karel kosik. dialéctica de lo concreto (1963)

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  • 8/4/2019 Karel Kosik. Dialctica de lo concreto (1963)

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    Dialctica de lo concreto(Estudio sobre los problemas del hombre y el mundo)Karel Kosik

    Contenido

    Prlogo

    Prlogo a la edicin checa

    I Dialctica de la totalidad concretaEl mundo de la pseudoconcrecin y su destruccin la reproduccin espiritual y racionalde la realidad la totalidad concreta

    II Economa y filosofaMetafsica de la vida cotidiana

    La preocupacin o "cura" La cotidianidad y la historiaMetafsica de la ciencia y la raznHomo oeconomicus Razn, racionalizacin, irracionalismoMetafsica de la culturaEl factor econmicoEl arte y el equivalente socialHistoricidad y falso historicismo

    III Filosofa y economaLa problemtica de El Capital, de MarxLa interpretacin del texto

    Abolicin de la filosofa?Estructura de "El Capital"El hombre y la cosa o la naturaleza de la economaEl ser social y las categoras econmicasLa filosofa del trabajoTrabajo y economa

    IV Praxis y totalidadPraxisHistoria y libertadEl hombre

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    Prologo

    Este libro que hoy ofrecemos a los lectores de habla espaola pronto ocupar un lugarinsustituible en la bibliografa marxista en nuestra lengua y un puesto eminente entre laproduccin filosfica que circula en nuestros medios. Por su puesto, no haramos esta

    afirmacin si no estuviramos persuadidos de los elevados mritos que, desde diversosngulos, muestra esta obra.

    Pero antes de referirnos a algunos de ellos y, en particular, al clima filosfico en que sesitan, trataremos de presentar en pocas lneas a su autor, poco conocido hasta ahora porlos lectores hispanoamericanos. Karel Kosk es un joven filsofo checo, nacido enPraga en 1926. Como militante del Partido Comunista de Checoslovaquia participactivamente en la lucha clandestina contra el nazismo. Despus de liberado su pas, hizoestudios filosficos en Mosc y Leningrado (entre 1947 y 1949). En 1956 se da aconocer con un artculo sobre Hegel en una discusin sobre la filosofa marxista ysuscita, a su vez, agudas objeciones. En 1958 publica un volumen de carcter histrico:

    La democracia radical checa. Ms tarde (en 1960) participa en el Coloquio Internacionalde Royaumont sobre la dialctica, con una intervencin que hoy constituye el primercaptulo del presente libro, y que fue publicada originariamente en la revista italianaAut, en 1961. En 1963 asiste al XIII Congreso Internacional de Filosofa, celebrado enMxico, donde presenta una importante comunicacin: "Wer ist der Mensch?", en laque concentra algunas ideas fundamentales expuestas ya en su libro Dialektikakonkrtniho (Dialctica de lo concreto ), que ese mismo ao haba aparecido en sulengua original en Praga, provocando un enorme inters y acalorados comentarios noslo entre los filsofos checos, sino, en general, en los medios intelectuales praguensesms diversos. Posteriormente, en 1964, participa en un coloquio del Instituto Gramsci,de Roma, donde da a conocer una brillante ponencia titulada "Dialctica de la moral ymoral de la dialctica", y pronuncia una conferencia sobre "La razn y la historia" en laUniversidad de Miln.

    La presente obra es hasta ahora su trabajo fundamental. Ha sido vertida al italiano, en1965 (Bompiani, Miln), y acaba de aparecer en alemn (Suhrkamp Verlag, Frankfurtam Main). Nuestra versin se basa en la edicin italiana, pero hemos tenido presentetambin la alemana, de la cual hemos tomado nota sobre todo en relacin con algunasligeras modificaciones introducidas por el autor.

    A Karel Kosk tuvimos la oportunidad de conocerlo filosfica y personalmente durante

    el citado Congreso Internacional de Filosofa, celebrado aqu. Desde el primer momentonos produjo en todos los sentidos la ms grata impresin. De aquel mar de delegadosque trataban de afirmar su personalidad con sus fugaces intervenciones o, al menos, conla tarjeta blanca que desde una de sus solapas nos hacan saber su nombre y sunacionalidad, queda con el tiempo el recuerdo de algunas comunicaciones, bastantescontactos personales y unos cuantos nombres. Entre ellos, para nosotros, el de KarelKosk. No conocamos hasta entonces al hombre ni a su obra. Cuando l mismo noshabl de ellao ms exactamente, cuando nos la expusomientras nosotros tenamosya en las manos el ejemplar en checo de su Dialctica de lo concreto que nos acababa deentregar, nos dimos cuenta que aquel delegado al Congreso, de aire juvenil y aspecto nomuy intelectual, que en francs o ruso me expona las tesis principales de su libro, y que

    responda con vivacidad y firmeza a mis dudas u objeciones, era un pensador marxistaeminente en el que se conjugaban de un modo peculiar la hondura de su pensamiento, la

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    originalidad de ste y la brillantez de su exposicin. Bast este Conocimiento informaldel contenido esencial de su libro y el intercambio de ideas a que dio lugar entrenosotros, para que recomendramos con vivo inters a la Editorial Grijalbo supublicacin en espaol. Cuando dos aos despus tuvimos ocasin de leer totalmente laobra en su versin italiana, comprendimos que no nos habamos excedido en nuestra

    estimacin inicial. Estbamos, efectivamente, ante una de las obras ms ricas enpensamiento, ms sugerentes y atractivas que conocamos en la literatura marxista.

    El pensamiento de Kosk ha suscitado ya crticas muy positivas, de las que sontestimonio, por ejemplo, las de Lubomir Sochor (en la revista Crtica marxista, Roma, 1,1964) y Francisco Fernndez Santos (en su obra Historia y filosofa, Madrid, 1966). Astas hay que agregar las aparecidas en su propia patria, a las que hacamos referenciaanteriormente, y que llevaron en un anlisis general del trabajo ideolgico a prevenircelosamente contra el encumbramiento exagerado de Kosk, aunque sin desconocersegn se deca en llos mritos de su libro.

    Pero asommonos ya al pensamiento de nuestro autor. Este se inscribe en elmovimiento antidogmtico y renovador del marxismo que, con diferente fortuna empetu, se registra en el campo marxista desde 1956; es decir, a partir del XX Congresodel Partido Comunista de la Unin Sovitica. Dicho movimiento se desarrolla sobre unadoble baseque se muestra muy acusadamente en Kosk: a) vuelta al verdaderoMarx, una vez despojado de los mitos, esquematismo y limitaciones a que fue sometidodurante aos por una concepcin dogmtica del marxismo, y b) anlisis de nuevas ideasy realidades, producidas en nuestro tiempo, que Marx, por tanto, no pudo conocer, y queno pueden ser ignoradas por un marxismo vivo y creador.

    Este movimiento se ha visto sujeto, en ms de una ocasin, a falsas concepciones que,aun procediendo de visiones en parte opuestas, desembocan en un resultado comn:presentar el mencionado esfuerzo renovador y creador como algo extrao al marxismo.Y as ha sucedido en ms de una ocasin con Kosk. En unos casos, no se acepta comomarxista una posicin que arraiga en las fuentes mismas o que somete a anlisistemasnuevos o viejosque escapan a una mirada dogmtica. En otros casos, seinterpreta ese esfuerzo renovador y crtico como un desvanecimiento de la lneadivisoria entre el marxismo y lo que ya es ajenocuando no opuestoa l. Es lo quesucede cuando a Kosk se le pone en compaa de filsofos que no pasan de sersimplesaunque relumbrantesmerodeadores del marxismo, con los que se puedeandar en ciertos momentos "juntos, pero no revueltos".

    Entre las cuestiones que Kosk rescata para una temtica marxista, en la que hasta ahoracasi no haban encontrado acomodo, est la del "mundo de la pseudoconcrecin", esdecir, el mundo de la praxis fetichizada, unilateral, en el que los hombres y las cosas sonobjeto de manipulacin. Se trata del mundo de la vida cotidiana de los individuos en lascondiciones propias de la divisin capitalista del trabajo, de la divisin de la sociedad enclases. A l se halla ligada una visin peculiar de las cosas (la falsa conciencia, elrealismo ingenuo, la ideologa). Este mundo tiene que ser destruido para que elconocimiento verdadero pueda captar la realidad. La dialctica, ligada a una praxisverdadera, revolucionaria, es la que permite ese conocimiento verdadero o reproduccinespiritual de la realidad. Kosk aborda as cuestiones tocadas en nuestros das por un

    sector de la filosofa idealista, que al analizarlas no ha hecho sino mistificar problemasvivos de la realidad humana y social. A luz de los conceptos ms fecundos del

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    de lo econmico. Kosk aclara que la estructura econmicay no un supuesto "factoreconmico" (concepto sociolgico vulgar, extrao al marxismo)constituye la clave dela concepcin materialista de la historia. La distincin citad le sirve, a su vez, tanto pararechazar todo reduccionismo (del arte por ejemplo) a lo econmico, como parafundamentar el primado de la economa.

    Kosk se ocupa en dos ocasiones, a lo largo de su libro, del arte. Y en las dos enriqueceel tema. Una vez lo hace en relacin con el problema anterior: al rechazar la reduccin

    de origen plejanovianodel arte a las condiciones sociales (bsqueda de su"equivalente social"), y otra, al abordaren un terreno distinto del gnoseolgico en elque lo abord Leninla dialctica de lo absoluto y lo relativo. Frente a una concepcinhistoricista de las relaciones entre obra de arte y situacin dada, Kosk aborda lacuestin de cmo y porque sobrevive aqulla a su poca. En esta vital cuestinqueMarx plante dejando en suspenso la solucinKosk nos ofrece una de las respuestasms esclarecedoras que conocemos. Tambin al examinar el problema de las relacionesentre lo genricamente humano y la realidad humana histricamente dada, el anlisis de

    la dialctica de lo absoluto y lo relativo prueba su fecundidad.

