel Echeverri, Juan Santamara

    31 Ibd., p.471.32 La informacin sobre estos sacerdotes proviene del texto de Beatriz Patio, Medellnen el siglo XVIII. En: Historia de Medelln, 2 vols. Bogot: Suramericana, 1996, vol. I, pp.137-165. Patio se document en el Archivo Histrico de Antioquia: El doctor Sancho LondooPiedrahita [era] dueo de la cuadrilla de esclavos ms grande de la provincia durante el sigloXVIII. Este sacerdote resida en Medelln aunque su familia era una de las ms grandespropietarias de tierras de Rionegro y de minas en el Valle de los Osos [territorios cercanos aMedelln al oriente y al norte respectivamente]. El doctor Londoo hered de sus padres, elcorregidor Sancho Londoo y doa Javiera Piedrahita, la mina de oro de San Jacinto de Ososy un gran nmero de esclavos. Segn el censo del Valle de los Osos de 1779, tena 230 esclavosde los cuales 188 trabajaba en la mina y 42 eran arrieros, pajes y mujeres del servicio domsticoque vivan donde estuviera el doctor. Este sacerdote () figuraba entre los doce mineros msricos de la regin. Un caso semejante es el del doctor Juan Salvador de Villa y Castaeda, curade Medelln entre 1761 y 1795. Este sacerdote hered de su padre, el espaol don Toribio deVilla Posada, parte de la mina de Nuestra Seora del Rosario situada en el real de minas de Petacasen los Osos. De acuerdo con el censo del Valle de los Osos, en esa zona tena 49 esclavos (...)El doctor Villa, como se anot al hablar de las obras pblicas, fue una figura muy importanteen Medelln, donde gobern lo laico y eclesistico a su arbitrio, p.147.

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    Las lites de la ciudad de Medellny Juan Uribe Mondragn, todos ellos tambin mineros y colonizadores en lastierras de la regin. Por eso el cnsul comercial de Suecia, Carl AugustGosselman, quien estuvo primero por 1826 en Colombia y luego, desde 1836a 1838 en el Caribe y Sur Amrica, sin dejar de pasar por Medelln y Antioquia,se refiri a las nfulas de haber estado en Jamaica que se daban las liteseconmicas de la regin cuando portadoras de oro, viajaban a la isla para traerlas manufacturas y las modas europeas que tanto gusto proporcionaban a susclientes y amigos.33

    De ah que esos hombres de negocios, quienes tomaban varios mesespara ir de Medelln a Jamaica y constituan en ocasiones testamento a causade los peligros del viaje, fuesen conocidos en Antioquia como los comerciantesjamaiquinos. En esas travesas fueron desarrollando cada vez ms sushabilidades en los negocios y aprendiendo a actuar como capitalistas. Pruebade ello fue la organizacin de sociedades comerciales por los aos de 1850, casisiempre entre miembros familiares, para actuar con ms racionalidad y msclculo en el comercio interior y exterior. Varios de los individuos mencionadosatrs, y otros miembros de familias acaudaladas de la regin, constituyeronlegalmente compaas para exportar metales preciosos e importar mercancas,especialmente de Londres y Pars.

    Tales fueron los casos de Marco A. Santamara & Lalinde, Callejas yCa., Flix y Recaredo de Villa [este ltimo presidente del Estado de Antioquiaen 1875 como se vio antes], Marcelino Restrepo e Hijos, Mariano Uribe &Hijos, Fernando Restrepo e Hijos, Uribe & Daz, Alejo Santamara e Hijos. Esms, en el transcurso de la segunda mitad del siglo continuaron abriendoagencias generales de negocios, trabajando como consignatarios y comisionis-tas, desarrollando prcticas financieras modernas por medio de letras decambio tanto en el mercado nacional como internacional, creando entidadesbancarias que captaban y prestaban capitales representados en oro, enmonedas o billetes emitidos por las mismas sociedades y corporacionescomerciales, como ocurri con la Compaa Minera de Antioquia la cual sevio desfilando en la procesin cvica de 1875. Esta entidad conjugaba grandespoderes econmicos y financieros: era duea mayoritaria del Zancudo, la minams productiva de la regin en el siglo XIX y emita billetes que llevaban elretrato de Carlos Coriolano Amador (1835-1919), el millonario afrancesadopor excelencia en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia.

