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2
3
Prefacio
Entre el 8 y el 10 de abril de 2010 el Colegio Dordt en Sioux Center, Iowa, en Estados Unidos,
celebró su encuentro sobre Calvinism for the 21st Century. Para esta conferencia preparé una
presentación intitulada ―Importancia de Calvino para la economía contemporánea. Un enfoque
hermenéutico‖. Como el tema me impactó mucho, más que nada por la originalidad de Calvino y
su relevancia hermenéutica para nuestro mundo moderno, escribí no sólo un texto para ese
simposio, sino al mismo tiempo también el estudio más largo que el lector encuentra aquí a
continuación.
Agradezco mucho la excelente traducción del inglés al español al teólogo y profesor de inglés
Carlos Expósito, en Cuba. Además menciono con gratitud la ayuda recibida de parte de la Iglesia
Protestante en Holanda.
Me alegro que, gracias a las gestiones del reverendo Leopoldo Cervantes-Ortiz en México, este
libro ahora aparezca en forma electrónica para el uso abierto de todos los que estén interesados en
los problemas fundamentales de la economía moderna.
Rodolfo Haan
Utrecht, Países Bajos, noviembre de 2011
4
5
Índice
Introducción 4
1. La trivialidad del concepto que Calvino es el ―culpable‖ del capitalismo 13
2. El problema hermenéutico de leer a Calvino cinco siglos después 15
3. La fe cristiana y la sociedad humana 23
4. La economía 31
La naturaleza
La riqueza
La igualdad
La propiedad
La distribución
Los pobres
El trabajo
La profesión
El ingreso
El comercio
El orden económico
El estado
La ciencia y la tecnología
5. El interés: un caso para la hermenéutica económica 49
6. El calvinismo, el neo-calvinismo y el final de la primera modernidad 61
7. La sociedad técnica y la segunda modernidad 69
8. La teología y la economía 77
1. No existen atajos
2. La teoría económica (así como la teología) puede servir a otros señores
3. La experiencia cotidiana y la teoría (supuestamente autónoma)
4. Un economista también cree
5. El corazón humano
6. La realidad excluida por la razón
7. La economía positiva versus la normativa
8. El análisis pastoral
9. La intensificación del método económico
10. El respeto al objeto de la investigación
9. La perspectiva calvinista en el siglo XXI 85
10. Algunas conclusiones teológicas posteriores 93
Bibliografía 103
Notas 108
6
7
…d‘où vient-il que quasi tous s‘adonnent à méchantes pratiques, à fraudes y rapines,
sinon qu‘ils attribuent à Satan ce qui était propre à Dieu seul, à savoir d‘enrichir par sa
bénédiction ceux qu‘il lui plaît? Il est vrai que de bouche ils demandent bien à Dieu leur
pain quotidien, mais ce n‘est que de bouche. Car à vérité par leur procédure ils font à
Satan distributeur de toutes les richesses du monde.
(…donde es que casi todos recurren a malas prácticas, el fraude, la rapiña, allí, ¿de lo
contrario se atribuye a Satanás lo que era propio sólo de Dios, es decir, para enriquecer
su bendición por aquellos que le plazca? Es cierto que se requiere mucho a Dios por su
pan de cada día, pero es sólo de la boca. Debido a que en verdad son, por su origen, para
Satanás, el distribuidor de todas las riquezas del mundo.)
JUAN CALVINO, Comentario sobre Mateo 4.8
8
9
Introducción
En este ensayo se utilizarán materias económicas como paradigma para leer a Calvino y se lee a
Calvino como una ayuda para esclarecer las materias económicas. El gran número de citas
literales de Calvino coloca al lector interesado en comunicación directa con el pensamiento
económico del reformador. Mi enfoque es hermenéutico, lo que significa que he tratado de
comprender el movimiento básico de la teología de Calvino en cuanto a sus implicaciones
económicas no solamente para su propia época sino también para nuestro mundo contemporáneo.
Siendo economista, solamente puedo hacerle justicia a Calvino considerándolo un teólogo. Pero
se planteará que es precisamente de esta manera que la obra de Calvino divulga su significado
para la economía sin restarle nada de importancia al desarrollo de una sólida teoría económica en
su propia esfera. Citaré extensamente a Calvino, en gran parte sobre la base de la excelente obra
preparatoria hecha ya por el ya fallecido profesor André Biéler (1914-2006). El mismo escribió
su gran disertación acerca del pensamiento social y económico de Calvino con el fin de
sistematizar los escritos de Calvino en este campo para sentar las bases de las posibles
exploraciones posteriores tal como el presente estudie intenta ser.
El primer capítulo trata solamente de forma breve la afirmación de los que erróneamente creen
que Calvino tiene algo que ver con el capitalismo como se presenta en la actualidad. Como puede
esclarecerse a partir de los siguientes capítulos, tal tesis sencillamente ha de rechazarse en su
totalidad. El segundo capítulo se propone comparar el contexto de la teología de Calvino con el
actual. Puede ayudarnos a encontrar el común denominador de ambos mundos que se necesita
para demostrar la importancia de Calvino en la actualidad. El común denominador es la fe, no la
realidad económica, sino el enfoque que hagamos de ella. El capítulo tercero expone la
caracterización que hace Biéler sobre el método socio-teológico de Calvino; la misma se elabora
escuetamente.
El cuarto capítulo es una investigación de los criterios económicos de Calvino, según se resumen
en un número de citas literales tomadas principalmente de comentarios y sermones bíblicos que
se reproducen en la antología de Biéler. Parece ser que su observación sagaz y la forma en que
enfoca la realidad con los ojos de la fe siguen siendo profundamente válidas a pesar de la
diferente estructura económica y el casi completo cambio en la época que indiscutiblemente ha
tenido lugar desde entonces. Se delinearán algunos paralelos de la historia económica o la
realidad a manera de ilustración. El capítulo 5 es acerca del famoso hito que el pensamiento de
Calvino constituyó al presentar el interés sobre los préstamos como algo admisible. La lección a
aprender es que Calvino no confiaba en una institución como el interés de forma general y
automática pero sí investiga su verdadero efecto económico en cada caso particular manteniendo
la responsabilidad discrecional plena de los que hacen uso de dicho recurso financiero. Sin
embargo, hay que tener en cuenta la diferencia fundamental entre la Ginebra de Calvino y el auge
de los mercados financieros anónimos que se desarrollaron más tarde. Nos hace cuestionar la
forma de relacionarnos con nuestro sistema económico circundante en el que los mecanismos de
mercado no se encuentran ya incluidos y controlados por la sociedad sino que más bien ellos
10
mismos dominan la sociedad. No obstante, en el último capítulo se planteará que el método
teológico de Calvino no se detiene ante los retos del siglo XXI.
El capítulo 6 es acerca del calvinismo, el neo-calvinismo y el final de la ―primera modernidad‖.
Este estudio no se propone exponer el neo-calvinismo de forma extensa. Se plantea la pregunta
de hasta qué punto el mismo se asimiló a la mentalidad mercantil circundante, al espíritu del
capitalismo y a la política asociada. Como aclara Tawney en su obra clásica sobre la religión y el
auge del capitalismo, el protestantismo perdió su originalidad al adaptarse a las circunstancias
externas y a los poderes imperiales. Durante los siglos que siguieron a Calvino, el mercado
conquistó el mundo mediante la práctica de la esclavitud y el colonialismo en primer lugar. La
máquina se convirtió en el motor del mercado.
El capìtulo 7 trata acerca de lo que la sociologìa moderna llama ―segunda modernidad‖, en la que
la máquina, en el sentido del método técnico generalizado que demanda la solución más eficiente
en su propia esfera, ha dominado completamente no solamente el mercado sino la sociedad en su
totalidad. El significado de la palabra ―máquina‖ se ha cambiado metafóricamente en ―técnica‖,
incluyendo todo tipo de técnica humana y social. La técnica se convirtió en una potencia en sí
misma, cruzando las fronteras religiosas, éticas y culturales en todas partes. Jacques Ellul ha
acuñado la frase tecnicismo como el denominador de nuestra estructura económica, social y
política anónima que se ha impuesto sobre todas las esferas culturales de la sociedad moderna,
incluyendo la religión. Los que detentan el poder disponen de inmensos recursos técnicos; los
desposeídos ven sus vidas profundamente afectadas por el mismo sistema técnico. En mi visión,
Ellul retoma el mismo significado básico del pensamiento de Calvino dentro de esta realidad
completamente nueva. ―Uno no puede crear una sociedad justa mediante medios injustos‖.1
El capítulo 8 se detiene a reflexionar sobre la relación entre las dos disciplinas de la teología y la
ciencia económica. Afirma que es posible lograr una colaboración profunda con tal que tanto los
teólogos como los economistas se aparten de las tradiciones dogmáticas de cada uno que los
aíslan entre sí. El capítulo 9 bosqueja algunas implicaciones teológicas para el siglo XXI. Se
sugieren conclusiones teológicas en el último capítulo. El comercio económico, de acuerdo con
Calvino, es la intercomunicación entre los hombres, no solamente los hombres cristianos. La
escatología se colocará al centro de la economía justa y la preocupación de Calvino por la
economía mundial en su totalidad se interpretará en términos de la secularización moderna para
incluir a todos los hombres como los ―trabajadores de la viña‖.
Puede ser conveniente un comentario adicional. El objetivo de este estudio no es canonizar a
Calvino, lo que en sí mismo sería contrario a su espíritu. Trataremos de comunicarnos con
Calvino investigando su forma de relacionarse con la realidad económica de su época. El único
propósito debe ser aprender de su postura en la vida sobre la base de su fe para reflexionar con
mayor adecuación sobre nuestra forma de comunicarnos con nuestra propia realidad. Calvino fue
un teólogo plenamente contextualizado. Su propósito fue pedagógico. ―La doctrina generalmente
formulada no nos mueve‖.2 Calvino ―deseaba ser un teólogo bíblico par excellence y su
Institución es como una rueda sin borde, un cubo lleno de radios. Cada tema teológico es forjado
a lo largo del radio desde el cubo hasta el fin y algunos radios son más largos que otros. No existe
un borde que conecta los extremos de los radios; por lo tanto no hay sistema en el sentido en que
nosotros usamos la palabra‖.3 ―La doctrina de Calvino sobre la Escritura tiene algunos rasgos
enigmáticos; tratar de armonizarlos sería una distorsión‖.4 Calvino humanizaba la teología y
11
rechazaba la teología sistemática en el sentido tradicional contemporáneo de discurso científico.
Se interesaba por la vida y la Escritura. Los cristianos deberían hacer progreso durante toda su
vida.5 ―Esto apunta al principio anti-dogmático de Erasmo; la posición de Calvino sugiere la
imposibilidad de una teología completada‖. ―No existe una ‗doctrina central‘ en la teologìa de
Calvino, sino que todas las doctrinas son ‗centrales‘ en el sentido que desde su punto de vista
quieren de forma independiente abarcar la central‖.i
6 Por supuesto, no podemos lograr que
Calvino responda preguntas que no se le hicieron en su época. Pero su método es tal que puede
ayudarnos, desde nuestro punto de vista, a encontrar el significado central de los
pronunciamientos esparcidos por diversas partes de su obra sobre la vida económica que puedan
relacionarse con el mensaje del Evangelio en medio de las complejidades del siglo XXI. ―Vista a
la luz de su doctrina de la justificación, la bendición de la vida, independientemente de su
cualidad existencial histórica, es, para todo propósito e intención, vida escatológica; es decir, una
vida que está a nuestro alcance y, sin embargo, más allá de nosotros. La bendición de la vida es,
al tomar en consideración toda la teoría de Calvino, vida que refleja la bondad, la justicia y la
misericordia de Dios‖.7
i ―Es gibt keine ‚Zentrallehre‘ in der Theologie Calvins, sondern alle Lehren sind in dem Sinne ‚Zentrallehren‘, dass
sie das Zentrale vom ihrem Standort aus selbständig begreifen wollen‖.
12
13
1
LA TRIVIALIDAD DEL CONCEPTO DE QUE CALVINO ES “CULPABLE” DEL CAPITALISMO
Hace unos treinta años, enseñando en el instituto teológico ISEDET en Buenos Aires, dos
alumnos que participaban en un curso de historia de la iglesia nos contaron sobre una clase
parecida a la que habían asistido en la Universidad de La Plata. El profesor católico romano, al
tratar el tema del capitalismo, los señaló diciendo: ―esos protestantes tienen la culpa, todo
comenzó con Calvino‖. Ha sido el criterio tìpico de los católicos conservadores, aunque no
solamente de ellos. Calvino es el teólogo más citado en la teoría económica, donde recibe muchos
créditos por permitir el interés en los préstamos monetarios. Por lo que ambos lados relacionan a
Calvino con el capitalismo.i En la biblioteca del instituto teníamos una traducción del famoso
libro de Richard Tawney, La religión y el surgimiento del capitalismo (1926).ii Este título había
sido traducido al español como ―La religión en el origen del capitalismo‖,8 lo cual es erróneo.
―Y‖ indica yuxtaposición; ―en‖, sin embargo, sugiere el ser parte de algo. Además, ―surgimiento‖
es diferente a ―origen‖ que puede parcial o totalmente constituir el comienzo de un surgimiento,
pero debe diferenciarse debidamente del mismo. El traductor hizo algo que algunas veces vemos
en las traducciones de la Biblia; proyectó su propio pensamiento en el texto.
Verdaderamente el pensamiento popular le atribuye a Calvino el origen del capitalismo. Sin
embargo, la imposibilidad de imputarle el capitalismo a la religión ha sido el punto de vista de los
pensadores de los siglos XVII y XVIII, que ―dieron por sentado que tenìan que vérselas con el
hombre tal como es en la realidad, y para ellos eso quería decir alguien que se ha demostrado que
es poco influenciable por los preceptos moralistas y religiosos‖. Con esta valoración pesimista-
realista de la naturaleza humana, esos pensadores procedieron a descubrir en el ‗interés‘ un
principio que podìa sustituir al ‗amor‘ y a la ‗caridad‘ como la base para una sociedad bien
organizada.9 Un estudio de la historia del pensamiento económico señala acertadamente que,
contrariamente a la llamada ―tesis de Weber y Tawney‖—que erróneamente los considera
juntos10
—, otras interpretaciones le dan más importancia al desarrollo del racionalismo, el
secularismo y el materialismo como precursores de la economìa moderna‖.11
―Podrìan señalarse
importantes hombres de negocios católicos y sus familias en los siglos XV y XVI cuyos logros
económicos, riqueza e influencia no tenìan rivales en su época‖. Sin embargo, el autor no
combate la tesis sobre los negociantes puritanos posteriores que ―operaran bajo el fuerte impulso
religioso para probar su salvación predestinada en el próximo mundo mediante una carrera
i Estrictamente podemos hablar solamente de la libertad de las transacciones financieras, ya que el ―capitalismo‖
generalizado (la división de clases entre los capitalistas/propietarios de los medios de producción y los asalariados)
no evolucionó antes del siglo XIX. El capitalismo comercial, sin embargo, florecía a partir de la baja Edad Media. La
palabra ―capital‖ se originó en los siglos XII y XIII con el significado de fondo, stock de mercancias, cantidad de
dinero, o dinero que produce interés. Ya en 1283 fue usado en el sentido del activo de una empresa commercial.
Muchas veces fue intercambiado por otras palabras -–riqueza, dinero, fondos, bienes, suma principal, propiedad,
patrimonio. El primer uso del término capitalismo en el sentido moderno ha sido atribuido a Louis Blanc en 1850 y
Pierre-Joseph Proudhon en 1861. Marx y Engels apenas usaban la palabra capitalismo, pero se refirieron al ―sistema
capitalista‖ (kapitalistisches System) y al ―modo de producción capitalista‖ (kapitalistische Produktionsform) en El
Capital (Das Kapital, 1867). Ver Fernando Braudel, The Wheels of Commerce, Vol. 2, Civilization & Capitalism
15th-18th Century, Los Angeles 1982, capítulo 3. ii Él título ingles es: Religion and the rise of capitalism.
14
exitosa en este mundo‖. No obstante, sería muy diferente hacer Calvino responsable de ese
comportamiento. Al respecto, Weber estaba bien consciente de la discrepancia entre la realidad y
su método del ―tipo ideal‖ que no intenta explicar la realidad sino más bien construir un modelo
de ella.12
Al final concuerda con Tawney en que ―el espìritu capitalista es tan antiguo como la
historia, y no fue, como se ha planteado a veces, el resultado del Puritanismo. Pero encontró en
ciertos aspectos del Puritanismo ulterior una tónica que fortaleció sus energías y fortificó su ya
vigoroso temperamento‖.13
No obstante, Tawney examina una cuestión bien diferente: ¿cómo se explica que los protestantes
del siglo XVIII fueran tan diferentes como lo fueron de los mismos contemporáneos de Calvino y
el propio Calvino? ¿Cómo se adaptaron al comercialismo moral de su propia época? También
Max Weber, a quien se le imputa la proposición de la relación causal entre el calvinismo y el
capitalismo, hace una clara distinción entre Calvino y la conducta práctica de los puritanos del
siglo XVII en Inglaterra y en otras naciones. Por tanto, no parece que valga la pena considerar
este asunto tan debatido como tema de esta exposición de nuevo, ya que en este estudio queremos
considerar al propio Calvino. Todo lo que podemos tomar de ello es la consciencia de las
emociones e ideologías en juego cuando se habla de Calvino y la economía. El periodismo y el
lenguaje popular han hecho de Calvino casi lo opuesto de sus propios escritos. En un diario uno
podìa leer recientemente acerca de alguien que decìa: ―En nuestro sistema calvinista uno siempre
debe colocarse más alto en la escala social‖—queriendo decir con ello: uno debe siempre tratar
de ganar la máxima cantidad de dinero.14
Nada puede estar más lejos del propio Calvino, para
quien el enriquecimiento como tal nunca es una meta de la vida.
Primeramente describiremos el problema hermenéutico que se presenta cuando escuchamos a
Calvino y más adelante estudiaremos su relevancia actual al enfocar sus textos con una visión
económica moderna.
15
2
EL PROBLEMA HERMENÉUTICO DE LEER A CALVINO CINCO SIGLOS DESPUÉS
El presente estudio pretende enfocarse específicamente en la perspectiva cristiana de la
economía. Muchos economistas cristianos han intentado hacerlo. Generalmente vemos dos tipos
de enfoques. El primero es que nuestra mentalidad mercantil moderna se proyecta en el texto
bíblico. De esta forma se supone que se encuentra una prueba de la legitimidad del mercado
moderno en la propia Biblia. Otra forma es el movimiento opuesto de aplicar lo que se ve como
―economìa bìblica‖; es decir, la economìa durante los tiempos bíblicos, a nuestro propio mundo a
pesar de los cambios. A menudo se construyen basamentos comunes para la economía bíblica y
la práctica económica moderna mediante el aislamiento de versos bíblicos particulares de su
contexto y significado. Un ejemplo bien conocido es la referencia vulgar a la parábola de los
talentos en Mateo, y la frase que encontramos en los evangelios sinópticos: ―A quienes tienen, se
les dará más, y tendrán en abundancia, pero a aquellos que nada tienen, aun lo que tienen les será
quitado‖ (Mateo 13, 12).i Es completamente erróneo tomarlo como una descripción acertada del
capitalismo con su crecimiento en ingresos por una parte y lo que Schumpeter ha llamado
―destrucción creativa‖ por la otra.ii La lectura común es: para ganar mucho dinero hay que
―tener‖; si se tiene demasiado poco, aun lo que se tiene se pierde. Tanto el pensamiento común
como la teoría económica han mantenido que aspirar a una ventaja económica individual sería
para el interés público en general. Se supone que el egoísmo privado automáticamente resulte en
beneficio público a través de la mano invisible del mercado.
Pero Calvino tenía diferente que enseñar. Señaló ―la asociación del comercio con la prostitución
de Isaías porque, aunque es ‗útil y necesario para el bien común‘, demasiado a menudo se ve
lastrado por el fraude y la deshonestidad‖.15 Calvino a menudo se refiere a esa parte de la vida
económica que es el robo y el pillaje, la violencia y las prácticas maliciosas del comercio
(méchantes traffiques).16 ―Consideró que la astucia estaba tan expandida en el comercio que ‗se
consideran generalmente bendecidos los que son más eficientes en urdir engaños‘.17 Atacó
prácticas comerciales en particular: los cobros excesivos y las tergiversaciones como robo,
falsificación de pesas y medidas,18 que socavan la confianza de las que dependen las relaciones
humanas‖.19
Aunque no siempre podemos contar con la humanidad de nuestros proveedores, sí tenemos que
practicar la humanidad nosotros mismos. Calvino reconoce el significado de los contratos
comerciales y la propiedad privada. Hacemos uso de nuestros recursos como dones de Dios. ―Es
i Acerca del malentendido profundo y generalizado del llamado ‗efecto Mateo‘: Rodolfo Haan, La economía del
honor. Reflexiones bíblicas sobre dinero y propiedad, Lima 2007, p. 147-153. ii Los empresarios anticuados a quienes falta el espíritu innovador, serán los perdedores de la carrera para la
ganancia. Debemos colocar el concepto de Schumpeter en la propia perspectiva que él tenía en mente: ―La apertura
de nuevos mercados, exteriores o interiores, y el desarrollo organizativo desde el taller o la fábrica hacia tales grupos
de empresas como es U.S. Steel son ilustrativos del mismo proceso de mutación --si puedo usar este término
biológico—que sin cesar está revolucionando la estructura económica desde adentro, al crear sin cesar una nueva.
Este proceso de Destrucción Creativa forma el hecho esencial acerca del capitalismo. Es lo que forma el capitalismo
en cuyo seno cada grupo de empresas debe vivir‖ (J.A. Schumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy, Londres
197413
, p. 83).
16
esencial para el mantenimiento de la sociedad humana que cada persona posea lo que le
pertenece; que algunos adquieran propiedades mediante la compra, a otras ha de venirles por
derecho hereditario, a otros mediante título de don, que cada uno debe incrementar sus medios
mediante su ingenio o su fuerza física u otros dones. En resumen, el orden político requiere que
cada uno mantenga lo que le pertenece‖.20 El dinero, para Calvino, no debía utilizarse como
medio de acumulación y auto-enriquecimiento, sino ―como medio de comunicación recìproca
entre los hombres, principalmente utilizado para comprar y vender mercancìa‖.21 A diferencia de
Adam Smith, o más bien la ideología de mercado que surgió después de él, Calvino no afirmó
que perseguir la máxima ganancia resultaría en el máximo bien común; al contrario, cada sujeto
económico debìa tener presente primeramente el bien común. ―Es cierto, escribió él, ―que todos
los contratos son malvados ante los ojos de Dios si no se realizan de acuerdo con la ley de la
caridad‖.22 i Mark Valeri señala de forma acertada: ―Todo el propósito de la actividad económica,
de acuerdo con el reformador, era el bien del cuerpo social, del cual era miembro cada
campesino, mercader, ciudadano, o refugiado. En su práctica ideal, el comercio facilitaba la
armonía social, el intercambio de bienes era en sí mismo una forma de comunicación, relación y
urbanidad. En realidad, a esta luz el negocio podía verse como una virtud comparable con la
hermandad cristiana‖.23
Cuando buscamos textos bíblicos sobre economía, como hizo Calvino, aunque nunca de forma
aislada, debemos estar conscientes de que en los tiempos bíblicos no existía la economía
moderna. Pero la pregunta es: ―si en esos tiempos (de la ley judaica) Dios impedìa los fraudes
que las personas cometían con pesos y medidas, ¿que pasa con ello ahora?‖ 24 Cuando la Biblia
menciona problemas de producción, el remedio en la literatura sapiencial sencillamente es que
hay que trabajar, porque ―el camino del holgazán esta plagado de espinas‖. ―Dormir y soñar un
poco…, y la pobreza vendrá sobre ti como un ladrón‖.25 En cuanto a la forma en que se desarrolla
la actividad económica, el mensaje bíblico acerca de la economía es acerca de la justicia. Por ello
hay que tomar en cuenta el contexto económico bíblico para poder escuchar ese mensaje bíblico
de justicia económica y descubrir su significado para nuestra época. Este es el problema
hermenéutico tanto de la economía como de la teología. La forma en que se enfoca determina el
uso que hacemos de los textos bíblicos así como de los escritos de Calvino y el significado que
les atribuimos. Ambos surgen a partir de períodos del pasado sin prácticamente ninguna
continuidad con el sistema económico actual. Aunque la era de Calvino se considera
generalmente el primer siglo de la modernidad, mostraba solamente el comienzo de desarrollos
posteriores. Además, estamos ahora viviendo en lo que el sociólogo Ulrich Beck llama la
―segunda modernidad‖, que ha perdido los bien conocidos parámetros del modelo de la ―primera
modernidad‖, que incluyen un estado nacional capaz de instrumentar el bienestar económico del
pueblo dentro de sus fronteras.
David Hume escribe: ―No recuerdo ningún pasaje de un autor de la antigüedad donde el
desarrollo de una ciudad se le atribuyera al establecimiento de una producción. El comercio que
se dice que florece, es principalmente el intercambio de mercancías, para las cuales son
adecuados los diferentes suelos y climas‖.26 No existían ni el mercado mundial global ni los
i El criterio no está en el esquema ―capitalismo‖ versus ―socialismo‖. Podemos referirnos a la historia bíblica de José
que dirigió la economía egipcia hacia un gobierno ―socialista‖ para satisfacer las necesidades del pueblo. La lección
para el pensamiento reformado es que el estado debe vigilar el uso público del producto nacional y que ―le toca al
estado la provisión al futuro ya que las personas privadas solamente se preocupan por sus ganancias inmediatas‖
(Andre Biéler, La pensée économique et sociale de Calvin), Ginebra 1961 (en lo adelante: LP), p. 382).
17
mercados globales inestables. Ni había crisis mundiales como la carga permanente de la deuda
del Tercer Mundo. No había ni crisis mundial de pobreza masiva, falta de educación y salud, ni
crisis de envejecimiento de la población ni escasez estructural de agua, alimento, energía y
materias primas, ni un sistema monetario inestable, la influencia política excesiva de las grandes
corporaciones, y la criminalidad económica moderna a gran escala, ni la destrucción de las
especies, para no mencionar el problema dramático del clima.i Entonces las crisis en la economía
no se originaban en la propia economía como sucede en la actualidad. La crisis económica
moderna es permanente, debido a su intrínseca inestabilidad monetaria.ii El concepto moderno de
―mercado‖ es un concepto abstracto que en ese sentido, como señala Finley, no puede traducirse
al griego o al latìn. Con el ―mercado‖ moderno también se introdujo la crisis económica, no
solamente en la forma de ciclo comercial sino también a través de la exclusión estructural de los
muchos que no son parte del ―proceso económico‖, a no ser como víctimas condenadas a la
necesidad y al hambre.
Durante la época pre-capitalista, cuando había crisis en la economía; es decir, en la distribución,
en la producción o el consumo, había que atribuírsela a lo que en la actualidad llamamos
―factores externos‖. No podìa atribuirse al funcionamiento del mercado, sino más bien a la
inestabilidad política, a la guerra y a los desastres naturales tales como sequías o plagas de
langostas. Lo primero que nos viene a la mente cuando consideramos la economía de mercado
moderna es el hecho que en el siglo XIX surgió el problema de la división de clases—entre los
capitalistas y el proletariado industrial—, o, en términos más generales, ―la cuestión social‖. Este
es un problema totalmente nuevo en la historia mundial de la economía: la pobreza como
resultado del desarrollo económico, consecuencia del propio sistema.27 Aunque siempre han
existido ricos y pobres, opresores y oprimidos, y el ansia por el dinero, la pobreza moderna en
general se diferencia de las situaciones anteriores; los pobres modernos en este sentido no son
parte de la escena bíblica. Son producto del sistema; son—según las palabras de Keynes—
desempleados involuntarios; en otras palabras, sistemáticamente pobres.
No obstante, la imagen que el rico mantiene de sì mismo, denominada históricamente ―burgués‖,
aún permanece. ―El mecanismo de la justificación es la pieza central del logro burgués, su
significado, su motivación. Para llegar allí construye un mundo real, pero a la vez imaginario, que
hace prevalecer sobre todos los demás mediante el mecanismo de la falsa conciencia‖.28
Tiene lo
que posee por su propia virtud. Es lo que Tawney ha llamado ―intelecto no sofisticado‖. ―Pocos
trucos del intelecto no sofisticado son más curiosos que la psicología ingenua del negociante, que
atribuye sus logros a sus propios esfuerzos sin ayuda, en total ignorancia de un orden social sin
cuyo continuo apoyo y vigilancia constante se verìa como una oveja en medio del desierto‖.29
Ahora bien, cuando uno se cree meritorio por el dinero que ha acumulado, el mismo concepto de
i Los pronósticos del business as usual sugieren que la sobrecarga ecológica aumentará desde el 30 % de hoy hasta
100 % hacia 2030. Al mismo tiempo, la ―huella ecológica‖ en la tierra es sumamente desigual, tanto entre los países
como (hasta más) dentro de los países. Es sabido demasiado bien: si todos los habitantes del mundo imitaran el
modelo de consumo del promedio norteamericano, se necesitarían más de cinco planetas (si la tecnología queda
constante). La economía mundial en que los esperados 9 mil millones de gente tendrían el modelo de consumo que el
norteamericano en 2050, tendría que ser 15 veces más grande que la economía presente. Tal cosa es biofísicamente
imposible (fuente: PALA-Nieuwsbrief (e-bulletin), 1 diciembre, 2009). ii Ver el notable libro que ha sido escrito para el publico general por el especialista monetaria Bernard Lietaer, El
futuro del dinero. Cómo crear nueva riqueza, trabajo, y un mundo más sensato, Buenos Aires 2005 (ed. or.: The
future of money. Creating new wealth, work and a wiser world, Londres 2001).
18
hombre se aplica al prójimo que no tiene dinero: él no vale nada. Calvino, al igual que Tawney,
ve el producto económico social como una producción conjunta que—y se aplica aún más en
nuestra sociedad tecnológica—trae aparejada consecuencias para nuestra visión de la distribución
de los ingresos. La iglesia sirve de modelo: ―El fruto o beneficio mencionado por Cristo es la
ganancia o el desarrollo de toda la comunidad de fe en común, para convertirse en la gloria de
Dios.30
―Los avariciosos no tienen en cuenta que no pudieran hacer nada sin la ayuda de los
demás y que un hombre separado del resto no es nada‖. …―Nadie que esté en sus cabales
desprecia a su prójimo como alguien inútil o dañino‖.31
Dios defenderá la causa del pobre. El
―burgués‖ de la época de Calvino ya sostenìa el criterio que aparentemente es casi inherente al
hecho de ser rico: culpaba al pobre por ser pobre,i 32
al igual que los ricos en Corinto.33
En nuestra sociedad moderna el comercio está fuera de control. Estableció su propio campo de
juego sin tomar en cuenta el bien común. Se dice que los mercados se autorregulan. En la
actualidad, después de la crisis bancaria, más personas que nunca antes están conscientes que, a
pesar de todos los posibles modelos hipotéticamente construidos en la teoría económica, eso no
es verdad y nunca lo ha sido.
Calvino rechazó toda identificación de la religión cristiana con la política. El nacionalismo y la fe
cristiana se excluyen entre sí.34 Ello mantiene su vigencia en el siglo XXI.ii Como nos recuerda
Bouwsma,35 Calvino detestaba los imperios del mundo; la noción de un imperio mundial es para
él ―totalmente absurda‖.36 Compartìa el criterio de Agustìn que ―casi todos los grandes reinos son
grandes robos‖.37 Calvino apreciaba el estado y el mercado, pero nunca aceptó el amor
individualista de sí mismo. Se sentiría totalmente alienado si experimentara las prácticas del
mercado moderno, excepto las que se mantienen dentro de los límites y prescripciones de la
solidaridad social. Está claro que la economía mundial moderna monopolizada como sistema
tiene muy poco que ver con el concepto de Calvino de comercio como servicio a la sociedad.
Podríamos llegar a la conclusión que en la sociedad moderna, Calvino, al pertenecer a un mundo
diferente, eminentemente pre-capitalista, ya no tiene nada relevante que decir. Nuestro mundo es
diferente. Pero debemos notar que el propio mundo de Calvino estaba ya cambiando rápidamente
y diferenciándose de la Edad Media. Enfrentamos un problema similar de cambios rápidos y aun
más así.iii Por ende, lo interesante será ir a la búsqueda del enfoque hermenéutico calvinista a las
Sagradas Escrituras y a la realidad misma, tomando en consideración el cambio histórico
i ―…quand un homme est pauvre, ( ) tout le monde lui en veut‖.
ii Cualquier jefe del estado que exclame ―El que no está conmigo, está contra mì‖ (Mateo 12, 30) es blasfemo. Nos
recuerda Sofonías 2, 15: ―Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más.
¡Cómo fue asoldada, hecha guarida de fieras!‖ Nuevamente, es una explicación bíblica de la realidad moderna. iii
Los ―rápidos cambios sociales‖ modernos generalmente han sido aclamados por los cristianos sin espíritu crítico.
El pensamiento cristiano, como fue el caso dentro del Consejo Mundial de Iglesias, aceptó las ideologías de moda
con entusiasmo. Un conocido hito histórico ha sido el libro de Egbert de Vries, Man in rapid social change,
publicado por el CMI en 1961 (trad.: El hombre en los rápidos cambios sociales, México/Buenos Aires 1962).
Estaba basada en las muchas conferencias anteriores a partir de 1955 que –como dice el prefacio- trataban ―de que la
brújula se mantenga en la dirección del Evangelio en medio de los cambiantes y huracanados ‗Vientos de Cambio‘.‖
Jacques Ellul ha condenado severamente esta imitación ideológica que consideraba naturales a esos vientos de
cambio. Terminó por poner fin a su colaboración con el equipo del CMI. De Vries, no obstante, había hecho unas
observaciones críticas; los cristianos sólo raramente ―estudiaran con imparcialidad las sociedades no occidentales en
relación con el Evangelio‖ (cap. 1).
19
fundamental. La fe cristiana, dice Calvino, no es acerca de conceptos; ―no es una doctrina de la
lengua, sino de la vida‖.38
Al mismo tiempo apreciamos al respecto mucha similitud con nuestro siglo XXI, aparte de la
cultura, la escala económica y la naturaleza presente de la ―globalización‖. Asì como en el
occidente las personas se quejan acerca de la falta de empleo a medida que las grandes unidades
de producción se mueven a Asia o a otras partes del Sur, los nuevos capitalistas comerciales del
siglo XVI movían sus fábricas de centros urbanos locales bien organizados hacia el campo
europeo para encontrar fuerza de trabajo más barata, dejando detrás las viejas ciudades con
tensiones y descontento social. El siglo XVI fue de conflictos y guerras, ―probablemente la mayor
convulsión histórica desde las invasiones de los bárbaros‖.39 Otro paralelo entre los siglos XVI y
XXI es el uso de la religión por los gobernantes de la época al igual que por las fuerzas políticas
que los apoyan. Hasta el poder financiero y militar comenzó a desempeñar un papel decisivo en
la política mundial, según se evidenció en la ocasión del nombramiento del emperador Carlos V.
Biéler cita a Jacques Pirenne al decir: ―Por primera vez las finanzas decidieron la suerte de
Europa‖. La elección habìa sido vigilada por 25000 tropas localizadas alrededor de la ciudad de
Frankfurt donde tuvo lugar‖.40 En la escena económica, vemos el alarmante incremento de la
desigualdad en los ingresos, con la consecuente rebelión y opresión cruel de los campesinos y los
pobres de la ciudad. Las personas comunes se sintieron indignadas por su miseria en comparación
con el ostentoso lujo de la iglesia y los soberanos, al igual que la condenación actual de los
banqueros, especuladores y los que se enriquecen desmesuradamente mediante el poder
económico y monopolizador. Adam Smith en La riqueza de las naciones, al ofrecer una especie
de estudio histórico sobre la base de una ―sociologìa de la religión‖ de acuerdo con la vida y la
visión del mundo típica de él, observa con razón que la austeridad de los modales de los
reformadores ―les dio autoridad con las personas comunes, quienes contrastaban la estricta
regularidad de su conducta con las vidas desordenadas de la mayor parte de su clero (católico
romano)‖.41
La cultura de los bonus financieros entre los banqueros es un equivalente moderno
del ingreso mediante pensiones, simonía, soborno político y el mercado de mercenarios en el
mundo de Calvino. Los nuevos grandes banqueros internacionales, como Fugger (como ya lo
hizo Jacques Coeur en el siglo XV) socavaron la democracia, como sucede en nuestros días, al
sobrepasar el poder de los Estados Generales y adherirse a la monarquía absoluta que ellos
financiaban y de la cual también dependían. Una aguda especulación monetaria era la secuela del
influjo de grandes cantidades de plata y oro de América Latina, lo que produjo una gran inflación
y arruinó a los que dependían de ingresos nominales fijos. Las mercancías, la especulación en
tierras y en dinero hicieron su aparición.42
El rápido desarrollo de las operaciones crediticias y las
prácticas comerciales derramaron una abundancia cada vez mayor sobre algunos mientras a la
vez que otros se empobrecían hasta la miseria extrema como consecuencia del alza del costo de la
vida y la exclusión del empleo por los monopolios en manos de los gremios artesanales.43
Como
en nuestros tiempos, hubo un profundo descontento acerca de la forma en que los líderes políticos
descuidaban los intereses del pueblo. Y al igual que en nuestros días, hubo fenómenos
desastrosos desvergonzadamente explotados por los grandes negocios,44
y hubo Economía de
Bandidos.45
El fraude y la corrupción siempre parecen estar dondequiera que haya grandes sumas
de dinero en las manos de estados o grandes corporaciones. Los mercados internacionales
producen desigualdad, como en los tiempos de Calvino. Por lo que sus palabras aún son válidas:
―No se desanimen los fieles de hoy ante la vista del triste, corrupto y totalmente confuso estado
del mundo; sino más bien consideren que deben soportarlo, comprendiendo que su condición es
la misma de David en el pasado‖.46
20
Calvino es un teólogo bien entrenado en la literatura y el derecho antiguos y contemporáneos. En
primer lugar fue llamado a ser un pastor y un hombre práctico. Quiere iluminar a su pueblo en
medio de una sociedad siempre cambiante y desordenada leyendo la experiencia diaria sobre la
base del texto bíblico y leyendo la Biblia sobre la base de la experiencia diaria. Ninguna puede
separarse de la otra, como tampoco en la actualidad. Si se separan, en lugar de reconocer lo que la
Palabra tiene que decir sobre el mundo, limitaríamos su significado al así llamado ámbito
―espiritual‖ del alma separado del cuerpo, y la religión separada de la economìa. Como veremos
en el próximo capítulo, la teología calvinista considera la economía como algo totalmente
espiritual. Calvino no utiliza la Biblia de forma ―biblicista‖ o ―fundamentalista‖.i El mensaje
bíblico ha de ser recibido por el corazón, el mismo centro de la personalidad humana, y es en el
propio corazón donde reside la conciencia que toma en cuenta la experiencia diaria. Es allí donde
se encuentran la ―teologìa‖ y la ―economìa‖; se refieren a una única realidad. En términos de la
filosofía calvinista: la experiencia concreta y los fenómenos concretos tienen un aspecto de fe al
igual que un aspecto económico al mismo tiempo.47 Lo que importa son los hechos mismos.
Los escritos de Calvino consisten en sermones, comentarios, cartas, tratados, presentaciones
universitarias entre las que se encuentran recuentos escritos de presentaciones orales, además de
su obra sistemática Institución de la religión cristiana. Sin embargo, no fue un ―pensador
sistemático‖ en primer lugar. ―Como teólogo bìblico despreció lo que pasaba por teologìa
sistemática en su propia época‖. Siendo parte del gran movimiento humanista fue un gran
pedagogo, preocupado por la educación eficiente del pueblo y urgido por ―la crisis de su época
que asì lo requerìa‖.48 La ―doctrina de la vida‖ de Calvino no es una doctrina de la teologìa en la
forma de un establecimiento académico moderno. ii Es por ello que alguien llamó a la Institución
no una Summa Theologiae sino una ―Torah‖. No se trataba de ―la predicación como el
instrumento más efectivo para la educación de una comunidad hacia ideas nuevas. La fuerza que
mueve el poder de la predicación es teológica. La verdadera razón se halla en el concepto bíblico
de la Palabra de Dios‖.49 La religión cristiana en la época de Calvino tenìa que ser ―instituida‖ de
nuevo; no solamente la iglesia tenía que reinventarse, sino toda la sociedad, de la cual la iglesia
es parte, debía ser reformada también. ¿Sería diferente en nuestros días? T.H.L. Parker dice:
Así podemos seguir a Calvino predicando en los domingos con ciento ochenta y nueve sermones sobre los
Hechos de los Apóstolos entre 1549 y 1554, a series más breve sobre las epístolas de Pablo entre 1554 y
1558, y sesenta y cinco sobre la armonía de los evangelios entre 1559 y 1564. Durante este período en los días
de semana hubo unas series sobre Jeremías y Lamentaciones (hasta 1550), sobre los profetas menores y
i En su trabajo teórico Calvino usaba los principios generales de la hermenéutica humanista, tal como el método de
lectura contextual moderno. ―Estaba sentando las bases de la crìtica bìblica que a la vez era docta, responsable y
reverente‖ (William J. Bouwsma, John Calvin. A Sixteenth Century Portrait, Nueva York/Oxford 1988, p. 118). Los
Evangelios no son anales; ―la mera historia no bastarìa‖, dice Calvino; ―los Evangelistas no simplemente están
narrando el hecho que Cristo nació, murió, y conquistó la muerte, sino que al mismo tiempo están explicando para
qué fin ha nacido, muerto y resucitado y qué beneficio nos viene por tanto‖. Las diferencias entre los Evangelios no
le preocupaban; más bien aumentan la credibilidad del texto (Comentario sobre Mateo 2, 1; ibid., p. 121). ―Al
reconocer el decoro de la Escritura, Calvino revelaba una flexibilidad en exegesis que no siempre ha sido conspicua
entre sus seguidores‖ (p. 125). ii Calvino ―muchas veces estaba más interesado en cautivar a un público determinado para fines especiales que en
alcanzar el ‗equilibrio absoluto‘ de una teologìa desligada y sistemática. Como se preocupaba más por efectuar un
cambio de comportamiento que por formular verdades abstractas, sus denuncias de la depravación humana a veces
son particularmente desequilibradas. Esto había conducido al punto de vista erróneo que él había pensado que la
imagen y semejanza de Dios hubieran sido borradas completamente por la Caída, como también a desacuerdos
mayores sobre lo que él creía‖ (Bouwsma, John Calvin, p. 116).
21
Daniel (1550-1552), los ciento setenta y cuatro sobre Ezequiel (1552-1554), los ciento cincuenta y nueve
sobre Job (1554-1555), los doscientos sobre Deuteronomio (1555-1556), los trescientos cuarenta y dos sobre
Isaías (1556-559), ciento veinte tres sobre Génesis, un conjunto breve sobre Jueces (1561), ciento siete sobre I
Samuel y ochenta y siete sobre II Samual (1561-1563) y un conjunto sobre I Reyes (1563-1564).
Antes de sonreír acerca de una actividad tan inhabitual en el púlpito, el lector haría bien en preguntarse si
preferiría escuchar las opiniones de segunda mano sobre una religión de ética social, o la piedad mal digerida
presentada en un inglés descuidado que oirá hoy en la mayoría de las iglesias de cualquier denominación en
que pueda entrar, o más bien trecientos sermones sobre el Libro del Profeta Isaías, sermones nacidos de una
pasión infinita de fe y una ardiente sinceridad, sermones luminosos por su sentido teológico, vivos por su
chispa e imaginación, que muestran profundidades de compasión y la inextinguible alegría de la esperanza.
Aquella gente en Ginebra que escuchaba domingo a domingo, día a día, y no taparan sus oídos, sino que
fueron ‗instruidos, advertidos, exhortados y censurados‘ recibieron un entrenamiento en cristianismo como
había impartido a pocas congregaciones en Europa después los dìas de los Padres‖.50
Calvino no buscaba la novedad, sino recuperar el orden y la vida comunitaria establecidos. En
realidad, le temía al cambio.51 Era parte del Renacimiento humanista orientado al pasado para
tomar en cuenta el presente. Como explicó Bouwsma: ―Puesto que el discurso abstracto de la
filosofía escolástica parecía irrelevante para las necesidades del agitado mundo moderno, los
humanistas renacentistas rechazaron la educación escolástica, que dependía fundamentalmente de
la lógica, del arte de organizar la verdad en sistemas de pensamiento racionalmente inteligibles, y
se volvieron entonces hacia la retórica, el arte de la persuasión. ( ) Dicha preferencia por la
persuasión en lugar de la convicción racional estaba asociada al criterio del ser humano como
alguien apasionado, activo y social, más bien que intelectual‖.52 Por tanto, podríamos aprender de
Calvino lo que significa convicción y persuasión. También en nuestros tiempos prevalece el
razonamiento abstracto. Él le concedìa la mayor importancia a la educación. ―Serìa una forma
muy fría de enseñar si los maestros no consideraran cuidadosamente las necesidades de los
tiempos y lo que es apropiado para las personas, porque en este asunto no hay nada más
desequilibrado que un equilibrio absoluto‖.53 Eruditio se subordinaba a persuasio.54 La
experiencia de la vida de Calvino resuena con fuerza. Su pedagogía humanista no solamente se
dirige a los grands clercs, sino también a las personas comunes.55
Aunque, por supuesto, Calvino no presentó nada parecido a una teoría parcial o general de la
economía—hasta el siglo XVIII ―la economìa‖ tenìa que ver con ―la administración de la casa‖— i 56, tenía una forma clara e incisiva de comprender los fenómenos sociales y económicos de su
época. Cuando Calvino habla hoy, es porque sus escritos ―atraviesan los problemas humanos en
la misma profundidad en que siempre reaparecen de forma similar‖.ii 57 Es algo diferente de
extraer del pensamiento de Calvino cualquier doctrina económica específica que pueda aplicarse
directamente a nuestras circunstancias. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es buscar la fuerza
que apoya su pensamiento aplicada a su sociedad en particular y traducirla en términos de la
―sociedad riesgo‖ actual. Esto se debe a que Calvino puede ser tomado por el reformador con ―la
visión más completa de la universalidad de la Palabra de Dios‖;iii su realismo bíblico teológico
i En las palabras de Calvino: ―la manière de bien gouverner sa maison”.
ii ―…parce qu‟ils abordent des problèmes humains jusqu‟à la profondeur où ils renaissent toujours semblables”.
iii Compárese la manera en que Calvino interpreta las leyes de la Tora. A pesar de la diferencia del orden político
israelita de antaño, ―no obstante contiene una doctrina que es útil para nosotros‖ (Sermón sobre Deut. 15, 11-15; LP,
p. 420). El Sábado pertenecìa a las ―figuras antiguas‖ cuyo sentido ha sido cumplido por Jesucristo; ―pero aquello
que desde el principio ha sido mandado al hombre sobre practicar el servicio de Dios justamente debe permanecer
hasta el fin del mundo‖ (Com. sobre Génesis 2, 3; LP, p. 394). Lo que se dice sobre el Sábado ―no se limita a un dìa
especial, pero tiene que ver con el curso entero de nuestra vida hasta que seamos completamente muertos para
22
nos permite ―repensar siempre nuestra obediencia concreta al enfrentar situaciones cambiantes,
lejos de teorìas abstractas e ideologìas que son ajenas a nuestra fe‖.58
La época de Calvino fue un período de conflicto nacional e internacional, de confusión y
ansiedad, como la nuestra en el mundo en general y muchas partes del mundo en particular. La
naturaleza abarcadora de la visión y la obra de Juan Calvino, que ante los cambios turbulentos del
siglo XVI no aspiraban a otra cosa que una reforma integral de la sociedad, está vigente en la
actualidad. Solamente se ha hecho más urgente debido a su escala cada vez mayor y a la
estructura poderosa de los problemas económicos. La necesidad de reforma ha tomado formas
históricas completamente nuevas.
