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  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

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    PAIDS E S T A D O Y S O C I E D A D

    ltimos ttulos publicados:

    94. J . B. Thompson, ti escndalo poltico95. M. 1 lardt y A. Negri, Imperio

    96. A. Touraine y F. Khosrokhavar, A la bsqueda de ii mismo97. ). Rawls, La justicia como equidad98. i\ Ovejero, La libertad inhspita99. M.'Caminal, Kl federalismo pluralhta

    100. U, Beck, Libertado capitalismo101. C. l, Sunstein, Repblica, com102. J. Rifkin, La economa del hidrgeno103. O). Atnsperger y Ph. Van Parijs, (.tica economica y muti11. P. L Bcrger y S. P. Mun ingioi) (coiiips.. Giobalizucituies mltiples105. N. Garca Candirli, Latinoamericanos bufando lugar en cite siglolOi. W. Kymlicka, \.a poltica i:erfiikida107. V Shiva, Cosecha robada100. M. Ignatieff, Los derechos humanos corno politica e idolatraloy, D. lleld y A. McGrew, Globalizaan/AntiglnhalizacinI IO. R. Dworkin, Virtudsoberana

    111. T. M. Scanlon, Loque nos debemos unoi a otnn112. D. Osbome yP . Plastrik, Herramientas para transformar el gobierno113. P. Singer, Un.mo mundo114. U. Beek y E. Beck-Gernsheim, Individualizacin115. F. Ovejero.J. L. Marty R. Gargarella (comps,), Huevas ideas republicanas116. j , Gray, AlQaeda y oque significa ser moderno117. L . Tsoukalis, QuEuropa queremos?118. A. Negri, Guias. Cinco lecciones en torno a Imperio119. V. Rsas , Procesos de paz y negociacin en conflictos armados120. B. R. Barber, Elimperio del miedo121. M. Walc r, Reflexiones sobre la guerra122. S. P. Huntington, Quines somos71 hot desafios e l identidadnacionalestadounidense123. J. Rifkin, Elsueo europeo C'io l.i visin europea delfuturo esta'eclipsando el sueo

    americano[24. U. Bcck, Poder y contrapoder en la era .labal125. Cl . Bba r y Ph. Manire, Acabarn con elcapitalismo126. Z. Bauman, Vidas desperdiciadas127. Z.Brzezinski,/dilema de EE.UU.128. N. Chomsky, Sobre democracia y educacin, voi. 129. N. Chomsky, Sobre democracia y educacin, voi. 2130, H. Joas, Guerra y modernidad. Estudios sobre la historia de la violencia en elsiglo XX131, R. Dahrendorf, En busca de un nuevo orden. Una poltica de la libertadpara elsiglo XXI132,' U. Beck, La mirada cosmopolita o la guerra es la paz133, H, Schmidt, Las grandes potencias delfuturo. Ganadores y perdedores en elmundo del

    maana

    134, T. Pogge, La pobreza en el mundo vlos derechos humanosI i5. A. Touraine, Un nuevo paradigma137. M. Ylinu s, Elbanquero de los pobres138. V. Het-k y Y, Gronde, La Europa cosmopolita139. V. Arrojo, Elreto tico de la nueva cultura delaguaMI. Y, VtllidwIwH'Kllt y Pll. Vim Pjrijs. La renio bsica

    142. A. Nen. Movimientos cu cl imperto141, Z, Hiuiimin, Vida l/ntda141. V, Sliivii, Manifiesto para una Demoir.taa de la '['ierra

    Vandana Shiva

    Manifiesto para unaDemocracia de la Tierra

    Justicia, sostenibilidad y paz

    P A I D SBarcelona * Buenos Airea Mdiuo

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    .y. Tlulii (ii'ittli)nl: Iwib Democracy, miu, Smidttibiliiy, rijiiiilmeiite publicado en ingles, en 200). P o r S

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    Tlmlii iii'i(iimil: liarth Ihmticmey juttitv, Smlitiitabiltty, and Peace()iinimlmrnie publicad en infilfs, en 2(101, por Sontli End Press,

    CmulitulBt, MA., I.I..W-

    Traducdn tie Albino Santos Mosquera

    Cubierta de Mario Esltenazi

    Esta obra ha sido publicada con una subvencin de la Direccin General del Libro,

    Aichiws y Bibliotecas del Ministerio de Cultura.

    Quedan rigurosamente prohibidas, sil la iiiiorizjcin escrita de los titulares del copyright, bajolas sanciones establecidas en las leyrF. Ja reproduccin total o parcial de esta obro por cualquiermedio o procedimiento, comprendidos la reptonrafa y el tratamiento informtico, v ladistribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

    2005 by Vandalia Shiva

    2006 de la traduccin, Albino Santos Mosquera 2006 de todas las ediciones en castellano,

    Ediciones Paids Ibrica, S.A..Mariano Cub, 92 - 08021 Barcelona

    h11p;//www .paidos.com

    ISBN-13. 978-84-493-194M

    ISBN-10:84^93-1946-3Depsito legal: B-31.359/2006

    Impreso en A & M Grafic, S.L,

    08130 Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona)

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

    X

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    i :SUMARIO

    X

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    Introduccin. Los prin cipios de la Democracia de la Tierra . . 9 X

    I , Economas vivas 21 X2. Democracias vivas 93

    X] J XI7>

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    Introduccin

    LOS PRINCIPIOS DE LA DEMOCRACIA DE LA TIttKRA

    Al tiempo que una antigua vision del mundo, la Democracia de InTierra constituye hoy en da un movimiento poltico emergente de de

    fensa de la paz, la justicia y la sosten i bildad. La Democracia de ia Tierravincula io particular con lo universal, lo diverso con lo comn y lo local

    con lo global. Incorpora lo que en la India llamamos vasutlhaiva kutumb-

    kam (la familia de la Tierra): la comunidad de todos ios seres que tienen

    la cierra por sustento. Los nativos americanos y ias culturas indgenas de

    todo el mundo han entendido y han experimentado siempre Ja vida como"un continuo entre especies (humanas y no humanas) y entre generaciones(presentes, pasadas y futuras). El siguiente discurso de 1848, atribuidoal jefe Seattle, de la tribu de los suquamish, capta claramente dicha nii-

    terrupcin:

    Cmo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierral' lisaes una idea que nos resulta extraa.

    Si no somos dueos del frescor dei aire ni del fulgor del agua, cmopodrn ustedes comprarlos?

    Hasta el ltimo rincn de este terreno es sagrado para mi pueblo.

    Cada aguja que resplandece en los pinos, cada pedazo de litoral arenoso,cada gota de la bruma de lossombros bosques y cada claro que se abre enellos, y hasta el ms pequeo insecto rumbador son sagrados en la memoria y ia experiencia de mi pueblo. La savia que recorre los rboles triinn-porta los recuerdos det piel roja.

    Si algo sabemos, es esto: la Tierra no le pertenece al hombre; es elhombre el que pertenece a la Tierra. Eso lo sabemos bien. Todas lim C I M I Westn conectadas entre si, como la sangre que une a nuestra familia. Todoest conectado.

    La Democracia de la Tierra supone la toma de conciencia du C K U H C O

    nexiones y de los derechos y las responsabilidades que emanan ile C I I I I N .La protesta que formulaba el jefe Seattle en el sentido de que la Ticini

    no ie pertenece al hombre encuentra hoy eco en (ocio el pluneii; Ntten

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    10 Manifiesto para una Democracia de k Tierra

    tro mundo no est en venta, Nuestra agua nt est en venta, Nuestras

    semillas y nuestra biodiversidad no estn en venta. Sobre esta respuesta

    a la privatizacin que obedece a la descabellad! ideologa de la globaliza-

    cin empresarial se construye la Democracia d ' la Tierra. Para la globali

    zacin empresarial, d mundo solamente es al;o que debe poseerse y elmercado tnicamente se mueve por el negocio j la rentabilidad. Pero des

    de la convocatoria de 1993 de medio milln de agricultores indios en

    Bangalore, que se comprometieron a hacer frente a la catalogacin de las

    semillas como propiedad privada dictada porel Acuerdo sobre los As

    pectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Co

    mercio (APDIC) de la Organizacin Mundial cel Comercio fOMC), has-

    ra las protestas de Seattle en 1999 y de ^ancn en 2003, que paralizaron

    las cumbres interministeriales de la OMC, el programa de k globaliza-

    cin empresarial no ha dejado de topar con la respuesta creativa, imagi

    nativa y valiente de millones de personas que ven y viven la Tierra como

    una familia y una comunidad formada por la totalidad de seres y personas de todos los colores, creencias, clases y pases.

    Frente a quienes ven el planeta como una propiedad privada, los mo

    vimientos defienden ianto a nivel local como global que nuestro

    mundo es un bien comn. Frente a quienes viven el mundo como si de

    un supermercado global se tratase, donde se producen bienes y servicios

    a unos elevados costes ecolgicos, sociales y econmicos que luego se

    venden a precios abismalmente bajos, culturas y comunidades de todos

    los rincones se resisten a la destruccin de su diversidad biolgica y cul

    tural, de sus vidas y de sus formas de sustento. Como alternativas a la sui

    cida economa globalzada de libre mercado, basada en el saqueo y ia

    contaminacin de los recursos vitales de la Tierra y que desplaza a millones de agricultores, artesanos y trabajadores, son muchas las comunidades

    que defienden y desarrollan resueltamente economas vivas que, adems de

    proteger la vida sobre la Tierra, promueven la creatividad.

    La globalizacin empresarial se fundamenta sobre un nuevo proceso

    de cercamiento de los ejidos;* los nuevos cotos privados ascreados re

    sultan excluyen tes y se basan en la violencia. En vez de una cultura de la

    * Expresin c>n la que se hace referencia al proceso histrico que en ingls se conoce

    como enclosurt nftke eommam y que la autora describe con mayor detalle ms adelante. A

    lo k'Ht> del libro, re m iliza tambin a veces la expresin ejido o ejidos en sentido figurado(ni DUim (iciisinncs, m: (implen el adjetivo ctwwwrt/netmunaies acompaando al sustantivo

    umfKi-ondlcnid comouiiduraui del vocablo ltiKIAi etmtwm o wmtrmiu. (N. dett.)

    Introduccin 1 l

    abundancia, la globalizacin que se gua por la rentabdidad financiera ge-,

    era culturas cTeVxclusin, desposeimiento y escasez. De hecho, la trans-!

    formacin en mercancas que la globalizacin hace de todos los seres y re

    cursos despoja a las especies diversas y a las personas de su parte legtima

    correspondiente del espacio ecolgico, cultural, econ mico y poltico. Lapropiedad de los ricos se fundamenta sobre el desposeimiento de los

    pobres: los que se privatizan son los recursos pblicos comunes de los po

    bres, y es a estos ltimos a quienes se deshereda econmica, poltica y cul

    turalmente.

