suplemento cultural - hp 468

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Comunicante Comunicante Comunicante VIERNES 17 DE JULIO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 38 El taller de Rock de Pedro El taller de rock del legendario Pedro de la Garza vino a suponer el espacio privilegiado para encauzar nuestra creativa y pasiva rebeldía. Misha y Alexis, pareja de clase mundial Su talento y pasión por el tango los han llevado a concursar tres veces consecutivas en el Mundial de Tango, en Buenos Aires, Argentina; este año regresarán. Adrián Meraz Pág. 6 Montserrat Chávez Pág. 7 Corridos de narcos: apología y culto popular Facinerosos, asaltantes de caminos, contrabandistas… narcotraficantes; los buenos ladrones en los que el pueblo aún cree Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5

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Corridos de narcos: apología y culto popular

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Page 1: SUPLEMENTO CULTURAL - HP 468

ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 17 DE JULIO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 38

El taller de Rock de Pedro

El taller de rock del legendario Pedro de la Garza vino a suponer

el espacio privilegiado para encauzar nuestra creativa y

pasiva rebeldía.

Misha y Alexis, pareja de clase mundialSu talento y pasión por el tango los han llevado a concursar tres veces consecutivas en el Mundial de Tango, en Buenos Aires, Argentina; este año regresarán.

Adrián Meraz Pág. 6 Montserrat Chávez Pág. 7

Corridos de narcos: apología y culto popular

Facinerosos, asaltantes de caminos, contrabandistas… narcotraficantes; los buenos

ladrones en los que el pueblo aún cree

Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5

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Editor / Ricardo Bonilla Diseño / Grupo Editorial HADEC

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

Benito Juárez García, el Benemérito de las Américas, murió a las 23 horas con 35 minutos del 18 de julio de 1872, de angina de pecho. En su libro “La cuestión religiosa en México. O sea, Vida de Benito Juárez”, Regis Planchet afirmó: “He visto caer al infierno el alma de Benito Juárez”. De acuerdo con el relato, “pocas horas después, al abrirse la oficina telegráfica, apareció la fatal noticia”.

El Obregonato, 1928-1968… una ficción pacheca

(murió el 17 de julio de 1959).

“Un beso que nunca se probó es eterno… y para siempre perdido”,

Billie Holiday

El Caudillo alzó los ojos para mirar al hombre que le mostraba su dibujo en

el block. Se encontró ante la pis-tola calibre 22 que José de León Toral se disponía a accionar. Fue un segundo. En ese instante desde las mesas del fondo dispa-raron al mismo tiempo Ernesto Domínguez Puga y Pepe Batán. Una bala destrozó la clavícula de Toral, la segunda le dio entre las costillas.

Álvaro Obregón se levantó manchado de sangre e impidió que los asistentes al banquete lin-charan a su posible asesino. Los dos agentes de las Comisiones de Seguridad que le salvaron la vida se abrieron camino a golpes. Lle-garon junto al general que había sido presidente de 1920 a 1924 y volvería a serlo desde 1928 hasta su muerte en 1968.Obregón el invicto, el más grande general mexicano de

todos los tiempos, el estratega que jamás perdió una batalla, repetían en la televisión y en la radio la mañana del 2 de octu-bre en que al fin se hizo públi-ca la noticia de su muerte…Nadie esperaba que, mientras velaban al Caudillo en el Palacio de las Bellas Artes, el Obregonato iba a terminar con la matanza del 2 de octubre de 1968 en el Zócalo de la capital. El 20 de noviembre, por decreto del nuevo

presidente Díaz Ordaz, perdió su nombre de Ciudad Obregón y volvió a ser la eterna ciudad de México. (Fragmento “El caudillo no es asesinado. El Obregonato, 1928-1968”, José Emilio Pacheco; Letras Libres, octubre de 2008. Obregón murió el 17 de julio de 1928, y aunque José de León Toral le disparó con una pistola de solo seis tiros, en el cuerpo del caudillo se encontraron 11 balas. ¿Quién lo mató?).