    El auge minero fue tan atractivo y tan alucinante, que los visitantesextranjeros no podan resistirse a la tentacin de encontrar por su propia cuentauna mina o realizar algn negocio importante en ese sentido. Por ejemplo, el

    33 Luis Fernando Molina Londoo, La economa local en el siglo XIX. En: Historia deMedelln, Tomo I, pp.201213.

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    alemn Friedrich Von Schenck, mientras estuvo en Medelln, realiz perma-nentes exploraciones en sus alrededores casi siempre con el fin de conocerminas de oro.34 Algunos de estos extranjeros se vincularon a la regin hastael final de sus vidas. Para ello, contrajeron matrimonios con mujeres de laregin, casi siempre seleccionadas entre las lites, o bien constituyeronsociedades que tenan como fin explorar y explotar los recursos naturales. Unejemplo de estas agrupaciones entre colombianos y europeos fue la SociedadExploradora del Choc, formada por Manuel Uribe ngel, Juan Enrique White,Rafael Restrepo Uribe, Nicanor Gonzlez, Antonio Jess Uribe, EmilioReynel, Jorge Brisson, Alejandro Dieu y Carlos Coriolano Amador. Fuecreada en 1892 y tuvo como objetivo responder al proyecto del gobierno deconstruir un canal interocenico en el Choc.35

    Luego, durante las dos primeras dcadas del siglo XX, gracias al auge delcaf colombiano en el mercado internacional, a las favorables condicionesclimticas para la caficultura y a las herencias monetarias y profesionales quelegaron los comerciantes jamaiquinos, Antioquia pas a ser en Colombia laregin de mayor produccin cafetera. Tal resultado llev a que las liteseconmicas se vincularan no slo a Europa sino tambin a los Estados Unidosde Norteamrica. Lo lograron abriendo casas de exportacin del grano enNueva York, como la de Alejandro ngel Londoo y la de los herederos de loshermanos Vsquez Calle: en 1909 se fund ngel y Ca. Inc. y en 1914apareci la casa comisionista Vsquez y Ca. Inc.36

    Ahora bien, el anterior apogeo econmico de las lites de Antioquia,cuyos miembros haban hecho de Medelln su principal centro de operaciones,intervino para que los discursos de identidad circularan con ms facilidad porlas principales capitales del mundo occidental. En otras palabras, se podradecir que la expansin econmica cafetera de Antioquia continu realizandoy fortaleciendo lo que viajeros europeos e intelectuales colombianos venanhaciendo desde tiempo atrs: construyendo un conjunto de imgenes mentalessobre la regin y sus pobladores.

    Las publicaciones de los diferentes viajeros del Viejo Mundo, al regresara sus pases de origen, no parece que hubieran pasado desapercibidas para elpblico europeo. Por ejemplo, el mencionado Capitn de la Marina Real SuecaCarl August Gosselman, public en Suecia, poco despus de retornar, su granlibro Resa i Colombia aren 1825 och 1826 (Viaje a Colombia en 1825 y

    34 F. Von Schenck, op. cit., p.26.35 Luis Fernando Molina, Empresarios colombianos del siglo XIX. Bogot: Banco de laRepblica, El ncora Editores, 1998, p.51.36 Mara Mercedes Botero, Comercio y bancos, 1850-1923. En: Historia de Antioquia.Medelln: Suramericana, 1988, pp. 243-247.

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    Las lites de la ciudad de Medelln1826), que alcanz verdadero xito; en 1830 se public una nueva edicin sueca,a la vez que otra alemana. En parte la novedad del tema, pero sobre todo el grantalento narrativo y estilstico del autor, explican un xito que se ha perpetuadohasta hacer del Viaje a Colombia un clsico de la literatura sueca de viajes. LaAcademia sueca ha honrado recientemente la memoria del autor con unamedalla conmemorativa.37 En la dcada siguiente, el capitn Gosselman fueescogido para una misin de gran envergadura: recorrer el Caribe y Sur Amricadurante 1837 y 1838 con el fin de informar al gobierno de su rey sobre el estadoeconmico de las nuevas repblicas. Sus informes fueron editados rpidamente,en 1840, slo pocos meses despus del fin de su tarea.38

    Por su parte el suizo C. P. Etienne arrib a Medelln en 1864 y permanecidurante 21 aos despus de que una fuerte simpata por la ciudad le hicieratomar la decisin de my fixer dfinitivement.39 En 1885 regres a su pasy public dos aos despus sus relatos en Ginebra y en Pars, sin dejar de hacerrecomendaciones a todos los viajeros. De igual manera, Jorge Brisson, elingeniero del cual ya se ha escrito, llev a la imprenta antes de que terminarael siglo sus Viajes por Colombia en los aos de 1891 a 1897, aunque debihacerlo en Bogot obligado por su contrato con el gobierno colombiano.

    Llegado el siglo XX, el francs Flix Serret, sobre quien no se tienen otrosdatos por el momento, estuvo en Colombia de 1911 a 1912. Pocos meses despusde su regreso a Francia, la casa editorial de H. Dunot y E. Pinat puso a circularen Pars su Voyage en Colombie (1911-1912), lo que demuestra una vez msque tanto editores, viajeros y lectores estuvieron bastante interesados en losrelatos de exploracin. En realidad, el siglo XIX, el siglo de los imperialismos enoccidente, fue una poca favorable para el desarrollo de la literatura de viajes.En ella predomin el deseo de clasificar los pueblos, describirlos en detalle,estudiarlos cientficamente, inventariar sus mercados y conocer sus legislacionese informar sobre sus habitantes definiendo su grado de civilizacin, barbarieo salvajismo, haciendo lo posible para describirlos en su singularidad, peroproduciendo a la vez enormes dosis de fantasa y romanticismo.