Aunque vivimos en un mundo económico que es casi totalmente diferente de la época de
Calvino, su método hermenéutico ha prevalecido a través de la historia y es totalmente válido en
la actualidad. Trataremos de arrojar luz sobre la teología y el análisis calvinistas y, por
consiguiente, prestar atención a la así llamada primera modernidad, al neo-calvinismo y la
―soberanìa de las esferas‖, volviéndonos finalmente al significado de Calvino en la segunda
modernidad actual.
nosotros mismos y seamos llenados por la verdad de Dios. De donde sigue que cualquier atención supersticiosa para
días [específicos] tiene que quedar lejos de los cristianos‖ (Com. sobre Génesis 2, 3; I Corintios 16, 2; Gálatas 4, 2;
LP, p. 395). Por más que las instituciones puedan cambiar, el desarrollo histórico no nos coloca fuera del alcance de
la Palabra, como la teoría económica moderna pretende.
23
3
LA FE CRISTIANA Y LA SOCIEDAD HUMANA
André Biéler ha destacado la relevancia del método de Calvino para cambiar las circunstancias
históricas. Según él, la ética de Calvino se caracteriza por los cuatro elementos siguientes:
1. ―La ética calvinista está firmemente enraizada en la teologìa. Depende totalmente del
misterio central de la fe evangélica y de la persona y la obra de Jesucristo. Es una ética
teológica cristológica.
2. Parte de un conocimiento riguroso de la revelación bíblica y de una interpretación muy
dinámica de la misma. Es una ética bíblica adaptada al dinamismo de la historia.
3. Es actual y concreta en interés del análisis lúcido de transformaciones continuas. Contiene
un método racional del análisis de los hechos sociales y económicos.
4. Adquiere una eficacia histórica excepcional porque exige acciones que se adapten a las
circunstancias que continuamente se renuevan en contacto con la realidad. Es un método
dialéctico para la acción”.59
Por tanto, las implicaciones de la fe calvinista no paran de ser relevantes ante el deslumbrante
cambio en el medio económico de nuestro mundo contemporáneo. Pueden hacerse las siguientes
observaciones en relación con estos cuatro puntos.
En primer lugar, el pensamiento calvinista social parte del misterio central de la fe cristiana.
Heiko Oberman ha señalado que ningún reformador del siglo XVI ha utilizado la palabra misterio
o secreto tan a menudo y con tanta voluntad como Calvino.60 La economía calvinista no puede
basarse en esa otra autoridad que de forma abstracta llamamos ―mercado‖. En lo que respecta a la
economía, el capitalismo en su forma ideológica ha sustituido el gobierno de la Palabra de Dios
por el gobierno del mercado. En el mercado se supone que los cristianos no tengan ninguna
responsabilidad especial en tanto se comporten de acuerdo con las reglas del juego. Su principio
guía pudiera ser el auto-interés, la mano invisible del mercado que intenta hacerse responsable de
un resultado positivo en términos del interés público. No es solamente Calvino quien critica este
criterio feliz del auto-interés. John Kenneth Galbraith ha señalado acertadamente que la única vez
que Adam Smith utilizó la frase de la mano invisible en su libro La riqueza de las naciones, era
solamente una metáfora en realidad, que posteriormente ha sido convertida en teología por sus
seguidores.61 Podemos considerar el hecho que cuando Smith, en el primer capítulo de La riqueza
de las naciones, escribía sus famosas sentencias acerca del panadero y el carnicero, no solamente
se refería al propio interés de uno, sino más bien al interés del otro.i Por ende, al introducir el
i Adam Smith, La riqueza de las naciones, libro I, cap. 1: ―No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero o
del panadero, de la que esperamos nuestra comida, sino del cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos
dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, sino siempre de su
provecho‖. Notemos que Smith introdujo aquí la noción del interés económico. No se trata solamente del interés de
uno mismo; al contrario, lo aplica al otro hombre. El comportamiento en el mercado es un asunto recíproco. No
24
concepto de interés económico como tal, estaba pensando en términos de un interés mutuo y
común dentro de la sociedad.
Se supone que los mercados sean mecanismos auto-reguladores para el bienestar de las personas.
Pero aquí la ideología del mercado nos coloca frente a un verdadero problema religioso. En el
pensamiento del mercado común, el concepto de justicia económica es sospechoso. Después de
todo, la promoción de la justicia como corrección del mercado amenaza con alterar su libre
funcionamiento. Los que sostienen tal criterio sobre el mercado aceptan solamente una forma
fundamental de justicia económica que es la justicia misma del mercado. El mercado siempre
tiene la razón. Una actitud ética puede considerarse solidaria desde el punto de vista humano,
pero funciona mal para la sociedad en su conjunto. Este tipo de razonamiento económico
―ortodoxo‖ es muy similar al de Karl Marx. Este último consideraba a los que estaban a favor de
acciones específicas de la justicia económica como utópicos. Pueden ser románticos pero no
obedecen las leyes históricas racionales. De igual forma, la economía capitalista apela a leyes
económicas supuestamente racionales y generalizadas.
Es el tipo de leyes que no encontramos en lo profundo de nuestros corazones. El liberalismo (en
el sentido europeo de la palabra, que significa la ideología de la sociedad de mercado moderna)
resulta en un impasse religioso.
Puede decirse que, en este sentido, Emmanuel Levinas coincide con Calvino, pues dentro de ese
mercado, que en principio se equipara al orden de la sociedad, se me dice que no soy responsable
de lo que dicho mercado no resuelva o proporcione, ni de ningún efecto negativo que mi
actividad económica conlleve. Solamente se supone que yo funcione eficientemente. Si hace falta
corrección, el mercado se encargará de ella. Ello significa que no solamente he ―delegado‖ mi
responsabilidad personal (lo que dejaría la responsabilidad final en su lugar), sino que la he
relegado al mecanismo del mercado. Eso es lo que me enseñan los libros de texto sobre
economìa. He constreñido mi consciencia; he sido desplazado al ―exterior de lo que soy
consciente‖. Ello hace que ―el que comete errores espera que el significado de su ser provenga
del exterior‖. Pueden imputársele ciertas faltas, pero, a la vez, ―ya no es un ser humano capaz de
confesar sus pecados, sino que solamente puede admitir la acusación‖.62 Por tanto, surge aquí el
problema religioso. Se pone en riesgo lo verdaderamente social. El mismo Calvino a menudo
utiliza la palabra alienación para describir la relación real del hombre con Dios.
Calvino siempre alude al misterio de la fe. ―En la doctrina reformada la riqueza no siempre
aparece en primer lugar como el objeto de la moral, sino principalmente como elemento de la
existe argumento racional para concluir que el interés propio sea la fuerza propulsora exclusiva en la vida económica;
también el altruismo puede funcionar efectivamente como elemento coordinador del mercado. Esto lo reconocen
todos aquellos empresarios que en realidad están produciendo en el interés de sus clientes y otros interesados dentro
del marco de la Responsabilidad Social Empresarial. Debemos recordar la (muchas veces abusada) síntesis de la ley
bíblica, usualmente traducida ―ama a tu próximo como a ti mismo‖, lo que muchas veces es considerado la
justificación del ―equilibrio del mercado‖ basado en el egoísmo. Sin embargo, es más bíblico leer: ―amarás a tu
próximo, quien es igual que tu‖ (Buber and Rosenzweig: halte lieb dein Genossen, dir gleich). Cuando sigamos el
método de Calvino para leer la Biblia, es decir, expliquemos el texto bíblico con el texto bíblico mismo, esta
traducción resulta ser conforme Isaías 58, 8: ―…No será que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu propia
carne no te apartes?‖ Y también Éxodo 22, 26/27: ―Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al
ponerse el sol‖. Entonces viene un triple aviso: ―…porque con él se abriga; es el vestido de su cuerpo. ¿Sobre qué va
a dormir, si no?‘
25
vida religiosa‖.63
Como acertadamente señalara Polanyi, el nuevo concepto moderno de ―motivo
económico‖ se basa en una falacia. ―Ningún motivo humano es económico en sì mismo‖.64
La
vida espiritual, ―por analogìa, tiene que determinar la conducta social que modifica las
estructuras”. Este es el mensaje duradero del año sabático y jubilar que tiene que ver con la
estructura.65
El mensaje bíblico es un mensaje de fe, no de reglas éticas precisas para la vida
social que pudieran formularse de forma legalista y expresarse en fórmulas fijas, como si fueran
de naturaleza cuantitativa. ―En todas partes Dios nos ordena satisfacer las necesidades de los
hermanos; pero no existe ningún pasaje (bíblico) donde limite la suma, cuánto debemos darles,
dividiéndolo entre nosotros y los pobres después de haber calculado nuestra riqueza; de igual
forma, Él no nos constriñe a circunstancias precisas, ni de tiempo ni de personas ni de lugar, sino
que nos recuerda la regla de la caridad‖.66
Los ricos tienen que dedicar parte de su riqueza a los
pobres, ―cada uno de acuerdo con su facultad y su medida‖.67
Ello no contradice que ―cada uno
posea lo que tenga y lo disfrute sin restricción‖.68
La decisión sobre cómo vivir la vida cristiana
se hace en el mismo centro de la vida que está en el corazón humano. Pero no existen reglas
casuìsticas a ―aprender de memoria‖. El corazón es el lugar donde se asienta el misterio de Cristo
y se deposita la Palabra. Por ello, la realidad puede interpretarse de forma mucho más radical y
creativa que cualquier doctrina moralista.69
i Las reglas prácticas del comportamiento económico
se desprenden del análisis de la realidad concreta visto a la luz de la Palabra misma.
En segundo lugar, el calvinismo busca la revelación bíblica a la luz de la sociedad histórica real
y dinámica. En las historias bíblicas (como lo señala Calvino en relación con Demetrio, que
fabricó santuarios de plata de Artemisa y ―les proporcionó un buen negocio a los artesanos de
Éfeso‖): ―en esta historia vemos la imagen vìvida de nuestra época‖.70 Era la superstición lo que
mantenía las calderas en ebullición. Nuestra turbulenta época de globalización no está exenta de
ser el lugar donde la revelación se hace ―relevante‖, se revela a sì misma. El propio Calvino en
ese sentido ya estaba familiarizado con los fenómenos del mercado moderno. La suya no era aún
la ―Sociedad Económica‖ que en la actualidad depende casi totalmente de las fuerzas del
mercado, pero los fenómenos del mercado moderno como tal ya se presentaban, hasta en el
mercado mundial y las relaciones financieras. Calvino aplaudía la industria y el comercio, y
ciertamente discrepó de las actitudes hipócritas de su época hacia el interés sobre los préstamos.
Recibió con beneplácito los contratos y la propiedad privada—esos dos pilares que se supone que
el capitalismo moderno tenga en alta estima. Pero el contrato no proporciona una libertad sin
riendas. ―Es cierto que todos los contratos son malvados a los ojos de Dios si no se llevan a cabo
de acuerdo con la regla de la caridad‖.71
De la misma forma que Calvino consideraba el comercio, por definición, como un asunto social,
siempre colocaba el bienestar de la sociedad en su conjunto en primer lugar. Sin la sociedad la
existencia humana se diferenciarìa poco ―de la del ganado y las bestias de presa‖.72 La
preocupación por la comunidad siempre fue fundamental en pensamiento social de Calvino. El
llamado al amor no se restringe al hogar de uno, la familia, la esposa, hijos o el individuo. ―Eso
sería vivir peor que una bestia. Dios nos ha obligado a ayudarnos unos a los otros. Es demasiada
crueldad de nuestra parte si vemos un hombre pobre o afligido y en lugar de tratar de ayudarlo le
i ―Lo que las iglesias tengan que decirnos ‗cuando hablan de cuestiones económicas‘ ( ) es mucho más importante,
mucho más verdaderamente radical, que cualquier mera defensa, por más buena o bien informada que fuera la
intención. Simplemente no hay tales cosas como „cuestiones económicas‟ en absoluto‖ (Anthony Waterman).
26
damos la espalda‖.73 i ―Todos quieren ser amigos del vecino y considerar ajeno al que es de otro
paìs o pueblo‖, pero precisamente Dios protege al extranjero, a la viuda y al huérfano.74
Zygmunt
Bauman observa: muchos sociólogos glorifican nuestra sociedad moderna por haber traído la
emancipación. Todo el mundo puede hacer lo que quiera. La posmodernidad corrió a un lado las
obligaciones y tradiciones antiguas. Ya no hay costumbres que presionan ni prescripciones éticas.
―El más universal de nuestros eslóganes es ‗sin exceso‘.75 Ya no vivimos más en la presencia de
nuestro semejante, sino solamente junto con él en el mismo espacio impersonal, en la sociedad
del contrato. Al otro solamente lo ―toleramos‖, la que generalmente y en la práctica sólo es otra
palabra para la indiferencia. Por eso el gran filósofo y pensador bíblico Emmanuel Levinas había
dicho que ―la tercera persona‖ que queda fuera de la relación contractual bilateral constituye la
sociedad – de la cual Calvino había dicho: ―Ninguna vida es más digna de alabanza para Dios
que la que es útil a la sociedad de los hombres‖.76
Esta forma de considerar la responsabilidad del cristiano por toda la sociedad no se elimina en la
era moderna de globalización. El comercio honesto que tiene en cuenta el interés del otro
contribuye al destino del hombre y la comunidad humana.ii Calvino hasta compara el creyente en
Cristo con el comerciante. Cuando comenta sobre la parábola de los talentos, toma en cuenta esta
índole de parábola de la historia de Jesús de la siguiente forma: ―La vida del hombre de Dios se
compara adecuadamente con el negocio, ya que deben tratar unos con otros para mantener la
hermandad; y la dedicación con la que cada persona lleva a cabo la encomienda que se le da, y su
mismo llamado, la capacidad de hacer lo correcto y sus otros dones, se consideran mercancía, ya
que su propósito y uso es facilitar la intercomunicación entre los hombres‖.77 El pensamiento
moderno se mueve en dirección opuesta. El mercado es bueno para la sociedad por definición,
por lo que todo lo que hagas en el mercado es bueno para la sociedad. El auto-interés el la fuerza
motriz, cuyo resultado se supone que sea bueno para el mercado y, por tanto, para la sociedad.
Sin embargo, no existe ninguna razón económica racional ni bíblica ni respetable en ese sentido
por la que no debamos aplicar el discernimiento de Calvino acerca de la naturaleza de las
relaciones económicas a nuestro propio mundo del siglo XXI. Todo depende de los conceptos del
hombre y sociedad que nuestra teoría económica decida aplicar.
En tercer lugar, Calvino nos enseña un método racional del análisis de los hechos sociales y
económicos. Estos hechos no son de naturaleza estática sino que cambian con rapidez. El mensaje
bíblico se revela a sí mismo en relación dialéctica con la realidad cotidiana. Aun cuando nuestra
realidad económica es diferente de la de lo tiempos bíblicos, se puede lograr una comprensión
bìblica de la misma. El texto bìblico contiene una ―reserva de sentido‖ (Severino Croatto) para la
comprensión del mundo en que vivimos actualmente. La tradición de la lectura de la Biblia se
renueva a sí misma cada vez que se interpreta cuidadosamente, como lo hizo Juan Calvino, más
aún cuando el mundo en el que dichos textos se ofrecen efectivamente está en constante cambio.
Ello significa que la comprensión del mensaje bíblico requiere una conciencia aguda y un análisis
riguroso de este propio mundo cambiante. Algunas personas pudieran objetar que el referirse a
i En Lucas 10 Jesús pregunta: Quién fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Ser prójimo no es una
cosa común; no somos prójimos por definición. Tampoco está limitado al ―prójimo‖ en el sentido usual y literal de la
palabra, alguien de la vecindad o de la puerta al lado. El Samaritano resultó ser el prójimo, llego a ser un prójimo a
la victima. La pregunta no es: quién es mi prójimo (Lucas 10, 29), sino de quién voy a ser yo el prójimo. Volveremos
a la parábola del Buen Samaritano para ver otra sorpresa en el capítulo final. ii Ver www.solidaridad.nl sobre las prácticas del comercio justo. La historia de la ONG holandesa Solidaridad se
remonta enteramente en la iniciativa eclesiástica ecuménica.
27
esos antiguos textos bíblicos ya no tiene mucho sentido, puesto que la era de la economía
tradicional terminó hace mucho. La respuesta es que estos textos siempre apuntan al aspecto de la
fe; es por eso que, aunque no puedan ofrecer recetas económicas detalladas para el complejo de la
sociedad moderna, hacen mucho más que eso: ofrecen una comprensión de la perspectiva
económica de nuestros tiempos. Basado en la teología bíblica de Calvino, André Biéler escribe:
―El destino de la riqueza al servicio del otro es el signo verdadero de la fe auténtica‖.78
También
nuestra economía debe preocuparse por la justicia y el cuidado de la creación.
En este sentido el cristianismo ha perdido mucho terreno. La intención subjetiva sincera de
escuchar el evangelio puede estar allí, pero a menudo está ausente, o al menos sólo
superficialmente, el otro polo de la lectura, que es la comprensión analítica de las circunstancias
transformadas. ¿Por qué la originalmente fuerte tradición protestante capituló tanto a la cultura
económica materialista e individualista que comenzaba a surgir desde el siglo XVII? Richard
Tawney ha comentado acerca de la abdicación de la iglesia con relación a la economía de
mercado moderna que se desarrollaba en los siglos XVII y XVIII. Llegó a la conclusión que el
clero no había sido capaz de traer un mensaje relevante a la pujante sociedad moderna porque
ignoraba los desarrollos del sistema monetario y el mercado internacional y, por ende, no podía
comprender sus implicaciones. En sus sermones se limitaba a repetir textos bíblicos que tenían
que ver con la economía tradicional, y, al no poder analizar los desarrollos modernos, no eran
capaces de ir más allá. Tawney escribe:
…Este era el problema que enfrentaba la Iglesia. Dado por sentado que debo amar a mi prójimo como a mì
mismo, las cuestiones que, bajo las condiciones modernas de la organización a gran escala, quedan sin
solucionar son: ¿Quién es exactamente mi prójimo? y, ¿exactamente de qué manera puedo hacer efectivo mi
amor por él? La enseñanza convencional religiosa no daba respuestas, porque ni siquiera se había percatado
que dichos cuestionamientos pudieran hacerse. Había intentado moralizar las relaciones económicas,
tratando cada transacción como un caso de conducta personal, que conllevaba responsabilidad individual. En
una era de finanzas impersonales, mercados mundiales y una organización capitalista de la industria, sus
doctrinas sociales tradicionales no tenían nada específico que ofrecer, y sencillamente se repetían, cuando,
para ser efectivas, deberían repensarse desde el inicio y reformularse en términos nuevos y vivos. Había un
esfuerzo por proteger al campesino y al artesano de la opresión del prestamista y el monopolista. Al
enfrentarse a los problemas del proletariado asalariado, no podía sino repetir, sin sentido alguno, la historia
tradicional de los deberes del amo con el sirviente y del sirviente con el amo. Había insistido en que todos
los hombres son hermanos, pero no se le ocurría señalar que, como resultado del nuevo imperialismo que
comenzaba a desarrollarse en el siglo XVII, los hermanos del mercader inglés eran los africanos que
secuestraba para la esclavitud en América, o los indios americanos que despojaba de sus tierras, o los
artesanos indios de quienes compraba las sedas y muselinas a precios miserables. La religión aún no había
aprendido a consolarse por la dificultad práctica de aplicar sus principios morales utilizando la cómoda
fórmula que no existe principio moral para las transacciones de la vida económica. Pero para los problemas
relacionados con la asociación de los hombres para propósitos económicos a gran escala, lo que se hacía
cada vez más la regla para el futuro, las doctrinas sociales que se ofrecían desde el púlpito, constituían, en su
forma tradicional, una muy pobre guía. Su ineficacia práctica preparaba el camino para su abandono
teórico‖. ―La enseñanza social de la Iglesia habìa cesado de tenerse en cuenta, porque la propia Iglesia había
dejado de pensar.79
Una institución que no posea una filosofía propia inevitablemente acepta la que predomina en su época.80
Seguir el camino de Calvino para ser realmente eficiente es precisamente ―repensar las doctrinas
sociales desde el inicio y formularlas en términos nuevos y vivos‖.
En cuarto lugar, el método de Calvino es un método dialéctico para la acción. Tawney se refiere
a lo que ahora se denomina ―el proceso económico‖ abstracto y anónimo. Generalmente se nos
28
enseña a acomodarnos al mismo. Sin embargo, el ―proceso‖ produjo el genocidio de los
aborígenes en América y los productores indígenas explotados de muselina y seda en la India. En
nuestros tiempos ha dejado el planeta con un billón de hambrientos (sin contar los pobres dentro
de los países ricos). Calvino reaccionaría a esta realidad recordando la voluntad de Dios en
oposición al gran enemigo que es Satanás. Trató de leer dicha voluntad de Dios en sus miles de
sermones, cartas, comentarios bíblicos y tratados, al relacionar los textos bíblicos con la vida
práctica diaria. Tenía una visión aguda sobre el emergente proceso económico y el acomodo al
mismo por los cristianos que pudieran no sentirse responsables de la forma en que trataba a los
económicamente débiles y vulnerables. Al comentar las tentaciones de Jesús en el desierto,
escribió lo que ha constituido una consigna para este estudio:81 aunque había creyentes que con
sus labios piadosamente oraban por el pan diario, sin embargo seguían lo que Calvino con lucidez
llama su ―procedimiento‖; es decir, ―la forma en que se realizan las cosas‖, de acuerdo con el
proceso económico al que de forma acrítica se asimilan los individuos. No esperan la bendición
de Dios, sino que toman ventaja de prácticas malvadas, fraudes y robos, como pudieran
legitimarse dentro del ―proceso‖. De esta forma, ―permiten que Satanás sea el que distribuya los
bienes económicos del mundo‖.
A menudo Calvino se refiere a la figura bíblica de Satanás. En la actualidad está fuera de moda
referirse al diablo. Sólo reaparece en la forma de referencias populares triviales, o hasta en ―la
religión satánica‖. No tiene nada que ver con el lenguaje bìblico. Las representaciones
medievales de Satanás, en ese sentido, como un animal monstruoso (como gato, cabra o
murciélago) reaparecen en ocasiones. El clérigo protestante frisio Balthazar Bekker (1634-1698)
quiso ponerle fin a esta práctica. Era un luchador contra el engaño popular, tal como la creencia
en brujas, con mucho éxito en los Países Bajos y en Alemania. Al morir se acuñó una moneda
con la siguiente inscripción en latìn: ―el crédulo es fácilmente engañado‖. Pero en este proceso
también revitalizó el uso bíblico de la palabra Satanás.82 Para ello, es mejor referirse a René
Girard quien, como especialista moderno no en el campo de la teología sino en el del idioma, la
literatura y la cultura, descubre la profunda verdad en la visión bíblica de Satanás. Él está de lleno
en la línea de Calvino, para quien servir a Dios es resistir a Satanás. Sorprendentemente, a
menudo se refiere a la economìa. ―Para servir bien a Dios y resistir a Satanás, que cada uno de
nosotros aprenda a contentarse con su medida, y que los ricos se percaten que tienen una tarea
mayor, ya que tendrán que rendir cuentas de los bienes que Dios ha puesto en sus manos‖.83 Lejos
de ser folklórico, Girard toma a Satanás bien en serio. Dice Girard que Satanás es el asesino de
los hombres y un mentiroso desde el principio. Ser hijos de Satanás equivale a ser hijos de los
que han matado a los profetas desde la fundación del mundo (Juan 8, 39-47).84
Existen los peligros de la lectura mitológica al enfrentarse al texto de Juan; con seguridad las personas no se
dan cuenta que Satanás es el mecanismo fundacional (de la violencia) en sí mismo. Todos los textos del
Nuevo Testamento confirman esta lectura, en particular el de las ―tentaciones‖ que hace de Satanás el
príncipe y principal de este mundo, princeps huius mundi. No equivale a una reducción metafísica abstracta,
a caer en una polémica superficial o a sucumbir a la superstición que hace de Satanás el verdadero
adversario de Jesús. Satanás es el mismo mecanismo circular de la violencia, la prisión de los hombres en
los sistemas culturales y filosóficos que confirman su modus vivendi con la violencia. Es por ello que le
promete a Jesús el dominio con tal que lo adore. Pero también constituye el skandalon, el obstáculo vivo
que hace tropezar a las personas, y el modelo mimético en cuanto se convierte en rival y se coloca a sí
mismo en medio de nuestro camino.
Más tarde Girard trata acerca del skandalon en relación con el deseo. Aquí continúa diciendo:
29
Satanás es el nombre del proceso mimético en su totalidad; es precisamente por eso que no solamente es
fuente de rivalidad y desorden sino de todos los órdenes falsos en que viven los hombres. Es la misma razón
por la que es un homicida desde el principio; porque el orden satánico no tiene otro origen que el asesinato y
ese asesinato es la mentira. Los hombres son hijos de Satanás porque son los hijos de este asesinato. Por
tanto, el asesinato no es un acto cuyas consecuencias puedan borrarse sin salir a la luz y que los hombres
realmente lo rechacen. Es un fondo que no se extingue; una fuente trascendental de falsedad que tiene
repercusiones en todos los dominios y que estructura todas las cosas a su imagen, tanto así que le impide a
los que escuchan a Jesús comprender su palabra. Los hombres siempre extraen nuevas mentiras a partir de
este asesinato original, lo que impide que la palabra del Evangelio llegue a ellos. Aun la revelación más
explícita es para ello letra muerta.85
Calvino se hubiera sumado a estas palabras del especialista contemporáneo en ciencias sociales
René Girard. La actitud dialéctica del pensamiento de Calvino se muestra claramente en sus
advertencias con relación al uso de la ley. Como nos damos cuenta más claramente a partir de los
escritos de ese gran issue de Calvin, Jacques Ellul (1914-1994),86
la ley del estado es en gran
medida parte del sistema. Puede ser que el estado haya sido ordenado por Dios pero en su
comportamiento puede muy bien exceder los límites.87
De cualquier forma, quienquiera que
defienda su ofensa diciendo que tenía razón porque sencillamente se atenía a los límites de la
ley, al igual que lo han hecho nuestros banqueros después de la crisis financiera, según palabras
de Calvino, es doblemente culpable.88 Pues existe una diferencia entre el orden político o externo
y el gobierno espiritual. La ley del amor es la ley superior. La ley estatal no es la ley suprema;
que es la ley de Dios, escrita en el corazón y dada a conocer a través de las Escrituras. Por tanto,
en cuanto a los pobres, no podemos contentarnos con delegar su cuidado solamente al estado.
Debemos acudir a ayudarlos sin tener en cuenta la política estatal en cuanto a los impuestos.i
―Esta es la igualdad que Dios establece aquì‖. ii 89
Calvino pregunta: ¿Lo que poseo, no es mío?
No, está bajo la ley de la caridad: ―¿No está dicha ley más allá de todos los acuerdos polìticos del
mundo?‖ iii
90
Por ende, lo que es legítimo de acuerdo con las leyes del estado no necesariamente
es lo justo ante los ojos de Dios. Las palabras que siguen pudieran haber sido escritas, desde los
tiempos del colonialismo, en relación con los campesinos pobres y sin tierra del mundo actual
que son dañados por la legislación de sus naciones: ―Un tipo de robo se ejerce mediante la
violencia, cuando por la fuerza y contra la ley los bienes de otros son arrebatados. Otro tipo de
robo se produce cuando con mucha malicia y fraude el prójimo es engañado y privado de la
posesión de sus bienes. Hay una forma más de hacerlo, con más astucia y refinamiento, cuando
bajo la cobertura de la ley y el orden se les roba lo que les pertenece. Además, es con adulación y
bajo el título de concesión que las personas obtienen los bienes de otros‖. Calvino señala ―todas
las formas y maneras que utilizamos para adquirir las posesiones, las tierras y el dinero del
prójimo‖. Es robo; estas lìneas son parte de la explicación de Calvino sobre el octavo
mandamiento. ―Pues aunque los que usan tales procedimientos puedan ganar sus causas ante los
jueces; no obstante, ante el tribunal de Dios son considerados ladrones. Porque Él ve las trampas
mediante las cuales los hombres astutos atrapan a los humildes desde lejos ( ); Él ve los
impuestos y extorsiones insoportables con que los poderosos oprimen a los pobres, las
adulaciones con que los más astutos preparan sus anzuelos para sorprender a los imprudentes y
menos aconsejados. Todo esto permanece oculto‖.91
i ―…bien qu‘il n‘y a point ici une taxe, ou quelque impôt‖.
ii ―Voilà donc une équité que Dieu met ici‖.
iii ―N‘est-elle point par-dessus toutes les polices du monde?‖
30
Calvino nunca escoge un criterio de juicio fundamental desde el interior o de acuerdo con el
sistema, hecho por el hombre.i En la actualidad vivimos en un mundo en el que ―pensar se
convierte en hacer y fabricar, y la realidad se hace lo que el hombre ha hecho‖.92 La Palabra de
Dios nos coloca en una relación dialéctica con el mundo y con nosotros mismos. La antropología
bìblica de Calvino, en la que es a partir del corazón que ―fluyen los manantiales de la vida‖ ii y a
partir de la cual también la razón recibe su guía, es el gran paso de avance que lo aleja del
Escolasticismo, la filosofía especulativa y el racionalismo. Esta visión, nueva en su época pero
totalmente bíblica, contiene una crítica fundamental de todo el reduccionismo, el absolutismo y el
totalitarismo metódicos, tanto en la teoría como en la práctica.93
Por ello, de acuerdo con Calvino, no debemos acercarnos al desastroso problema ecológico actual
del mundo por estar mecánicamente forzados a hacerlo por la fuerza de los límites externos del
sistema, sino por la conciencia. El comportamiento económico no dependerá del resultado del
debate de los climatólogos acerca de hasta qué punto pueda haber efectos destructivos o no del
carbono, sino del tratamiento cuidadoso de la naturaleza como creación de Dios que es. El
economista Weisskopf de Chicago estuvo muy en sintonía con Calvino cuando escribió en los
inicios de la década de los setenta:
La destrucción del ambiente a través del ‗progreso‘ técnico y económico recibe la atención de los medios
masivos y el aparente apoyo verbal de los políticos. Es significativo […] que fue necesario el temor al
peligro externo para despertar la opinión pública a los peligros del crecimiento económico. No fueron
suficientes los peligros internos espirituales, psicológicos, morales, incluyendo la mala distribución de los
recursos y la inversión de todas las prioridades morales, para mover la opinión pública.94
Esto significa que en la economía se pone en riesgo nuestra integridad espiritual. El teólogo
brasileño Jung Mo Sung no pudiera coincidir más con Calvino cuando dice: ―No se puede
anunciar al Dios de Jesucristo sin tomar en cuenta la economìa‖.95 Calvino nos recuerda que
debemos tratar la naturaleza como el don de Dios que hay que cuidar, independientemente de
cualquier obstáculo externo o impasse que nos obligue a hacerlo de forma mecánica. Lukas
Vischer cita a Calvino al decir: ―Aquellos que poseen un campo deben cultivar sus frutos de
forma tal que el suelo no sufra daños por negligencia de su parte. Deben traspasar la tierra a sus
descendientes como la recibieron a aún en mejor estado…‖; y: ―que prevalezca entre nosotros la
responsabilidad y el cuidado hacia todas las buenas cosas que Dios nos da, de manera que todo el
mundo se considere mayordomo de Dios. De esta manera nadie se comportará inmoderadamente
ni echará a perder mediante el abuso las cosas que Dios quiere preservar‖.96
i ―Frente a las palabras ‗en el principio‘ de Génesis 1, está la ‗inauguración‘ (‗Henoc‘) propia de Caín, relatada en
Génesis 4. ( ) Caín inicia su propia, ‗anti‘-creación‖ (Haan, La economía del honor, p. 45; del capítulo 4, ―Un
sistema de seguridad militar-económico‖; este capìtulo está basada en el notable estudio de Jacques Ellul La ciudad
(The Meaning of the City). ii Proverbios 4, 23. La antropología bíblica del corazón humano es la piedra angular de la epistemología y filosofía
calvinistas que fue puesto por Herman Dooyeweerd.
31
4
LA ECONOMÍA
Calvino conecta la teología con la economía. En este capítulo seguiremos de forma sistemática (y
al hacerlo le daremos tributo) la gran obra de André Biéler sobre el pensamiento económico de
Calvino.97
Muy pocos teólogos han ―relacionado los hechos económicos con el drama cósmico de
la redención de forma tan clara como lo hizo Calvino‖.98
La riqueza no es un asunto neutral.
Calvino no se limita a proponer la cuestión moral como lo había hecho la Iglesia Católica
medieval, sino que propone la perspectiva espiritual. No obstante, es el enfoque moral lo que
tienen en común.i El elemento nuevo fue que el asceticismo y la pobreza como tales ya no eran
vistos como una virtud religiosa, aunque aún se tenían en estima la sencillez y el sacrificio. Esto
se debe al rechazo de Calvino de la oposición ente espíritu y materia.99
La vida espiritual que no
se traduce en acciones materiales es una mentira.100
Por medio de Jesucristo, la restauración del
―orden social primitivo natural‖ sin la fuerza opresora de la riqueza es la prefiguración de la
venida del Reino de Dios.101
La riqueza material tiene significado espiritual. La economía es el
lugar donde se practica no el interés por uno mismo, sino la libertad cristiana. Nadie puede servir
a dos amos. Por ello, en Calvino, ni la afirmación moderna de neutralidad y autonomía ni la
obediencia a la hegemonía del sistema pueden permanecer. Más adelante debemos regresar al
problema de la sociedad tecnológica.
La naturaleza
―Cuando Dios crea el sol no es para que (el sol) se ilumine a sì mismo sino para que seamos
iluminados. ( ) Aunque la tierra produzca hierbas para los animales silvestres, todo se relaciona
con el hombre y Dios quiere que conozcamos su amor paternal y su amor por nosotros‖.102 El
pecado ha suprimido el señorío del hombre del mundo y lo ha alienado de la naturaleza. Sin
embargo, la naturaleza continúa siendo abundante. Está allí para disfrutarla y para cuidarla.ii El
desgaste de la misma por el ser humano es otro asunto. Calvino lee en los profetas que ―…Dios
no solamente proporciona lo necesario para el hombre dándoles sólo lo suficiente para la vida
común, sino que mediante su clemencia lo trata de forma mucho más liberal cuando deleita su
corazón con vino y aceite‖.103 Esto nos recuerda el limitado número de economistas sensibles que
aun en la actualidad sostienen que los recursos económicos globales son suficientes para
alimentar la población mundial en su totalidad, con tal que se usen de forma más eficiente para
ese fin. Cuando las instituciones económicas interfieren, son ellas las que crean la escasez y no la
providencia de Dios. Dios creó la abundancia, los hombres crearon la escasez. Weisskopf afirma
con toda razón: ―(El) continuo incremento tanto en las necesidades como en la producción impide
la realización de la abundancia en el sentido de un sobrante de medios de satisfacción en relación
i La Ginebra de Calvino, muchas veces desacreditada por la mente moderna a causa de sus leyes sobre el lujo, más
bien debería considerarse un lugar de tolerante clemencia en comparación con las prescripciones sobre los vestidos
del parlamento francés y de los demás ciudades, que hasta amenazaban con la pena de muerte. Las reglas contra el
lujo eran comunes en todo el país de Francia en aquel entonces, no por último entre las ciudades católicoromanas
(Biéler, LP, p. 107). ii Proverbios 12, 10: ―El justo se cuida de su ganado‖; por ende sería una crueldad monstruosa no tratar bien a sus
trabajadores, dice Calvino (Com. sobre Deut. 5, 1-11; LP, p. 341). Pero hay algunos ―que piensan que la raza
humana ha sido hecha solamente para ellos‖ (Com. sobre Santiago 5, 4; ibid.; también p. 423).
32
con las necesidades. Vista a esta luz la abundancia es un ideal que nunca puede ni debe
alcanzarse; la suposición básica de la escasez como medio y liberalidad de los fines impide la
posibilidad de establecer la abundancia completa”.104
Los economistas pueden atribuirle la escasez a la Caída,i pero la historia del Paraíso tiene como
objetivo explicar de dónde vinimos como el lugar en el que la voluntad de Dios se cumple en
libertad. Seguimos en ese mismo llamado a cumplir la voluntad de Dios. Hasta la teoría
económica moderna admite en su forma de razonamiento formal que el problema del bienestar
pudiera resolverse cuando la oferta cumpla cabalmente una demanda que se mantuviera de forma
suficiente dentro de ciertos límites. La escasez existe solamente en relación con un uso específico
de los recursos. La economìa de la Edad de Piedra, que seguramente existìa ―después de la
Caìda‖ era abundante.105 Los indios de Norteamérica vivían en abundancia antes que tuviera lugar
su genocidio.106 La explicación de la escasez ya fue sugerida por John Locke quien reconoció
―que en el mundo de esta era habrìa abundancia para todos los hombres, aun para el doble de
todos los que viven, ―si no se hubiera inventado el dinero‖.107 Sabemos que no fue solamente el
dinero. Aunque Calvino advierte constantemente que nuestro pan diario y el bienestar económico
dependen de la bendición y el cuidado de Dios, dicha bendición es inversamente proporcional a
―nuestra falta de firmeza y a nuestra rudeza‖ ii.108 Todo el orden natural es testigo del amor
paternal de Dios hacia nosotros, de que él se complace (daigne) en cuidarnos al darnos nuestro
pan común‖.109
―Las perturbaciones de la naturaleza en la actualidad son signos de la amenaza de Dios; esta
amenaza que le recuerda el pecado al hombre está destinada a conducirlo, mediante el
arrepentimiento, a la nueva vida que Dios le ofrece en Jesucristo‖.110 El profeta habla acerca de
provisiones y alimento; ―cuando Dios coloca ciertas marcas de su ira sobre las cosas de la vida
común, constituye una estupidez intolerable que no nos percatemos de ello‖.111 ―Cada vez que
sintamos inclinación por causar destrucción o daño (a la naturaleza), deberíamos una y otra vez
recordar esto: nuestro Señor ha dado abrigo a todas las personas en este mundo, nos ha
proporcionado las cosas que sabía que eran útiles para nuestras vidas. Por lo que, cuando quiero
privar a la tierra de lo que Dios le ha proporcionado para la alimentación humana, soy yo quien
anula la bondad de Dios que ya no se presentará más‖. Dañar los árboles, las tierras arables y asì
por el estilo es ―hacerle la guerra a Él, que nos muestra aquì un espejo de su bondad, no hacia un
hombre en particular, sino hacia todas las personas entre las cuales estamos incluidos‖.112
La naturaleza es la herencia común de la raza humana. El hombre tiene que cuidar que no se
produzca la explotación excesiva ni el desgaste de los recursos naturales. Las palabras de Calvino
nunca podían haber sido más impresionantes que durante el desastre ecológico actual. Cuando ya
los israelitas no respetaban el Sabbat, Dios mismo pone la tierra a descansar ―cuando haya
vomitado sus habitantes‖. iii 113 No atribuyamos la esterilidad y el hambre a ninguna otra causa que
i Por ejemplo el economista bien conocido holandés Arnold Heertje, Echte economie. Een verhandeling over
schaarste en welvaart en over het geloof in leermeesters en lernen, Valkhof Pers, 200911
, p. 51, 111. Naturalmente
Calvino también atribuye el desorden en la economía al pecado, pero al mismo tiempo apunta a la restauración por la
imitación de Cristo que conduce a la renovación de los hombres que son llamado a construir un orden social nuevo. ii ―…ce sera selon la mesure de notre infirmité et rudesse…‖.
iii Calvino refiere a II Crónicas 36, donde leímos (v. 19-21): ―Incendiaron la Casa de Dios y derribaron las murallas
de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de
la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos de él y de sus hijos hasta e advenimiento del reino de
33
nuestros propios vicios y nuestra culpa. Pues no existe una multitud tan grande de personas que la
tierra no pudiera alimentar y sostener; pero a causa de nuestros vicios cerramos su matriz, que
debería estar abierta para nosotros y proporcionarnos toda clase de frutos de forma tal que
fuéramos felices‖.114
La riqueza
La teología reformada considera la riqueza como una bendición de Dios.i Ello no quiere decir que
los fieles siempre disfruten de la riqueza y los pecadores sufran, sino todo lo contrario. La
prosperidad, al igual que los sinsabores ponen a prueba al hombre de fe, como se muestra en el
ejemplo bíblico de Job.115
La riqueza puede adquirirse siempre que el otro no salga dañado.116 Debe estar totalmente
dedicada a Dios. Ello significa que debe dedicarse al servicio del prójimo.ii No se condena
necesariamente el lujo en sí mismo, sino más bien por su falta de respeto y provocación hacia los
pobres.117 Los bienes materiales del mundo deben distribuirse abundantemente entre todos los
hombres sin excepción. ―Calvino denunció amargamente el movimiento contemporáneo de cercar
las tierras comunes‖.iii 118
los persas; para que se cumpliese la palabra de Yahweh, por boca de Jeremìas: ‗Hasta que el paìs haya pagado sus
sábados, descansará de todos los dìas de desolación, hasta que se cumplan los setenta años‘.‖ i Los ricos supuestamente nos mostrarán el ejemplo de la buena vida, una primicia del desarrollo económico sano y
regocijante. Cumplen un papel responsable. Sin embargo, John Maynard Keynes quien observaba la perspectiva del
crecimiento económico tal como se presentaba durante su vida expresó su desilusión. ―A juzgar por el
comportamiento de las clases adineradas en todas partes del mundo !la perspectiva es de lo más deprimente! Porque
ellos son, por así decir, nuestra vanguardia –cumpliendo el papel de espías, reconociendo la tierra prometida, para
allí montar el campamento. Después de todo, la mayoría de ellos –con ingresos independientes, pero libre de
asociaciones, obligaciones o vínculos—ha fallado estrepitosamente, a mi punto de vista, en la solución del problema
que se les ha planteado‖ (―Economic Possibilities for Our Grandchildren‖, The Nation and Atheneum, 1930;
reimprimido en Essays in Persuasion, New York 1963; esta parte ha sido citada en: Haan, La economía del honor, p.
202). ii Sin entrar ahora en el debate sobre ―capitalismo versus socialismo‖ –lo que es muy otra cosa siendo además una
cuestión secundaria-- queda inequívocamente claro que Calvino aquí implica enteramente la cuestión del orden
económico contemporáneo. iii
Los bienes económicos naturalmente consisten en bienes de producción en primer lugar y bienes de consumo. La
propiedad de la tierra es una cuestión fundamental para millones de familias agrícolas. Adam Smith consideraba los
latifundios latinoamericanos ―una institución bárbara‖. ―Se basa en la suposición más absurda que existe, de que toda
generación sucesiva de seres humanos no tenga un derecho igual a la tierra y a todo lo que lleva (Riqueza de las
Naciones, libro III, cap. 2, ―La desanimación de la agricultura‖). ―El pequeño propietario, sin embargo, que conoce
cada parte de su pequeño territorio, que lo mira con el afecto que inspira la propiedad, especialmente la pequeña
propiedad, y que por esa razón está muy contento no sólo cultivándola sino adornándola, generalmente es el más
laborioso de todos los reformadores (improvers), el más inteligente, y el más exitoso‖ (ibid., cap. 4). Esto es
conforme la visión de los obispos catolioromanos braileños que llamaron la tierra la terra de trabalho que ha de
remplazar la terra de exploração (tierra de la explotación) de los grandes propietarios y los especuladores
(Conferência Nacional dos Bispos do Brasil, Igreja e problemas da terra, San Pablo 1980, pp. 29-33). Es interesante
que hasta en nuestros días hay jueces brasileños que en algunos casos han basado sus juicios sobre esta visión
eclesiástica del uso de la tierra al sentenciar sobre ocupaciones de tierra por campesinos pobres sin tierra. Aquellos
que pretenden que el problema alimenticio del mundo solamente pueda ser solucionado por las empresas a gran
escala ignoran el hecho de que, a causa de las fuerzas excluyentes, nuestro sistema monopolizado de uso intensivo de
capital y técnica, por definición no está en condiciones de incluir a los campesinos del mundo y de proveer a la
población rural los debidos empleos e ingresos. Al escribir estas líneas veo que la televisión está mostrando la
posibilidad del uso de la palma de azúcar para producir combustibles, lo que podría sustituir la devastación de gran
34
Nadie puede juzgarse a sí mismo como un individuo separado.i La riqueza es signo de las cosas
que han de venir. Sin embargo, Calvino estaba bien consciente que nunca podemos construir una
relación cuantitativa o cualitativa entre la gracia de Dios y el bienestar material. ―En la Biblia
nunca existe equivalencia entre riqueza y bendición‖.119
―…Cuando habla acerca de la bendición
del trabajo del fiel y la maldición del trabajo del malvado, nunca avizora una correlación
cuantitativa que permita la ecuación errónea que a menudo se le ha imputado al Calvinismo: el
éxito material es igual a la bendición y viceversa. De lo que se trata es de una relación establecida
en la fe, en el diálogo del Dios viviente con su criatura; la bendición verdadera puede realizarse
en la pobreza y el éxito material puede muy bien conllevar una maldición‖.120
Considerar a los
pobres y afligidos como desprovistos de la bendición de Dios o hasta culpables de dicha pobreza
y aflicción equivaldrìa a ―rebajar a los que trabajan por la cruz al fondo de los abismos‖.121 Pero
―los que obedecen a Dios y no son esclavos de la riqueza pueden utilizarla en la fe‖.122
―Cuando
tenemos riqueza, no debemos colocar en ella ni nuestro corazón ni nuestra confianza‖.123
Tanto la
riqueza como la pobreza están destinadas a poner a prueba (éprouver) el corazón de los
hombres‖.124
En la doctrina reformada ―la riqueza no aparece como un asunto moral en primer lugar, sino más
bien, mayor medida, como parte de la vida religiosa. Coloca al hombre ante una selección, una
alternativa: o bien la reconoce recibiéndola en la fe, como don de Dios, un signo de su gracia, o
bien le atribuye un poder y una eficiencia autónoma, negando de esa forma, de hecho, el señorío
de Dios sobre todas las cosas‖.125
La riqueza no es un fin en sì misma, sino ―solamente una ayuda
en la vida presente‖.126
Al interpretar la riqueza sin relación con la gracia de Dios, la misma se
objetiviza; se convierte en ―una de las más poderosas armas del mal‖. ―El amor a la riqueza toma
una forma religiosa‖;127
―equivale a idolatrìa y alienación‖.128
Calvino extiende el concepto de riqueza de forma tal que incluye esa parte que la teoría moderna
económica vino a reconocer como de suma importancia--la riqueza social; es decir, la situación
de poder que se desprende no solamente a partir del capital financiero, sino más bien del capital
social, cultural y político. La advertencia contra los ricos incluye a todos los que están investidos
con honor, nobleza u otras ―cosas externas‖.ii 129
La igualdad
No obstante, la imagen del ―burgués” que el hombre rico mantiene de sí mismo aún es de uso
común. Tiene lo que tiene por su propia virtud. Eso es lo que Calvino llama ―la imaginación del
mérito‖130
y Tawney lo ha llamado el ―intelecto no sofisticado‖. Hemos visto que Calvino ve el
producto social económico como una producción conjunta, el resultado del esfuerzo de la
comunidad de hombres, lo que trae consecuencias directas para nuestra visión sobre la
distribución de los ingresos.131
parte de la isla de Borneo por las plantaciones de palma de aceite. De esta manera no se requieren plantaciones a
grande escala que expulsan a los campesinos de sus tierras; los árboles pueden ser plantados en la selva misma. El
procesamiento del jugo precisa pequeñinas fábricas en los pueblos solamente. Además la palma está proporcionando
muchas otras fuentes de ingreso. i Glorificar a Dios significa ―que nul ne se tienne comme séparé” (sermón sobre Mateo 3, 9-10; LP, p. 315). Por eso
Dios ha mezclado ricos y pobres entre sí. ii ―Cette admonition s‘adresse à tous ceux qui ont quelque excellence, soit en honneur, ou noblesse, ou autres choses
externes‖.
