d 2002 saul hurtado heras

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  • 8/2/2019 D 2002 Saul Hurtado Heras

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    UNIVER SIDAD NAC IONAL AUTNOMADE MXICO

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRASPOSGRADO ENESTUDIOS LATINOAMERICANOS

    L A P O T I C A E N L A N A R R A T I V A DEM I G U E L N G E L A S T U R I A S

    T E S I SQUE PARA OPTAR AL GRADO DE:D O C T O R EN E S T U D I O SLATINOAMERICANOS (LITERATURA)PRSAL

    S E NHURTADO

    TA:HERAS

    MXICO, MAYO DE 2002F A C U L T A D D E F I L O S O F A Y L E T R A SSERVIC IOS ESCOLARES

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    A mis padres:Carlos Hurtado Daz (q.e.p.d.)

    yJuana Heras Velzquez

    Ana y Monse...Monse y Ana:estoy aqu,en ustedes,

    con ustedes...por ustedes.

    En el bal de las utopas encontr t u nom bre, Lola.

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    RECONOCIMIENTOSEl Dr. Ignacio Diaz Ruiz ha sido parte importante en el desarroo de esta investigacin. Estaslineas han sido dictadas por !a confianza, la satisfaccin, el compromiso y el profundoagradecimiento por contar con su asesora. Muchas gracias tambin a los catedrticosValquiria Wey, Liliana Weinberg, Francoise Perus y Jos Luis Balcrcel. En algn momentoconocieron mis preocupaciones que ahora se materializan en este trabajo y me apoyaron consus comentarios y observaciones. Los doctores Sergio Lpez Mena, Guadalupe Rodrguez deIta, y Adriana Sandoval leyeron la tesis y me manifestaron sus observaciones. Las catedrticasCirce Rodrguez y Gladys Tobar se han convertido en entusiastas interlocutorasguatemaltecas de este trabajo. Mi reconocimiento tambin a ellas. Gracias a mis profesores dela Facultad de Humanidades de la Universidad Autnoma del Estado de Mxico. Ellos meayudaron a caminar por esta senda.

    Mi madre, mis hermanos, mi esposa y mis hijas han tenido que soportar lasdesatenciones que supone una actividad como sta. Ni modo; nadie puede partirse enpedacitos. Pero muchas gracias por su compaa y por su comprensin a quienes m e la hayanbrindado. Gracias, en fin, a quienes alguna vez confiaron en mi y me estimularon y estimulanpara seguir por este camino.

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    Nuesttv despnoy nuestra ignoranciapo r lo nuestro, raya en criminal.

    Mientras pueblos sin tradicinbuscan insistentemente a construirseun pasado, los guatemaltecos {/rase

    qu e nos hemos pwpuesto olvidarhijos de quin somos.

    Miguel ngel Asturias, 1927.

    Mientras me sea posible imaginar,hacer imagen todo lo que el mundo posee

    y copiar con mi espejo negralo qu e veo en mis sueos

    hablare' con imgenes.Cul entonces mi creacin?

    Ninguna.Nada agrego al universo

    si me valgo de l espejo de doblefa% :Copiar ?w es crear.

    Miguel ngel Asturias, 1971.

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    NDICENota aclaratoriaintroduccin 1CAPTULO I: LA PRO DU CCI N NARRATIVA DE MIGUE LN GE L ASTURIAS: CREAC IN, CRTICA Y CO NT EX TO 111. La produccin ideolgica y narrativa 111.1. Las vicisitudes de la crtica 141.2. Escritura y pensamiento. Pars 1924-1933: antecedentes de la produccin ideolgicay narrativa 24CAPTULO II: EJES TEMT ICOS EN LA NARRATIVA D E MIGU EL N GE LASTURIAS 732. Ejes temticos 732.1. D nde qued el mito? 742.1.1. MaiV/Barro: dilema de la cosmogona 812.1.2. M un do /N o Mun do: interseccin de los espacios 902.1.3. Kl espacio com partido: Tradicin-Modernidad 952.2. Vida/M uert e: de la dicotoma cxistencial a la pugna por el po der 1032.2.. La tierra del q uetzal: brujos y nahuales 1112.3. 1,/JS pode res de la seduccin 1162.3.1. Gobierno-Autondad 1232.3.2. Poder-Riqueza: destino del hom bre? 130CAPTULO III: EL PROGRA MA ESCRITURARIO 1373.1. Palab ray percu sin: lenguaje al infinito 1373.1.2. IJOS sentidos de la magia: magia de la palabra 1463.2. La configuracin del personaje 1503.3. I-os matices narrativos 1673.4. Aleph co mo prisma: todo s los espacios en uno 178CAPTULO IV: UN SOLO MU ND O: LA NARRATIVA ASTURIANA COM OPRO DU CC IN SIMBLICA 1914. Un solo m un do : la narrativa asturiana com o produccin simblica 1914.1. La utopa latinoamericana com o referente 194CONCLUSIN 201BIBLIOGRAFA 207