    El francs Serret, por ejemplo, sin haber sido aparentemente un enviadoen misin cientfica o diplomtica, desde el momento mismo en que entr a

    37 Magnus Mrner, Introduccin. En: Carl A. Gosselman, Informes sobre los estadossudamericanos en los aos de 1837 y 1838, [1840]. Estocolmo: Castelln de la Plana, IndustriasGrficas Hijos de F. Armengot, 1962, p. 11, (pp. 7-28).38 Sobre este asunto relativo a los relatos de viaje de los europeos en el siglo XIX enIberoamrica existe una amplia bibliografa. Se encuentra en el captulo 8, Los relatos deviajeros europeos como fuentes de la historia latinoamericana desde el siglo XVIII hasta 1870,del libro de Magnus Mrner, ya citado, Ensayos sobre historia latinoamericana.39 C. P. Etienne, Nouvelle-Grenade, aperu gnral sur la Colombie et rcits de voyagesen Amrique. Genve: Impr. De M. Richter, 1887, p.23.

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    territorio colombiano por el puerto de Buenaventura en el Ocano Pacifico,asegur que le Colombien, en gnral, est extrment vaniteux et paresseux lexcs.40 Luego, ms hacia el interior del pas reconoci otros criterios devaloracin, que no necesariamente significaban la realidad pero que mostra-ban los mecanismos de su escritura. Cruzando los Andes colombianos, Serretno pas por Medelln pero s por la ciudad de Manizales, reseada comoterritorio de Antioquia. All declar que les commerants et industrielstrangers, ou simplement originaires dune autre province de Colombie, sontassez mal vus des Antioqugnos, qui nadmettent pas quon vienne leur fairela moindre concurrence. Cest pour quoi vous ne voyez presque pas, enAntioquia, de commerants du dehors, lexception de quelques Syriens ouNapolitains qui, seuls, peuvent y vivre, grce leur extrme lsinerie.41

    Las reflexiones del francs no se interrumpieron all. Antes de tomar enel puerto de Nare el barco que lo conducira por el ro Magdalena hasta laciudad de Cartagena, not que muchos de los comerciantes de Antioquia sehaban introducido en el mercado nacional y cmo sus prcticas mostraban unespritu empresarial que no estaba en desacuerdo con el desarrollo de lo quehoy podramos llamar la racionalidad capitalista en Occidente. Es posible queestos comentarios de F. Serret no hayan sido el resultado de una observacindirecta, dada su corta estada, sino ms bien el fruto de una serie derepresentaciones ya comunes entre los colombianos de la poca, o quizs elresultado de la lectura de los relatos de viajeros europeos anteriores a l. Sealo que fuere, lo que importa a la argumentacin planteada radica en que all, enesas narraciones de viaje que se publicaban rpidamente en Europa para unpblico vido de lectura, existan una serie de elementos relacionados con loque aqu se ha denominado el imaginario identitario construido por las litesintelectuales de Antioquia en el siglo XIX. Los textos escritos por losextranjeros y publicados luego en las capitales europeas, ha permitido confir-marlo. Flix Serret proporciona un buen ejemplo:

    Mais si les Antioqugnos ne peuvent souffrir chez eux la prsence dtrangersou dautres colombiens, eux, en revanche, ne se font aucun scrupule pourenvahir toute la Rpublique, se faufiler partout, mettre la main sur les meilleuresaffaires et les plus avantageux ngoces, se faire octroyer toute sorte demonopoles, etc., etc. Leur en faisons-nous un grief ? Non, certes : trsprolifiques, trs nergiques et de plus remarquablement intelligents, les naturelsdAntioquia, se trouvant ltroit dans leur province, ont bien le droit de porterailleurs leur excs de virilit et leur dbordante activit commerciale ; mais ce40 Flix Serret, Voyage en Colombie (1911-1912). Paris: H.Dunod et E. Pinat, 1912, p.30.41 Ibd., p.124.

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    Las lites de la ciudad de Medellnque nous pouvons leur reprocher, cest leur gosme excessif et leur manquedhospitalit. 42

    Se tienen otros ejemplos para apreciar un poco mejor el significado queposea para Europa el mundo americano, sus pueblos y su riqueza representadaen sus diversas formas. Quizs el ms extraordinario sea el de los suizos O.Fuhrmann y Eug. Mayor. Estos exploradores recolectaron una gran cantidadde objetos variados para llevarlos a una sociedad cientfica, donde cada uno desus miembros se encarg de clasificarlos, analizarlos y sacar las conclusionespertinentes: Les nombreux et riches matriaux que nous avons rcolts ontt tudis par une srie des spcialistes distingus...43