35
El ejemplo bíblico para Calvino es el maná en Éxodo 16. Calvino se refiere a Pablo quien, con
relación a los que no tienen, ―por deducción‖ señala que ―en cuanto a la igualdad vuestra
abundancia presente debería suplir las necesidades de ellos, de forma tal que la abundancia de
ellos pueda suplir vuestra necesidad, y así pueda haber igualdad (2 Cor. 8, 14).132
i Hay que
prestar atención aquí al concepto de igualdad, que es radicalmente lo contrario del enfoque
moderno matemático y atomista. La igualdad es igualdad en el presente; el resultado económico
es cambiable y hasta reversible. En Calvino el desarrollo del proceso económico, como el orden
económico mismo, tiene carácter provisional. En la economía del pensamiento bíblico la
igualdad no es la precondición (ideológicamente supuesta) de ―sujetos del mercado libre‖, sino la
condición para y el resultado de la interacción económica justa. La igualdad viene a la existencia
a través de la reciprocidad al tomar en cuenta el interés del otro.ii ―Vea aquì una igualdad que
Dios ha establecido: ( ) cuando Dios nos ha dado bienes más que de sobra para nuestro uso, no
debemos ser demasiado mezquinos‖ en ponerlos al servicio de los más necesitados.133
Por tanto,
Calvino no dice que los ricos ―deben regalar‖ todas sus riquezas a los pobres para hacerse
―iguales‖ a ellos. Esto serìa una forma ―frenética‖ de razonamiento.134
Al comentar acerca de 2
Cor. 8, 14, escribe que el compartir mutuo ―de acuerdo con los dones y necesidades (existentes),
constituye una proporcionalidad adecuada, como una bella armonía, aunque algunos posean más
y otros menos y los dones se distribuyan de forma desigual‖. Las diferencias ya no constituyen
una fuerza divisoria sino que conducen a una unión que es beneficiosa para todos.135
A menudo
Calvino habla acerca de la relación entre el dueño y el empleado. Ciertas jerarquías pertenecen a
la sociedad.136
Pero los dueños y los empleados tienen un derecho mutuo, en el que los primeros
les deben a los segundos que sean tratados con igualdad, con respecto y amor y viceversa. Los
amos son deudores de los siervos (detteurs aux serviteurs).137
Deben poner en práctica la
―igualdad‖ (griego: ìsótès) con sus siervos, ―sabiendo que ellos también tienen un Amo en el
cielo‖. (Col. 4, 1).138
La propiedad
―El don de la propiedad no ha sido otorgado al hombre solamente para su beneficio material‖.
Este don material ―es el mensajero de otro don, que es la vida eterna; es como un signo destinado
a prefigurar el Reino de Dios, que se otorga libremente‖.139 Dios es el dueño de todas las cosas.
La Biblia nunca le asigna un significado meramente individual a la propiedad. La responsabilidad
para su uso, en realidad, le pertenece al individuo. Pero es como la vida espiritual, que es
estrictamente individual y a la vez esencialmente colectiva.140 Ambas apuntan a la misma
interdependencia dentro de la comunidad. Es incorrecto reclamar el beneficio para uno mismo,
aun cuando el orden político lo apruebe.iii Cuando el propietario no se dedica debidamente al
i Levinas ha observado que el otro se revela a mí desde lo alto y con la autoridad de su rostro. En Filipenses 2, 3/4
Pablo dice: ―consideren cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés
sino el de los demás‖. La adición errónea en muchas versiones bíblicas ―no solamente su propio interés – sino
también el de los demás‖ debe ser omitida. Podemos referir también al comentario de Calvino sobre Mateo 5, 42:
Cristo exhorta a sus discípulos a ayudar no solamente a unas pocas personas, ―sino que tienen que dedicarse al hacer
bien para todos y nunca dejarlo siempre cuando sigan teniendo los medios‖ (LP, p. 454/455). ii Ver el mensaje de la parábola del ―mayordomo injusto‖ (Lucas 16), quien termina por obedecer a la ley de Dios y
por lo tanto al interés de los campesinos haciendo amigos entre ellos ―para que lo reciban en los eternas moradas‖;
podríamos decir: atendiéndolo cuando llegue a ser viejo (ver Haan, La economía del honor, cap. 11). iii
Hay personas que bajo el pretexto del orden político guardan todo lo que tienen a buen recaudo y escondido (―sous
couverture de la police tiennent serré et caché tout ce qu‘ils ont” (Com. sobre Hechos 2, 44; LP, p. 354). Ante la ley
36
bienestar de sus prójimos, de hecho estos últimos están siendo robados.141 El cuidado por los
pobres es la forma en que se realiza en la actualidad el sacrificio religioso.i El gozo acerca de la
bendición de Dios debe compartirse no solamente entre el hombre, la esposa y los hijos, ―sino
que debemos atraer a los que parecen estar bien lejos de nosotros y a los desconocidos‖. Debiera
ser causa común que incluya a los residentes temporales, las viudas y los huérfanos de modo tal
que las ofrendas a Dios se hagan en la comunidad.142
Pero la propiedad hay que mantenerla, cuidarla y ponerla en uso. Calvino concibió la propiedad
privada como algo fundamental para el orden social. ―Es vital para el mantenimiento de la
sociedad humana que cada persona se haga cargo de lo que posea; que algunos adquieran
propiedades mediante la compra, que a otros les venga por derecho hereditario, a otros por
donación, de modo que cada cual incremente sus medios mediante su ingenio o su fuerza física u
otro don. En resumen, el orden político requiere que cada uno se haga cargo de lo que le
pertenece‖.143 ―Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que lo que cada uno posea
esté seguro‖.144 Debe ser legado a los sucesores en buen estado o hasta en un estado superior, sin
que se agote. La tierra tiene derecho al Sabbat; debe dejarse descansar periódicamente. Además,
no debe alienarse fácilmente.145 El año sabático y el jubileo son testigos de la importancia de
corregir la desigualdad extrema y la opresión social que resultan de la presente acumulación por
parte de los ricos. La redistribución de la tierra y la liberación de la deuda apuntan al ―origen
divino de la propiedad, así como a servir al prójimo sin discriminación racial o social‖.146 La tierra
es herencia común, entregada a un pueblo liberado. Todo el mundo debe compartir un cierto
estado promedio de bienestar (un état moyen).147
La distribución
Los ricos han recibido su riqueza bajo la condición que sean ―los ministros de los pobres‖ y ―los
oficiales de Dios‖.148 Calvino no condena la riqueza como tal. No hay mérito en deshacerse de
ella, como Carteas el tebano, que lanzó su dinero al mar. Cuando Jesús le aconsejó al joven en
Marcos 10 acerca de cómo heredar la vida eterna no le dijo simplemente que vendiera sus
riquezas, sino que las compartiera con los pobres.149 ii La distribución no es sencillamente—como
pretende el pensamiento actual—un asunto de repartir bienes de consumo o hasta subsidios de
ingresos a los pobres, sino que los ricos son también responsables de la administración de los
bienes colectivos; tienen responsabilidades específicas en cuanto a la organización de la sociedad.
Podemos referirnos al economista clásico Sismondi (1773-1842) proveniente de una familia de
ciudadanos de la alta sociedad ginebrina, quien –―poseìa tanto rango como propiedades, aunque
los pobres pueden ser robados (“sous couleur de droit, on prive quelqu‘un de ses biens”). Aquellos que son ladrones
a los ojos de Dios muchas veces ganan sus pleitos en las cortes (Institución, II, viii, 45 ; LP, p. 358). Ver cap. 3. i [Les aumônes] sont les sacrifices que Dieu demande aujourd‘hui‖, “especialmente ya que nuestro Señor no se
presenta a nosotros tres veces por año, sino que se manifiesta a nosotros en la persona de su hijo único que vive con
nosotros siempre‖. Las ceremonias religiosas no bastan. Jesucristo remplaza el Templo: está vivo en nuestras almas
(Sermón sobre Deut. 16, 13-17; LP, p. 364). ii El boletín de la Cruz Roja de mi ciudad (febrero de 2010) reporta que el rico empresario austriaco Karl Rabeder
(47) hace una donación de tres millones de euros para los pobres quedándose para sí mismo con un ingreso mensual
de € 888. ―El dinero trabaja contraproductivamente‖, dice. Su anterior riqueza ahora está puesta al servicio de unos
hogares de huérfanos y otros proyectos en America Latina. ―Llegué a descubrir que no necesito dinero‖.
37
el padre era también un pastor (reformado) de aldea‖.i Escribió que la riqueza resultarìa ―en el
más alto grado de bienestar para la sociedad, que siempre sea de ventaja mutua de manera que, de
acuerdo con la intención de la Providencia, los pobres y los ricos se encuentren‖.150 Los ricos
deben ―usar lo que no consuman para aliviar todas las miserias‖.151
Según el pensamiento moderno, la caridad, por ejemplo la que se pone de manifiesto en la ayuda
para el desarrollo, solamente es posible cuando primeramente los ricos experimentan un
crecimiento; es a partir de un incremento en el ingreso que pudieran pagarse las obligaciones a
los pobres. Calvino—y de hecho Sismondi también, a pesar de la frase ―lo que no consuman‖—lo
ve como un asunto más esencial. Los ricos no son ricos ―por sus bellos ojos‖. Pudieran decir
―todo es mìo‖—lo cual constituye el mensaje del individualismo y el capitalismo en nuestros
tiempos—pero por el contrario, ―tienen que practicar la humanidad hacia los que sufren
necesidades‖.152 La soberanía de Jesús no se detiene ante el capital. Las donaciones no deben ser
sólo el resultado de un incremento en los ingresos; los ricos son ricos también por su patrimonio:
―(Jesús) quiso enseñarnos que tenemos que acudir a la ayuda de los pobres no solamente con lo
que no utilizamos, sino que no podemos siquiera retener nuestra herencia si no alcanza con
nuestros ingresos; como si hubiera dicho: su liberalidad y su caridad se extienden hasta reducir el
patrimonio y la alienación de sus tierras‖.153 Cuando los que disfrutan de riquezas y tienen dinero
para invertir se preguntan cómo servir los intereses financieros de los ricos, no ofrecen testimonio
ni de caridad ni de compasión. El riesgo que deben correr consiste en prestar al pobre libremente.
Eso es realmente liberalidad gratuita, ―no solamente porque pone en peligro su capital sino
también porque los pobres no tienen nada parecido que devolver‖.ii 154
Esto no significa que los fieles deban ir al extremo de quedarse sin nada.155 La Biblia no da
ninguna receta cuantitativa general para la ―intercomunicación mutua de los bienes‖. Pablo dice:
No les doy un mandamiento ―pero por su dedicación a los demás quiero probar la autenticidad de
su amor‖. El hecho es que ―le debemos a Dios no solamente una parte sino todo lo que somos y
lo que tenemos‖. Sin embargo, a nadie puede obligarse a la pobreza absoluta, como reclaman
algunos que abogan por un comunismo que constriña. En ese caso nadie podría practicar ya la
caridad con la conciencia tranquila.156
Nunca debe promoverse el enriquecimiento al costo de otras personas.157 Es particularmente
cierto ―en el caso de un conflicto social en que los débiles son saqueados por los poderosos, y la
ley formal puede estar a favor de los poderosos, pero ello no significa que estos últimos sean
justificados ante Dios‖.158 No debe existir una minoría de ricos, ya que ello siempre resulta en la
i ―Jean Charles Léonard Simonde de Sismondi nació en Ginebra en el día 9 de mayo de 1773. Provenía de la ilustre
familia de los Sismondi. Caídos de su esplendor antiguo los Sismondi de Pisa se habían refugiado en Franca en 1524
junto con el ejército de Frederico Buzzolo, después de la sujeción definitiva de su país. Se establecieron en la
Daufiné, donde en el olvido del largo exilio casi habían perdido su apellido, ya pervertido por la pronunciación
extranjera contrayéndolo y transformándolo en Simonde. Finalmente, después de haber aceptado con entusiasmo el
Protestantismo, fueron forzados a expatriarse por segunda vez, en el período de la revocación del Edicto de Nantes.
Buscaron asilo en aquella ciudad de Ginebra a la cual los expulsados de Francia por razones de religión habían
otorgado su constitución y grandeza en el siglo XVI, y que devino en el refugio de todos los perseguidos en Europa‖
(Political Economy and the Philosophy of Government. Selections from the Writings of J.C.L. Simonde de Sismondi
[1847], ―Historical Notice of the Life and Writings‖ by M. Mignet; Reprints of Economic Classics, Nueva York
1966, p. 2). ii ―…non seulement parce qu‘on hasarde le principal, mais aussi parce qu‘ils n‘ont point de quoi rendre la pareille‖.
Ver cap. 5 sobre la cuestión del crédito y del interés.
38
opresión de la multitud. Al referirse a dicho peligro, Calvino señala el Jubileo: ―Especialmente
cuando se les permite a los ricos un incremento ilimitado en los ingresos, de modo que llegan a
dominar de forma tiránica, Dios ha puesto freno a todo poder excesivo por medio de esta ley‖
(mediante el establecimiento de la redistribución periódica de las tierras y la cancelación de las
deudas).159
Los pobres
Los pobres son pobres ―para que el que posee más pueda proveerle con lo que posee
provisionalmente por amor a Dios. Esta interdependencia social expresa concretamente la
profunda solidaridad espiritual que unifica la raza humana‖.160 Debe producir equilibrio
económico en el sentido material de la palabra. Pero los hombres no confían en la providencia de
Dios porque no se aman entre sí. Inmovilizan los bienes destinados a los demás. La pobreza es
anarquìa. ―Es de acuerdo con la suerte de los pobres y en su nombre que uno valora la cualidad
de una sociedad‖. Calvino dice que los pobres son los abogados de Cristo y los que lo reciben.
Son sus mensajeros para poner a prueba la caridad y la fe de los hombres.161 Siglos antes que lo
hicieran la teología de la liberación y el ecumenismo, Calvino señaló a los pobres como los que
Cristo nombró sus tenientes, refiriéndose a Mateo 26, 11.i Y con ello Calvino quiere decir los
pobres del mundo. ii 162 Ellos son los embajadores y mensajeros de Cristo.163 Es un oficio adecuado
de Dios hacer suya la causa de los pobres.164 Para su sostenimiento Dios ha establecido relaciones
mutuas entre los hombres para que la materia sea un vehículo de la gracia.165
Por la visión de los pobres de Calvino como los mensajeros espirituales objetivos de Dios,166 el
mismo está muy en sintonía con lo que la teología de la liberación actual llama la ―opción
preferencial por los pobres‖. ―Los bellos comentarios casi biográficos de Calvino sobre los
salmos (1557) son un ejemplo clásico de la hermenéutica reformada‖ dice el profesor Hans de
Wit, quien se especializa en la lectura intercultural de la Biblia en la Universidad Libre en
Ámsterdam. Quiere ser una respuesta a la experiencia de extrema violencia y crisis social dentro
de la comunidad de la Ginebra de 1550. Puede leerse desde la perspectiva de las teorías modernas
del trauma. ―Como teólogo de la liberación avant la lettre Calvino penetra, a través de los
salmos, en el corazón de la experiencia traumática misma, preguntándose lo que significa en tal
situación de violencia incontrolada el hacer teologìa y creer en Dios‖. Calvino escribe que ―los
salmos dotan de nuevo lenguaje al corazón que se ha quedado mudo‖.167
Biéler resume el pensamiento económico de Calvino en la famosa fórmula: ―de cada cual de
acuerdo con su capacidad, a cada cual de acuerdo con sus necesidades‖—la misma utilizada por
i La Biblia de Jerusalén dice: ―Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mì no me tendréis siempre‖.
Otras traducciones lo dicen mejor: ―a los pobres tendréis siempre con vosotros‖. Los pobres no son una categoría
anónima, sino que son aquellos que nos hablan a nosotros. Así Calvino nos lo enseña. Encontré su referencia a
Mateo 26, 11 en la cita que da Biéler proveniente de la Institución, IV, iii, 1. No la encuentro en otras traducciones
(la versión española basada en la traducción de Cipriano de Valera de 1597 publicado por la Editorial Fundación de
Literatura Reformada (Feliré) en Rijswijk, Países Bajos, menciona Lucas 10, 16). Pero cuando Calvino
aparentemente en algún momento ha mencionado este texto de Mateo en una de las ediciones de la Institución esto es
conforme su teología entera. En Mateo 26 Cristo trata del gobierno de la iglesia. Está diciendo que mientras que Él,
como jefe de la Iglesia, dejará a sus discípulos, serán los pobres los que se van a quedar en su capacidad de
instructores de la iglesia. Puesto que ―ya no podemos escuchar su voluntad de su propia boca, por lo tanto usa el
servicio de los hombres haciéndolos sus lugartenientes‖. Calvino frecuentemente cita Mateo 25, 31-46. ii “…les pauvres et disetteux qui sont en la terre‖.
39
Karl Marx. 168 No es necesariamente la conducta real de los pobres lo que los convierte en los
privilegiados de Dios. El robo por parte de los mismos sería un acto blasfemo; no debe existir
desorden o conducta irracional. Además, los pobres son personas que pueden codiciar más allá de
la igualdad, ―el vientre no tiene ni ojos ni oìdos‖.169
Pero económicamente hablando, es más bien
el estado en que se encuentran lo que hace que la clase media y los ricos sean responsables de
ellos.
El trabajo
―Calvino, basado en las Escrituras, es uno de los pocos teólogos que, con tanta claridad ha hecho
evidente la participación del trabajo humano en la obra de Dios‖.170 Ni el Escolasticismo y mucho
menos la Antigüedad le atribuyeron tanta dignidad y valor espiritual al trabajo de nuestras manos
(Salmo 90, 17).i ―El hombre ha sido creado para hacer algo‖.171 ―El que se niega a trabajar
desprecia y desperdicia los dones que Dios le ha dado para ese fin‖ y paraliza la comunidad
(como se sabía que lo hacían la mayoría de los monjes en los claustros).172 La industria en la que
cada uno toma su responsabilidad, el mismo llamado, la destreza mediante la buena conducta, y
otras gracias, es como mercancía porque su objetivo y su uso sirven para la comunicación mutua
entre los hombres‖.173 Toda actividad económica tiene lugar en medio de la sociedad. Biéler cita
la ―oración de Calvino para decirse antes de ponerse a trabajar‖ en la que se le pide a Dios ―que
nos asista con su Espíritu Santo para que podamos funcionar en nuestra condición (état) y
llamado sin ningún fraude o engaño, sino teniendo cuidado de seguir Sus ordenanzas antes que
satisfacer nuestra inclinación a enriquecernos‖, y ―que nos dé el ardor (courage, corazón) de
ayudar a los indigentes‖.174
El sostenimiento del prójimo pobre es parte del trabajo, al igual que lo vemos en el
comportamiento económico de la ―buena esposa‖ en Proverbios 31: ―Con el fruto de sus manos
planta una viña; ella se ciñe de fuerza y fortalece sus brazos. Nota que su ganancia es buena,
…extiende su mano al pobre, y alarga su mano al necesitado”.175 Nuestras acciones libres
corresponden con lo que el mismo Dios hace libremente; su providencia es el fundamento de la
libertad humana.176 ―En él nos movemos y tenemos nuestro ser‖.177 ―Sólo el trabajo humano que
Dios acepta y aprueba ( ) se hace útil y eficiente de manera que Dios lo utiliza en el mundo‖.178
i Muy significativa es la etimologìa de la palabra ―negocio‖ mencionada por Jacques Ellul. En la Edad Media los
monjes en Europa introdujeron la organización racional del trabajo. El adagio ―el trabajo ennoblece‖ no surge antes
del siglo XVII en Inglaterra, las Siete Provincias y Francia. Son los comienzos del sistema generalizado del
―negocio‖ (francés: ―négoce”, comercio). Sin embargo, los romanos todavía lo habían tomado por la negación del
uso ideal del tiempo que era el ―tiempo libre‖, el ocio (otium). La negación se ve en la palabra neg-otium. Durante la
Edad Media el trabajo era cosa de las clases bajas de la sociedad. ―Otium no implicaba el vacío, sino relaciones
humanas, conversación, discusión de los problemas políticos, asistencia en numerosas asambleas, participación en
asociaciones y fraternidades, por ende la vida dedicada a las relaciones sociales y la política no siendo absorbida por
el trabajo ordinario. Esto sería ―ausencia de vida libre‖ (Jacques Ellul, ―De la Bible à l‘histoire du non-travail‖, Foi
& Vie, July 1980, p. 5/6). ―El cristianismo primitivo ya habría traído una primera revolución social mera, al predicar
la igualdad fundamental de todos los seres humanos y la dignidad del trabajo manual‖. Jesús estaba con los
trabajadores más humildes. La Edad Media introdujo una jerarquía entre la agricultura primero, luego el trabajo de
los artesanos y finalmente el comercio. Calvino, contrariamente a Lutero, ya no despreciaba el comercio por ser
comercio y tampoco consideraba la industria de menos valor. Fue ―el primero que reconoció la base teológica del
comercio, como la expresión de la solidaridad de los hombres y la señal de la comunión espiritual de los hombres
entre sí‖ (Biéler, LP, p. 413/414).
40
El cuarto mandamiento tiene que ver con el trabajo y el Sabbat al mismo tiempo. Es porque el
trabajo se ve a la luz del Sabbat. De esta forma se toman en consideración las relaciones
laborales. Los siervos y toda persona colocada bajo el poder de otros hombres tienen que
descansar.179 Pero no se trata simplemente de un asunto de ―dìas‖. La implicación es que no debe
haber opresión de los trabajadores durante el tiempo de trabajo. El significado íntimo del Sabbat
en sí mismo tiene que ver no con un día de la semana sino con toda la semana para que el Señor
pueda trabajar en nosotros mediante su Espíritu.180 El Sabbat, lejos de ser un simple día de
descanso, es un dìa santo; tiene un significado central que contiene ―un misterio excelente y
singular‖.i ―La verdadera violación del Sabbat tiene lugar dondequiera que el hombre se atribuye
el mérito de su trabajo‖.181
La profesión
André Biéler, al resumir el pensamiento económico de Calvino, incluye con mucha razón un
párrafo acerca de la elección del empleo, o, como decimos hoy, la carrera. ―…La palabra
vocación es también llamado (appel); Dios ( ) le dice a todos: Quiero que vivas de esta o aquella
manera. Por tanto, esto es lo que llamamos oficios (états):ii la cuestión es que no debemos
emplearnos en lo que Dios condena por su Palabra‖.182 Pablo, dice Calvino, ―quiere que
trabajemos en algo que sea bueno. ( ) Entendamos cuantos empleos existen en el mundo que
solamente sirven para la corrupción y no son más que una gallina de los huevos de oro (attrape-
deniers) como dice la gente. ( ) Además, los que piensan que no pueden ganarse la vida de otra
forma siempre van a inventar algo nuevo para saquear a los tontos y a los que caen en liviandad. (
) Por eso (los que tienen) empleos (métiers) que solamente sirven como falsa apariencia y pompa
y no se sabe qué clase de deleites y engaños y que existen sólo para embaucar a las personas,
quieren hacernos creer que no hay nada de eso‖. No es suficiente decir ―Tengo mi empleo‖, sino
que ―debemos procurar que sea beneficioso para la comunidad (au commun) y que le sirva al
prójimo‖. De lo contrario, serìa inútil. ―Por eso se nos compara con los miembros de un cuerpo‖.
Cuando se produce un daño, sufre todo el cuerpo. A los ojos de Dios nuestro trabajo debe tener
utilidad para la causa común y resultar beneficioso para todos.183 Así, Calvino reclama la mayor
conciencia: ―No hay excusa en lo que es totalmente común”.iii ―La conciencia como elemento
básico del concepto de Calvino sobre el conocimiento de Dios es una actividad radical‖.184 Aun
cuando uno se abstenga de cualquier fraude ello no significa que se satisfaga a Dios que ha
dispuesto que los hombres estén obligados a ayudarse mutuamente.185 Esto es algo que los padres
deben enfatizarles a sus hijos. La cuestión no es ―cuál empleo es el más rentable‖, sino que una
manera correcta de ganarse la vida para la familia debe combinarse con la utilidad común para
todos.iv Todos están llamados a algún tipo de cargo público.v No existe un estado más digno de
alabanza ante Dios que el de los que contribuyen con algún beneficio (apportent quelques profit)
a la sociedad común de los hombres‖.186
i Calvino observa que cuando en Jeremías y Ezequiel Dios se queja sobre su pueblo a causa de las enormidades que
ha cometido, apunta a la violación del Sábado ―como si la religión consistiera principalmente en la obediencia a este
mandamiento‖ (Com. sobre Éxodo 20, 8-11; LP, p. 396). ii État significa estado, clase, oficio, profesión, estación, posición, el puesto que ocupamos, nuestro lugar en la
sociedad. iii
―…on ne se pardonne pas en ce qui est tout accoutumé‖. iv ―…que l‘usage de son art et de son métier revienne au profit commun de tous‖.
v ―Ainsi faut-il que selon qu‘un chacun est appelé à quelque charge public, il s‘y emploie comme à sa journée, pour
exécuter ce que son office requiert”, Juan 9, 4; LP, p. 407.
41
Por supuesto, no todos ocupan los empleos que quisieran desempeñar. En Egipto los israelitas
tenìan que hacer ―corvées mecánicos que podían acabar con el vigor del espíritu y de esa forma el
pueblo humilde no tenìa forma de aspirar a ninguna ciencia liberal‖. Este es un asunto de oración:
―Señor, permite que haga las cosas que tú mandas, y manda lo que quieres que yo haga‖.187 Pero
Calvino enfatiza además que el trabajo más humilde que se ejecuta con buena fe es precioso ante
los ojos de Dios.
El ingreso
―Todo lo que aparentemente adquirimos por nuestra dedicación procede de Dios‖.188 La
compensación del trabajo, el ingreso, aunque lo ―ganamos‖ no es nuestra ganancia personal, sino
el don gratuito (gratuite) de Dios. El pan diario es su don; ―sin embargo, puede llegar a nosotros
aun cuando parezca que ha sido adquirido por nuestros esfuerzos‖ (industrie).189 Pero ―esos
esfuerzos en sì mismos son un beneficio de Dios‖.190 Por tanto, mi dinero no es ―mi dinero‖
¡como reclaman tanto los que se quejan de que el estado les exige un impuesto sobre ―mi‖ dinero!
―Debemos trabajar con honestidad para ganarnos la vida y tomar el beneficio que nos llega de la
mano de Dios, ( ) pero debemos servir al prójimo con buena conciencia‖.191 Hay que realizar el
trabajo sin tener en cuenta el ingreso, no como los incrédulos que o bien muestran una
haraganería o un tormento espiritual excesivo,i sino como el siervo inútil de Lucas 17.192 El
trabajo que hagamos es el que debe hacerse; generar ingresos no es su principal y mucho menos
su único objetivo,ii no importa cuán legítimo o necesario pueda ser. La implicación clara es que
el mercado no puede determinar para nosotros lo que constituye el ―verdadero trabajo‖, como si
el trabajo solamente contara cuando se paga; tampoco existe nada similar al retiro en el trabajo
para Dios. El trabajo a su servicio es ―no solamente para un tiempo‖ (la vida ―económicamente
activa‖) ―sino hasta la muerte, y no sólo para vivir sino también para morir en Dios‖.iii 193 ―Dios,
no importa el deber que cumplamos, no está obligado a pagarnos salario alguno‖.194 Todo lo que
Él da lo hace libremente, por gracia (gratuitement).iv
La condición original del trabajo era el placer; cuando Adán fue colocado en el jardín era para él
―como un juego o pasatiempo‖.195 La corrupción de la raza humana lo convirtió en carga y asunto
de mera obediencia. Pero por la clemencia de Dios aún puede aliviarse de modo que no siempre
sea desagradable. La indulgencia de Dios repara lo que fue corrompido por Adán. ―les concede el
sueño a sus bien amados‖ (Salmo 127).196 El trabajo puede convertirse en signo de gracia. Dios
i ―Un tel soin tient le milieu entre une nonchalance lourde et les tourments d‘esprits excessifs, desquels les incrédules
se tuent‖, Com. sobre Mateo 4, 25 ; LP, p. 398. ii ―Cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos
hacer‖ (Lucas 17, 10). ―No es Dios ni Jesús que emite el juicio de la inutilidad; ( ) … no hace eco de la sentencia si
nosotros la hemos pronunciado sobre nosotros mismos. Si (como Cristo lo demanda) de esta manera nos
sentenciamos a nosotros mismos habiendo hecho todo lo que hemos podido hacer y aceptado nuestra
responsabilidad, si nos mostramos capaces de mirar nuestro trabajo, así como nuestras empresas más entusiastas, con
distancia, desapego y humor, de modo que digamos: es inútil‘, entonces, podemos estar seguros de que él contestará:
‗Bien hecho, siervo bueno y fiel‟ (Mateo 25, 21)‖ (Jacques Ellul, The Politics of God and the Politics of Man, Grand
Rapids 1972, p. 196. iii
“…ce non pas pour un temps, mais jusqu‟à la mort ; et même non seulement pur vivre, mais aussi pour mourir à
Dieu”. iv ―Le seul comportement de Dieu est le don” (Jacques Ellul, L‟homme et l‟argent, Lausanne 19793, p. 113).
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suaviza el exilio de Adán preservándole, no obstante, habitación en la tierra; y le asigna una
forma de ganarse la vida mediante su trabajo, aunque sea ―con fatiga‖ (Gen. 3, 17).197
Sin embargo, la felicidad no es lo que el mundo quiere decir con ello, ―que consiste en la vida
afortunada en forma de ocio, deleites, honores y gran riqueza.i ( ) Tan pronto como se escucha la
palabra felicidad, todo el mundo se desborda en intemperancia, siendo tal abismo el anhelo del
hombre‖.198 El trabajo no debe ser un obstáculo para la vida espiritual. Vivimos gracias a la
bendición de Dios, aunque ―por nuestra malicia podamos rechazarla‖.199 Muchos economistas
contemporáneos abogan en la actualidad por un divorcio conceptual de la ―felicidad‖ y la riqueza
material como supuestamente se informa en las estadísticas del Producto Nacional.200 El
crecimiento económico no necesariamente aumenta el bienestar; de hecho, puede ser
contraproducente en muchos aspectos.ii Calvino no se sorprendería por ello.
El comercio
―Cuando las personas ya ni compran ni vendan, la comunidad de los hombres se habrá
prácticamente disipado‖.iii 201 Por tanto, Calvino favorece el comercio. Pero todo depende de
buenos contratos que no deben falsificarse. ―Todos los contratos (forfaits) que sean contrarios a la
integridad y a la buena fe se condenan en general‖.202 Sin embargo, hay negociantes torcidos que
se tienen en alta estima aunque a menudo hacen uso de prácticas sucias que destruyen la vida
social. Prácticamente cada vez que Calvino habla del comercio y los contratos condena las
prácticas destructivas severamente; prácticas como el fraude, el robo y el engaño a las personas
humildes. ¡Ciertamente un poco de Calvinismo pudiera haber evitado la crisis económica y social
de las hipotecas devaluadas y ciertamente la conducta irresponsable de los banqueros en general!
―Sabemos cuánto ocultan las personas la cobertura de sus contratos y no sólo eso sino que los
convierten en elogio bajo una falsa apariencia.iv Toda astucia, engaño y fraude se llama
prudencia, todo el que engañe con eficiencia obtiene reputación de ser cuidadoso y discreto; en
resumen, hasta el punto que todo el que tiene éxito en atrapar a los sencillos y oprimir a los
i Desde el siglo XVIII en individuo occidental considera que tiene el derecho a la felicidad. Generalmente es igualada
al bienestar que a su vez es visto como el confort material y el lujo. Aquí está la justificación de la sociedad
tecnicista (société technicienne). Es precisamente la idea del progreso, que se remonta a la Iluminación.
Anteriormente ―progreso‖ significaba meramente ―movimiento hacia adelante‖, el aumento de las cosas, tanto en el
sentido positivo (bueno) como en el sentido negativo (malo). Ahora, ―la ideologìa de la felicidad surgió como la
compensación indispensable de la inmensidad del trabajo que era necesario para el bienestar‖. ―La idea del progreso
precede al real desarrollo de la lógica y de la universalidad de la ciencia‖ (Ellul, Métamorphose, el capítulo sobre
―La ideologìa de la felicidad‖, p. 67-108). El sociólogo sudafricano Achille Mbembe denuncia el ―evangelio del
desarrollo y de la lucha contra la pobreza‖ que está destruyendo la vida comunal de los africanos. La maquina
desarrollista incluyendo la industria de ayuda retumba sobre el continente africano sin tener ningún respeto por las
aspiraciones reales de los africanos (ZAM Africa Magazine, 2009, no. 4, p. 54-55). ii El profesor de historia en Princeton Harold James observa que ―somos conducidos al consumo por ser convencidos
de que somos más importantes que otra persona. ( ) Los estudios empíricos sobre la felicidad han probado que la
satisfacción de la compra de cosas no es más que de índole breve y que por lo tanto necesita la constante repetición.
Esto implica un gran despilfarro social, moral y ecológico. Al mismo tiempo las experiencias nuevas procuran una
satisfacción mayor y más sostenible. La economía de servicios enfatiza el contacto humano y el intercambio de
información, más que el comportamiento individualista de consumo‖ (Het Financieele Dagblad, diciembre 24, 2009,
sección Kerstweekend, p. 24). iii
―Quand on ne peut plus acheter ni vendre, la compagnie des hommes est comme dissipée‖. iv ―Nous savons combien les hommes ont de couvertures pour ensevelir leurs forfaits, et non seulement cela, mais
comment ils les tournent à louange sous fausses couleurs‖.
43
pobres mediante la traición es considerado el más hábil. Tanto así que el mundo considera virtud
lo que es vicio y de esta forma todos son lo suficientemente insensatos como para disculparse,
pero Dios elimina aquí la falsa apariencia afirmando que existen tantos ladrones como formas
inicuas de obtener ganancias‖.203 En particular, Calvino condena la especulación con el precio,
aprovechándose del hombre pobre, comprándole a precio irrisorio cuando está en gran necesidad
de vender.204
La noción acerca de la división del trabajo precede al concepto más estrecho y explícitamente
orientado al mercado de Adam Smith. Dios ha colocado a cada hombre y mujer en su lugar para
contribuir mediante sus diferentes trabajos y destrezas al bienestar de la sociedad en su conjunto.
La interdependencia en Calvino es la característica más general de la cooperación económica
humana. Es el orden natural establecido por Dios.205 El intercambio comercial en particular debe
preservar este objetivo, como lo profetiza Isaías con respecto a la conversión de Tiro de su
prostitución: su mercancìa ―no se almacenará ni se acaparará, sino que proporcionará alimento
abundante y ropa fina para los que habitan ante el Señor‖.206 Pero el comercio injusto daña a la
comunidad humana y la ―conversación‖ mutua (intercambio social); un sistema de precios justo y
confiable (Levìtico 19, 35: ―medidas de longitud o peso o cantidad‖) es parte del orden
económico y político cuya violación es una grave ofensa a Dios.i Los que disfrazados de
mercaderes engañan y dañan a otras personas son peores que los ladrones del bosque.207 Esas
prácticas impropias ampliamente usadas incluyen el acaparamiento, la manipulación de los
precios y la especulación.208 A pesar de que esta visión de Calvino se aplicaba a su época, en la
que la economía era aún mayormente local con pequeños mercados separados y yuxtapuestos, se
aplica aún más en nuestros días de globalización en los que todo está interrelacionado debido a
las relaciones globales intensificadas.
El orden económico
El plan de Dios para este mundo es la abundancia para todos. El estableció las condiciones en su
obra creadora. Una sociedad que puede ser llamada humana es como ―un edificio bien
construido‖.209 Esta sociedad se mantiene por el trabajo humano. Una condición previa es la
circulación de bienes económicos. ―Parte de estos bienes deben trasmitirse mediante el amor y la
caridad, que son los únicos vínculos auténticos en la sociedad, y otra parte a través del comercio
legìtimo‖.210 La mayor parte de nuestro trabajo no es pagado.ii Calvino considera la iglesia como
la nueva sociedad, ―una comunidad en medio de la cual las relaciones humanas se restauran
mediante Jesucristo‖.211 Pero la iglesia no es otra cosa que la comunidad modelo llamada a
restaurar la sociedad en su totalidad. No existe dualismo entre iglesia y mundo en lo que se
refiere a la soberanìa de Dios y su voluntad en cuanto a la creación entera. ―La caridad de la
verdadera iglesia no conoce frontera ni nacional ni internacional‖.212 El hombre ha sido creado en
comunidad. Los que disfrutan de las riquezas pueden hacerlo con libertad, siempre que no haya
personas en gran necesidad; es un asunto de sinceridad.
i ―… connaissons que quiconque viole cet ordre-là, qu‘il offense Dieu tant plus grièvement‖.
ii En una economía de mercado moderna como la holandesa más o menos 60 % de las actividades consiste en trabajo
no pagado. La frase ―trabajo voluntario‖ no solamente es muy a-histórica, sino también está lejos de ser adecuada
para denominar el actual trabajo-sin-fines-de lucro que se está haciendo en todos los niveles y lugares. Menciónese el
libro sobre las transacciones unilaterales fuera del mercado pero dentro de la economía moderna escrito por el
economista (cristiano) Kenneth E. Boulding, The Economy of Love and War – A Preface to Grant Economics,
Belmont 1973.
44
El dinero es una ayuda para organizar el orden económico. Calvino dice que Dios a menudo hace
uso de esos medios para darles ―ánimo‖ a los hombres que sean perezosos o acomodados. En
otras palabras: el dinero, como elemento del orden económico, puede ser un medio práctico y
hasta un incentivo para los que son lentos.213
La explotación económica y el abuso del trabajo dependiente son explícita y severamente
condenadas. Las relaciones de trabajo deben ser humanas. ―Es un mandamiento político mediante
el cual se nos recomiendan la equidad y la humanidad en general‖.214 Si tenemos que tratar a los
animales con humanidad, más aun tenemos que hacerlo con nuestros prójimos. ―Debemos ser
humanos con los que Dios nos ha subordinado de modo que no los dominemos con crueldad y los
extorsionemos al máximo, sino que debemos ser conscientes y tratarlos como hermanos‖.215 Su
sueldo debe ser una compensación adecuada por su trabajo.216 ―El problema del salario es
fundamentalmente un problema espiritual ( ) (debido a) la voluntad de Dios que unifica (a la raza
humana) a través de vìnculos comunitarios‖.217 Retener el salario del día de un asalariado o
pagarle menos de lo debido es fuertemente condenado por Calvino.218 La solicitud de una
legislación de salarios mínimos, eludida a menudo por empleadores tanto en el Sur como en el
Norte, no es suficiente. Aun si se pone en práctica, no justificaría necesariamente a dichos
empleadores a los ojos de Calvino, como si fuera suficiente solamente por esa razón. ―Aunque no
hubiera ninguna ley que nos obligara a cumplir con nuestro deber, debería estar grabado en
nuestros corazones‖.219 Aunque ningún juez me condenara o ninguna ley me acusara es mi
conciencia la que nos indica qué hacer. Es seguida por una frase tìpica de Calvino: ―no es
suficiente que la boca hable, también las manos deben responder en todo tiempo‖. En nuestros
días se diría así: no es suficiente adherirse a una teoría políticamente correcta, hay que reformar
activamente la propia conducta económica tanto a nivel personal como social (nivel ―macro‖). La
―equidad natural‖ debe tenerse en cuenta al ―no hacer a otros lo que no queremos que otros nos
hagan‖. En este caso significa que el empleador debe considerar: si estuviera en el lugar de mi
empleado, ¿cómo quisiera que me trataran? Quisiera ser apoyado de manera tal que pudiera
disponer de las cosas necesarias para la vida.220
Ello no significa en forma alguna que el estado no deba ocuparse de que exista un nivel adecuado
de salarios cuando el desarrollo económico requiera tal política. Calvino y los ministros de
Ginebra hicieron muchos esfuerzos para asegurar un ajuste suficiente de salarios, apelando al
ayuntamiento cuando la inflación hizo descender el poder adquisitivo del pueblo.221 Pero el orden
económico por sí solo nunca determina las reglas de conducta; puede resultar hasta
contradictorio. ―Externamente (extérieurement) y hablando con objetividad, las condiciones
pudieran ser perfectamente normales y honestas, pero los cristianos deben cuidarse de no dejarse
llevar por la ganancia y la avaricia‖.
―Dios quiere que escuchemos al pobre y le hagamos justicia‖. El desorden y las revueltas
sociales, todos estos tipos de discordia y confusión son ―los gritos y quejas ante Dios por nuestra
causa contra los que no usaron el poder que se les confió‖.222 El desprecio hacia los pobres, la
opresión de los débiles, de los que ocupan una condición inferior en la sociedad, de acuerdo con
Dios, es desorden social, es el opuesto exacto del orden divino que los cristianos deben hacer
respetar‖.223 Calvino condena tanto la explotación de los pobres dentro del proceso económico
como la exclusión de los pobres del proceso económico: los ricos a menudo ―están buscando la
forma de retener la mitad del salario de las personas pobres mientras que estos últimos no saben
45
dónde encontrar empleo”.224 ―El desempleo es un flagelo que ningún hombre digno de ese
nombre debe tolerar‖.225 Cuando el trabajo es arrebatado de las manos de alguien o se le
imposibilita realizarlo por falta de medios, se le quita la vida a ese alguien. Por eso el
Deuteronomio prohíbe tomar las herramientas de trabajo de una persona como prenda.226 ―Los
pobres no piden otra cosa que poder ganarse la vida‖.227
Calvino, debido a su realismo analìtico, puede ciertamente ser llamado ―socialista‖ si no fuera un
anacronismo hacerlo, pero no era ―comunista‖. i ―Para que los hombres puedan alimentarse de
forma amistosa y adecuada, cada uno debe poseer lo que es suyo, hay que vender y comprar, los
herederos sucederán a sus deudos, pueden otorgarse donaciones, todo de acuerdo con la
dedicación, el vigor y la destreza de cada cual u otros medios por los que pueda enriquecerse. En
resumen, el orden político y económico (la police) requiere que cada cual disfrute de lo que le
pertenece‖. ―En la actualidad todos los bienes no se ponen al servicio de la comunidad de acuerdo
con la ley que Dios habìa dispuesto para las personas en tiempos antiguos‖. Pero el compartir del
maná ―se relaciona adecuadamente con dar limosnas‖.228 No debe existir abundancia para unos y
carencias para otros. La solidaridad económica se desprende en primer lugar del orden natural
que Dios ha instituido al hacer a todos los hombres miembros de un solo cuerpo. En segundo
lugar, es el fruto de la liberación de Cristo de la alienación de Dios; Él nos ha constituido en
ciudadanos del reino de los cielos.229 Por eso la diaconía de la iglesia le pertenece a su esencia.230
En cuanto nos es posible, tenemos que ―procurar serles útiles a nuestros hermanos ni más ni
menos que a nosotros mismos‖.231
La comunidad de la iglesia se ocupa de su orden interno de distribución. Es un asunto de
organización. No es la propiedad, sino la distribución, lo que constituye un asunto colectivo.232
Naturalmente, Calvino se refiere a la institución de la diaconía en particular. Pero es
precisamente la restauración económica de toda la sociedad humana la que forma parte de la
misión espiritual de la iglesia.233 La iglesia debe ser el modelo. El ministerio de la diaconía que
pertenece directamente al ministerio espiritual de la iglesia abarca la comunidad civil externa. 234
Son los diáconos los que tienen que mantener la disciplina sobre los asuntos materiales dentro
del oficio público de la iglesia. Existen diáconos especializados en recopilar cosas, y otros que
tienen que distribuir.235 Tienen a su cargo la superintendencia sobre cómo van las cosas; en la
iglesia primitiva el obispo—como los presbíteros en la actualidad—delegaban en ellos la
i Los reformadores no rechazaban el régimen comunitario de propiedad que tenían los Hermanos Moravos (Biéler,
LP, p. 389). De hecho, lo que condena Calvino es la interpretación espiritualista comunista de Hechos 2, 44, que
―tirarìa abajo todo orden polìtico‖. El otro extremo, es decir la propiedad individualista, lo consideraba una forma de
robo. Nadie deberìa retirarse de la comunicación de los bienes materiales, que es ―la réplica exacta de la vida
espiritual‖ (LP, p. 354). La profunda penetración en el espíritu de la Biblia se muestra en su comentario sobre la vida
monástica contemporánea. Se dice que estaría conforme la comunidad cristiana de Hechos 2. Pero en realidad los
monjes daban de comer a si mismos (y más que eso). No vendían cosa alguna para el beneficio de los pobres. La
primera comunidad cristiana no se caracterizaba tanto por tener todas las cosas en común, sino que su vida
comunitaria aspiraba a la ayuda de los pobres, cada cual en la medida de su necesidad (Com. sobre Hechos 2, 45;
LP, p. 355/356). En cuanto al concepto del comunismo es interesante referirse a la antropología económica que nos
enseña que tildar de comunismo a la comunidad ―primitiva‖ no sólo es anacrónico sino también totalmente falso en
lo que pretende decir. ―Lo que [a la mente moderna] parece ser ―comunismo‖ habitualmente era organizado de tal
manera que ningún individuo estaba amenazado de morirse de hambre‖ (Karl Polanyi, ―Our Obsolete Market
Mentality‖, en: R.L. Heilbroner & A.M. Ford, Is Economics Relevant? A reader in political economics”, Pacific
Palisades 1971, p. 268. Cursivas mías).
