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24 n SUIS Nº 81 Octubre 2011 ARTÍCULOS Protocolo de campo para la anestesia de cerdos Contacto con los autores: 1 Veterinario Suivet (Reggio Emilia) - 2 Veterinario Suivet (Parma) - 3 Veterinario Suivet (Treviso) - 4 Veterinario Suivet (Brescia) - 5 Universidad de Padova, Facultad de Medicina Veterinaria, Departamento de Ciencias Animales Claudio Mazzoni 1 , Mario Gherpelli 1 , Simone Gradellini , Valeria Raffi 2 , Francesco Tonon 3 , Elena Borri 1 , Roberta Donna 4 y Annalisa Scollo 5 Imágenes cedidas por los autores Resumen En las explotaciones porcinas, las intervenciones de cirugía representan una práctica zootécnica emergente que requiere la aplicación de un pro- tocolo de anestesia capaz de garantizar una neuroleptoanalgesia eficaz de los animales. En este artículo se describe un protocolo de anestesia compuesto por una preanestesia con azaperona, seguida de una anestesia general con una combinación de tiletamina y zolazepam, mediante dos aplicaciones sucesivas por vía intramuscular con pocos minutos de in- tervalo entre ellas. Además, se destacan los posibles usos y ventajas del método, tanto en relación con la buena calidad de la anestesia para el cer- do como con la excelente operatividad que se garantiza para el cirujano. Palabras clave: porcino, preanestesia, anestesia, azaperona, zolazepam, tiletamina. Summary Field protocol for swine anesthesia In the pig farm, surgical operations is an emergent management techni- que, and so is necessary have an anesthetic protocol to assure a good neuroleptanalgesia in the animals. In this article an anesthetic protocol is described. It’s an association between preanesthesia with azaperone and general anesthesia with tiletamine/zolazepam. Some possible em- ployments and advantages of this methodology are visited, in relation either to swine anesthesia quality either the excellent surgeon operative effects. Key words: swine, preanesthesia, anesthesia, azaperone, zolazepam, tiletamina. La muerte no es nada, pero el dolor es una cuestión muy seria” (Henry Jacob Bigelow, 1871). Han pasado cerca de 160 años desde que el doctor Crawford Long, el 30 de marzo de 1842, hiciera inhalar éter a un paciente para poder extraerle dos quistes en el cuello sin causarle dolor. Desde entonces la anestesia con fines qui- rúrgicos ha dado pasos de gigante, ¡afor- tunadamente! Pero el hallazgo del doctor Long fue realmente excepcional, hasta el punto de figurar como uno de los “diez descubrimientos más importantes de la medicina” [15]. Es obvio remarcar que los beneficios de esta intuición se han visto reflejados tam- bién, con el tiempo, en el mundo de la ve- terinaria. Sin embargo, para algunas espe- cies animales el desarrollo de protocolos de anestesia con finalidades quirúrgicas es cuando menos dificultoso, puesto que se considera comúnmente que estas inter- venciones no son tan necesarias. La especie porcina se encuentra entre ellas, porque todavía hoy la gran mayo- ría de las intervenciones quirúrgicas no se encuadran dentro de la categoría veteri- naria, sino que se confían a personal que inevitablemente no está cualificado. Esta situación podría justificar el escaso interés de la industria farmacéutica en el registro de anestésicos prácticos y segu- ros para la especie porcina, aunque tam- bién se debe al elevado coste de dichos protocolos de registro, sin que exista cer- teza alguna del retorno efectivo que van a conllevar. Gracias a la implementación de las recien- tes normas sobre bienestar animal, parece que algo está cambiando, aunque el cami- no por recorrer todavía es largo. OBSERVACIONES PRELIMINARES Para cumplir con las exigencias prácticas que en el curso de los últimos 10 años han supuesto una demanda cada vez mayor de intervenciones quirúrgicas, sobre todo de eliminación de hernias y criptorquidis- mo en lechones y cerdos jóvenes, se han evaluado diversos protocolos anestésicos. El método que finalmente nos ha satisfe- cho más, que se presenta en este artículo, consta de una premedicación seguida de anestesia general, todo ello administrado por vía intramuscular. Published in IVIS with the permission of the editor Close window to return to IVIS