Nomás por hablar de algo...Las Efemérides

El 17 de julio de 1967 murió John Coltrane, músico de jazz estadounidense. “No es necesario que se entienda, la reacción emocional es lo único que importa. En ningún momento hay fin. Siempre hay que imaginar nuevos sonidos, nuevos sentimientos que transmitir. Y siempre, está la necesidad de mantener lo más refinado posible esos sentimientos y sonidos, de manera que podamos ver realmente lo que hemos descubierto en su estado puro, ver lo que realmente somos y poder transmitirlo”.

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

SATÍN Y SEDA

Si te conoces... ¡no tienes la menor idea!

Nadia Bracho

¿No escucharon?, ¡la señora es sanguínea! Y eso es muy peligroso…

“¿Qué tipo de temperamento te con-sideras?”, era una de las preguntas que formaban parte de un cuestio-

nario de “Educación para ser padres”. Me quedé unos segundos concen-trada en dar la res-puesta correcta.

¿Mi persona-lidad? ¡Claro! Es fuerte, pero a la vez suave; es firme pero también flexible; es impactante, pero también sencilla… en pocas palabras, tengo “nulificada mi personalidad”. Lle-gué a esta penosa conclusión y la acom-pañé con un suspiro de desaliento.

Observando a mi alrededor que todos los demás papás “aplicados” ni siquiera tomaban aire para escribir, distraje la mirada en el salón para ver de dónde podía obtener esa respuesta, teniendo la conciencia de que, en pri-mer lugar, a estas alturas de mi vida no podía copiar y ahora más que nun-ca porque mi visión no reconocería a un ele-fante a un metro. De pronto, el reflejo de mi imagen me llamó la atención, estaba justamente frente a la puerta de vidrio y podía visualizarme a todo mi esplendor.

“¡Aquí está mi per-sonalidad!”, pensé entusiasma-da, ya que podía describirme mientras me miraba, como una especie de au-torretrato. Mi personalidad es: no muy alta ni baja (volví nuevamente a las nulidades), de tez “amarilla” en verano y “verde limón con tonalidades azules” en invierno. El pelo de acuerdo con la inspiración del estilista de la quincena, que al ver el resultado en el mío puedo concluir que este está pasando por una

depresión “postraumática” o sufre del síndrome de “falta poco para

la quincena”.Mi forma de vestir es “deporcasuinstitucional”, una

mezcla de casual, deportiva y, como siempre, debo verme institucionalmente como una mamá de tres hijos. Anoté en

esta última frase un punto con el lápiz bastante notorio, haciendo resaltar que ya había terminado.

Suspiré, moví el cuello ligeramente a los lados para descansar los músculos y estiré los brazos.

¿Que qué estaba haciendo? Para mí, estaba disfrutando de haber sido la primera en terminar mientras a mis com-pañeros aún les faltaba mucho por hacer.

-Bien -dijo la moderadora.-Puede leer su respuesta, Sra. Ovalle del Valle, y com-

partir con nosotros sus conclusiones…La Sra. Ovalle del Valle sacó unos lentes bifocales con

monograma de LV (para muchos es la seña inconfundible del diseñador Louis Vuitton; para mí significaba simple-mente “La Valle”, en alusión a su apellido).

-Dentro de mis notas generales en relación con mi temperamento, llegué a la conclusión de -aquí comencé yo a bostezar, ya que por un momento me

sentí integrante de la Cá-mara de Diputados, antes de escuchar un discurso

sobre el analfabetismo nacional- que tengo un temperamento sanguíneo.

Aquí fue donde me incorporé de inmediato e inquieta traté de encontrar alguna cara con-

fundida entre mis compañeros padres de familia. ¡Nada! Ellos seguían las palabras de la exponente como si estuviera describiendo un árbol.

“¿No escucharon?, ¡la señora es sanguínea!”, pensé. Y eso es muy peligroso, cavilé.

-En mis características emocionales y psicológicas ano-té que me gustan los cambios, soy adaptable, sociable y ad-miradora de la verdad, pero las tendencias negativas de mi personalidad pueden llevarme a ser superficial, irreflexiva y difícilmente me comprometo en el trabajo y en las re-laciones personales –concluyó la señora Ovalle del Valle.