46
administración tanto de los valores fijos como corrientes, y los ingresos de las limosnas diarias.236
No debe dejarse a ―personas piadosas e incompetentes‖.i
El Estado
Así como el pecado amenaza la distribución y el destino justo de los bienes dentro de la iglesia y
por ello se requiere un orden establecido,237 por la misma razón el estado tiene la responsabilidad
institucional de un orden civil pacífico y protector. ―La justicia del Estado, que la iglesia debe
recordarle sin cesar, consiste principalmente en la protección y defensa de los débiles‖.238 El
estado debe intervenir para evitar el abuso del dinero; las relaciones económicas y comerciales
tienen que regularse como parte del orden público moral. Los ricos no deben abusar de su poder
mediante el monopolio o a través de prácticas especulativas que se aprovechen de la miseria de
otras personas.239 Sin embargo, la propiedad privada es parte del orden civil; el Señor no nos
ordena deshacernos de ella, sino que ―solamente nos exhorta a hacer un buen uso de ella. No
elimina los contratos humanos o los medios que tiene la sociedad (les contrats humains et moyens
politiques) para el uso de la gente entre si al ganarse la vida‖.240 La propiedad tiene un significado
colectivo; todo pertenece a Dios. La propiedad es legítima siempre que se adquiera par juste titre.
―Dios no quiere que el orden polìtico se confunda ni que la ley se pervierta‖.241
El orden económico que el estado debe garantizar incluye la provisión de las debidas medidas y
pesos y un sistema monetario confiable;ii de lo contrario, es decir, sin confianza, las personas no
pueden ya comunicarse; la mercancía sería imposible. Lo mismo es cierto para los límites de la
propiedad de tierras.242
Los impuestosiii le permiten al estado desempeñar sus funciones. Pero todo derecho conferido al
hombre, sin exceptuar a los que han sido investidos de autoridad, degenera rápidamente a causa
del pecado. Calvino advierte contra el abuso de la política fiscal la que, si no se destina al
bienestar público,iv fácilmente se convierte en tiranía y saqueo.243 Los príncipes tienen derecho a
i El oficio del diácono puede ser dificultoso (pénible) y ―sujeto a muchos murmullos‖ (Com. sobre Hechos 6, 3; LP,
p. 368). Parker, sin embargo, observa: ―Los diáconos [en la Ginebra de Calvino] parecen haber hecho su trabajo
concienzudamente; el hecho de que escuchamos tan poco sobre ello sugiere que no hubiera quejas serias en una área
en que usualmente se producen quejas (Hechos 6, 1!)‖ (T.H.L. Parker, John Calvin, Londres 1977, p. 150). El oficio
de la predicación es una institución separada; la administración de la Palabra tiene que guardarse independiente y
libre de la mezclada de intereses. La buena predicación, por otra parte, requiere el tiempo disponible del hombre
entero (Com. sobre Hechos 6, 2; LP, p. 369). Los ministros de la Palabra no deberían estar molestados por asuntos de
dinero o el manejo de ellos; ―la distribución en la iglesia primitiva era tal que proveía a la alimentación de los
ministros sin dejar de alguna manera a los pobres atrás‖ (Institución, IV, iv, 4; LP, p. 371). Además, los bienes
económicos de la iglesia servían para el mantenimiento de los edificios y cosas similares como también para la ayuda
de los extranjeros y los pobres que pasaban casualmente‖ (ibid., 7). Ningún dinero debería ser gastado para
embellecer la iglesia a costa de la atención de los pobres. Los doctores antiguos y los canones enseñaban que todas
las posesiones de la iglesia eran patrimonio de los pobres. ii ―Les poids et mesures doivent être recommandées et aussi bien la monnaie‖. ―Si la moneda no es fiable todo será
robo y rapiña‖ (si la monnaie n‟est loyale, il faudra que tout soit en volerie, et en brigandage). iii
Tailles, impôts, [péages] et autres espèces de tributes. iv Según investigaciones recientes la felicidad (económica) resulta ser lo más alta en los países con los más altos
niveles de impuestos. Se puede notar que aquella parte del orden económico que es administrada por el estado,
cuando resulta en una provisión adecuada de bienes colectivos y si hay sistemas de jubilación bien organizados,
borra el deseo y la necesidad de la carrera para ingresos siempre más elevados. La seguridad económica para la vejez
reduce la necesidad de obtener un ingreso siempre mayor y por esta vía mejora la calidad de vida a través del
47
su condición lujosa, pero no deben aumentar su riqueza privada. No le compete ni a la iglesia ni a
la teología determinar la política fiscal, sino que más bien ellas deben recordarles el destino y los
límites de su poder.244
―El cambio en el pensamiento de Calvino acerca de la sociedad, de un idealismo cósmico a un
pensamiento práctico, es notable en su actitud hacia la jerarquía. No la rechazaba, pensaba que
era útil para ciertos propósitos y bajo ciertas condiciones. Le atribuía a Dios la elevación de
‗prìncipes, aristócratas, nobles y todos los rangos de magistrados y gobernantes‘,245 ya que ‗es
necesario que exista algún orden entre nosotros‘.246 Pero no veía en la jerarquía una manifestación
del Orden en sí mismo; era simplemente un modo posible de organización social. Pertenece a la
„police extérieur‟.i Pero ante Dios y en principio todos los seres humanos son iguales.
Espiritualmente ‗no existe distinción‘ ( )‖.247 Aunque Calvino se inclinaba por razones prácticas a
aceptar las distinciones sociales existentes, no necesariamente las admiraba. Detestaba la
esclavitud pero reconocía que los patriarcas y los apóstoles la habían tolerado.248 De hecho,
Calvino de forma tácita socavó la jerarquía social al enfatizar los vicios de los que estaban en las
altas esferas; ―la ambición es siempre viciosa, especialmente cuando se une a la ferocidad tiránica
y el poderoso menosprecio a los pobres y débiles; entonces la maldad es intolerable‖.249 ii
La ciencia y la tecnología
El trabajo de los seres humanos es visto por Calvino como algo eminentemente digno. La
prudencia, la destreza, la virtud, las habilidades y los medios a emplear, ―¿no los ha puesto Dios
en sus manos?‖ Incluyen ―todas las ciencias que se utilizan en la vida comunitaria‖.250 Calvino
alaba el arte mecánico, la filosofìa, el derecho y las ―artes liberales‖, de destrezas e inventos,
investigaciones sobre la naturaleza, la medicina, asì como ―l‟art de disputer” todos los cuales son
gracias de Dios e inspirados por su Espíritu Santo.251 Ellos testifican sobre la gran obra de la
creación y nos mueven a admirar a su Autor.252 Cualquier verdad que pueda encontrarse en ellos
se relaciona con su fuente, que es el Espíritu Santo. Los dones de la mente humana proceden del
Espìritu Santo ―que los distribuye a quienes bien le parece y para el beneficio del bien común de
la raza humana‖.253 La raza humana es generada por Dios ya que representa algo de su divinidad
por la excelencia de su naturaleza. ―Las Escrituras nos enseñan que somos creados a imagen y
semejanza de Dios‖.254 Calvino tenía en alta estima tanto el trabajo intelectual como la
importancia eminente de la educación.
Sin embargo, no es necesariamente la ciencia o la técnica como se presentan realmente. El arte y
la ciencia son ambiguos; pueden también descarriarse y dañar a la comunidad. El pecado puede
destruir su efectividad. Las personas ―tratan de cubrir y ocultar la gloria de Dios, ya sea
enseñando la eternidad del mundo o eliminando la memoria de su creación‖. El demonio ha
llevado a los más astutos e ingeniosos a ―convertirse a sì mismos en dioses‖.255 Así, los epicúreos
―sustituyeron a Dios por la naturaleza‖, los aristotélicos magnificaron la naturaleza mientras
aumento del interés en el trabajo útil más que en el trabajo para el dinero, como puede verse en los países
escandinavos, los Países Bajos etc. i De igual manera que para Calvino la relación entre hombre y mujer es arbitraria. Los padres – incluyendo los padres
de la iglesia y por lo tanto la tradición – no tienen autoridad por el mero hecho de que son padres. Nadie puede ser
llamado padre sino solamente el Padre de Jesucristo. ii Bien podríamos ver aquí la intuición de lo que Ellul ha llamado ―la situación objetivamente revolucionaria‖; cf.
Haan, Teología y economía, p. 179-211.
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hacìan desaparecer el nombre de Dios y los espiritualistas ―conversan acerca de una inspiración
secreta en el mundo que produce toda vida humana y animal‖ queriendo decir que ―el mundo es
su propio creador‖ y todo ―depende de la rueda del Destino‖.256
Dos comentarios acerca de ―la ciencia y la tecnologìa‖ pueden concluir este capítulo. Por
supuesto, Calvino fue un hombre muy de su tiempo. No podemos hacerlo responsable por no
prever desarrollos científicos ulteriores aun cuando algunas veces fueran ya incipientes durante
su vida. André Biéler señala que Calvino, como casi todos sus contemporáneos (y pudiéramos
añadir, el pensamiento ―ortodoxo‖ hasta hoy) tomó la historia de la creación como un recuento
histórico y cronológico. Pero a la vez consideró que era la Revelación que contenìa ―una verdad
histórica espiritual permanente a la que se adhieren los creyentes de todos los tiempos‖.257
Calvino habla el idioma de su época, pero Bieler señala: ―Aunque en la sociologìa y la
cosmología de Calvino existen ciertas ingenuidades que el estado de la ciencia de esa época no le
permitía descifrar tan fácilmente como lo hacemos en la actualidad, debe reconocerse que este
autor se las ha arreglado para extraer de las enseñanzas de las Escrituras una lección teológica
sobre el destino del hombre y el misterio de su historia que mantiene íntegramente su valor y su
realidad espiritual‖.258
Calvino no negarìa ni desdeñarìa posibles descubrimientos teóricos nuevos o ―revolucionarios‖ o
perspectivas nuevas como tales. ―Hay que reconocer que Calvino, aunque reconocìa las
discrepancias entre el sistema científico del mundo de su época y los textos bíblicos no repudiaba
los resultados de la investigación cientìfica por esa razón‖.259 El profesor Hooykaas ha destacado
que Calvino nunca mencionó el nombre de Copérnico. Cuando en un sermón rechaza la idea del
movimiento de la tierra ―no lo hizo por su incompatibilidad con las Sagradas Escrituras sino por
su conflicto con el sentido común‖.i ―Sobre esto él piensa en el contexto ético, no en el
cosmológico‖.260
La ética de Calvino era enteramente parte de su teología. La esencia de su
teología, por ende, mantiene todo su sentido y debe interpelar inclusive un mundo que ha
cambiado en la actualidad por la ciencia y la tecnología.
i ―El pastor reformado Felipe van Lansbergen (1561-1632), que era un calvinista estricto y un famoso astrónomo, era
el más celoso propagador del copernicanismo en los Países Bajos. Su visión era que la Escritura no habla de asuntos
astronómicos ―conforme la situación real sino según las apariencias‖. El testimonio de la Escritura es la verdad en sí,
pero su autoridad ha sido indebidamente aducida para demostrar el movimiento de los cielos; ―La Escritura ha sido
dada por la inspiración de Dios, y es provechosa para la doctrina, para la reprimenda, la corrección, la instrucción de
la rectitud, pero no es una instrucción de geometría y astronomía‖ (R. Hooykaas, Religion and the rise of modern
science, Edinburgo/Londres 1977, p. 123).
49
5
EL INTERÉS: UN CASO PARA LA HERMENÉUTICA ECONÓMICA
Llegamos ahora al asunto más destacado de la hermenéutica económica calvinista, aunque no
necesariamente de la forma que ha sido tratado por los historiadores y economistas que tanto lo
han aplaudido por ello. Calvino observa los fenómenos económicos con gran perspicacia, tanto
en el contexto bíblico como en el de la realidad. Ello le permite deducir el verdadero significado
espiritual de datos bìblicos ―contextuales‖ o ―simplemente históricos‖. Por ejemplo, al escribir
sobre el año sabático señala que aparentemente la tierra cananita era muy fértil ya que podía
usarse durante seis años sin descanso. Por el contrario, en Europa la tierra debía dejarse descansar
cada tres o cuatro años para evitar que se desgaste y pierda su fertilidad. Es decir, se aplica al
trigo, a la cebada, la avena, los guisantes, frijoles y vegetales. Los pastos pueden cortarse todos
los años sin dañarse y los viñedos tienen que cultivarse necesariamente para mantenerlos en buen
estado.261 Aun así, el mensaje no es económico en el reducido sentido de la palabra sino que se
refiere al significado central y duradero del mismo Sabbat. El año del jubileo nos recuerda que la
tierra le pertenece a Dios, que quiere que se utilice para el beneficio de todos los hombres. En
Israel, cada cincuenta años el estado de la economía tenìa que ―reajustarse‖ con miras a los
pobres en particular. Y era una cuestión espiritual, lo que significa que tenía que ver con los
corazones de las personas y, por consiguiente, su orden social y económico.
Aunque Calvino a menudo (y casi sistemáticamente) criticó las malas prácticas comerciales, ya
no subestimó, como lo hicieron teólogos de su tiempo, la legitimidad del comercio y las finanzas
como tales. Es interesante notar, como lo hace Biéler, que Calvino no le ha dedicado mucha
atención a tratados elaborados sobre el precio justo. ―Para el cristiano la medida justa no consiste
en alguna norma o regla externa dictada desde afuera o a partir de una moralidad general, sino
que viene dada por las relaciones de amor que el Cristo viviente establece entre los hombres‖.262
Ese es el problema mencionado por el economista de Chicago Weisskopf, que se mencionó
anteriormente,263 y tiene que ver con la diferencia entre la motivación política externa y la
espiritual interna. El comentario de Biéler no podría ser más relevante de lo que lo es en la
actualidad: ―la práctica comercial cuando va por debajo de mìnimo de honestidad y confianza
pronto se paraliza y toda medida externa de control y lìmite es impotente para restablecerla‖.264
Nos encontramos aquí en el mismo centro del pensamiento teológico y social de Calvino y me
parece que se encuentra aquì lo que Bouwsma ha llamado la ―revolución copernicana‖ de
Calvino en el universo moral y social que fue ―aun más inquietante que el desorden que la nueva
astronomía habìa introducido recientemente en el cosmos‖.265 Es la pieza central de la economía
de Calvino; la única que nos permitirá hablar de un papel relevante y específico que el
Calvinismo desempeña hasta en el siglo XXI.
El interés del problema puede ilustrarse por Bernard Lietaer:
La primera vez que la Iglesia Católica Romana cuestionó la doctrina de la usura fue en 1822. Una mujer de
Lyons, Francia, había recibido interés en dinero y se le negó la absolución a menos que devolviera las
ganancias mal habidas. El obispo Rhedon pidió una aclaración a Roma, a la cual se respondió: ―Que se le
informe a la solicitante que se le dará una respuesta a su pregunta cuando llegue el momento oportuno; ( )
50
mientras tanto puede recibir la absolución sacramental si está plenamente preparada a someterse a las
instrucciones de la Santa Sede. Se prometió la emisión de una resolución de nuevo en 1830, y del Oficio de
Propaganda en 1873. Dicha prometida aclaración nunca llegó. El pecado de la usura nunca se repelió
oficialmente, sino que simplemente se olvidó. El derecho canónico de 1917 (Canon No. 1543), que aún está
vigente, obliga a los obispos a hacer inversiones. ―Puesto que los administradores están obligados a cumplir su
oficio con la solicitud de un buen padre de familia, invertirán el ingreso excedente de la iglesia en beneficio de
la iglesia‖. El asunto del interés no se menciona. Más tarde, la usura se redefine como el recargo de un interés
excesivo.
Estelle y Mario Carota, dos mejicanos católicos, con la esperanza de lograr un alivio para los países
latinoamericanos cuando sufrían bajo la crisis de la deuda de los años 80, hicieron una solicitud formal al
Vaticano para aclarar su posición en cuanto a la usura. Se les informó, nada menos que por el Oficio de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezado por el Cardenal Ratzinger, que nunca había existido una
nueva definición de la doctrina de la usura, que nunca había existido ningún cambio.266
Es evidente que el uso del interés es el problema estructural abrumador en la economía mundial
actual. Sólo habría que mencionar el desastre de la estrangulación del Tercer Mundo por la deuda
internacional. Las masas de campesinos desalojados de sus tierras en el Sur por las corporaciones
multilaterales que utilizan créditos bancarios para comprar extensas tierras testifican la
victimización masiva por el fenómeno del interés. El efecto palanca (leverage effect) del dinero
prestado permite a los banqueros inversionistas y a sus clientes comprar firmas comerciales o
partes de ellas que después de tomadas quedan con enormes deudas en interés que obtaculizan su
desarrollo posterior. En la mayoría de los casos tales operaciones fallan. Se ejecutaron teniendo
en cuenta solamente la ganancia a corto plazo de las partes interesadas. La crisis financiera es
producida totalmente por el interés. Las destructivas operaciones a manera de palanca de los
fondos especulativos (hedge funds) y otros especuladores en el sector financiero son ya bien
conocidas. Los bancos no se limitaron a financiar el sector económico real con sólidos préstamos
productivos, sino que el sistema bancario se autofinanció utilizando créditos para financiar
créditos, y de esa manera producir dinero a partir del dinero. La extrema desigualdad en nuestra
economía capitalista ha sido la causa principal de la crisis, ya que los ricos quieren invertir sus
inmensos logros financieros para obtener aun más ganancia e hicieron sus inversiones en el sector
financiero porque la economía real no podía proporcionarles la ganancia debido a la misma
desigualdad que limita el mercado. El propio dinero que se crea para alimentar nuestra economía
real a través del sistema monetario es dinero-deuda a pagar con intereses en el momento en que
entra en circulación. Ello hace que una crisis financiera no sea sencillamente un suceso accidental
sino un síntoma permanente de la inestabilidad sistemática subyacente del sistema. El interés
agudiza directamente la competencia por los escasos recursos ya que los deudores tienen que
ganar más dinero en el mercado de lo que sería necesario si no hubiera existido el interés para
reintegrar los intereses a sus prestamistas. La carga generalizada del interés fuerza a los
productores y consumidores a un crecimiento bruto del ingreso para poder pagar el costo del
interés de sus deudas. De esta manera nuestra economía está obligada a crecer, lo que significa
que el crecimiento no es un ―fin‖ al que se tenga la alternativa de aspirar o no. El crecimiento
debe permitir pagar el interés.
En general, son los pobres quienes en definitiva pagan los intereses a los ricos, tanto a nivel
nacional como internacional. A Calvino le parecería la atrocidad económica mayor que pudiera
concebirse. Sin embargo, la prohibición del interés por las religiones más importantes del mundo
se descarta como un remanente de la ―oscura Edad Media‖, a pesar de las intuiciones
fundamentales que se encuentran en el texto bíblico. Los dos católicos romanos mejicanos que se
51
interesaron por el problema de la deuda internacional y sus efectos desastrosos en los países
latinoamericanos y le preguntaron a su iglesia acerca de su visión teológica en cuanto al interés
fueron completamente ignorados.
Sin embargo, el propio sistema utiliza lenguaje religioso. Siempre se nos exhorta a confiar en la
economía. Los banqueros más importantes, como sumos sacerdotes de nuestra religión
económica sacrificial, son voces del oráculo que no han de cuestionarse. Alan Greenspan, en una
sesión de audición ante el Congreso de los EE.UU. pudo decir: ―Si me han comprendido,
entonces no debo haber sido claro‖. Un libro sobre la Reserva Federal (el Banco Central de los
EE.UU.) expresa: ―Como el templo, la Reserva Federal no respondió al pueblo, sino que le habló.
Sus decretos fueron expresados en un lenguaje misterioso que el pueblo no podía comprender,
pero ellos sabìan que su voz era poderosa e importante‖.267
El catolicismo escolástico, como todos los contemporáneos teológicos de Calvino, de forma clara
y sencilla prohibieron tomar intereses. Sin embargo, durante el siglo XVI, la economía europea
sufrió cambios significativos, debidos al descubrimiento de América y el comercio marítimo con
lo que ahora llamamos el Tercer Mundo. ―Habìan ampliado considerablemente sus horizontes
financieros y producido un influjo extraordinario de productos exóticos y metales preciosos.
Todo ello conllevaba un vuelco total de las fortunas y de la jerarquía social, lo que despertó un
espíritu de aventura y ganancias sin límites. Un mundo de mercaderes y manufacturas en gran
efervescencia se superpuso a la antigua sociedad inmóvil de artesanos y campesinos‖.268 Bajo las
nuevas circunstancias vino a la existencia el fenómeno moderno del crédito más generalizado
relacionado con el comercio común.
Desde inicios del siglo XIV Ginebra había sido uno de los centros comerciales más importantes
del continente. Los préstamos con intereses se practicaban a pesar de su prohibición canónica.i El
obispo Adhémar Fabri le confirmó a la ciudad de Ginebra el 23 de mayo del año 1387 ―todas las
libertades, franquicias, inmunidades, usos y costumbres‖ ya establecidas por la misma ciudad.
También le dio apoyo a la práctica del interés como lo hizo el Duque de Savoy.269 Cuando el papa
Felipe V en 1455 abolió los artículos acerca del permiso de la usura que eran parte de la
Constitución de Adhémar Fabri, en realidad no cambió nada. Sin embargo, cuando en 1538 el
Ayuntamiento se percató del gran incremento en la pobreza que había que atribuirle a la alta tasa
de la usura, colocó un límite que fijó la tasa de interés al 5 %, un nivel muy bajo en su tiempo.270
Biéler no sugiere ninguna influencia de Calvino sobre dicha decisión. Pero al regresar a Ginebra
después del exilio en 1538, Calvino escribe sus regulaciones acerca de la práctica de la usura por
los ministros en las ordenanzas de la Iglesia (adoptadas por el pueblo en 1541). Poco tiempo
después las autoridades políticas de la Ciudad fijan de nuevo la tasa de interés a un 5 % (1544).
La ética cristiana se tuvo en cuenta en la misma medida que los requisitos para un sistema de
i Ya había sido la práctica desde hace muchos siglos, ya que el elemento de interés había sido cubierto por unas
cláusulas como son damnum emergens, lucrum cessans, damnum emergens (LP, 474). Todas estas apuntan a lo que
la economía moderna llama costos de oportunidad. Estos casos generalmente eran permitidos por las autoridades de
la iglesia. Los comerciantes eran lo bastante astutos para hacer uso de este tipo de escapatoria en todas partes para
simplemente cobrar el interés. Calvino rompe con este tipo de ―sutilidades‖ al aducir que no son las palabras las que
son importantes sino el contenido y la naturaleza de la transacción económica misma y los intereses mutuos que
están atrás de ellas. Ver también la tesis doctoral de P.A. Diepenhorst Calvijn en de economie, presentada a la
Universidad Libre en Ámsterdam que había sido preparada bajo la supervisión del profesor D.P.D. Fabius, 1904.
52
créditos bien administrado en sí mismo. Esta vez Calvino desempeñó un papel importante como
consejero político. En los próximos años el uso del crédito para propósitos productivos se
incrementó considerablemente para satisfacer las necesidades de numerosos refugiados y
campesinos que se habían mudado a la ciudad. Pero continuaban los excesos.
En 1557 la Ciudad estableció una tasa legal de interés de 6 2/3 %. Su objetivo fue el buen
funcionamiento del mercado de créditos considerado ahora como una institución económica por
derecho propio. ―Parece ser la primera vez en los registros de Ginebra que el pueblo aplicó de
forma tan clara un argumento de naturaleza netamente capitalista: la práctica del crédito se
considera sin dudas una actividad lucrativa independiente y ya no un servicio económico
accesorio‖.271 Los Ayuntamientos se dieron cuenta que de lo contrario se desarrollaría un mercado
negro que produciría gran daño. La razón subyacente tenía que ver con la escasez de crédito,
tanto a corto plazo como a más largo plazo, y se relacionaba tanto con las necesidades privadas
como con las públicas. En 1565 el Ayuntamiento debe de nuevo considerar el problema del
crédito. Se remite el asunto a un grupo de especialistas (savants) para su consejo. Recomendaron
una tasa de interés del 8 1/3 % y severos castigos para los fraudes. A ello siguieron muchos días
de consulta con todos los partidos, especialistas, comerciantes, predicadores y miembros de los
Ayuntamientos. Se tomaron plenamente en cuenta tanto la teología como la economía.
Finalmente, después de un adecuado análisis económico de los fundamentos del mercado interno
y exterior circundante, se mantiene el máximo de un 6 2/3 % en el mercado interno para
satisfacer la necesidad de los pequeños negociantes comunes. El mercado del capital
internacional en el que tienen lugar operaciones grandes y puramente financieras podría exigir u
ofrecer tasas más elevadas según las circunstancias. De esta manera, sin embargo, no podía
impedirse el peligro de la fuga de capitales. En poco tiempo el razonamiento capitalista abandona
cualquier tutelaje ético o teológico. Hacia finales de la vida de Teodoro Beza los ministros
sencillamente repetían los pronunciamientos de Calvino sin aplicar ningún punto de vista
actualizado a las circunstancias reales que ya habían cambiado. i De esa forma se produce la
―abdicación‖ de la iglesia mencionada por Tawney unos pocos años después de Calvino en la
propia Ginebra.272 ―Los ministros se contentaban demasiado fácilmente con repetir formalmente
lo que Calvino había dicho en lugar de aplicar su método de investigación ética a una nueva
situación socio-económica que estaba en plena evolución”.273 Habìa surgido la ―ortodoxia‖, en
co-existencia con nuevas prácticas profanas. Al igual que Tawney, Biéler concluye que la
consecuencia ha sido la asimilación del orden social circundante establecido a los efectos de
producir una actitud moral conservadora.274 Habìa nacido el ―espìritu del capitalismo‖.
Sin embargo, sigue siendo iluminador investigar la forma en que el Calvino analizó la situación
económica de su propia época. Tomó en cuenta las nuevas realidades que se presentaban en
forma de transacciones financieras.ii Calvino no aplaudió el fenómeno del interés. Más bien
hubiera preferido lo contrario, siendo el abuso una práctica tan generalizada que ―serìa mejor
barrer la usura de la faz de la tierra para que ni la palabra misma se conociera. Pero como es
i Por ejemplo, cuando se trataba de crear un banco in Ginebra (Biéler, Calvin, prophète…, p. 51). Según Calvino, el
hacerse una profesión regular y especializada de la actividad del prestar habría sido pecaminoso y totalmente
intolerable (Com. sobre Ezequiel 18; LP, p. 468). ii Biéler (LP, p. 456) menciona las siguientes fuentes que presentan la visión de Calvino sobre el interés: 1) la carta a
Claude de Sachin (1545, publicada por Besa in 1575); 2) comentario sobre Ex. 22, 25; Lev. 25, 35-38 y Deut. 23, 19-
20 (1554/1555); 3) comentario sobre Salmo 15, 5 (1557); 4) carta a los pastores (1560); 5) otra carta a los pastores
(1562); 6) comentario sobre Ezequiel 18, 7 & 17, publicado después de su muerte (1565).
53
imposible debemos reconocer la utilidad común‖.i
275 Encontró que Jesús no necesariamente
condenó el interés, sino más bien nos ordena prestar al pobre sin tomar interés. Él ―exige de sus
seguidores una liberalidad gratuita para que puedan hacer lo posible por ayudar a los pobres de
los que no podemos esperar compensación‖.276 Es a los pobres a quienes debemos prestar en
primer lugar y de gratis. Esto es diferente a una prohibición general del interés en otros casos
posibles.277 Calvino analiza la situación real de las personas. Esos otros casos son oportunidades
de negocios que aumentan la producción y por ende han de considerarse como utilidad general.
―Mientras que los préstamos para los pobres no conducen a producción adicional alguna para el
deudor y por lo tanto no justifican compensación, el préstamo inversionista para las empresas
permite al deudor oportunidades de ganancia adicionales‖.278
Las regulaciones sobre la usura en el Antiguo Testamento deben verse en el contexto del sistema
político particular válido entre los judíos de acuerdo con la ley mosaica. Ahora vivimos en otra
estructura social (conjonction). Pero Cristo aún enseña el préstamo libre de intereses para los
pobres. ―Usualmente buscamos oportunidades de inversión segura en primer lugar. Pero más bien
deberìamos ayudar a los pobres para quienes el dinero está en peligro‖.ii 279
Estos pobres están en
una necesidad concreta e individual de consumo que es urgente y puede ser cubierta mediante un
préstamo desinteresado en dinero o especie. Sin embargo, los préstamos productivos, no pueden
considerarse prohibidos por las Escrituras, ―a menos que sean contrarios a la equidad o al amor‖.
Hemos visto anteriormente que esta es la regla general para los contratos comerciales.iii
El adagio aristotélico ―el dinero no crìa dinero‖ (argentum parere non posset) puede ser una
―sutileza conmovedora‖, pero ―no tiene solidez interior‖. En términos dooyeweerdianosiv
i Sería muy deseable ―que le usures fussent chassées de tout le monde même que le nom en fût inconnu. Mais parce
que cela est impossible il faut céder à l‟utilité commune”. ii “Or nous avons de coutume de regarder premièrement là où l‟argent se peut mettre sûrement. Mais plutôt il faillait
aider les pauvres vers lesquels l‟argent est en danger”. iii
Ver cap. 2: ―todos los contratos son malvados ante los ojos de Dios si no se realizan de acuerdo con la ley de la
caridad‖ (Com. sobre Génesis 47:16, 20). iv (Nota a la edición española:) No sólo el presidente de la Academia Real Holandesa de Ciencias, sino también el
profesor F. L. R. Sassen de la Universidad de Leiden, gran conocedor de la historia de la filosofía en los Países
Bajos, consideraba a Herman Dooyeweerd como el más original de los filósofos holandeses de toda la historia
incluyendo a Espinoza. El presidente de la Liga Humanista en los Países Bajos se expresó de manera similar. El
pensador italiano Giorgio Delvecchio ve en Dooyeweerd incluso ―el filósofo más profundo, innovador y penetrante
después de Kant‖. Hay muchas introducciones al pensamiento de Dooyeweerd (por ejemplo: L. Kalsbeek, Contours
of a Christian Philosophy: An Introduction to Herman Dooyeweerd”s Thought, Ámsterdam 1975). Aquí conviene
mencionar las dos que son de su propia mano: In the Twilight of Western Thought, una serie de conferencias dadas en
los Estados Unidos y Canadá en el año 1959; y el libro Roots of Western Culture. Pagan, Secular and Christian
Options, que es una compilación de artículos escritos durante los primeros años después de la Segunda Guerra
Mundial en un semanario no científico. Su magnum opus es A New Critique of Theoretical Thought. Una exposición
breve (y una de las más articuladas) escribió el filósofo mismo en la revista alemana Archiv für Rechts– und
Sozialphilosophie, en dos partes. Una introducción también excelente y muy breve es el texto francés de una
conferencia presentada por Dooyeweerd en el Décimo Congreso Internacional de Filosofía que tuvo lugar en
Ámsterdam en agosto de 1948. La misma temática fue ampliada en inglés, en un librito con el título Transcendental
Problems of Philosophical Thought. En español se hizo una traducción de una conferencia del mismo Dooyeweerd
que sirve bien como introducción a su pensamiento: La idea cristiana del Estado (mimeografiado), ISEDET, Buenos
Aires 1983, traducido por Guillermo Sabanes, editado por Rodolfo Haan (1ª edición 1978; ed. original en holandés:
De Christelijke staatsidee, 1936).
En un principio se hablaba de una filosofía calvinista, pero Dooyeweerd dejó de hacerlo por el simple hecho de que
el ―motivo religioso‖, que necesariamente es la parte suprateórica de todo pensamiento filosófico, en su caso debe
54
podríamos decir: la física y la economía, siendo aspectos modales de la realidad,
irreduciblemente separados, se confunden aquí. Cuando el dinero se usa para arrendar tierras o
comerciar bienes es el ingreso lo que aumenta, señala Calvino, para el que tanto el trabajo como
el uso del dinero han sido instrumentales. Calvino toma en cuenta el verdadero proceso
económico. Necesitamos buscar más allá de las palabras e ir a los hechos. Lo decisivo no es ―ni
el legalismo bìblico ni el razonamiento filosófico, sino la regla de la justicia‖.280
No obstante, consciente del peligro de un uso oportunista de lo que en la actualidad se ha
convertido en la primera teoría teológica moderna del interés, como si la palabra interés por sí
misma pudiera autorizar cualquier recargo del interés por el mero hecho de llamarse interés,
Calvino procede a analizar diferentes situaciones reales. El reemplazo de la horrible palabra usura
por la palabra interés no ayuda (en tiempos de Calvino también se uso la palabra interés para
encubrir la usura).281
Él no está de acuerdo con hacer dinero a partir del dinero sin servir a la
economía real, y mucho menos con especializarse en el negocio usurero. Además aplica el
método general de la teología bíblica que ha formulado en todos sus sermones y tratados. No
podemos aislar textos bíblicos específicos de la Revelación en su conjunto. Las transacciones
financieras no pueden considerarse fuera del ámbito de la economía o exentas de las normas
económico-éticas fundamentales. Calvino parte de dos principios fundamentales de la enseñanza
cristiana: primeramente, ―la solidaridad de la raza humana que se expresa mediante la
intercomunicación de bienes materiales‖,i y, en segundo lugar, ―la noción cristiana de justicia
social en virtud de la cual no es justo solamente lo que está en conformidad con el derecho
positivo sino lo que procede de la caridad‖.282
Primeramente resumimos los criterios que Calvino
menciona en su carta a Sachin que de forma clara y explicita establece las siguientes condiciones
en cuanto al interés:
1. No debe uno aprovecharse de los pobres y nunca de ninguna situación de indigencia o
calamidad.
2. Hay que deducir la parte necesaria para sostener a los pobres de la ganancia
financiera.
3. ―Todo lo que quieras que los hombres hagan contigo, hazlo con ellos‖ (Mateo 7, 12). 283
4. El nivel del interés no debe ser superior a la cantidad más allá de la cual el negocio
financiado del que pide prestado constituiría pérdida. (En este sentido el prestamista
toma parte del riesgo.)
explicitarse como cristiano en el sentido ecuménico: la fe en Dios Creador, Jesucristo Salvador y el Espíritu Santo.
La filosofía de Dooyeweerd fue acogida favorablemente también en círculos católico-romanos (además de ser
admirado incluso por varios destacados pensadores no cristianos). El profesor jesuita M. F. J. Marlet se recibió en la
Universidad Gregoriana en Roma al aprobarse su tesis sobre la filosofía dooyeweerdiana, intitulada Grundlinien der
kalvinistischen “Philosophie des Gesetzesidee” als christliche Tranzendentalphilosophie en el año 1953; el estudio
fue publicado en Múnich en 1954. Marlet observa que el pensamiento de Dooyeweerd puede ser visto como
―Philosophia in Ecclesia recepta ac agnita” [Marcel E. Verburg, Herman Dooyeweerd. Grenzen van het theoretisch
denken, Baarn 1986, p. 328]. i La diferencia que hace la ley mosaica entre los que pertenecen al pueblo judío y los extranjeros en lo que concierne
a la prohibición del interés que era parte del régimen político específicamente judìo ya no existe más; ―tenemos que
preservar la substancia espiritual de aquella ley y aplicarla a todos los hombres sin discriminar según raza o
nacionalidad‖ (“…nous devons épargner tout le monde sans exception pour n‟oser point d‟usures ni de pilleries et
devons garder semblable équité envers tous‖, LP, p. 462/463).
55
5. La norma no es lo que el mundo considera popularmente aceptable. Debemos leer en
la Palabra de Dios lo que sería correcto y equitativo. i 284
6. El interés tiene efecto no solamente sobre las partes contrayentes. Existen efectos
públicos externos que hay que reconocer. El que pide prestado paga una ―pensión
pública‖; el costo del interés en general produce un aumento en el costo de la vida de
las personas que va en detrimento del consumo. “El interés debe estar al servicio de
todos en el sentido general‖.285
7. Debe obedecerse la ley pública, aunque no puede necesariamente considerarse
suficiente. Los cristianos deben corregirse en cuanto a lo que la ley pública permita
más allá de la equidad.286
Evidentemente no se incluye aún un ―mercado financiero‖ impersonal y anónimo.ii Como se ha
mencionado anteriormente, tal desarrollo tuvo lugar en Ginebra y sus alrededores después de la
muerte de Calvino.iii Por otra parte, el enunciado sexto de Calvino indica una intuición
sorprendente en cuanto a lo que la economìa moderna denomina ―exterioridades‖ y efectos
macroeconómicos.
La norma de Calvino no es el negocio como de costumbre, según señala el quinto enunciado.
Podemos referirnos a Éxodo 23, 2: ―No seguirás a la multitud en hacer el mal‖. La práctica usual,
destaca Calvino, es bien diferente de la solidaridad cristiana con los pobres. ―Porque todo hombre
que tiene dinero en efectivo, si hay necesidad de préstamos, siempre pretende que será útil para él
comprar tierras o mercancías y que no pasa un minuto sin oportunidad de ganar. Por lo tanto, las
personas hacen ganancias con los préstamos, porque el prestamista declara que no puede dejar su
dinero sin que sufra daño‖.287
De nuevo, Calvino resulta un observador agudo. Pero mientras él
advierte contra tal actitud no cristiana, debemos citar a Adam Smith que dos siglos más tarde
describe la misma práctica como una cuestión de pura racionalidad. ―En todos los paìses donde
existe seguridad tolerable, todos los hombres de entendimiento común se esfuerzan por emplear
todas los recursos que puedan en su goce presente o en ganancia futura‖. Continúa diciendo:
―Debe estar totalmente loco el que no emplee toda la riqueza que puede utilizar, ya sea propia o
prestada de otros ( )‖.288
Debemos entender lo que significa esto. Ellul ha dicho que nuestra
sociedad moderna ha producido la mutación del hombre. Aquì se opone el criterio de ―locura” al
de racionalidad. Polanyi observa:
El honor y el orgullo, la obligación moral y cívica, aun el respeto a sí mismo y la decencia se consideraban
ahora irrelevantes para la producción y de manera significativa se resumìan en la palabra ‗ideal‘. Por ende, se
creía que el hombre estaba formado por dos componentes, uno más afín al hambre y a la ganancia, el otro al
honor y al poder. Uno era ―material‖, el otro ―ideal‖; uno ―económico‖, el otro ―no económico‖; uno era
―racional‖, el otro ―no racional‖. Los utilitarios llegaron a identificar los dos conjuntos de términos, dotando
así el lado económico del carácter del hombre con racionalidad. Al que se negara a imaginar que estaba
actuando solamente movido por la ganancia se le consideraba no solamente inmoral, sino también loco.289
i ―…que nous n‘estimions point selon la coutume vulgaire et reçue qu‘est ce qui nous est licite, ou que nous ne
mesurions ce qui est droit et équitable par l‘iniquité du monde, mais que nous prenions une règle de la parole de
Dieu‖. ii En Ginebra las autoridades civiles y eclesiásticas muchas veces luchaban con el problema de la relación entre la
escasez del crédito, la inflación y la tasa oficial de interés. iii
Hacia el final de la vida de Teodoro Besa se propuso la creación de un banco ginebrino (Biéler, Calvin, prophète
de l‟ère industrielle, p. 51; LP, p. 168).
56
En esa época la teologìa protestante ya hacìa tiempo que se habìa asimilado a la ―racionalidad del
mercado‖. Lo mismo se dice en una redacción teológica totalmente paralela en la cita que
Tawney da de Richard Baxter (1678) al decir: ―Si Dios te muestra una forma en la que
legalmente puedes obtener más que de otra forma (sin dañar tu alma o a ningún otro), si lo
rechazas, y escoges la vía de menos ganancias, cruzas uno de los extremos de tu Llamado, y te
niegas a ser mayordomo de Dios‖. Deberìa evitarse hasta la excesiva devoción a los amigos y
familiares. ―Es un acto irracional, y, por ende, no adecuado a una criatura racional, amar a
alguien más allá de lo que la razón permita…A menudo se apodera de la mente de los hombres
para estorbar el amor a Dios‖ (!).290
Ello equivale a colocar a Calvino de cabeza. Él concluiría
que el pecado había sido totalmente obviado en el análisis al otorgarle un significado teológico
totalmente diferente, adaptado al mercado autónomo. Ellul ha observado que, cuando se trata del
dinero, el lenguaje piadoso (típico del calvinismo y el neo-calvinismo) acerca de ser un
mayordomo de Dios—como el de Baxter—se ha puesto de moda. Esta noción de mayordomía se
presta fácilmente a la pretensión de un derecho divino al paternalismo. Al igual que Calvino, él
señala que lo que fue verdad en la mayordomía de Génesis 2 se ha extendido erróneamente al
orden de la Caída.291
El mayordomo injusto de Lucas es llamado injusto porque manejaba un
dinero injusto. ―Jesús afirma que el dinero debe emplearse, pero no de acuerdo con su propia
lógica‖.292
La parábola se refiere la la misma amistad que Baxter tiene por dañina en nombre de
la razón.
Calvino no formula ninguna ley nueva en el sentido formal de la palabra. Ante Dios lo que cuenta
es la integridad de la fe. Pero es importante distinguir bien las cosas de acuerdo con las
diferencias entre los casos económicos que se definan. Lo que importa es la situación subyacente.
En primer lugar, cuando un deudor no puede devolver un préstamo cuando expira el plazo el
acreedor debe ser compensado.
La segunda posibilidad del uso legítimo del interés es verdaderamente la inversión productiva
que, en vista del ascenso general del comercio, Calvino percibe que se hace cada vez más
frecuente. ―Cada dìa se presentan muchos casos similares en los que desde el punto de vista de la
igualdad el interés no es peor que toparse con una ganga en particular.i
293 No existe ningún
problema en que un rico le pague interés a su prójimo cuando ha tomado préstamo del mismo.
¿Por qué no debería su prójimo obtener también ganancia de la inversión hecha por quien de
cualquier forma es más rico que él? ii Que al rico se le preste con interés, aunque sin usura
excesiva ―desde toda arista, en todo, de todas las personas‖.294
Porque las Escrituras no hablan del
interés como tal (en soi), sino como explica Biéler el pensamiento de Calvino ―solamente se
refiere a la cuestión para mostrar las consecuencias de la caridad en todo detalle para defender a
los pobres en toda circunstancia en que generalmente es oprimido‖.295
Por tanto, cuando la Biblia
no puede usarse para ―constatar‖ mecánicamente todo tipo de cuestión económica moderna
acerca de la cual, por supuesto, no se encuentra nada, no podemos sino concluir que el mensaje
de amor y caridad sigue siendo totalmente válido a pesar de los cambios en la estructura
económica y debe escribirse en los detalles de los contratos así como en la política económica en
general. ―El principio de la equidad es general y se aplica a todas las naciones y a todos los
tiempos,iii
para que nos guardemos contra el pillaje y contra el atropello de los pobres sobre los
i ―…auxquels, touchant l‘équité, l‘usure n‘est pas pire qu‘un achat‖.
ii ―Celui qui emprunte est plus riche que l‘autre…‖, Com. sobre Ezequiel 18, LP, p. 469.
iii ―…cette équité est commune et s‖étend à toutes nations et à tous âges‖.
57
que pesa la indigencia‖.296
Este pillaje se hace evidente cuando no se remunera adecuadamente el
obrero. El préstamo no debe compensarse al costo de los asalariados (ni de los comerciantes que
trabajan y además se arriesgan) mientras que los que toman el interés ―se recuestan en sus
asientos a recibir el tributo del trabajo de otras personas".i Ningún ser humano debe reducirse al
desempleo para satisfacer el derecho de un financiero, sin importar cuán legítimos puedan ser sus
derechos‖.297
El trabajo prevalece sobre el capital.
No significa que Calvino quería favorecer o promover el uso de los préstamos con interés. Estaba
bien consciente de los abusos y miserias que generalmente traían como consecuencia. De nuevo
escribe que sería deseable que los conceptos de usura, ganancia e interés—que esencialmente
tienden a fundirse en lo mismo—―se borraran completamente de la memoria de los hombres‖.ii
Solamente quería explicar lo que la Biblia no puede decir en detalles económicos modernos. Lo
que importa es el mensaje bíblico central que surge a partir de la fe en Jesucristo y que
ciertamente ha de ser traducido en ese detalle. ―La regla de la equidad‖ (ver el punto 3
mencionado antes) ―determina mucho mejor cuando y en qué medida se permite el préstamo con
interés que todas las largas disputas en el mundo‖.298
Condenar todas las prácticas del interés en su conjunto equivaldría a fundirlo todo y no distinguir
y analizar lo que está por detrás. Los comerciantes honestos se sentirían heridos como si
―siempre hubiera pecado en estos asuntos‖, con el resultado que finalmente pudieran volverse
ellos indiferentes también.299
Esta aguda visión de Calvino es muy relevante en nuestros días
cuando las personas condenan las actividades económicas modernas por el simple hecho que
tienen lugar en el sistema capitalista. La verdadera pregunta es si uno pierde o no toda rienda o
distinción al beneficiarse indiscriminadamente de las posibilidades técnicas que el sistema
permite, sin preguntarse ya más sobre los efectos negativos que ese beneficio tiene en nuestros
prójimos.iii
De hecho, ―hay pocos prestamistas que no sean ladrones‖. ―La usura casi siempre
tiene dos compañeros inseparables; a saber, la crueldad tiránica y el arte de la estafa‖.300
Y
precisamente ―debido al hecho que el crédito se ha convertido en algo indispensable en la vida
económica común, es extremadamente importante cuidarse de qué se permite y hasta dónde‖.iv
301
En todo caso el estado debe regular la política del interés—como otras políticas económicas—
para corregir el abuso social.
Calvino ciertamente nos suena muy apropiado en nuestros tiempos de ―crisis financiera‖. ―La
crueldad tiránica y el arte de la estafa‖ reinan en todas partes. Ello no niega la importancia de
sólidos mercados financieros. Sin estos mecanismos anónimos ya no podemos funcionar. Sin
embargo, ―las empresas financieras habìan llegado a ver sus negocios un fin en sí mismo y se
enorgullecían de su tamaño y rentabilidad. Pero un sistema financiero debe ser un medio para un
fin, no un fin en sí mismo. Los lucros de un sector financiero que sea demasiado grande pueden ir
i ―… messieurs les usuriers assis sur leur banc sans rien faire reçoivent tribut de labour de tous les autres‖, Com.
sobre Salmo 15, 5 ; LP, p. 466. ii ―…il serait à désirer que le nom d‘usure, profit et intérêt fussent complètement abolis de la mémoire des hommes‖,
Com. sobre Ezequiel 18 ; LP, p. 469. iii
Naturalmente esto implica también que el método de Calvino tendría mucho que decir sobre lo que llamamos el
―sistema capitalista‖. Para esto el enfoque de Calvino de la realidad social debe ser introducido en la teoría
económica misma. iv “Attendu que les homes ne peuvent pas autrement trafiquer et négocier les uns avec les autres, il faut toujours
prendre garde à ce qui est licite, et jusques où on peut aller”.