    La obra se dividi en dos partes: la primera fue dedicada al relatoetnogrfico de los dos viajeros y la segunda trat en 1089 pginas sobre lostrabajos cientficos propiamente dichos. Esta ltima result con 35 captulos enlos que se insertaron escritos en francs, alemn e ingls. La primera parteintrodujo una foto del Parque Berro de Medelln donde aparece el almacn dePastor Restrepo, uno de los ms prestigiosos comerciantes de la ciudad. Elinforme present de nuevo una poblacin que comprend quelques trangers,des croles, et surtout des mtis e des Indiens; les ngres sont heureusementen assez petit nombre. Le got inn des Antioquiens pour le commerce, leurhabilit dans ce domaine et leur aspect extrieur, semble confirmer la lgendeprtendant quils descendent des anciennes colonies juives transportes manumilitari dans le Nouveau Monde aprs la conqute. As, ante la comunidadcientfica europea la regin se present bajo caractersticas sociales ypsicolgicas relacionadas con las discusiones que se podan encontrar en laliteratura identitaria del pas. Por eso, la conclusin del informe no olvidresaltar que lAntioquia est de beaucoup la province la plus riche et la plusdveloppe aux points de vue commercial et agricole.44

    El inters de aquel informe se manifiesta igualmente en las citas queapoyaron el trabajo presentado por uno de los cientficos a la Sociedad deCiencias Naturales de Neuchtel. El pintor y naturalista Thodore Delachaux,antiguo conservador del Museo Etnogrfico de la misma ciudad, escribi unartculo sobre la alfarera antigua de Colombia. Su texto de trece pginas sebas en el informe de los dos exploradores Fuhrmann y Mayor, as como en

    42 Ibd., pp.124-125.43 Socit des Sciences Naturelles de Neuchtel, Voyage dexploration scientifique enColombie, avec 732 figures, 34 planches hors texte et deux cartes. En: Mmoires de la Socitneuchteloise des sciences naturelles. Neuchtel: Attinger Frres Editeurs, 1914, p.8.44 O. Fuhrmann y Eug. Mayor. Quelques mois en Colombie. En: Voyage dexplorationscientifique en Colombie. Neuchtel: Attinger Frres, 1914, p. 42.

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    los objetos, las fotos y los textos provenientes de Antioquia.45 Delachaux hizoespecial referencia a la coleccin de objetos prehispnicos de Leocadio MaraArango, uno de los principales empresarios de la ciudad de Medelln.

    Miembro importante de la Compaa Minera de Antioquia, LeocadioMara se haba dedicado no slo a acumular dinero, tambin compraba piezasen barro y oro de las antiguas sociedades indgenas. Durante cerca decincuenta aos estuvo recolectndolas y clasificndolas, lo que le sirvi alcientfico suizo para concluir que las piezas analizadas no son falsas: il noussemble peu probable quun homme tel que M. L. Arango ait collectionn durantprs dun demi-sicle des faux, lui qui se trouve sur place et dans les meilleuresconditions possibles pour runir des objets authentiques.46 La coleccin deLeocadio Mara Arango merece un estudio aparte que lo vincule con loshombres de ciencia.

    Leocadio Mara Arango (1831-1918), comerciante y coleccionador de objetos precolombinos, con algunos desus descendientes, autor sin identificar. Archivo fotogrfico, Biblioteca Pblica Piloto, Medelln.

    45 Sur la contre trs limite qui nous occupe, nous navons trouv que les trois travauxsuivants: 1. Ernesto Restrepo Tirado,Ensayo etnogrfico y arqueolgico de la Provincia delos Quimbayas en el Nuevo Reino de Granada (Bogot, 1892). 2. Manuel Uribe ngel,Geografa general y Compendio histrico de Antioquia en Colombia (Pars, 1885). 3. Catlogodel Museo del Sr. Leocadio Mara Arango de Medelln, Capital del Departamento de Antioquiaen la Repblica de Colombia (Medelln, 1905). Thodore Delachaux, Poteries anciennes dela Colombie. En: Voyage dexploration, op. cit., p. 1079.46 Ibd., p. 1080.

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    Las lites de la ciudad de MedellnEn resumen, la riqueza de las lites de Medelln no slo sirvi para crear

    circuitos de orden econmico como los que se ocasionaron a travs delcomercio de oro y caf. El dinero de las lites aliment tambin los intercam-bios culturales. Los viajes a Europa, los recorridos por los museos, las visitasa las capitales ms importantes del Viejo Mundo o a los lugares sagrados delcristianismo, las gestiones con las editoriales europeas para fundar revistas,publicar libros y crear inventarios de la fauna y la flora americana y otras variastareas que vincularon las lites de ambos continentes fueron respaldadas enbuena parte por la riqueza mencionada.