    Las patentes sobre la vida y la retrica de la sociedad de la propiedad en la que todo el agua, la biodiversidad, las clulas, los genes, los

    animales, las plantas es susceptible de convertirse en una posesin ex

    presan una cosmovisin en la que las formas de vida carecen de valor in

    trnseco, de in tegridad y de reconocimiento como sujetos. Es una visin

    de la vida en la que los derechos de los agricultores a sembrar, de los pa

    cientes a disponer de medicinas asequibles y de los productores a gozarde su cuota justa de los recursos de la naturaleza pueden ser vulnerados

    gratuitamente. Esa retrica de la sociedad de la propiedad oculta la fi

    losofa antivida de quienes, aun profiriendo eslganes pro vida, buscan

    controlar, monopolizar y apropiarse de todos los dones de la tierra y toda

    la creatividad humana. El cercamiento de los terrenos comunales que se

    inici en su momento en Inglaterra convirti en prescindibles a millones

    de personas. Pero aquellos primeros cercados slo robaban terreno; hoy,

    sin embargo, son todos los aspectos de la vida los que se cercan; el cono

    cimiento, la cultura, el agua, la biodiversidad y hasta servicios pblicos

    como la sanidad y la educacin. Y conviene no olvidar que los bienes co

    munales son la ms elevada manifestacin de democracia econmica.

    La privatizacin de los bienes y los servicios pblicos, as como la

    mercantilizicin de los sistemas de sustento vital de las personas pobres,

    son un doble robo que desprovee a las personas de su segundad econ

    mica y cultural. Millones de ellas, privadas de una vida y una identidad

    seguras, se ven impulsadas a integrarse en movimientos extremistas,

    terroristas y fundamentalistas. stos identifican al olro como el enemi

    go y, simultneamente, construyen identidades de carcter excluyeme parasepararse de quienes, en realidad, guardan una conexin ecolgica, cul

    tural y econmica con ellos. Esta falsa separacin provoca una conducen

    caracterizada por el antagonismo y el canibalismo. El auge del extremismoy del terrori smo constituye una respuesta ms a los cercamientos y n la co

    lonizacin econmica dla globalizacin, De igual manera que el amiba-

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    12 Manifiesto \y,ua muI Viiiiuim 111t\r lu Tirriii

    lismo entre animnics criadoa en gninjiiN industriales desaparece cuando a

    los pollos y a los cerdos se les permitir moverse con libertad, el terroris

    mo, el extremismo, lu limpieza l nicn y la intolerancia religiosa son con

    diciones aniinnt lindes C I I I I N I U I U S por la globalizacin y no tienen cabida enla Demoi'i'iiein de lu Tierra.

    Los cet cniiiiciiloH crean exclusiones, que son el coste oculto de la glo

    balizacin emprcHiirlnl. Nuestros movimientos contra la biopiratera del

    ciiiiinomo, del biismnti o del trigo han procurado (y han logrado) reivin-

    iliciir nuestro patrimonio biolgico e intelectual colectivo como bien co

    munal. Movimientos como el de la victoriosa lucha emprendida por las

    mujeres inhales de un pequeo poblado llamado Plachimada en el Estado

    indio de Kcrala contra una de las mayores compaas del mundo, Coca-

    (Aila/es un ejemplo central de la emergente Democracia de la Tierra .

    Los nuevos derechos de propiedad intelectual ponen coto a las reas

    pblicas de los terrenos biolgico, intelectual y digital. La privatizacin

    impone cercamientos del agua comunal. Cada vallado de uno de esosejidos desplaza y priva de derechos a una serie de personas, lo cual acaba

    generando escasez para muchos y crecimiento slo para unos pocos.

    Quien es desplazado acaba siendo tambin prescindible hasta el punto

    de que, en su manifestacin ms extrema, esa escasez inducida pasa a ser

    una negacin del derecho mismo aja vida. A medida que se extienden el

    empleo de semillas modificadas genticamente y los abortos selectivos en

    funcin del sexo, desaparecen grupos numerosos de personas (mujeres ypequeos agricultores, concretamente). La escala y el ritmo de esta desa

    paricin son proporcionales perecimiento econmico que impulsan

    las fuerzas de la globalizacin empresarial neoliberal. De todos modos,

    esas brutales extinciones no son la nica tendencia que da forma actualmente a la historia humana.

    En las calles de Seattle y de Cancn, en hogares y granjas de todo el

    mundo, est naciendo otro futuro humano: un futuro basado en la in

    clusin, no en la exclusin; en la no violencia, no en la violencia; en la re

    cuperacin de los ejidos, no en su cercamiento; en compartir libremen

    te los recursos de la Tierra, no en monopolizarlos y privatizaros. Lejos

    de ser confeccionado por mentes cerradas y a puerta cerrada, como fue el

    ultraconservador Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense, este otro

    proyecto del pueblo se est desarrollando en una atmsfera de dilogo

    y diversidad, de pluralismo y colaboracin y de participacin comparti

    da y solidaridad. Yo llamo a este proyecto Democracia de la Tierra.Basado en nuestra capacidad de auto organizacin, en nuestra identi-

    ImnxliiL'cin 1 i

    dad con la Tierra y en nuestra multiplicidad y diversidad, el xito de la

    Democracia de la Tierra concierne al destino y al bienestar no slo de to

    dos los humanos, sino tambin al de todos los seres sobre del planeta. La

    Democracia de la Tierra no son las manifestaciones de protesta o las se

    siones del Foro SocialMundial, sino lo que hacemos entretanto. Aborda

    lo que de global hay en nuestra vida cotidiana, en nuestra realidad diaria ,y provoca un cambio mundial a travs de la generacin de cambios loca- 'i eiineienciit plauetui'iii que vincula al individuo con

    la Tierra y con In vidn en MU conjunto.

    ,10. 1.a \ )rit>(W!,i ,U- la Twrr/t j>lohaliz la paz, la atencin y la 'com

    pasin: IH I Viimcnieia de InTierra concciu a las personas mediante crcu

    los de asistencia, cooperacin y compasin, en lugar de dividirlas mediante In compei elicili, el conflicto, el temor y el odio. Frente a un mundo de

    codicin, denKiiiililiul y consumo excesivo,fe'Demociaeia delaTierra.glo-

    liiiln la enm|aHn, la justicia y la sostenibilidad.

    Captulo 1

    ECONOMAS VIVAS

    La Tierra proporciona recursos suficientes para las necesida

    des de todos, pero rio para lu codicia de alpunos.

    MAHATMA G A N O H I 1

    La palabra economa deriva del vocablo griego oikos, que significa

    casa u hogar familiar. Nuestro hogar es el lugar en el que nacemos y

    crecemos y donde se los cuida. Matthew Fox escribi: Nuestro autnti

    co hogar es el universo." Y Robcrt Frost aade: El bogar es all donde

    tienen que dejarte entrar. 3 El hogar es donde siempre te aguarda un si

    tio a lamesa y donde puedes dar por seguro que compartirn contigo loque haya en ella. Formar parte de una casa, de un hogar familiar, signifi

    ca tener acceso a la vida. Por qu, entonces, resultan tan inhspitos los

    sistemas econmicos de hoy en da? Cmo han llegado a convertirse en

    lugares que, ms que aceptarnos, suelen prohibirnos la entrada? Cmo

    es que actualmente no slo se nos niega un hogar, sino tambin el dere

    cho al sustento, a la estabilidad y, en ltima instancia, ala vida?

    La economa predominante en nuestros das responde a numerosos

    nombres economa de mercado, economa globalizada, globalizacin

    empresarial y capitalismo seran slo unos pocos de ellos, pero ningu

    no de ellos logra captar el hecho de cjue sta no es ms que una de las tres

    principales economas que operan actualmente en el mundo. En la Democracia de la Tierra, todos los seres disponen de un acceso igualitario a

    los recursos de la Tierra que hacen pos ible la vida; este acceso queda garantizado porque se reconoce la importancia de las otras dos economas:

    la economa de la naturaleza y la del sustento.

    La economa globalizada de libre mercado que domina nuestras vi

    das se basa en reglas que anulan y niegan el acceso a lavida y a los medios

    1. Maiialnj.i K. Gandhi, diado en Vandana Shiv, Tomorrow's BioJtvemly, landres,

    Thames&Hudson, 2000, pg. 131.

    2. Mattbew Fox, The Rcmvention of Work- A New Vision for Livdikood in OurTtme, Mueva York, Harper Coliins. 1994, pg. 141.

    i. Roben Frosi, Robert Frosi's Poems. Nueva York, Si. Martin's, 2002, pg. 163.

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    22 Manifiesto para una Democracia de la Tierra

    de vida y que generan escasez. Esta escasez viene provocada por la des-

    trutcin de las economas de la naturaleza y del sustento, de las que la

    vidi se nutre y en las que se mantiene y se renueva. La globalizacin y el

    libr; comercio merman las condiciones en las que se pueden dar unos

    empleos creativos y productivos, debido a que cercan los espacios y los

    recursos comunales, imprescindibles para el sustento de la vida: Las d -( mejsiones antivida de la globalizacin econmica radican en el hecho

    de que el intercambio de capitales est ocupando el lugar de los procesos

    vivos, al tiempo que los derechos de las grandes empresas estn reempla

    zando a los de las personas vivas.

    El conflicto econmico de nuestra poca no es solamente el de a frac-

    turNorte-Sur, por bien que las desigualdades creadas por el colonialis

    mo, el modelo de desarrollo defectuoso impuesto por el FMI y el Banco

    Mmdal (basado en un rgimen de esclavitud de la deuda), y las propias

    norrias de la OMC, compartan esa dimensin. La confrontacin es'entre

    .una-economa global de muerte y destruccin y unas economas diversas,favorables a-l vida y a la creacin. En nuestro riempo, la dcotoma^

    blo griego referido a casa u hogar familiar, Pero en el contexto del desuno

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    24 Manifiesto paca una Demoaacu i Je la Tieii j

    lio orientado al mercado, el de la economa y el de la ecologa han sido

    vistos como terrenos enfrentados, La economa de mercado separa la na

    turaleza de las personas y la ecologa de la economa. La naturaleza pasa

    entonces a definirse como un espacio libre de seres humanos. La conser

    vacin se reduce a la gestin de las reas salvajes. El desarrollo pasa a

    considerarse dominio exclusivo de la produccin. N i la naturaleza n las

    economas tic mifoiilinstccimiento de fas personas tienen reservado papel

    productivo alguno i criterio del mercado.