58
en detrimento de la prosperidad y la eficiencia del resto de la economìa‖.302
Algunos de los
banqueros mundiales han reconocido la necesidad de ―regresar a lo básico‖: los servicios
financieros deben servir al cliente. Por lo que el razonamiento debe basarse en el bienestar del
que toma prestado. Ya el interés es una palabra que no puede barrerse de la faz de la tierra. Los
ahorros y las actividades de préstamo son esenciales para el público en general, de la misma
manera que un número de otros productos financieros modernos realmente prestan servicio a las
necesidades de la administración empresarial. Ningún esquema de pensiones sería posible sin el
interés compuesto. La condición esencial para ganar el interés es que el crédito debe brindar un
servicio a las prioridades productivas sólidas de la ―economìa real‖. A un gran costo llegamos a
reconocerlo de nuevo después de haber colocado nuestra confianza en el ―sistema‖ que se ha
descarrilado.
El profesor Johan Graafland, en su ponencia titulada Las restricciones de Calvino sobre el interés:
lineamientos para la crisis de los créditos, extrae lecciones de las enseñanzas de Calvino sobre el interés
para nuestra crisis financiera actual. Luego de un resumen lúcido acerca de los criterios de Calvino llega a la
conclusión de que los actores en el sistema financiero no han tenido en cuenta los lineamientos de Calvino
para una economía sana en los siguientes aspectos:
1) No cobren interés a los pobres. Se les ofrecieron a los pobres hipotecas subvaloradas (subprime
mortgages) que no podían costear. Hubiera sido preferible ayudar al mercado de la vivienda con una
asistencia gubernamental apropiada y con inversionistas que asumieran formas de responsabilidad
social que no necesariamente obedecieran a la maximización de la ganancia.i
2) No descuiden el deber de la caridad. Dónde hay que cumplir con necesidades, no debe desviarse el
dinero para otras oportunidades de inversión con mayores ganancias. ―Un empresario debe siempre
considerar el significado más profundo de hacer negocios‖.
3) Respeten la reciprocidad. Esta es la ―regla de oro‖ de Calvino de acuerdo con la tercera condición
mencionada anteriormente. ―Lo que quieras que otros hombres hagan contigo, haz tú con ellos‖
(también en Lucas 6, 31). Los bancos comerciales dañaron los intereses de aquellos a quienes
eventualmente se les vendieron las hipotecas por la forma en que sucedió. La información sobre los
riesgos fue ocultada deliberadamente a través de la ―valorización‖ (―securitization‖). En segundo lugar,
las agencias de créditos ofrecieron clasificaciones de riesgo (―ratings‖) demasiado elevadas sin respetar
la autonomìa de sus inversionistas. ―Un tercer ejemplo de falta de reciprocidad tiene que ver con la
relación entre los bancos y los depositarios. Si los administradores de activos invierten en los complejos
productos financieros sin comprender el perfil de riesgo de dichos productos, juegan con el dinero
ajeno. Ello viola el principio de la reciprocidad. Si se hubieran puesto en el lugar de los depositarios
que confiaron su dinero al banco, también hubieran preferido una política inversionista menos riesgosa.
i ―Un buen producto hipotecario tendrá un costo de transacción bajo y una tasa de interés baja; habría ayudado a la
gente a manejar el riesgo de la propiedad de su casa incluyendo una protección para el caso en que sus casas
perdieran su valor o que los prestatarios perdieran sus puestos de trabajo. Los dueños de casa también quieren pagos
mensuales que sean previsibles, que no vayan por las nubes sin aviso y que no tengan unos costos escondidos. Los
mercados financieros norteamericanos no se preocupaban por construir estos productos mejores, aunque en otros
países están muy en uso. En vez de esto las empresas de Wall Street estando interesadas en la maximización de sus
rendimientos, procuraban hipotecas con costos de transacción altos y tazas de interés variables. Los pagos podían
dispararse de repente; sin embargo, no había protección alguna del riesgo de una pérdida en el valor de la casa o del
trabajo. Si los diseñadores de estas hipotecas hubieran enfocado la finalidad – aquello lo que estamos exigiendo de
nuestro mercado de hipotecas -- más que cómo maximizar sus ingresos, podrían haber concebido productos que
permanentemente hubieran aumentado la propiedad de casas. Podrìan haber ―hecho bien al hacer bien‖. En lugar de
esto, sus esfuerzos produjeron toda una serie de hipotecas muy complicadas que les procuraron mucho dinero a corto
plazo y que condujeron a un aumento de amos de casa temporalmente, pero a unos costos enormes para la sociedad
en su conjunto‖ (Joseph E. Stiglitz, Freefall. America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy, New
York/Londres 2010, p. 5).
59
Esto también se aplica a los inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones, a quienes los
empleados les confiaron sus pensiones‖. En cuarto lugar, cuando los bancos proporcionan créditos a las
compañías, normalmente exigen garantías en términos de solvencia mínima y tasas de liquidez. Sin
embargo, la crisis de los créditos ha puesto de manifiesto que la solvencia misma de los bancos era
extremadamente baja aun para incrementar el apalancamiento y, por tanto, las posibilidades de ganancia
de su propio activo. Con tan poca reserva, los bancos entraron en serios problemas de liquidez una vez
que se derrumbó el mercado de los préstamos interbancarios como resultado de la desconfianza cada
vez mayor entre los bancos. ―Un quinto ejemplo de la falta de reciprocidad es el de los altos bonus
recibidos por los administradores de propiedades. La reciprocidad exige que un bonus refleje el valor
añadido de los administradores de activos para la compañìa, sus interesados (―stakeholders‖) y para la
sociedad en su conjunto. Durante la crisis de los créditos el valor añadido a las políticas de inversiones
(a corto plazo) de estos administradores de activos ha sido negativa en un grado devastador. Aun así,
muchos administradores continuaron exigiendo bonus. Solamente después de una fuerte presión social
algunos de ellos (como los administradores de AIG) moderaron sus exigencias. Además, el alto nivel de
los bonus que reciben los administradores de activos parece indicar que han perdido el contacto con la
realidad. Si miraran su propia posición desde la perspectiva de los accionistas (que enfrentaron una
caída en los valores de las acciones de más de un 50%), se darían cuenta que tales bonus elevados son
injustos, porque la única pérdida que enfrentan estos administradores cuando fracasan de la forma que
lo hicieron es la pérdida del bonus y no la pérdida de la mayor parte de su riqueza financiera‖.
Concluye diciendo Graafland: ―A partir de todos estos ejemplos uno puede llegar a la conclusión de que
cuando los partidos comerciales en el sector financiero desarrollan un enfoque demasiado centrado en
las ganancias a corto plazo o los intereses propios, tienden a tratar a sus stakeholders como simples
instrumentos para incrementar sus propias recompensas financieras. Ello resulta en la falta de respeto a
los stakeholders y una ruptura del principio de reciprocidad, pues si se colocaran en la posición de los
que comparten los intereses de la compañía financiera (accionistas, depositarios otros clientes y la
sociedad en su conjunto), probablemente tampoco desearían ser tratados simplemente como medios
para satisfacer la avaricia de los administradores de los bancos.
4) Permitan que los prestamistas saquen tanta o más ganancia del dinero prestado. Graafland piensa que
en los Estados Unidos de Norteamérica—que no es el caso de Europa—esta regla se ha cumplido más o
menos debido al hecho que ―los dueños de viviendas pueden de forma bastante fácil deshacerse de su
hipoteca, con sólo entregar la llave al banco hipotecario. Por consiguiente, los dueños de viviendas que
fueron forzados a vender su casa no sufrieron pérdidas sustanciales como resultado de la caída en el
precio de su casa. Todos los riesgos que implicaban la caída de los precios de las casas fueron
traspasados a los dueños de los derivados de las hipotecas. Por ende, el daño final a las riquezas de los
propietarios de viviendas siguió siendo más bien limitado en comparación con el daño financiero a los
inversionistas que invirtieron en los derivados basados en la hipoteca‖.
5) Consideren también lo que es conveniente para el público en general. Muchos bancos han descuidado
sus responsabilidades económicas fundamentales. La Responsabilidad Social Empresarial ―significa
que el negocio debe crear valores en tres dimensiones sociales; a saber: económica (a través de la
producción de bienes y servicios y mediante la creación del empleo y fuentes de ingreso); social (una
variedad de aspectos que tienen que ver con los efectos para los seres humanos, dentro y fuera de la
organización, como las buenas relaciones laborales, la seguridad, etc.) y ecológica (los efectos sobre el
medio natural)‖. ―Entre los clientes que se dañaron severamente están las compañías que tuvieron que
enfrentar la reducción drástica en las facilidades de créditos, lo que produjo problemas significativos en
la liquidez. Además, los depositarios enfrentaban grandes riesgos debido al peligro de la bancarrota de
los bancos. Es solamente por la intervención intensiva de los gobiernos que el número de bancos que
quebraron se mantuvo bajo. También muchos bancos despidieron a los empleados para reducir los
costos, dañando de esa forma severamente los intereses de sus empleados. Finalmente, como la crisis se
expandió a otros sectores, las firmas en dichos sectores enfrentaron una caída significativa en la
demanda de bienes y servicios, lo que resultó en los despidos de muchos empleados también. Surgieron
déficits en los presupuestos gubernamentales, lo que produjo una carga pesada para los futuros
pagadores de impuestos, mientras que los fondos de pensiones enfrentaron una caída enorme al cubrir
las tasas, obligando a los fondos de pensiones a subir las contribuciones para las pensiones o a reducir
los beneficios de las mismas‖.
6) No hagan del trabajo en el banco su verdadera profesión. Graafland traduce la prohibición de Calvino
sobre la exclusiva profesión bancaria en términos modernos. ―Aunque la oposición de Calvino a los
60
banqueros profesionales parece obsoleta en la economía moderna, su advertencia acerca de los peligros
morales de la profesión bancaria también es válida en la crisis actual. En particular, una de las causas
del apetito por el riesgo en la conducta inversionista de los bancos es el fuerte enfoque en las ganancias
en las riquezas a corto plazo. Aquí resulta especialmente significativo el análisis de Calvino sobre la
avaricia, ya que los exorbitantes bonus parecen haber oscurecido la habilidad de los inversionistas
bancarios para juzgar acerca de los riesgos con cordura‖. ―Por tanto, el pago de bonus excesivos parece
haber ofuscado los valores profesionales intrínsecos que se consideran tradicionalmente de la mayor
importancia para el sector bancario, tales como la confiabilidad, la justicia, la redición de cuentas y la
disposición de servir al cliente‖. ―La sospecha de Calvino que hacer dinero con el dinero puede resultar
en detrimento a las virtudes que se necesitan en el sistema bancario deben, por ende, tomarse aún en
serio‖. Los administradores de los bancos ―no son sensibles a los reclamos de las personas que trabajan
en otros sectores de la economía y dicen que las recompensas que reciben los banqueros como grupo no
están en proporción con el valor añadido que crean en la sociedad. Esto bloquea la autocrítica que se
deriva de la función de espectador, según la describe Adam Smith en su Teoría del sentimiento moral”.
―La lección principal que los bancos pueden aprender de las restricciones propuestas por Calvino es que
no deben solamente enfocarse en servir sus propios intereses y aquellos de los accionistas con una
orientación a corto plazo, sino además considerar los intereses de otros interesados como los socios
comerciales, clientes, depositarios, empleados y la sociedad en su conjunto‖.303
61
6
EL CALVINISMO, EL NEO-CALVINISMO Y EL FIN DE LA PRIMERA MODERNIDAD
Mucho de lo que el público general y la prensa llaman calvinismo tiene muy podo que ver con
Calvino como puede apreciarse claramente en los párrafos precedentes cuando los comparamos
con lo que generalmente se considera ―calvinista‖. ―El Calvino con el que la mayorìa de nosotros
está familiarizado es un principalmente un artefacto del calvinismo posterior‖,304 y aun más de los
no-calvinistas posteriores. El calvinismo a menudo ha resultado ser todo lo contrario de Calvino,
como lo ha puesto de manifiesto abundantemente el ―calvinismo‖ sudafricano. Se ha puesto al
servicio del apartheid y del nacionalismo. En el ―está ausente la radicalidad que forma parte
básica de la doctrina calvinista de la justificación‖. Por ello no incluye la noción de un nuevo
comienzo y una continuidad. Siendo así, podemos decir que la doctrina de la justificación (del
calvinismo sudafricano) excluye la noción de novedad de vida, la verdadera historia y la
humanidad‖.305
El propósito de la presente exposición no es abundar en el ―neo-calvinismo‖, puesto que más bien
trata de regresar al propio Calvino. Originalmente la frase se emplea para denotar la
impresionante renovación social más que nada entre los miembros de la clase baja del pueblo
reformado en los Países Bajos, altamente organizada e inspirada por el liderazgo de Abraham
Kuyper (1837-1920). Fue un influyente teólogo, predicador, escritor, periodista, profesor
académico, orador, organizador y político. Ha sido uno de los más grandes educadores jamás del
pueblo común. En su calvinismo quería regresar a las raíces históricas del mismo reflejadas en el
ministerio de Calvino en Ginebra. De igual manera la predicación y los accesibles escritos de
Kuyper eran una gran fuerza educativa para el beneficio del pueblo. Sobre la gente de Ginebra
Parker dice: ―En el nivel más bajo tuvieron que empeñarse en entender – un esfuerzo, como
podemos notar de paso, al cual no es improbable que se pueda atribuir mucho de la calidad
intelectual entre los hombres comunes que iba a caracterizar los paìses ―calvinistas‖.306
El pueblo
calvinista holandés, guiado por Kuyper, encajaba completamente en este cuadro. Él pudiera muy
bien compararse con Calvino debido a su reinvención de la organización de la iglesia y gran parte
de la sociedad. El movimiento fue tanto social—contra el centralismo jerárquico eclesiástico—,
como religioso—contra la teología deísta. Tomó forma en los Países Bajos durante la segunda
mitad del siglo XIX y duró hasta la primera mitad del XX. Kuyper deseaba poner el punto de vista
original de Calvino sobre el mundo y la vida ―en consonancia con los tiempos‖. Pero todo esto es
ahora en su mayoría historia pasada. Los avances modernos posteriores han derogado la mayoría
de los logros, instituciones y contenidos del neo-calvinismo. Por tanto, parece que el reto de
hacer al calvinismo históricamente relevante de nuevo se presenta con frescor, lo que, por ende,
sería algo concordante enteramente con el espíritu de Kuyper, y del mismo Calvino en primer
lugar. En gran medida, el calvinismo para el siglo XXI tendrá que redescubrirse y adecuarse de
nuevo a los tiempos. Es acerca de ello que se presentan las siguientes
observaciones históricas.
Generalmente la influencia histórica del calvinismo se ha sobreestimado, lo que no niega su
significación considerable. Calvino no es el único padre el calvinismo. Reformadores como
62
Zwinglio, Bullinger, Bucer, Beza, Melanchton, de Brès, Knox y muchos otros han conformado lo
que llegó a conocerse como la fuerza histórica del calvinismo, aunque una frase mejor debería ser
―cristianismo reformado‖ en general. La influencia calvinista también vino de las congregaciones
refugiadas en Londres y Emden. Bullinger se leía aun más que Calvino en los Países Bajos.307
Pero el ―calvinismo‖ histórico también sufrió desarrollos culturales impuestos desde el exterior.
Tanto la tolerancia como el fanatismo formaron parte de la escena. El profesor Hooykaas ha
señalado el cambio en la propia creencia en la predestinación que, al perder su carácter de
artículo de fe en la salvación, recibió la influencia del principio metodológico científico de la
causalidad para convertirse en determinismo y deísmo.308 En el capítulo anterior ya señalamos la
llamada ―ética protestante‖ ejemplificada por la cita de Richard Baxter, que de hecho se acomoda
totalmente a la conducta de mercado ―racional‖ individualista y materialista.
Por tanto, el calvinismo auténtico después de Calvino resulta haber sido un factor histórico con
limitada influencia más allá del siglo XVI. Ello es cierto hasta para el propio calvinismo del siglo
XVI. En los Países Bajos el protestantismo en el siglo XVI tomó fundamentalmente la forma de
menonitismo, a pesar de severas persecuciones.i Además, el movimiento reformador se había
puesto en marcha por la devoción moderna (moderne devotie) y el luteranismo.309 Muchas
características del carácter nacional holandés, como la frugalidad proverbial atribuida
históricamente al calvinismo parten más bien de la mayoría protestante anabaptista en el siglo
XVI. Esas cosas, con más razón, pudieran atribuirse quizás al carácter popular holandés en sí
mismo.310 Alrededor del año 1600 solamente un 10% de los holandeses eran miembros confesos
de la Iglesia Reformada. Aunque en 1651 esta iglesia fue declarada la única legal, muchas otras
denominaciones existían entre la cuales la Iglesia Católica Romana contenía la mayoría de los
cristianos.311 Sin embargo, la minoría calvinista sí dejó su marca en la sociedad holandesa.
Nijenhuis menciona cuatro explicaciones para ello.
En primer lugar, los calvinistas eran buenos organizadores. Siendo Calvino teólogo y abogado,
había establecido regulaciones transparentes y funcionales para la iglesia en Ginebra que se
imitaron no solamente en Francia y Escocia sino también en los Países Bajos. Desde 1578 se
estableció un sínodo a nivel nacional que abarcaba las diferentes provincias independientes. En
segundo lugar, los calvinistas habían proporcionado el basamento teológico para la revolución
contra Felipe II. La famosa constitución revolucionaria Plakkaat van Verlatinge (1581)
reproducía de forma directa el criterio de Theodor Beza sobre el derecho a la rebelión. El príncipe
sólo podìa serlo debido a sus vasallos y no al contrario como si ellos ―estuvieran sujetos a él en
todo lo que ordene sea o no de Dios, justo o injusto‖. En tercer lugar, los calvinistas apoyaban la
causa de los reformados perseguidos y oprimidos en el extranjero. Al hacerlo, propagaban la
tolerancia, aunque una vez establecidos en el poder en su propio país la práctica era diferente. En
cuarto lugar, el gobierno democrático de la iglesia indirectamente tuvo influencia en la
democracia y participación en la sociedad en su conjunto. Estaba compuesto tanto por personas
profesionales como no profesionales, sin jerarquía predeterminada entre ellos.312 (La palabra
―laicado‖ es una expresión ciertamente no calvinista).
i Recuerdo cómo en las anteriores Iglesias Refomadas en Holanda (1892-2004), antes de su apertura hacia el
ecumenismo a partir de los años 60, los menonitas eran vistos por muchos reformados sencillos como la iglesia
hermana de más cerca. Cuando en los lugares de las vacaciones del verano no había iglesia reformada, mis padres
preferían asistir al culto de la Doopsgezinde Kerk (Iglesia Menonita) y no al de la Hervormde Kerk (la iglesia
calvinista más antigua).
63
Acerca de estas dos últimas contribuciones del Calvinismo Heiko Oberman ha hecho dos
señalamientos fundamentales. Particularmente Calvino ha sido el reformador de los refugiados.
Lutero venía de la vida monástica y se dirigió al Principado territorial. La segunda ola de
reformadores estuvo representada por los reformadores de las ciudades, como Estrasburgo,
Zúrich y otras más. La ciudad se convirtió en el laboratorio para la reflexión y la aplicación de las
consecuencias religiosas, sociales y polìticas de la Reforma ―intramuros‖. Aparte de ser un
reformador de ciudad, Calvino se convirtió en el pastor de los refugiados de Europa. Esta ―tercera
reforma‖ de los refugiados no fue bien comprendida por los calvinistas posteriores de los Paìses
Bajos, Escocia, el Palts alemanes y Norteamérica. La elección y la predestinación son el consuelo
y el aliento de Calvino para los exiliados y para los que se arriesgan a ser quemados en la
hoguera. Calvino, exiliado él mismo y ministro de una congregación refugiada en Estrasburgo, se
convirtió en la inspiración de Ginebra de la iglesia en la diáspora. La iglesia de Cristo era una
iglesia perseguida. Ello lo llevó a considerar el Evangelio con nuevos ojos. En la iglesia exiliada
Calvino enfatiza que no existe otro refugio que la providencia de Dios; es decir, su mano que
bendice y protege. Oberman concluye que, aunque cuando el calvinismo se hace mayoritario no
puede gobernar bien un estado libre, su gran contribución a la democracia se deriva de los
hugonotes y otros protestantes perseguidos de los siglos XVI al XVIII. ―Siempre que el calvinismo
pierde su hegemonía y siempre que es forzado a una coalición u oposición resulta muy fructífero
para fortalecer la democracia polìtica y la responsabilidad social hacia los socialmente débiles‖.313
―En todos los lugares en que el calvinismo se ha mantenido fiel al principio básico de su
fundador, que ordena una renovación continua de la fe, la doctrina y la vida en contacto con las
Escrituras, ha sido fértil en producir iniciativas sociales que promueven la restauración del
significado y la dignidad del trabajo contra toda forma de alienación y opresión. Por el contrario,
cuando el calvinismo se volvió hacia dentro y se transformó en una ortodoxia que encuentra su fe
y justificación en sí misma, se identificó con otras fuerzas sociológicas de conservación y trajo
consigo un conservadurismo que está en plena contradicción con su dinamismo social
original‖.314
Sin duda el neo-calvinismo redescubrió los postulados fundamentales del calvinismo, sobre la
base de repensar la iglesia. El principio de ―soberanìa de las esferas‖ (o ―la soberanìa de los
aspectos modales‖) se aplica inmediatamente. Es, en realidad, un principio de libertad en la
sociedad. Ninguna órbita o poder cultural ha de gobernar sobre otro campo de la vida social. Su
relación es de yuxtaposición e interrelación pero no de jerarquía.
El significado sociológico de ―soberanìa de la esfera‖ se deriva del principio filosófico según lo
desarrolla Herman Dooyeweerd. En la actualidad usualmente se malinterpreta totalmente. El
concepto es más profundo y mucho más crìtico que lo que significa la ―autonomìa relativa‖ en la
sociología actual cuando se refiere a diferentes niveles de competencia dentro de la sociedad. A
menudo se iguala a la pretensión de autonomía por parte de los grupos de presión política. Dentro
de la Democracia Cristiana se identifica con demasiada facilidad con el principio católico romano
de la subsidiariedad como si no existiera una diferencia radical. (Considera al estado como un
todo en el que cada esfera social es una parte; la sociedad no es el entretejido de las esferas de la
vida que en principio son ―soberanas‖). Pero es igualmente erróneo relacionar el principio de la
―soberanìa en su propia esfera‖ con el adagio de Kuyper de la ―antìtesis‖ (la oposición entre los
cristianos y no cristianos) como si una visión particular de la vida y el mundo o una confesión
pudieran reclamar ―soberanìa‖ para sì. Fundamentalmente Kuyper tenìa algo más en mente que
64
es relevante para los cristianos y también para los no cristianos. Por ende, alaba a Espinoza
porque el mismo
viendo lo que vio y de la forma en que lo vio, firmemente se negó a prestarse a la violación de la Soberanía
del aprendizaje (wetenschap) en su propia órbita‖. Por tanto, ―con uñas y dientes hay que mantener que la
iglesia de Cristo nunca puede forzar su superioridad en el reino del conocimiento (wetenschap)”.315
( )
―Porque la más generosa libertad en el campo del conocimiento solamente consiste en una puerta abierta para
el que quiera salir, en que nadie sea señor de tu casa, pero además en la libertad de todos para construir
equitativamente sobre la base de sus principios en la forma característica de su método para llegar a la cornisa
de los resultados que puedan encontrar‖.316
―El estado que recibió poder para determinar su propia esfera de la
ley debe desatar su sandalia antes de pasar este límite para penetrar en el campo del conocimiento descartando
una soberanìa que no es adecuada en ese campo‖. ( ) ―De esta forma, siendo libre en medio del pueblo, se
encontraron en un tiempo las escuelas de profetas de Israel y las escuelas de Chokma en Jerusalén. Igualmente
libres actuaron en su tiempo las escuelas de los filósofos antiguos y las de sus imitadores en Roma. De igual
forma aparecieron una vez las primeras escuelas de los sabios cristianos. E igualmente libres eran las
universidades de Bologna y Paris. No existían para formar ejecutivos del estado con el objetivo de echar
ciencia en ellos, sino que se trataba de la ciencia actuando en la vida y creándose una forma dentro de esa
vida.317
La implicación interesante ha sido el reconocimiento del estado en cuanto estado que es algo
diferente como estado ―cristiano‖. Dooyeweerd no propagó una idea reaccionaria del estado
cristiano; fue la idea cristiana del estado lo que yacía en la base de la gran contribución del
pensamiento calvinista sobre el derecho constitucional.
La soberanía en cada órbita irreducible es un concepto cosmológico de la libertad. El joven
Kuyper derivó esta visión del liberalismo clásico de sus años de juventud. Dooyeweerd encuentra
en él el criterio de lo que ha de llamarse progreso en el desarrollo histórico en oposición a la
reacción. Implica el principio sociológico de la diferenciación cultural. Vemos que se aduce el
mismo principio en todos aquellos lugares en que la libertad de la sociedad esté en riesgo aunque
se usen diferentes terminologías, como en la sociología cultural Latinoamericana y en la filosofía
de la liberación. Implica una resistencia contra todo absolutismo, en primer lugar del estado
absoluto pero además contra todos los otros poderes absolutos. Ese es el poder que no quiere
servir y va más allá de los límites de su competencia. Por eso la profunda contribución de Jacques
Ellul a la compresión de la sociedad moderna es un complemento tan esencial de la sociología
dooyeweerdiana.i Dooyeweerd relaciona la idea de lo Absoluto con la idea de Dios que excede la
diversidad de los diferentes aspectos modales del ser. Cuando lo relativo se hace absoluto, surgen
los ―-ismos‖. De igual forma Ellul habla del ―tecnicismo‖ que reemplaza a la técnica.
Dooyeweerd analiza la cara normativa estructural de la realidad; Ellul señala lo que sucede en lo
que Dooyeweerd llama la ―cara sujeto‖ de las esferas de la ley, que es donde tienen lugar los
procesos reales.
El estado es ―neutro‖. La idea de la soberanìa de la esfera—fundada en la creación— como
condición para la libertad en la sociedad no debe confundirse con una interpretación
indebidamente teocrática de la idea bíblica de la soberanía de Cristo sobre cada pulgada de la
vida. Esta última tiene que ver con el llamado a sus seguidores a la conversión y la imitación de
Cristo al actuar en la sociedad de acuerdo con su voluntad. Regresamos aquí a Calvino, quien
señaló al mundo entero como el área que habría de ser redimida y restaurada a su estado original
i En mi libro Teología y economía en la era de la globalización. Un aporte al diálogo con la teología
latinoamericana (2007) he relacionado la obra de Ellul con la de Herman Dooyeweerd.
65
―primitivo‖ bajo el gobierno de la ley de Dios. Los cristianos no deben hacer en este mundo otra
cosa que erigir signos de este Reino que ha de venir.
¿Cuál es el recuento que debe hacerse a partir de las contribuciones del calvinismo y el neo-
calvinismo a un desarrollo sólido de la economía mundial en el que hayan de leerse dichos
signos? Usualmente se dice que encontramos la prueba en el desarrollo del capitalismo que surge
a partir de las naciones protestantes.318 A partir de nuestro argumento hasta ahora se debe sacar
otra conclusión. Usando las palabras del profesor James Bratt, según Kuyper ―la historia había
llevado a los europeos protestantes hasta la cúspide de la pirámide global, había dejado a los
africanos en el fondo, expulsado a los amerindios hacia la extinción, y dividido el resto en alguna
parte intermedia.319 El estado desastroso de las condiciones del mundo actual se fomentó durante
los siglos de expansión económica europea tanto en el continente católico romano de América
Latina como en esas otras regiones del sur que fueron colonizadas por ―naciones protestantes‖.i
La ―soberanía de las esferas‖ se dañó severamente donde quiera que se puso en juego la
soberanía de la ganancia monetaria. Y sabemos que generalmente fue así. El motivo de la
ganancia y el argumento del poder imperial siempre han estado entrelazados. Como lo dijo Sir
Josiah Child (1630-1699): ―el mercado exterior produce riquezas, las riquezas poder, el poder
preserva nuestro comercio y nuestra religión‖.320 La religión establecida apareció como algo que
había que preservar mediante el poder, al igual que en la actualidad las personas piensan en
términos de un ―choque de civilizaciones‖. Ya no era una fuerza espiritual independiente de
revelación que podía servir como la verdad fundamental acerca del poder humano y la forma en
que debería usarse para el beneficio de lo que Calvino llama la comunidad de los hombres.
Por eso es que Galasso Faria podía escribir lo siguiente sobre la presencia presbiteriana en
America Latina durante el siglo XIX:
Las misiones, apoyadas por los politicos latinoamericanos liberales, se formaron en el contexto ideológico del
Destino Manifiesto, que soñaba con extender el American way of life, su cultura y religión al mundo
entero‖.321
―Ese protestantismo era sumamente subjetivo e individualista, se centraba en la santificación y la
salvación, y no estaba así en condiciones de estimular en la sociedad latinoamericana el entendimiento
estructural de sus problemas. En otras palabras, aunque los historiadores de la iglesia reconocen que las
entidades presbiterianas siempre fueron seguidores de Juan Calvino dentro de su sistema de gobierno
eclesiástico, lo mismo no era verdad con respecto a las ideas teológicas de Calvino. De modo que no es
erróneo decir, como hacía Dietrich Bonhoeffer acerca de los Estados Unidos, que el protestantismo
latinoamericano es un protestantismo sin Reforma.322
Hacia fines del siglo XIX las iglesias presbiterianas, junto con otras iglesias de corte principal, manifestaban
una fe puritana, caracterizada por una vida familial ejemplar, disciplina, frugalidad, limpieza, honestidad, y el
rechazo de adicciones en combinación con ideas pietistas y premilenaristas que la dejaba sin la perspectiva
necesaria para enfrontar los problemas sociales y políticos.323
Después la Segunda Guerra Mundial, una nueva ola de estos misionarios influyendo sobre las iglesias de la
corriente principal, volvieron a afirmar ‗una ética de separación del mundo junto con un legalismo riguroso
cada vez más vinculado con la clases medias‘.324
Consideraban la acción política y social como inaceptable o
por lo menos no religioso. Rechazaban el comunismo, el socialismo y cualquier otra posición de izquierda. Su
preocupación política se limitaba al apoyo de los partidos liberales que mantendrían la libertad de predicación
como lo opuesto de los grupos clericales y conservadores‖.325
i Es honesto hacia Kuyper admitir que veía el ultimo objetivo de la colonización holandesa en la tarea de asistir las
colonias en su camino hacia la independencia.
66
Con seguridad, dentro de los imperios europeos se han erigido muchos signos del Reino por los
ministros de la iglesia y por cristianos individuales y organizaciones cristianas. La historia es
ambigua. Sin perder totalmente su originalidad los calvinistas eran miembros confiables de la
nueva sociedad racional en primer lugar. Adam Smith escribió: ―quizás resulte difìcil encontrar
en toda Europa un conjunto más educado, decente, independiente y respetable de hombres que la
mayor parte del clero presbiteriano de Holanda, Ginebra, Suiza y Escocia‖.326 Pero una crítica
verdaderamente calvinista de las estructuras económicas que surgían en el mundo apenas se
desarrolló. Muchas veces la causa de Dios se identificó con la causa de la cristiandad en sí.
El cambio del calvinismo del siglo XVI en ―calvinismo moderno de mercado‖ puede ilustrarse por
lo que ocurrió en la ciudad de Middelburg en 1596. Llegó un buque portugués que había sido
capturado con cientos de esclavos a bordo, procedente de Guinea, África Occidental. Cuando
fueron puestos a la venta en la plaza central de la ciudad el pueblo se indignó tanto que los
africanos fueron liberados de inmediato. Era la primera confrontación directa de los habitantes
holandeses con el mercado de esclavos. La decisión formal de la liberación fue iniciativa del
alcalde de Middelburg después de apelar a los Estados de Zelanda. Se ordenó que su
proclamación se leyera en todos los púlpitos en Zelanda para que los esclavos se liberaran al día
siguiente. Sin embargo, durante los próximos dos siglos muchos buques dedicados al comercio de
esclavos salieron sin problemas del puerto de Middelburg. La diferencia consistía en que la
mayoría del pueblo no se confrontaba ya con la vista de los esclavos africanos debido a que los
buques iban directo de África a las Américas. De hecho, ya en 1596 las autoridades consideraban
el comercio de esclavos ilícito solamente cuando estaban involucrados esclavos cristianos, y
prohibían la esclavitud solamente en su propio territorio holandés. Además, el dueño del buque
apeló dos veces al General de los Estados quien finalmente consintió en permitirle hacer lo que
―considerara adecuado‖, por lo que probablemente todos o la mayorìa de los cientos de personas
fueron vendidos a Portugal. No fue sino hasta 1863 que los Países Bajos abolieron la esclavitud
en Surinam, y hasta el 2002 que se erigió un monumento nacional a la memoria de la esclavitud
en Ámsterdam. Por supuesto, siempre ha habido casos aislados de protesta bíblica contra los
abusos en los mercados como en el comercio de esclavos. El bien conocido predicador Bernardus
Smytegelt que pertenecía al Nadere Reformatie (―Más cerca de la Reforma‖) y fungió como
ministro de Middelburg de 1695 a 1735, consideraba el comercio de esclavos como un pecado
grave cometido contra el octavo mandamiento, el robo de hombres convertido en trata comercial.
Desde este punto de vista fue amenazado de muerte por representantes de los intereses
comerciales pero se dice que sobrevivió al atentado contra su vida gracias a dos ángeles que eran
vistos en su compañía.327
En el siglo XIX surgió el neo-calvinismo como fuerza cultural con efectos ampliamente
beneficiosos para la sociedad en su conjunto en tanto el ―sistema‖ lo permitìa. De hecho, surgió a
partir del movimiento de resistencia contra el liberalismo.i Pero históricamente consistió en la
construcción del propio grupo en primer lugar. El desarrollo occidental de los últimos 200 años o
más trajo consigo el auge del estado nación como nuevo fenómeno histórico. Significaba el poder
i Por ende la ―crìtica arquitectónica‖ de la sociedad por parte de Kuyper. Bratt cita a Kuyper diciendo que ―debemos
reconocer valerosa y abiertamente que los demócratas sociales tienen razón‖ al insistir en que ―lo malo … [reside] en
la estructura entera de nuestro sistema social‖ (James A. Bratt, ―Abraham Kuyper‘s Calvinism. Society, Economics,
and Empire in the Late Nineteenth Centrury‖, in: Edward Dommen & James D. Bratt (eds.), John Calvin
Rediscovered. The Impact of His Social and Economic Thought, Princeton Theological Seminary Studies in
Reformed Theology and History, Louisville/Londres, 2007, p. 90).
67
político nacional dentro de un territorio determinado. Fue el contexto de lo que ahora se conoce
como ―primera modernidad‖, en la que el neo-calvinismo se pudo conformar. La democracia
europea—fomentada por el calvinismo, como ya vimos—construyó una comunidad moderna con
una experiencia común en la que la política gradualmente produjo o acompañó los logros sociales
y económicos, tales como los sindicatos, la educación y los servicios sociales como la salud
pública y la seguridad social, siendo parte de la economía moldeada por el mercado en todo lo
demás. En los Países Bajos, el movimiento neo-calvinista y el movimiento social cristiano más
amplio desempeñaron un papel importante en ello, junto con los socialistas, así como la corriente
política individualista liberal. La primera ley de seguridad social—acerca del trabajo infantil—se
inició en 1874 por un miembro conservador del parlamento. En la práctica el trabajo infantil dejó
de existir definitivamente por la introducción de la educación obligatoria en 1900. La vida
nacional resultó bien ordenada, segura y, como dicen las personas, civilizada, solamente alterada
por la depresión y la guerra. Estos últimos, sin embargo, se consideraban sucesos incidentales no
relacionados estructuralmente con la propia economìa de mercado ―armoniosa‖ y al menos
susceptibles de ser corregidos mediante la intervención política nacional e internacional.
Al mismo tiempo, el Mercado mundial continuaba desarrollándose a un ritmo acelerado, al igual
que la ciencia y la tecnología. En el transcurso del siglo XX la nación bien ordenada sufrió cada
vez más presión. El desarrollo económico tomó un carácter cada vez más unidimensional. La
eficiencia en su forma capitalista resultó ser la fuerza compulsoria que decidía la vía de una sola
senda para la cual ―no existe alternativa‖ (―TINA‖ por sus iniciales en inglés: there is no
alternative). Los medios técnicos se desarrollaron de forma exponencial. Dichos medios no
podían sino ponerse en uso para obtener ganancias. Cuando economistas renombrados como
Myrdal328
y Schumacher329
advirtieron contra la confusión de los medios y los fines, los medios
económicos, tanto técnicos como financieros, determinaban su propio uso ya que no pueden
dejarse ociosos por la firma comercial que tiene que producir ganancias y producirlas al máximo.
El establecimiento científico y técnico experimenta su propio desarrollo automático al inventar a
un ritmo acelerado, utilizando medios y descubrimientos para producir más medios y
descubrimientos que se ponen en uso. El sistema técnico—que es el sistema técnico-económico-
político—creció aun más allá de los límites que ya había previsto el presidente Eisenhower al
hablar del complejo ―industrial-militar‖.330
Ya existían intentos de conceptualizar algo similar al
―complejo industrial-militar‖ moderno antes de la intervención de Eisenhower. En 1956, el
sociólogo C. Wright Mills en su libro La élite del poder (The Power Elite) había declarado que
una clase de líderes políticos, empresariales y militares, impulsados por intereses mutuos, eran
los verdaderos líderes del estado norteamericano y se encontraban efectivamente más allá del
control democrático. En nuestros días el economista Joseph Stiglitz puede afirmar que los
Estados Unidos de América están gobernados no por la democracia sino por ―el socialismo de los
ricos‖.331
68
69
7 La sociedad técnica y la segunda modernidad
Jacques Ellul ha explicado ampliamente cómo la técnica se ha transformado en el ―fenómeno
tecnicista‖ (le phénomène techniciste). El desarrollo tecnológico se ha vuelto autónomo, de la
misma manera que el desarrollo del mercado que es parte del mismo se comporta de manera
autónoma. La tecnología se impone como un automatismo, un universal independiente que se
auto desarrolla y se torna cada vez más en un complejo monista omniabarcador que convierte a la
propia sociedad en una sociedad tecnológica. Las relaciones humanas cada vez más son
conformadas por la tecnología. El capitalismo y el socialismo, puesto que han sido desarrollado
ambos como industrialismo, están muy relacionados y son muy similares.i La diferencia es
gradual, como se ha puesto de manifiesto por las últimas medidas tomadas por los gobiernos
capitalistas en su esfuerzo por rescatar el sector financiero y la economía invirtiendo enormes
cantidades de dinero. El mercado ―libre‖ norteamericano siempre ha dependido de las decisiones
políticas para subsidiar la industria militar y crear empleos a favor de los legisladores políticos
locales. La agricultura norteamericana ha sido ―socialista‖ desde hace mucho tiempo. Su
desarrollo tecnológico ha sido socializado casi enteramente. 332
El estado y el mercado son parte
de un solo sistema tecnológico. En la sociedad moderna el individuo y el colectivo están
íntimamente entretejidos. El hecho de elegir políticos alternativos para que estén a cargo de la
parte política del sistema no altera al sistema en sí. Es por ello que el presidente Obama tiene
grandes dificultades para tener éxito; el poder tecnológico se resiste por ser la estructura misma
de la sociedad, el cual, como ha mostrado Ellul, sustituyó la estructura capitalista del siglo XIX.
La técnica siempre ha sido parte de la cultura, pero en el pasado estaba imbricada en la
sociedad.333
Sin embargo, después de la Revolución Industrial la Máquina tomó el poder. ―El
paso que convierte a los mercados aislados en una economía de mercado, a los mercados
regulados en un mercado auto-regulador, es verdaderamente crucial. El siglo XIX imaginó
ingenuamente que tal desarrollo era el resultado natural de la expansión de los mercados.ii No
se percataban de que el engranaje de los mercados en un sistema auto regulador de tremendo
poder no era el resultado de ninguna tendencia inherente de los mercados hacia el crecimiento,
sino más bien el efecto de estimulantes altamente artificiales administrados por el cuerpo social
para enfrentar una situación creada por el fenómeno no menos artificial de la máquina. No se
reconocía entonces la naturaleza limitada y poco expansiva del modelo de mercado como tal y,
sin embargo, es un hecho que surge con claridad convincente en la investigación moderna‖.334
Ese cuerpo social administró, con seguridad, una dominación férrea y un control social tanto en
las metrópolis como en las colonias para ayudar a desarrollar los mercados de forma mucho más
i En Teología y economía (p. 13-50) hice una síntesis de la similitud entre el capitalismo y el socialismo (histórico)
apuntando a las características del industrialismo que tienen en común: el productivismo y el crecimiento, la fe en el
progreso, la fe en los sacrificios sociales en función del sistema, los mecanismos para controlar la sociedad y la
burocracia. Efectivamente los dos emanan de una visión comuna (hobbesiana) de la sociedad. ii Por supuesto esta visión generalmente refería a Adam Smith. Sin embargo, Smith, típicamente analizaba la
sociedad europea antes de que los efectos de la Revolución Industrial se habían manifestado – lo que sucedió
durante la segunda mitad del siglo XIX. Adam Smith, como también hacía Calvino, describía otro mundo que el
nuestro (RH).
70
que ‗natural‘. Las necesidades de la máquina eran ilimitadas, por ende las necesidades de salidas
para los productos de los mercados eran ilimitadas, supuestamente justificadas por el postulado
antropológico del ―motivo económico‖.
|(El) fabuloso éxito material (de la Era de la Máquina) se debió a la subordinación del hombre a las
necesidades de la máquina con disposición y verdadero entusiasmo. El capitalismo (del Laissez faire) fue,
en efecto, la respuesta inicial del hombre a los retos de la Revolución Industrial. Para dejar margen al uso de
la maquinaria poderosa y elaborada, transformamos la economía humana en un sistema auto-ajustado de
mercados y echamos nuestros pensamientos y valores en el molde de esta innovación única‖.335 ―…El
trabajo y la tierra se convirtieron en mercancías, es decir, se trataban como si se produjeran para la venta. ( )
El verdadero alcance del tal paso puede apreciarse si recordamos el trabajo es otro nombre para el hombre, y
la tierra para la naturaleza. ( ) Un mecanismo institucional controlaba a los seres humanos en sus actividades
diarias así como los recursos de la naturaleza. Este instrumento de bienestar material estaba bajo el único
control de los incentivos del hambre y la ganancia—o, más precisamente, el temor de no contar con lo
necesario para vivir, y la expectación de la ganancia‖. Siempre han existido los mercados, ―pero los
mercados aislados no se vinculaban en una economía.336
En el transcurso de los siglos XIX y XX, la tecnología—la tecnología económica y la relacionada
con ella—tomó una apariencia totalmente diferente. Se convirtió en la Cultura en sí, absorbiendo
a la sociedad. La Técnica—Ellul escribe una T mayúscula—no solamente indica la utilidad de la
―máquina‖. La palabra no se usa porque ahora existen tantos aparatos mecánicos o existe tanto
desarrollo técnico. No se trata de cantidad sino de calidad. La ―técnica‖ se ha convertido en
―tecnicismo‖. Se ha desarrollado en un sistema autónomo. Entre los años 1000 y 1750, el mundo
fue testigo de un desarrollo técnico continuo pero lento, basado en incontables experimentos en
todos los campos, en la pequeña industria, en el transporte, en el campo financiero. La sociedad
pudo absorber fácilmente estos cambios sin sufrir choques violentos. La violencia del mercado
del siglo XIX cambió todo esto. Con el desarraigo del campo inglés y sucesos similares en todas
partes, la Técnica fluyó más allá de los límites de la sociedad, ahogando el individuo proletario
que fue dejado sin protección contra los ataques de la tecnología y el estado. El resultado fue que
las estructuras tradicionales y las tradiciones enraizadas—como se evidencia en la ética
cristiana—fueron, a través de la nueva flexibilización social, aplastadas de forma lenta pero
segura.337
La Técnica se convirtió en la máquina del progreso.338
El inventor gobernaba. La industria, la
clase media, y el estado como cuerpo se esforzaban por encontrar los medios tecnológicos más
adecuados a pesar de las demostraciones públicas contra la máquina. Hasta Karl Marx se sumó,
proclamando que las ―fuerzas productivas‖ de la técnica en el marco del ―modo de producción
capitalista‖ serìan de importancia histórica decisiva, ―transformando toda la estructura económica
de la sociedad de forma incomparable con cualquier etapa anterior‖. Después de los años 1850,
cuando lentamente la prosperidad de Europa comienza a tocar a la clase obrera, se estableció la
creencia que toda la existencia humana sería transformada por el progreso técnico. La creencia en
el progreso se hizo universal. Hasta la ―izquierda‖ la abrazó.
El factor que transformó la ―técnica‖ en ―Técnica‖ se hizo evidente en la ausencia de obstáculos
al desarrollo técnico. La sociedad moderna está totalmente gobernada por la administración
técnica. La Tecnología no se juzga por otro criterio que no sea el de la propia Tecnología. Las
normas de justicia, la ética, la teología, las consideraciones estéticas, todas, al final, deben, por
pura necesidad, sucumbir a la única alternativa óptima: ―la única solución más eficiente, el menor
71
de todos los males‖. Hasta la economìa y la polìtica, la psicología y la ciencia de la organización,
se han vuelto Técnica, sujetas a lo que Ellul llana el Sistema Técnico o el ―fenómeno tecnicista‖.
El individuo moderno tiene que, por así decirlo, convertirse en la materia prima para este
desarrollo técnico. El o ella es, predominantemente, observador u observadora e impotente. En su
vida personal y social experimentan en todas partes los efectos de tal desarrollo anónimo, contra
el que tienen muy poca defensa, pero tienen que adoptar si no quieren perecer o ser excluidos.
Ellul traza un cuadro dramático que abarca todos los campos de la cultura. Solamente la técnica
puede resultar ser una fortaleza contra la técnica, lo que a su vez refuerza el sistema tecnicista,
con sus tendencias totalitarias. Basta con mencionar el desarrollo en la seguridad social.
Predomina la consideración de la eficiencia, no el color del partido político en el poder ni el
proceso de decisión de los socios. Los referéndums son una ilusión. En Estados Unidos los
métodos técnicos de propaganda y el efecto de las inversiones monetarias en la campaña política
dominan las elecciones, en lugar del contenido de una plataforma política bien concebida. Lo
mismo se aplica al poder militar, donde la violencia técnica enfrenta la violencia técnica. El
estado democrático, en su esfuerzo por dominar a la sociedad, utiliza medios que son idénticos a
los del estado dictatorial.