    3. El control de la organizacin poltica

    En esta perspectiva de anlisis de historia regional no es posible pasar poralto el contexto poltico nacional. Se impone al menos la referencia a lastransformaciones que se llevaron a cabo en el pas en la dcada de 1850,conocidas en la historiografa colombiana como las reformas liberales. Conellas se quera eliminar las huellas de las resistentes instituciones coloniales, ascomo al mismo tiempo se pretenda alcanzar las virtudes de la civilizacin quelos proyectos republicanos, romnticos y revolucionarios haban puesto en elescenario mundial desde finales del siglo XVIII en Estados Unidos y Europa. EnColombia, en la Nueva Granada para la poca, las llamadas reformas liberaleslucharon por crear la igualdad definitiva de los ciudadanos al abolir legalmentela esclavitud, por permitirle al Estado controlar el poder de la Iglesia, por eliminarlas trabas al libre cambio, y por promover una organizacin poltica nacional detipo federal. La Constitucin de 1853 confirm lo anterior y dio por esa va unaexistencia poltica independiente a las regiones. La organizacin poltica federalde Antioquia pudo capitalizar dicha autonoma para generar leyes que legitimaranno slo los intereses de sus administradores, sino tambin procesos en la culturaque dieran como resultado lites intelectuales e imaginarios identitarios profun-damente influyentes en sus habitantes y en sus maneras de ver el mundo.

    La autonoma de los Estados regionales permiti, en el caso de Antioquia,un federalismo que paradjicamente contradijo parte de lo que las mismasreformas liberales pretendan. El mejor ejemplo se concret en el tipo derelaciones entre la Iglesia y el Estado. Los conservadores, mayoritarios en laregin, tenan gran confianza en la intervencin de la institucin eclesisticapara regular la vida de los ciudadanos. Les pareca que el matrimonio civil, eldivorcio, la educacin laica, el control del Estado a la prctica de los clrigosy la libertad de imprenta eran un perjuicio para el desarrollo y el progreso dela civilizacin. Por ello, encontraron en la autonoma federalista el medioadecuado para impulsar sus ideas sobre la organizacin social.

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    Fue as como los revolucionarios liberales que se impusieron sobre todoel territorio nacional en los primeros aos de la dcada de 1860, liderados porla polmica figura de Toms Cipriano de Mosquera (1798-1878), no lograronoponerse a que en Antioquia fuesen los conservadores los que terminarandirigiendo y controlando los rganos del poder poltico. A comienzos de 1864,el persistente y combativo Pedro Justo Berro (1827-1875), en nombre delpartido conservador y despus de triunfar militarmente sobre el gobernadorliberal Pascual Bravo (1838-1864), se puso al frente del Estado soberano deAntioquia que haba resultado de la Constitucin nacional federal de 1863. Ennombre del federalismo prometi obediencia a la unin de la nacin pero exigial mismo tiempo autonoma para gobernar. Esta le fue respetada y le facilittrabajar mancomunadamente con los jerarcas de la iglesia catlica. El obispoValerio Antonio Jimnez (1806-1891), a quien ya se encontr presidiendopontificalmente el festejo de los doscientos aos de Medelln, pudo actuarsegn su catlico gusto bajo el gobierno de Berro. Por eso fund el Seminarioconciliar en 1869, institucin que prepar intelectualmente clrigos y laicos,mostrando con ello que tanto la educacin de los religiosos como de losseculares se desarroll bajo la vigilancia del catolicismo.

    Fue tan ntima esta relacin entre los dos poderes que el DecretoOrgnico nacional de instruccin pblica de 1870, cuyo objetivo era mantenerseparadas las dos instituciones, fue rechazado en Antioquia y se le opuso, en1871, otro decreto regional que garantizaba la proteccin del clero en la reginy aseguraba sus servicios para la educacin de la poblacin. En ese orden decosas, el obispo Jimnez organiz el apostolado de los laicos con la Asociacindel Sagrado Corazn de Jess, que tena como finalidad la formacin catlicade sus miembros y la colaboracin en catequesis, educacin y asistencia social,y foment las llamadas sociedades catlicas que propendan por el adelantomoral, intelectual y material de los municipios.47 Algunos aos ms tarde, en1874, el obispo celebr solemnemente el entierro de su gran amigo y ex-gobernador del Estado de Antioquia, el seor Pedro Justo Berro, como unnatural desenlace de la ntima convivencia entre los planes del Estado federaly los de la iglesia catlica regional.

    Sin embargo, la vida poltica de la regin no pudo mantenerse totalmenteaislada de los problemas nacionales. La guerra civil de 1876-77 permiti elregreso de los liberales al gobierno regional aunque ello no signific unenfrentamiento entre los grupos dominantes en Antioquia, pues antes que lasdiferencias de partido, la comunidad de intereses econmicos entre todos sus

    47 Javier Piedrahita, Situacin poltica y religiosa en Antioquia, 1868 a 1942. En:Historia de Medelln, op. cit., vol. 2, pp.513-514.