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24 n SUIS Nº 81 Octubre 2011

ARTÍCULOS

Protocolo de campo para la anestesia de cerdos

Contacto con los autores: 1Veterinario Suivet (Reggio Emilia) - 2Veterinario Suivet (Parma) - 3Veterinario Suivet (Treviso) - 4Veterinario Suivet (Brescia) - 5Universidad de Padova, Facultad de Medicina Veterinaria, Departamento de Ciencias Animales

Claudio Mazzoni1, Mario Gherpelli1, Simone Gradellini†, Valeria Raffi2, Francesco Tonon3, Elena Borri1, Roberta Donna4 y Annalisa Scollo5

Imágenes cedidas por los autores

Resumen

En las explotaciones porcinas, las intervenciones de cirugía representan una práctica zootécnica emergente que requiere la aplicación de un pro-tocolo de anestesia capaz de garantizar una neuroleptoanalgesia eficaz de los animales. En este artículo se describe un protocolo de anestesia compuesto por una preanestesia con azaperona, seguida de una anestesia general con una combinación de tiletamina y zolazepam, mediante dos aplicaciones sucesivas por vía intramuscular con pocos minutos de in-tervalo entre ellas. Además, se destacan los posibles usos y ventajas del método, tanto en relación con la buena calidad de la anestesia para el cer-do como con la excelente operatividad que se garantiza para el cirujano.

Palabras clave: porcino, preanestesia, anestesia, azaperona, zolazepam, tiletamina.

Summary

Field protocol for swine anesthesia

In the pig farm, surgical operations is an emergent management techni-que, and so is necessary have an anesthetic protocol to assure a good neuroleptanalgesia in the animals. In this article an anesthetic protocol is described. It’s an association between preanesthesia with azaperone and general anesthesia with tiletamine/zolazepam. Some possible em-ployments and advantages of this methodology are visited, in relation either to swine anesthesia quality either the excellent surgeon operative effects.

Key words: swine, preanesthesia, anesthesia, azaperone, zolazepam, tiletamina.

“La muerte no es nada, pero el dolor es una cuestión muy seria” (Henry Jacob Bigelow, 1871).Han pasado cerca de 160 años

desde que el doctor Crawford Long, el 30 de marzo de 1842, hiciera inhalar éter a un paciente para poder extraerle dos quistes en el cuello sin causarle dolor. Desde entonces la anestesia con fines qui-rúrgicos ha dado pasos de gigante, ¡afor-tunadamente! Pero el hallazgo del doctor Long fue realmente excepcional, hasta el punto de figurar como uno de los “diez descubrimientos más importantes de la medicina” [15]. Es obvio remarcar que los beneficios de esta intuición se han visto reflejados tam-bién, con el tiempo, en el mundo de la ve-terinaria. Sin embargo, para algunas espe-

cies animales el desarrollo de protocolos de anestesia con finalidades quirúrgicas es cuando menos dificultoso, puesto que se considera comúnmente que estas inter-venciones no son tan necesarias.La especie porcina se encuentra entre ellas, porque todavía hoy la gran mayo-ría de las intervenciones quirúrgicas no se encuadran dentro de la categoría veteri-naria, sino que se confían a personal que inevitablemente no está cualificado.Esta situación podría justificar el escaso interés de la industria farmacéutica en el registro de anestésicos prácticos y segu-ros para la especie porcina, aunque tam-bién se debe al elevado coste de dichos protocolos de registro, sin que exista cer-teza alguna del retorno efectivo que van a conllevar.