La red del ―progreso‖ se enreda y se hace irreparable cada vez más. La guerra moderna como tal
es un efecto de la ―sociedad tecnológica‖ i y es técnica en sì misma. Ha surgido un ―ambiente
Técnico‖ (milieu technique). Se producen también efectos colaterales negativos que a menudo
son imprevistos. El remedio es el uso de más técnica. El estado—como parte central del proceso
técnico—refuerza el estado de la misma manera que la técnica refuerza la técnica. Aun el estado
que desee derogar ciertas regulaciones puede hacerlo solamente sobre la base de su gran
influencia técnica. Al matrimoniarse con la Técnica, el mercado tiende a absorber la totalidad de
la vida social, incluyendo la salud pública y la educación, que son por naturaleza no comerciales.
Estas cada vez son menos dirigidas por sus propias normas intrínsecas, de acuerdo con la
soberanía de las esferas, sino que deben obedecer las fórmulas requeridas por la ―sociedad
tecnológica‖. Nuestra sociedad está enfocada en objetivos sólo de forma nominal, puesto que está
impulsada y constreñida por los medios que son producidos automáticamente por nuestra
sociedad técnica y su matrimonio con el motivo de la ganancia. La globalización se ha hecho
inevitable ya que es consecuencia del desarrollo de la técnica. Las comunidades tradicionales y
las minorías culturales están condenadas. Las técnicas humanas como en el campo de la
comunicación, la psicología social y la propaganda son parte del enfoque tecnológico.
La soberanía de las esferas ha sido minada casi al punto de la desaparición. Las diferentes órbitas
funcionales o esferas de la vida se han convertido en fuerzas competitivas independientes y en
gran medida se han asimilado a la ―sociedad tecnológica‖ y se comportan de forma autónoma. La
opinión pública es un producto técnico producido por los medios masivos.339
Los grupos
profesionales han establecido su dominio sobre un monopolio específico: el derecho, la medicina,
i Ellul nunca usa este término, y en este libro también lo evitamos. La traducción de su libro al inglés [Ellul 1967;
también Ellul 1980] lleva este título, pero no cubre el concepto, como lo comprueba el texto del libro mismo. Los
norteamericanos no distinguen bien entre ―tecnologìa‖ y ―técnica‖ o ―tecnicidad‖, de ahì la traducción del tìtulo del
libro de Ellul: The Technological Society. En Europa pasa a veces lo mismo, aunque en principio se distingue entre
―técnica‖ y ―tecnologìa‖. ―Tecnologìa‖ es el discurso o la teorìa de la técnica. Ellul, en cambio, habla de la ―Técnica‖
misma o del ―fenómeno tecnicista‖ moderno.
72
el periodismo, la economía, la tecnología, etc., de forma tal que ―la antigua ‗racionalidad
funcional‘ se ha convertido desde hace tiempo en ‗irracionalidad organizada‘.‖ 340
Es así como la sociedad moderna se ha integrado y hasta ―globalizado‖. Ya no existen órbitas
separadas como en las sociedades desarrolladas de los siglos XIX y principios del XX, y hasta en
las sociedades locales tradicionales. Las esferas sociales que, según el desarrollo histórico sólido
deberìan ser ―soberanas en su propia esfera‖ están siendo minadas por doquier. Estos espacios de
libertad son los que Ellul tenìa en mente cuando señalaba ―los antiguos lazos involucrados en la
moral, la religión tradicional, los grupos humanos a pequeña escala, la razón, la familia, la
cultura‖.341
Cada vez se encuentran más a la defensiva, sometidos a la ―sociedad afluente‖
(Galbraith) que, además, crea la pobreza masiva más allá de sus fronteras. Vimos la observación
de Keynes acerca de los ricos que ―han fracasado estrepitosamente en su mayoría, ( ) —aquellos
que tienen un ingreso independiente pero sin asociaciones o deberes y vínculos”.342
Al mismo
tiempo ―es un problema que atemoriza a las personas comunes, sin talentos especiales, en su
ocupación, especialmente si ya no tienen raíces en la tierra o en las costumbres o en las
apreciadas convenciones de una sociedad tradicional‖.343
El consumismo se ha convertido en el
imperativo tecnológico.
La religión no se extinguió, más bien cedió mucho terreno a los ―nuevos demonios‖.344
La
ideología moderna, como ha dicho Ellul, ataca el corazón del hombre. Vivimos ahora en la
―sociedad de riesgo‖ (Beck), a la que se referìa Segundo cuando dijo que la inseguridad radical
arrastra consigo una ―cantidad desproporcionada de ‗positivismo‘ en ciertas actitudes o
momentos que sobrepasan la inseguridad‖. Los hombres modernos buscan refugio del medio
social hostil y caótico en la superficialidad homogénea de los medios masivos que se convierten
en el punto de referencia de la opinión pública y de nuevas relaciones comunitarias de masa
virtuales. Éstas, como ha señalado Segundo, están atadas como árboles por sus hojas pero no por
sus raíces. Los hombres buscan refugio no solamente en el barrio, la familia y las amistades, sino
además y cada vez en mayor grado, en el entusiasmo exuberante por los deportes de los que no
entienden las reglas del juego y en los que se pueden perder en conjunción con otros ―en
interpretaciones en blanco o negro sin responsabilidades o signos de interrogación‖.345
La política
se ha vuelto un espectáculo muy similar.
Calvino analizó los procesos del mercado pero no la ―economìa de mercado‖ en su forma nueva y
generalizada que se apoderó de gran parte de la sociedad después de él. No fue testigo aún de la
llamada ―Sociedad Económica‖. Hasta ahora hemos visto que el pensamiento calvinista original
se distancia al enfrentarse al modernismo del mercado. Puede haber creado instituciones
eclesiásticas fuertes y ejercido una influencia democrática profunda y demostrable en la sociedad,
pero al enfrentarse con circunstancias económicas totalmente nuevas no fue capaz de ―formular
doctrinas sociales en términos nuevos y vivos‖.346 La democracia siguió una mentalidad de
mercado general que conquistó al mundo en la que las naciones protestantes ocuparon posiciones
de poder imperial. Mientras tanto, la democracia había perdido mucho de su contenido y en gran
medida tomó un carácter formal. Se supone que la libertad esté garantizada por las instituciones
democráticas en sí mismas,347 sin importar cómo éstas se estructuren, cómo se integren al sistema
Técnico o cómo se comporten. El desarrollo económico resultó ser unilateral y extremadamente
desigual. Sin dudas trajo aparejado un tremendo desarrollo en la expectativa de vida y las
condiciones económicas generales solamente para los de adentro. Sin embargo, las iglesias y los
cristianos criticaron el sistema implícitamente sobre todo ejerciendo la caridad a un micro nivel
73
para corregir las situaciones inhumanas, como la falta de salud pública y la educación para los
pobres.
Si bien la teología económica calvinista durante la primera modernidad permitió que la ética en
gran parte fuera determinada por el mecanismo del mercado y la pura ganancia, los retos de
nuestra segunda modernidad son de una escala infinitamente mayor. La Sociedad Económica ha
pasado a ser la Sociedad Técnica, el complejo industrial-militar ha pasado a ser el complejo
tecnicista informático-militar-industrial-político-cultural-psicológico. Sociólogos como Ulrich
Beck describen la globalización como una situación nueva que nos plantea preguntas acuciantes
para las que el antiguo esquema de la derecha y la izquierda ya no tiene respuestas. 348
En cuanto al tema fundamental de la desigualdad económica planteado por Calvino, Zygmunt
Bauman ha destacado que los pobres y los ricos ya no se sientan a la misma mesa. ―Los ricos, que
casualmente son los actores con más recursos y mayor poder en la escena política no necesitan de
los pobres, ni siquiera para la salvación de sus almas (que, de todos modos, ni creen tener, y cuyo
cuidado no considerarían digno de interés) ni para seguir siendo ricos ni para hacerse más ricos
aún (cosa que, según creen, sería más fácil si no existiera la exigencia de repartir parte de su
riqueza entre los pobres)‖.349
El proceso económico real se oculta detrás de lo que Bauman ha llamado la ―elusiva
universalidad‖ que ―socava las prerrogativas morales de las comunidades ahora transformadas en
unidades administrativas homogéneas del estado-nación‖.350 ―La homogeneidad interna es
esencialmente una creación del control estatal‖;351 influye sobre todas las cosas y todas las
personas. Implica la tendencia hacia la erosión de toda soberanía de las esferas en la sociedad.
Sin embargo, en la era de la globalización surgen también nuevas posibilidades históricas. Para
su supervivencia, los estados tienen que transformarse en ―estados transnacionales‖; es decir, en
agentes nuevos y creativos de globalización que reconocen que ―estado‖ y ―sociedad‖ no son
idénticos.352 En cuanto a la soberanìa de las esferas, surge actualmente la pregunta: ―¿Qué
significa polìtica, derecho, cultura, y sociedad civil en la sociedad mundial transnacional?‖353 Está
claro que el concepto neo-calvinista de la soberanìa de las esferas surgió durante la ―primera
modernidad‖ en la que la sociedad era esencialmente una sociedad de estado nacional,
caracterizada, al menos en los países desarrollados, por el capitalismo y la democracia. Por el
contrario, la segunda modernidad significa individualización, crisis ecológica, vulnerabilidad,
desempleo, desigualdad extrema, globalización,--consecuencias inmediatas de lo que Ellul ha
llamado el fenómeno tecnicista. Muchos sociólogos se preguntan ―si, mediante la globalización,
el mundo representacional de los ámbitos parciales dotados de su propia lógica y funcionalmente
diferenciados no se ha vuelto en realidad más cuestionable‖.353 Pero el asunto ha de
reconsiderarse en nuevos términos. Beck señala que
la sociedad mundial remite a una especie de nuevo mundo, una especie de continente no investigado que se
abre a una tierra de nadie transnacional, a un espacio intermedio entre los Estados nacionales y las
sociedades nacionales. Como consecuencia, se produce una diferencia de poder entre la política del Estado
nacional y las posibilidades de acción de las sociedades mundiales. Esto no sólo aparece en la relación de
los Estados nacionales para con las empresas multinacionales—esta diferencia de poder aparece aquí con
suma claridad—sino que también determina, por ejemplo, la vinculación del derecho transnacional, la
persecución de la criminalidad transnacional, las posibilidades de realización de una política cultural
transnacional, las posibilidades de acción de movimientos sociales transnacionales, etcétera.354
74
Beck ha llamado a la sociedad mundial moderna la sociedad del riesgo. Realmente trae aparejada
―la politización involuntaria de todos los campos de actividad social como resultado de los
conflictos de riesgo‖.355 Esta politización tiene lugar como consecuencia de la despolitización del
estado.356 En la sociedad del no estado global de la segunda modernización aparecen todo tipo de
personas activas, movimientos e instituciones aparte de las corporaciones multinacionales (que
controlan más de la mitad del producto mundial). A la vez, el hecho de que los estados no son ya
los principales actores no altera el hecho que aún son los coordinadores centrales. Su posición
subordinada sigue siendo importante dentro del sistema técnico y con respecto a su territorio
nacional. ―El estado (nacional) no soló está anticuado sino que además es irrenunciable; y esto no
sólo para garantizar la política interna e internacional, los derechos políticos fundamentales,
etcétera, sino también para configurar políticamente el proceso de globalización y regularlo
transnacionalmente‖.357
Con respecto al desempleo estructural producido por la tecnología altamente desarrollada de
capital intensivo, Beck señala:
En el lugar de la figura social del empleado y del trabajador como contrapuestos a capitalistas y
empresarios aparece, por una parte, el modelo del trabajador autónomo, y, por otra, la del empresario
público. El trabajador autónomo sabe que ya no le es posible por más tiempo continuar contando con un
trabajo que otros estén obligados a darle; si no lo tiene en cuenta será él el culpable y no los otros. Sabe, y
procede en consecuencia, que ‗su‘ trabajo ha de basarlo y hallarlo en el sentido de un valor de uso
ampliado (y ahí están implicados los tres factores, el social, la utilidad y el valor). Ello presupone no sólo
una gran identificación con las necesidades ajenas, sino también con el trabajo. El trabajo autónomo
siempre conlleva, en este sentido, trabajo en sí mismo y para los demás.358
De nuevo aquí nos encontramos una sorprendente similitud con Calvino, quien en su propia
época turbulenta enfatizó la responsabilidad pública de todos.359 Para Beck el estado ya no es el
marco de referencia más importante. Para Calvino nunca lo fue. Ya no es ―el contenedor de la
sociedad‖ de acuerdo con la filosofìa de la nación-estado del siglo XIX. La globalización, que
constituye la sociedad mundial desorganizada, ―significa que surgen oportunidades de poder,
espacios de lo social en el quehacer, la vida y la experiencia que destripan y ponen patas arriba la
ortodoxia de la polìtica y de la sociedad‖.360
―Sin seguridad material no puede existir libertad polìtica; ni por tanto democracia alguna‖.361 En
la búsqueda por una alternativa al sistema global actual será necesario no reducirla de forma
economicista a su lógica del capital, claramente unidimensional.362 La globalización, con su
interacción entre lo ―local‖ y lo ―global‖, debe convertirse en nuestro tema de reflexión ―desde el
inicio y en términos nuevos y vivos‖.363
El capitalismo proporciona cada vez menos empleo. En gran medida, el ―desarrollo‖ económico
que experimentamos es ―desarrollo sin empleo‖. Como ha expresado Ellul, no es el capitalismo el
que destruye el capitalismo—como lo profetizó Marx—sino el Sistema Técnico. En las palabras
de Beck,
el capitalismo de sólo-y-todavía propietarios que no se propone otra cosa que el aumento de los beneficios y se
inhibe respecto a de los trabajadores, del Estado (asistencial) y la democracia, está socavando su propia
legitimidad. Mientras crecen los márgenes de beneficios de los empresarios que actúan a nivel global, estos están
privando a los Estados desarrollados de puestos de trabajo y contribuciones fiscales, a la vez que cargan sobre las
75
espaldas de los demás los costos del paro y de la civilización avanzada. Dos pobres crónicos —el erario público y
las cotizaciones de los aún empleados— deben financiar ellos solitos muchas cosas de las que también los ricos
disfrutan: el lujo de la segunda modernidad, escuelas y universidades altamente desarrolladas, sistemas viarios y
de transporte en perfectas condiciones, protección del agro, seguridad ciudadana, actividades culturales y de
ocio…364
Sin embargo, el pensamiento actual, no sólo de los políticos, está aún capturado dentro del
esquema de pensamiento de la sociedad industrial que pertenece a la primera modernidad.
Charles Hardy, autor de muchos libros sobre administración empresarial, critica con agudeza
la enorme desigualdad de ingresos del capitalismo actual. Aunque en la actividad empresarial
son las personas quienes se arriesgan, se le da prioridad a los modelos, las cifras y las
ganancias. Ningún economista es capaz de explicar teóricamente el valor marginal que
supuestamente se produce por los enormes ingresos de los CEOs y otros administradores o
banqueros élites. Cuando se dice que esos salarios y estímulos tan altos son necesarios para
vincular a esas personas a la corporación para mantenerlas fuera del alcance de los
competidores —el famoso argumento acerca de cómo se supone que funcionen los mercados-
-, la respuesta debería ser: déjenlos ir, el negocio continuará. Precisamente el hecho de que su
desempeño produce tan poco valor intrínseco parece ser la explicación de su remuneración
extremadamente alta: van a trabajar no por la importancia de su trabajo sino por el dinero. La
satisfacción personal en sectores como la educación o la salud pública es mucho mayor
debido al significado del trabajo en sí.365 Arthur Levitt, consejero de inversiones especulativas
y antiguo presidente de la Security and Exchange Commission de los Estados Unidos, al
participar en una reunión en Ámsterdam, comentó sobre la crisis financiera, diciendo que
actuaríamos sabiamente si regresáramos a valores tradicionales como la familia y el
vecindario. Es el lugar donde los ciudadanos del mundo económicamente activo tienen que
vérselas con sus reveses y confrontar la crisis económica. Alguien le preguntó: ¿Cómo,
entonces, invertiría Ud. su dinero como inversionista especulador? Después de dudar,
respondió: ―serìa mejor hacerlo en la escuela pública del vecindario‖.366
Ulrich Beck, en su discurso sociológico, hace una observación en la que podemos reconocer
una analogía teológica.i ―…Los problemas morales nunca se resuelven mediante la violencia
y la amenaza. El día en el que Amnistía Internacional adquiera una ametralladora o una
bomba atómica, esta organización dejará automáticamente de tener credibilidad y posibilidad
de influjo real‖.367 Amnistìa Internacional es ―débil‖ y su fortaleza reside en su debilidad. Nos
volvemos ahora a la relación entre teología y economía, relación que generalmente es negada
por la economía actual.
i Herman Dooyeweerd apunta a las analogías que los otros aspectos tienen dentro cada aspecto modal de sentido
particular de la realidad, lo que muestra la coherencia de sentido entre las ―soberanìas de cada propia órbita‖.
76
77
8
LA TEOLOGÍA Y LA ECONOMÍA
Cuando hablamos del calvinismo para el siglo XXI nuestra orientación será de nuevo el propio
Calvino. Hemos visto que el calvinismo posterior ha sido en gran medida parte de la sociedad
moderna que nos circunda y su moralidad económica implícita. Por ende, parece apropiado
después de tratar de comprender el enfoque de Calvino a la vida económica de forma
hermenéutica, permitir que nos enseñe de nuevo. Una hermenéutica sólida nos permitirá hacerlo a
pesar de circunstancias radicalmente diferentes. Ello es posible considerando el punto de partida
igualmente radical del propio Calvino que es la Palabra de Dios. Ellul ha enfatizado el hecho de
que la cultura profundamente tecnicista que nos rodea solamente puede enfrentarse por un nivel
igualmente profundo de reflexión. El pensamiento calvinista es un pensamiento radical, como ha
esclarecido Herman Dooyeweerd al referirse a la radix, la raíz creacional de todas las cosas sobre
las que ha de reflexionar el corazón humano. Debemos tener en cuenta, como lo hizo Calvino, los
signos de nuestra atribulada era.368 Hemos visto que su propia época no era menos confusa y
turbulenta. La tarea consiste en nada menos que repensar la iglesia y la sociedad.
En cuanto a la economía, el criterio calvinista sin duda es la suerte de los pobres. De eso se trata
la economía. Comienza Calvino, como ya mencionamos,369 a partir de dos principios
fundamentales de las enseñanzas cristianas: en primer lugar, ―la solidaridad de la raza humana
que se expresa en la intercomunicación de los bienes materiales‖, y, en segundo lugar, ―la noción
cristiana de justicia social en virtud de la cual no es justo solamente lo que esté en conformidad
con el derecho positivo sino lo que se desprende del amor al prójimo‖. La Reforma del siglo XVI
fue en gran medida de la mano con la lucha social activa por la justicia económica como los
movimientos de campesinos y obreros con los que la Reforma interactuaba social y
teológicamente.370 El pensamiento social cristiano históricamente ha sido una reflexión teológica
y teórica sobre la vida práctica en primer lugar. Está en concordancia con el dicho de Calvino que
la fe cristiana no es la lengua sino la vida misma.
Una de las cosas más asombrosas acerca de la teoría económica es que no tiene que ver
directamente con los pobres, que es el problema económico fundamental. Se supone que los
pobres saben arreglárselas por medio del mercado, ya sea el mercado ideal casi prefecto o el
mercado real, no importa cuán unilateral o monopolizador sea. Basta para el mercado que
funcione y todo lo demás es ética, política, filantropía, sociología o periodismo irracional, o hasta
extremismo. Ello es muy en contradicción con cualquier visión bíblica sobre la economía. Pocos
economistas se han dado cuenta de tan flagrante contradicción. ¿Por qué los médicos sanan a los
enfermos y los economistas no se preocupan por la curación de los pobres? No obstante, sí
existen dichos economistas. Como ejemplo podemos mencionar a Jeffrey Sachs, quien al
confrontar la realidad económica local y concreta gracias a algunos de sus alumnos
latinoamericanos se dio cuenta que la economía era acerca de la inclusión, y no la exclusión, de
los pobres. ―Me ha tomado veinte años darme cuenta de lo que deberìa ser una buena economìa
del desarrollo y aún estoy aprendiendo‖, escribe Sachs. ―Me di cuenta desde el inicio de mi
actividad consejera de que mi entrenamiento formal no era adecuado para esa tarea‖. Por tanto
propone ―un nuevo método para la economìa del desarrollo, uno que llamo economìa clìnica‖. La
78
economìa ―puede mejorar dramáticamente‖ si incluye ―algunas de las lecciones claves de la
medicina moderna, tanto en la ciencia subyacente como en la sistematización de la práctica
clìnica, el punto en que la ciencia tiene que ver con un paciente en particular‖.371
Fue la realidad económica lo que cambió la orientación de Sachs. Apelar al sufrimiento
económico real de las personas es algo que está típicamente alejado del razonamiento económico
académico. Este último se satisface con la consistencia de sus modelos y la producción de las
teorías dentro de su propia lógica y su propia esfera profesional.372 Una encuesta entre estudiantes
norteamericanos de economía en algunas de las más renombradas universidades del país mostró
en cierta ocasión que solamente el 3% de ellos se interesaban en la realidad económica.
Solamente aspiraban a una carrera dentro del establecimiento económico académico corporativo
para el que el uso de los modelos matemáticos les abría un camino.373 Pero si existe una verdad
impulsora en el pensamiento calvinista es acerca de la unidad radical—en el sentido
dooyeweerdiano—de la experiencia y la teoría. La riqueza económica no es un mundo autónomo
en sí mismo. Acerca del economista Sismondi, que es del linaje espiritual de Calvino, se cuenta
que en una larga conversación que sostuvo con el economista clásico inglés David Ricardo en
Ginebra, poco tiempo antes de la muerte de este escritor inglés, exclamó: ―¿Qué? ¿La riqueza
acaso es todo? ¿Y los hombres no son nada?‖ Sismondi halló que sus colegas de la economía
clásica ―no tenìan en cuenta la creación de Dios; el hombre, el objeto y fin de toda ciencia; ( ) al
dejarse absorber por la búsqueda del bienestar físico, se olvidan tanto de nuestro origen celestial
como de nuestras tendencias inmortales‖. En los maestros de la nueva ciencia como en sus
discìpulos ―repudiaba la adoración de la materia‖.374 El biógrafo añade algunas líneas que también
pudieran escribirse acerca de la vida de Calvin; a saber, que Sismondi soportaba su propio
sufrimiento ―con esa firmeza inquebrantable que habìa sido formada en el transcurso de toda su
vida. Una religión llena de esperanza y amor, que coloca la oración en las relaciones íntimas de la
criatura con su Creador, y en el esfuerzo por conformarse a su misteriosa voluntad, añadía la
heroica generosidad de resignación a la fortaleza que se había desarrollado en él, por el constante
hábito de hacer que sus acciones coincidieran con sus principios y sus escritos‖.375
Me parece que encontramos aquí la clave de cómo pensar teológicamente acerca de la
economía—dos campos del conocimiento que la economía actual considera herméticamente
separados entre sí. La teología calvinista, por el contrario, no es un compartimiento separado de
la vida; ni lo es la economía. La relación entre el aspecto económico y el de la fe es mutua,
porque ambos están enraizados en la creación. La teología tiene que ver con la vida toda y
también la economía. La realidad concreta es indivisible; una misma decisión real funciona en
todos los ―aspectos modales‖ de la realidad. Se reflejan en el mismo único ―punto de
concentración religioso‖ (Dooyeweerd) que es el corazón humano. Por tanto, la experiencia en la
vida real no puede divorciarse de la teoría y la teología. Es esto lo que en consecuencia practican
con eficiencia los economistas de la vida real. En este sentido hace falta hacer algunas
observaciones.
1. No existen atajos
La teología no es la economía. A menudo los teólogos buscan atajos fáciles hacia la economía
que obstaculizan cualquier comunicación posible entre los dos campos. No solamente la
economía, sino también la teología puede comportarse de forma tal que se cierre dogmáticamente
en sí misma. Esta ha sido la crítica histórica que la teología de la liberación le ha hecho a la
teología liberal académica. Muchas declaraciones eclesiales, principalmente protestantes, se
79
satisfacen con su auto-señalado carácter ―profético‖. El argumento es negativo: cómo no deben
hacerse las cosas. Sin embargo, a los economistas les gusta construir, realizar cosas, servir al
―desarrollo‖ positivo.
2. La teoría económica (así como la teología) puede servir a otros señores
El estándar del análisis real en la economía mayoritaria está determinado por el establecimiento
científico que está íntimamente vinculado con el sistema económico impuesto. Los economistas
hacen sus predicciones sobre la base de lo que ya es. Robert Triffin escribió: ―Deploro la
tendencia prevaleciente de muchos consejeros económicos de parecer más interesados acerca de
ser buenos en el pronóstico que buenos consejeros, y de esa manera alentar a sus clientes a
aceptar segundas o terceras soluciones antes que luchar por las mejores. Esto puede ser sabio para
los consejeros oficiales, desde el punto de vista de la carrera, pero los expertos académicos y los
educadores deben colocar el énfasis principal en educar a los oficiales y a la opinión pública, a
riesgo de que sus consejos sean rechazados por los políticos como prematuros, o demasiado
difíciles de seguir. La política no es simplemente el arte de lo posible. Debe ser, mucho más que
eso, el arte de hace posible mañana lo que parece imposible hoy”.376 Un concepto central en la
economìa es la función de utilidad de (los consumidores o los productores). ―Tal conversión
forzosa a una visión utilitarista fatalmente distorsionó la comprensión de sí mismo del hombre
occidental”.377 De hecho, lo que se practica es—como ha señalado Ellul—la utilidad para el
sistema. Es en dicho sistema que los economistas hacen su carrera. El sistema define la dirección
de la teoría y la condiciona.
3. La experiencia de la vida diaria y la (supuestamente autónoma) teoría
Parece que nunca las dos se encontrarán. Sin embargo, pueden encontrarse efectivamente cuando
se basen en lo que tienen en común. Es decir, la vida concreta experimental en primer lugar, en
términos de un mundo compartido y una humanidad compartida. La teología y la economía
reflexionan sobre la sociedad de la que son parte. No lo hacen de igual manera, pero ambas se
encuentran en la faz de los mismos fenómenos. Porque los hechos económicos son hechos. La
cuestión es si son prefabricados o deformados o no para ajustarse al modelo teórico para
desempeñar su papel como ―variables económicas‖ dentro de un sistema de pensamiento
autónomo cuya relación con la vida real está por verse después. Los hechos concretos muestran
muchos aspectos. Un economista pretende investigar el aspecto económico; un teólogo arroja luz
sobre el aspecto de la fe. Si se encuentran o no depende de la actitud fundamental de ambos, de
su compromiso, su vida y su visión del mundo, sus convicciones más profundas, su criterio
acerca del hombre, su fe y su sabiduría y visión teóricas. Es solamente a un nivel tan profundo
que puede tener lugar la comunicación vital entre estudiantes de diferentes materias.
4. Un economista también cree
Hablamos hasta del ―espìritu‖ de un cierto sistema económico. El economista colonial holandés
J.H. Boeke (1884-1956) ha explicado el carácter espiritual de la ―economìa oriental‖ como
radicalmente diferente del ―espìritu del capitalismo‖. No solamente debemos estar conscientes de
la fe explícita o implícita dentro de la economía, también la teología presupone una fe subjetiva.
El bien conocido teólogo de la liberación Gustavo Gutiérrez dice: ―El discurso sobre la fe es una
segunda etapa en relación con la vida misma de la fe. ( ) Hablar de Dios (teo-logía) viene después
del silencio de la oración y después del compromiso‖.378
La implicación es que la teología no
puede monopolizar la reflexión acerca de la fe. Esta es una visión calvinista fundamental. Por la
misma razón, el teólogo de la liberación brasilero Jung Mo Sung no quiere hablar ya acerca de la
80
teología de la liberación sino acerca del cristianismo de la liberación.379
En realidad muchos
cristianos no solamente actúan sino que también reflexionan acerca de su fe sin ser teólogos, sea
o no a través de una formación teórica explícita. Al hacerlo sus ojos se abren también a muchos
aliados, cristianos y no cristianos, con quienes pueden entrar en una ―alianza por la justicia‖.i
5. El corazón humano
La pregunta acerca de la importancia tanto de la teología como de la economía (y por ende acerca
de su relación mutua) está determinada por una pregunta previa: ¿importante con relación a qué o
a quién? En otras palabras, ¿como se vinculan la experiencia de mil millones de hambrientos en
el mundo y la teoría? De nuevo aparece aquí lo que tienen en común la economía y la teología.
Es el centro mismo de la reflexión humana donde ambas se relacionan entre sí. Juan Luis
Segundo lo ha llamado la convicción profunda que ha sido expulsada de la
sociedad de consumo.
Las mayorías de consumo de la sociedad moderna son factores multiplicadores del desarraigo y de la
inseguridad porque aun la permanencia prolongada en ella y la preparación o educación para integrarla
sólo arraigan a la sociedad lo que el hombre tiene de más superficial‖.380
―Pedirle a la sociedad
moderna que vehicule, a través de su red de comunicaciones masivas, un pensamiento profundo y
coherente es pedir peras al olmo‖.381
En la sociedad moderna ―las condiciones para una convicción
personal pasan hoy día necesariamente por los criterios de una conciencia social.382
La antropología y las Escrituras cristianas en sí mismas señalan al corazón como el portador de
esta convicción personal, ―de donde fluyen las fuentes de la vida‖ (Proverbios 4, 23). Allì, el
pensamiento teórico recibe su dirección en la unión del corazón y la mente. ―La fe ( ) no es un
órgano o capacidad al lado de y encima de la razón, sino una convicción, una propiedad de la
razón misma‖.383 En la Biblia el corazón no es simplemente el asiento de la emoción sino
fundamentalmente el asiento de la voluntad, que es una voluntad de la fe. El corazón puede estar
abierto o cerrado (ver 1 Juan 4, 20). Bajo circunstancias reales que han de interpretarse, influye la
selección de la vida profesional y la forma en que se practica.
6. La realidad excluida por la razón
En los cìrculos académicos no es ―adecuado‖ considerar la teorìa económica como responsable
de una imagen distorsionada de la realidad concreta. Se considera como parte del juego. El único
requisito científico es la consistencia del modelo y la teoría en sí. La teoría se prueba contra la
teoría en lugar de tomar en cuenta la vida económica real de las personas. Usualmente no se hace
la pregunta sobre de quiénes son los intereses que se arriesgan (el mercado debe encargarse de
eso). Sin embargo, de nuevo podemos referirnos al economista clásico—el que acuñó el término
―proletariado‖—quien respondió por su trabajo teórico en términos de una profunda convicción.
Al final de su vida Jean-Charles Léonard Simonde de Sismondi confesó: ―He luchado por la
verdad y por la humanidad‖. Escribió: ―La cuestión que se presenta (en la ciencia social) es
complicada, y muy diferente de todos los problemas presentados por las ciencias naturales; se
dirige tanto al corazón como a la razón. El observador científico está llamado a reconocer el
sufrimiento injusto que se produce por lo que el hombre está haciendo y del cual el hombre es
vìctima‖.384
i Cf. la ―Alianza por la Justicia Económica y la Vida en la Tierra‖, documento de la Alianza Reformada Mundial,
Accra, 13 de agosto de 2004.
81
La ciencia económica como se configuró en el siglo XIX imitó a la ciencia natural cuyo método
adoptó. Sismondi destacó la diferente aunque relegada soberanía de la esfera económica con
respecto a las ciencias naturales. Más tarde la economía neoclásica instaló métodos altamente
formales de razonamiento. Los modelos económicos pretendían ser perfectamente lógicos, lo que
es diferente de ser fieles a la realidad.i Herman Dooyeweerd ha interpretado con agudeza este
punto de vista funcional altamente abstracto en el que ciencias sociales especiales diversas
refieren el contenido material a otras ciencias que a su vez están igualmente formalizadas. En la
economía, el mercado como institución económica específica se confundió con el aspecto modal
económico general.
Bajo el aspecto de un concepto general de función, se introduce un concepto específico de una estructura
típica de la individualidad para nivelar todos las otras diferencias típicas de estructura dentro del aspecto
investigado de la realidad. Por consiguiente, el concepto modal supuestamente general de función es en
realidad transpuesto a un concepto estructural típico. Bajo el aspecto de un punto de vista abstracto
puramente funcional la llamada escuela austrìaca en su ―economìa pura‖ absolutizó las relaciones de
mercado a expensas de las otras estructuras típicas de la sociedad, que se manifiestan dentro del aspecto
económico de la realidad.385
7. Economía positiva versus economía normativa
La teoría económica actual afirma que trata con los hechos, pero por hechos quiere decir hechos
físicos, hechos reducidos metódicamente, hechos sin normas. Las normas hay que añadirlas desde
fuera, lo que conduce al lenguaje neokantiano de ―normas y valores‖. El enfoque ético
involuntariamente fortalece el esquema de pensamiento en términos de ―normatividad‖ versus
ciencia positiva. Entonces los economistas afirman estar calificados para ofrecer consejo
científico acerca de los medios económicos solamente. Sería un error básico si se expresaran
acerca de los fines de la vida económica. Eso no es de su competencia. Se le deja a la ―ética‖ o a
la toma de decisiones políticas. Puesto que los teólogos que hablan acerca de la economía
usualmente reflexionan principalmente acerca de los fines de la vida económica, ello significa
que son descalificados de antemano. El discurso acerca de ―normas y valores‖ sugiere que ellos
son un correctivo, algo adicional, que ha de verse como separado de los procesos reales. Tales
“normas éticas‖ cuando deben aplicarse a las ―leyes económicas autónomas‖ y en realidad al
sistema Técnico en su conjunto, resultan ser, como ha destacado Ellul, una ―fina capa de polvo‖
que se desvanece por el primer pequeño choque.ii
Sin embargo, lo fundamentalmente errado aquí es olvidar que un hecho económico es un hecho
normativo en sí mismo. No pudiera observarse siquiera sin el punto de vista distintivo económico
normativo. Nadie ha visto jamás un balance de pagos pero es un concepto normativo económico
relacionado a un análisis adecuado de la posición externa de un país. A pesar de estas verdades
básicas, la economía actual relega la ―normatividad‖ a la esfera ―meta económica‖ para mantener
i ―La abstracción corriente en la economía está basada en modelos que se basan en el método del ‗tipo ideal‘. Un tipo
ideal es una construcción mental que no retrata la realidad sino que se abstrae de ella al exagerar determinados rasgos
desatendiendo otros‖ (Spiegel, The Growth of Economic Thought, p. 430). Sobre esta construcción formalista versus
una abstracción económica responsable: R.L. Haan, Economie in principe en praktijk, Groningen 1975. ii Acerca de Ellul, quien se convirtió a la fe cristiana al leer a Calvino, se dice que ha leído a Kierkegaard y a Marx en
su totalidad. La similitud radical entre Calvino y Kierkegaard es notable. ―Mientras que la gente especulativa adopta
una ética contemplativa por su elección de no elegir, el compromiso hermenéutico de Kierkegaard promueve la
obediencia como el solo camino apropiado para conocer a Jesucristo‖ (Eliseo Pérez-Álvarez, A Vexing Gadfly. The
Late Kierkegaard on Economic Matters, Eugene 2009, p. 179).
82
―pura‖ la ciencia económica, con la pretensión de que la economìa tiene que ver solamente con
los ―hechos‖.
8. El análisis pastoral
Calvino buscaba el orden en la iglesia y en la ciudad. Su motivo era una preocupación pastoral
por los oprimidos y los marginalizados. Inevitablemente ello significa la interpretación de lo que
está ocurriendo en la economía desde el punto de vista de la justicia y el orden adecuado. Como
un ejemplo moderno, ya nos referimos a la conferencia brasilera de obispos,386 que postuló la
distinción económica entre la propiedad capitalista y la privada. La última no sirve a la
preservación de la estructura existente de poder del monopolio, la especulación y la producción
solo por la ganancia, sino que es para el uso del trabajo y la vida de la clase obrera. Es un asunto
de análisis económico, los obispos no se limitaron a una reflexión ―ética‖ o ―meta económica‖
sino que partieron de la experiencia concreta de la iglesia. Fue su labor pastoral a través de la cual
adquirieron conocimiento de la realidad económica y que les otorgó autoridad para hablar.
Resulta que un punto de vista económico independiente de los teólogos sobre la economía no
necesita ―mediación‖ por la ciencia social. Por tanto, evita el posible conflicto con la dimensión
de la fe imbuida en estas ciencias seculares.
9. La intensificación del método económico
Ni la teología ni la economía, cuando descienden a las profundidades de la experiencia
compartida y reflexionan sobre ella necesitan hacer el método teórico más extensivo en el sentido
de ―multidisciplinario‖. Porque unirse a ramas de la ciencia que son muy afines ideológicamente
no añade ninguna nueva perspectiva. Pero ganan en la verdad cuando intensifican su propio
método. De esta forma pueden servirse mutuamente con efectividad. El pensamiento calvinista
utiliza aquì las palabras ―apertura‖ o ―profundización‖. Para la sociedad tecnicista (Ellul) y la
segunda modernidad (Beck) se aplica igualmente lo que ha indicado Tawney en cuanto al papel
de la iglesia y la teología con respecto a la incipiente primera modernidad. Después del siglo XVI
los predicadores fracasaron en su mensaje social. Se lo achaca al hecho de que el mundo había
cambiado a través del desarrollo de las finanzas y el comercio internacional y que los teólogos no
lo apreciaron adecuadamente. Seguìan aferrados a su ―lenguaje tradicional‖ mientras que las
doctrinas sociales tradicionales ―debieron haber sido repensadas desde el inicio‖.387
10. El respeto al objeto de la investigación
La economía pudiera aprender de la teología un asunto bien esencial. Esta última no puede
comprender (abarcar) su objeto. Las esferas morales en el sentido dooyeweerdiano no solamente
son soberanas en su propia órbita, sino también universales. Aunque son irreducibles entre sí, a
pesar de ello ostentan una estructura universal, expresándose analógicamente unas en las otras.
Están interrelacionadas y reflexionan sobre la misma realidad. Por tanto, tampoco la economía
puede abarcar, ―poseer‖ o construir su objeto. ―Mientras más una ciencia penetra en su objeto‖,
dice Herman Bavinck, ―en la misma medida se aproxima al misterio‖.388
―Es imposible que una
ciencia particular comprenda un suceso en su realidad total‖.389
Existe coherencia de sentido
(Dooyeweerd) entre el aspecto de la fe y el aspecto económico. ―El sentido es el modo de ser de
todo lo creado‖.i
390 Epistemológicamente significa que la economía nunca puede definirse a sí
misma herméticamente. El ―núcleo del sentido‖ del modo económico, es decir, lo que define la
economía como economía, no puede analizarse más allá, en otras palabras, no puede
i En el holandés original: ―De zin is het zijn van al het creatuurlijk zijnde‖.
83
comprobarse por sí mismo ni contra sí mismo. Se presenta dentro de la coherencia y
simultaneidad de todos los otros aspectos modales. La teología y la economía son mutuamente
relevantes como lo son las demás materias colocadas en el programa de enseñanza de una
―universidad‖.391
En conclusión, la comunicación mutual entre la teología y la economía es posible en virtud de
respetar y hacer justicia a la realidad concreta y sobre la base de 1) una convicción profunda
congenial, y 2) la profundización del método adecuado tanto de la teología como de la economía
cada una en su propia esfera. Para la economía implica que los problemas económicos deben
resolverse por la economía, que la ética debe traducirse en economía, y que las prácticas
económicas buenas tienen que conquistar el territorio de las prácticas malas, logrando así (en el
sentido de Calvino) reformar la economía.
84
85
9 LA PERSPECTIVA CALVINISTA EN EL SIGLO XXI
Estamos ahora listos para extraer más conclusiones hermenéuticas a partir de las citas de Calvino
en búsqueda de la importancia de su teología para el siglo XXI. La estructura de nuestro mundo
moderno abstracto, como ha señalado Ellul, no tiene un común denominador con el siglo XVI.
¿Cómo podemos entonces volver a referirnos a Calvino, que con respecto a la economía enfatizó
las implicaciones concretas del mensaje bíblico sin restricción? Existen dos orientaciones básicas
preliminares. En primer lugar, en el lenguaje bíblico, Dios se hizo carne, no solamente hombre.
La salvación no es algo prometido al creyente individual sino al mundo. Muchos cristianos y
denominaciones eclesiales reclaman a Cristo para su propio interés eterno individual u ortodoxia.
Sin embargo, ―la creación misma será liberada de su atadura a la decadencia y obtendrá la
gloriosa libertad de los hijos de Dios‖. Ha sido ―sujetada en esperanza‖ (Romanos 8, 18-25). Son
estas palabras de Pablo las que desempeñaron un papel decisivo en la conversión de Jacques
Ellul, quien encontró allí la respuesta a la alienación de los hombres dentro del capitalismo que
había sido analizada de forma tan aguda por Karl Marx. La fe cristiana no es sencillamente un
asunto de ―inspiración‖ o ―motivación‖, algún tipo de ―espiritualidad‖ que adorna la forma en
que las cosas siguen sucediendo, según el lenguaje actual. Es un criterio de la realidad que fluye,
no a partir de la piedad individual ni la ―identidad cristiana‖, sino del corazón humano como el
asiento de la voluntad y la esperanza.
En segundo lugar, la oración, que ocupa un papel central en la teología de Calvino, es una
decisión de la voluntad. Ningún reformador presta tanta atención a la oración como Calvino.392
Pero Calvino dejó bien claro que la fe es con obras. Orar es un mandamiento (1 Tesalonicenses 5,
14).393
Ellul, en su libro sobre la oración y el hombre moderno, se refiere al ―admirable capìtulo
XX del Libro III de la Institución‖.394
―Para Calvino, lo que está en juego no es la realidad
creada, sino la recreada‖.395
Su discurso no es un discurso piadoso que apela al ―quebranto de
este mundo‖ ante el cual tendrìamos que hacer concesiones, sino a Jesucristo como Redentor.
Aquí podríamos señalar al propio Jesús cuando explica el Padrenuestro. Es acerca de la
impertinencia del hombre que molestó a su amigo que dormía tocando a su puerta por la noche,
para obtener lo que quería, no para sí mismo sino para un amigo. El que ora muestra
impertinencia. Es acerca de un padre que le da a su hijo un huevo y no un escorpión,
sencillamente porque su hijo quiere el huevo (Lucas 11, 1-13). Dios no forma parte de la
explicación de esta narrativa, es acerca de la decisión de los hombres. El Padre celestial entra en
la escena como el que ―comparte el Espìritu Santo‖ (―cosas buenas‖, Mateo 7, 11) con quienes se
lo piden aun cuando hasta aquellos prójimos poco dispuestos conceden lo que se les pide con
brutalidad. Es como el caso de la viuda ante el juez de Lucas 18 ―que ni temía a Dios ni
consideraba a los hombres‖, pero la viuda tuvo éxito en obtener justicia de él. ―Calvino no se
tomaba su tarea en la vida como la exposición de una ‗teologìa‘ para todos los tiempos. Tenìa
otros asuntos más urgentes que atender‖.396
Así vemos al mismo Calvino subiendo las escaleras
de las casas de los ricos de Ginebra, saltando los escalones de tres en tres para recolectar
limosnas de los ginebrinos para ayudar a los sobrevivientes de la masacre de los protestantes en
Provence en 1545.397
86
Lo que se destaca es el radicalismo y el realismo bíblico de Calvino. No quiere decir que los
cristianos deben tomar la iniciativa para erradicar inmediatamente cuánto abuso se encuentren.
―Ningún grito resuena más alto ante Dios que la paciencia‖.398
―Calvino nunca se sintió muy
atraído por la insensatez cristiana ( ) - dicha flexibilidad lo inclinaba a un tipo de realismo
burgués que concibió autorizado por las Escrituras‖.399
Bien pudiéramos sustituir la palabra
―burgués‖ de Bouwsma en la frase ―realismo burgués‖ por realismo ―civil‖ y ―fiel‖. ―(Un
cristiano) no se despoja de su prudencia y su juicio para ser engañado con mayor facilidad‖, dice
Calvino ―ni se olvida de la diferencia entre blanco y negro‖.400
El realismo no altera el punto de vista agudo que el mismo implica. Se trata del don del
―discernimiento de espìritus‖ (1 Corintios 10, 12; Hebreos 5, 14). No significa tampoco que
primeramente debamos establecer el ―sistema‖ correcto, por ejemplo capitalismo o socialismo.
Ningún ―sistema‖, sea ―capitalista‖ o ―socialista‖ o más adecuadamente descrito como tecnicista
tiene una autoridad propia que debería ser confiada en sí misma. La alienación moderna no es
solamente económica sino política también. Pero es también teológica puesto que la teología
inconscientemente se ha acomodado. No existe ningún sistema omniabarcador que garantice la
justicia, no importa cuán democrático pudiera llamarse formalmente. Ellul ha tratado
ampliamente las expectativas irrealistas de los hombres modernos del estado o de la revolución
de ese estado.
Al tratar acerca de Calvino hace treinta años, recuerdo a un estudiante de Buenos Aires que
sugirió que el pensamiento social y político de Calvino sería irrelevante para la situación
revolucionaria contemporánea latinoamericana, pues Calvino defendía la autoridad del estado y
se oponía a la revolución. Por ende, no podía extraerse ninguna conclusión práctica para el
presente. Aunque precisamente Calvino reconocía el derecho y la obligación de los magistrados
inferiores, así como de los príncipes vecinos,i a defender las libertades del pueblo, no
encontramos aquì el argumento estrictamente ―teológico‖. Me parece que ese estudiante soslayó
la verdadera interpretación ―teológica‖ de Calvino. La cuestión es, más bien, cómo deberìa
interpretarse su teología para encontrar las implicaciones para la vida política y social, entonces y
ahora. Ellul ha dicho que el estado puede ser muy criticado, pero todo el mundo espera la
corrección de sus errores del mismo estado, o, si no, de la revolución. ―Es el estado el que debe
hacer reinar la justicia; no existe otra justicia que la justicia colectiva‖; no se le atribuye ningún
significado a lo que la filosofìa del derecho ha enseñado durante siglos, ―ni a la afirmación
cristiana que la justicia es la transformación milagrosa del individuo que es justificado por la
gracia de Dios‖.401
El énfasis de Calvino en los hechos, no en las palabras, y en la vida, no en la doctrina, es una
clave hermenéutica para comprender lo que sucede cuando se apela a las palabras acerca de los i El caso famoso es el de Guillermo el Taciturno: súbdito del rey Felipe II, pudo asumir, al pedido de la nobleza
holandesa, el liderazgo de la resurrección de los Países Bajo contra España, después de que había heredado el
pequeño principado de Orange en el sur de Francia. Entonces, podía actuar en capacidad de príncipe extranjero.