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    Las lites de la ciudad de Medellnmiembros terminaba por calmar los nimos de guerra y les permita trabajarjuntos. El comerciante liberal Luciano Restrepo, quien aconsejaba a sus hijosque no dejaran entrar los curas a sus casas, gobern el Estado de Antioquiadurante aquellos aos de hegemona liberal (1881-1885). Tanto don Lucianocomo los dems liberales acaudalados de la ciudad, por ejemplo EstanislaoGmez Barrientos y Tomas Uribe Santamara, estuvieron convencidos de quepara mantener la buena marcha de sus negocios era mejor compartir con losconservadores los poderes pblicos.

    Basta mirar la composicin del Cabildo de Medelln durante la segundamitad del siglo XIX y los primeros aos del siglo XX, para darse cuenta queentre las lites de la ciudad hubo un cordial entendimiento, siendo apenaslevemente interrumpido por las guerras civiles ms cruentas. Para ello, se hatomado del historiador Luis Javier Ortiz la siguiente relacin en la que aparecenlos nombres, las profesiones y las filiaciones polticas de los hombres pblicosninguna mujer por supuesto, miembros de la mxima corporacin poltica dela ciudad:

    En los cincuenta, el Cabildo estuvo compuesto por comerciantes liberalescomo Alejo Santamara, Luciano Lpez, Vctor Callejas, Pedro Uribe Fernndez,Prospero Restrepo y Luis Mara Saudo; por comerciantes conservadorescomo Castor M. Jaramillo y Jos Mara Uribe; por artesanos liberales comoAntonio Mara Rodrguez, Santiago Sann, Jos de la Cruz Mondragn yVicente Villa Rojas; mdicos como Sinforiano Hernndez, Jos Manuel Arangoy Manuel Vicente de la Roche [de origen francs]; y el constructor de obraspblicas Juan Jos Mora Berro. En los sesenta, el Cabildo tuvo en su senocomerciantes como Manuel Uribe Santamara, Pascual Gutirrez de Lara,Marcelino Posada, Fernando Restrepo y Juan B. Vsquez; el hacendadoAlejandro Barrientos; el colonizador Anacleto Velsquez; los mdicos JosManuel Arango y Fabricio Uribe; el educador Luciano Carvalho; el artesanoHijenio Mondragn, y el abogado Hermenegildo Botero. Para la dcada de1870, la situacin no haba cambiado mucho y la Corporacin albergabapersonajes de distintas ocupaciones y color poltico. All estaban, mineros,comerciantes y hacendados tales como Julin Vsquez Calle, Carlos CoriolanoAmador, Eduardo Vsquez y Gabriel Echeverri; los comerciantes LeocadioMara Arango, Jos Mara Botero Pardo y Mariano Callejas; el comerciante ynegociante de tierras Guillermo Restrepo; los artesanos, -en especial duranteel interregno radical 1877-1880- Juan Lpez lvarez e Isidro Molina; el maestroVctor Cano; el escritor liberal Lucrecio Vlez; el mdico liberal Manuel Uribengel; un contador, Bartolom Prez y el abogado liberal Rafael Uribe Uribe.En la dcada del ochenta, el Concejo Municipal estuvo compuesto entre otros

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    por comerciantes conservadores como Juan Pablo Arango B., Jos Mara Dazy Emilio Restrepo [Callejas]; el hacendado Alejandro Barrientos; el comercian-te liberal Leocadio Mara Arango; el ingeniero y comerciante conservadorTulio Ospina; el gerente de banco Antonio Jos Gutirrez y el escritor JanuarioHenao, ambos conservadores. Para los noventa y la primera dcada del sigloXX, si bien la mayora de los concejales perteneci al Partido Conservador ydentro de este al Nacionalismo entre 1886 y 1902, para 1904 el Concejo tuvomayora liberal y estaba formado por banqueros, comerciantes, artesanos,ingenieros y mdicos.De 1890 a 1910, entre los conservadores que estuvieron en el Concejo sedestacaron comerciantes como Luis Mara Escobar, Enrique Meja Ochoa,Jess Mara Mora, Antonio Echavarra; mdicos como Eduardo Zuleta adems maestro y publicista, Baltazar Ochoa y Vespasiano Pelez; el periodistay empresario Mariano Ospina Vsquez; el banquero Emilio Correa V.; elingeniero Enrique Olarte; el maestro conservador Avelino Saldarriaga; losindustriales Nicanor Restrepo R., Alejandro Echavarra y Pascual GutirrezVsquez; el abogado y comerciante Carlos E. Restrepo; el escritor y maestroJulio Csar Garca; el abogado Julio E. Botero; el artesano Erasmo Rodrguez.Fueron miembros liberales del Concejo, en el mismo perodo el mdico TomsQuevedo, el urbanizador Manuel Jos lvarez, el ingeniero y colonizadorGermn Jaramillo Villa, Carlos y Luis de Greiff, Gabriel Echeverri Villa, DionisioLalinde; los comerciantes liberales Ricardo Olano y Alberto ngel; [losperiodistas] don Fidel Cano y Enrique A. Gaviria.48