    Y, sin embargo, la economa de la naturaleza esfla economa primera

    y- primaria sobre las que descansan todas las dems. La economa de la

    naturaleza consiste precisnmente en la produccin que la propia natura

    leza rcali/.a de bienes y servicios: el agua reciclada y distribuida a travs

    del cielo hidrolgico, la fertilidad del terreno producida po r los microor

    ganismos, I I I H plantas fertilizadas por los agentes polinizado res. etc. La

    punlucvion y U ctemividatl humanas resultan insignificantes comparadas

    conI I I H

    de ln niiliiriilezn,l,os recursos tintrales seproducen y reproducen por medio de una

    compleja red de procesos ecolgicos; La naturaleza es el productor domi

    nante tiescull mundial, pero H U S productos no son {ni pueden ser) recono

    cidos como tales cu lu economa de mercado, donde slo la produccin y

    la productividad rcllcjuiliui en el contexto de la economa mercantil han

    sido considcriuliis produccin propiamente dicha. Desde esa misma visin

    limitada, tampoco la productividad orgnica de la actividad forestal o agr

    cola ha sido coiwidcrmlii parle de los productos comerciales que constitu

    yen el rendimiento productivo total. Esto ha provocadoque amplias reas

    de labor protluciivii ln produccin de humus por parte de los bosques,

    la regeneracin de Ion recurso* hldrcos, la evolucin natural de los productos genticos, I creacin de sucio frtil a partir de la erosin de las ro

    cas se hayan quedado l'ucrii del alcance de la economa como disciplina

    de estudio. Muchos de cutan procesos productivos dependen, adems, de

    diversos procesos ecolgicos adicionales que no han llegado a ser plena

    mente comprendidos, ni siquiera en el mbito dlas ciencias naturales.

    En la actualidad, los movimientos ecologistas suponen la principal

    voz que llama la atencin obre el valor ecolgico ntegro de todos esos

    procesos naturales. La presente escala del desarrollo econmico incons

    ciente en cuanto al uso y abuso de I O N recursos hace que el conjunto del

    sistema natural de estos lillimoN corra un serio riesgo de prdida de pro

    ductividad. El proceso dedesarrollo orientado al mercado amenaza condestruirla economa de la naturaleza por culpa de la sobreexplotacin de

    Economas vivas 25

    recursos y de la ignorada (por mal comprendida) de s tr uc c in de procesos

    e c o l g i c o s . stas so n consecuencias qu e no se manifiestan necesariamen

    te durante el pe r odo e s pe c f i c o de un proyecto de desarrollo determina

    do. La c o n t r i b u c i n positiva a corto plazo que, en materia de crecimien

    to e c o n m i c o , puede suponer ese proyecto puede acabar resultando a

    todas luces insuficiente para equilibrar el dao invisible o diferido qu e in

    flige a la e c o n o m a de los procesos e c o l g i c o s naturales. Tomado en un

    contexto m s amplio, pues, el crecimiento econmico puede convertirse

    en fuente de subdesarrollo. La destruccin e c o l g i c a relacionada con la

    e xplo tac in incontrolada de los recursos naturales para un beneficio co

    mercial es s intom t ic a de la c ontr adic c in existente entre el m o do en que

    se genera riqueza en el mercado y en la naturaleza.

    LA ECONOMA D E L SUSTENTO O CMO VOLVER A CENTRAlt L A ATENCIN

    EN L A S PERSONAS

    En la economa de l sustento,11 las personas trabajan con elfinde pro

    porcion arse direct amente a smismas las condiciones necesarias para man

    tener sus vidas. Se trata de la clase de e c o n o m a en la qu e la p r o d u c c i n

    y l a r e p r o d u c c i n humanas son primeramente posibles. En concreto, es

    en la economa de las mujeres donde, debido a la divisin patriarcal del

    trabajo, tiene lugar la r e p r o d u c c i n de a sociedad. La labor de las muje

    res proporciona sustento y apoyo a todas las actividades humanas, inclui

    das las ms visibles de la economa dominada por el mercado. La econo

    ma del sustento es la e c o n o m a de los dos tercios de la humanidad que se

    dedican a la p r o d u c c i n artcsanal, la agricultura campesina, la pesca tambin artesanal y las e c o n o m a s forestales autctonas. La economa de l sus

    tento incluye todos aquellos mbitos en los qu e los.seres humanos pro

    ducen en equilibrio co n la naturaleza y reproducen la sociedad a travs

    de la colaboracin, la mutualidad y la reciprocidad.

    Sin la economa del sustento no habra e c o n o m a de mercado. Las

    e c o n o m a s de l sustento existen incluso alldonde no existen mercados de

    * Ntese la diferencia entre economa del sustento {sustenance economy) y eco

    noma de subsistencia [subsitaice economy). Podra decirse que la economa del sus

    tento es un intento de retorno a la economa de subsistencia pero sin renunciar al dinero

    como medio de intercambio, procurando la supervivencia de la vida en general (no slo

    la humansl y buscando la colaboracin igualitaria entre todas las personas y de stas con ln

    naturaleza, (N. delt.)

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

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    26 Manifiesto para una Democracia de la Tierra

    capital, pero stos no pueden existir sin la economa del sustento. El mer

    cado tampoco puede interiorizar plenamente la economa del sustento

    dado que la externalizacin de la carga social es la base misma de la ren

    tabilidad financiera y de la acumulacin de capital. A medida que los

    ajustes estructurales y la globalizacin destruyen medios de vida diversos,las mujeres se ven obligadas a trabajar ms horas en mltiples empleos a

    tiempo parcial para dar de comer a sus familias. A medida que la privati

    zacin de la sanidad desmantela los sistemas pblicos de salud, las fami

    lias se ven obligadas a asumir la responsabilidad de cuidar de las personas

    enfermas. Cuanto ms dependen los mercados del trabajo que se realiza

    fuera del mercado, ms invisible se vuelve la economa del sustento y me

    nos recursos le quedan.

    L a pobreza del Tercer Mundo ha sido el resultado de siglos de san

    gra de recursos hurtados a la economa del sustento. La globalizacin ha

    acelerado y ampliado los mtodos utilizados para diezmar esa economa:

    privatizacin del agua, patentado de semillas y de la biodiversidad e industrializacin empresarial de la agricultura. Este estrangulamiento deli

    berado de la economa del sustento es uno de los motivos centrales de la

    violencia de la globalizacin.

    La ciencia econmica moderna, el concepto de desarrollo y el de

    progreso y, actualmente, el paradigma de la globalizacin apenas cu

    bren una porcin minscula de la historia de la produccin econmica

    humana. La economa del sustento ha provedo a las sociedades humanas

    de medios materiales de supervivencia obtenidos directamente de la na

    turaleza. En e l contexto de una base de recursos limitada, desviar recur

    sos naturales del sostenimiento directo de la existencia humana hacia a

    generacin de crecimiento en la economa de mercado significa destruir

    la economa del sustento. En sta, la satisfaccin de necesidades bsicas

    y la garanta de una sostenibilidad a largo plazo son los principios orga

    nizadores del uso de recursos naturales; la explotacin de recursos para

    la obtencin de ganancias financieras y la acumulacin de capital son,

    por el contrario, los principios organizadores del mercado.

    LOS MERCADOS Y EL MERCADO

    Los mercados son lugares de intercambio. El bazar, que incluso hoyflorece en a India, es un espacio en el que las personas intercambian pro

    ductos que han cultivado y que han producido. F.1 mercado concreto y

    Economas vivas 27

    contextualizado en un momento y lugar nace de la sociedad. Basado en

    relaciones directas y en transacciones cara a cara, constituye, de hecho,

    una prolongacin de la sociedad. Cuando los mercados son sustituidos

    por el mercado, la sociedad es reemplazada a su vez por el capital y este

    mercado se convierte en el rostro annimo de las grandes empresas. Lagente real que intercambia lo que crea y lo que necesita es tambin susti

    tuida por la mano invisible y abstracta del mercado.

    Existen dos tipos de mercados. Los arraigados en la naturaleza y la so

    ciedad son lugares de intercambio, de reunin, de cultura. Algunos son,

    simultneamente, festivales culturales y espacios para las transacciones

    econmicas, en los que personas reales compran y venden artculos rea

    les que han p roduci do o que necesitan directamente. Esos mercados son

    diversos y directos. Estn al servicio de las personas y son stas quienes

    les dan forma.

    El mercado configurado por el capital, sin embargo, excluye a las

    personas como productores . Los espacien culturales de intercambio sonsustituidos por procesos invisibles,.La codiciadla rentabil idad y el consu-

    mjsmo pasan 3 ocupar el lugar de las necesidades de las personas. El mer

    cado se convierte en una mistificacin de procesos de acumulacin bur

    da de capital: la mscara tras la que se ocultan quienes manejan el poder

    empresarial.

    Este mercado incorpreo y descontextualizado es el que destruye el

    medio ambiente y las vidas de las personas.

    E l . DOMINIO DEL MERCADO

    Una de las claves de la dominacin de la economa de mercado es su

    capacidad para reclamar recursos que caen fuera de su mbito. El traspaso

    de terreno de propiedad pblica a propiedad privada fue imprescindible

    para que la economa de mercado se convirtiera en la economa dominan

    te. Aquella transformacin, conocida como cercarniento de los ejidos,

    fue debida, por lo general, a la codicia y ai poder de los corsarios.4 La pa

    labra cercarniento describe la exclusin fsica de la comunidad de sus pro-

    4. Por corsario [primteer, eu ingls) se entiende tradiconalmente aquel pirata que acta

    respaldado por el Estado en mar abierto. Yo utilizo el trmino para referirme a la personaque cerca o valla un espacio comunal porque lo privanza y ejerce un acto de piratera

    contra otras personas.

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    28 Manifiesto para una DCIIUHTIIIII de la TictTii

    pos campos comunales por medio del cierre de un espacio de terreno

    con setos, zanjas u otras barreras al libre paso de hombres y animales.5

    Los terrenos llamados ejidos eran propiedad formal del seor o

    terrateniente, pero los derechos de su uso correspondan a los comune

    ros. La eliminacin de esos derechos de propiedad comn fue la que hizo

    posible el cebamiento. En Inglaterra, donde el movimiento se inici yaen el siglo xvi, los cercamientos fueron impulsados en primera instanciaporque la maquinaria estaba hambrienta de materia prima: la demanda

    de lana requerida por la industria textil no dejaba de aumentar. Los terral ementes, con el apoyo de industriales, comerciantes y banqueros, expul

    saron a los campesinos de las tierras y los reemplazaron por ovejas. Las

    ovejas se comen a los hombres: asdescriba Toms Moro el fenmeno

    del cercarniento de los ejidos. f

    Vuestras ovejas, de costumbre mansas y dciles y no muy comedoras,son ahora, por lo que he odo, devoradoras y montaraces en tal medidaque ellas solas se comen y se tragan a un hombre entero. Consumen, destruyen y devoran por completo campos, casas y haua ciudades/'

    La economa del cercarniento obr a favor de los terratenientes, pero

    en contra de l campesinado. Mientras que un acre de terreno comunal cultivable poda produc ir 670 libras de pan, apenas poda mantener a unas

    pocas ovejas.7 Desde el punto de vista de la alimentacin y de la economa

    del sustento, aquello era una prdida evidente,pues las ovejas slo podanproducir 176 libras de carne. Sin embargo, en trminos monetarios, los

    terratenientes salan ganando. El pastor que cuidaba en solitario de las

    ovejos reportaba beneficios mucho ms elevados para el terrateniente quelos arrendamientos que le pudieran pagar docenas de campesinos. El he

    cho de que stos destinaran aquellos ejidos al cultivo de alimentos, ai forraje, al combustible y a otros productos esenciales para su supervivencia

    no era de la incumbencia del propietario. Para ste, como para los dems

    corsarios, la expansin de la economa de mercado estaba sobradamente

    justificada por los beneficios financieros que de ella obtena, a pesar de su

    coste para las economas de la naturaleza y del sustento.