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    N O T A A C L A R A T O R I A :Con el fin de agil i tar las referencias sobre los dist intos relatos de Miguel ngel Asturias, se haoptado por sealarlos tambin con el primer sustantivo de su t tulo; o en su caso, con algunas siglas que

    hacen referencia a sus t tulos. En esos casos, ias referencias se encuentran entre corchetes separados dela pgina por una coma.Las obras son las siguientes:LGSPHMVFPVW GOEALM TRCLCQELSUAVDHTTTCSACPSPKLAAMSiTENCJJUCA

    t ambin Llenaost amb in Seort ambin Hombrest ambin Vientot ambin Papat amb in Week-endt ambin Ojost ambin Alhajaitot ambin Mulatat amb in Rumaniat amb in Clarivigiliat ambin Coloquiot ambin Espejot amb in Maladrnt amb in Viernest ambin El hombret ambin Trest amb in rbolt amb in El problemat ambin Parst amb in Lati?ioamt amb in Amricat ambin Sinceridadet ambin Teatrot ambin Novelast ambin Jure%_t ambin Carias

    Leyendas de GuatemalaEl seor PresidenteHombres de ma\Viento fuerteEl papa verdeWeek-end en GuatemalaLo s ojos de los enterradosElalhajatoMulata de ta lRumania, su nueva imagenClarivigiliaprimaveral .Coloquio con Miguel ngel AsturiasEl espejo de Uda SalMaladrnViernes de DoloresEl hombre que lo tena todo, todo, todoTres de cuatro solesEl rbol de la Cru^El problema social del indioPars 1924-1933:periodismoy creacinliterariaLatinoamrica y oros ensayosAm rica, fbula de fbulasSinceridadesTeatroNovelas y cuentos de juventudJure% el inmenso porque es inmensoCarias de amor entre Miguel ngelAsturias y Blanca Moray Araujo

    En e coso de Leyendas de Guatemala, Week-end en Guatemala y El espejo de Uda Sal, adems de aobra, a veces se especifica el relato, sealando slo con maysculas, sin cursivas y sin negritas, las siglascorrespondientes. I-os relatos de cada una de estas obras son las siguientes:leyendas de GuatemalaLV "le ye nd a del vo lcn"LC "Ix 'yenda del Cadejo"

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    LT "ley end a de la tatuana"LS "Leyenda del som brer n"LT LF "Leyenda del tesoro del lugar florido"BT "Los brujos de la torm enta primaveral"CC "Cuculcn"Week-enden GuatemalaWG "Wcek-end en Guatem ala"AT "Americanos todos"3 3 "Ocelote 33"GA "I-a Galla"BU "El Bueyn"CP P "Cadveres para la publicidadAG "l/ )s agrarios"TO "Torotumbo"Yil espejo de Ua SalELS "F.! espejo de Lida Sal"JE "Juanantes Encad enado"J li "Juan Horm iguero"JG "Juan Girador"QC "Quncaj"LTC "1-eyenda de las tablillas que canta n"LMC "Leyenda de la mscara de cristal"LC D "Leyenda de la campana difunta"LM "Leyenda de matachines"

    Debido a que esta investigacin considera una serie de materiales hasta ahora inditoscontenidos en el Fondo Asturias de la Biblioteca Nacional de Francia, cuando se haga alusin a estosmanuscritos, se sealar entre corchetes, en cursivas, la indicacin "Mss", seguida de un numeral, quecorresponde al cdigo con el que ha sido clasificado. Si es el caso, despus del cdigo se sealar elcarpeta especfica donde se encuentra el relato aludido. Por ejemplo, [AJ, 10, 5], hace referencia almanuscrito "Juan Cadena" consignad o con el cdigo 10, en la carpeta que lleva el nm ero 5.