“¡Místicos varones de la Santa Inquisición!”, grité por dentro, pues a qué seminario para padres me inscribí. A lo mejor me equivoqué y estoy en una conferencia de “Es-tudios de los druidas en tiempos de la persecución celta”.

-Es interesante -concretó la moderadora-. ¿Y usted, Sra.

Reyes del Virrey? -señaló a mi compa-ñera de al lado.

-Yo concluí que tengo un tempera-mento colérico -dijo al mismo tiempo que arreglaba su cabello-.

Tengo voluntad, trabajo con gran concentración y energía, termino lo que inicio, soy pionera y emprendedo-ra, pero con marcados rasgos de que en situaciones me siento indispensa-ble, aplastante, egoísta, intransigente y tirana –y terminó su descripción mientras volcaba su mirada sobre mi persona, que simplemente se sentía del tamaño de un protón debido a las intimidaciones.

-¿Alguien más que quiera compar-tir este momento tan rico en aporta-ciones para este seminario de “Cómo ser padres?, ya que lo primero que

debemos hacer es conocernos a no-sotros mismos… ¿verdad? -y me sonrió amplia-mente, mientras trataba lo más posible de tapar mi respuesta sen-

cilla, infantil y por demás inmadura.Esa noche, mientras estaba con los

niños, me preguntaron acerca de mi seminario y lo que indicaron los estu-dios acerca de mi temperamento.

-Y tú, ¿cómo eres, mamá? -aclaré mi garganta y respondí…

-Hija, según los estudiosos, mi temperamento es “melindroso; cami-no de puntillas, los zapatos me duran mucho tiempo, expreso mi amor a empujones y tengo una tendencia in-negable a los instrumentos “de percu-sión, como el claxon del auto”. De ahí en más, soy totalmente ambigua…

Por lo que a mí respecta, y esto lo dejo muy claro, es la última vez que una prue-ba de personalidad me dice algo de lo que no tengo ni la menor idea.

¿Mi personalidad? ¡Claro! Es fuerte, pero a

la vez suave…

Observé a mi alrededor que todos los demás papás “aplicados” ni

siquiera tomaban aire para escribir

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

Corridos de narcos: apología y culto popular

A menos de una semana, El Chapo ya tiene seis corridos que hablan de “la fuga”

Facinerosos, asaltantes de caminos, contrabandistas… narcotraficantes; los buenos ladrones en los que el pueblo aún cree

La historia la escriben los que ga-nan, eso es lo que dice el dicho y su razón ha de tener. Pero también

hay otros, esos que no siempre ganan, a los que un día sus enemigos matan o meten a la cárcel y con ello, en aparien-cia, pierden la batalla. Pero no mueren, se convierten en leyenda y, conforme pasa el tiempo, crecen en fama y en aprecio, en el respeto de aquellos que incluso cantarán sus nombres.

Facinerosos, asaltantes de caminos, contrabandistas… narcotraficantes, todos émulos de Chucho El Roto o Robin Hood. Los buenos ladrones que roban a los ricos –malos y perversos- para darle a los po-bres, a las viudas, a los huérfanos, al que necesita, a ese que –como dicen que dijo el santo Job- vino a padecer en esta vida.

De ellos se afirma que son gene-rosos, que tienen buen humor, que son algo así como el alma de la fies-ta; son alegres y hasta entonan bien cuando pulsan la guitarra. Al mis-mo tiempo, son implacables frente a la traición, aunque magnánimos cuando se trata de los cercanos o los desvalidos. Saben de la vida y hasta filosofan acerca de las grandes ver-dades. Son leales a muerte.

Se les quiere, especialmente los pobres, los humildes y los sencillos

les quieren.De su facilidad para la

violencia, se justifica que se trata del último de los recursos, cuando no hay más, cuando pactar ya no es posible; cuando la Justicia –con mayúscula- exige una respuesta contundente fren-te a las malas acciones de los otros. Eso y más es lo que muchos dicen.

El 21 de agosto de 2008, en el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad se dedicó un apartado especial para los me-dios de comunicación: no harán apología del delito ni de los delin-cuentes; es decir, no se deben resal-tar –y menos aún festejar- los actos delincuenciales como si fueran ha-zañas dignas de ser contadas. Aquí es donde, al parecer, se camina so-bre un filo constante. La referencia obligada hoy es la “fuga” de Joaquín Guzmán Loera del penal de máxima seguridad de El Altiplano.