    . G. Elliot Smalv citado en Jcreiiiy lifkin, tiospbere Polilics: A Neto Consousncssfots New Century, Nueva York, Orown, 1991, pg. 39.

    6. Toms Moro, citado en ibid., |iiin, 41 7. }hid.

    licnnomas vivas 29

    El cercarniento de los ejidos consta, en general, de cinco procesos di

    ferenciados:

    1. La exclusin de las personas del acceso a recursos que, hasta en

    tonces, haban sido de su comn propiedad o uso.

    , 2. La creacin de personas exceden!arias o prescindibles al ne

    garles el derecho de acceso a los recursos comunales que las sustentaban.

    ; 3. La creacin de propiedades privadas por medio del cercarniento

    de propiedades comunales.4. La sustitucin de la diversidad que abastece y satisface necesida

    des y funciones mltiples por monocultivos que proporcionan materias

    primas y mercancas para el mercado.

    5. El cercarniento paralelo de las mentes y de la imaginacin, que

    provoca que esos otros cercamientos sean definidos y percibidos como

    ufia forma de progreso humano universal y no de crecimiento de los pri

    vilegios y de los derechos excluyentes de unos pocos a costa del despo

    seimiento y el empobrecimiento de muchos.

    Los cercamientos tuvieron una gran acogida entre algunos por permitir

    una expansin sin parangn de las posibilidades productivas. 8 La pro

    ductividad se defina asdesde la perspectiva del rico y del poderoso, no

    desde la del plebeyo, y para ella se valoraba nicamente la rentabilidad y ios

    beneficios para el mercado, no la sostenibilidad de la naturaleza n i el sus

    tento de las personas. Los ricos deploraban la insubordinacin de los co

    muneros, la imposibilidad de introducir mejoras en sus pastos y el freno a la

    produccin representado por la propiedad compartida. 9 Pero, a pesar de

    esa opinin de los hacendados, los ejidos distaban mucho de haber estadodesaprovechados; en realidad, constituan un rico recurso que proporcio

    naba a la comunidad un elevado grado de autonoma y autogobierno.

    El mercado cre su propio efecto multiplicador que desplaz an msa la economa del sustento del espectro visible. Cuanto ms poder polti

    co y econmico obtenan los poderosos de la creciente economa de

    mercado, ms desposean a los pobres y ms cercaban la pr opiedad co

    mn de stos. Y cuanto ms se vean desposedos los pobres de los medios

    8. Boyie, citado en Anthony McCann. eyrmd he Commons. ''be Expansin of /be

    Irish Musi Rights Organisation. ihe Elimination ofUncertainty and tbe Pohtics ofEnclo-

    sure, tesis doctoral, Universidad de l.imetick, 2002, pg. 216.9 Neeson, citado en ibtd.

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

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    30 Manifiesto para una Democracia de la Tierra

    para procur arse su propio sustento, m s tenan qu e recurrir al mercado

    para comp rar aquello que hasta entonces haban producido por s mismos.

    Cuando el labrador se vea aislado de sus recursos [...] poco ms po

    d a seguir haciendo a la vieja usanza. Le resultaba imposible obtener la

    mayora de sus provisiones directamente'de su propio trabajo: tena queabastecerse de ellas, listas para cons umir, de otra fuente. E sa fuente, sobra

    decirlo, era una tienda. 10

    L o acaecido a n ta o con los ejidos se repite h o g a o con la b i o d v ers i -

    da d y la prop ieda d comu nal de las semillas por cul pa de los derec hos de

    propiedad intelectual y con la p r o p i e d a / comunal del agua por culpa

    de la p ri v a t i za c i n . Hoy en d a , las semillas, la medi cin a y el agua, que his

    t r i c a m e n t e han sido propie dad compartida de comunidade s enteras,

    tienen que ser adquiridas por un coste muy elevado a gigantes de la ge

    n t i c a como Monsanto, que es d u e a de las paten tes, y a gigantes de l

    agua como Suez, Bechtel y Vivendi, que son d u e a s de las concesiones.

    L a t ra n s fo rm a ci n de los derechos de propiedad c o m n en derechos de

    propiedad privada niega i m p l c i r a m e n t e el derecho a la supervivencia

    de amplios sectores de la sociedad.

    A Q U L L A M A M O S C O M U N A L ?

    L a n o c i n misma de comunalimplica un recurso p o s e d o , adminis

    trado y utilizado por la comunidad. Un bien o un espacio comunal en

    carna una serie de relaciones sociales basadas en la m e r d e p e n d e n c a y lac o o p e r a c i n . Exi ste n unas reglas y unos principi os claros; existen unos

    sistemas de toma de decisiones. Lo s cultivos que hay que sem brar, las ca

    bezas de ganado que pueden pastar, los rb o l es que hay que talar, os tur

    nos y las horas de riego son, todas ellas, decisiones que deben ser toma

    das conjunta y d e m o c r t i c a m e n t e por ios miembros de a comu nid ad. La

    forma d e m o c r t i c a de gobierno es lo que h a c a (y hace) que un ejido o un

    recurso comunal fuese (y sea) precisamente comunal. Esto era as en la

    Inglaterra de finales del siglo xvru y es igualmente a s en las regiones don -

    10. George Sturr, citado en Kirkpatrick Sale, Rcbels Against the Finare: The Luddi

    tes ind Sbeir War on tke industrial Revolution; Lesionsfor the Computer Age, Boston,A.ldison Wesley, 1995, pg. 35.

    Economas vivas 3 1

    de actualmente, el control comunita rio de los ejidos y los recur sos co

    munales c o n t i n a siendo el m t o d o de gobierno y de propi edad.

    E n la I n d i a , la d i s t r i b u c i n equitativa de la tierra se basaba babi-

    tualmente en un sistema denominado bhaiacbara o costumbre {achara)

    de los hermanos {bha). E n su libr o dedicado a los r e g m e n e s de tenen

    cia de t ierras, lord Baden-Powell se a l a b a :

    Aqu , toda el rea dis>onible era estudiada y clasificada por el Pa ncha-

    yat [el consejo local o de la comunidad] en buena o mala, mejor que otras,

    la mejor de todas, etc. A continuacin, se estableca un n m ero apropiado

    de lotes, cada uno de los cuales contena una franja representativa de cada

    uno de los tipos de suelo clasificados, dispersas por toda el rea en cues

    tin. Cada uno de los lotes a= confeccionados reciba el nombre de bmoa-

    di-bigba o tauzi-bigba fua unidad artificial de terreno que no guardaba re

    lacin alguna con ninguna medida ordinaria o estndar). Luego, segn las

    necesi dades de las familias por su nmero de miembros, se entregaba una

    cierta cantidad de tales unidades a cada seccin y subseccin. [...] Fuere

    como fuese, siempre se proceda conforme a un pr incip io de igualdad, ajus-

    tando l a cuota asignada a la carga que deba ser soportada.11

    A u n q u e no todos los pueblos que seg u a n el bbaiacbara practicaban

    el cultivo de franjas, s t e era ms evidente en regiones donde el tiempo y

    el medio ambiente resultaban ms crudos e impredecibles. L a d i s p e r s i n

    fa c i l i t b a l a co o p era c i n y la a cc i n colectiva.

    L a dispersin era un mecanismo institucional que prop orcionaba a los

    individuos un seguro frente a la incertidumbte, siempre que cooperasen.

    [ . . . ]La propensin a actuar de forma colectiva aumentaba si se poda com

    partir el riesgo y si se poda igualar el acceso a recur sos variados. L a dis

    persin de la tierra arable sola ir acompanda del pastoreo pactado y de

    la gestin colectiva de las acequias, los pozos y las albercas de riego.12

    Ch a k ra v a rty -K a u l , profesora de la Universidad de Delhi, ha escrito

    que el t r m i n o bbaiacbara t a m b i n se aplicaba a pueblos en los que la

    11. Baden H, Baden-Powell, LandSystems ofBritish India. Being a Manual of the

    Land-Tenures andafthe Systems of Land Revenue Administration Prevalent in the Several

    Provinces, Londres, Oxford, 1907.

    12. The Fjmine Inquiry Commission IComision de Investigation sobre lu F liimbru

    rial, The Famine Inquiry Commission Report on Bengal, Calcuta, 1944, reimpreso en Nile

    v a Delhi, Usha, 1984, pg. 27.

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    32 Manifiesto part un Democracia tic ln Tierra

    tierra se divida en funcin de cunta haba sido arada previamente o se

    gn su uso ancestral, o, incluso, a localidades en las que era costumbre

    dejar que cada familia cultivara tanto terreno comunal como pudiera sin

    llegar a ejercer presin sobre otros miembros de la comunidad. El ele

    mento comn de todos estos sistemas bhaiachara era que en ellos slo se

    pagaban tributos sobre lo que la familia cultivaba realmente,"

    7V/ IM NULLiUS

    A pesar de su diversidad, la mayora de culturas sostenibles conside

    ran la tierra como una (erra mttier (madre tierra). Reciben agradecidas los

    dorr:s de la naturaleza y devuelven la deuda ascontrada llevando unos

    estilos de vida sostenibles y adoptando unas cosmologas centradas en la

    propia tierra. El constructo colonial de la pasividad de la tierra y la con

    siguiente creacin de una categora (igualmente colonial) por la que esa

    tierra es vista como trra nullim (tierra vaca) tuvieron dos claros efectos;negaron la existencia y los derechos previos de los habitantes originales y

    ocultaron la capacidad y los procesos regenerativos de la tierra. Con ello,

    hicieron posible la aparicin de la propiedad privada a partir de los cec

    eamientos y permitieron que el uso no sostenible de recursos fuese con

    siderado desarrollo y progreso. Para el corsario y para el coloniza

    dor, el cercamiento era una mejora.

    En Australia, los colonizadores justificaron la apropiacin total del

    terreno y de sus recursos naturales declarando trra nullius (o, lo que es

    lo mismo, deshabitado) todo el continente. Aquella declaracin fij un

    camino muy simple hacia la privatizacin de los recursos comunales, yaque, en lo que a los colonizadores respectaba, stos no existan. En las colonias umcricanas, la conquista de los recursos nativos se justific sobre labase de un argumento similar; la poblacin indgena no mejoraba sus

    tierras. Aslo escribi John Winthrop, primer gobernador de la Colonia

    de la Baha de Massachusctts, en 1669:

    Los niillvus de Nueva InaJak-iTa no tienen terrenos cercados, n i asentamiento de poblacin estable, ni ganado domesticado para mejorar cterreno, por lo que no disponen ms que de un Derecho Natural sobre

    ]} . ]. N. tjppul, Hetigiil Vainille ni !>'lf' A Mim Miidr T'ragcdy, Delh, Luckiiow.