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    INTRODUCCINEl estudio y la interpretacin literaria encuentran da con da tanto s ca mino s com o dificultades. E nesta tarea, el estudioso enfrenta remoras desprendidas no slo de la naturaleza del objeto mismo,sino otras relacionadas con el principio epistemolgico del saber, conocer y comprender nuestrasituacin en el mu ndo , fundamentalmente desde el punto de vista artstico.

    La simple idea de la articulacin metodolgica para comprender e interpretar la literaturatiene ya una clara historia. En nuestros das, los caminos abiertos en este terreno todava no logranerradicar la ilusoria idea de las verdades absolutas. Hay quienes an viven ingenuamente con talesaspiraciones. En este contexto, puesto su sitio el estructuralismo, queda pendiente la perennediscusin acerca del principio metodolgico: Dnde est la verdadera utilidad del mtodo en lainvestigacin literaria? Cules son los riesgos inevitables? Qu tan pertinente resulta pensar en"el propio fluir de la heterogeneidad", como lo seala Alicia Llarena? [1996: 23], Lo heterogneoo lo sincrtico, significa renunciar al establecimiento de bases tericas? En qu medida lareflexin terica se adeca a las caractersticas de la realidad de la cual es abstraccin? Es lasobreteorizacin un riesgo innecesario y costoso?

    Estos son problemas cotidianos, propios de cualquier estudioso de la literatura. Faltan losespecficos, aquellos que tienen que ver con la situacin concreta de las condiciones deproduccin, circulacin y recepcin de los objetos artsticos, pensados como entidades simblicas.La historia d e la literatura e st hech a, inevitablemente, de juicios m uy disp ersos.

    Un estudioso que no to me en cuenta que la verdad en la investigacin literaria es relativa,tiene muchos riesgos. Los hallazgos de la esttica de la recepcin han mostrado este tipo deverdad.Toda interpretacin tiene siempre como marco de referencia el horizonte de cultura delintrprete, de manera individual, pero tambin de manera colectiva. Esto motiva, naturalmente,apreciaciones distintas por un mismo observador de un mismo objeto de estudio. Este hechosupone cambios continuos en una comunidad de lectores, y el consecuente reacomodo de losvalores artsticos, cuyas repercusiones afectan tanto al objeto de estudio, determinando suvigencia o no, como a los intrpretes, modificando, redefniendo o enfatizando su concepcin delmundo. Asi que una tesis como la de Harold Bloom acerca del carcter inmanente del objetoartstico para determinar su vigencia o no, gozar de mayor validez siempre que se complementecon el factor q ue toma en cuen ta el entorno para la determinacin d e lo cannico literario.

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    Estos problemas llaman la atencin por cuanto tienen que ver con nuestro especficoobjeto de estudio. Sucede que la produccin narrativa de Miguel ngel Asturias (1899-1974) hasido motivo de interpretaciones diversas. Galardonado en 1967 con el premio Nobel, el msapreciado reconocimiento literario universal, Asturias tuvo el privilegio que hasta el momentoslo cinco escritores latinoamericanos han tenido- Y sin embargo, su figura no siempre esreconocida como uno de los principales hitos de las letras en Amrica Latina. Lo es en verdad?De ser as, a qu se debe su relativo olvido: a los recelos generacionales, derivadosconcretamente de sus pugnas con los jvenes escritores del boom de los aos sesenta? O bien, sedebe a que el virtual potencial simblico de su produccin no ha tenido una clara oportunidadpara ser apreciado en su amplia dimensin? o acaso el sentido vivo de su produccin no hapodido sobreponerse a los cambios de las mentalidades artsticas de la comunidad lectora y, enconsecuencia, su desplazamiento se debe a su carcter de sentido muerto, porque tiene poco onada qu e decir a sus receptores en estos aos?