A raíz del hecho, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró: “la so-ciedad está indignada”. Pero vale la pregunta: ¿qué tan indignada está la sociedad? Y es que hay que saber –y aceptar- que una proporción sig-nificativa de esa sociedad celebra el escape de Guzmán Loera.

Según las evidencias que están a la vista, el mexicano se pone habi-tualmente del lado del rival más dé-bil –al menos en apariencia- y aplau-

de sus proezas. Esto no es nuevo: como antes fue, igual será después. A lo largo de la historia, como en el tiempo de los antiguos juglares, la tradición oral –devenida en canto- ha construido el relato de aquellos a los que la Ley ha proscrito y les ha convertido en héroes a los que se eleva a los altares del culto popular. En México, los corridos han sido tal vez el medio más eficiente.

De acuerdo con Juan Carlos Ramí-rez-Pimienta, en su texto “Cantar a los narcos. Voces y versos del narcocorri-do”, en México existe otra hagiogra-fía que ensalza al bandido, al que ha quebrantado el orden por una especie de “elevada misión” o a causa de las trágicas circunstancias de la vida que le han llevado a vagar en el mundo del hampa, sin que haya perdido del todo su naturaleza buena.

En la búsqueda del primero de los corridos en honor a un bandido, Ramírez-Pimienta encontró que quizá fue el que se dedicó al contrabandista Mariano Reséndez, “héroe corridísti-co, miembro de una acomodada y res-petada familia del noreste mexicano, quien durante la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1911) traficaba con textiles y otros productos de Estados Unidos a México” (p. 23). Los tiempos han cam-biado: si hoy la materia del tráfico son

las sustancias prohibidas, hubo años en los que un buen corte de género era el bien preciado que valía los riesgos que debieran tomarse para lucrar con él. Así lo dice una de las estrofas del “Corrido de Ma-riano Reséndez”:

Traigo una pana muy finay un casimir de primera,y una buena carabina,éntrale ahora que hay manera.Como en la canción de “Pancho López” (“Y aquí

la historia se terminó / porque a los nueve Pancho murió, / la moraleja de la historia es: / no vivas la vida con tanta rapidez”), Reséndez vivió una vida corta pero intensa, pues aunque murió de manera trágica a los 27 o 28 años, fue el tiempo suficiente para que los enemigos temblaran ante la sola men-ción de su nombre:

Empleaditos de Guerreroa todos traigo en la lista,ya no morirán de miedo,se acabó el Contrabandista.Para aprehenderlo fue necesaria la colaboración

del Gobierno de Estados Unidos, eso y una traición. En la acción en su contra, a finales de 1887, Resén-dez fue sitiado en su casa de Charco Escondido. De la operación estaba al tanto el presidente Díaz, y en la organización el Gral. Bernardo Reyes, entonces go-

Mariano Reséndez, contrabandista,

el primer bandido al que se dedicó un corrido

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

Corridos de narcos: apología y culto popular

A menos de una semana, El Chapo ya tiene seis corridos que hablan de “la fuga”

Facinerosos, asaltantes de caminos, contrabandistas… narcotraficantes; los buenos ladrones en los que el pueblo aún cree

Por Juan L. Simental

las sustancias prohibidas, hubo años en los que un buen corte de género era el bien preciado que valía los riesgos que debieran tomarse para lucrar con él. Así lo dice una de las estrofas del “Corrido de Ma-riano Reséndez”:

Traigo una pana muy finay un casimir de primera,y una buena carabina,éntrale ahora que hay manera.Como en la canción de “Pancho López” (“Y aquí

la historia se terminó / porque a los nueve Pancho murió, / la moraleja de la historia es: / no vivas la vida con tanta rapidez”), Reséndez vivió una vida corta pero intensa, pues aunque murió de manera trágica a los 27 o 28 años, fue el tiempo suficiente para que los enemigos temblaran ante la sola men-ción de su nombre:

Empleaditos de Guerreroa todos traigo en la lista,ya no morirán de miedo,se acabó el Contrabandista.Para aprehenderlo fue necesaria la colaboración

del Gobierno de Estados Unidos, eso y una traición. En la acción en su contra, a finales de 1887, Resén-dez fue sitiado en su casa de Charco Escondido. De la operación estaba al tanto el presidente Díaz, y en la organización el Gral. Bernardo Reyes, entonces go-

bernador de Nuevo León. El que le echó la mano fue el coronel Nieves Hernán-dez, a quien el contrabandista se rin-dió porque era “su amigo” y confiaba en que de alguna manera lo habría de ayudar. Pero no lo hizo. Reséndez ni si-quiera llegó al sitio al que se le enviaba, pues fue ejecutado en el camino. En ese momento nacía su leyenda.

A lo largo de la historia, otros per-sonajes han repetido la suerte. Ahí Rafael Caro Quintero, antiguo jefe del cártel de Guadalajara y una de las fi-guras clave en la historia del narcotrá-fico en México.

Para muchos, es uno de los que mejor se adapta a la figura del antihé-roe. Se le recuerda más por la afirma-ción aquellas de que él podría pagar la deuda externa del país, con la condi-ción de que “lo dejaran trabajar”, que por la tortura y asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA. Basta decir que tiene al menos seis corridos en su honor, cantados por Gerardo Or-tiz, Los Invasores de Nuevo León, Los Llaneros de Guamúchil, Los Tigres del Norte, El Chapo de Sinaloa y Los In-comparables de Tijuana.

Pero si existe un corrido que se volvió emblemático para ensalzar a un jefe narco ese es el “Jefe de jefes”, de Los Tigres del Norte, dedicado a Mi-guel Ángel Félix Gallardo, quien en los

ochenta tuvo en sus manos el mando del mundo del narco:

Soy el jefe de jefes señoresy decirlo no es por presunción,muchos grandes me piden favoresporque saben que soy el mejor,han buscado la sombra del árbolpara que no les dé duro el sol.Tan solo en referencia con “la

fuga” de El Altiplano, Joaquín Guz-mán Loera tiene ya seis corridos, uno de ellos en la voz de Lupillo Rivera:

La noticia está caliente,pero ya no me sorprendopara capturar al Chapoun escándalo que hicieron.Bien peinado y por el bañose salió de nuevo el señor.

El discurso va a estar buenopara convencer al pueblo,vamos a ver con qué saledon Enrique Peña Nieto.¿Apología del delito? ¿Cultura po-

pular? En este caso la frontera es muy tenue y los ortodoxos, tal vez, son los que mejor lo podrán decir. Pero una cosa es cierta: el pueblo seguirá encontrando en estos personajes motivo de regocijo y festejo… y escarnio para el Gobierno.

Quizá es que a través de perso-najes como El Chapo es que muchos encuentran la proyección de logros y hazañas que también quisieran tener; quizá es que el Gobierno ha devenido en una especie de “enemigo público número uno”… quizá es que la leyenda y los mitos son así. A veces la realidad –y todo su peso-, por sí sola no basta.

Mariano Reséndez, contrabandista,

el primer bandido al que se dedicó un corrido

El Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la

Legalidad prohíbe la “apologíadel delito”

“Jefe de jefes”, de Los Tigres

del Norte, ensalzó a

Miguel Ángel Félix Gallardo,

real capode capos

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

El taller de Rockde Pedro

Pedro nos otorgó una visión lírica de la vida que, para un adolescente pre internet,

resultaba difícil encontrar en la callada y tranquila ciudad colonial

Aquí también se creó un Túnel

Por Adrián Meraz

Para muchos de los que vivimos el binomio adolescencia / Rock & Roll en el Durango de me-

diados de los 90´s el taller de rock del legendario Pedro de la Garza vino a suponer el espacio privilegiado para encauzar nuestra creativa y pasiva rebeldía; los que tuvieron el gusto de formarse en ese espacio reconocerán que el aprendizaje musical, si bien era el motivo de estar ahí, pasaba a segun-do plano opacado por otros méritos extra musicales: la gracia, el genio y la generosidad de Pedro nos otorgó una visión lírica de la vida que para un adolescente pre internet resultaba difícil encontrar en la callada y tran-quila ciudad colonial.