Permaneciendo católico en los comienzos de la guerra, y rechazando todo conflicto armado religioso, quería proteger
a su pueblo contra las violaciones de los derechos humanos por el régimen de Felipe. Más tarde mantenía una larga
correspondencia con los teólogos calvinistas de su tiempo. (Sobre Calvino cabe observar que durante sus últimos
años de vida, después de que había terminado la última edición de la Institución, consentía la defensa armada contra
el gobierno de Francia, por causa de la persecución de los hugonotes).
87
―sistemas‖. Lo que hace un padre, dice Calvino, no puede ser correcto solamente por apelar a la
institución de la paternidad, ni sería santo automáticamente lo que la iglesia hace; de igual forma,
lo que el ―capitalismo‖ hace no puede ser racional automáticamente. En términos de Calvino: no
toda toma de interés es adecuada porque se denomine interés. ―Tenemos que recordar que
siempre debemos considerar el asunto en sí mismo antes que las palabras, pues los hombres
juegan con sus artificios, pero Dios no se involucra en dichos juegos‖.i
402 Los conceptos de
mercado libre, capitalismo o socialismo son palabras; Calvino señala a la vida misma, a las cosas
detrás de las palabras, a lo que realmente sucede con los hombres de carne y hueso. Para usar el
tìtulo del famoso libro sobre economìa de Schumacher, es la economìa ―como si las personas
tuvieran importancia‖ (as if people mattered).403
Por eso es que la ilustración de Calvino del
problema del interés puede considerarse como el gran ejemplo de la hermenéutica económica. Lo
que interesa es sopesar los pros y los contras en términos de los efectos reales implicados. Estos
son los intereses de las partes contrayentes y de las terceras partes también.
Por supuesto que de ninguna manera puede llamarse a Calvino economista, y menos aún en el
sentido moderno de la palabra. Pero si hubiera sido un economista moderno no hubiera alterado
su enfoque básico. Podemos darnos cuenta de ello al tomar en cuenta el hecho de que
verdaderamente fue un experto formalmente preparado en Derecho.ii No solamente la iglesia sino
también las autoridades de la ciudad de Ginebra se beneficiaban de sus consejos políticos y su
capacidad negociadora. Desempeñó un papel políticamente exitoso en las relaciones con Berna.
Se desempeñó en los más altos niveles políticos en Europa. En la parte final de la Institución
Calvino trata acerca de la cuestión práctica del derecho y el gobierno. Por ello pudiera esperarse
que él, como teólogo y abogado, formularía criterios específicos sobre cómo deberían
conformarse las regulaciones legales haciendo uso de su conocimiento especial del Derecho.
Sin embargo, no existe ningún lineamiento político en la Institución que pudiéramos identificar
en la actualidad como un curso primario en ―polìtica calvinista‖. A primera vista nada deja
entrever, como señala Karl Barth, que las últimas páginas de la Institución hayan sido escritas por
el hombre que, no obstante, puede considerarse ―el padre del ideal polìtico y económico de la
democracia liberal de Europa Occidental‖. Como dice Barth: ―¡Qué autocontrol se muestra aquì,
o, más bien, cuánto más estaba Calvino ‗controlado por otro interés‘!‖ No encontramos bosquejo
alguno, ni de una ―teocracia‖iii o del ―cristianismo socialista‖. ―No asistimos a un curso especìfico
de polìtica calvinista‖.404
La legislación polìtica debe tener lugar de acuerdo con las ―condiciones
y circunstancias de la época, del lugar y de la nación‖.405
Las propias prescripciones de Calvino
para la autoridad pública de Ginebra mostraban sus preocupaciones concretas. Sin embargo, dice
Barth, están al nivel de consideraciones relativas y Calvino está consciente de ello. Deben verse
como producto de la época. Lo mismo se aplica a la economía. Es precisamente el enfoque de
i ―Il nous faut ici avoir souvenance que nous avons à considérer la chose en soi et non point les mots ; car les
hommes se jouent avec leurs cavillations, mais Dieu ne prend pas en payement telles finesses”. ii También la Carta al rey Francisco I que forma el prefacio de la Institución ―es un ejemplo brillante y poderoso del
arte de derecho. No en balde Calvino había pasado por las escuelas de Orléans y Bourges habiendo dado clases en
derecho romano. Alega, no en favor de la merced o la tolerancia, sino a favor de la justicia: ‗Por lo cual, invencible
rey, demando con razón que asuma el conocimiento entero de este caso, que hasta ahora ha sido tratado
confusamente y sin ningún orden legal, con una pasión incontrolada más que con gravedad judicial.‖ La
presuposición del argumento de Calvino es que la religión del estado era la religión cristiana y que la religión
cristiana era la adherencia al credo Niceno-Constantinopolitano (Parker, John Calvin, p. 41). iii
Barth observa: ―Dios no necesita el estado para protegerlo o para proteger su verdad‖.
88
Calvino a los fenómenos económicos de su época como se resumieron en el Capítulo 4, lo que
aún tiene tanto que decirnos no solamente acerca de la conducta económica individual en la
sociedad sino también acerca de la técnica económica contemporánea y el orden económico por
el que el estado es mayormente responsable.
¿No debería ser consecuente el teólogo, al ofrecer prescripciones éticas y aun generales? Barth
responde que es verdaderamente protestante decir ―haz esto y no hagas aquello‖, pero este
mandamiento solamente puede venir de Dios y a través de su Palabra. Se encuentra aquí el
corazón mismo de la Reforma. ―Nos deja en el lugar donde tenemos que dedicarnos a Dios, con
nuestra conciencia, nuestras intuiciones y nuestra voluntad. No podemos esperar otra cosas; si lo
hiciéramos, no serìa Calvino‖.406
La voluntad y la lucha humanas, aun cuando obedezcan a Dios y especialmente entonces, deben tener un
contenido específico. No podemos ser obedientes a Dios sin desear o buscar algo en particular. Pero lo que
nosotros los humanos deseamos y luchamos por obtener, aunque sea importante y significativo, aun si fuera
la ciudad misma de Dios, siempre se mantiene como tal ante la sombra de la relatividad de todo lo que es
humano. No puede ni debe convertirse en el tema de la educación cristiana no sea que adopte la fuerza de
una nueva forma de esclavitud de la conciencia. ( ) Cuando Dios en su misericordia lo acepta como algo
agradable a Él, es por su propia cuenta. Pero ni podemos ni debemos pensar que vamos a obtenerlo como si
fuéramos los que decidiéramos. El no hacer esta distinción es una característica de la teología católica
romana.407
Es por ello que Calvino hace silencio acerca de lo que estamos ansiosos por conocer
específicamente. La palabra clave es libertad. La libertad cristiana nos proporciona las soluciones
más prácticas para lo que hay que hacer. Se coloca el énfasis no en el orden existente, lo que
equivaldría a un mero conservadurismo, sino en la voluntad de Dios. Para los cristianos el
gobierno y la ley son partes inseparables de la vida, y es el campo en el que ha de practicarse la
libertad cristiana. No existe sistema alguno que pueda concebirse como representante del
supuesto ―orden mundial totalmente nuevo‖ perfecto, como pretende el radicalismo, tal como el
radicalismo del mercado libre. Tanto el gobierno como el derecho, incluyendo el derecho
económico, siguen siendo imperfectos. Deben considerarse de acuerdo con las evoluciones que
tienen lugar y las situaciones concretas a enfrentar, tomando en cuenta los imperativos de la
justicia y la fe, y evitando cualquier dogmatismo polìtico. ―Los cristianos son muy moldeables y
flexibles en la polìtica‖.408
Calvino se dirigía no solamente al nivel personal sino al social. Su método era teológico. Pero no
se aproximaba a los asuntos económicos ―desde afuera‖. Los tomaba por lo que eran en términos
del interés económico de las personas. A menudo los ministros de la iglesia ginebrina intervenían
ante las autoridades de la ciudad acerca del empleo y los salarios.409
En el capítulo anterior he
comentado acerca de la legitimidad de hablar teológicamente acerca de la economía sin ignorar
las duras realidades. Es muy posible—y necesario—―iluminar nuestra situación socioeconómica
y política actual desde el punto de vista teológico‖ de forma adecuada.410
Por supuesto, el
economista tiene mayormente la palabra. Es verdaderamente calvinista tomarlo en serio por
derecho propio. Y naturalmente, es en el campo económico donde deben resolverse los
problemas económicos y tomar las acciones debidas. Pero tanto los hombres de negocio como los
89
economistas que les sirven deberían reflexionar acerca de su ―licencia para actuar‖.i De hecho,
vemos cada día más de ellos haciéndolo.
El Capítulo 4 ha esclarecido que Calvino se expresa con claridad acerca del significado de la vida
económica. Es la intercomunicación entre las personas en términos de bienes económicos. El
orden económico existente entonces al igual que ahora puede verse profundamente afectado por
el pecado, pero ello no impide que los cristianos modelen su vida de acuerdo con el nuevo orden
de Cristo que la comunidad eclesial debe representar. El sistema de desarrollo económico en el
que el crecimiento del mercado desempeña su papel fundamental no debe nunca ser investido de
poder autónomo. El proceso económico, como funciona, no tiene autoridad propia. La medida no
es la ética interna del sistema real. El criterio de juicio y de análisis es la justicia económica. Esta
no es una norma externa; por el contrario, define el buen funcionamiento del sistema en términos
del proceso real. La forma en que está funcionando el orden económico no es normativa en sí. No
resulta confiable—como nos lo dicen a diario los banqueros y los gobiernos—sino que debe ser
analizada rigurosamente con la inclusión de todos los sujetos económicos, especialmente los
débiles. En las palabras de John Perry Barlow: ―La economìa del futuro se basa más en las
relaciones que en la posesión‖.411
La acción consciente de la iglesia no se limita a la vida y la organización de la propia iglesia. Los
diáconos en la Ginebra de Calvino ―debìan procurar que todos a quienes faltaban los medios de
subsistencia aprendieran una profesión y también ayudaran en la búsqueda de puestos de
trabajo‖.412
La diaconìa alcanza al mundo. Dice Isaìas 16, 4: ―Que los desterrados de Moab
moren entre ustedes‖. Eran de fuera de Israel. Pero al mismo tiempo los cristianos actúan en el
mundo. Tienen que ser económicamente activos sin dobleces. La responsabilidad cristiana no
abarca solamente la vida personal. La participación en el orden económico y político en sí mismo
es un campo de actividad que no hay que dejarle a la lógica intrínseca de business as usual, ―el
negocio es el negocio‖. Los capìtulos anteriores esclarecieron de forma inequìvoca el enfoque
calvinista. La gracia de Dios se manifiesta tanto de forma particular como general, es decir, en el
mundo en su conjunto.413
Todo hombre ha conservado algo de la imagen de Dios.ii 414
Los textos bíblicos no deben usarse de forma mecánica para darle autoridad a nuestros criterios
políticos o económicos pre-establecidos. Ni podemos ser dogmáticos e intolerantes a todo tipo de
asuntos éticos sobre la base de algún texto aislado. El Capítulo 3 se refirió al respeto de Calvino
por el misterio de la fe. La misma se vive no mediante el dogmatismo sino por la vida misma.
Aun cuando se trata de un artículo de fe como la trinidad o la predestinación, Calvino dice que
―no debemos preocuparnos por las palabras, cuando se confiesa sin malicia”.iii 415
Es el enfoque
cristológico radical de Calvino tanto a las Escrituras como al mundo en que vivimos lo que
contiene el secreto de su actitud. Tal actitud nos permite interpretar la Palabra y el mundo como
interrelacionados de forma mutua, íntima y dialéctica. Calvin ―no escuchaba simplemente la voz
de la Biblia. Mientras que escuchaba el contexto encuestaba el texto inmediato; mientras que
escuchaba el texto encuestaba el contexto‖.416
Aunque la estructura económica y política del
mundo ha cambiado fundamentalmente, sigue siendo posible leer las implicaciones de la
i En inglés: license to operate, es decir: la legitimidad de la cual la empresa sea consciente a raíz de su función útil
para la sociedad. Es un concepto ético clave de la Responsabilidad Social Empresarial. ii “…il y reste toujours quelque trace et image de Dieu”.
iii ―Quand cela sera confessé sans astuce, il ne nous doit chaloir des mots”.
90
enseñanza bíblica para la realidad diaria. Como ha expresado Ellul en su libro acerca del dinero,
dichas implicaciones tienen que ―inscribirse en las cosas del mundo‖.417
El hecho de que el método de Calvino no era dogmático sino que siempre respetaba el misterio de
la fe puede ilustrarse en sus escritos acerca de la iglesia. Como han explicado los teólogos y los
historiadores, su teología es principalmente ecuménica. La política eclesiástica era un campo para
la libertad de decisión. Pero las costumbres locales y la necesidad, la conveniencia y el sentido
común desempeñan su papel.418
Las iglesias pueden organizarse de acuerdo con una visión
basada en la costumbre y el hábito local. No se puede complacer a todos.419
No seremos juzgados
por apariencias exteriores o ceremonias.420
Más bien tenemos que estar conscientes del motivo
básico en el trasfondo de la teología de Calvino que permite la renovación de la interpretación.
Como ejemplo, puede traerse a colación la pregunta: ¿podría la teología calvinista en nuestra
época oponerse a permitir que las mujeres sean ministras? Podemos con certeza afirmar: de
ninguna manera. Pablo se oponía a que los hombres llevaran el pelo largo, lo que consideraba
antinatural. Calvino señala que cuando Pablo se refería a lo natural querìa decir ―lo que entonces
se aceptaba por consenso y costumbre, al menos entre los griegos‖.421
Las mujeres no son creadas
solamente para la reproducción sexual; la mujer es ―una compañera del hombre, no su inferior, en
un matrimonio que incluye todas las partes y usos de la vida‖, escribe Calvino acerca de Génesis
2, 18. Corrige a Pablo al decir que la relación de las mujeres con Cristo no pasa a través de la de
los hombres: Cristo es ―la cabeza de la mujer y del hombre sin distinción‖.422
Además, en
Calvino no encontramos nada que justifique las ulteriores actitudes negativas de la iglesia hacia
la sexualidad humana. El sexo ―le permite al esposo y a la esposa deleitarse mutuamente‖.423
Bouwsma concluye diciendo: ―Todos los aspectos de la sexualidad, para Calvino, eran valiosos y
profundamente conmovedores‖.
El profundo carácter espiritual de la teología de Calvino nos permite, por ende, confrontar nuestra
propia época sin inhibición, temor o mediocridad. Es una teología de la libertad cristiana. En
nuestros días está siendo redescubierta en muchos lugares; teólogos de la liberación como Jung
Mo Sung y José Comblin han enfatizado que nuestro pensamiento sobre la liberación
bíblicamente solamente puede partir de la libertad cristiana ya otorgada en Jesucristo.424
La
libertad cristiana es la noción fundamental de Jacques Ellul al enfrentar la alienación de la
sociedad tecnicista actual.425
Calvino expresa: ―La libertad cristiana es tal que logra que las
conciencias no sirvan ya a la ley como si estuvieran limitadas por la necesidad de la ley; sino
siendo liberadas de la ley obedecen libremente la voluntad de Dios‖.426
―Para el cristiano ya no
existe distinción entre vida religiosa y vida secular. La existencia toda es para cumplir la obra de
Dios, a través de Jesucristo‖.427
―No existe nada tan elevado ni tan excelente, sin importar su
nombre, que no esté colocado bajo Cristo y sujeto por su majestad. ( ) La excelencia de Cristo no
es temporal sino eterna y no está encerrada en el mundo sino que también florece en el Reino de
Dios‖.428
Es el comentario de Calvino de Efesios 1 en el que Pablo señala ―todo gobierno y
autoridad y dominio‖ y ―todo nombre que es nombrado‖. Incluye el nombre del Capitalismo o del
supuesto Mercado Libre. Todo está sujeto a la majestad de Cristo dentro de la cual debe ser
probado.
Hemos visto que los mecanismos de la sociedad moderna tienden a expulsar forzosamente las
tradiciones antiguas de la religión, la ética y la cultura, si no de forma nominal sí en la práctica.
En una presentación reciente en Chile el veterano teólogo José Comblin habló acerca de los retos
91
de la teología del siglo XXI bajo las condiciones actuales de un cristianismo desgastado que no
ofrece respuestas a la orientación cultural real, excepto en algunos casos aislados del pasado.429
El totalitarismo tecnológico moderno solamente puede ser confrontado espiritualmente por la fe
trascendental en Jesucristo como el Recapitulador de la creación. En uno de sus últimos libros
titulado Lo que yo creo (What I Believe), Ellul pregunta: ―¿Teologìa clásica y común?‖ La
respuesta es ―Seguramente. Pero no existe otra. Cualquier otro discurso teológico será
rigurosamente reducido a cero por la Técnica‖, --es decir, por los mecanismos que gobiernan a
nuestra sociedad moderna que atacan completamente las mentes y los corazones. ―Sólo lo
trascendente puede, por ser exterior e inasimilable, por más grande que pueda ser la extensión del
sistema tecnicista, suministrarnos un punto de referencia, un punto de perspectiva, un aparato
crítico diferente‖.430
Por lo tanto, pudiéramos aferrarnos a la ortodoxia. Pero debería ser la
ortodoxia calvinista, que implica un movimiento continuo entre la interpretación de la realidad y
la interpretación de la teología bíblica, y que tiene bases firmes a la vez que se engrana con
soltura con los cambios de la época.
Sin embargo, debemos darnos cuenta que la situación típica nuestra es bien diferente de la del
siglo XVI de Calvino. ¿Podemos apelar a las personas en las iglesias de la forma tan fuerte y
exclusiva que lo hizo Calvino? La membresía de las iglesias no abarca ya la totalidad de la
sociedad como en aquella Ginebra. El cristianismo es minoritario; y el cristianismo socialmente
consciente más aun. No es un asunto de cantidad sino de calidad. Pero eso no altera la
predicación de Calvino. En uno de sus sermones dijo: ―Si la iglesia estuviera en paz y el
Evangelio fuera recibido sin contradicción y si no hubiera reyes o príncipes que se ( ) opusieran
al mismo, pronto nos acostumbraríamos a nuestra tranquilidad y Cristo reinaría como resultado
de nuestra creencia y no por su poder‖.431
Se preocupaba por la fidelidad de la iglesia. Calvino
―denunciaba a los que se hablaban demasiado acerca del tamaño de la iglesia‖. ―Siempre
queremos una multitud‖, observó él, ―y evaluamos de esa forma la condición de la iglesia. Serìa
más deseable para nosotros ser pocos y que la gloria de Dios brillara en todos‖.432
El Reino de Cristo es de una dimensión diferente. La libertad cristiana es más que la libertad
política. Esto es dicho por el hombre que sufrió en sí mismo tanto la opresión francesa como las
primeras leyes de Ginebra y que, como ningún otro, estuvo familiarizado con las persecuciones
de los protestantes en Europa. Son las palabras de uno que no expresa una preferencia inequívoca
por la democracia sino que resulta ser el padre de la democracia moderna. El orden del mundo es
diferente del Reino y obedece otra lógica, pero la participación en ambos sí coincide en que
nuestros esfuerzos por lograr mejores leyes humanas —leyes estatales, leyes de mercado y otras
regulaciones que hagan funcionar la sociedad— ―nunca pueden olvidar o desdeñar la ley de Dios
que está siempre presente en todas partes‖. No existe contradicción. Oscar Cullmann lo afirma de
esta manera.433
―La cruz de Jesús debe orientar a la iglesia en todas sus deliberaciones que tengan
que ver con la relación entre la iglesia y el estado; a saber, no solamente acerca de las relaciones
negativas sino en sentido indirecto acerca de las positivas también‖.434
En dependencia de si el
estado se limita a sus fronteras como estado o va más allá de sus límites, el cristiano lo considera
como siervo de Dios o el instrumento del diablo‖.435
―El estado totalitario, aun en su forma más
ingenua, y el Evangelio, son directamente incompatibles‖.436
Pero los cristianos pueden hasta apreciar el estado, como una ordenanza de Dios, mas que los no
cristianos.437
Pablo, en Romanos 13, trata acerca del estado dentro del contexto de su discurso
sobre el amor. Precisamente porque el ―políteuma” de los cristianos ―está en el cielo‖ tienen que
92
cumplir la función de vigilancia en asuntos políticos y ser principalmente críticos. El criterio no
es la dimensión del estado, como afirma el liberalismo conservador. En nuestras sociedades
altamente técnicas y complicadas realmente ningún estado puede permanecer ―pequeño‖. Pero es
asunto de calidad, no de cantidad. Como lo ha argumentado ampliamente la filosofía calvinista, el
ámbito del estado se encuentra en la ley pública y el bien común. Es un campo realmente
importante de responsabilidad de todo el pueblo. Por esa razón, la responsabilidad pública en
nuestra sociedad de riesgo, como ha señalado Beck, no se limita al estado. Al enfrentar los
fracasos del estado, se requiere cada vez más el servicio público de los individuos y sus alianzas y
asociaciones a nivel nacional e internacional. Es lo mismo que Calvino consideraba un asunto de
principios.438
El orden civil y económico está sujeto continuamente a reparación y desarrollo. Dentro de esa
sociedad somos responsables unos de otros de manera que se fomenten la paz y la tranquilidad.
Por tanto, de acuerdo con Calvino, necesitamos ciertos instrumentos sin los cuales, antes de la
venida del Reino, nos privaríamos de nuestra humanidad, dándole así rienda suelta al mal.
Jacques Ellul nunca lo ha negado. Y añade: ―Siempre he estado convencido de que el hombre
permanece libre para comenzar algo diferente de lo que parece fatal‖.439
Él solamente mostró la
extrema dificultad de la participación política dentro del contexto del tecnicismo moderno y los
poderes existentes. ¡Nadie debe hacerse ilusiones! Elegir políticos alternativos a cargo de la parte
política del sistema no altera el sistema en sí mismo. Es por eso que el presidente Obama tiene
grandes dificultades para tener éxito; el sistema Técnico autónomo se resiste porque es la
estructura misma de la sociedad, la que, como ha demostrado Ellul, sustituyó la estructura
capitalista del siglo XIX de la primera modernidad.
Sigue siendo posible la acción consciente, en términos de servir a la sociedad en su conjunto y
construir espacios de humanidad en defensa contra el tecnicismo y la extravagancia del estado y
el mercado. ¿Realmente estamos obligados por el sistema y porque ―el negocio es el negocio‖? El
criterio no es el ―sistema‖, lo que a la vez significa que no todo lo atribuido al sistema estarìa
errado. Se trata solamente de que al sistema, que es relativo, no puede atribuirse una autoridad
que le pertenece a la Palabra de Dios. Todo depende de lo que esté detrás de las definiciones
actuales del sistema y de lo que esté realmente ocurriendo en el proceso económico. El hombre
siempre sigue siendo responsable. Aun aquí Calvino tiene algo que decirle a nuestra época
moderna:
Debemos consentir en el juicio de Dios a través del cual pronuncia que el hombre es tan esclavo del pecado
que no produce nada juicioso o íntegro. Aunque también debemos mantener que la falta no es atribuible a
Dios. ( ) Bajo el pretexto de esta servidumbre los hombres no son menos culpables ni menos condenables;
porque aunque se entreguen completamente al mal, sin embargo no están obligados a ello por fuerza
exterior,i sino impulsados por el movimiento de sus propios corazones; en resumen, solamente pecan por su
propia voluntad.440
i “…toutefois ils ne sont point forcés extérieurement”. Ver la observación hecha por el economista Weisskopf, en la
cita al final del capítulo 3.
93
10 ALGUNAS CONSIDERACIONES TEOLÓGICAS POSTERIORES
El pensamiento social cristiano se coloca en la tensión entre el Reino ―ya‖ y ―todavìa no‖, que
caracteriza totalmente la fe del Nuevo Testamento. Cullmann advierte la total diferencia entre
esta fe y la dicotomìa griega de ―aquì y ahora‖ y ―el más allá‖. 441
Biéler resume el criterio de
Calvino: ―El orden social en su totalidad, que es relativo y necesario para la conservación de la
sociedad, no tiene valor o finalidad en sí mismo, como tampoco la tiene el orden parcialmente
restaurado de la iglesia. Ambos existen con vistas a la venida definitiva del Reino de Dios. Por
tanto, hasta entonces tienen solamente una existencia provisional; y toda la historia humana se
desenvuelve esperando dicho suceso‖.442
Jung Mo Sung concluye su libro acerca de teología y economía diciendo
Pensamos que sólo una teología que introduzca explícitamente la cláusula escatológica contra la ilusión
transcendental de la modernidad, que se abra a una trascendencia teológica en virtud de la fe en la resurrección
de Jesús, una teología que adopte como tarea básica la crítica anti-idólatra de todas las instituciones sacralizadas
que requieren sacrificios de vidas humanas—sean capitalistas o socialistas--, es capaz de ocupar un lugar
relevante en el mundo moderno y servir de manera efectiva a las luchas por la liberación de los oprimidos sin
perder su identidad de discurso teológico‖.443
Las instituciones nunca pueden ser sacralizada; por el contrario, constituyen un área de ardua
labor a realizar: corrección, mantenimiento, desarrollo. La fe escatológica (cuando no es
escatológica no es cristiana) apunta a la relatividad de todas las instituciones humanas. La fe
cristiana implica ―la negación total de la confusión entre el Reino de Dios y cualquier sistema
socio-polìtico‖.444
Por tanto, Sung afirma con razón que ―la crítica de los proyectos
históricos concretos debe incluir proyectos históricos alternativos”.445
Albert Einstein ha
destacado: ―Un problema no puede resolverse con el mismo tipo de pensamiento que lo
creó‖.446
Es decir, un mercado mal estructurado debe sustituirse por uno mejor organizado u otro mercado.
Un estado opresor o de mal funcionamiento debe sustituirse continuamente por un estado mejor.
Una mejor educación debe sustituir a las escuelas que no tienen ni los mínimos requisitos. La
educación a todos los niveles es de la mayor importancia. ―Toda la esencia de la educación es que
procede con libertad para dar como resultado final productos, que son personas, no tìteres‖. ―Los
Evangelios nos dicen que la vida es una escuela, un campo de entrenamiento, por ello, no puede
comprenderse en sus propios términos” 447
El criterio para juzgar estos proyectos alternativos es la justicia. Existe una relación íntima entre
la injusticia y la falta de fe escatológica:
Los atropellos económicos son anti-escatológicos: ―Han acumulado riquezas en estos días que son los
últimos‘ (Santiago 5, 3). Si no se espera el Reino venidero, aparecen la codicia y la injusticia. Aquel siervo
que se pone a golpear a sus compañeros y se entrega a un consumismo desenfrenado, es un siervo que ya no
94
cuenta con la venida del señor; su maldad consiste en decir en su corazón: ‗Mi señor tarda‘ (Mateo 24,
48/49). Eso demuestro que la Biblia, en vez de ser un libro ético, es ante todo un libro de fe. La ética es el
resultado de la comprensión. Se trata de la sabiduría, del conocimiento, de la fe. El pecado de los que
crucifican a Jesús es que ‗no saben lo que hacen‘ (Lucas 23, 34)‖.448
Para comprender cuáles alternativas deben desarrollarse, la realidad para la que la alternativa ha
de ser una alternativa debe comprenderse profundamente en primer lugar. Es un esfuerzo de estar
conscientes (lo que los latinoamericanos llaman concienciación), sobre la base de un análisis
riguroso, de los factores opresivos que estén visibles o encubiertos. Sin embargo, por la fuerza de
su carácter alienador, esta realidad a menudo no se siente como opresión, ni por los pobres ni por
los ricos. El mensaje bíblico rompe la alienación, dando lugar a una nueva audacia y creatividad.
La teología y la economía se dan la mano para el beneficio de los pobres.
Calvino expresa en estas palabras la independencia de los cristianos que conlleva la libertad
cristiana:
La prudencia natural es un don de Dios‖ como lo son la ciencia y la tecnología (les arts libéraux et toutes
les sciences). Se colige de ello que deben comportarse como amas de llaves y no como señoras ( ). Si se
oponen a Cristo, deben considerarse plagas peligrosas; y si por todos los medios desean atribuirse algo para
sí mismas, son un gran impedimento y de temer. Por eso es que la sabiduría del mundo usurpa el dominio y
no se deja gobernar u ordenar por la Palabra de Dios para someterse enteramente a Él. Es la razón por la que
el hombre siempre será sabio de acuerdo con el mundo y tonto delante de Dios, hasta que alcance el punto
de no saber nada sino lo que ha aprendido de Dios, y renuncie a su propia razón completamente
resignándose a la sola guía y vía (la seule adresse et conduite) de Cristo‖.449
En nuestro orden económico mundial fundamentalmente alterado, no se cuestiona que Calvino
siga sosteniendo la conclusión que extrae de las Escrituras: “Dios ha querido poner en
movimiento a toda la humanidad hacia los pobres”.450
La equidad no era solamente un asunto de
los judìos, sino que se ―aplica a todas las naciones todo el tiempo‖.451
Aún leería la Biblia
interpretando ―el filo del texto”.i 452
Calvino fue un verdadero padre de la iglesia católica; le
interesaba la verdad para el mundo entero. El mundo es el dominio de la gracia general en el que
la voluntad de Dios puede realizarse; además, está escrito en los corazones de las personas.
Estas no son solamente personas cristianas. ―No se nos permite pretender dar una opinión acerca
de si muchos o pocos son elegidos, porque Dios lo ha sellado; por así decirlo, Él nos lo ha
ocultado. Cuando solamente Dios sabe los que son sus hijos, no debe sorprendernos que un gran
número de ellos permanezcan ocultos…‖.453
La Reforma llegó a distinguir entre la institución
visible de la iglesia y la iglesia invisible.
El criterio de los adversarios era que la iglesia debería tener una forma visible y que la forma visible consistía
en la jerarquía en comunión con el Papa. Contra esto, Calvino, argumentando de la realidad a la posibilidad,
insistía que la iglesia podía no tener una forma visible. Carecía de ella en los días de Elías que, al no ver a
nadie con mente parecida a la suya en Israel, creyó que quedaba él solo, mientras el Señor conocía los siete
mil invisibles que no habían doblado la rodilla ante Baal. Además, la iglesia es visible no por la existencia de
una jerarquía o de una institución, sino por la actividad que corresponde a su ser—es decir, por su
proclamación del evangelio y su administración de los sacramentos de forma consistente con su naturaleza y
propósito.454
i “…ce qui se voit par le fil du texte”.
95
Por tanto, ―acerca de la elección de otros no podemos preguntar, pues este conocimiento le
pertenece a Dios‖. ―Debemos considerar a los demás como quienes ‗todavìa no‘ son miembros de
la iglesia‖.455
Al leer los signos de nuestro propio tiempo, se abrirán nuevos caminos para la
teología calvinista. En el último capítulo señalamos el hecho de que ya la sociedad y la iglesia no
coinciden como en la Ginebra de Calvino, en la que a pesar de estar institucionalmente separadas,
tenían casi la misma membresía. En 1537 fue el Ayuntamiento de Ginebra el que adoptó las
regulaciones de la iglesia, que estipulaban que todos los ciudadanos que desearan permanecer en
la ciudad tenían que confesar públicamente su fe ante la iglesia.456
En contraste, en la actualidad
―somos una nación de cristianos y musulmanes, judìos e hindúes—y no creyentes‖, como dijo el
presidente Obama en su discurso inaugural, ―estamos conformados por todos los idiomas y
culturas, traídos de todos los confines de esta tierra‖.457
Esto es cierto para el mundo en su
conjunto, incluyendo todas las otrora ―naciones cristianas‖.
La teología calvinista no desdeña este mundo. Al contrario, es el objeto mismo del amor y la
providencia de Dios. Sin embargo, en el presente hemos aprendido a repensar la omnipotencia de
Dios. Ellul escribe, al igual que Calvino, que la felicidad consiste en el temor de Dios, ―porque es
este mismo temor el que es la presencia de Dios, ese temor mismo es la presencia de Dios‖.458
Como ha enfatizado Girard, ―Dios no gobierna el mundo: Él lo hará. Él ya gobierna en aquellos
que lo han recibido‖.459
Por eso oramos: ―Venga tu Reino‖. Vendrá cuando el Todopoderoso
finalmente asuma su Reino.i
―Dios se hará de nuevo omnipotente cuando su Reino venga, cuando la Creación se complete. En
los dos libros, el Génesis y el Apocalipsis, Dios como Creador y Recapitulador es soberano en su
libertad que está condicionada solamente por su amor‖.460
Los himnos al Todopoderoso son
canciones de alabanza por su Creación. Creó al hombre a su imagen y semejanza en libertad y
responsabilidad. Este poder de Dios es diferente al poder humano. El poder humano crea
dependencia de ese poder. El poder de Dios es capaz de traer a la existencia algo que está fuera
de Él. Sólo la omnipotencia puede otorgar independencia y traer a la existencia ex nihilo ―lo que
toma existencia interior a medida que la omnipotencia constantemente se eleva a sì misma‖. En
1992 tuvo lugar en Berlín un simposio en honor del filósofo judío Hans Jonas, de casi 90 años de
edad. Su madre había muerto en Auschwitz. Desde entonces, durante toda su vida había luchado
con el problema del poder de Dios. Llegó a la conclusión de que la omnipotencia de Dios implica
que en Auschwitz Él era impotente. Hacia el final de la conferencia alguien en la sala mencionó
estas palabras de Kierkegaard que han acabado de ser citadas: ―Sólo la omnipotencia puede
otorgar independencia y traer a la existencia ex nihilo lo que toma existencia interior a medida
que la omnipotencia constantemente se eleva a sì misma‖. El anciano Jonas escuchó y luego dijo:
―Esto es inmejorable. Propongo que cerremos nuestro encuentro con estas palabras‖.461
El
hombre es responsable. Vive con la libertad creada por Dios. Esa es la constitución de
cooperación entre Dios y el hombre establecida desde la fundación de la tierra. ―Dios crea al
retirarse Él mismo‖.462
i Apocalipsis 19, 6 tiene la forma griega aorista: “Aleluya. ¡Ha empezado a reinar el Señor nuestro Dios, soberano
de todo! (Nueva Biblia Española. Edición Latinoamericana, Madrid 1976). Similarmente el Nuevo Testamento
holandés traducido por el profesor A.M. Brouwer (Leiden 1948): “Halleluja. Want koning is geworden de Heer,
onze God, de heerscher van het heelal!‖ (―El Señor nuestro Dios, el gobernador del universo, ha llegado a ser rey‖).
96
―Eso es algo que solamente la omnipotencia es capaz de hacer: retirarse mediante el auto-
sacrificio. Precisamente esta situación conlleva la independencia del hombre que es favorecido
por la omnipotencia de Dios. Por tanto, la omnipotencia de Dios es su bondad.i Es como los
padres que aspiran a la independencia de sus hijos. Pero, podríamos preguntar, ¿no es Dios el
Padre en quien podemos confiarnos en medio de la maldad de este mundo y a quien oramos en el
Padrenuestro? Dios es el padre: el mismo de la parábola del hijo pródigo ―que es impotente
porque ama y sufre en tanto su hijo no responda a su amor‖.463
Dios abrió espacio para su
creación. Es ése su acto de omnipotencia. Esa omnipotencia, esta auto-humillación que es amor
―ha alcanzado su punto culminante en la cruz de Jesucristo‖.464
Está expresado en el antiguo
himno cristiano citado en Filipenses: ―Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el
ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz‖. (Filipenses 2, 5-8).465
Calvino coloca un gran énfasis en la elección de Dios. Ellul, en su comentario sobre el libro de
Jonás, estaba en gran sintonìa con Calvino al escribir: ―Cuando Dios escoge a una persona
entonces esto ocurre porque él o ella será útil en la empresa de Dios. ( ) La selección de Dios al
elegir a esa persona no es simplemente el anuncio de la elección, de ser separado, con nuestra
seguridad personal como objetivo, o para mayor gozo o edificación de nuestra propia alma, para
que podamos tener paz con el resultado. No, las Escrituras nunca mencionan algo como un
llamado místico puro. Ser escogido por Dios no es un asunto de conocer la voluntad general de
Dios sino que consiste en estar implicado en la acción concreta, en una cierta empresa‖. Esto sólo
significa que el calvinismo, siendo en la actualidad una minoría en el mundo, incluyendo al
mundo ―cristiano‖, no ha perdido nada de su vigor. ―El cristiano no es sólo aquel que ha sido
salvado por Cristo, sino el humano –hombre o mujer-- del cual se sirve Dios en beneficio de
otros, a través de Cristo. Cuando Yahvéh se dirige a Jonás, notificándole su misión, y cuando de
hecho es salvado, es en bien de los otros. A partir del momento en que la fe se va instalando en
nosotros, somos penetrados de esta convicción de que si nosotros hemos recibido la gracia de
Dios, es en primer lugar para los otros. Nunca es para satisfacción de nosotros mismos. Nuestra
salvación, nuestra aventura, son funciones de la salvación y la aventura de los que nos rodean, y,
en último lugar, del mundo‖.466
El calvinismo se define como ―intramundano‖.
Ellul ha destacado que el pensamiento utópico actual ha ―transformado la escatologìa de la
salvación en la creencia en un progreso histórico y los efectos de la tecnología en la vida
económica y social‖.467
Por el contrario, el Reino de Dios no puede ser identificado con ninguna
utopía proyectada o real, lo que estaría en contradicción con la radicalidad de la Biblia. Podemos
utilizar de nuevo las palabras de Jung Mo Sung:
Ser radical en un momento como éste [frente a la grave crisis social que vivimos] no es apegarse a slogans
aparentemente radicales, perto que ya no movilizan la población; un proponer proyectos bonitos que no son
viables históricamente. Ser radical es asumir la historia y mantenerse fiel a la causa de los pobres. Es
aprender del pasado y luchar para construir un mañana mejor para todos, reconociendo los límites que el
actual momento histórico y la propia historia humana nos impone.
Asumir y luchar por nuestros sueños, reconociendo al mismo tiempo los límites de la historia es entender lo
que significa decir que ‗Dios se hizo carne y habitó con nosotros‘, el misterio de la encarnación de Dios en
la historia humana: uno de los pilares de la fe cristiana. Es asumir que Dios nos llama a construir una
i ―Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos‖, Salmo 119, 68.
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sociedad más humana, al mismo tiempo que reconocemos que ciertos sueños no son posibles plenamente en
nuestra historia. Es reconocer que nosotros solos podemos construir sociedades más humanas que sean
señales del Reino de Dios en la historia. Y que el Reino de Dios o el Reino de la Libertad en plenitud es
objeto de la esperanza escatológica. Esperanza que expresamos en la liturgia y en las celebraciones a través
de lenguajes simbólicos.468
El triunfalismo neo-calvinista ya no tiene un camino fácil. Se hace más duro el reto o, más bien,
el sentido de llamado que podemos leer en lo que Calvino sin duda describiría como el estado
dramático del mundo y de la sociedad humana que los cristianos enfrentan en la actualidad. Hoy
se hace más claro que nunca lo que sucede cuando los hombres le permiten ―a Satanás ser el
distribuidor de los bienes económicos del mundo‖. Ser fiel a Calvino no significa ―una
aplicación facilista de su doctrina a nuevas situaciones históricas‖.469
Lo que continúa siendo
relevante hoy, como lo expresa Biéler, es el humanismo calvinista, que es integral, ecuménico y
universal. Al igual que Ellul, Biéler destaca que en la actualidad ―nos encontramos ante un
concepto del hombre que es totalmente cientìfico y técnico, y que cada dìa nos aprisiona más‖.
Se supone que sólo tengamos cualidades objetivas que sean numerables y medibles. El hombre
se ha convertido en una entidad abstracta, separada del misterio de Dios que le otorga vida y
originalidad. Las iglesias parecen responder por una parte con complejo de inferioridad y por el
otro con acomodamiento e imitación. Muchos se refugian en un individualismo religioso y
político, a manera de compensación, retirándose en una liturgia introvertida que refuerza el
aislamiento dramático de las masas y el apartamiento de los problemas políticos.470
En oposición
a la complejidad moderna, Calvino continúa enseñando un humanismo que toma en
consideración a la persona íntegra, sin desdeñar la ciencia ni descuidar la revelación divina.471
Ninguno de los reformadores ―quiso establecer algo llamado Protestantismo para su uso eterno.
Calvino nunca quiso el calvinismo. ( ) Es solamente un episodio en la historia del cristianismo, y,
a su vez, esta historia es sólo un aspecto de la historia universal‖. Calvino rechazaba todo
confesionalismo. La verdadera unidad está en Cristo, quien ―es el único Salvador de todos los
hombres en la tierra que comparecerán ante Él al final de la historia‖. La iglesia no posee la
verdad. ―El humanismo de Calvino no tiene fronteras religiosas‖. ―En Cristo, los lìmites
nacionales, ideológicos, y raciales han sido abolidos‖.472
Aunque las instituciones eclesiales
históricas están disminuyendo (aunque no desapareciendo), el mundo en el que los cristianos
están colocados continúa.
La fe cristiana debe distinguirse claramente de la nación y la política. Cullmann nos recuerda que
el origen histórico del cristianismo está en el conflicto mismo con el Estado y se menciona a
Pilato en las confesiones de fe más antiguas.473
Calvino detestaba el nacionalismo religioso.
Ningún clan, ningún pueblo, ninguna nación puede divinizarse. Se incurre en el peligro de ejercer
violencia sobre otros. ―La iglesia cristiana, cuando es fiel a Cristo, quien nos libera de los
demonios, es la única fuerza de combate contra este flagelo permanente‖.474
La iglesia tiene que
orientarse hacia los primeros tres siglos, cuando mantenìa ―consciencia de su originalidad con
respecto a todos los tipos de religión natural y mística oficial‖.i El cristianismo posterior llegó a
i Los cristianos se negaban a tomar las armas. En La pensée sociale et économique de Calvin Biéler subraya la
reticencia de Calvino – igual que Zwinglio -- referente a las armas y sus juicios severos sobre el militarismo y sobre
la práctica de los mercenarios. Por lo que a esto respecta estaba muy cerca de los anabaptistas. La guerra, dice
Calvino, solamente está permitida si es movida por el gobierno para proteger su territorio y sin destruir las tierras de
cultivo. A la pregunta de Biéler de que si los medios modernos de destrucción todavía guardaran alguna relación con
98
considerar la guerra un acto religioso y ―el heroìsmo religioso glorificado por el paganismo se
añadió a las virtudes exaltadas por la iglesia‖.475
La Reforma, que se originó a principios del
nacionalismo europeo y del que, realmente, en cierta medida, fue su expresión, no escapó de
dicho peligro y restableció los tabúes de la religión natural. Calvino lanzó una dura batalla contra
el nacionalismo ginebrino, en la que finalmente tuvo éxito. Biéler ve aquí una explicación de la
rápida expansión del calvinismo más allá de las fronteras nacionales y regionales. Sin embargo,
en siglos posteriores, también los calvinistas perdieron su conciencia de ―ser miembros del único
cuerpo de Cristo cósmico‖. Se fundaron iglesias nacionales oficiales. En la actualidad, en los
continentes del Occidente la ideologìa es aun más fuerte que el nacionalismo. Es ―la forma
moderna laical del paganismo natural. Es un misticismo profano, una forma secularizada de
religiosidad humana producida por la mentalidad científica, racional y ateísta de nuestra era
tecnológica‖.476
Todo ello está fuertemente respaldado por la propaganda política, militar y
comercial, vocera del sistema Técnico. Los ciudadanos cristianos deberían abstenerse de
mistificaciones ideológicas escogiendo ―un patriotismo que sea objetivo, positivo y
constructivo‖.477
Biéler pregunta: ¿Acaso los medios modernos de destrucción tienen algo en común con las
circunstancias de las palabras de Pablo en Romanos 13? Tenemos que recordar que Ellul dijo que
el tecnicismo moderno no tiene ningún denominador común con los tiempos anteriores. Los
científicos declaran que el ecosistema en el que se encuentra la Tierra es un estado no análogo.478
Significa que ni la rapidez ni el volumen ni la escala espacial de las alteraciones producidas por el
ser humano tienen precedente en la historia del planeta, por lo que ya no existe caso ―análogo‖ al
que pudiera compararse el tiempo presente.
Pero la respuesta no es un radicalismo el términos del ―sistema‖. Nadie rinde cuentas; no existe
una oficina central a la cual dirigirnos para solicitar un vuelco de la estructura económica
mundial. Se detecta que muchos casos de justicia económica y solidaridad tienen lugar a pesar
del sistema, en virtud del sistema, o sin tener en cuenta el sistema. La medida para el progreso
histórico no es el desarrollo material, ni el económico en un sentido más amplio como
usualmente lo definimos tal cual es, sino la liberación y la justicia y el desarrollo auténtico de las
―esferas soberanas‖ y las instituciones libres. En ese tipo de desarrollo económico todo el mundo
puede dedicar sus esfuerzos a algo ―de acuerdo con sus facultades y alcances‖,479
ocupando el
―estado‖ en que se encuentra. Tanto los pobres como los ricos pueden actuar de acuerdo con
originalidad,i responsabilidad y creatividad, como ya de hecho el ojo fiel observa que lo hacen en
las circunstancias bajo las que Pablo ha escrito Romanos 13, Calvino seguramente hubiera contestado en forma
negativa tomando en cuenta todo lo que ha escrito sobre la creación, el hombre y la naturaleza. ¿No tendría que
revisar la iglesia actual enteramente su posición acerca del uso de armas con la misma audacia que tenían los
reformadores respecto a las tradiciones sagradas de su tiempo, tal como han hecho con respecto a la esclavitud, el
racismo y el antisemitismo? (Biéler, El humanismo social, p. 88/9). i ¿Dónde está, en medio de nuestra crisis de desempleo masivo, la originalidad del ser humano? En los Estados
Unidos durante los años 30 del siglo pasado miles de iniciativas locales se originaron para remplazar el inefectivo
dólar por monedas locales ―sociales‖. Pues, los desempleados todavía tenían sus capacidades para ofrecer y sus
necesidades económicas por satisfacer. Esto lo hacían a través de la organización discrecional de mercados locales
por medio de trueque o intercambio monetario. Hacia el año 2002, en medio de la profunda crisis bancaria en
Argentina tales redes de moneda alternativa según los informes abarcaron en su punto máximo no menos de 7 o 8
millones de personas. En los EE.UU. ―los powers that be‖ pusieron un fin temprano a las iniciativas similares que
podrían haber terminado la Gran Depresión ―dentro de tres semanas‖, creando empleo al conectar la demanda y la
oferta de las necesidades básicas de la gente. El famoso economista Irving Fisher de Yale jugaba un papel asesor
99
incontables lugares. Tanto pobres como ricos pueden concertar alianzas transversales en la
sociedad.480
De esta forma pueden establecer alianzas que reparen y construyan una globalización
más humana desde la base.