    Entre las cuestiones abordadas por Kosk resulta muy sugestiva la referente a lasignificacin de la problemtica de El Capital. Despus de rechazar una serie deinterpretaciones de esta obra que, a juicio suyo, no nos revelan su sentido, Kosk nosofrece su propia interpretacin. Con este motivo, se detiene en el problema de laformacin intelectual de Marx y examina crticamente algunas de las manifestacionesde la amplia literatura escrita en los ltimos aos sobre esta cuestin. Examinaespecialmente el modelo de su evolucin como paso de la filosofa a la ciencia, y, portanto, aborda el problema de la abolicin de la filosofa o paso de sta a la no filosofa,aunque esa fase final se conciba (H. Marcuse) como una teora dialctica de la sociedad.En contraste con las interpretaciones antes citadas, El Capital constituye para Kosk laodisea de la praxis histrica concreta, es decir, del movimiento real del mundocapitalista producido por los hombres mismos. Pero esta praxis desembocanecesariamente en la toma de conciencia de elle y en la accin prctico-revolucionariafundada en esa toma de conciencia. De ah la unidad de la obra, subrayada por Kosk,entre su comienzo (anlisis de la mercanca) y su final inconcluso (captulo sobre lasclases). Este anlisis de El Capital, a nuestro juicio, responde claramente a laconcepcin del marxismo como filosofa de la praxis, ya que: a) integra la teora (elanlisis cientfico) en la praxis revolucionaria, y b) basa esta praxis en el conocimientode la praxis histrica y del movimiento real de la sociedad. Las interpretaciones de El

    Capital, que dejan a un lado este momento de la praxiscomo hemos sostenidofirmemente en nuestra Filosofa de la praxis, no pueden dar razn del verdaderosentido de su problemtica. Por haberlo tenido presente, Kosk pone este sentido antenuestra mirada.

    Esta caracterizacin de El Capital le permite a Kosk responder a la cuestin tandebatida en nuestros das (cf. los trabajos de L. Althusser y M. Godelier, entre otros) delsentido mismo del pensamiento de la madurez de Marx. Considerado el proceso de suevolucin intelectual, estamos ante el paso de la filosofa a la economa, o tambin, dela filosofa a la ciencia? Si la pregunta apunta a una respuesta que entienda esaeconoma o ciencia como el abandono total de la filosofa, el planteamiento es falso, ya

    que Marxcomo subraya con justeza Koskno abandona nunca la problemticafilosfica implcita en conceptos de los Manuscritos de 1844 como los de

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    "enajenacin", "cosificacin" "totalidad", "sujeto-objeto", etc. En apoyo de ello, Koskse atiene, sobre todo, no a los trabajos de juventud de Marx, sino a sus obras demadurez y, particularmente, a textos preparatorios de El Capital, como son losGrundrisse der Kritik der politischen Oekonomie. Kosk demuestra que las categoraseconmicas son incomprensibles si no se ven como expresin de una actividad subjetiva

    de los hombres y de sus relaciones sociales, lo que entraa un conocimiento del ser delhombre. Podra parecer, a una mirada superficial, que esto significa, por parte de Kosk,una recada en un nuevo antropologismo. Pero lo que l nos propone es una "ontologadel hombre" (o examen del "problema del hombre en la totalidad del mundo"), y no unaantropologa o "filosofa del hombre" (o complemento tico o existencial delmarxismo).

    La filosofa materialista es para Kosk la ltima, no superada histricamente, ontologadel hombre, cuyo objeto es la especifidad del hombre. Esta la halla, con Marx, en eltrabajo, en la actividad objetiva en que se funda el tiempo mismo como dimensin de suser. En cuanto que en esa actividad objetiva el hombre crea su realidad, el trabajo tiene

    un sentido ontolgico o filosfico. Pero el trabajo es una forma de praxis, y la praxis espropiamente la esfera del ser humano. Sin praxis no hay realidad humana, y sin ella nohay tampoco conocimiento del mundo.

    Al postular una ontologa del hombre, Kosk se pronuncia contra una antropologafilosfica que site al hombre en el centro de la problemtica (concepcin de la realidaddel hombre como subjetividad y de la realidad del mundo como proyeccin de estasubjetividad). Pero la respuesta a esta antropologa filosfica no es para Kosk laconcepcin cientifista y naturalista del mundo sin el hombre. Puede aceptarse estaconcepcin, caracterstica de la ciencia moderna de la naturaleza, en cuanto que es unade las vas de acceso a la realidad, pero la realidad es incompleta sin el hombre.

    En suma, Kosk se opone a una concepcin antropolgica que haga del mundo unaproyeccin humana o vea en la naturaleza una "categora social". A este respecto nosadvierte que aunque el conocimiento de la naturaleza y la industria se hallancondicionados socialmente, la existencia del mundo natural es independiente delhombre y su conciencia. La posicin de Kosk no tiene nada que ver, por tanto, con lasinterpretaciones subjetivistas, antropolgicas, que a veces tratan de anexionarse inclusoel marxismo. Pero el mundo sin el hombre no es toda la realidad. En la totalidad de loreal est el hombre habitando la naturaleza y la historia en las que l se realiza, con supraxis, como ser ontocreador. La praxis, lejos de recluir al hombre en su subjetividad, es

    la va para superarla, pues en ella crea la realidad humana que hace posible su aperturaal ser, la comprensin de la realidad en general. Por ello, dice Kosk, el hombre es unser antropocsmico.

    A la luz de esta caracterizacin general de la obra de Kosk, de algunos de sus temasfundamentales y de su posicin filosfica, podemos reafirmar lo que decamos alcomienzo: su Dialctica de lo concreto se inscribe en un esfuerzo de renovacin yenriquecimiento del marxismo que entraa, a su vez, una vuelta fecunda a sus fuentes,pero entendidas stas no como suelen entenderlas en nuestros das algunos abanderadosde la renovacin del marxismo, es decir, como una vuelta casi exclusiva al "jovenMarx". De la vuelta al marxismo ya maduroparticularmente al de los Grundrisse y El

    Capitalsale afirmado aqulen manos de Kosk, frente a toda concepcinsubjetivista, antropolgica o a todo complemento existencialista de l. Pero tambin sale

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    fortalecido frente a toda concepcin naturalista o cientifista que, al oponerse con razn auna concepcin un tanto ideolgica, no cientfica"tica" o "humanista" en el sentidofilosfico-antropolgico, recae en un nuevo cientifismo u objetivismo, ms sutil, msrefinado, mejor armado conceptualmente, pero cientifismo y objetivismo al fin.

    Esta posicin de Kosk, que se mueve entre el Scila y Caribdis de las interpretacionessubjetivistas y objetivistas del marxismo, es la que le permite en la presente obraabordar nuevas cuestiones, tratar otras, tantas veces tocadas, con el sesgo nuevo quecobran al acercarnos a su raz, y, finalmente, es lo que le permite dar al tratamiento deellas ese aire fresco y juvenil de quien deja a un lado los caminos trillados para buscaren las cuestiones fundamentales el camino real.

    Mxico, D.F., junio de 1967.

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    Prlogo a la edicin checa

    Las ideas fundamentales de este trabajo fueron expuestas en dos conferencias, en 1960.La primera fue pronunciada durante el Coloquio filosfico internacional sobredialctica, celebrado en septiembre de 1960 en Royaumont (Francia), y su texto fue

    publicado en mayo de 1961 en la revista italiana Aut-Aut. La segunda, titulada"Problemas filosficos de la estructura y el sistema", fue pronunciada en el curso de losdebates de la Conferencia nacional de Checoslovaquia sobre cuestiones de la lingsticamarxista, que tuvo lugar en diciembre de 1960 en Liblice y su texto apareci en elvolumen publicado por la Academia Checoslovaca de Ciencias en el que se recogan losmateriales de dicha conferencia.

    El libro se halla dividido en cuatro captulos, pero constituye un todo nico. Losdistintos problemas que se abordan en l se relacionan entre s, y slo su mutuoesclarecimiento expresa la concepcin fundamental de la obra. Por esta razn, no puedeentenderse por ejemplo el segundo captulo ("Economa y filosofa") aisladamente, o en

    lo esencial, como una crtica de diversas opiniones, ya que enlaza con el captulo tercero("Filosofa y economa") en el que se ofrece una solucin positiva. En la crtica de otrasideas y teoras nos hemos esforzado siempre por presentar una solucin positiva a losproblemas, desde determinado aspecto.

    Aprovecho la presente oportunidad para expresar mi agradecimiento al director y a losmiembros del Instituto de Filosofa de la Academia Checoslovaca de Ciencias por lacordial ayuda que me han prestado.

    Praga, diciembre de 1961.

    Karel Kosik.

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    CAPTULO I Dialectica de la totalidad concreta

    El mundo de la pseudoconcrecin y su destruccin

    La dialctica trata de la "cosa misma". Pero la "cosa misma" no se manifiesta

    inmediatamente al hombre. Para captarla se requiere no slo hacer un esfuerzo, sinotambin dar un rodeo. Por esta razn, el pensamiento dialctico distingue entrerepresentacin y concepto de las cosas, y por ello entiende no slo dos formas y gradosde conocimiento de la realidad, sino dos cualidades de lapraxis humana. La actitud queel hombre adopta primaria e inmediatamente hacia la realidad no es la de un sujetoabstracto cognoscente, o la de una mente pensante que enfoca la realidad de un modoespeculativo, sino la de un ser que acta objetiva y prcticamente, la de un individuohistrico que despliega su actividad prctica con respecto a la naturaleza y los hombresy persigue la realizacin de sus fines e intereses dentro de un conjunto determinado derelaciones sociales. As, pues, la realidad no se presenta originariamente al hombre enforma de objeto de intuicin, de anlisis y comprensin tericacuyo polo

    complementario y opuesto sea precisamente el sujeto abstracto cognoscente que existefuera del mundo y aislado de l; se presenta como el campo en que se ejerce suactividad prctico-sensible y sobre cuya base surge la intuicin prctica inmediata de larealidad. En la relacin prctico-utilitaria con las cosas, en la cual la realidad semanifiesta como un mundo de medios, fines, instrumentos, exigencias y esfuerzos parasatisfacerla, el individuo "en situacin" se crea sus propias representaciones de las cosasy elabora todo un sistema correlativo de conceptos con el que capta y fija el aspectofenomnico de la realidad.