Gracias a la implementación de las recien-tes normas sobre bienestar animal, parece que algo está cambiando, aunque el cami-no por recorrer todavía es largo.

OBSERVACIONES PRELIMINARESPara cumplir con las exigencias prácticas que en el curso de los últimos 10 años han supuesto una demanda cada vez mayor de intervenciones quirúrgicas, sobre todo de eliminación de hernias y criptorquidis-mo en lechones y cerdos jóvenes, se han evaluado diversos protocolos anestésicos. El método que finalmente nos ha satisfe-cho más, que se presenta en este artículo, consta de una premedicación seguida de anestesia general, todo ello administrado por vía intramuscular.

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ARTÍCULOS

SUIS Nº 81 Octubre 2011 n 25

Esta conclusión se ha alcanzado gradual-mente, a partir de la necesidad de supe-rar las dificultades que se presentaban en condiciones de campo. En un primer momento, los lechones recién destetados (6-7 kg de peso) sometidos a intervencio-nes de eliminación de hernias inguinales se anestesiaban mediante un fármaco anestésico a base de tiletamina y zolaze-pam (T+Z) a dosis de 0,4-0,5 ml/animal. Dicho fármaco es la asociación de la tile-tamina, un anestésico general, con zola-zepam, un tranquilizante menor.Los resultados sobre los primeros suje-tos, que recibieron anestesia nada más ser capturados y en evidente estado de

agitación, eran poco constantes; varia-ban desde la simple sedación a la neuro-leptoanalgesia verdadera, con evidentes reflejos negativos ante la intervención. Por el contrario, los últimos lechones del grupo, que permanecieron más tiempo apartados a la espera de la aplicación del anestésico y ya estaban casi adormi-lados, o al menos mucho más tranquilos que los primeros, mostraron un grado de neuroleptoanalgesia mucho más unifor-me y considerablemente superior al resto de individuos.La idea de anteponer una premedicación con efecto tranquilizante-hipnótico en la anestesia general nace justamente de esta

experiencia, pese a la presencia de otro tranquilizante (zolazepam) en el producto comercial utilizado para la anestesia.

Ventajas de la preanestesiaLas ventajas de la premedicación o prea-nestesia son facilitar la sujeción del ani-mal, aliviar la inquietud y/o reducir el dolor, disminuir los efectos negativos y potencialmente tóxicos de los fármacos administrados para obtener anestesia ge-neral, así como reducir la actividad refle-ja autónoma, tanto de origen simpático como parasimpático [10]. Todo esto se presta a mejorar la calidad de la intervención quirúrgica, desde el punto de vista del bienestar animal y del estrictamente operativo, en especial con referencia a la disminución de los tiem-pos de ejecución.

PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS DE LOS PRINCIPIOS ACTIVOS UTILIZADOS En el protocolo de anestesia se utilizan dos fármacos que contienen tres princi-pios activos: azaperona, tiletamina y zo-lazepam, estos dos últimos en asociación.

AzaperonaLa elección del preanestésico recayó sobre la azaperona, un neuroléptico del grupo de las butirofenonas ampliamente utili-zado en las explotaciones porcinas para inducir un estado de tranquilidad en si-tuaciones, sobre todo, de agrupación de cerdas gestantes o de manifestaciones de agresividad en el parto.La azaperona es un fármaco poco tóxico, con corto periodo de acción, que presenta una rápida detoxificación y eliminación.

Vía de administración

Resulta fundamental la vía de administración de los anestésicos, dadas las situacio-nes ambientales en las que han de hacerse las intervenciones, que son las típicas de la producción intensiva. Por ello se prefiere la vía intramuscular respecto a la intravenosa. Cualquiera que tenga un poco de práctica en las explotaciones se dará cuenta de las dificultades que implica esta última. Pensemos, por ejemplo, en las intervenciones en los lechones para la eliminación de hernias en transición o en las castraciones, que se hacen en cadena, de una sola vez y bajo la constante presión del factor tiempo (figura 1).Puesto que nos encontramos muchas veces en esta situación, hemos sentido la necesidad de desarrollar un protocolo de anestesia que resulte eficaz, seguro y práctico (por vía intramuscular).