En un espacio de unos pocos metros cuadrados, enmarcados por las imágenes de Janis, Jim y los Traffic, ocupado principalmente por los instrumentos de la alqui-mia, el afanoso Pedro impulsaba nuestros ideales hasta entonces rechazados; con el “¡carnalito!” siempre a flor de boca Pedro es-cuchaba, compartía y encauzaba religiosamente hacia la música nuestra angustia adolescente, con la bonhomía del verdadero artista podía ser a la vez cómplice y men-tor, niño y anciano, juez y parte de la enseñanza.

Además de aprender los rudi-mentos musicales (orgullosamente rupestres) en ese pequeño espacio de la privada Guadalupe, uno podía ahí aprender literatura (ahí di el salto de joven lector de novelas edificantes a

lector de autores “malditos”), mecáni-ca popular mexicana (todo se arregla-ba en base a un “jale chicano”), Histo-ria (los detalles de las estancias de

Ringo y Dylan, los inicios de la escena rockera nacional y local, las aficiones y gustos personales de sus cuates íntimos Rockdrigo y los Real de Catorce), y humor fino de la alta escuela (todo un maestro en la asocia-ción conceptual y los juegos –¡malaba-res!– de palabras), la lección entonces adquiría el carácter de una verdadera formación.

A la usanza rupestre se aprendía sobre la marcha, nada de preparati-vos teóricos previos, nada de solfeo ni de calentamiento, el proceso iniciaba cuando el colectivo escogía una roli-ta, Pedro la escuchaba una o dos veces -guitarra y cigarro en mano-, determi-naba los acordes y el ritmo y ¡a darle

todos juntos! Según la ausencia del día el maestro fungía como comodín: unas veces en la batería, otras en el bajo o en la guitarra. El método daba resultados, en poco menos de un mes (una lección diaria) se pasaba de adolescente ñoño a intérprete virtuoso de “Have you ever seen the rain” y “Knockin on heavens door” (mención aparte merecen las adaptaciones / traducciones libres que espontáneamente se aventaba Peter).

En el taller habíamos de todo, desde los que nunca pu-dimos desarrollar el oído musical hasta los niños prodigio (¡saludos Lars!), bandas de rock en español, de alternativo, rock clásico y metal convivíamos y compartíamos con el “Condicato”1 la banda del maestro que recuerdo estaba in-tegrada por el “Güero” Pacheco (QEPD), el “Pato” Pascual

y el “Motor”, todos ellos a su vez maestros y amigos que supieron vernos y tratarnos no como chamacos idealistas en pos de un sueño imposi-ble, sino como hermanos de pasión y oficio, lección im-portante y trascendente para todo joven que anda en busca de sí mismo, vaya desde aquí nuestro amoroso recuerdo, nuestro agradecimiento y nuestra admiración hacia Pe-dro y todo los que tuvimos en ese taller la dicha de ser tocados por la mano de la amistad…

1 “Condicato”, según Pedro, se deriva de “Sindicato”: “Estamos en tiempo de caren-cia, carnalito; en lugar de promover el ‘sin’ promovemos el ‘con’

El taller de rock del legendario Pedro de la Garza vino a suponer el espacio privilegiado para encauzar nuestra

creativa y pasiva rebeldía

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

Misha y Alexis,pareja de clase mundialSu talento y pasión por el tango los han llevado a concursar tres veces consecutivas

en el Mundial de Tango, en Buenos Aires, Argentina; este año volveránPor Montserrat Chávez

El Tango es danza donde dos cuerpos se unen para mostrar una mezcla de emociones. No

solo es un baile con un ritmo caden-cioso y muy sensual; es un estilo de vida fuera de lo cotidiano, donde se deja llevar el alma por una fuerte sen-sación de adrenalina, guiada por esos mágicos conductores llamados pies. El tango es arte en movimiento.