    Lista muy interesante para los propsitos de este trabajo. Si se recuerdanlos personajes mencionados en las primeras pginas del texto, se ver quemuchos de ellos han empezado a repetirse. Por lo menos se ha encontrado unaserie de apellidos comunes, que muestran la existencia de alianzas y redesfamiliares controlando la produccin de bienes, leyes e ideas. Losmiembros de las compaas de comercio, de las casas de exportacin, de lassociedades prestamistas se confundan con frecuencia con los hombres degobierno, y varios de ellos eran tambin parte de los grupos intelectuales,literarios, cientficos y artsticos de la ciudad. Lo que significaba, en otrostrminos, que las fronteras entre las lites econmicas, polticas, sociales yculturales eran bastante imprecisas.

    Hombres como Mariano Ospina Rodrguez y Manuel Uribe ngel, aquienes se les encuentra escribiendo con frecuencia la historia de la regin yparticipando en la expansin de las instituciones culturales y educativas, fueron

    48 Luis Javier Ortiz, Medelln, poltica, cabildo y ciudad, 1850-1910. En: Historia deMedelln, op. cit., pp.190-191.

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    Las lites de la ciudad de Medellnen distintos momentos gobernantes del Estado federal de Antioquia. Elcomerciante, colonizador y urbanizador Gabriel Echeverri tambin lo fuefinalizando la primera mitad del siglo XIX. Luciano Restrepo, gobernador enla dcada de 1880 fue a su vez un ciudadano de negocios y gran fortuna.Despus de todo, estos hombres estaban convencidos de que el proyectocivilizador deba cubrir la mayor cantidad de aspectos sociales, y para llevarloa buen fin, era necesario, de acuerdo con la visin que tenan de s mismos, queel grupo ms apto lo dirigiera, lo pusiera en prctica y le permitiera generaren la regin una fuerte conciencia de identidad.

    lites de Medelln hacia comienzos del siglo XX: artistas, mdicos, comerciantes, polticos, poetas y clrigos.Fotos de Melitn Rodrguez, publicidad de Cigarrillos Victoria. Archivo fotogrfico, Biblioteca Pblica Piloto,Medelln.

    La Universidad de Antioquia fue quizs el lugar en el que se podanobservar ms claramente las borrosas fronteras entre las lites. En efecto,muchos de los personajes que ejercieron el mando de los asuntos polticos,estuvieron a la vez vinculados con la institucin educativa ms importante dela regin. Tres presidentes de Colombia, el mencionado Mariano OspinaRodrguez presidente en la dcada de 1850, el escritor Carlos E. Restrepopresidente entre 1910 y 1914, y el nieto del primero, Mariano Ospina Prezpresidente en la dcada de 1920 fueron profesores de la Universidad.Asimismo, tres gobernadores de Antioquia ejercieron funciones como rectoresdel centro universitario: Romn de Hoyos, Pedro Justo Berro y Marceliano

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    Vlez. Para completar el cuadro en el cual lites polticas e intelectuales seconfundan, se podra tambin enunciar el caso de los profesores y a su vezlderes polticos, de los liberales, periodistas y ensayistas Rafael Uribe Uribey Fidel Cano.

    4. Las grandes familias: mapas genealgicos y redes familiares

    La genealoga de las familias de las lites de Antioquia ha enseado queabuelos, padres, nietos y dems descendientes heredaban no slo los apellidossino igualmente las profesiones y la riqueza. Los matrimonios llevados a caboentre familias parientes demostraron el marcado inters por mantener intocablesciertos criterios de distincin social como el dinero y la raza. El historiadorPablo Rodrguez lo ha mostrado en su trabajo sobre El amancebamiento enMedelln, siglos XVIII y XIX.49 Rodrguez plantea que la costumbre hispnicade la dote consolid los matrimonios entre miembros del mismo grupo familiar.Seal tambin que la dote fue ms un mecanismo de alianza y de cohesin delos hacendados, mineros y comerciantes; es decir, de la lite local.50

    Las bodas entre parientes constituyeron, en efecto, una prctica endogmicaperfectamente reflejada en la cantidad de dispensas eclesisticas otorgadas afinales del siglo XVIII, fenmeno que se repiti tambin durante el siglo XIXentre las clases altas de acuerdo con la investigacin efectuada por CatalinaReyes: los matrimonios entre primos, familias allegadas y hermanos de unamisma familia con hermanas de otra, fueron frecuentes. Estos matrimonios, quetenan visos de ser arreglados, eran muchas veces el resultado de la atraccinentre jvenes que gracias a la amistad o parentesco de los padres haban crecidojuntos y disfrutado de paseos y fiestas familiares desde la infancia.51