    Sin embargo, la "existencia real" y las formas fenomnicas de la realidadque sereproducen inmediatamente en la mente de quienes despliegan una praxis histricadeterminada, como conjunto de representaciones o categoras del "pensamientoordinario" (que slo por un "hbito brbaro" se consideran conceptos)son distintas ycon frecuencia absolutamente contradictorias respecto de la ley del fenmeno, de laestructura de la cosa, o del ncleo interno esencial y su concepto correspondiente. Loshombres usan el dinero y realizan con l las transacciones ms complicadas sin saber niestar obligados a saber ques el dinero. La prctica utilitaria inmediata y el sentidocomn correspondiente ponen a los hombres en condiciones de orientarse en el mundo,de familiarizarse con las cosas y manejarlas, pero no les proporciona una comprensinde las cosas y de la realidad. Por esta razn, Marx pudo escribir que en el mundo de lasformas fenomnicas, sustradas a su concatenacin interna y completamente

    incomprensibles en este aislamiento, quienes determinan efectivamente las condicionessociales se encuentran a sus anchas, como el pez en el agua. Para ellos no hay nada demisterioso en lo que es internamente contradictorio, y su juicio no se escandaliza lo msmnimo ante la inversin de lo racional y lo irracional. La actividad prctica a que sehace referencia en este contexto es una praxis histricamente determinada y unilateral,es la praxis fragmentaria de los individuos, basada en la divisin social del trabajo, en ladivisin de la sociedad en clases y, en la creciente jerarquizacin de las posicionessociales que de ella deriva. En esta praxis, se forma tanto el ambiente materialdeterminado del individuo histrico como la atmsfera espiritual en la que la aparienciasuperficial de la realidad se fija como el mundo de la supuesta intimidad, de laconfianza y familiaridad, en el que el hombre se mueve "naturalmente" y con el cual

    tiene algo que hacer cada da.

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    El conjunto de fenmenos que llenan el ambiente cotidiano y la atmsfera comn de lavida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en la concienciade los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y natural, forma elmundo de la pseudoconcrecin. A l pertenecen:

    el mundo de los fenmenos externos, que se desarrollan en la superficie de losprocesos realmente esenciales;

    el mundo del traficar y el manipular, es decir, de la praxis fetichizada de los hombresque no coincide con la praxis crtica y revolucionaria de la humanidad;

    el mundo de las representaciones comunes, que son una proyeccin de los fenmenosexternos en la conciencia de los hombres, producto de la prctica fetichizada y formaideolgica de su movimiento;

    el mundo de los objetos fijados, que dan la impresin de ser condiciones naturales, y

    no son inmediatamente reconocidos como resultado de la actividad social de loshombres

    El mundo de la pseudoconcrecin es un claroscuro de verdad y engao. Su elementopropio es el doble sentido. El fenmeno muestra la esencia y, al mismo tiempo, laoculta. La esencia se manifiesta en el fenmeno, pero slo de manera inadecuada,parcialmente, en algunas de sus facetas y ciertos aspectos. El fenmeno indica algo queno es l mismo, y existe solamente gracias a su contrario. La esencia no se dainmediatamente; es mediatizada por el fenmeno y se muestra, por tanto, en algodistinto de lo que es. La esencia se manifiesta en el fenmeno. Su manifestacin en sterevela su movimiento y demuestra que la esencia no es inerte y pasiva. Pero,igualmente, el fenmeno revela la esencia. La manifestacin de la esencia es laactividad del fenmeno.

    El mundo fenomnico tiene su estructura, su propio orden v su propia legalidad quepuede ser revelada y descrita. Pero la estructura de este mundo fenomnico no capta anla relacin entre l mismo y la esencia. Si la esencia no se manifestase en absoluto enlos fenmenos, el mundo de la realidad se distinguira de modo radical y esencial delmundo fenomnico: en tal caso, el mundo de la realidad sera para el hombre "el otromundo" (platonismo, cristianismo), y el nico mundo al alcance del hombre sera elmundo de los fenmenos. Pero el mundo fenomnico no es algo independiente y

    absoluto: los fenmenos se convierten en mundo fenomnico en conexin con laesencia. El fenmeno no es radicalmente distinto de la esencia, y la esencia no es unarealidad de orden distinto a la del fenmeno. Si as fuese, el fenmeno no tendra ningnvnculo interno con la esencia, no podra manifestarla y, al mismo tiempo, ocultarla; larelacin entre ambos sera mutuamente externa e indiferente. Captar el fenmeno de unadeterminada cosa significa indagar y describir cmo se manifiesta esta cosa en dichofenmeno, y tambin cmo se oculta al mismo tiempo. La comprensin del fenmenomarca el acceso a la esencia. Sin el fenmeno, sin su manifestacin y revelacin, laesencia sera inaccesible. En el mundo de la pseudoconcrecin el lado fenomnico de lacosa, en el que sta se manifiesta y oculta, es considerado como la esencia misma, y ladiferencia entre fenmeno y esencia desaparece. Es, pues, la diferencia entre

    fenmeno y esencia una diferencia entre lo real y lo irreal, o entre dos ordenes diversosde la realidad? Es la esencia ms real que el fenmeno? La realidad es la unidad del

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    fenmeno y la esencia. Por esto, la esencia puede ser tan irreal como el fenmeno, yste tan irreal como la esencia en el caso de que se presenten aislados y, en esteaislamiento, sean considerados como la nica o "autntica" realidad.

    El fenmeno es, por tanto, algo que, a diferencia de la esencia, oculta, se manifiesta

    inmediatamente, primero y con ms frecuencia. Pero por qu la "cosa misma", laestructura de la cosa, no se manifiesta inmediata y directamente?; porqu requiereesfuerzos y rodeos para captarla?; por qu la "cosa misma" se oculta a la percepcininmediata? De qu gnero de ocultacin se trata? Tal ocultacin no puede ser absoluta:si el hombre, en general, busca la estructura de las cosas y quiere escrutar la cosa"misma", para que pueda descubrir la esencia oculta o la estructura de la realidad, debeya poseer necesariamente antes de iniciar cualquier indagacin cierta conciencia de queexiste algo como la estructura de la cosa, su esencia, la "cosa misma"; es decir, debesaber que, a diferencia de los fenmenos, que se manifiestan inmediatamente, existe unaverdad oculta de la cosa. El hombre da un rodeo y se esfuerza en la bsqueda de laverdad slo porque presupone de alguna manera su existencia, y posee una conciencia

    firme de la existencia de la "cosa misma". Pero, por qu la estructura de la cosa no esdirecta e inmediatamente accesible al hombre; por qu para alcanzarla es preciso dar unrodeo? Y a qu o hacia dnde tiende ste? Si en la percepcin inmediata no se da la"cosa misma", sino el fenmeno de la cosa, se debe ello a que la estructura de la cosapertenece a una realidad de orden distinto a la realidad de los fenmenos y, por tanto, setrata de otra realidad situada detrs de los fenmenos?

    En virtud de que la esenciaa diferencia de los fenmenosno se manifiestadirectamente, y por cuanto que el fundamento oculto de las cosas debe ser descubiertomediante una actividad especial, existen la ciencia y la filosofa. Si la aparienciafenomnica y la esencia de las cosas coincidieran totalmente, la ciencia y la filosofaseran superfluas[1].

    Los esfuerzos tendientes a descubrir la estructura de las cosas y la "cosa misma" hansido siempre, desde tiempos inmemoriales, propios de la filosofa. Las diversastendencias filosficas fundamentales son slo modificaciones de esta problemticafundamental y de su solucin en las distintas etapas evolutivas de la humanidad. Lafilosofa es una actividad indispensable de la humanidad, ya que la esencia de las cosas,la estructura de la realidad, la "cosa misma", no se muestran directa e inmediatamente.En este sentido la filosofa puede ser caracterizada como esfuerzo sistemtico y crticotendiente a captar la cosa misma, la estructura oculta de la cosa, y descubrir el modo de

    ser del existente.El concepto de la cosa es la comprensin de ella, y comprender lo que la cosa essignifica conocer su estructura. El rasgo ms caracterstico del conocimiento consiste enla descomposicin del todo. La dialctica no llega al conocimiento desde el exterior ocomplementariamente, ni tampoco ello constituye una de sus caractersticas, sino que elconocimiento es la propia dialctica en una de sus formas; el conocimiento esdescomposicin del todo. "El concepto" y "la abstraccin" tienen en la concepcindialctica el significado de un mtodo que descompone el todo unitario, para poderreproducir mentalmente la estructura de la cosa, es decir, para comprender la cosa.[2]

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#1ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#1ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#1ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#2ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#2ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#2ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#2ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#1a
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    El conocimiento se realiza como separacin del fenmeno respecto de la esencia, de losecundario respecto de lo esencial, ya que slo mediante tal separacin se puede mostrarla coherencia interna y, con ello, el carcter especfico de la cosa.

    En este proceso no se deja a un lado lo secundario, ni se le separa como algo irreal o

    menos real, sino que se revela su carcter fenomnico, o secundario, mediante lademostracin de su verdad en la esencia de la cosa. Esta descomposicin del todounitario, que es un elemento constitutivo del conocimiento filosficoen efecto, sin taldescomposicin no hay conocimientodemuestra una estructura anloga a la del obrarhumano, puesto que tambin ste se basa en la desintegracin del todo.