La ciudad de Durango se ha acu-rrucado en los brazos de este peculiar arte un sinfín de veces. Los artistas del Centro Artístico Analco bailan al son de piezas épicas y cargadas de un

seductor, y a la vez triste, ritmo. Tal es el caso de Misha Samantha Galván y Alexis Ayón, dos jóvenes talentosos que desde hace diez años incursionan en esta disciplina, siendo la pareja más joven en participar en el Mundial de Tango, al cual regresarán este año.

Su talento y pasión los ha llevado a concursar tres veces consecutivas en el Mundial de Tango, celebrado en Buenos Aires, Argentina. Subieron al escenario de la Cineteca Munici-pal en Durango, para plasmar una vez más la fuerza en sus pies y dejar ver la razón del por qué se han posi-cionado entre las mejores parejas de baile en esta área.

Con la pieza “Maquillaje” dejaron escapar de forma exquisita la pasión y elegancia que el cuerpo humano muestra cuando el ritmo entra por las venas y se convierte en adrenalina pura. La sensualidad que desprende el cuerpo femenino a través de sus bellas extremidades se une a la nítida pero expuesta felicidad del cuerpo mascu-lino cuando sus pies se conectan con

el escenario, creando una meta-morfosis hasta convertirlo en

movimientos de perfecta sintonía. El resultado final es una bella y esplén-dida obra de arte pintada con el más fino pincel.

Misha y Alexis dejaron vislumbrar en su rostro la alegría y emoción por el apoyo que demostró el Centro Artís-tico Analco y sus integrantes, entre otros amigos, para la recaudación de fondos para su próxima aventura en Bue-nos Aires.

Para esta pareja, el tango y con-cursar por tercera vez en el Mundial, les ha dejado en su vida grandes ex-periencias y la amistad de muchas personas de otros países, así como el apoyo incondici nal de su familia; “no es una pieza la que vas a mostrar, sino todo el esfuerzo de estos diez años”, dice Misha.

Emprenderán su viaje en agosto,

para poner nuevamente el

nombre de Durango en alto

Han sido la pareja más joven en participar en el Mundial

de Tango

La sensualidad que desprende el cuerpo femenino se une a la nítida pero expuestafelicidad del cuerpo masculino cuando sus

pies se conectan con el escenario

Los jóvenes bailarines finalizaron su presentación revelando a los asis-tentes la pieza con la que darán inicio a su tercera participación en la cate-dral del tango.

De esta forma emprenderán su via-je en agosto, para poner nuevamente el nombre de Durango en alto, y mostrar el talento mexicano nacido en las raíces de este duro pero hermoso municipio, que parecería estar tan lejos de muchas cosas, pero al menos en esta ocasión, muy cerca del tango.

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VIERNES 17 DE JULIO DE 2015

“Y yo casi hubiera temblado de no haber sido porque hacía rato que estaba temblando”

La larga muerte de Reinaldo Arenas

Por Héctor Santiago

Aunque no me gusta hablar de mí, tengo que partir de mí mismo para establecer

las coordenadas históricas y circuns-tancias que esclarecen este trabajo. Cuando comenzó el indetenible des-angramiento de lo que aún podía con-siderarse un exilio político a comien-zos de 1979, bajo uno de esos disfraces lingüísticos tan afi-nes a las dictaduras, el régimen cubano llamándolo reuni-ficación familiar, y que culminaría con los incidentes de la embajada peruana y la estampida del Mariel –sin ana-les en la historia del hemisferio oc-cidental–, entre todos los segmentos que lo conformaban, a uno de ellos en especial le esperaba un traicione-ro destino acortando el disfrute de la libertad: la comunidad homosexual. A la cual escapando de decenios de represión: redadas, expulsión de tra-bajos y centros educativos, negación a graduarse en las universidades, cen-sura a los creadores parametrados, los campos de concentración de la UMAP –igualmente sin antecedentes en todo el continente americano–, le esperaba agazapada la Plaga del Sida, llamada inicialmente el cáncer gay –aunque después echando por tierra los ser-mones mesiánicos y las campañas de

los moralistas, se vería que era sim-plemente un virus atacando a todos por igual.