    Asimismo, como lo seal el historiador Vctor lvarez, las familias queaparecan asentadas en Medelln a finales del siglo XVIII o comienzos del XIXse vincularon luego a la colonizacin de tierras por toda la regin antioqueadurante el resto del siglo, y, dos o tres generaciones despus, sus descendientesvolvieron a la ciudad. Regresaron ms ricos pero no siempre menos cultos,pues aunque distanciados en las zonas rurales de los centros de educacinsuperior que ofreca Medelln, intentaban no obstante, mantener los lazos conla civilizacin creando pequeos grupos de hombres de letras, fundando

    49 Pablo Rodrguez, El amancebamiento en Medelln, siglos XVIII y XIX. En: PabloRodrguez, editor, Seduccin, amancebamiento y abandono en la Colonia. Bogota: FundacinLola Guberek, 1991.50 Pablo Rodrguez, El calor de hogar en la vieja Villa de la Candelaria. En: Historiade Medelln..., op. cit., p.127.51 Catalina Reyes, Vida social y cotidiana en Medelln, 180-1940. En: Historia deMedelln ..., op. cit., p.437.

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    Las lites de la ciudad de Medellnperidicos, asociaciones, bibliotecas y dems instituciones similares. Muchosotros, con menor preparacin intelectual pero convencidos de estar persiguien-do los mismos ideales que los hombres de las ciudades capitales, retornabanatrados por el constante auge comercial de Medelln para vincularse a l comobanqueros, socios de compaas exportadoras e importadoras, o bien parafavorecer el impulso que se le daba a las vas de comunicacin y as poder sacarsus productos agrcolas y mineros a los mercados.

    Relat lvarez la historia de dos troncos familiares, muy sobresalientesen la regin y en ocasiones en el pas, en la cual puede apreciarse estefenmeno de reproduccin de las lites y de sus redes familiares porgeneraciones:

    El caso ms conocido es el de la descendencia del doctor Ignacio Uribe, el mseminente abogado al finalizar la poca colonial. Dos de sus hijos, Juan yCristbal, se vincularon a la colonizacin del suroeste; el segundo figura comofundador de Fredonia. Toms Uribe Toro, hijo de Cristbal, fund Valparasoy all nacieron sus hijos Rafael Uribe [Uribe], el prohombre liberal, y Heraclioque sera fundador de Sevilla en el Valle del Cauca. Rafael volvi a Medellnhacia 1881, donde vivi algn tiempo. Sus hijos Julin y Carlos Uribe Gavirianacieron en ella a finales del siglo XIX, y cumplieron papel muy importante enla vida de la ciudad durante la primera mitad del siglo.Otro caso es el de la familia del ilustre genealogista Gabriel Arango Meja, lacual se remonta al espaol Antonio de Arango y Valds, quien lleg a Medellnen el siglo XVII. En 1722, Jos Eugenio Arango Vlez, nieto del anterior, fuealcalde pedneo de Rionegro; y un siglo despus su descendiente Pedro PabloArango ngel desempe la alcalda de la misma ciudad. El hijo de Pedro Pablo,Gabriel Arango Botero, fue uno de los fundadores de Abejorral, dondenacieron sus hijos Ramn Arango Palacio, vecino de Manizales, y Hermenegildo,padre de don Gabriel Arango Meja [el reconocido autor de las Genealogas deAntioquia y Caldas], tambin nacido en Abejorral. Desde 1891 Gabriel fue aMedelln a adelantar sus estudios en el colegio de San Ignacio [regido por losjesuitas] y posteriormente se estableci en esta ciudad, donde se encuentradesde entonces la mayor parte de su descendencia.52

    Dos ejemplos de historia familiar en los que se perciben claramente losderroteros histricos de la regin y la forma como sus lites se movilizaron paraimpulsar y usufructuar los avances materiales y culturales, unas veces comofuncionarios pblicos, otras como fundadores de pueblos en los que se obtenan

    52 Vctor lvarez, Poblamiento y poblacin en el Valle de Aburra y Medelln. 1541-1951". En: Historia de Medelln..., op. cit., p.77.

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    importantes concesiones de tierras, o bien, como escritores y promotores desociedades literarias y cientficas por medio de las cuales se vinculaban almundo y mantenan un importante control sobre el pensamiento de loshabitantes de la regin.

    En consecuencia, se puede considerar que la imagen de Antioquia comouna regin encerrada en la montaa y desarticulada del mundo exterior es muycuestionable. Al desarrollo de esa imagen contribuyeron en ocasiones loscomentarios de los viajeros europeos, quienes asfixiados por las largasjornadas de camino y convencidos de estar en lugares lejanos, a miles dekilmetros de sus centros de origen y en ocasiones del mundo, terminabanpor difundir la idea segn la cual aquellos parajes vivan bajo el ritmo delaburrimiento y eran sitios aislados de la civilizacin.

    Por ejemplo, Friederich Von Schenck, del cual se sabe ya que estuvo enMedelln varios aos durante la dcada 1880, perodo con gran produccincultural en la ciudad, termin diciendo que el antioqueo por una raraexcepcin entre los latinos es poco dado a los placeres festivos. () Lasfamilias viven recogidas y por s solas, y