Figura 1. Anestesia en cadena.

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26 n SUIS Nº 81 Octubre 2011

ARTÍCULOS

En el cerdo permanece activo durante 2-3 horas y prácticamente se elimina de los te-jidos en 16 horas [4]. La acción calmante y los efectos neurológicos parecen estar mediados por la actividad antidopaminér-gica. La azaperona desarrolla un marcado efecto antiemético, inhibiendo la interac-ción dopaminérgica en la zona quimiorre-ceptora activante (CTZ o chemoreceptor trigger zone, en inglés) del bulbo [10].Su empleo como preanestésico se conoce desde hace tiempo [8] y se usa antes de los procedimientos quirúrgicos, menores o mayores, seguido de anestesia local, regional y general. La utilización del fár-maco de forma generalizada en las diver-sas especies animales está limitada por su capacidad de inducir efectos motores involuntarios evidentes (extrapiramida-les) y alucinaciones [10]. Por fortuna, los síntomas extrapiramidales raramente aparecen en la especie porcina [12].En una investigación de campo sobre un número considerable de cerdos, se clasifi-caron los efectos de la azaperona según la dosis administrada [4]:

n A dosis bajas (0,4-1,2 mg/kg): eficaz para eliminar estados de ansiedad y de hi-perexcitación por el estrés, haciendo que los animales estén más calmados y sean más fáciles de sujetar.

n A media dosis (2 mg/kg): particular-mente útil para fomentar la socialización, dado que los animales se muestran som-nolientos y se tumban, aunque cuando se les molesta se levantan y deambulan.

n A dosis altas (4 mg/kg en los adultos y

8 mg/kg en los lechones): se emplea ha-bitualmente para prácticas quirúrgicas menores, y provoca que los animales se acuesten, puesto que aunque se les esti-mule no son capaces de asumir la posi-ción cuadrúpeda.En los animales adultos, particularmente en los verracos, se aconseja no superar la dosis de 2 mg/kg [4].La azaperona se debe suministrar por vía intramuscular profunda o resultará ineficaz. El punto de inoculación más práctico es detrás de la oreja (de forma perpendicular al plano cutáneo), pero es posible aplicarlo también en la región de los glúteos [1].

TiletaminaUna vez que el animal está sedado, es fun-damental administrar un anestésico prác-tico, eficaz y seguro. Estas características las satisface ampliamente la tiletamina, un anestésico disociativo perteneciente al grupo de las ciclohexaminas (como la quetamina y la fenciclidina). Su efecto imita en gran parte al de la ke-tamina, pero se diferencia de ella sobre todo por la duración de acción, casi tres veces superior. Induce anestesia y am-nesia con “ruptura funcional” (disocia-ción) del sistema nervioso central (SNC), mediante la inducción de un estado cata-léptico. Es capaz de inducir los dos pri-meros estadios de la anestesia, pero no el

tercero, el quirúrgico [1]. Se mantiene el tono muscular y la rigidez puede reducir-se al mínimo con la adición de pequeñas dosis de tranquilizantes, barbitúricos o benzodiazepinas. Asociada al zolaze-pam, revela propiedades tranquilizantes menores e induce una analgesia profun-da y anestesia a dosis de 2-6 mg/kg por vía intramuscular [14].

Efectos colateralesLos efectos colaterales más importantes de la tiletamina ocurren en el SNC. Aunque posee una actividad anticonvulsionante, si se suministra a dosis excesivas puede causar temblores, rotación ocular, espasticidad tó-nica y convulsiones. La salivación y la libe-ración de lágrima pueden volverse copiosas. Además, si se usa sola, presenta algunos límites evidentes: no elimina el dolor visce-ral y puede inducir rigidez muscular y con-vulsiones. Por ello, es oportuno asociarla a un miorrelajante [12]. Durante el desper-tar, además, los animales se encuentran en estado de hiperreflexia y ataxia.