    1984, pg. 60.

    hcuiuiiiuus vivas i 5

    esos campos. Asi pues, siempre que les dejemos suliciente para su uso, es

    tamos perfectamente legitimados para tomar el resto. 1'1

    C o m o e sc r ib en mi libro Bioptratera, .la l g i c a de las tierras v a c a s

    se-:est, exte ndie ndo actualm ente a la de la v i d a v a c a . E l principio de

    ierra nullius se emplea hoy en da para apropiarse de la biodivers idada r r e ba t ndo se la a sus d u e o s e innovadores originales por el procedi

    miento de def inir sus semillas, sus plantas medicinales y sus c onoc imie n

    tos m d i c o s corno natu ralez a, y de tratar las herramientas de la i n g e n i e r a

    gentica como n i c o camino que puede c onduc ir a su m e j o r a . " Al hacer

    caso omiso del uso que t a m b i n se hace del agua fuera del mercado, las

    autoridades se otorgan a si mismas la libertad de cercar r os por medio de

    grandes proyectos de c o n e x i n fluvial com o el previsto en la Ind ia (el Ri

    ver Linlc ng Project), as como de cercar el agua de manantial para qu e

    sea embotella da y comer ciali zada (como agua mineral o como ingrediente

    de refrescos diversos) por grandes c o m p a a s com o Coca-Cola y Peps i .

    L O S C E R C A M 1 E N T O S I N G L E S E S

    Lo s ejidos, que la Corona de Inglaterra de c la r desaprovechados, eran,

    en realidad, campos produ ctivos que propo rcio naban amplios espaci os co

    munes de pasto para los animales de las comunidades campesinas estableci

    das, a de m s de madera y piedra para la c o n s t r u c c i n , juncos para los teja

    dos y la cestera , l e a para combustible y animales salvajes, aves, pescado,

    bayas y frutos secos para alimento. Estas r e a s c o nst i tu a n el sustento de u n

    gran n m e r o de p e q u e o s agricultores gracias a la existencia de un os dere

    chos de acceso c o m n a sus recursos. T a m b i n proporcionaban un lugar

    donde establecerse a campesinos ms pobres y sin tierras que emigraban a

    ellos desde los pueblos de campos abiertos c a r a c te r s t i c o s de las zonas ce

    realistas.' 6

    14. John Winthrop: citado en Djclal kadir, Columbas and /he Er.ds o//he Earlh, cr-

    keley, Unversity oCalifornia Press, 1992, pp. 171,

    15. Vandana Shiva, Biopiracy The fwidei c/Nature and Knowledge, Boston, wutfi

    Cnd Press, 1997 (trad. cast: b/opiralcrm el sabuco de la naturaleza y del wtmumiento,

    Barcelona, Icaria, 2001).

    16. l,os bienes y espacios comunales han acogido muchas veces a las personas des

    posedas por cercamientps de diversos tipos. Cuando los campesinos se ven desposedosy desplazados por culpa de las presas y sus embalses, recurren generalmente u tos bosques

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

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    H Muiillli'lii I miII nuil Ucmiu hitln ilt- la '1'iiTin

    Los bosques corrieron una suerte similar. La Corona era su propietaria,

    pero los campesinos tennn derechos comunales sobre su producto. Con elauge de ia demanda de recursos con los que alimentar el crecimiento capitalista, la Corona adopt una poltica de deforestacin, cuyo resultado fue

    que el campesinado perdi sus derechos comunales y la Corona y los seo

    res feudales cercaron el terreno defotestado y lo parcelaron en explotaciones d grandes dimensiones para arrendarlas a precios competitivos.

    La lucha por el control de los ejidos motiv entonces choques fron

    tales en numerosos rincones del pas entre los seores y el campesinado,Entre 1628 y 16>1, nutridas multitudes se dedicaron reiteradamente a

    asaltar y derr ibar los cercamientos. Amplias zonas de Inglaterra se halla

    ban en estado de rebelin.

    Segn el derecho consuetudinario ingls, el cercamiento de un ejido

    requera del consentimiento unnime de toda la comunidad. Ningunaautoridad tena el derecho de enajenar y cercar ioscommom. Bastaba una

    sola persona para bloquear tal decisin. Ese derecho era fundamental e

    inalienable y, por ello, fue defendido con uas y dientes.

    Os desafo a cercar una sola yarda cuadrada; os desafo uno poruno; osdesafo colectivamente; podis reuniros en vuestro tribunal, podisaprobar las resoluciones que os plazcan, que yo las condenar; porque measiste el derecho a llevar a mi bestia a estas tierras, hasta a su ms recndito rincn; la ley me otorga ese derecho y el Rey lo protege."

    Sin embargo, tanto la democracia local como estos derechos inalie

    nables fueron debilitndose a medida que el poder del dinero subvirti la

    administracin y la propiedad de los ejidos. Los intereses comercialesejercieron presin para que el Parlamento dictara una legislacin que ra

    tificara el cercamiento de los terrenos comunales.Entre 1770 y 1830, el Parlamento de Londres lleg a aprobar hasta

    3.280 textos legales p romulgando el cercamiento de los ejidos y las reas

    comunales. Como consecuencia de toda esta legislacin,

    6 millones deacres de terrenos de posesin comunal, de campos abiertos,de prados, de pantanos, re bosques y de tierras baldas desocupadas,

    como recurso comunal para susupervivencia.Inclusotasbarriadas perifricas marginalesactan en la prctica como jidos donde ia poblacin desplazada de otras regiones intenta sobrevivir sin necesidad de derechos formales de propiedad.

    17. Citado en Rifkin, op.a.,pg. 45.

    iiconomns vivas 15

    que hasta entonces haban pertenecido al dominio pblico general, fuerontraspasados a manos privadas y, subsiguientemente, cercados, vallados,cultivados y explotados para el pastoreo y la caza, en aras de la obtencinde un beneficio privado,111

    Otros cercamientos, realizados sin la previa aprobacin parlamentaria,ascendan una extensin casi igual de amplia. AI finalizar ese perodo,

    ms de la mitad de la tierra de Inglaterra estaba en manos privadas.

    D E E J I D O S A M E R C A N C A S : E L C O L O N I A L I S M O C O M O F O R M A

    D E C E R C A M I E N T O

    Los cercamientos no se corresponden exclusivamente con un episodio

    histrico acaecido en Inglaterra. Tambin han sido un aspecto central de

    (os continuos procesos de colonizacin. El colonialismo cre propiedad

    privada cercando igualmente reas y recursos comunales y desplazando ydesarraigando a los pueblos orignales de Amrica, frica y Asia.

    La poltica inglesa de deforestacin y cercamiento fue reproducida

    en las colonias de la India. La primera Ley Forestal India, promulgada en

    1865 por el Consejo Legislativo Supremo, autorizaba al gobierno a de

    clarar los bosques y los benap (terrenos no delimitados) como reservas fo

    restales. Esa ley marc el inicio de lo que se denomin la gestin cient

    fica de los bosques y provoc a erosin tanto de la fertilidad de esas

    tierras como dlos derechos de acceso de la poblacin local ala produc-'cin forestal. Aunque, tcnicamente, los bosques se convertan asen

    propiedad estatal, las reservas forestales constituan, en realidad, un cer

    camiento porque transformaban un recurso comunal en otro de carctercomercial. El Estado slo intermediaba en la privatizacin.

    Cuando ios britnicos establecieron su domn;o sobre la India, se cal

    cula que entre un tercio y la mitad de la superficietot.ilde la provincia de

    Bengala eran tierras baldas. La definicin colonial de baldo no se ba

    saba en una valoracin de la productividad biolgica del terreno, sino de

    su capacidad para generar renta. Las tierras baldas eran aquellas que no

    producan ingresos porque no eran terrenos cultivados, sino bosques. Elgobierno britnico se apropi entonces de esas tierras y las arrend a loscultivadores para convertirlas en terrenos generadores de ingresos. No

    18. Sale, dp cil, pg. i5.

    http://tot.il/http://tot.il/http://tot.il/
  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

    18/115

    Hi MiiiiiliiMu I Nim i Ii in I ii n'rm in tli' 1M TICITII

    fue, pues, Imsla finales del siglo x ix cuando los bosques se convirtieron

    laminen en fuente de rentas cuando los terrenos forestales del Estado

    dejaron de ser considerados baldos, No obstante, los bosques rurales ylos |>aslos siguieron siendo clasificados dentro de la categora de terrenos

    desaprovechados, aun cuando procuraran recursos en forma de com

    bustible y de forraje para la economa agrcola. |Esa categora colonial de las fierras baldas constitua, pues, una cate

    gora de ndole econmica, pero la poltica colonial tambiri cre la catego

    ra de las tierras ecolgicamente desaprovechadas terreno que haba

    perdido su productividad biolgica por culpa tanto de la actividad comode la inactividad social y gubernamental. Estos terrenos desaprovecha

    dos se hallan an hoy en da en reas designadas como reservas forestales(es decir, como propiedad privada de unos individuos que los dedican a

    un uso agrcola), as como en otras tierras comunales (compartidas por

    comunidades enteras para proveerse de combustible y forraje).

    En la poca colonial, se oblig a los campesinos a cultivar ndigo en

    lugar de alimentos, se grav la sal con un impuesto destinado a financiarel ejrcito britn ico y se cercaron bosques con e! fin de transformarlos en

    monopolios estatales para su aprovechamiento comercial. En las zonas

    rurales, estasmedidas minaron paulatinamente los derechos de usufructo

    (o nistar) de los campesinos, es decir, sus derechos a la comida, al combustible y al pastoreo de su ganado en los ejidos de la comunidad. El. d_e_-teroro de los derechos de las comunidades campesinas sobre sus bosques,

    sus arboledas sagradas y sus tierras baldas ha sido la causa principal de

    su empobrecimiento a la larga.

    Usurpada su tierra, la India vio cmo la recaudacin de ingresos p

    blicos se>converta en la nueva preocupacin central de las potencias co

    lonizadoras. Haba que gravar a alguien. Antes de ta llegada de los brit

    nicos a la India, lo que se gravaba era la produccin de la tierra, pero no

    la tierra en s. Para recaudar el tributo, os britnicos necesitaban unos

    propietarios de los terrenos que cobraran rentas a sus cultivadores y se las

    transfirieron luego a ellos. Cmo lograron algo as?

    La respuesta es de una simplicidad extrema: creando terratenientes.

    La tarea de encontrar los no fue demasiado difcil: quin mejor que quie

    nes ya estaban acostumbrados a recaudar dinero de los campesinos parael Estado? Fue as como los zamindares acabaron conformando la mayo

    ra de la nueva clase latifundista.