    El propio hecho de que el pensamiento se mueva de un modo natural y espontneo endireccin opuesta al carcter de la realidad, a la cual asla y "mata" y el hecho de que eneste movimiento espontneo se base la tendencia a la abstraccin, no es unaparticularidad inherente al pensamiento, sino que deriva de su funcin prctica. Todaaccin es "unilateral",[3]ya que tiende a determinado fin y, por tanto, asla algunos

    aspectos de la realidad como esenciales para esa accin, mientras deja a un lado, por elmomento, a otros. Mediante esta accin espontnea que pone de manifiestodeterminados aspectos, que son importantes para el logro de cierto fin, el pensamientoescinde la realidad nica, interviene en ella y la "valora".

    La tendencia espontnea de la "praxis" y del pensamiento, a aislar los fenmenos y adesdoblar la realidad en lo esencial y lo secundario, va siempre acompaada de una

    percepcin del todo igualmente espontnea en la cual son aislados determinadosaspectos, aunque esa percepcin sea para la conciencia ingenua menos evidente y, confrecuencia, inconsciente. El "horizonte"oscuramente intuidode una "realidadindeterminada" como todo, constituye elfondo inevitable de cada accin y cadapensamiento, aunque resulte inconsciente para la conciencia ingenua.

    Los fenmenos y las formas fenomnicas de las cosas se reproducen espontneamenteen el pensamiento cotidiano como realidad (la realidad misma) pero no porque sean mssuperficiales y estn ms cerca del conocimiento sensible, sino porque el aspectofenomnico de la cosa es un producto espontneo de la prctica cotidiana. La prcticautilitaria de cada da crea "el pensamiento comn"en el cual se captan tanto la cosa ysu aspecto superficial como la tcnica del tratamiento de ella como forma de sumovimiento y de su existencia. El pensamiento comn es la forma ideolgica del obrarhumano de cada da. Pero el mundo que se revela al hombre en la prctica fetichizada,

    en el traficar y el manipular, no es el mundo real, aunque tenga la "consistencia" y la"validez" de este mundo, sino que es "el mundo de la apariencia" (Marx). Larepresentacin de la cosa, que se hace pasar por la cosa misma y crea la aparienciaideolgica, no constituye un atributo natural de la cosa y de la realidad, sino laproyeccin de determinadas condiciones histricaspetrificadas, en la conciencia delsujeto.

    La distincin entre representacin y concepto, entre el mundo de la apariencia y elmundo de la realidad, entre la prctica utilitaria cotidiana de los hombres y la praxisrevolucionaria de la humanidad, o, en pocas palabras, "la escisin de lo nico", es elmodo como el pensamiento capta la "cosa misma". La dialctica es el pensamiento

    crtico que quiere comprender la "cosa misma", y se pregunta sistemticamente cmo esposible llegar a la comprensin de la realidad. Es, pues, lo opuesto a la sistematizacin

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#3ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#3ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#3ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#3a
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    doctrinaria o a la romantizacin de las representaciones comunes. El pensamiento quequiera conocer adecuadamente la realidad, y que no se contente con los esquemasabstractos de la realidad, ni con simples representaciones tambin abstractas de ella,debe destruirla aparente independencia del mundo de las relaciones inmediatascotidianas. El pensamiento que destruye la pseudoconcrecin para alcanzar lo concreto

    es, al mismo tiempo, un proceso en el curso del cual bajo el mundo de la apariencia serevela el mundo real; tras la apariencia externa del fenmeno se descubre la ley delfenmeno, la esencia.[4]Pero lo que confiere a estos fenmenos el carcter de lapseudoconcrecin no es de por s su existencia, sino la independencia con que estaexistencia se manifiesta. La destruccin de la pseudoconcrecin, que el pensamientodialctico debe llevar a cabo, no niega por ello la existencia u objetividad de estosfenmenos, sino que destruye su pretendida independencia al demostrar que son causamediata y, contrarrestando sus pretensiones de independencia, prueba su carcterderivado.

    La dialctica no considera los productos como algo fijo, ni las configuraciones y los

    objetos, o sea, todo el conjunto del mundo material cosificado, como algo originario eindependiente; del mismo modo tampoco considera as el mundo de lasrepresentaciones y del pensamiento comn ni los acepta bajo su aspecto inmediato, sinoque los somete a un examen en el cual las formas cosificadas del mundo objetivo e idealse diluyen, pierden su fijeza, su naturaleza y su pretendida originariedad, para mostrarsecomo fenmenos derivados y mediatos, como sedimentos y productos de la praxissocial de la humanidad.[5]

    El pensamiento acrticamente reflexivo[6]coloca de inmediato, es decir, sin un anlisisdialctico, las representaciones fijas en una relacin causal con las condicionesasimismo fijas, y presenta este mtodo de "pensamiento brbaro" como anlisis"materialista" de las ideas. Por cuanto que los hombres han adquirido conciencia de supoca (esto es, la han vivido, valorado, criticado y comprendido) en las categoras de "lafe del carbonero" y "el escepticismo pequeo-burgus", el doctrinario supone que elanlisis "cientfico" de estas ideas ya se ha cumplido cuando se ha encontrado eladecuado equivalente econmico, social o de clase de cada una de ellas. Empero,mediante tal "materializacin" se efecta slo una doble mistificacin: la inversin delmundo de la apariencia (de las ideas ya fijas) tiene sus races en la materialidadinvertida (cosificada). La teora materialista debe emprenderel anlisis partiendo deesta cuestin: por qulos hombres han cobrado conciencia de su tiempo precisamenteen estas categoras, y qu tiempo se muestra a los hombres en dichas categoras? Con tal

    planteamiento, el materialista prepara el terreno para proceder a la destruccin de lapseudoconcrecin, tanto de las ideas como de las condiciones, y slo despus de estopuede buscar una explicacin racional de la conexin interna entre el tiempo y las ideas.

    Ahora bien, la destruccin de la pseudoconcrecin como mtodo dialctico crtico,gracias al cual el pensamiento disuelve las creaciones fetichizadas del mundo cosificadoe ideal,para alcanzar su realidad, es slo el segundo aspecto, el reverso de la dialcticacomo mtodo revolucionario de transformacin de la realidad. Para que el mundo

    pueda ser explicado "crticamente", es necesario que la explicacin misma sea situada

    en el terreno de la praxis revolucionaria. Ms adelante veremos que la realidad puedeser transformada revolucionariamente slo porque, y slo en la medida en que es creada

    por nosotros mismos, y en que sabemos que la realidad es producida por nosotros. Ladiferencia entre la realidad natural y la realidad humano-social estriba en que el hombre

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#4ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#4ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#4ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#5ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#5ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#5ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#6ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#6ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#6ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#5ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#4a
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    puede cambiar y transformar la naturaleza, mientras que la realidad humano-socialpuede cambiarla revolucionariamente, pero slo porque l mismo ha producido estarealidad.

    El mundo real, oculto de la pseudoconcrecin y que, no obstante, se manifiesta en ella,

    no es el mundo de las condiciones reales en oposicin a las condiciones irreales, o elmundo de la trascendencia en oposicin a la ilusin subjetiva, sino el mundo de lapraxis humana. es la comprensin de la realidad humanosocial como unidadde laproduccin y el producto, del sujeto y el objeto, de la gnesis y la estructura. El mundoreal no es, por tanto, un mundo de objetos "reales" fijos, que bajo su aspecto fetichizadollevan una existencia trascendente como una variante, entendida en sentido naturalista,de las ideas platnicas, sino que es un mundo en el cual las cosas, los significados y lasrelaciones son considerados comoproductos del hombre social, y el hombre mismo serevela como sujeto real del mundo social. El mundo de la realidad no es una variantesecularizada del paraso, de un estado de cosas ya realizado y fuera del tiempo, sino quees un proceso en el curso del cual la humanidad y el individuo realizan su propia

    verdad, esto es, llevan a cabo la humanizacin del hombre. A diferencia del mundo de lapseudoconcrecin, el mundo de la realidad es el mundo de la realizacin de la verdad;es el mundo en el que la verdad no est dada ni predestinada, ni est calcadaindeleblemente en la conciencia humana; es el mundo en el que la verdad deviene. Poresta razn, la historia humana puede ser el proceso de la verdad y la historia de laverdad. La destruccin de la pseudoconcrecin significa que la verdad no es inaccesible,pero tampoco es alcanzable de una vez y para siempre, sino que la verdad misma sehace, es decir, se desarrolla y realiza.

    En consecuencia, la destruccin de la pseudoconcrecin se efecta como: 1) crticarevolucionaria de la praxis de la humanidad, que coincide con el devenir humano delhombre, con el proceso de "humanizacin del hombre", cuyas etapas clave son lasrevoluciones sociales; 2) el pensamiento dialctico, que disuelve el mundo fetichizadode la apariencia, para llegar a la realidad y a la "cosa misma"; 3) la realizacin de laverdad y la creacin de la realidad humana en un proceso ontognico, ya que para cadaindividuo humano el mundo de la verdad es, al mismo tiempo, su propia creacinespiritual como individuo histrico-social. Cada individuo debe personalmente y sinque nadie pueda sustituirleformarse una cultura y vivir su vida.

    Por tanto, no podemos considerar la destruccin de la pseudoconcrecin como eldesgarramiento de una cortina y el descubrimiento de la realidad que se ocultaba tras

    ella, ya preparada y dispuesta, existiendo independientemente de la actividad delhombre. La pseudoconcrecin es precisamente la existencia autnoma de losproductoshumanos y la reduccin del hombre al nivel de la prctica utilitaria. La destruccin de lapseudoconcrecin es el proceso de creacin de la realidad concreta y la visin de larealidad en su concepcin Las tendencias idealistas han elevado al plano de lo absolutoya el sujeto, ocupndose del problema de cmo abordar la realidad para que sta seaconcreta o bella; ya el objeto, suponiendo que la realidad es tanto ms real cuanto mscompletamente sea desalojado de ella el sujeto. En contraste con estas corrientes, en ladestruccin materialista de la pseudoconcrecin, la liberacin del "sujeto" (esto es, lavisin concreta de la realidad a diferencia de la "intuicin fetichista" ) coincide con laliberacin del "objeto" ( creacin del ambiente humano como hecho humano de

    condiciones transparentes y racionales), puesto que la realidad social de los hombres secrea como unidad dialctica de sujeto y objeto.