ZolazepamEl zolazepam, clasificado por algunos au-tores como tranquilizante menor, es un neuroléptico sedativo perteneciente al gru-po de las benzodiazepinas, cuyo mecanis-mo de acción consiste en el aumento de la actividad de los neurotransmisores inhibi-dores del sistema nervioso central (GABA, glicina). Estas sustancias deprimen tam-bién el sistema límbico, el tálamo, el hipo-tálamo (reducción del tono simpático) y, por tanto, inducen un leve efecto calmante. Así mismo reducen la actividad refleja po-lisináptica, determinando un relajamiento muscular. Provocan una depresión mínima del SNC y poseen actividad anticonvulsio-nante en la mayor parte de los animales.

Tabla 1. Tipo de cerdos, pesos medios de referencia y dosis aconsejadas de azaperona como preanestésico.

Peso (kg) Dosificación (mg/kg) Dosis de azaperona a 40 mg/ml (ml)

Lechón 7 2 0,3-0,4

Cerdo joven 30 2 1,5

Cerda 170-200 0,6 2,5-3,0

Zeljko Radojko /shutterstock.com

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28 n SUIS Nº 81 Octubre 2011

ARTÍCULOS

Pueden causar desorientación y agitación si se inyectan por vía endovenosa [10].

PROTOCOLO OPERATIVOEl protocolo anestesiológico aconseja-do recoge una preanestesia (figura 2) mediante el empleo de azaperona admi-nistrada a la dosis media indicada en la bibliografía en los lechones, mientras que en las cerdas es preferible usarla a dosis baja (como se ha dicho anteriormente).La tabla 1 puede resultar útil para resu-mir el uso en condiciones de campo. El efecto del fármaco se evidencia de me-dia entre los 5 y los 15 minutos, en función del peso/edad del animal. Cuanto más jo-ven es, antes son visibles los efectos de la premedicación. Para los adultos será ne-cesario esperar algunos minutos más, no-ción que desde un punto de vista práctico resulta útil. Una vez que el preanestésico ha desarro-llado su acción sedante y el animal está acostado, en un estado de semiconscien-cia (figura 3), es oportuno suministrar el

Obviamente, en el cálculo de las dosis de azaperona hemos debido tener en cuenta esta presencia contemporánea de dos tran-quilizantes, por ello las dosis aconsejadas en la bibliografía para premedicaciones quirúrgicas se han reducido a la mitad en los jóvenes (de 4,0 a 2,0 mg/kg) y casi a un tercio en los adultos (de 2,0 a 0,6 mg/kg).A decir verdad, podría ser posible obtener el mismo grado de neuroleptoanalgesia empleando solamente la asociación T+Z, pero serían necesarias dosis mucho más altas de las que pueden usarse cuando se aplica la premedicación con azaperona.La presencia de una benzodiazepina (zola-zepam), sin embargo, no resulta en absolu-to superflua, dada su importante actividad miorrelajante.La inducción de la anestesia es bastante rá-pida. A partir del tercer minuto después de la administración de la T+Z, los individuos caen en un estado de neuroleptoanalgesia profunda (figura 4), sobre todo los lecho-nes. El animal duerme, está completamen-te relajado y es manipulable e insensible también al dolor visceral.Durante las intervenciones de castración y eliminación de la hernia inguinal, que son las más frecuentes, el grado de anal-gesia se considera óptimo cuando en la emasculación del funículo espermático no se observan vocalizaciones, contracciones de los músculos abdominales, hiperexten-sión de los miembros y actos de espira-ción forzada y prolongada.

anestésico (tiletamina) por vía intramus-cular detrás de la oreja.Recordamos que comercialmente este principio activo se encuentra solamente en asociación con un tranquilizante a dos concentraciones diferentes (tiletamina 250 mg/ml + zolazepam 250 mg/ml o tiletami-na 50 mg/ml + zolazepam 50 mg/ml). La tabla 2 resume las dosis recomendadas.