    El trmino xamindar englobaba conveniente y engaosamente a ungrupo heterogneo tic. caciques rurales de laBengala definalesdel siglo xvm.

    Economas vivas 37

    La confusin se vea agravada por e l hecho de que estos elementos vario

    pintos del campo bengalno guardaban relacin alguna con los zaminda-

    res de las localidades rurales. Entre los zamindares de Bengala se incluan,al menos, cuatro categoras identificables por separado: los antiguos jefes

    territoriales de los principados, como los rajas de Tippera y de Cooch

    Behar; las grandes familias terratenientes que pagaban un tributo fijo porsus tierras y se comportaban como jefes feudales, como los rajas de Burd-

    wan, Dnajpur, Rajshahi, Jessore y Nadia; las numerosas familias que ha

    ban ocupado cargos como recaudadoras de impuestos sobre la tierra a lo

    largo de diversas generaciones, y los recolectores de rentas establecidos

    por la concesin de Diwani en 1765. En un desafortunado caso de confusin de identidad, lord Cornwalis, a la sazn, gobernador general,

    otorg el preciado derecho de propiedad privada de la tierra mediante

    una proclamacin solemne del 22 de marzo de 1793 seguida de un aluvin de regulaciones a este diverso colectivo de caciques rurales unidos

    solamente por el nomb re. "

    La extraccin colonial de recursos transform radicalmente la capacidad de desarrollo de infraestructuras locales en la India. El destacado

    historiador indio Dharampal ha mostrado que, en la India prebritnica,

    entre el 80 y el 95 % de los recursos se utilizaban en los niveles local e in

    termedio para el mantenimiento de la infraestructura socio-cultura-eco-nmica. Slo una proporcin de entre el 5 y el 20% iba destinada a una

    autoridad central; el resto permaneca en la economa local para sostenerel ejercicio de las diversas artes, a los vaidyas (practicantes autctonos de

    la medicina), al profesorado de las escuelas, a los sacerdotes, a los conta

    bles, a los herreros, a los carpinteros, a los alfareros, a los lavanderas, a los

    administradores del agua y el mantenimiento de las obras de riego. El colonialismo invirti esa relacin de gasto; Gran Bretaa dejaba slo el10% de los ingresos en manos de las infraestructuras locales para el sos

    tenimiento de la poblacin y se llevaba el 90% para la administracin delimperio.20

    19. Vandana Shiva y Radha Holla Bhar, Sharing the Earth's Harvest: An Ecological

    History ofFoodandFarming tn India, vol. 2, Delhi, RFSTE, 2001, pag. 15.

    20, Dharampal, Despoliation and Defaming of India, Goa, Other India Press, 1999,pag. 24.

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

    19/115

    38 Manifiesto para una Democracia de la Tierra

    El N A C I M I E N T O H E 1 . A S G R A N D E S C O M P A A S

    La aparicin de grandes sociedades comerciales como la Compaa

    de las Indias Orientales gener nuevos instrumentos de extraccin de ri

    queza al servicio de los inversores y nuevos grados de empobrecimiento

    y de desposeimiento de los productores. N i stos-ni la-produccin eranlos que dirigan el comercio, sino que era el comercio el que diriga la

    produccin. Al final, las grandes compaas se hicieron con el control de

    la produccin misma Itan to la de los gremios en Inglaterra como la de las

    futuras colonias, como la India).

    La Compaa de las Indias Orientales, una de las primeras en crear

    se, fue fundada por hombres que controlaban capital con el que financiar

    viajes destinados a la colonizacin. Estaba regida por un gobernador y

    veinticuatro ayudantes y disfrutaba del monopolio sobre el comercio con

    todas las islas y puertos de Asa, frica y Amrica desde el cabo de Bue

    na Esperanza hasta el estrecho de Magallanes.

    En 1600 (ao de nacimiento de la Compaa), la India no slo abasteca a Asia de arroz, trigo, azcar y algodn crudo, sino que tambin era

    el taller industrial del mundo, ya que produca una cantidad prodigiosa

    de algodn para su venta en mercados que se extendan desde los rinco

    nes ms apartados de las Indias Orientales y del sur de Asa, por el este,

    hasta Europa, por el oeste, y desde as costas del mar Caspio hasta las de

    Mozambique y Madagascar.^ La Compaa de las Indias Orientales con

    quist esas rutas del comercio internacional y estableci los fundamentos

    iniciales de un imperio. En 1717, la Compaa obtuvo en Delhuna fir

    mar!,o concesin, del emperador Farrukhsiyar que, a cambio de un tri

    buto anual de .3.000 rupias, la autorizaba, entre orras cosas, a comer

    ciar sin aranceles por todos los territorios imperiales. En palabras del

    historiador Radha Ramal Mukherjee:

    Todo aquel siglo de actividades de piratas, empresas,soldados, factores y comerciantes holandeses y britnicos no slo les report a stos elmonopolio absoluto sobre el comercio entre lunares distantes de la propiaAsia y entre este continente y Europa, sino que tambin siivi para establecer los cimientos del imperio.22

    21, Radha Kamal (Kadhakamal) Mukherjee, F^onomie hlisiory of india, Allahabad

    (India), Kitab Mhal, 1967, pag. 183.22. \bid., pg, xvii.

    Economas vivas 39

    Aquel edicto se convertira en el documento fundacional del rgimen

    comercial y poltico britnico en la India. Bengala cay en enero de 1757,

    Los comerciantes de la Compaa de las Indias Orientales dejaron en

    tonces de ser meros mercaderes: se haban convertido en los gober

    nantes de la India. La recompensa que el victorioso Robert Clive, miem

    bro de la Compaa, recibi por ello ascendi a 234.000 libra s.2

    'Al principio, la Compaa de las Indias Orientales import textiles

    indios terminados. Pero, ms tarde, prohibi la importacin de produc

    tos textiles de la India y limit sus importaciones al material no termina

    do. En 1750, las regiones chinas e indias producan el 73 % de los textiles

    mundiales. India era el telar del mundo. Los britnicos destruyeron la in

    dustria textil india y, a continuacin, crearon la suya. El/nito industrial

    atribuye a la tecnologa la causa del crecimiento de los productos textiles

    britnicos. Sin embargo, fueron los aranceles y las prohibiciones (lo que,

    en el lenguaje de la OMC, se conoce como restricciones cuantitativas!.)

    los que desencadenaron el auge de la industria en Inglaterra. Las innova

    ciones tecnolgicas siguieron a ese auge. Cerno escribi H. H. Wilson,profesor de historia en Oxford:

    Existen documentos datados en 1813 que afirmaban que, hasta esemomento, los productos de algodn y seda de la India podan venderse enel mercado britnico a un precio entre un 50 y un 60% inferior a los de losfabricados en Inglaterra. Se consider necesario, pues, proteger estos ltimos aplicando sobre los primeros unos impuestos de entre el 70 y el 80%de su valor o sometindolos a prohibiciones positivas. De no haber sidoas, sin semejantes cargas y decretos prohibitivos, la maquinaria de las fbricas de tejidos de Parsley y de Manehester habra tenido que parar nada

    ms iniciar su marcha y difcilmente podra haber vuelto a funcionar, ni siquiera con eJ impulso del vapor. Su creacin se debi al sacrificio de losmanufactureros indios/4

    Anteriormente a 1771, la produccin inglesa de tejido de algodn era

    totalmente inexistente; en Inglaterra, ni se cultivaba algodn ni se posean

    hilanderas capaces de preparar hilo de esa tela suficientemente fuerte

    para su urdimbre. La industria textil inglesa empez a desarrollarse gra

    cias a la importacin de percales o calices lisos blancos. Fue a partir de

    23. Repon ofbe lidian Irrigation Commhsion, 1901-03, Calcuta, Government Prin

    ring, 1904, reimpreso en Calcuta, R K. L . Mukhopadhvay, 1984.24. Mukherjee, op. eit, pg. 172.

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

    20/115

    40 Manifiesto para una Democracia de iaTierra

    ah cuando, mediante la utilizacin de mtodos, procesos y estampados

    procedentes de la India, la industria del calic fue avanzando en Ingla

    terra. Haca 1845, las tornas se haban girado y los ingleses dominaban el

    comercio textil. Olvidndose de la historia , Sidney Smith pudo entonces

    escribir: El gran objetivo para el que la raza anglosajona parece haber

    sido creada es la fabricacin del calic.25

    Con la desaparicin de la India del mbito de la produccin, tambin

    desaparecieron sus contr ibuciones anteriores de ia historia. Las prdidas

    ocasionadas por el comercio libre (las exportaciones procedentes de la

    India estaban sometidas a un arancel del 80%, mientras que los arance

    les sobre las importaciones que entraban en aquel pas slo eran del

    2,5%) provocaron la destruccin de los mercados interior y exterior de la

    India. En 1846, la anteriormente exportadora India ya importaba ms de

    200 millones de yardas de tejido procedentes de Inglaterra, frente a los 51

    millones de yardas de 1835 y las escasas 800.000 yardas de 1814. 2

    G L O B A L I Z A C I N H C O N W I C A / G L O B A L I Z A C I N liMPIUiSAIilAL

    En las fases iniciales de la industrializacin, el movimiento ingls de

    los cercamientos declar prescindible al campesinado y lo expuls de sus

    anteriores cierras. La industrializacin fue luego llevada como'elemento

    de desarrollo a los pases del Sur. El dominio que hoy ejercen las gran

    des empresas a travs de la globalizacin contina sostenindose sobre

    los cimientos creados en su momento por el colonialismo y contina de

    jando una estela de devastacin y destruccin,

    La economa de mercado produce inevitablemente un gran cambioen la percepcin de los derechos de acceso a los recursos existentes. La

    transformacin de las reas y bienes comunales en mercancas tiene dos

    implicaciones: priva a los grupos polticamente ms dbiles de su dere

    cho a la supervivencia (que ejercan mediante su acceso a tales recursos

    comunales) y hurta a la naturaleza su derecho a la autorrenovacin y a la

    sosterbilidad al eliminar las limitaciones sociales al uso de los recursos

    (limitaciones que suponen la base de la gestin de la propiedad comn).

    En los pases del Tercer Mundo, la transformacin de los recursos

    naturales en mercancas ha contado, en gran medida, con la intermedia-

    25. ibid., pg. xix.26. ibid., pg. xxiii.

    Economas vivas 41

    cin del Estado. Aunque a menudo se arrope con el vocabulario de la

    "promocin del inters pblico colectivo, el Estado suele erigirse en un

    poderoso instrumento para la privatizacin de los recursos. La transfor

    macin dlos bosques comunales dlas comunidades rurales en reservas

    forestales estatales se acomoda muy bien a los intereses de la indust ria

    privada del papel y de la celulosa, ya que le garantiza un suministro barato e ininterrumpido de materia prima. De manera parecida, los embalses

    tambin se construyen con fondos pblicos, pero estn destinados a sa

    tisfacer las necesidades energticas e hdricas de la industria privada o las

    necesidades de irrigacin de los cultivos comerciales. El crdito de los

    bancos del sector pblico se emplea en la financiacin de los pozos o de

    las embarcaciones de pesca de poderosos grupos privados. Los conflictos

    desatados en torno a ios recursos naturales son, en esencia, conflictos so

    bre la titularidad de derechos.