La indiferencia del gobierno del presidente Reagan y los políticos, además de los ataques de los reli-giosos, junto con el miedo genera-lizado que lo convertía en un tema tabú –desatando todos los ataques y

discriminaciones i m a g i n a b l e s – , pronto movilizó a la comunidad ho-mosexual en los Estados Unidos, consciente que debía asumir la

batalla en sus manos. Eran los media-dos de los 80 y ya comenzaban a verse con nombre y apellidos los estragos de la Plaga…

Yo me limi-taba a ayudar a mis amigos y a todos los que lo necesitaran, pero el catalizador de mi activismo, fue cuando una tarde caminando por la 8va. Avenida y la Calle 48, pasando por el restaurante Juanita que servía comida criolla, vi un alboroto en la calle: al actor y es-critor cubano Jorge Ronet –autor de la olvidada noveleta La mueca de la Paloma Negra sobre la UMAP–, el que se veía visiblemente depauperado, le

habían negado servirle por tener SIDA, y como se negó a levantarse de la mesa hasta que le sirvieran, lo sacaron a rastras tirándolo a la acera. Yo lo ayudé, y mis gritos obscenos y amenazas hicieron que llamaran a la policía. Los agentes, al oír “AIDS”, ni si-quiera se atrevieron a acercarse y nos ordenaron que nos marcháramos. Tres

semanas después de este suceso, moriría Jorge Ronet. Te-nía que hacer algo…

Una noche escuché que en la cocina se le cayó de las manos un vaso que se rompió, añadiéndolo a ese buscar tanteando los bolígrafos, pegarse al rostro los manuscri-tos para corregirlos, mientras iba perdiendo la mirada pe-riférica, le molestaba el sol, y describía una danza de bolas luminosas: dos semanas después el médico le confirmó una de las peores infecciones asociadas con la enferme-dad: el Cytomegalovirus (CMV), común en una ciudad llena de ratones portándolos, junto con el contacto con fluidos infectados, cuyo resultado era la ceguera total y la muerte por lenta parálisis cerebral. (…) Comenzaba la antesala de su muerte…

Durante semanas estuvo la maldita pastilla –para mí, y salvadora para él–, sobre la mesa en la cocina, a la vista de los que lo visitábamos, tratando inútilmente de no mirarla, ignorándola. Lo mismo que lo mantuvo con vida: escribir, dejar el espanto de su vida contra las mentiras, denunciar a sus verdugos y combatir la fiebre del olvido, creo que fue finalmente lo que lo enfrentó a su final: terminando a du-

ras penas Antes que anochezca, más allá no que-daba sino una

ciega y dolorosa muerte, que tratarían de prolongarle hasta lo imposible, pues aunque había firmado un Living Will, ninguno de nosotros éramos sus familiares, y no teníamos poder legal para desconectarle las máquinas o cesar los tra-tamientos más imprescindibles…

Una noche me hizo saber que había llegado el mo-mento. Le pregunté si necesitaba mi ayuda y me dijo que contaba con Dolores y Lázaro, si bien no me precisó exactamente cuándo sería. Qué se siente ante alguien que sabemos que ya no estará… que ésa es la última conversación… que siendo yo también positivo posible-mente me estaba mirando en el espejo de mi futuro –la culpa de aun estar vivo a veces me regresa, aunque aho-ra terminando el resto de mi obra y escribiendo esto, comprendo el porqué del tiempo concedido…

Dolores me llamó. Corrí a su edificio en la 48, devoran-do la escalera hasta su piso: la puerta estaba abierta espe-rando por la policía: Reinaldo estaba en el sofá, Lázaro le había cruzado las manos sobre el pecho y estaba arrodilla-do en el piso rezando, Dolores estaba sentada en una silla a su lado: con esa fuerza que sólo las mujeres tienen ante el dolor. (…) Pero la realidad fue más dolorosa y larga: así murió Reinaldo Arenas. No, más bien vive, cuando nadie recordará a sus verdugos…

(Revista Conexos; versión completa: http://conexos.org/2012/07/29/la-larga-muerte-de-reinaldo-arenas/).

“Por qué esta sensación de ir a buscarte hacia donde por mucho que vuele no he de hallarte”

“Pues él no quiere más que mi muerte. Y yo no quiero más

que mi vida”