RESULTADOSEn un primer análisis, el empleo de un tranquilizante como preanestéscio (aza-perona) seguido de otro tranquilizante menor ya asociado al anestésico (zolaze-pam) podría parecer un desperdicio de dinero inútil, dadas las similitudes en el mecanismo de acción (potenciación de los neurotransmisores inhibidores del SNC). Sin embargo, los resultados muy satisfac-torios obtenidos en múltiples ocasiones sugieren que el efecto facilitante de la azaperona sobre la actividad analgésico/anastésica de la tiletamina es un beneficio más que una interferencia.

Tabla 2. Categoría de cerdos, pesos medios de referencia y dosis aconsejadas de tiletamina.

Peso (kg)Dosificación

tiletamina (mg/kg) Dosis de tiletamina 250 mg/ml + zolazepam 250 mg/ml (ml)

Lechón 7 11-18 0,3-0,5

Cerdo joven 30 12,5 1,5

Cerda 170-200 5,0 3,5-4

Figura 2. Administración del preanestésico. Figura 3. Administración del anestésico.

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En los lechones este protocolo de anes-tesia se ha visto más que suficiente para mantener una condición de neurolepota-nalagesia para los 10-15 minutos necesa-rios para la ejecución de intervenciones quirúrgicas rápidas.En el caso de cesáreas, vista la mayor dura-ción de la intervención, podría ser necesa-ria la prolongación de la anestesia general, que es posible mediante más administra-ción durante la operación de 1,5 ml de T+Z a 250 mg/ml conforme sea necesario.Los éxitos posoperatorios en los lechones sometidos a una intervención quirúrgica bajo una preanestesia seguida de aneste-sia, pese a no haber procesado estadísti-camente los datos, han resultado mejores respecto al método tradicional basado sólo en la asociación T+Z. Además, las inter-venciones de cesárea, si se realizan en el momento adecuado, pueden salvar tanto a buena parte de los lechones (cuyo esta-do hipnótico-cataléptico habitualmente es reversible dadas las dosis utilizadas) como a las cerdas.La recuperación tras la operación del es-tado de hipotermia inducido por la neu-roleptoanalgesia es fundamental para la prognosis en los meses invernales. En au-sencia de un local con calefacción, se acon-seja proteger a los animales con mantas o con abundante cama de papel o paja.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONESDentro del absoluto respeto del bienestar animal, resulta importante poder dispo-ner de protocolos de anestesia prácticos pero eficaces, que permitan al cirujano efectuar con más precisión y con total seguridad todas la manipulaciones nece-sarias, recuperando ampliamente duran-te la operación el incremento del tiempo dedicado a la administración de los fár-macos. Además, es posible acceder a al-gunas categorías de intervención, como las hernias encarceladas (operaciones que verdaderamente salvan vidas) que, con el animal en vigilia o solamente se-dado, serían realmente impensables.Es preciso destacar que en el curso de toda la historia de la cirugía, moderna y pasada, el requisito más importante para un buen cirujano es la rapidez de ejecución, para atenerse a la primera regla quirúrgica: tener la herida opera-toria abierta el menor tiempo posible. Ciertamente, también antes se intentaba respetar esta norma, basta pensar en el cirujano personal de Napoleón que, sin

anestesia, era capaz de realizar una am-putación en menos de un minuto, con-centrando sus esfuerzos en la rapidez de ejecución. Sin embargo, además de la rapidez, poder recompensar también la calidad, es decir, cómo se realizan las in-tervenciones, es un pensamiento que nos reconforta, por no hablar de la disminu-ción del dolor del paciente. Por tanto, vale la pena recordar que estos últimos puntos solamente pueden cumplirse con la ayuda de la anestesia.