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    El lema "ad fontes", que resuena peridicamente como reaccin contra lapseudoconcrecin en sus ms variadas manifestaciones, as como la regla metodolgicadel anlisis positivista ("liberarse de los prejuicios"), encuentran su fundamento y su

    justificacin en la destruccin materialista de la pseudoconcrecin. La vuelta misma "alas fuentes" tiene, en general, dos aspectos totalmente distintos. Bajo el primero de ellos

    se manifiesta como crtica docta y, humansticamente erudita de las fuentes, comoexamen de los archivos y fuentes antiguas de las que debe extraerse la autnticarealidad. Bajo otro aspecto, ms profundo y significativo, que a los ojos de la doctaerudicin parece brbaro ( como lo demuestra la reaccin contra Shakespeare yRousseau), el lema "ad fontes" significa crtica de la civilizacin y de la cultura;significa una tentativaromntica o revolucionariade descubrir, tras los productos ylas creaciones, la accin y la actividad productiva, de hallar la "autntica realidad" delhombre concreto tras la realidad cosificada de la cultura imperante, de revelar elverdadero sujeto histrico bajo las estratificaciones de las convenciones solidificadas.

    La reproduccin espiritual y racional de la realidad

    Puesto que las cosas no se presentan al hombre directamente como son y el hombre noposee la facultad de penetrar de un modo directo e inmediato en la esencia de ellas, lahumanidad tiene que dar un rodeo para poder conocer las cosas y la estructura de ellas.Y precisamente porque ese rodeo es la nica va de que se dispone para alcanzar laverdad, peridicamente la humanidad intenta eludir el esfuerzo que supone semejanterodeo y quiere captar directamente la esencia de las cosas (el misticismo es justamenteuna expresin de la impaciencia humana por conocer la verdad). Pero, al mismo tiempo,con ello el hombre corre el riesgo de perderse o quedarse a medio camino al efectuar eserodeo.

    La evidencia no coincide con la claridad y distincin de las cosas mismas, sino ms biencon la falta de claridad en la representacin de ellas. La naturaleza, por ejemplo, semanifiesta como algo innatural. El hombre debe realizar una serie de esfuerzos y salirdel "estado natural" para llegar a ser verdaderamente hombre (el hombre se hacetransformndose en hombre) y conocer la realidad como tal. Para los grandes filsofosde todas las pocas y tendenciasmito platnico de la caverna, imagen baconiana delos dolos, Spinoza, Hegel, Heidegger y Marxel conocimiento es precisamente unasuperacin de la naturaleza, la actividad o el "esfuerzo" ms alto. La dialctica de laactividad y de la pasividad en el conocimiento humano se manifiesta, ante todo, en elhecho de que el hombre para conocer las cosas como son en s mismas, debe

    transformarlas antes en cosas para s; para poder conocer las cosas como sonindependientemente de l, debe someterlas primero a su propia prctica; para podercomprobar cmo son cuando no est en contacto con ellas, debe primeramente entrar encontacto con las cosas. El conocimiento no es contemplacin. La contemplacin delmundo se basa en los resultados de la praxis humana. El hombre slo conoce la realidaden la medida en que crea la realidadhumana y se comporta ante todo como serprctico.

    Para poder acercarnos a la cosa, a su estructura, y encontrar una va de acceso a ella,debemos procurar distanciarnos. Como as sabido, resulta difcil estudiar cientficamentelos acontecimientos contemporneos, en tanto que el anlisis de los hechos pasados es

    relativamente ms fcil, porque la propia realidad ya ha sido objeto de ciertaeliminacin y "crtica". La ciencia debe "reproducir" artificial y experimentalmente esta

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    marcha natural de la historia. En qu se basa este experimento? En el hecho de que laciencia logra un alejamiento conveniente y justificado, desde cuya perspectiva las cosasy los acontecimientos se muestran adecuadamente y sin tergiversaciones. (Schiller, enrelacin con el drama, subray la importancia de este experimento intelectual, que supleal alejamiento histrico real).

    No es posible captar de inmediato la estructura de la cosa o la cosa misma mediante lacontemplacin o la mera reflexin. Para ello es preciso una determinada actividad. Nose puede penetrar en la "cosa misma" y responder a la pregunta de qu es la "cosa en smisma", sin realizar un anlisis de la actividad gracias al cual es comprendida la cosa,con la particularidad de que este anlisis debe abarcar el problema de la creacin de laactividad que abre el acceso a la "cosa misma". Esta actividad son los aspectos o modosdiversos de la apropiacin humana del mudo. Los problemas estudiados por lafenomenologa bajo el rubro de "intencionalidad hacia algo", "intencin significativahacia una cosa" o "modos (diversos) de percepcin", fueron ya fundamentados porMarx sobre una base materialista como modos distintos de la apropiacin humana del

    mundo: prctico-espiritual, terico, artstico, religioso, pero tambin matemtico, fsico,etc. Las matemticas y la realidad a la que nos introducen no pueden ser apropiadas y,por tanto, no pueden ser comprendidas con una intencionalidad que no corresponda a larealidad matemtica; por ejemplo, mediante la experiencia religiosa o la contemplacinartstica.

    El hombre vive en varios mundos, y cada uno exige una clave distinta; no puede, enconsecuencia, pasar de un mundo a otro sin poseer la clave correspondiente, es decir,sin cambiar de intencionalidad y de modo de apropiarse la realidad. Para la filosofa y laciencia modernaenriquecida sta continuamente con el concepto de praxiselconocimiento es uno de los modos de apropiacin del mundo por el hombre. Por otrolado, los dos elementos constitutivos de todo modo humano de apropiacin del mundoson el sentido subjetivo y el sentido objetivo. Qu intencin, qu visin, qu sentidodebe desarrollar el hombre y cmo ha de "prepararse" para captar y descubrir el sentidoobjetivo de la cosa? El proceso de captacin y descubrimiento del sentido de la cosa es,a la vez, proceso de creacin del sentido humano correspondiente, gracias al cual puedeser comprendido el sentido de la cosa. El sentido objetivo de la cosa puede ser captadosi el hombre se crea un sentido correspondiente. Estos mismos sentidos, mediante loscuales el hombre descubre la realidad y su propio sentido, son un producto historico-social.[7]

    Cada peldao del conocimiento humano, sensible o racional, y cada modo deasimilacin de la realidad es una actividad basada en la praxis objetiva de la humanidad,y,por ello, est vinculada, en uno u otro grado, a todas las dems. El hombre vesiempre ms de lo que Percibe directamente. El edificio que veo ante m lo percibo antetodo, y en forma inmediata, como una casa habitable, una fbrica o un monumentohistrico, y esta percepcin sensible inmediata se plasma en determinada actitud comointers, indiferencia, admiracin, desagrado, etc. Del mismo modo, el ruido que escucholo capto, ante todo, como el ruido de un avin que se acerca o se aleja, y este simpleruido me permite saber si se trata de un avin de hlice o a reaccin, o de un avin decaza o transporte, etc. En mi audicin y en mi visin participan, pues, en cierto modo,todo mi saber y mi cultura, toda mi experiencia, viva o arrinconada en el olvido que

    aflora en determinadas situaciones, mis pensamientos y reflexiones, aunque todo esto nose manifieste en forma predicativa explcita en los actos concretos de la percepcin y la

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    experiencia. En la asimilacin prctico-espiritual del mundo, de la cual se derivanoriginariamente todos los dems modos de asimilacin (el terico, el artstico, etc.), larealidad es, pues, percibida, como un todo indivisible de entidad y significados y estimplcitamente comprendida en la unidad de los juicios de existencia y de valor. Slomediante la abstraccin, la tematizacin y laproyeccin, se pueden aislar de este mundo

    real, pleno e inagotable, determinados aspectos, zonas o esferas, que el naturalismoingenuo y el positivismo consideran como los nicos y autnticos y como la nicarealidad, mientras desechan el "resto" como pura subjetividad. La imagen fisicalista delpositivismo ha empobrecido el mundo humano y con su absoluto exclusivismo hadeformado la realidad, ya que ha reducido el mundo real a una sola dimensin y a unsolo aspecto: la dimensin de la extensin y de las relaciones cuantitativas. Adems haescindido el mundo humano al proclamar que el mundo del fisicalismo, el mundo de losvalores reales idealizados, de la extensin, de la cantidad, de la medicin y de lasformas geomtricas es el nico real en tanto que considera el mundo cotidiano delhombre como una ficcin.

    En el mundo del fisicalismoque para el positivismo moderno es la nica realidadelhombre slo puede existir como una determinada actividad abstracta, es decir, comofsico, estadista, matemtico, lingista, etc., pero nunca con toda su potencialidad, nuncacomo hombre entero. El mundo fsico como modo tematizado de captar y conocer larealidad fsica es slo una de las posibles imgenes del mundo, la imagen que ofrecedeterminadas propiedades esenciales y aspectos de la realidad objetiva. Pero adems delmundo fsico existen tambin otros mundos, igualmente vlidos, como, por ejemplo, elmundo artstico, el mundo biolgico, etc., lo que significa que la realidad no se agotacon la imagen fsica del mundo. El fisicalismo positivista es responsable del equvocode haber considerado una determinada imagen de la realidad como la realidadmisma, yun determinado modo de asimilacin del mundo como el nico autntico. Con ello, hanegado, en primer lugar, que el mundo objetivo sea inagotable, y que pueda serreducido al conocimiento humano, lo que contradice una de las tesis fundamentales delmaterialismo. En segundo lugar, ha empobrecido el mundo humano, ya que reduce lariqueza v diversidad de la subjetividad humana, que se crea histricamente en la praxisobjetiva de la humanidad a un solo modo de apropiacin de la realidad.