    -ta globalizacin empresarial nos ha sido impuesta. Esta se represen

    ta a s misma como el mar en el que todos y todas debemos nadar, como

    un proceso del que, inevitablemente, tenemos que formar parte. La glo

    balizacin empresarial, babitualmente asociada a l comercio inter nacio

    nal, es algo que muchas personas creen que pueden ignorar perfecta

    mente. Pero la globalizacin empresarial no se limita a la circulacin

    transfronteriza de productos. De hecho, siempre hemos tenido un co

    mercio internacional. El comercio de bienes de un lado a otro de las fron

    teras ya exista antes del colonialismo. En realidad, fue el deseo de con

    trolar ese comercio el que provoc la aparicin del colonialismo europeo;

    mucho antes de eso, ya se comerciaba con especias.La globalizacin em

    presarial atraviesa hoy en da las fronteras con consecuencias mucho ms

    graves para el planeta y para la humanidad que las que pudieran teneresas lneas geogrficas artificiales que delimitan las naciones. Y, aun as,

    comparado con las fronteras ticas que se estn traspasando en la actua

    lidad, el del comercio internacional es un problema mucho ms fcil de

    abordar. Los.credos, las culturas y las sociedades diversas que han crea

    do dichos lmites ticos a lo largo de los siglos declararon ciertas cosas no

    susceptibles de comercializacin. Hay cosas que no son comerciables y

    que no han de regirse por valores distintos a los mercantiles.

    La globalizacin constituye, en la prctica, el cercamiento definitivo

    (de nuestras mentes, de nuestros corazones, de nuestras imaginaciones y

    de nuestros recursos). Hasta que la globalizacin empresarial reivindic

    la conversin de los recursos de este planeta (y, en especial, el agua y labiodiversidad) en mercancas comerciables, era de todos conocido que el

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    42 Manifiesto para una Democracia de la Tierra

    agua no poda pertenecer a nadie en concreto. La lluvia cae, fluye por las

    cuencas fluviales y los acuferos subterrneos, alcanza el mar y se evapo

    ra en un asombroso ciclo hidrolgico que nos trae el agua. A veces, el ci

    clo resulta lento y nos depara sequas, pero somos perfectamente capaces

    de afrontar las sequas provocadas por el propio ciclo del agua. Las que

    no podemos afrontar sorr las sequas diseadas por el hombre y que dictan que el agua slo debe fluir en un sentido: en sentido ascendente hacia

    la acumulacin dinerada.

    Se nos prometi que la globalzacin nos brindara paz gracias a la

    construccin de una aldea global en la que todo el mundo estara inter-

    conectado. Pero el nmero de guerras ocurridas desde 1995, ao en el

    que la globalizacin empresarial se convirti, literalmente, en la constitu

    cin legal del mundo, desmiente esa pretensin. Fijmonos, si no, en los

    malentendidos entre culturas que se han producido desde entonces. En

    el captulo 3 hago una referencia ms extensa a los vnculos entre la glo

    balizacin empresarial y el auge del terrorismo, del extremismo y de la

    derecha poltica. Una segunda promesa de la globalizacin era la prosperidad: Cuando las aguas se eleven, todos los barcos se elevarn. Pues

    ben, no slo no ha ascendido el nivel de las aguas, sino que ha descendi

    do, vctima de los procesos mismos derivados de la cesin a las grandes

    empresas del control sobre esos recursos.

    Aunque en Estados Unidos hay quien ha llamado capitalismo com

    pasivo a la codicia capitalista desbordada, es precisamente la economa

    compasiva del sustento y de la naturaleza la que se destruye como con

    secuencia del dominio de las grandes compaas y del capital. Toda pro

    teccin de la naturaleza y de los derechos de las personas es calificada de

    proteccionismo y de barrera al comercio y a la inversin. Las normas delcomercio y la reforma neoliberal instauran leyes que ilegalizan la com

    pasin propiamente dicha. Las patentes sobre la vida ilegalizan culturas

    de la compasin que tratan toda vida como algo sagrado. La privatiza

    cin de servicios pblicos esenciales como el agua, la sanidad y la edu

    cacin ilegalizan culturas de la compasin y de la justicia social en las

    que tanto la riqueza social como la natura! se comparten. Se desmante

    lan economas pensadas para garantizar y proteger ios medios de vida,

    los puestos de trabajo y la seguridad social de las personas, y se deja a s

    tas sin sitio ni en la sociedad ni en la economa. No son stos, precisa

    mente, ejemplos de economas compasivas, sino de una economa vio

    lenta que adopta tintes cada vez ms blicos, tanto en sus mtodos comoen sus resultados.

    Economas vivas 43

    Podemos encontrar un ejemplo tpico de! paradigma neoliberal que

    domina la actual poltica econmica y social en un libro publicado por

    el FMI y titulado Who WillPay? Coping witb Aging Societies, Gmate

    Chartge, and Other Long-Term FiscalChallenges. El ttulo del libro rede

    fine de un tirn los desafos planteados de cara a la reproduccin social y

    ecolgica como retos fiscales. Se hace desaparecer a los seres humanos ya la naturaleza y se los sustituye po r dinero. Los economistas de mercado

    que slo son capaces de ver mercados y dinero son insensibles a la natu

    raleza y a la sociedad. No pueden ver que las personas ricas acumulan su

    riqueza a costa de la explotacin de la naturaleza y de la sociedad. N o sa

    ben valorar lo que la naturaleza y las personas ya han aportado y que su

    pone un prstamo e/olgico y social muy superior a cualquiera de los

    otorgados por el FMI .

    Las culturas india y nativa americana conservan una lgica tradi

    cional llamada de la sptima generacin, segn la cual, antes de ac

    tuar, siempre deberan tenerse en cuenta las posibles repercusiones de

    ese acto en la sptima generacin por venir desde ese momento. La re

    ceta neoliberal de desmanteamiento de la Seguridad Social en el mo

    mento presente en aras de la seguridad de la prxima generacin no se

    basa realmente en una consideracin del bienestar de las generaciones

    futuras, sino que consiste, simplemenre, en una forma de desviar re

    cursos financieros de la economa del sustento a la del mercado, de

    jando con ello sin seguridad alguna a las generaciones presentes y fu

    turas.

    C R E C I M I E N T O V E F I C I E N C I A E N E L M E R C A D O

    Otro de los mitos relacionados con la economa de mercado es el de

    que se trata del mtodo de produccin ms eficiente. Pero la eficiente

    economa de mercado resulta sumamente ineficiente cuando se tiene tam

    bin en cuenta la destruccin de la economa de la naturaleza. Tras la efi

    ciencia y la productividad de la agricultura industrial se ocultan los cos

    tes asociados al agotamiento de los terrenos, a la explotacin de las

    aguas subterrneas, a la erosin y a la extincin de la biodiversidad. La

    agricultura industrial utiliza diez veces ms energa de la que produce.

    Utiliza tambin diez veces ms agua que la actividad agrcola biodiversa

    en la que se cultiva con un uso prudente del agua y en la que se recurre aprcticas orgnicas. En realidad, cuando son valoradas desde el punto de

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    44 Manifiesto para una IVnion m'iii di' U l'iei NI

    vista de la economa de la naturaleza, las explotaciones agrcolas biodi-

    versas y ecolgicas ofrecen una productividad mucho ms elevada que

    la de las explotaciones de inonociiliivos industriales y a gran escala. La

    ilusin de la elicieneia resida de muexfernalizacin de los costes eco

    lgicos. 2 '

    Es habitual, por ejemplo, que se genere crecimiento convirtiendo re

    cursos do la economa de la naturaleza en productos de mercado. El cre

    cimiento econmico llene lugar, entonces, a travs de la explotacin de

    los recursos naturales. De esc modo, la deorestacin genera crecimiento;

    la ejilraeun del agua del subsuelo genera crecimiento; la sobteexplota-

    eii pesquera genera crecimiento. Pero todo ese crecimiento econmico

    adicional no puede ayudar a regenerar los mbitos mismos que deben

    desu nirse para que se produzca. La naturaleza merma al mismo ritmo al

    que crece el capital. El crecimiento del mercado no puede solucionar la

    crisis que l mismo provoca. Por orra parte, aurtque' siempre 'es posible

    convertir recursos naturales en efectivo monetario, el dinero.nopuedereconvertirse luego en riqueza natural. Los economistas de mercado que

    intentan abordar la cuestin de la crisis ecolgica se circunscriben preci

    samente al mercado y buscan sustitutos que realicen la funcin comercial

    de mercancas y materias primas que han realizado basta ahora los recur

    sos naturales. El aumento de recursos financieros disponibles no puede

    regenerar la vida perdida en la naturaleza por culpa de la destruccin

    ecolgica. Un campesino africano supo captar muy bien esa idea esencial:

    N o se puede hacer crecer una ternera aadindole barro y modelndo

    la para que se convierta en una vaca. S En La economa de la naturaleza

    y en la del sustento, la moneda de uso corriente no es el dinero, sino la

    .vida.

    27. Ernst Vori Weizsacker, Amory Lovins y Hunter Lovins, FactorFour Doubling

    Wealth, Halving Resource Use, Londres, Earthscan. 1997, pag. 50 (trad, cast.: Factor 4-

    tht\ilktir elbienestar con In mitad delos recunos natwaks, Barcelona, Galaxia Gutemberg

    y Clrniln de Lcctores, 1997); Vandana Shiva v otros, Principles of Organic Farming,

    1 Villi, Navdiinyii, 2004, prigs. 15616).

    J.ft. I Joyil Timberlake, Africa in Crisis- The Causes, the Cures ofEnvironmentalBan-i-mi'ttv, I .OIHIITH, Kulllisciin, 1585, piig. 154 ttind. cast.: Africa en crisis: lascausas, los re-

    uietlim df lit irius ambivnlid, Madrid, Cruz Koja Espunola, 1987).

    licononilns viv.ih 45

    A G R I C U L T U R A G L O B A L I Z A D A

    La produccin de cultivos comerciales y de alimentos procesados des

    va terrenos y recursos hdricos de la funcin de provisin de sustento y

    excluye a un nmero creciente de personas de su derecho al alimento:Los inexorables procesos de la agricultura la industrializacin y la

    internaconalizacin son probablemente responsablesdel hambre de unmayor nmero de personas que Ja crueldad de las guerras y de los caprichos de la naturaleza combinados. Son varios los motivos por los que elmodelo de cultivo de alta tecnologa para la exportacin hace que aumenteel hambre. Tierras, crditos, agua y tecnologa escasas de per s son reservadas para el mercado exterior. La mayora de personas hambrientasno sufren siquiera la influencia directa del mercado. [ ...] Los benetieiosvan a parar a grandes compaas a las que no interesa en absoluto alimentar a poblacin hambrienta y sin dinero.2''

    En ningn momento se ha valorado el comercio global de productosagrcolas a la luz de las nuevas condiciones de escasez y pobreza que hainducido. Esta nueva pobreza ya no es cultural y relativa, sino que es ab

    soluta y amenaza la mera supervivencia de millones de personas de esre

    planeta. En la raz de esta nueva pobreza material nos encontramos con

    el paradigma econmico del mercado, incapaz como es de valorar el al

    cance de sus propias exigencias de recursos naturales o el impacto de esa

    demanda sobre la estabilidad y la supervivencia ecolgicas. De ah que

    actividades econmicas que parecen eficientes y productivas dentro del

    limitado contexto de la economa de mercado se demuestren ineficientes

    y destructivas en el contexto de las otras dos economas (la de la naturaleza y la del sustento).