Respecto a la manida cuestión de la apli-cación de la normativa vigente sobre la anestesia y el uso de los anestésicos en la especie porcina, no consideramos que este sea el foro más oportuno para profundizar en ello. El debate nos lleva, no obstante, a un caso del pasado: nos remontamos a 1591, cuando Eufane MacAyane, joven madre de Edimburgo, durante el parto de dos gemelos imploraba que le calmasen el dolor. Hasta aquí nada extraño, al menos en nuestros días; sin embargo, la doctrina

Figura 4. Neuroleptoanalgesia.

Figura 5. Esquema de las posibles aplicaciones de la anestesia.

Posibles aplicaciones quirúrgicas para las que se aconseja el protocolo de anestesia

De rutinaHernias

Testículos retenidosCastraciones

De urgenciaCesáreas

OdontologíaAccidentes

De manejoVasectomía

Epididectomía

SUIS Nº 81 Octubre 2011 n 29

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30 n SUIS Nº 81 Octubre 2011

ARTÍCULOS

eclesiástica de la época consideraba el su-frimiento del parto un justo castigo infli-gido por Dios. De modo que el que una mujer que invocase alivio iba contra la vo-luntad del Altísimo. Para cerrar el círculo, la pobre Eufane fue ajusticiada, sepultada viva, como recuerdo imperecedero para las otras mujeres de la ciudad [15].

Sin ser nuestra intención avivar una polé-mica estéril, sólo queremos expresar nues-tra amargura por la situación que se ha di-bujado en los últimos años sobre el uso de los anestésicos en la especie porcina. Des-de el punto de vista científico, de hecho, el status quo actual (que consiente la utiliza-ción rutinaria de fármacos sólo sedantes y no anestésicos), va inevitablemente en detrimento de la calidad de las prácticas quirúrgicas de producción, sobre todo en relación a quien las sufre. Además, que-remos subrayar que sería un verdadero “pecado” para los médicos veterinarios que rodean a la producción porcina dejar escapar esta oportunidad de trabajo, que actualmente se suele confiar a figuras no especializadas y no formadas adecuada-mente (con certeza no son veterinarios).

Ámbitos de aplicaciónLos ámbitos quirúrgicos por los que el protocolo de anestesia propuesto podría emplearse son al menos tres, y se resu-men en la figura 5.

n Intervenciones rutinarias: hernias in-guinales y umbilicales, testículos reteni-dos, hermafroditas y castraciones tardías de los machos que se “han escapado” en la sala de partos.

n Intervenciones de urgencia: partos por cesárea, aunque sería mejor poderlos programar (por ejemplo, para las cerdas cojas o paralizadas). Odontología (sobre todo en los verracos) y accidentes varios.

n Intervenciones de manejo: vasectomía o ablación de la cola del epidídimo en el verraco [11], para disponer de machos re-cela dotados de libido pero incapaces de fecundar a las cerdas (por ejemplo, para la estimulación precoz de las cerditas criadas en grupo).

Queremos dedicar la publicación del presen-te trabajo al colega y amigo cirujano Simone Gradellini, desaparecido en julio de 2011 des-pués de una larga y penosa enfermedad. Con él y gracias a él hemos alcanzado el perfeccio-namiento de numerosas intervenciones quirúr-gicas en porcino.

Para recordar

Es importante subrayar que las dosis sugeridas para los diversos fármacos sólo deben considerarse como indicati-vas. De hecho, para las diversas condi-ciones de campo en las que se realizan las operaciones, es un deber de los ci-rujanos encontrar el mejor compromiso entre eficacia y seguridad. “No existen ni anestésicos ni procedimientos anes-tésicos seguros, solamente existen anestesistas seguros” (Robert Smith).

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