    Cada una de las cosas en la que el hombre concentra su mirada, su atencin, su accin ovaloracin, emerge de un todo que la circunda, y que el hombre percibe como trasfondoindeterminado, o como una conexin imaginaria, oscuramente intuida. Cmo percibeel hombre los objetos singulares? Como nicos y absolutamente aislados? Los percibe

    siempre en el horizonte de un todo que, en la mayora de los casos no se expresa ni secapta explcitamente. Todo objeto percibido, observado o elaborado por el hombre esparte de un todo, y precisamente este todo, no percibido explcitamente, es la luz queilumina y revela el objeto singular, observado en su singularidad y en su significado. Laconciencia humana debe, por ello, ser considerada tanto en su aspecto terico-predicativo, en forma de conocimiento explcito fundado, racional y terico, como en suaspecto ante-predicativo, y totalmente intuitivo. La conciencia es la unidad de ambasformas, que se compenetran e influyen recprocamente, ya que en esta unidad se basanla praxis objetiva y la asimilacin prcticoespiritual de la realidad. La negacin osubetimacin de la primera forma conducen al irracionalismo, y a los ms diversos tiposde "pensamiento vegetativo". La negacin o subestimacin de la segunda forma

    conducen al racionalismo, al positivismo y al cientifismo, que con su unilateralidad danlugar necesariamente al irracionalismo como su necesario complemento.

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    Por qu, entonces, el pensamiento terico se convierte en "medio universal", a travsdel cual pasa nuevamenteo puede pasartodo lo que ya se ha vivido en laexperiencia, intuido en la intuicin, representado en la representacin, realizado en laaccin, sentido en la sensibilidad; por qu, entonces, la realidad (que el hombre asimilaante todo, y, principalmente, en la actividad prctico-espiritual y, sobre esta base, en las

    esferas artstica, religiosa, etc.), la realidad que el hombre vive, valora y elabora, vuelvea ser asimilada otra vez, tericamente? Cierto "privilegio" de la esfera terica sobretodas las dems queda demostrado por el hecho de que se puede elaborar una teora decualquier cosa, y todo puede ser sometido a un explcito examen analtico. Adems delarte existe tambin la teora del arte; adems del deporte, existe una teora del deporte,adems de la praxis, la teora de la praxis. Pero de qu privilegio se trata? La verdaddel arte est en la teora del arte, y la verdad de la praxis en la teora de la praxis? Laeficacia del arte reside en la teora del arte, y la eficacia de la praxis en la teora de lapraxis? Estos supuestos son los que sirven de base a todas las caricaturas de la teora y ala concepcin burocrtico-formalista de ella. La teora no es ni la verdad ni la eficaciade tal o cual modo no terico de asimilacin de la realidad. smo que representa su

    comprensin explcitamente reproducida, que de rechazo ejerce influencia sobre elcorrespondiente modo de asimilacin, en su intensidad, veracidad, etctera.

    La teora materialista del conocimiento como reproduccin espiritual de la realidadcapta el doble carcter de la conciencia, que escapa tanto al positivismo como alidealismo. La conciencia humana es reflejo, y, al mismo tiempo, proyeccin;

    registra y construye, toma nota y planifica, refleja y anticipa; es la mismo tiemporeceptiva y activa. Para que hablen las cosa mismas, sin aadir nada, dejando lascosas como son, hace falta una actividad de un gnero particular.

    La teora del conocimiento como reproduccin espiritual de la realidad pone demanifiesto el carcter activo del conocimiento en todos los niveles. El ms elementalconocimiento sensible no deriva, en ningn caso, de una percepcin pasiva, sino de laactividad perseptiva. Sin embargo, y como se desprende de la idea fundamental denuestro estudio, toda teora del conocimiento se basaimplcita o explcitamenteenuna determinada teora de la realidad, y presupone cierta concepcin de la realidadmisma. La teora materialista del conocimiento como reproduccin mental de la realidadderiva de una concepcin de la realidad distinta de la concepcin de la que deriva elmtodo de la reduccin. La reduccin presupone una sustancia rgida, de elementosinmutables y no derivados, en los que, en ltima instancia, se despliegan la diversidad yvariedad de los fenmenos. El fenmeno puede ser explicado si se le reduce a su

    escencia, a la ley general, al principio abstracto. La inconsistencia del reduccionismo, alser aplicado a la realidad social, se pone de manifiesto en estas dos famosas frases:Franz Kafka es un intelectual pequeoburgus, pero no todo intelectual pequeoburguses Franz Kafka. El mtodo del reduccionismo subsume lo singular en lo universalabstracto, y crea dos polos entre los cuales no hay mediacin: lo individual abstracto, deuna parte, y lo universal abstracto, de otra.

    El espinozismo y el fisicalismo son las dos formas ms difundidas del mtodoreduccionista, que traduce la riqueza de la realidad a algo bsico y fundamental. Toda larica variedad del mundo es arrojada al abismo de la sustancia inmutable. En Spinoza,este mtodo es el reverso del ascetismo moral, segn el cual toda la riqueza no es, en

    verdad, riqueza, y todo lo concreto y singular es ilusorio. En determinada tradicin delpensamiento, el marxismo es concebido como un espinozismo dinmico. La sustancia

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    inmutable de Spinoza es puesta en movimiento. Desde este punto de vista, elmaterialismo marxista no sera, en general, sino una metafsica. Pero este materialismono ha introducido el dinamismo en la sustancia inmutable, sino que define la "dinmica"misma del ser, su dialctica, como la "sustancia". Por eso mismo, conocer la sustanciano significa reducir los "fenmenos" a la sustancia dinamizada, es decir, a algo que se

    oculta tras los fenmenos y no depende de ellos significa conocer las leyes delmovimiento de la cosa misma. La "sustancia" es el movimiento mismo de la cosa, o lacosa en movimiento. El movimiento de la cosa crea diversas fases, formas y aspectosque no pueden ser comprendidos mediante su reduccin a la sustancia, sino que soncomprensibles como explicacin de la "cosa misma". No se puede comprender lareligin desde el punto de vista materialista investigando el ncleo terrenal de las ideasreligiosas, y reducindolas a un plano material. Puede ser entendida cuando se laconcibe como una actividad invertida y mistificada del hombre en cuanto sujetoobjetivo. La "sustancia" del hombre es la actividad objetiva (la praxis) y no la sustanciadinamizada presente en el hombre. El reduccionismo es el mtodo del "no es otra cosaque". Toda la riqueza del mundo "no es otra cosa que" la sustancia inmutable puesta en

    movimiento. Esta es la razn de que el reduccionismo no pueda explicar racionalmenteun desarrollo nuevo, cualitativo. Para l todo lo nuevo puede ser reducido a condicionesy premisas; lo nuevo "no es otra cosa que" lo viejo.[8]

    Si toda la riqueza del hombre como ser social es reductible a la frase: la esencia delhombre es la produccin de instrumentos, y si toda la realidad social se halladeterminada, en fin de cuentas, por la economa, entendida como factor econmico,surge entonces esta pregunta: por qu ese factor debe disfrazarse y realizarse bajoformas que son esencialmente extraas a ella, como por ejemplo la imaginacin y lapoesa?[9]

    Cmo es posible comprender lo nuevo? Reducindolo a lo viejo, es decir a condicionese hiptesis. En esta concepcin lo nuevo aparece como algo externo que sobreviene enun segundo momento, a la realidad material.

    La materia est en movimiento, pero no tiene la cualidad de la negatividad.[10]Solamente una concepcin de la materia que descubre en la materia misma lanegatividad, es decir, la capacidad de producir nuevas cualidades y grados evolutivosms altos, permite explicar lo nuevo de un modo materialista como una cualidad delmundo material. Si la materia es concebida como negatividad, la explicacin reductivadeja de ser cientfica, es decir, carece de valor la reduccin de lo nuevo a postulados, de

    los fenmenos concretos a un fundamento abstracto, y el proceso cognoscitivo seconvierte en explicacin de fenmenos. La realidad se explica no por la reduccin a algodistinto de ella misma, sino por s misma, mediante el desarrollo y la ilustracin de susfases, de los elementos de su movimiento.[11]

    El punto de partida de la investigacin debe ser, formalmente, idntico al resultado. Estepunto de partida debe mantener su identidad en todo el curso del razonamiento, ya queslo as se garantiza que el pensamiento no se pierda en su camino. Pero el sentido de laindagacin estriba en que, en su movimiento en espiral, llega a un resultado que no eraconocido en el punto de partida, y que, por tanto, dada la identidad formal de esteltimo y del resultado, el pensamiento llega, al final de su movimiento, a algo distinto,

    por su contenido, de aquello de que haba partido.

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#8ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#8ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#8ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#9ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#9ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#9ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#10ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#10ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#10ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#11ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#11ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#11ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#11ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#10ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#9ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#8a
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    De la representacin viva, catica e inmediata del todo, el pensamiento llega alconcepto, a la determinacin conceptual abstracta, mediante cuya formacin se opera elretorno al punto de partida, pero ya no al todo vivo e incomprendido de la percepcininmediata, sino al concepto del todo ricamente articulado y comprendido. El camino dela "representacin catica del todo" a la "rica totalidad de las mltiples determinaciones

    y relaciones" coincide con la comprensin de la realidad. El todo no es cognoscibleinmediatamente para el hombre, aunque le sea dado en forma inmediatamente sensible,es decir, en la representacin, en la opinin, o en la experiencia. El todo, pues, esaccesible directamente al hombre, pero como un todo catico y nebuloso. Para que elhombre pueda conocer y comprender este todo, para aclararlo y explicarlo, es necesariodar un rodeo: lo concreto se vuelve comprensible por medio de lo abstracto; el todo pormedio de la parte. Precisamente por el hecho de que el camino de la verdad es un rodeo

    der Weg der Warheit ist Umwegel hombre puede desorientarse o quedarse a mitaddel camino.