En nuestra era de secularización el humanismo social consecuente de Calvino resulta
extraordinariamente relevante, pues la fidelidad a las enseñanzas de las Escrituras abre los ojos a
descubrir y reconocer la justicia social y la acción económica desinteresada donde quiera tenga
lugar. La fe cristiana detecta signos abundantes del Reino que no forman parte de las noticias de
primera plana de los medios masivos. Reconoce a otras personas que se involucran de igual
forma o hasta con mayor éxito en el mantenimiento y desarrollo de las relaciones sociales
humanas inclusivas en lugar de excluyentes. Hace que las personas se sensibilicen hacia la
cooperación en lugar de la competencia en todas partes, sin importar la religión, la raza o la
desigualdad. El rey de Arabia del Norte, Lemuel, toma parte en la sabiduría bíblica: él tiene que
―mantener los derechos de los pobres y los necesitados‖. (Proverbios 31, 1-9). Además, fue el
Señor quien ―movió el corazón de Ciro, rey de Persia‖ (Esdras 1, 1).
Lo que vamos descubriendo es que no son solamente los que reciben la ayuda a que
indiscriminadamente reconocemos como son nuestros próximos, sino también a los mismos
dadores y obreros ―no cristianos‖. Cuando el intérprete de la Ley en Lucas 10 le pregunta a
Jesús: ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? (en nuestros términos: ¿qué haré para
hacerme un buen cristiano?), la respuesta señala a uno que no es miembro del pueblo judío, al
―que no es miembro de la iglesia‖. Es el ―Buen Samaritano” que ejemplifica ciertamente lo que
se necesita para la vida eterna.i Mateo 25 no habla de ―cristianos‖ o ―calvinistas‖, sino de todos
los que dan de comer al hambriento, de beber al sediento, que visitan al extranjero, al enfermo, al
prisionero, y visten al desnudo. El mensaje es inclusivo. Hemos citado a Calvino cuando dice que
con nuestra riqueza ―debemos atraer a los que parecen lejanos y desconocidos para nosotros‖.481
Al comentar la historia del Buen Samaritano él declara: ―La raza humana está unida por un
vínculo sagrado de comunidad. Todos los hombres son prójimos entre sí. Para que alguien sea
nuestro prójimo basta que sea humano; pues no nos cuadra a nosotros eliminar la naturaleza
común‖.482
Ahora que ―el muro divisorio de la hostilidad se ha derrumbado (Efesios 2, 14) y en virtud de ello
la alianza de vida y salvación es ahora común para todos (les uns et les autres) [Pablo] dice que
no debemos considerar extranjeros a los que participan en la adopción divina; ( ) la alianza de
vida eterna ha comenzado a ser igualmente común para todos‖.483
La discontinuidad de la
recreación en la teologìa de la salvación de Calvino ―abre de par en par las puertas para la
totalidad de la raza humana‖.484
ii Implica a todos los que se preocupan por una economía justa.
para una gran cantidad de comunidades que estaban estableciendo tal economía local. Sin embargo, el presidente
Roosevelt prohibió las ―monedas de emergencia‖ a favor de lo que iba a conocerse como el New Deal (Lietaer, El
futuro del dinero, p. 271-274). También en Austria y en Alemania (nazi), el estado y las autoridades monetarias
pusieron fin a estas amenazas exitosas de su poder monopolista de crear dinero. Aquì se ve cómo el ―sistema‖ se
impone sobre el comportamiento libre y creativo de los sujetos económicos. i Él acude en ayuda de la víctima. El profesor C.W. Mönnich (1915-1994) escribió: ―La venida del mundo nuevo
tarda mucho y en el viejo está tumbado en el suelo, al lado del camino, el hombre que ha caído en manos de los
ladrones. () El hecho [económico] más próximo es su necesidad‖ (Fragmenten. Achtergronden bij een hedendaagse
theologie, Baarn 1972, p. 99). ii La cita entera es la siguiente: ―El ‗Calvinismo‘ [calvinismo de hecho, calvinismo sudafricano, RH] ( ) es una
tradición teológica que desconoce la ruptura entre la creación y la recreación. Por lo tanto, apenas hay espacio alguno
100
Pueden ser los ―obreros de la hora undécima‖ (Mateo 20, 9). Habrá una multitud de ―no
cristianos‖ acerca de los que Cristo dirá que efectivamente han hecho ―la voluntad de mi Padre
que está en el cielo‖ (Mateo 7, 21). La lógica del Reino no solamente alimentará la fe
escatológica, sino además permitirá descubrir y reconocer estas multitudes de aliados potenciales
para la justicia. Una actividad económica saludable está movida por el ―amor justo, ágape ( ), el
amor que da sin calcular la recompensa, que desea la existencia y el logro de otros seres— (y)
este amor se manifiesta de manera incontable‖.485 ―Existen varias cualidades que muchas de estas
personas comparten, pero dos de las más notables son el carácter inclusivo y radical de su amor
por los demás‖.486 ―Estas vidas revelan una vez más el amor inclusivo, no jerárquico de Dios y lo
hacen con la pasión e intensidad de los que encuentran a los demás, a todos los demás, valiosos y
dignos‖.487
Sally McFague confirma: ―Tal trabajo no ha de verse necesariamente como especial o religiosa;
más bien, es el trabajo común secular orientado a sanar las divisiones en el mundo y a liberar a
los oprimidos del mundo‖.488 Ella se sentiría feliz de saber que tampoco Calvino opera con las
líneas divisorias de ―lo secular‖ y ―lo cristiano‖. El ser uno de todos que tienen a un solo Padre en
Jesucristo, como dice Calvino, ―no puede ser disturbado por algún predestinarianismo que
dudaría si un miembro sea elegido, de modo que, si no fuera así, quedáramos absueltos de
compartir nuestros bienes con él‖.489
Es verdad que Calvino escribe aquí sobre el cuerpo de
Cristo que es la iglesia que está confesando a Cristo. Pero es la iglesia invisible. Dios es el dador
de su gracia a todos los hombres. Notemos la forma en que Calvino usa la palabra ―no creyente‖.
―Nadie tiene más hambre o mayor necesidad que los no creyentes cuya paz es destruida por el
ansia de posesiones‖.490 Por tanto, la no creencia se identifica con la avaricia. En vista de esta
similitud entre la no creencia y la avaricia, ¿qué pasaría si invirtiéramos la afirmación? ¿Acerca
de los que ―son benditos porque tienen la intención de ser pobres, ya que tienen a Dios como
Rey? (El suyo es el reino de los cielos).i Ello no niega que la justificación permanece en manos de
Dios. ―Como es bien sabido por experiencia que los vestigios del pecado siempre permanecen en
los justos, su justificación debe ser bien diferente de la reforma en la novedad de vida‖.491 Pero no
tenemos conocimiento de la adopción justificadora de Dios de la obra de nuestras manos ni de la
de otras personas que pertenecen a ―otras ovejas que no son de este rebaño‖ (Juan 10, 16). El
Espíritu produce signos del Reino independientemente del autor humano a través del cual opera.
Los cristianos están conscientes de que su perspectiva es la fe en Jesucristo. Jacques Ellul, al
comentar las parábolas de las Vírgenes y de los Talentos, dice: ―Existe una implicación mucho
mayor que lo que ha sido tradicionalmente formulado como la fe que se expresa en obras. La
epístola de Santiago lo sugiere muy claramente al decir que no hay fe sin obras. Las dos no
pueden ser disociadas y esto conduce a errores serios. Por ejemplo, la iglesia Católica enseñaba
que todo fuera probado por las obras, a lo que Lutero contestó que todo era asunto de fe – y
para un comienzo nuevo o una ruptura en la historia – la discontinuidad. Según nuestra evaluación del ‗calvinismo‘
la idea de una ruptura en la historia es una amenaza. Amenaza la continuidad de la alianza - la relación entre Dios y
hombre. Considerando el hecho de que el hombre ( ) es entendido predominantemente como siendo el africano
(Afrikaner), el ejecutor del plan de Dios, la discontinuidad llega a ser el momento en que el africano pierda su
función de ejecutor del plan de Dios. Entonces perdería su sentido de vocación que para él es naturalista-nacionalista.
Perdería también su sensación de haber sido elegido. La discontinuidad es una amenaza para el ‗calvinismo‘ porque
abre de par en par las puertas para la totalidad de la raza humana‖. i La Nueva Biblia Española traduce Mateo 5, 1: “Dichosos los que eligen ser pobres, porque ésos tienen a Dios por
Rey”.
101
estaba equivocado. Todo no es asunto de fe porque no hay fe si no hay obras. En cierto sentido se
puede hacer una comparación con la cuestión infinitamente discutida de que ¿existe primero el
pensamiento que a continuación es expresado por la lengua? Ahora se acepta que existe una
interpenetración radical entre los dos. Creo que la relación entre la fe y las obras es similar. La fe
no puede existir sin las obras y viceversa. Una praxis sin fe no existe. Las dos parábolas revelan
este relación fundamental‖.492
Este tipo de obra real no parte de ningún principio económico ontológico de la escasez, sino del
conocimiento de la abundancia que procede de la abundancia de la gracia. ―Sigan firmes e
intransigentes, siempre abundantes en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo no es vano en el
Señor‖ I Cor. 15, 58). ―Las maneras en que puede llevarse a cabo dicha obra son ilimitadas‖,
afirma McFague; y ―la necesidad de tal obra es igualmente ilimitada‖.493
Sin embargo, ―no existe
solución fácil ni cura milagrosa, y a menudo los sanadores saldrán heridos en su trabajo‖.494
Pero
se dejarán huellas en esta vida concreta producida por el estancado mundo de la ciencia, la
técnica, la razón autónoma y el auto-interés tan de moda en la actualidad. ―En nuestra sociedad
caracterizada por perseguir el éxito como vìa de ‗justificación‘ de la existencia humana, el
reconocimiento gratuito entre las personas en la relación de sujeto a sujeto y cara a cara es una
experiencia verdaderamente espiritual de la gracia y la justificación por la fe‖.495
102
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1 Patrick Chastenet, Entretiens avec Jacques Ellul, Paris 1994, p. 52.
2 Comentario sobre Jeremás 18, 11; William J. Bouwsma, John Calvin. A Sixteenth-Century Portrait, Nueva
York/Oxford 1988, p. 115 . 3 Bouwsma, John Calvin, p. 160, n100; cita de John Dillenberger, Contours of Faith: Changing Forms of Christian
Thought, Nashville/Nueva York, 1969, p. 39. 4 T.H.L. Parker, John Calvin, Londres 1977, p. 94.
5 Comentario sobre Heb. 8, 11; cf. Institución II, iii, 4; Bouwsma, John Calvin, p. 187.
6 L.R. Lekula Ntoane, A Cry for Life. An interpretation of “Calvinism” and Calvin, Kampen 1983, p. 226; cita de W.
Niesel, Die Theologie Calvins, München 1957, p. 18. 7 Ntoane, A Cry for Life, p. 249.
8 La religión en el origen del capitalismo, Buenos Aires 1959.
9 Albert O. Hirschman, ―Rival Interpretations of Market Society: Civilizing, Destructive, or Feeble?‖, Journal of
Economic Literature, diciembre de 1982, p. 1467. 10
Ver mi artìculo ―Calvinisme en kapitalisme: Weber of Tawney?‖ en: Internationale Spectator, marzo de 1982, p.
117-123, reproducido en R.L. Haan, Reformatie en Revolutie. Over het “nochtans” in het nucleaire tijdperk,
Kampen 1984 (Conferencias Kuyper en la Universidad Libre de Ámsterdam 1982/1983), p. 236-249. 11
Henry W. Spiegel, The Growth of Economic Thought, New Jersey 1971, p. 80. 12
Ver la nota de pie en la sección 6 del capítulo 8. 13
Citado por Spiegel, The Growth of Economic Thought, p. 684. 14
Het Financieele Dagblad, cuaderno Persoonlijk, 24-10-2009, p. 19. 15
Comentario sobre Isaías 23, 15; citado en Bouwsma, John Calvin. p. 56. 16
Sermón sobre Deuteronomio 14, 21-28; citado en André Biéler, La pensée économique et sociale de Calvin,
Ginebra 1961 (abajo: LP), p. 363 y muchos otros lugares. 17
Com. sobre Mateo 5, 8. 18
Com. sobre Levítico 9, 35; LP 384. 19
Bouwsma, John Calvin, p. 56. 20
Com. sobre Éxodo 16, 17; citado por Bouwsma, John Calvin, p. 197. 21
Com. sobre Génesis 23, 16; ibid. 22
Com. sobre Génesis 47:16, 20; ibid., p. 285. 23
Mark Valeri, ―Religion, Discipline, and the Economy in Calvin‘s Geneva‖, Sixteenth Century Journal, XXVIII/1
(1997), p. 134. 24
Com. sobre Deuteronomio 25, 13-19; LP, p. 451. Cursivas mías. 25
Proverbios 24, 33-34. 26
David Hume, ―Of the Populousness of Ancient Nations‖, Essays, Londres, 1903, p. 415, citado por M.I. Finley,
The Ancient Economy, Londres 1973, p. 22. 27
Varios casos contemporáneos específicos acerca de la producción de la pobreza son elaborados en: Álvarez
Leguizamón, Sonia (comp.), 2005, Trabajo y producción de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe,
CLACSO/CROP, Buenos Aires/Bergen (Noruega). 28
Jacques Ellul, Métamorphose du bourgeois, Paris 1967, p. 40. Cursivas mías. 29
R.H. Tawney, Religion and the rise of capitalism, Pelican Book, 1977 (ed. or. 1926), p. 264 30
Com. sobre Mateo 25, 20; LP, p. 454. Cursivas mías. 31
Com. sobre Isaías 5, 8; LP, p. 339. 32
Sermón sobre la armonía del Evangelio; LP, p. 334. 33
Com. sobre I Corintios 11, 22; LP, p. 349. 34
LP, p. 104-110. 35
Bouwsma, John Calvin, p. 208. 36
Institución, IV, iv, 8/9; ibid. 37
Com. sobre Isaías 47, 10; ibid.
109
38
Institución, III, vi, 4. 39
Institución, III, vi, 4. 40
Institución, III, vi, 4. 41
Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, 1776, Book V, Chapter I, Part III,
Article III. 42
LP, p. 145. 43
LP, p. 388. 44
Naomi Klein, The Shock Doctrine. The Rise of Disaster Capitalism, Londres 2007. 45
Loretta Napoleoni, Rogue Economics. Capitalism‟s New Reality, Nueva York 2008. 46
Com. sobre Salmos 12, 1-2; citado por Bouwsma, John Calvin, p. 91. 47
Herman Dooyeweerd, A New Critique of Theoretical Thought, Vol. I-IV, Ámsterdam/Philadelphia 1953-1958. 48
Bouwsma, John Calvin, p. 5. 49
Parker, John Calvin, p. 106. 50
Ibid., p. 109/110. 51
Bouwsma, John Calvin. 52
Ibid., p. 113/114. 53
Com. sobre Mateo 3, 7, citado por Bouwsma, John Calvin, p. 115. 54
Bouwsma, John Calvin, p. 122. 55
Ibid., p. 124. 56
LP, p. 438. 57
LP, p. xi. 58
LP, p. xii. 59
André Biéler, Calvin, prophète de l‟ère industrielle. Fondements et méthode de l‟éthique calvinienne de la société,
Ginebra 1964, p. 12/13 (cursivas en el original). 60
Heiko A. Oberman. De erfenis van Calvijn. Grootheid en grenzen, Kampen 1988, p. 19. 61
John Kenneth Galbraith, Historia de la economía, Barcelona 19988, p. 78 (edición original: Economics in
perspective. A critical history, Houghton Mifflin Company 1987; ver el capìtulo 6 sobre ―el nuevo mundo de Adam
Smith‖). 62
Emmanuel Levinas, ―Le Moi et la Totalité‖, Revue de Métaphysique et de Morale, 1953, p. 264-272 (trad. al
holandés por Ad Peperzak, Het menselijk gelaat. Essays van Emmanuel Levinas, Bilthoven 19753, p. 108-135; citas
de la p. 119). 63
LP, p. 316. 64
Ver el artículo famoso y muchas veces reproducido de Karl Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, in: R.L.
Heilbroner & A.M. Ford, Is Economics Relevant? A reader in political economics”, Pacific Palisades 1971, p. 268.
Apareció originalmente en Commentary, February 1947, Nueva York, p.109-117. 65
Ibid., p. 382; cursivas mías. 66
Sermón sobre II Corintios 8, 8; LP p. 350, 362/363. 67
Sermón sobre Deuteronomio 23, 24-25 y 24, 1-4; LP, p. 380/381. 68
LP, p. 381. 69
Anthony Waterman, ―Should we listen to the Churches when they speak in economic issues?‖, Agenda, vol. 10,
no. 3, p. 27. 70
Com. sobre Hechos 19, 23; LP, p. 377. 71
Com. sobre Génesis 47, 16, 20 (citado por Bouwsma, John Calvin, p. 285). 72
Com. sobre Isaías 24, 2 (ibid., p. 192). 73
Com. sobre Mateo 14, 6 (ibid., p. 201). 74
Sermón sobre Deuteronomio 27, 16-23; LP, p. 412. 75
Zygmunt Bauman, Ética posmoderna, Buenos Aires 2004, p. 9 (edición original: Postmodern ethics, 1993). 76
Com. sobre Mateo 25, 24 (ibid., p. 210). 77
Com. sobre Mateo 25, 20 (ibid., p. 197/198). 78
LP, p. 322. 79
Tawney, Religion, p. 188. 80
Ibid., p. 192. 81
El comentario de Calvino sobre Mateo 4, 8; LP, p. 242n.
110
82
El diario Trouw, diciembre 7, 2009, p. 24/25. El artículo trata de la disertación escrita por by Annemarie Nooijen,
Unserm grossen Bekker ein Denkmal? Balthasar Dekkers Betoverde Wereld in den deutschen Landen zwischen
Orthodoxie und Aufklärung, Münster 2009. 83
Sermón sobre Mateo 4, 8-11; Marcos 1, 13; Lucas 4, 3-13; LP, p. 325/326. 84
René Girard, Des choses cachées depuis le fondation du monde, kekrummena apo katabolès (Matthieu 13, 35),
recherches avec J.M. Oughourlian et Guy Lefort, Paris 1978, p. 184. 85
Ibid., p. 185. 86
Menciónense sus libros The Technological Society, Nueva York 1967; The Political Illusion, Nueva York 1967,
1972; The Technological System, Nueva York 1980. De sus muchos escritos sobre teología bíblica: The Meaning of
the City, Grand Rapids 1970 y Cumbria 1997. Un póstumo texto nuevo y extraordinario apareció en 2010: On
freedom, love and and power, compiled, edited and translated by Willem H. VanderBurg, Toronto 2010. Ver los
títulos traducidos al español en la lista de referencias. 87
Ver especialmente el pequeño libro extraordinario de Oscar Cullmann, Der Staat im Neuen Testament, Tübingen
1961. Observaciones adicionales serán hechas en el capítulo 9. 88
Com. sobre Mateo 19, 7, citado en LP, p. 277. Ver también p. 358. 89
Sermón sobre Deuteronomio 8, 15; LP, p. 323. 90
Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 325. 91
Institución, II, viii, 45. 92
Walter A. Weisskopf, Alienation and economics, Nueva York 1973, p. 127. 93
Roelf Haan, ―Hoe calvinistisch was Calvijn?‖, VolZin, 2 de octubre de, 2009, p. 33. 94
.Weisskopf, Alienation and economics, p. 167. Cursivas mías. 95
. Jung Mo Sung, ―Teologìa y economìa. Una introducción‖, Fe y Pueblo (La Paz), diciembre de 2005, p. 25. 96
Lukas Vischer, Calvino y la responsabilidad frente a la creación de Dios, Jubileocalvino.blogspot.com. 97
LP, p. 306ss. 98
LP, p. 343. 99
LP, p. 344. 100
LP, p. 346. 101
LP, p. 345. 102
Sermón sobre Deuteronomio 25, 1-4; LP, p. 432. 103
Com. sobre Salmos 104, 15; Leçons et expositions sur les douze petits prophètes (Hosea 2, 8), citado en LP, p.
233. 104
Weisskopf, Alienation and economics, p. 178. 105
Marshall Sahlins, Stone Age Economics, Londres 1974. 106
Cf. Richard G. Wilkinson, Poverty and Progress, Londres 1973. 107
Hans Achterhuis, Het rijk van de schaarste. Van Thomas Hobbes tot Michel Foucault, Baarn 1988, p. 38. 108
Leçons…., com. sobre Joel 3, 18); LP, p. 310. 109
Com. sobre Salmos 65, 11; LP, p. 426. 110
LP, p. 426. 111
Leçons…, com. sobre Ageo 2, 19-20; LP, p. 429. 112
Sermón sobre Deuteronomio 20, 16-20; LP, p. 434/435. Cursivas mías. 113
Com. sobre Éxodo 23, 10; LP, p. 435. 114
Com. sobre Isaías 30, 23; LP, p. 427. 115
LP, p. 430/431. 116
Sermón sobre la armonía del Evangelio, Mateo 4, 8-11; Marcos 1, 13; Lucas 4, 5-13; LP, p. 326. 117
LP, p. 159. 118
Bouwsma, John Calvin, p. 54; Sermón No. 39 sobre Deuteronomio. 119
LP, p. 310. 120
LP, p. 403. 121
Com. sobre Salmos 41, 1; (LP, p. 311. 122
Com. sobre II Timoteo 6, 7; Sermón sobre I Timoteo 6, 3-7; LP, p. 313. 123
Contre la secte des libertins; LP, p. 386. 124
LP, p. 314. 125
LP, p. 316/317. 126
Com. sobre Lucas 12, 15; LP, p. 317. 127
LP, p. 317/318.
111
128
LP, p. 319/320. 129
Com. sobre Santiago 1, 9-10 ; LP, p. 331. 130
Com. sobre Lucas 17, 7; LP, p. 415. 131
Ver capítulo 3. 132
Com. sobre Éxodo 16, 13-18; LP, p. 336. Énfasis mío. Ver también p. 379. 133
Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 323. 134
Sermón sobre Hechos 4, 32; LP, p. 380. 135
LP, p. 348/349. 136
Ver Biéler, LP, pp. 234, 253, 261 and 325. 137
Com. sobre Efesios 6, 9, cf. Colosenses 4, 1; LP, p. 263. 138
Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 349. 139
LP, p. 352. 140
LP, p. 354. 141
LP, p. 358. 142
Sermón sobre Deuteronomio 16, 13-17; LP, p. 365. 143
Com. sobre Éxodo 16, 17; Bouwsma, John Calvin, p. 197. 144
Com. sobre Éxodo 20, 1; LP, p. 411. 145
LP, p. 355. 146
LP, p. 381. 147
Sermón sobre Deuteronomio 15, 1; LP, p. 381. 148
Com. sobre Hechos 11, 29 y Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 323. 149
Com. sobre Marcos 10, 20 (LP, p. 322). 150
J.C.L. Simonde de Sismondi, Études sur l‟économie politique. Tome premier, Paris 1837, p. vii/viii. 151
Ibid., p. 10. 152
Sermón sobre Deuteronomio 24, 19-22; LP, p. 325. 153
Com. sobre Mateo 6, 19; LP, p. 333. 154
Com. sobre Éxodo 22, 25; LP, p. 462. 155
Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 350/351. 156
LP, p. 350, 362/363; sermón de Calvino sobre II Corintios 8, 8. 157
Institución, II, viii, 45; LP, p. 358. 158
LP, p. 358. 159
Com. sobre Deuteronomio 5, 1-16; LP, p. 340/341. 160
LP, p. 326. 161
LP, p. 327. 162
Sermón sobre Deuteronomio 15, 11-15 ; LP, p. 328. 163
LP, p. 349. 164
Com. sobre the Salmos, Ps. 140, 13; LP, p. 331. 165
LP, p. 332. 166
LP, p. 333. 167
Tomado de: Haan, ―Was Calvijn calvinistisch?‖, p. 33; la cita de Hans de Wit viene del artículo ―Het gelaat van
de Messiaanse gemeenschap. Psalmen multicultureel gelezen‖, Interpretatie 13/1 (2005), p. 4-7. 168
LP, p. 337. 169
Com. sobre Hechos 19, 25; LP, p. 423. 170
LP, p. 413. 171
Com. sobre II Tesalonicenses 3, 10; LP, p. 407. 172
LP, p. 408. 173
Com. sobre Mateo 25, 24; LP, p. 411. 174
Oraisons; LP, p. 391. 175
Rodolfo Haan, La economía del honor, Reflexiones bíblicas sobre dinero y propiedad, Lima 2007, p. 174ss. 176
LP, p. 392. 177
Cita de Hechos 17, 28 en el comentario de Calvino sobre Juan 5, 17; LP, p. 392. 178
LP; cursivas mías. 179
Institución, II, viii, 28; LP, p. 395. 180
Catéchisme 1537; LP p. 395/396. 181
LP, p. 397.
112
182
Sermón sobre Mateo 3, 11-12; LP, p. 404. 183
Sermón sobre Efesios 4, 26-28; LP, p. 404/405. 184
Ntoane, A Cry for Life, p. 253. 185
Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 411. 186
Com. sobre Mateo 25, 24; LP, p. 411. 187
Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 406. 188
Com. sobre Mateo 6, 11; LP, p. 353. Cursivas mías. 189
Catéchisme 1537; LP, p. 398. 190
Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 400. 191
Contre la secte des libertins, LP, p. 386/387. 192
Com. sobre Lucas 17, 7-10; LP, p. 399. 193
Com. sobre Mateo 17, 7-10 ; LP, p. 399. 194
Com. sobre Lucas 17, 7; LP, p. 415. 195
Com. sobre Génesis 3, 17; LP, p. 401. 196
Com. sobre Génesis 3, 19; LP, p. 401. 197
Com. sobre Génesis 3, 23; LP, p. 402. 198
Com. sobre Salmo 128, 2; LP, p. 402. 199
Leçons…, com. sobre Isaías 17, 11; LP, p. 403. 200
Compárese: Joseph E. Stiglitz, Amartya Sen & Jean-Paul Fitoussi, Report by the Commission on the
Measurement of Economic Performance and Social Progress, 2009. 201
Com. sobre Levítico 19, 35 ; LP, p. 384. 202
Ibid. 203
Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 410/411. 204
Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 421. 205
LP, p. 449. 206
Com. sobre Isaías 23, 17/18; LP, p. 449. 207
Sermón sobre Deuteronomio 25, 13-19; LP, p. 450/451. 208
LP, p. 340, 342, 451. 209
Com. sobre I Pedro 2, 13; LP, p. 234. 210
LP, P. 335. 211
LP, p. 251. 212
LP, p. 350. 213
Leçons…, com. sobre Ageo 2, 20; LP, p. 310, 431. 214
Com. sobre I Timoteo 5, 18; LP, p. 411. Cursivas más. 215
Sermón sobre Deuteronomio 15, 16-23; LP, p. 255. 216
Sermón sobre Deuteronomio 25, 1-4; LP, p. 412. 217
LP, p. 418. 218
Ibid. 219
Sermón sobre Deuteronomio 15, 16-23; LP, p. 418. 220
Sermón sobre Deuteronomio 15, 11-15; LP, p. 419/420. 221
LP, p. 158. 222
Ibid.; cursivas mías. 223
LP, p. 413. 224
Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. Cursivas mías. 225
LP, p. 408. 226
Sermón sobre Deuteronomio 24, 6; LP, p. 410. 227
Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. 228
Com. sobre Éxodo 16, 13-18; LP, p. 336. 229
LP, p. 337. 230
Com. sobre II Corintios 8, 13; LP, p. 337. 231
Com. sobre Éxodo 20, 15; LP, p. 353. 232
Sermón sobre Hechos 6, 1; LP, p. 366. 233
LP, p. 365. 234
LP, p. 369. 235
Institución, IV, iii, 9; LP, p. 366.
113
236
Ibid., IV, iv, 5; LP, p. 366. 237
LP, p. 365. 238
LP, p. 297. 239
LP, p. 378/379. 240
Contre la secte des libertins; LP, p. 380. 241
Sermón sobre Hechos 24, 19-22; LP, p. 381. 242
Sermón sobre Hechos 19, 14-15; LP, p. 383. 243
Institución IV, xx , 13; LP, p. 385. 244
LP, p. 386; Sermón sobre Romanos 13, 6. 245
Com. sobre Isaías 23, 9; Bouwsma, John Calvin, p. 194. 246
Sermón No. 11 sobre I Corintios; ibid. 247
Bouwsma, John Calvin, p. 194. 248
Com. sobre Jeremás 34, 8-17; ibid., p. 194/195. 249
Com. sobre Génesis 6, 4; ibid., p. 195. 250
Com. sobre Éxodo 31, 2; LP, p. 400. 251
LP, p. 443. 252
Institución. I, v, 2; LP, p. 441. 253
Institución, II, ii, 13-15; LP, p. 438/439. 254
Com. sobre Hechos 17, 28; LP, p. 444. 255
Com. sobre Génesis 2, 3; LP, p. 441. 256
Calvin, citado en LP, p. 442. 257
LP, p. 186n. Cursivas mías. 258
LP, p. 223. 259
R. Hooykaas, Religion and the rise of modern science, Edimburgo/Londres 1977, p. 120. 260
Hooykaas, Religion, p. 154 (nota 27 del cap. V). El sermón de Calvino mencionado trata de I Corintios 10, 19-24. 261
Com. sobre Éxodo 23, 10; LP, p. 433. 262
LP, p. 452. 263
Al final del cap. 3. 264
LP, p. 453. 265
Bouwsma, John Calvin, p. 144. 266
Bernard Lietaer, The Future of Money. Creating New Wealth, Work and a Wiser World, Londres 2001, p. 48. 267
William Greider, The secrets of the Temple, Nueva York 1987, p. 240 (citado por Lietaer, The Future of Money,
p. 38). 268
Biéler, Calvin, prophète de l‟ère industrielle, p. 11. 269
Ibid., p. 41. 270
Ibid., p. 42. 271
Ibid., p. 44/5. 272
Ibid., p. 51. 273
Ibid. Cursivas mías. 274
Ibid., p. 52. 275
Ibid., p. 52. 276
Com. sobre Mateo 5, 42 y Lucas 6, 34; LP, p. 455. 277
LP, p. 457. 278
Johan J. Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest: guidelines for the credit crisis, European Banking
Discussion Paper No. 2009-22, CentER, Tilburg University 2009, p. 3. 279
Ibid. 280
LP, p. 459. 281
LP, p. 463. 282
LP, p. 461. 283
También Lucas 6, 31. 284
LP, p. 460. 285
Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest, p. 4. 286
Summary of the points made by Calvin in his letter to Claude de Sachin (1545); LP, p. 459-461. 287
Com. sobre Éxodo 22, 25 etc.; LP, p. 464. 288
Smith, Wealth of Nations, book II, chapter 2. Cursivas mías.
114
289
Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, p. 270. 290
Richard Baxter, Christian Directory, 1678, I, p. 378, y IV, p. 235a, citado por Tawney, Religion, p. 214/242. 291
Ellul, L‟homme et l‟argent, p. 34/35. 292
Haan, The Economics, p. 60. 293
LP, p. 464. 294
LP, p. 464. 295
LP, p. 465. 296
Com. sobre Salmo 15, 5; LP, p. 467. 297
LP, p. 470. 298
Com. sobre Éxodo 22, 25 etc.; LP, p. 465. 299
Com. sobre Salmo 15, 5; LP, p. 466. 300
Letter to Sachin, LP, p. 457. 301
Com. sobre Ezequiel 18; LP, p. 469. 302
Joseph E. Stiglitz, Freefall. America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy, New York/Londres
2010, p. 36. 303
Graafland, Calvin‟s restrictions sobre interest, p. 7-13. 304
Bouwsma, John Calvin, p. 2. 305
Ntoane, A Cry for Life, p. 247. The author refers to J.A. Heyns, Dogmatiek, Pretoria 1978. 306
Parker, John Calvin, p. 113. 307
W. Nijenhuis, Hoe Calvinistisch zijn wij Nederlanders?, Ámsterdam 2009, p. 38/39. 308
Hooykaas, Religion, p. 109. 309
Hooykaas, Religion, p. 109. 310
Nijenhuis, Hoe Calvinistisch zijn wij Nederlanders?, p. 35/36. 311
Ibid., p. 40. 312
Ibid., p. 40. 313
Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 32. 314
LP, p. 414. 315
A. Kuyper, Soevereiniteit in eigen kring. Rede ter inwijding van de Vrije Universiteit, Ámsterdam 1880, p. 23 316
Ibid., p. 33. 317
Ibid., p. 24. 318
Cf. A. Kuyper, Calvinism. Six Stone-lectures, Ámsterdam/Nueva York etc. 1898, p. 44 y 92. 319
James A. Bratt, ―Abraham Kuyper‘s Calvinism. Society, Economics, and Empire in the Late Nineteenth
Centrury‖, en: Edward Dommen & James D. Bratt (eds.), John Calvin Rediscovered. The Impact of His Social and
Economic Thought, Princeton Theological Seminary Studies in Reformed Theology and History, Louisville/Londres,
2007, p. 85. 320
Joseph A. Schumpeter, History of Economic Analysis, Londres 19676, p. 347.
321 Eduardo Galasso Faria, ―Calvin and Reformed Social Thought in Latin America‖, en: Dommen & Bratt, John
Calvin Rediscovered, p. 94. 322
Ibid., p. 95. 323
Ibid., p. 97. 324
El autor se refiere a José Miguez Bonino, Rostros del Protestantismo Latinoamericano, Buenos Aires 1995. 325
Galasso Faria, ―Calvin and Reformed Social Thought‖, p. 97. 326
Smith, Wealth of Nations, Book V, chapter I, Part III, Article III. 327
Smith, Wealth of Nations, Book V, chapter I, Part III, Article III. 328
Gunnar Myrdal, Value in Social Theory. A Selection of Essays on Methodology, ed. por Paul Streeten, Londres
1958. 329
E. F. Schumacher, Small is Beautiful. Economics as if People Mattered, Nueva York, etc. 1973. 330
President Dwight D. Eisenhower, Farewell Address to the Nation, 17 de enero de 1961. 331
Joseph Stiglitz, ―America‘s socialism for the rich‖, The Guardian, 12 de junio de 2009. 332
John Kenneth Galbraith, El capitalismo americano. El concepto del poder compensador, Barcelona 19725, p. 150
(American Capitalism. The concept of countervailing power, 1952). 333
Parte de los párrafos siguientes está basada en Haan, La economía del honor, cap. 15. 334
Karl Polanyi, The Great Transformation. The Political and Economic Origins of our Time, Boston, 1957, p. 57
(edición original 1944). 335
Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖, p. 265.
115
336
Ibid., p. 267, 337
Jacques Ellul, The Technological Society, Nueva York 1967. 338
Ver Polanyi, ―Our Obsolete Market Mentality‖. 339
Ellul, The political illusion. 340
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 150. 341
Jacques Ellul, Autopsie de la révolution, París 1969, p. 303. 342
Cursivas mías. Ver la cita anterior en cap. 4, La riqueza, nota de pie. 343
Keynes, ―Economic Possibilities for Our Grandchildren‖, p. 368. 344
Cf. Jacques Ellul, The New Demons, Nueva York 1975 y Londres 1975. 345
Segundo, Acción pastoral latinoamericana, p. 14/15. 346
Cap. 3. 347
Ver Ellul, Autopsie de la révolution. 348
Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización, Barcelona 1998
(edición original alemán 1997), p. 15. 349
Cita en Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 90. 350
Zygmunt Bauman, Ética posmoderna, Buenos Aires 2004, p. 49 (edición original: Postmodern ethics, 1993). 351
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 47. 352
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 152-159. Sobre la relación entre la Técnica y la sociedad, ver Ellul, Le
système technicien, p. 25/26. 353
Ibid., p. 151. 354
Ibid., p. 152. 355
Ibíd., 70. 356
Ibíd., 147. 357
Ibíd., 153. 358
Ibíd., p. 206/207. 359
Ver el cap. 4 de este libro, La profesión y otros párrafos. 360
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 100. 361
Ibid., p. 98. 362
Ibid., p. 80. 363
Ver cap. 3, bajo En tercer lugar. 364
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 97. 365
Charles Handy, ―Leiderschap is niet te leren‖, interview in Het Financieele Dagblad, 7 de enero de 2010, p. 7. 366
Het Financieele Dagblad, December 20, 2008, p. 3. 367
Beck, ¿Qué es la globalización?, p. 108. 368
Cf. Bob Goudzwaard, Mark Vander Vennen & David Van Heemst, Hope in Troubled Times. A New Vision for
Confronting Global Crises, Grand Rapids 2007. 369
Cap. 5. 370
LP, p. 3-81. 371
Jeffrey Sachs, The End of Poverty. How we can Make it Happen in our Lifetime, Penguin Books 2005, p. 74/75. 372
Ver cap. 7 sobre la ―irracionalidad organizada‖. 373
La encuesta ha sido publicada en: Argo Klamer & David Colander, The Making of an Economist, Boulder/San
Francisco/Londres 1990 y fue mencionada en: Henk Tieleman, In het teken van de economie. Over de wisselwerking
van economie an cultuur, Baarn 1991, p. 120. 374
―Historical Notice of the Life and Writings‖ by M. Mignet, en: Political Economy and the Philosophy of
Government. Selections from the Writings of J.C.L. Simonde de Sismondi [1847], p. 43, 44. 375
Ibid., p. 46. 376
Robert Triffin, ―The Use of SDR Finance for Collectively Agreed Purpose‖, Banca Nazionale del Lavoro
Quartely Review, marzo 1971, p. 7/8. 377
Polanyi, Our Obsolete Market Mentality, p. 268. 378
Gustavo Gutiérrez, We Drink from Our Own Wells. The Spiritual Journey of a People, Londres 1984, p. 136. 379
Jung Mo Sung, Cristianismo de liberación: fracaso de una utopía? (internet). Este texto ha sido reproducido
como capítulo 6 en: Jung Mo Sung, Desire, Market and Religion, Londres 2007. 380
Juan Luis Segundo, Acción pastoral latinoamericana. Sus motivos ocultos, Buenos Aires 1972, p. 19/20. 381
Ibid., p. 21/22. 382
Ibid., p. 48.
116
383
H. Bavinck, Gereformeerde Dogmatiek, Kampen 19284, vol. I, p. 585/586.
384 Jean-Charles Léonard Simonde de Sismondi, Nouveaux principes d‟économie politique, Paris 1971 (edición
original 1837), p. 57. Cursivas mías. 385
Herman Dooyeweerd, A New Critique of Theoretical Thought, volume I, The necessary presuppositions of
philosophy, Ámsterdam/Philadelphia, p. 555. 386
Ver el cap. 4, la sección sobre La riqueza (nota de pie). 387
Ver la cita de Tawney en cap. 3 388
Bavinck, Gereformeerde Dogmatiek, p. 589. 389
Dooyeweerd, A New Critique, I, p. 562. 390
Ibid., p. 4. 391
En mi libro, Economie in principe en praktijk (Groningen 1975) he tratado de desarrollar un enfoque
dooyeweerdiano de la economía. 392
Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 20. 393
Jacques Ellul, L‟impossible prière, Paris 1977, p. 114 (Prayer and modern man, New York 1970). 394
Ibid., p. 9. 395
S. van der Linde, Opgang en voortgang der Reformatie, Amsterdam 1976, p. 59; citado en: Ntoane, A Cry for
Life, p. 234. 396
Bouwsma, John Calvin, p. 191. 397
LP, p. 160. 398
Com. sobre Deuteronomio 24, 14; LP, p. 422. 399
Bouwsma, John Calvin, p. 192/193. 400
Com. sobre I Corintios13, 7; ibid., p. 193; cursivas mías. 401
Ellul, L‟illusion politique, Paris 19772, p. 30 (The political illusion, 1972).
402 Com. sobre Ezequiel 18, 8 & 17 ; LP, p. 468.
403 Schumacher, Small is beautiful.
404 Karl Barth, ―El gobierno y la polìtica‖, pp. 283-291 en: Leopoldo Cervantes-Ortiz (ed.), Juan Calvino. Su vida y
obra a 500 años de su nacimiento, Barcelona 2009, p. 285. Traducción de Karl Barth, ―The government and
politics‖, The theology of John Calvin, Grand Rapids 1995. Debo al profesor M.E. Brinkman la fuente original: Karl
Barth-Gesamtausgabe, series II: Akademische Werke, Bd.23, p. 272-279, en la parte titulada ―Die Theologie Calvins
1922‖. 405
Institución, IV, xx, 16; LP, p. 222. 406
Barth, ―El gobierno y la polìtica‖, p. 286. 407
Ibid. 408
LP, p. 390. 409
Ver Biéler, LP, p. 152-166 sobre la preocupación de Calvino por la actividad social de la iglesia y las condiciones
del trabajo. 410
Eliseo Pérez-Álvarez, A Vexing Gadfly. The Late Kierkegaard on Economic Matters, Eugene 2009, p. xviii/xix. 411
Citado por Bernard Lietaer, The future of money, p. 179. 412
Graafland, Calvin‟s restrictions on interest, p. 2. 413
LP, p. 190, 226. 414
Sermón sobre Efesios 5, 31-33; LP, p. 226. 415
Institución I, xiii, 5; LP, p. 199n. 416
Parker, John Calvin, p. 92. 417
Ellul, L‟homme et l‟argent, p. 125. Cursivas mías. 418
Bouwsma, John Calvin, p. 223, n. 8. 419
Ibid.; Institución IV, x, 31. 420
Ibid., p. 224. 421
Ibid., p. 121; com. sobre I Corintios 11, 12. 422
Ibid., p. 138; com. sobre 1 Corintios 11:3. 423
Ibid., p. 137, n. 66; com. sobre Deuteronomio 24, 5 424
Por ejemplo: Jung Mo Sung, ―Novas formas de legitimação da economia: desafios para ética e teologia‖, Revista
de Estudos da Religião, No. 3, 2001, p. 93-113; J. Comblin, Cristãos rumo ao século XXI: Nova caminhada de
libertação, São Paulo 1996. 425
Jacques Ellul, Éthique de la liberté, vol. I, II y III, Ginebra 1973, 1974, 1984 (The Ethics of Freedom, vol. I y II,
Grand Rapids 1976; Londres 1976). .
117
426
Institución, III, xix, 4; LP, p. 214. 427
LP, p. 213/214. 428
Com. sobre Efesios 1, 20/21; LP, p. 247/248. 429
José Comblin, Los retos de la teología en el siglo XXI, December 19, 2009. 430
Jacques Ellul, Ce que je crois, Paris 1987, p. 243. 431
Sermón no. 12 sobre II Samuël; Bouwsma, John Calvin, p. 175. 432
Com. sobre Isaías 4, 3; ibid., p. 217. 433
Las siguientes páginas se derivan mayormente de mi libro Teología y economía. 434
Cullmann, Der Staat, p. 4. 435
Ibid., p. 63. 436
Ibid., p. 66. 437
Ibid., p. 65. 438
Ver el cap. 4, la sección sobre La profesión. 439
Chastenet, Entretiens, p. 51. 440
Com. sobre Génesis 8, 21; LP, p. 437. 441
Cullmann, Der Staat, p. 65. 442
LP, p. 266. 443
Sung, Economía, p. 208. 444
Ellul, Apocalipse, p. 58. 445
Sung, Economía, p. 203. 446
Tomado de Lietaer, The Future of Money, p. 299. 447
E.F. Schumacher , Good Work, New York 1979, p. 23. Cursivas mías. 448
Haan, La economía, p. 120. 449
Com. sobre I Corintios 3, 18-19; LP, p. 438. 450
Sermón sobre Deuteronomio 24, 14-18; LP, p. 420. 451
Com. sobre Salmo 15; LP, p. 467. 452
Sermón sobre Deuteronomio 24, 6; LP, p. 410. 453
Calvino citado por Oberman, De erfenis van Calvijn, p. 46 (CR [Corpus Reformatorum] 80, 370). 454
Parker, John Calvin, p. 42/43. 455
Ibid., p. 48. 456
W.F. Dankbaar, Calvijn. Zijn weg en werk, Nijkerk 1982, p. 48. 457
President Obama, Inaugural Address, January 20, 2009. 458
Jacques Ellul, La raison d‟être. Méditation sur l‟Ecclésiaste , Paris 1987, p. 262 (Reason for being. A meditation
on Ecclesiastes, Grand Rapids 1990) 459
René Girard, De aloude weg der boosdoeners, Kampen 1987, p. 188 (Job, the victim of his people, 1987) 460
Jacques Ellul, Apocalipse. Arquitetura em movimento, São Paulo 1979, p. 63. 461
Günther Schiwy, Afscheid van de almachtige God, Baarn 1996, p. 111/112 (Abschied vom allmächtigen Gott,
München 1995). 462
Rodolfo Haan, Teología y economía en la era de la globalización. Un aporte al diálogo con la teología
latinoamericana, Buenos Aires 2007, p. 400/401. 463
J.B.Brantschen, citado en Schiwy, Afscheid van de almachtige God, p. 64. 464
J. Moltmann, Gott in der Schöpfung. Ökologische Schöpfungslehre, p. 100ff, citado en Schiwy, Afscheid van de
almachtige God, p. 41. 465
Haan, Economía y teología, p. 400ss. 466
Jacques Ellul, Le livre de Jonas, Paris 1952, p. 17/18; 88 (citado por Haan, La economía del honor, p. 172/173). 467
Jacques Ellul, Los nuevos poseídos, Caracas 1978, p. (ed. original 1973), p. 166 (The New Demons, 1975). 468
Jung Mo Sung, ―Teologìa y economìa‖, p. 30/31. 469
André Biéler, El humanismo social de Calvino, Buenos Aires 1973, p. 73 (L‟Humanisme Social de Calvin,
Ginebra 1961). 470
Ibid., p. 75. 471
Ibid., p. 74/75. 472
Ibid., p. 78-81. 473
Cullmann, Der Staat. 474
Ibid., p. 82. 475
Ibid., p. 83.
118
476
Ibid., p. 85. 477
Ibid., p. 86. 478
Investigadores del International Geosphere Biosphere Program. 479
Ver la cita en cap. 3 (sermón sobre Deuteronomio 23, 24-25 & 1-4; LP, p. 380). 480
José Luis Coraggio, De la emergencia a la estrategia. Más allá del “alivio de la pobreza”, Buenos Aires 2004 481
Cap., 4, La propiedad. 482
Com. sobre Lucas 10, 30; LP, p. 234. 483
Com. sobre Hechos 10, 28 & 34; LP, p. 255. 484
Ntoane, A Cry for Life, p. 251. 485
Ann Loades (ed.), Feminist theology. A reader, Londres/Louisville 1990, p. 260. La cita viene de Sallie McFague,
Models of God: Theology for an ecological, nuclear age (Londres/Minneapolis/ Augsburg 1987). 486
Ibid., p. 265. 487
Ibid., p. 266. 488
Ibid., p. 267. 489
Parker, John Calvin, p. 159. 490
Com. II Corintios 9, 11; Bouwsma, John Calvin, p. 38. 491
Institución, III, xi, 11. 492
Jacues Ellul, On freedom, love and power, compilado, editado y traducido por Willem H. VanderBurg, Toronto
2011, p. 200/201. 493
Institución, III, xi, 11. 494
Ibid., p. 261. 495
Jung Mo Sung, ―The Human Being as Subject. Defending the Victims‖, Ivan Petrella (ed.), Latin American
Liberation Theology. The Next Generation, Nueva York 2005, pp.1-19, p. 5.