    Queda pendiente, por el momento, saber si el sentido de su produccin es un sentido vivo.Por ahora, si algo tambin resulta claro es que la crtica sobre su obra empieza a tomar un nuevoimpulso. D e ser cierta esta revitalizacin, pronto se manifestarn rev aloraciones qu e contemplen elsignificado de su obra considerando todos los aspectos, tanto el trabajo de composicin, suafinidad con los gneros literarios y la realizacin de un estilo particular.

    Entre las tantas interpretaciones de que ha sido objeto la narrativa de Miguel ngelAsturias, las circunstancias de produccin y circulacin algo tuvieron que ver con los continuosacercamientos crticos, incluso con el relativo impasse de la dcada de los aos setenta.Actualmente, algo caracterstico de la critica sobre la obra de Asturias es el decidido intento dehurgar el contenido simblico, sin atenerse a los vicios y tabes que se configuraron en losprimeros aos. Vicios y tabes que a veces enaltecan y a veces menospreciaban al autor o a suobra

    Lejos se est de elaborar un simple panegrico y lejos tambin del necio desdn. Losestudios que discuten abiertamente el problema de su potica toman en consideracin loselementos ms controvertidos y que contribuyeron a crear algunos mitos sobre el autor y su obra.En estas condiciones, el conjunto de acercamientos, incluidos los que reconocen el valor de laobra asturiana y los que la ponen en duda, ofrecen la posibilidad de discutir no slo el valor que

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    3pudo tener en su momento la narrativa del escritor guatemalteco. Ante todo, los estudios recientessobre Asturias ofrecen la posibilidad de analizar su vigencia actual, no obstante la readecuacindel horizonte de cultura de los virtuales receptores. El verdadero compromiso de la crtica tieneque ver con este problema de comprensin y explicacin de la naturaleza de los objetossimblicos, sin contentarse slo con reconocerlos o desdearlos cm odamente.

    Cuando hablo de una nueva crtica, pienso en aquellos estudios que han buscado desdepticas distintas explicar el mundo de la obra de Asturias, tomando como marco terico desdefundamentos antropolg icos, sociolgicos , hasta la esttica de la recepcin.

    Lo cierto es que actualmente ya no es posible contentarse slo con conocer la estructurade una obra, sino conocer, como dice Ricoeur, su mundo, dar cuenta de su movimiento, pues la'literatura en trminos de -Ricoeur, es "ese discurso que ya no tiene denotacin, sloconnotacione s" [Ricoeur, 1980: 298 ]. Existe pues la necesidad de tomar com o punto de partidauna nueva organizacin del material, en la cual la forma tenga un sitio privilegiado. En tal ca so, elproblema consistir en definir qu se entiende por forma, problema que tiene que ver con lapotica. En estas condiciones, la potica aparece aqu como el concepto nuclear de un ejercicio deesta, naturaleza.

    Dos son al menos las nociones que sugiere el trmino potica: por un lado, como elsistema de abstracciones que definen desde el punto de vista terico la nocin del ejercicioliterario en un autor. En este sentido, se habla de la teora o de la potica de un escritor,indistintamente [Cfr. Mgnolo, 1986: 19], Al escribir no se pretende otra cosa que definir laliteratura. Se dice, en este caso, que la literatura es "potica aplicada" [Von Ziegler, 1984: 9-10 ].

    Por otro lado, "potica" supone una abstraccin de los caracteres genricos de la obra deun autor Cada texto particular es una manifestacin, una de las realizaciones posibles. En estesentido, la potica apunta al conocimiento de las leyes generales que presiden el nacimiento decada obra [Cfr. Todorov , 1975: 15 y 19].

    Por lo anterior, con el trmino potica quiero referirme en general a la concepcin que unautor (Asturias, en este caso) tiene acerca del quehacer literario, vinculado estrechamente con suejercicio. Desde este enfoque, y de acuerdo con Todorov, cada obra es la manifestacin de unaestructura abstracta mucho ms general [Todorov, 1975]. Una diferencia con la nocin deTodorov y la que este ejercicio sugiere, es que aqu se supera el carcter puramente "interno" que