    El mtodo de ascenso de lo abstracto a lo concreto es el mtodo del pensamiento; con

    otras palabras, esto significa que es un movimiento que se opera en los conceptos, en elelemento de la abstraccin. El ascenso de lo abstracto a lo concreto no es el paso de unplano (sensible) a otro (racional), sino un movimiento del pensamiento y en elpensamiento. Para que ste pueda avanzar de lo abstracto a lo concreto, debe moverseen su propio elemento, es decir, en el plano abstracto, que es la negacin de loinmediato, de la evidencia y de lo concreto sensible. El ascenso de lo abstracto a loconcreto es un movimiento en el que cada comienzo es abstracto, y cuya dialcticaconsiste en la superacin de esta abstraccin. Dicho ascenso es, pues, en general, unmovimiento de la parte al todo y del todo a la parte, del fenmeno a la esencia y de laesencia al fenmeno, de la totalidad a la contradiccin y de la contradiccin a latotalidad, del objeto al sujeto y del sujeto al objeto. El progreso de lo abstracto a loconcreto como mtodo materialista del conocimiento de la realidad es la dialctica de latotalidad concreta, en la que se reproduce idealmente la realidad en todos sus planos ydimensiones. El proceso del pensamiento no se limita a transformar el todo catico delas representaciones en el todo difano de los conceptos; sino que en este proceso, esdiseado, determinado y comprendido, al mismo tiempo, el todo mismo.

    Como es sabido, Marx distingua el mtodo de investigacin del mtodo de exposicin.Sin embargo, el mtodo de investigacin se pasa por alto como algo conocido, y elmtodo de exposicin es considerado como una forma de presentacin, y, por tanto, nose ve que no es sino el mtodo de explicacin, gracias al cual el fenmeno se vuelve

    transparente, racional, comprensible. El mtodo de investigacin comprende tresgrados:

    1) Asimilacin minuciosa de la materia, pleno dominio del material incluyendo todoslos detalles histricos posibles.

    2) Anlisis de las diversas formas de desarrollo del material mismo.

    3) Indagacin de coherencia interna, es decir, determinacin de la unidad de esasdiversas formas de desarrollo.[12]

    Sin el pleno dominio de este mtodo de investigacin, cualquier dialctica se convierteen una vacua especulacin.

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#12ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#12ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#12ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#12a
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    En cuanto la ciencia inicia su propia exposicin estamos ya ante el resultado de unainvestigacin y de una asimilacin crtico-cientfica de la materia. El comienzo de laexposicin es ya un comienzo mediato, que contiene en germen la estructura de toda laobra. Pero lo que puede y debe ser el comienzo de la exposicin, o sea, del desarrollocientfico (exgesis) de la problemtica, no es conocido todava al comienzo de la

    investigacin. El inicio de la exposicin y el inicio de la investigacin son cosasdistintas. El comienzo de la investigacin es casual y arbitrario en tanto que el de laexposicin es necesario.

    El Capital de Marx se iniciay esto es ya un lugar comncon el anlisis de lamercanca. Pero el hecho de que la mercanca sea una clula de la sociedad capitalista,su comienzo abstracto, cuyo desarrollo reproduce la estructura interna de la sociedadcapitalista, tal comienzo de la exposicin es resultado de una investigacin, el resultadode la asimilacin cientfica de la materia. Para la sociedad capitalista, la mercanca es larealidad absoluta, puesto que es la unidad de todas las determinaciones, el embrin detodas las contradicciones, y, en este sentido, puede ser caracterizada en trminos

    hegelianos como la unidad del ser y el no ser, de la distincin y la indistincin, de laidentidad y la no identidad. Todas las determinaciones ulteriores son definiciones oconcreciones ms ricas de este "absoluto" de la sociedad capitalista. La dialctica de laexplicacin o exgesis no puede eclipsar el problema central: cmo llega la ciencia alComienzo necesario de la exposicin, o sea, de la explicacin? En la interpretacin de laobra de Marx, el no distinguir e incluso confundir el comienzo de la indagacin con elcomienzo de la explicacin, da origen a trivialidades y absurdos. En la indagacin elcomienzo es arbitrario, mientras en la exposicin es la explicacin de la cosa,

    justamente porque la presenta en su desarrollo interno y en su evolucin necesaria. Elcomienzo autntico es aqu un comienzo necesario, a partir del cual se desarrollannecesariamente las restantes determinaciones. Sin un comienzo necesario, la exposicindeja de ser un desarrollo, una explicacin, para convertirse en una mezcolanza eclctica,o un continuo saltar de ac para all o, por ltimo, lo que se opera no es el desarrollointerno y necesario de la cosa misma, sino el desarrollo del reflejo de la cosa, de lameditacin sobre la cosa, lo cual esen relacin a la cosaalgo externo y arbitrario. Elmtodo de la explicacin no es el desarrollo evolutivo, sino el despliegue, lamanifestacin y "complicacin" de las contradicciones, el desarrollo de la cosa pormediacin de stas.

    La explicacin es un mtodo que presenta el desenvolvimiento de la cosa comotransformacin necesaria de lo abstracto en concreto. El desconocimiento del mtodo

    de la explicacin dialctica (basado en la concepcin de la realidad como totalidadconcreta) conduce. bien a la absorcin de lo concreto por lo abstracto, o bien a saltarselos trminos intermedios y a la construccin de abstracciones forzadas.

    La dialctica materialista como mtodo de explicacin cientfica de la realidad humano-social no significa, por tanto, la bsqueda del ncleo terreno de las configuracionesespirituales (como supone el materialismo reduccionista, espinoziano de Feuerbach), niel acercamiento de los fenmenos culturales a los equivalentes econmicos ( comoenseaba Plejnov siguiendo la misma tradicin espinoziana ), o la reduccin de lacultura al factor econmico.La dialctica no es el mtodo de la reduccin, sino elmtodo de la reproduccin espiritual e intelectual de la realidad, el mtodo del

    desarrollo, o explicacin, de los fenmenos sociales partiendo de la actividad prcticaobjetiva del hombre histrico.

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    La totalidad concreta

    La categora de totalidad, que Spinoza ha anunciado por primera vez con su naturenaturans y natura naturata, en la filosofa moderna, fue elaborada en la filosofa clsicaalemana como uno de los conceptos centrales que distinguen polmicamente la

    dialctica de la metafsica. La idea de totalidad, que comprende la realidad en sus leyesinternas y descubre, bajo la superficialidad y casualidad de los fenmenos, lasconexiones internas y necesarias se opone al empirismo que considera lasmanifestaciones fenomnicas y casuales, y no llega a la comprensin de los procesos dedesarrollo de lo real. Desde el ngulo de la totalidad se entiende la dialctica de lasleyes y de la casualidad de los fenmenos, de la esencia interna y de los aspectosfenomnicos de la realidad, de la parte y el todo, del producto y de la produccin, etc.Marx13]tom este concepto dialctico, lo depur de mistificaciones idealistas y loconvirti, en su nueva forma, en uno de los conceptos centrales de la dialcticamaterialista.

    Sin embargo, los conceptos centrales de la filosofa en los que se revelan los aspectosesenciales de la realidad tienen un extrao destino. No son nunca monopolio intelectualde la filosofa que por primera vez se sirvi de ellos y los fundament, sino que,gradualmente, pasan a ser propiedad comn. La difusin o aceptacin de los conceptos,o el proceso mediante el cual un concepto adquiere notoriedad universal entraa, almismo tiempo, su metamorfosis. Tambin la categora de totalidad ha alcanzado en elsiglo xx una amplia resonancia y notoriedad, pero, a la par con ello, se ha visto expuestacontinuamente al peligro de ser entendida de manera unilateral, y transformarse as ensu opuesto, es decir, dejar de ser un concepto dialctico. La direccin principal en laque, en los ltimos decenios, se ha ido modificando el concepto de totalidad, ha sido sureduccin a una exigencia metodolgica, y a una regla metodolgica en la indagacin dela realidad. Esta degeneracin del concepto ha desembocado en dos trivialidades: quetodo est en conexin con todo y que el todo es ms que las partes.

    En la filosofa materialista, la categora de totalidad concreta es, ante todo y en primerlugar, la respuesta a la pregunta: qu es la realidad? Y slo en segundo trmino, ycomo resultado de la solucin materialista a esta primera cuestin, es y puede ser unprincipio epistemolgico y una exigencia metodolgica. Las corrientes idealista delsiglo xx han liquidado la triple dimensin de la totalidad como principio metodolgico,reducindola esencialmente a una sola dimensin, a la relacin de la parte con el todo,y, sobre todo,[14]han separado radicalmente la totalidad (como exigencia metodolgica

    y principio epistemolgico del conocimiento de la realidad) de la concepcinmaterialista de la realidadcomo totalidad concreta. Con tal separacin, la totalidadcomo principio metodolgico ha perdido su fundamento y coherencia, lo que haconducido inmediatamente a su interpretacin idealista y al empobrecimiento de sucontenido.