    En la India, se prometi que el algodn genticamente modificado al

    canzara un rendimiento de 1.500 kilogramos por acre. En cuatro Esta

    dos del pas, el rendimiento medio fue de solamente 200 kilogramos.

    Tambin se prevea que los ingresos de los agricultores se incrementaran

    en torno a las 10.000 rupias por acre y, sin embargo, lo que obtuvieron

    fueron prdidas de 6.000 rupias por acre. El rendimienro de esos cultivos

    ha demostrado no ser en absoluto fiable. Las semillas de maz hbrido

    29. Kichard Barnet, The Lean Ycars Politici i>i tbe Age ofScarcily, Londres. Abactis,1980, pg. 171 (trad. cast.: Aos de penuria- el mundo en la antesala de la guerra, Barcelona, Gedisa, 1981).

    http://dinero.no/http://dinero.no/http://dinero.no/
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    23/115

    46 Maiiilicsio punnuil Dt'iiiniTUi ni de la Ti erra

    que Monsanto vendi a los agricultores de los Estados m s pobres de la

    India, como el de Biliar, les rep ortaron el malogramiento total de la cose

    cha y unas perdidas combinadas que ascendieron a 4.000 millones de ru

    pias. En el caso del fracaso del algodn Bt en Andhra Pradesh, las prdi

    das fueron de 1.000 millones. El agricul tor o la agricultora que se pasa a

    la simiente quena sido modifi cada genticamente (MG)'s encuentra, unao ms tarde, con una deuda de 200.000 a 300.000 rupias. Cuando una

    misma compaa controla el comercio, los productos qumicos y el mer

    cado, vende semillas caras y convierte a los agricultores en sus principa

    les compradores. Pero eso slo puede conseguirse gracias a una publici

    dad engaosa y a previsiones falsas. A la larga, lo nico que les queda a

    los granjeros y a los campesinos son unos niveles elevadsimos de endeu

    damiento.' 0

    Lo que para las grandes empresas del sector es la libertad de las semi

    llas para los agricultores se traduce en la esclavitud de las semillas. Monsan

    to vende simiente en la India al mismo precio que en Estados Unidos. Los

    costes de produccin se han multiplicado por diez al tiempo que los pre

    cios de los productos agrcolas se han desplomado un 50% por culpa de

    la libera lizacin del comercio. Slo en cultivos para el consumo alimen

    tario los agricultores indias estn perdiendo 24.000 millones de dlares

    estadounidenses al ao. Al ao! Los pobres que, supuestamente, iban a

    hacerse ricos gracias a esto se hallan, en realidad, m s enterrados en la

    pobreza que antes. El desplome de las rentas rurales merma el poder ad

    quisitivo y los derechos y, en ltima instancia, las agrcultoras y los agricul

    tores empobrecidos pasan a engrosar las filas de la poblacin hambrien

    ta. Muchos de los ms cargados de deudas acaban incluso suicidndose,

    como les sucede en un nmero cada vez mayor en la India. La pobreza se

    nos muestra, as, con toda su crudeza tanto en esos suicidios de los agri

    cultores como en la reaparicin del hambre en la India (por primera vez

    desde su independencia).

    La India no haba padecido una hambruna desde 1942, pero, actual

    mente, en una regin tras otra se estn empezando a observar cifras sig

    nificativas de fallecimientos atribuidos al hambre. El gobierno encarg

    en 1991 un estudio de una regin donde haban muerto de hambre 8.000

    30. Vandami Shivay otros, Corporal? lijack ofbiodrtcnity: ow WTO-TRIPS Rules

    Prt'nwc Corporal? }\jaik o/PeopIc's hwdivemty ."id Kiowkdge, Delhi, Navdanya,2002;

    actas dlas conversaciones L'E-lndia sobre biosegurirJad y biotecnologa, 12 de abril de2005, Nueva Delhi,

    Economas vivas 4/

    nios y nias en el que se mostraba que, con anterior idad a la liberali

    zar on comercial y a la globalzacin, ningn nio ni ninguna nina de

    edades comprendidas entre los 0 y los 6 aos haba fallecido como con

    secuencia de la falta de alimento.51 Pues bien, en 2002, el 47% de las

    prtes infantiles de la India fue atribuido a una alimentacin-insufi-

    ^t: Y no es porque no haya comida para alimentarse: 65 millones detoneladas se pudren en los godowns (o contenedores de almacenaje). De

    sestabilizados ambos platos de la balanza (el de la produccin de alimen

    tos y el de su consumo), tenemos ante nosotros un panorama ene! que los

    gigantes del grano se llevan nuestro alimento por la mitad del precio que

    nuestros pobres pagan por l para inundar con l el mercado de otros

    pases en forma de productos agrcolas a bajo precio. Al mismo tiem

    po, importan alimentos desde otros pases gracias a una subvencin de

    400.000 mil lones de dlares que no va a parar a agricultores y agrculto

    ras de otras zonas del mundo, sino a un puado de grandes compaas, e

    inundan con ellos el mercado indio. Las promesas de paz y prosperidad

    se han revelado muy difciles de alcanzar.

    El Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC, que allan el camino

    para la imposicin de los cultivos comerciales, debera llamarse Acuer do

    Cargill. Fue. de hecho, el anterior vicepresidente de CargJ, Dan Ams-

    tutz, quien redact el texto original del acuerdo durante la Ronda Uru

    guay. Las normas de la OMC no se cien exclusivamente al comercio.

    Tambin determinan de qu modo se tienen que produ cir los alimentos

    y quin controla su produccin. El objetivo principal de Cargill (y, por

    tanto, del propio Acuerdo sobre la Agricultura) es abrirlo s mercados del

    Sur y transformar la agricultura de los pequeos productores rurales

    en una agricultura industrial de las grandes empresas. Pero la apertura demercados significa, en el lenguaje de Cargill, el cierre de los medios

    de vida autnomos de ios granjeros. Asia es la mayor economa agrco

    la del mundo; un sector mayoritario de su poblacin se dedica a la agri

    cultura. Para Cargill, la clave es hacerse con los mercados asiticos. El

    proyecto de futuro de Cargill (y la estrategia de la OMC) pasa por con

    vertir economas dotadas de autosuficiencia alimentaria en economas

    dependientes de alimento.

    Puesto que el Acuerdo sobre la Agricultura no es ms que un tratado

    agrondustria, aporta una visin distorsionada de la produccin y del co-

    31. Tribal Research and T iaioing Institute, Malnutrition-RelaiedDwtbt of Tribal

    Children, Pune, India, Tribal Research and Training Institute, 2002, pg. 4.

  • 7/31/2019 Shiva, Vandana - Manifiesto Para Una Democracia de La Tierra (2005)

    24/115

    48 Manifiesto para una I XvinicTillia ilc Li T inm

    mercio. Nos aboca a la destruccin ecolgica, a la devastacin de las

    granjas familiares y n la quiebra de la salud de la poblacin. Bajo la apa

    rente neutralidad de las reglas sobre apoyo domstico, acceso a los

    mercados y competencia en las exportaciones, subyacen opiniones y mi

    tos sesgados acerca de la produccin y la distribucin de alimentos.

    Uno de los mitos que (largill perpeta y consagra en el Acuerdo so

    bre la Agricultura de la ) M C es la idea de que Estados Unidos es la me

    jor regi n del inundo para el cultivo de alimentos y donde actualmente se

    cultivan Ion mejores. 1, cieno es que Estados Unidos constituye todo unmodelo tle cmo no se deben cultivar y producir los alimentos. En 1990.

    casi el 22% tle las familias estadounidenses dedicadas a la agricultura dispona de ingresos inferiores a los que delimitaban el umbral oficial de po

    breza, el doble de la proporcin observada para el conjunto de familias de

    Estados Unidos. En 1993, ms del 88% de los ingresos medios de las familias que regentaban algn tipo de granja o explotacin agrcola proce

    dan de fuentes no relacionadas con sta. De 1982 a 1993 se triplicaronlos costes de los factores de produccin adquiridos por los granjeros, lo

    cual impuls a la baja los ingresos medios de las explotaciones agrcolas

    familiares. Como consecuencia, al tiempo que 67.000 personas entraron

    anualmente en el sector agrcola de 1982 a 1992, 99.000 lo abandonaron,

    arrojando una prdida neta de 32.000 agricultores y agricultoras al ao. ' 2

    Sorprende acaso que, durante el perodo comprendido entre 1990 y 1994,

    los agricultoresy las agricultoras de la India obtuvieran una escassima ren

    tabilidad del 1,98% por su inversin?

    Hay quien ha justifi cado el desplazamiento de los pequeos agricul-

    rores aludiendo a la supuesta productividad de las grandes cxplotacio-

    nes. La realidad es que, como el ex primer ministro indio Charan Singbha declarado en alguna ocasin, las pequeas explotaciones agrcolas son

    ms productivas que las de grandes dimensiones:

    Siendo la.agricultura como es- un proceso vita!, en la prctica realy a igualdad de otras condiciones, los rendimientos por acre desciendenen la misino proporcin en que aumenta el tamao de la explotacin agrcola (o, dicho de cilio mudo, a medida que decrece el trabajo y la supervisin huiniiiuis medias dedicadas a cada acre). Los mencionados resultados

    2. A, V, Krehs, Tlii; l'orporiitc Ueupcrs: TowardsTotal Globalization ofourFoodSupply, en Vandiinu Shivii y Gtanjali Hed (coinps.l, Sustainable A&riculture and FoodSecurity: The tnjiael of (hbali.iatitin, Thousund Oaks (California), Sage, 2002, pg. 187.

    Economas vivas 49

    son prctic.imenie universales: el rendimiento de una misma cantidad deinversin por acre es mayor en las explotaciones pequeas que en las grandes. Aspues, si un pas densamente pobLJo y de capital escaso, como laIndia, puede elegir entre una sola explotacin de 100 aeres y cuarentagranjas de 2,5 acres, debe saber que el coste en capital para la economa

    nacional ser menor si opta por las explotaciones pequeas."

    Sin embargo, s


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