    El conocimiento de la realidad, el modo, la posibilidad de conocerla, dependen, en finde cuentas, de una concepcin explcita o implcita de la realidad. La cuestin de cmopuede ser conocido lo real, va precedida de otra fundamental: qu es la realidad. Ques la realidad? Si es un complejo de hechos, de elementos simplsimos y directamenteinderivables, de ello se desprende, en primer lugar, que lo concreto es el conjunto de

    todos los hechos, y, en segundo lugar, que la realidad en su concrecin es esencialmenteincognoscible, puesto que es posible aadir a todo fenmeno nuevas facetas y aspectos,

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#13ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#13ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#13ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#14ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#14ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#14ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#14ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#13a
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    hechos ulteriores, que fueron olvidados o an no descubiertos, y, mediante esta adicininfinita, se puede demostrar el carcter abstracto e inconcreto del conocimiento. "Todoconocimiento, sea intuitivo o discursivoescribe uno de los principales detractorescontemporneos de la filosofa de la totalidad concreta, es necesariamenteconocimiento de aspectos abstractos y nunca podremos comprender la estructura

    de la realidad social en s misma.[15]

    Existe una diferencia fundamental entre la opinin que considera la realidad comototalidad concreta, es decir, como un todo estructurado en vas de desarrollo yautocreacin, y el punto de vista segn el cual el conocimiento humano puede o nopuede alcanzar la "totalidad" de los diversos aspectos y hechos, propiedades, cosas,relaciones y procesos de la realidad. En el segundo caso la realidad es comprendidacomo el conjunto de todos los hechos. Y puesto que todos los hechos por principio nopueden ser nunca abarcados por el conocimiento humano, ya que siempre es posibleagregar otros hechos v aspectos, la tesis de la concrecin, o de la totalidad, esconsiderada como algo mstico.[16]Pero, en verdad, la totalidad no significa todos loshechos. Totalidad significa: realidad como un todo estructurado y dialctico, en el cualpuede ser comprendido racionalmente cualquier hecho (clases de hechos, conjunto dehechos). Reunir todos los hechos no significa an conocer la realidad, y todos loshechos (juntos) no constituyen an la totalidad. Los hechos son conocimiento de larealidad si son comprendidos como hechos de un todo dialctico, esto es, si no sontomos inmutables, indivisibles e inderivables, cuya conjuncin constituye la realidad,sino que son concebidos como partes estructurales del todo. Lo concreto, o sea latotalidad, no es, por tanto, todos los hechos, el conjunto de ellos, el agrupamiento detodos los aspectos, cosas y relaciones, ya que en este agrupamiento falta an lo esencial:la totalidad y la concrecin. Sin la comprensin de que la realidad es totalidad concretaque se convierte en estructura significativa para cada hecho o conjunto de hechos, elconocimiento de la realidad concreta no pasa de ser algo mstico, o la incognosciblecosa en s.

    La dialctica de la totalidad concreta no es un mtodo que pretenda ingenuamenteconocer todos los aspectos de la realidad sin excepcin y ofrecer un cuadro "total" de larealidad con sus infinitos aspectos y propiedades, sino que es una teora de la realidad yde su conocimiento como realidad. La totalidad concreta no es un mtodo para captar ydescribir todos los aspectos, caracteres, propiedades, relaciones y procesos de larealidad; es la teora de la realidad como totalidad concreta. Si la realidad es entendidacomo concrecin, como un todo que posee su propia estructura (y, por tanto, no es algo

    catico), que se desarrolla (y, por ende, no es algo inmutable y dado de una vez parasiempre), que se va creando (y, en consecuencia, no es un todo perfectamente acabado yvariable slo en sus partes singulares o en su disposicin), de tal concepcin de larealidad se desprenden ciertas conclusiones metodolgicas que se convierten endirectriz heurstica y principio epistemolgico en el estudio, descripcin, comprensin,ilustracin y valoracin de ciertos sectores tematizados de la realidad, tanto si se trata dela fsica o de la ciencia literaria, de la biologa o de la economa poltica, de problemastericos de las matemticas o de cuestiones prcticas vinculadas con la regulacin de lavida humana o de las relaciones sociales.

    En la ciencia moderna el pensamiento humano llega tanto al conocimiento dialctico, a

    la concepcin dialctica del conocimiento, que se manifiesta especialmente en larelacin dialctica de la verdad absoluta y la verdad relativa, de lo racional y lo

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#15ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#15ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#15ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#16ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#16ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#16ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#16ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#15a
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    emprico, de lo abstracto y lo concreto, del punto de partida y el resultado, del postuladoy la demostracin, como a la comprensin dialctica de la realidad objetiva. Laposibilidad de crear una ciencia unitaria y una concepcin unitaria de esta ciencia sebasa en el descubrimiento de la ms profunda unidad de la realidad objetiva. El notabledesarrollo de la ciencia en el siglo xx depende del hecho de que cuanto ms se

    especializa y diferencia la ciencia, cuanto ms nuevos campos descubre y describe,tanto ms transparente se vuelve la unidad material interna de los sectores de la realidadms diversos y alejados, a la vez que se plantea de un modo nuevo el problema de lasrelaciones entre mecanismo y organismo, entre causalidad y teleologa, y, con ello, elproblema de la unidad del mundo. La diferenciacin de la ciencia (que en determinadasetapas de su desarrollo pareca amenazar su unidad, y presentaba el peligro defragmentar el mundo, la naturaleza y la materia en todos independientes y aislados, y detransformar a los hombres de ciencia de las distintas especialidades en eremitassolitarios privados de todo contacto y posibilidad de comunicacin), conduce con susresultados y consecuencias reales a un descubrimiento y conocimiento ms profundosde la utilidadde la realidad. Por otro lado, esta comprensin ms profunda de la unidad

    de lo real representa una comprensin tambin ms profunda del carcter especfico desus distintos sectores y fenmenos particulares. En abierto contraste con el romnticodesprecio por las ciencias naturales y la tcnica, han sido precisamente la tcnicamoderna, la ciberntica, la fsica y la biologa las descubridoras de nuevas posibilidadesde desarrollo del humanismo y de la investigacin de lo especficamente humano.

    Las tentativas de crear una nueva ciencia unitaria tienen su origen en la comprobacinde que la propia realidad, en su estructura, es dialctica. La existencia de analogasestructurales entre los ms diversos camposque, por otra parte, son absolutamentedistintosse basa en el hecho de que todas las regiones de la realidad objetiva sonsistemas, es decir, complejos de elementos que se influyen mutuamente.

    El paralelismo del desarrollo en varias ramas de la ciencia, especialmente en la biologa,la fsica, la qumica, la tecnologa, la ciberntica y la psicologa, conduce a laproblemtica de la organizacin, de la estructura, de la integridad, de la interaccindinmica, y, con ello, a la comprobacin de que el estudio de partes y de procesosaislados no es suficiente, y que, en cambio, el problema esencial es el de "las relacionesorganizadas que resultan de la interaccin dinmica, y determinan que elcomportamiento de la parte sea distinto, segn se examine aisladamente o en el interiorde un todo''.[17]Las analogas estructurales determinan el punto de partida de unexamen ms profundo del carcter especfico de los fenmenos. El positivismo ha

    llevado a cabo en la filosofa una depuracin general de los residuos de la concepcinteolgica de la realidad que jerarquizaba a sta de acuerdo con sus grados de perfeccin,y procediendo como un perfecto nivelador ha reducido toda la realidad a la realidadfsica. La unilateralidad de la concepcin cientifista de la filosofa no debe hacernosolvidar los mritos de la obra destructiva y desmistificadora del positivismo moderno.La jerarquizacin de la realidad conforme a un principio no teolgico slo es posiblesobre la base de los grados de complejidadde la estructura, y de las formas demovimiento de la propia realidad. La jerarquizacin de los sistemas de acuerdo con lacomplejidad de su estructura interna constituye un fecundo complemento de laIlustracin y de la herencia de Hegel, quien bajo el rubro de mecanismo, quirnismo yorganismo examina la realidad (entendida como sistema) desde el punto de vista de la

    complejidad de su estructura interna. Pero slo la concepcin dialctica del aspectoontolgico y gnoseolgico de la estructura y del sistema permite llegar a una solucin

    http://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#17ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#17ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#17ahttp://www.elsocialista.org/Biblioteca/temas/filosofia/dialecticaconcreto-1.htm#17a
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    fructfera, y evitar los extremos del formalismo matemtico, de una parte, y delontologismo metafsico, de otra. Las analogas estructurales de las diversas formas derelaciones humanas (lenguaje, economa, relaciones de parentesco, etc.) puedenconducir a una comprensin y explicacin ms profundas de la realidad social, acondicin de que sean respetadas tanto la analoga estructural como el carcter

    especfico de los fenmenos en cuestin.

    La concepcin dialctica de la relacin entre la ontologa y la gnoseologa permitereconocer la falta de homogeneidad o de correspondencia entre la estructura lgica(modelo) mediante la cual se explica la realidad o determinado sector de ella y laestructura de esa misma realidad. Con ayuda de un determinado modelo, queestructuralmente es de "orden inferior" respecto a la estructura de determinada esfera dela realidad, esta esfera ms compleja slo puede ser comprendida de un modoaproximado, y el modelo puede constituir una primera aproximacin a una adecuadadescripcin e interpretacin de la realidad. Fuera de los lmites de esta primeraaproximacin la interpretacin resulta falsa. Gracias al concepto de mecanismo, por

    ejemplo, es posible explicar el mecanismo de un reloj, el mecanismo de la memoria, elmecanismo de la vida social (del Estado, de las relaciones sociales, etc.). Yero slo en elprimer caso el concepto de mecanismo agota la esencia del fenmeno y lo explica demanera adecuada, mientras que en los otros dos casos, merced al modelo delmecanismo, se explican solamente ciertos aspectos del fenmeno, o una determinadaapariencia suya fetichizada; es decir, se tiene la posibilidad de una primeraaproximacin y de una comprensin conceptual de los fenmenos. En tales casos setrata de una realidad ms compleja, cuya adecuada descripcin y explicacin exigencategoras lgicas (modelos) estructuralmente adecuadas.

    Para la filosofa contempornea es importante saber distinguirtras la diversa, oscura ycon frecuencia mistificadora terminologa de las distintas escuelas y tendenciaselproblema real central y el contenido de los conceptos. Ahora bien en el presente casoesto significa que hay que preguntarse si los conceptos clsicos de la filosofamaterialistacomo, por ejemplo, el concepto de la totalidad concretano ofrecenmejores premisas para la comprensin conceptual de la problemtica que la cienciacontempornea configura en trminos de estructura y sistema, o bien si el concepto detotalidad concreta implica ambos conceptos. Desde este punto de vista puede hacersetambin. la crtica de la incoherencia o unilateralidad de las tendencias filosficas queen